¿Quién lo iba a imaginar? Esto es interesantísimo. Gracias por darnos a conocer esta curiosidad histórica.
José de Ribas
José de Ribas y Boyons (Nápoles, Reino de Nápoles, 6 de junio de 1749 (en su tumba figura 1750) — San Petersburgo, Rusia, 2 de diciembre de 1800) fue un marino hispano–ruso que llegó a almirante de la Armada rusa. Conocido en Rusia como Ósip Mijáilovitch Deribás. Es el fundador de la ciudad de Odesa (actual Ucrania).
Nació en la capital del Reino de Nápoles (vinculado dinásticamente al de España) en el seno de una familia noble procedente de Cataluña (España). Su padre, el barcelonés Miguel de Ribas, se había trasladado al país al servicio de la dinastía entronizada después de la Guerra de Sucesión Española.
Ingresó en el ejército napolitano a los 16 años. A los veinte, ya mayor del ejército, dio un giro su vida, al ser presentado al Conde Alexei Orlov, hermano del amante de la reina Catalina la Grande, que lo tomó a su servicio como ayudante e intérprete. Durante su viaje hacia Rusia, participó en la batalla naval de Chesme, en el que la flota rusa hundió a la otomana.
Llegó a Rusia en 1772 y se alistó en el Cuerpo de Cadetes de Tierra, con el rango de capitán. El hecho de que siempre se considerará español queda de manifiesto en el documento de inscripción en el cuerpo, donde se le nombra como iz ispánskij dvorián o "miembro de la nobleza española". En San Petersburgo toma contacto con el Ministro de construcciones de la reina Catalina, Iván Ivánovich Betskói y con su hija ilegítima Anastasía Ivánovna Sokolóvskaya, con la que se casaría tres años después. La boda se celebró en el palacio de Tsárskoye Seló, con la presencia de la reina, que posteriormente se convertiría en madrina de las dos hijas del matrimonio, Sofía y Anna.
En 1783, más de nueve años después de su llegada a San Petersburgo, entró al servicio del nuevo favorito de la reina, el Príncipe Grigori Potemkin, con el que viajó al sur de Ucrania. Ascendido a coronel y posteriormente a brigadier, ayudó a Potemkin a conquistar para Rusia la península de Crimea, a construir la nueva Flota del Mar Negro y su puerto base, Sebastopol. Reanudada la guerra con Turquía, tuvo una brillante actuación en la batalla naval del estuario del Dniéper, gracias a la cual le fue concedido el mando de la recién creada flotilla de remos del Mar Negro, la mitad de cuyos efectivos estaba compuesta por cosacos. Con estos hombres participó en el asedio a la fortaleza de Ochákov, tomando la isla de Berezán, lo que le valió el ascenso a general mayor.
En el otoño de 1789 inició una operación nocturna, durante la cual tomó la población de Hadjibei y la fortaleza costera de Yení Dunyá. Ribas era consciente de las posibilidades de esta bahía para la construcción de un puerto militar, y allí fue donde más tarde levantó la ciudad de Odesa.
Al año siguiente tuvo lugar su mayor triunfo, al conseguir la toma de la fortaleza de Ismail, que había sido reforzada por ingenieros franceses y alemanes y se consideraba inexpugnable. Ribas condujo su flotilla a través de la desembocadura del Danubio y remontó el río hasta la fortaleza, dejando en su camino más de un centenar de naves turcas destruidas o capturadas. Creyendo en la posibilidad de tomarla al asalto, efectuó un plan para lograrlo. Sin embargo, el consejo presidido por el teniente general Gudóvich decidió levantar el cerco y retirarse. Ribas envió cartas a Potemkin que le convencieron de enviarle a su camarada de armas, el general Suvorov. Con su ayuda y la de nueve columnas asaltaron la fortaleza, tomándola en una de las mayores masacres del siglo, lo que le valió ser considerado parte del selecto círculo de la águilas de Catalina.
