DE ASUNCIÓN EN ASUNCIÓN...
DE LOS VARONES FECUNDOS EN VICTORIAS... DON ÁLVARO DE BAZÁN
Nosotros que, a imitación de San Juan de la Cruz, viajamos por obediencia -que no para regalar la vista- pusimos rumbo a la Mancha, para visitar el Viso del Marqués.
Hacía muchos años que no íbamos a rendir pleitesía al Marqués de Santa Cruz. Y, estando en Bujalance de Córdoba -a la que teníamos que volver por amor del abolengo de sus caseríos- fue que se nos ocurrió traspasar Despeñaperros. Los árabes llamaron a Bujalance, Bury al-Hans -la Torre de la Serpiente, que de ahí deriva el nombre actual. Entramos en devoto sigilo a la Iglesia de la Asunción de Bujalance, de hechuras catedralicias, con su torre la más alta de toda la campiña. Rezamos ante el Sagrario, sobre el cual se eleva la primorosa capilla barroca de Nuestra Señora del Carmen. Y a mano derecha nos topamos con un cuadro mural que nos llamó poderosamente la atención. Dicha pintura representaba a todas luces la Batalla de Lepanto. Pues no en balde, se halló en la jornada gloriosa de Lepanto el bujalanceño Fray Pedro Soriano, cuya semblanza aventurera y ascética, reproduce en escala local otra vida exuberante, de esas que España, durante aquellos Siglos de Oro fecundos, diera a la posteridad.
En resumidas líneas, sepan cuantos que Fray Pedro Soriano se alistara a los Tercios Españoles en Flandes. Admirado por el santo de Granada San Juan de Dios, y dizque recibe los hábitos en 1555. Ejerciendo la caridad en Granada es como, a requerimiento de D. Juan de Austria, vendrá el bujalanceño a encabezar un grupo de ocho hospitalarios que embarcan en la Armada Cristiana contra el Turco. Así participará en la famosa batalla, prestando servicios de enfermería. Tras la victoria se vino a entrevistar fray Pedro con D. Juan de Austria y, con el estipendio que el hermano del Rey Prudente le diera, levantó fray Pedro un hospital en Nápoles. Murió el bujalanceño el 18 de agosto de 1588 en Perugia.
Podemos achacar a aquella pintura de Bujalance que se suscitara en nosotros la ocurrencia de visitar el Palacio del Marqués de Santa Cruz, en el Viso. Pues el alma necesita, en esta España postrada en el oprobio, tomar contacto con un lugar como aquel del Viso que es relicario de todo lo mejor de nuestra Historia, y tumba de uno de los Héroes más grandes que parieron los siglos.
Por siempre sea loada la figura de D. Álvaro de Bazán, varón fecundo en obras. Nacido en Granada el 12 de diciembre de 1526, hijo de Álvaro de Bazán el Viejo, que pasó a mejor vida el 9 de febrero de 1588.
Álvaro de Bazán pertenecía a uno de los linajes más ilustres del Reyno de Navarra. Cuentan antiguos armoriales que Bazán (o Bastan) era llamado en lengua vascongada "Jauriguizar" en el valle del Baztán. Según el genealogista Antonio de Baraona, Alonso González de Bastan, con los señores de Moratín, Ayvar y Lodosa, rescataron a D. Sancho Abarca, Rey de Navarra, que estaba cautivo de los franceses, por lo que recibieron los Bazán el escudo del Damero -simbolizando la valentía puesta siempre en juego. "Fue una de las doce casas de ricos hombres que el rey D. Garci Ramírez instituyó en España año de 1135, a imitación de los doce Pares de Francia" -cuenta Argote de Molina en "Nobleza de Andalucía". Pasó al servicio del Rey de Aragón uno de esta Casa, llamado D. Juan González de Bastan.
