La Generalitat niega que falseara la bandera española en un grabado
ESTEBAN VILLAREJO / MADRID
Dice que el cuadro alude a hechos posteriores a 1715, pero no existía esa enseña
ABC
Arriba, el grabado coloreado. abajo, la versión de la Generalitat
La Generalitat de Cataluña negó ayer en un escrito dirigido a ABC por Mercedes Morales, comisaria de la exposición en el centro Blanquerna de Madrid «1714. Memoria gráfica de una guerra», haber falseado uno de los grabados de la muestra en el que se exhiben barcos de guerra con banderas españolas rojas y amarillas. ABC publicó el pasado martes que, en efecto, se ha falseado el grabado ya que su original es en blanco y negro y la reproducción utilizada ahora por la Generalitat contiene una bandera rojigualda inexistente todavía en aquel año.
Según la Generalitat, «el grabado es, efectivamente, del autor francés Pierre Aveline, pero en ningún caso puede ser de 1692. Una perspectiva completa de la obra demuestra que en el extremo superior derecho se representa la fortificación de la Ciudadela, que no se empezó a construir hasta 1715».
«Fue una obra popular -añade la comisaria- de la que se fabricaron numerosas planchas y por ese motivo es difícil identificar la versión original. La coloración de los grabados posteriores dependía del grabador que lo produjera. Por este motivo, tan probable es que las banderas reprodujeran los colores de la actual bandera española o de los Países Bajos. Pero en ningún caso uno es la tergiversación del otro, sino distintas versiones de una misma plancha (como se ve con el distinto tono de ambos grabados, independientemente del color de las banderas). La versión usada en la muestra puede encontrarse, por ejemplo, en la obra Barcelona 1714. Els gravats de la Guerra de Successió, del historiador Agustí Alcoberro».
La Generalitat continúa argumentando que «dentro de la muestra el grabado forma parte del bloque temático Represión y exilio, es decir, posterior a la caída de Barcelona de 1714. El motivo de su inclusión no es otro que el de contener una de las primeras representaciones gráficas de la Ciudadela, la fortificación construida sobre los cimientos del barrio de la Ribera por los borbónicos para controlar la ciudad». Y concluye: «Por ese mismo motivo, el grabado nunca puede representar un bombardeo de la ciudad, ya que el de 1714 fue el último asedio marítimo sufrido por Barcelona. Lo más probable -sostiene la comisaria Morales- es que el grabado represente la partida de una flota borbónica, y los cañones estén disparando salvas de honor».
No obstante la versión de la Generalitat, ABC comprobó a través de distintos archivos artísticos que la primera fecha de aparente realización del grabado fue 1692. Aun en el supuesto de que fuera posterior a 1715, fecha de la construcción de la Ciudadela, lo cierto es que nunca pudieron colorearse en rojo y amarillo unas banderas que, sencillamente, no existieron hasta el 28 de mayo de 1785. De hecho, hasta el reinado de Carlos III, la Armada no adopta el modelo de bandera rojigualda para sus barcos. Además, entre los historiadores cobra fuerza la idea de que se trata de barcos holandeses -como así figura en una versión realista del grabado- y no de ningún tipo de «salva de honor» de barcos borbónicos a la salida del puerto de Barcelona... con una bandera que ni siquiera se había inventado.
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