En 1792 firmó el Tratado de Jassy como uno de los tres plenipotenciarios designados por Potemkin ante el imperio otomano para firmar la paz. En él se cedía a Rusia toda la orilla norte del Mar Negro. Ribas fue nombrado contraalmirante y posteriormente vicealmirante, con lo que se puso fin a la insólita situación de un mando del ejército de tierra al frente de la flota.
En un decreto personal, Catalina le encomienda la construcción de lo que pasaría a ser Odesa, lo que lograría en el tiempo récord de dos años.
A la muerte de la emperatriz Catalina y el acceso al trono de su hijo Pablo I, Ribas fue llamado por éste a San Petersburgo para ser sometido a proceso por supuestas malversaciones en la fundación de Odesa. En la capital, Ribas logró granjearse la confianza del Zar, por lo que los cargos fueron desestimados y sus propiedades y honores, restituidos. Fue ascendido a almirante, aunque posteriormente fue víctima de conspiraciones palaciegas que lograron que fuera apartado de sus cargos en marzo de 1800. A raíz de esta destitución, contactó con los círculos de descontentos de la errática política de Pablo I y conspiró, junto con el vicecanciller Nikita Panin y el gobernador de San Petersburgo Piotr Alexéyevich Von Palen para dar un golpe de estado que pusiera en el poder al gran príncipe Alejandro, el heredero; pero estos planes fueron frustrados por la enfermedad que le afligió, unas fiebres crónicas de las que se había contagiado en campaña, falleciendo el 2 de diciembre de 1800. Muchas fuentes coinciden en manifestar que fue envenenado por Von Palen, ante el temor de éste de que en su delirio revelara los planes golpistas.
La calle principal de Odesa, bien conocida en todo el mundo rusohablante, fue rebautizada como Deribásovskaya en su honor.
¿Quién lo iba a imaginar? Esto es interesantísimo. Gracias por darnos a conocer esta curiosidad histórica.
Menudo personaje, le dan 5 años más y se hace Zar él mismo. Clásica historia de un español que se va por ahí a probar suerte.
Si hubiese sido inglés o yanqui habría 25 películas sobre su vida ahora mismo.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Estatua de De Ribas en la Deribasovskaya de Odesa. Se le representa con una pala y un plano como símbolos de su papel de constructor de la ciudad.
Don Miguel de Ribas, fundador de la ciudad de Odesa
Hace 215 años falleció en San Petersburgo el catalán y español don José Pascual Domingo de Ribas y Boyons, que llegó a ser almirante de la flota rusa en tiempo de Catalina II, y nada menos que fundador de la ciudad ucraniana de Odesa. En esta ciudad existe la calle conocida como Deribasovskaya Ulitsa, (Avenida de De Ribas) que es una de las vías más importantes.
El barcelonés Don Miguel de Ribas, fué destinado allí como representante de España en el Reino de Nápoles, vinculado entonces a la corona de España. Por eso en Rusia se llamó a su hijo Ósip Mijáilovitch Deribás, con acento en la sílaba final.
A los 16 años ingresó en el ejército de Nápoles, y a los 20 ya era Mayor cuando su vida dio un giro al conocer al Conde Alexei Orlov, hermano del famoso amante de Catalina de Rusia, que lo tomó como ayudante e intérprete, y se lo llevó a Rusia. Llegó alli en 1772 y entró en el Cuerpo de Cadetes de Tierra con el rango de Capitán.
En 1783 entró al servicio del Príncipe Grigori Potemkin como coronel, y más tarde general, y al que ayudó a conquistas la península de Crimea y a construir la nueva Flota del Mar Negro, la mitad de cuyos efectivos estaba formada por cosacos zaporogos.
En otoño de 1789 inició una operación nocturna para tomar la poblacion de Hadjibei y la fortaleza costera de Yeni Dunyá, consciente de las posibilidades de esta bahía para construir un puerto militar. Y en este lugar más tarde levantó la ciudad de Odesa, una de cuyas estatuas dedicadas a su fundador es ésta.