D. Álvaro de Bazán el Mozo, hijo de D. Álvaro de Bazán el Viejo, general de las galeras de España, fue caballero de la Orden de Santiago, primer Marqués de Santa Cruz, comendador mayor de León y reinos de Portugal... Invicto marino, a bordo de su barco "La Loba", acopió los triunfos y los trofeos a todas las naciones enemigas de la Sacra y Católica España. Este es su palmarés, así reza en unos azulejos de su Palacio:
"RINDIÓ 8 ISLAS, 2 CIUDADES, 25 VILLAS, 36 CASTILLOS FUERTES: VENCIÓ 8 CAPITANES GENERALES, 2 MAESTRES DE CAMPO GENERALES Y 60 SEÑORES Y CABALLEROS PRINCIPALES: 4.753 SOLDADOS Y MARINEROS FRANCESES RENDIDOS; 780 INGLESES: 6.450 PORTUGUESES; TURCOS, MOROS Y MORAS QUE HIZO ESCLAVOS 6.243; CAUTIVOS CRISTIANOS A QUIENES DIO LA LIBERTAD 1.654: APRESÓ 44 GALERAS REALES, 21 GALEOTAS, 27 BERGANTINES, 99 GALEONES Y NAOS DE ALTO BORDO. 7 CARAMUZALES; 3 CÁRABOS MORISCOS Y UNA GALEAZA. Y GANÓ EN TODAS LAS OCASIONES 1.814 PIEZAS DE ARTILLERÍA"
Puso los fanales de las enemigas naves vencidas como lampadarios de las palaciegas habitaciones, y los corredores y estancias de su patricial morada en el Viso fueron ilustrados a la principesca, tal y como merecía varón de tan altas virtudes, Nuevo Marte que sometió al turco soberbio y Nuevo Neptuno que reinó sobre la procelosa superficie de los Mares... Dios tenga en su gloria al Héroe de la Cruz, al Adalid de las Batallas del Señor de los Ejércitos, al Campeón de la España Católica y Filipina. Y allí campean todavía esos fanales, como trofeos de la gloriosa espada de este hijo del Reyno de Granada. Cerca del Palacio de D. Álvaro de Bazán, se alza la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, cuyos antecedentes se remontan -nos refiere Juan del Campo Muñoz, su cronista, en "Viso del Marqués. Apuntes para una historia y descripción del palacio y monumentos"- a las postrimerías del siglo XIV. Y así fue como, de Asunción (en Bujalance) a Asunción (del Viso), recorrimos los caminos del Señor, alabando las marciales vidas de nuestros antepasados, que esmaltaron con su sangre generosa y heroica la Historia más grandiosa que vieron los siglos: la Historia de la Patria que asombrará siempre a todas las demás naciones del mundo, la Historia de la España Eterna, Madre de los más Grandes Héroes.
Rezamos ante el sepulcro del Marqués de Santa Cruz, cuya muerte explica en gran parte el descalabro de la Armada Invencible. Si un epitafio hubiéramos elegido para él, nostros le hubiéramos asignado el que Gonzalo Argote de Molina le dedicó:
"...habiendo pasado por sus manos tan grandes y felices victorias, entre otras glorias, jamás le vió la espalda el enemigo".
Uno puede ir a ver sitios, para regalarse la vista. Pero cuando se viaja por obediencia, va uno a aprender de nuestros ancestros. Cuando en este siglo España yace postrada en su moribundez, visitar el Palacio de D. Álvaro de Bazán en aquel apartado lugarejo de la Mancha, llamado el Viso (del Marqués), hace que recobremos el orgullo de ser españoles. Gracias a los indicios que dejaron vidas como la de D. Álvaro de Bazán nosotros afirmamos y nos reafirmamos en nuestra españolía, renegando de la España actual y oficial, miserable y prostituida.
De Asunción en Asunción, nosotros sabemos que España no está muerta -sino dormida, como Nuestra Señora de la Dormición, pues no en vano María Santísima siempre nos favoreció como hijos predilectos de su Soberana Realeza.
Maestro Gelimer
LIBRO DE HORAS Y HORA DE LIBROS
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