Don Miguel de Ribas, fundador de la ciudad de Odesa « SOMATEMPS
Un español al servicio de Catalina II
15 de septiembre de 2015 Natàlia Boronat, para RBTH
Un noble de procedencia española jugó un papel clave en la expansión del Imperio ruso hacia el este de Europa y el Mar Negro a finales del siglo XVIII.
Fuente: wikipedia
Al pasear por la ciudad portuaria de Odesa, en la costa ucrania del Mar Negro, llama la atención el nombre de su calle principal, Deribásovskaya Úlitsa. Literalmente se traduce como “la calle de De Ribas”, y está dedicada al fundador de la ciudad, Iósip Mijáilovich Deribas, que en realidad se llamaba Josep de Ribas.
No es un error. Se trata de uno de los protagonistas de la historia de Rusia de la segunda mitad del siglo XVIII, un hombre que participó en la expansión del Imperio ruso hacia el sureste de Europa y el Mar Negro.
El que llegaría a formar parte de la historia rusa era un marino con espíritu de aventura oriundo de Nápoles, de madre irlandesa y padre catalán. El joven, nacido en 1749 y de origen nobiliario, que ingresó en el Ejército napolitano con 16 años, vio cómo le cambiaba la vida al conocer, cuatro años más tarde, al conde ruso Alexéi Orlov, comandante de la flota rusa en el mar Mediterráneo y hermano de uno de los amantes de la emperatriz Catalina la Grande.
Camino a la capital imperial
Fue durante la guerra ruso-turca de 1768-1774 cuando entró en escena el joven políglota de procedencia española, que aceptó la propuesta de Orlov de unirse al servicio ruso y trasladarse a San Petersburgo.
De camino a la capital imperial, el napolitano participó como voluntario en la batalla naval de Chesme, en 1770. En ella, la flota rusa destruyó por completo a la otomana y después la infantería cruzó el Danubio. Esa victoria permitió acelerar la política rusa destinada a desmembrar el Imperio otomano, apoderarse de Azov, de la costa situada entre los ríos Dniéper y Bug y posteriormente de Crimea.
Pero volvamos a la vida de De Ribas, que llegó, con la protección de Orlov, a San Petersburgo en 1772. Allí se alistó en el cuerpo de cadetes de Tierra. En Rusia reinaba la zarina Catalina II la Grande.
Desde un punto de vista personal, la carrera del descendiente de españoles quedó también marcada por su relación con Anastasia Sokolova, ayudante de cámara de Catalina II. El napolitano y la rusa Sokolova se casaron en 1776 en la iglesia del palacio imperial de Tsárskoye Seló, en las afueras de San Petersbugo, en una ceremonia a la que asistió la misma Catalina II, que llegó a ser madrina de las dos hijas de la pareja.
En San Petersburgo, De Ribas fue ascendido a coronel y en 1783 entró al servicio del nuevo favorito de la zarina, el príncipe Grigori Potemkin, con el que viajó al sur de Ucrania. Juntos afianzaron el dominio ruso sobre la península de Crimea, donde crearon el puerto de Sebastopol, la base de la flota rusa del Mar Negro.
Pero los éxitos militares más destacados de De Ribas estaban por llegar. El militar tuvo una brillante actuación en la guerra ruso-turca de 1787-1792. Ganó sus medallas por la batalla naval del estuario del Dniéper, por su participación en el asedio a la fortaleza de Ochákov, y por la toma de la isla de Berezán, la población de Khadjibei (donde posteriormente se construiría Odesa) y la fortaleza de Ismaíl, un emplazamiento en el Danubio considerado inexpugnable y clave para los otomanos.
Fundación de Odesa
En 1792, De Ribas fue uno de los tres plenipotenciarios de Potemkim que firmó el Tratado de Jassy, que establecía la paz con el imperio otomano y en el que se cedía a Rusia toda la orilla norte del Mar Negro.
En 1794, Catalina II le encomendó la fundación de la ciudad de Odesa, destinada a convertirse en la principal puerta marítima del sur de Rusia. Dos años más tarde, fue nombrado gobernador de la ciudad. No obstante, a pesar de su participación en la creación de la urbe ucrania, los últimos años de la vida de DeRibas transcurrieron en San Petersburgo, donde ya reinaba Pablo I. Allí ascendió al grado de almirante.
Se cuenta que el militar de origen español no pudo mantenerse al margen de las intrigas cortesanas y que participó en una conspiración contra el zar. Sin embargo, el emperador y el almirante tenían muy buena relación, y es posible que eso llegara a poner en guardia al resto de conspiradores.
Poco después, De Ribas enfermó gravemente de forma inesperada. Existe la hipótesis de que fue envenenado. Vsévolod Bagnó, director del Instituto de Literatura Rusa en la Casa Pushkin de San Petersburgo y miembro de la Academia de las Ciencias de Rusia, señala que no hay pruebas que demuestren su participación en la conspiración ni de que le mataran.
Fuente: lori / legion media
El español falleció el 2 de diciembre de 1800 y fue enterrado en el Cementerio Smolensk de San Petersburgo. “Tomó una fortaleza inexpugnable y construyó una magnífica ciudad”, reza el epitafio de su lápida. Otra referencia al fundador de la ciudad ucrania se encuentra en el monumento que hay en honor a la emperatriz Catalina II en Odesa. Allí, en una de las figuras que adornan el pedestal, hay un nombre de connotaciones netamente españolas, a pesar de estar escrito en cirílico: Vicealmirante I.M. De-Ribas.
Bagnó lamenta que esta figura sea tan poco conocida en España. El experto en el militar napolitano cree que De Ribas aceptó la propuesta de Orlov de ser su ayudante e intérprete porque, “inconscientemente, sentía las amplias perspectivas que se le abrían en Rusia, que durante esos años dejaba perpleja a toda Europa con sus grandes proyectos y las brillantes victorias sobre los turcos”.
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Fuente:
Un español¨ al servicio¨ de Catalina II | Noticias de Rusia | RBTH
Última edición por Mexispano; 15/02/2017 a las 08:04
José De Ribas. El Odiseo español
El Odiseo Español
Publicado el 10 jul. 2015
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José de Ribas Plunkett (1749-1800) fue un personaje de epopeya, digno de una película de Hollywood. Pese a su origen extranjero (nacido en Nápoles de padre catalán y madre irlandesa), ocupó cargos de relevancia en el gobierno del Imperio ruso con el zar Pablo I, contra el que conspiró finalmente para asesinarlo. Como militar participó en decisivas batallas de la conquista de Crimea, y es considerado el fundador de la ciudad de Odesa, que fue un regalo de Catalina la Grande a su “Odiseo español”.
Álvaro de Marichalar hizo un viaje en moto acuática a Odesa, Ucrania, siguiendo las huellas de su fundador español ¿Pero era verdaderamente español José de Ribas? ¿Y es la ciudad que él fundó, famosa por las escaleras del Acorazado Potemkin, una ciudad rusa, ucraniana, o simplemente cosmopolita, internacional?
Siguiendo la estela dejada en el Mediterráneo por Derribas y Álvaro de Marichalar, un equipo de filmación indaga en la propia ciudad del Mar Negro sobre la huella y el recuerdo que dejó De Ribas en sus habitantes actuales; y encuentra inesperadas sorpresas.
El documental mismo invita a reflexionar sobre la complejidad de la historia en esta ciudad cosmopolita situada en un país fronterizo (Ucrania significa La frontera). Una historia que se ha complicado todavía más con la reciente guerra que, entre otras cosas, ha impedido que la película pueda estrenarse en Kiev, pese a que fue un encargo de la Embajada de España en esta ciudad.
La Perla del Mar Negro sigue siendo muy deseada por los rusos, aunque los odesitas se sienten muy cómodos viviendo en “la frontera”, como ciudadanos del mundo, a imitación de su propio fundador ¿español?
NOTA: Activar subtítulos antes de comenzar la reproducción
https://www.youtube.com/watch?v=GraGREM1iTU&app=desktop
Última edición por Mexispano; 15/02/2017 a las 08:03
Españoles Olvidados (I) – José de Ribas, héroe ruso y fundador de Odessa
Posted on Febrero 11, 2013 in Edad Contemporanea, Españoles olvidados by Hugo A Cañete
José Pascual Domingo de Ribas y Boyons, más conocido en la Corte del Zar como Осип Михайлович Дерибас – Испан, esto es, Osip Mijáilovich Deribas – Ispan (español).
Almirante de la Flota Rusa, gozó del favor de Catalina la Grande, y de la amistad del príncipe Potemkin, del generalissimo Suvorov, y del héroe de la independencia norteamericana John Paul Jones, por entonces al servicio de la emperatriz, y junto al cual combatió a los turcos en Ucrania. José de Ribas nació en 1749 y era hijo del cónsul de España en Nápoles, reino que en aquella época estaba bajo la protección de España. El padre de José pertenecía a la nobleza catalana, cuestión que José de Ribas dejó clara cuando se alistó en el ejército ruso al hacer constar en el documento que pertenecía a la nobleza española (iz ispánskij dvorián).De Ribas, tras pasar por el ejército napolitano, se alistó en el ejército ruso en 1772, con el grado de capitán. La amistad con un noble ruso lo había introducido en los círculos de la emperatriz Catalina, llegando a Rusia como intérprete. Participó en la Guerra Ruso-Otomana de 1768-1774 y en la de 1787-1792. En ésta última fue enlace entre el príncipe Potemkin y otros oficiales occidentales, como John Paul Jones o el príncipe de Nassau-Siegens.
Estatua de José de Ribas en Odessa
Potemkin, muy satisfecho de los servicios del español, lo traslada a tierra, nombrándolo brigadier y dándole un cuerpo de ejército encuadrado en los ejércitos del Conde Ivan Gudovich, uno de los generales rusos más condecorados, que operaba en el Mar Negro. Destacado en Crimera, ayudó a Potemkin a conquistar la península de Crimera y a construir la nueva Flota del Mar Negro en su nueva base de Sebastopol. En 1789, las tropas de Ribas tomaron la aldea y fortaleza de Khadjibey, donde posteriormente el español construiría Odessa, por las ventajas que ofrecía su magnífica bahía.
Escudo de armas de José de Ribas
Uno de sus más grandes hechos de armas consistió en la conquista de Izmail durante la campaña de 1790 a las órdenes del general Alexander Suvorov. De Ribas diseñó un plan de asalto combinado del ejército y la armada rusa para tomar la poderosa ciudadela turca. El combate desembocó en una lucha callejera calle por calle, casa por casa, donde casi todos los habitantes otomanos de la ciudad fueron pasados por las armas. La consigna desde Estambul, era clara: Aguantar hasta el último hombre.
La Toma de Izmail, 1791
Esta derrota se vio como una catástrofe en el Imperio Otomano, mientras que en el Imperio Ruso la victoria fue glorificada hasta aparecer en uno de los primeros himnos: “Que suene el estruendo de la victoria” (Grom pobedy, razdavaysya!). En 1791, José de Ribas fue ascendido a contraalmirante y jefe de la Flota rusa del Mar Negro. En 1792, Potemkin lo nombra plenipotenciario para la firma del Tratado de Jassi, por el que el Imperio Turco cedía a Rusia toda la costa septentrional del Mar Negro.
Toma de la fortaleza de Khadjibey
En 1795 es promovido a vicealmirante, y en 1796 recibe el grado de Almirante. Poco después de que acabara la guerra, propuso a la zarina la conversión de la guarnición turca de Khadjibey en una gran ciudad portuaria rusa, con instalaciones libres de nieves todo el año. Catalina aceptó la idea, y el 27 de mayo de 1794 promulgó un edicto ordenando su construcción y desarrollo como un centro protuario y comercial, y nombrando a de Ribas jefe del proyecto. Había nacido Odessa, la perla del Mar Negro.José de Ribas comenzó con los planes urbanísticos, que incluían solemnes edificios adminsitrativos de sillares de piedra al estilo europeo de la época, sugiriendo como nombre de la ciudad el de una antigua factoría griega: Odessos. Sin embargo, no se sabe si por indicación de la zarina, o como un detalle o halago hacia ella, se feminizó el nombre, quedando finalmente en Odessa.
El príncipe Potemkin
Como miembro bien posicionado en la Corte, se sospecha que pudo haber intrigado contra el emperador Pablo, pero su muerte se produjo varios meses antes de que tuviera lugar el golpe. José de Ribas y Boyons murió en San Petersburgo en diciembre de 1800 y allí reposan sus restos. La calle principal de Odessa, Deribásovskaya, lleva su nombre en honor del militar español.
Tumba de José de Ribas en el cementerio luterano de Smolensky, San Petersburgo
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Fuente:
Españoles Olvidados (I) – José de Ribas, héroe ruso y fundador de Odessa | Grupo de Estudios de Historia Militar
José de Ribas, el Gálvez español de Rusia
José María Lancho el 23 jul, 2019
“Que el trueno de la victoria retumbe!” El himno ruso de fines del XVIII que dio fondo musical a la derrota de las tropas invasoras de Napoleón y que acompañó el ascenso de ese país como nuevo poder en Europa, narra, en su letra, alguna de las victorias de un vicealmirante español, José de Ribas, al servicio de Catalina II de Rusia.
Nacido circunstancialmente en Nápoles, hijo de un militar y funcionario español de Barcelona que ayudó a conquistar Nápoles para el futuro Carlos III de España, este noble español fue captado en Livorno por un agente ruso, el conde Orlov, hermano del amante en aquel momento de la emperatriz de Rusia, Catalina II la Grande. En aquel tiempo Orlov estaba comisionado para confundir y capturar, nada menos, que a la mismísima rival de Catalina, la supuesta heredera legítima de los Romanov, una hermosa y culta princesa llamada Tarakanova, auténtica Anastasia del s XVIII, que estaba preocupando seriamente a la emperatriz. Tarakanova afirmaba ser la hija oculta de la zarina Isabel I quien habría dejado indebidamente el trono a su sobrino Pedro III, casado con Catalina II. Tarakanova fue seducida por Orlov y trasladada a un buque ruso con el pretexto de celebrar allí su matrimonio pero donde fue hecha prisionera. Catalina, quien no admitía rivalidades, la mantuvo en un duro confinamiento el resto de sus días.
El astuto espía de la zarina no dudó en fijarse en el joven Ribas y en percibir que pocos destinos inclinan el éxito tanto a su favor como nuestro Ribas. De camino a Rusia participa en la batalla de Chesme quizá la mayor derrota de la armada turca después de Lepanto. Bien acogido en la Corte de Catalina se convertirá a los pocos años en una de las piezas que hará del tablero imperial ruso uno de los mayores imperios de la historia. Los primeros años de San Petersburgo le convierten en un cortesano destacado que se vincula con una de las personas más singulares de aquella, la hija del más importante ministro ilustrado de Catalina, Iván Ivánovich Betskói: Anastasia Ivánovna Sokolova.
José de Ribas
Potenkim lo quiere a su lado y vuelve al servicio activo en Ucrania y hace una vertiginosa carrera militar en el Mar Negro.
Interviene de forma principal en el desalojo de los turcos en todos los puntos fundamentales del kanato de Crimea: Ochákov, Jadzhibéy, Yení Dunyá… y el asedio final de Ismail donde, siempre comandando la fuerza naval, resulta decisivo en la toma del que es el baluarte más importante turco en las costas del Mar Negro. Ribas es un genial improvisador lleno de inspiración e iniciativa. Cuando llega a Ucrania le confían las piezas que no encajan en un ejército en plena reforma y modernización, aquello que no se adapta a las formas de ejército occidental de la época. En esto le entregan a su mando naval un montón de cosacos con los que tiene que formar unas unidades marítimas. Ribas aprovecha de forma insospechada esa circunstancia y en lugar de amoldarlos a las rígidas concepciones de un ejército moderno occidental del siglo XVIII, hace que esos descendientes de vikingos construyan el mismo tipo de embarcaciones que habían permitido a sus antecesores adueñarse de Ucrania y emprende operaciones rápidas, muy contundentes, empleando la sorpresa y el golpe de mano. Su protagonismo en las operaciones es tal que consumada la destrucción del poder turco en el Mar Negro Potemkin hace que sea uno de los plenipotenciarios que actúe en las negociaciones en nombre de Rusia en la paz con los turcos.
Los cosacos fueron tropas de choque decisivas en los conflictos con Turquía
El Mar Negro se convirtió en la llave del Este para Rusia en una manera similar a como la navegación del Missisippi representó la llave del Oeste para Estados Unidos. Gálvez libró de británicos la Florida y la Luisiana. Ribas resultó fundamental para liberar la espalda rusa en su expansión hacia el Asia del poder turco.
La comprensión estratégica de José de Ribas propició un último regalo al país que le adoptó y es la creación de la ciudad de Odessa que domina el Dniepper y donde aún se preserva su recuerdo en el nombre de una de sus calles principales. Calle que con ese nombre paseó innumerables veces Puschkin.
Odessa
Tal vez sería oportuno y un acto de justicia proponer que un retrato de José de Ribas estuviera en la Asamblea Federal de Rusia tal como hay un retrato de Gálvez en el Capitolio norteamericano.
De Ribas - Francisco de Miranda
Finalmente, y como es propio de Espejo de Navegantes, rescatamos algún aspecto mucho menos conocido de nuestro personaje que escapa por su propia dimensión de un enfoque meramente estereotipado. Esta es la relación de José de Ribas en Rusia con Francisco de Miranda, el futuro forjador de la causa independentista americana.
El propio Miranda nos habla en sus escritos y memorias de Ribas, persona que se le acercó hablando español, que le trató como a un compatriota e incluso le proporcionó dinero para vestirse con decencia. Miranda siempre se refiere a Ribas como verdadero amigo y ejemplo de persona.
Y tanto el suegro de Ribas como su esposa, a la que el viajero Miranda y a pesar de sus antecedentes mujeriegos miró con la mayor admiración y respeto, le granjearon el mayor respaldo ante la Corte rusa.
En aquella época Miranda no ha completado su ruptura emocional con España, ha intentado convertirse en agente del Estado y ha buscado solucionar la acusación infamante que contra él se ha instruido en Madrid.
Francisco de Miranda
Sin embargo el ministro español en San Petersburgo, Macanaz, en lugar de seguir y atenerse a las instrucciones de Campo y de Normande respecto a que “nada conviene hacer ahí en cuanto a Miranda sino observar, callar y dar cuenta” decidió impulsar una ofensiva en toda regla, utilizando todo el peso de los intereses de España sobre Catalina y denigrar en los peores términos a Miranda ante toda la Corte rusa. Fue una persecución torpe y ruidosa que incluso provocó la participación divertida de la zarina en favor de Miranda y que permitió que este ostentara un rango y vistiera uniforme ruso. Catalina se burlaba del iracundo Macanaz expresándole que si Miranda era una amenaza para el imperio español en ningún lugar tan lejos podía hallarse ese peligro que en Rusia. Miranda sabe ya que no tiene sitio en España más que como reo de Estado y agradece el interés por él de la colonia inglesa en Rusia. No faltan agentes y veteranos ingleses de las guerras contra España en esa Corte que cortejan a Miranda.
Los últimos intentos de Miranda por la reconciliación dirigidos a Floridablanca delatan el dolor y el orgullo herido, pero irrenunciable, de Francisco de Miranda. Un tono que no podía casar con el temperamento y la enorme rigidez de carácter, aunque ejecutiva e inteligente, del ministro de Carlos III.
Catalina intentó retener a Miranda en San Petersburgo, sin embargo los horizontes de uno de los españoles más complejos y dotados de su tiempo estaban en otro lado, sin embargo la palabra Colombia no se escribiría por primera vez en tierras rusas.
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Fuente:
https://abcblogs.abc.es/espejo-de-na...-de-rusia.html
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