La intención de querer separar las provincias de Barcelona y Tarragona en una nueva comunidad llamada «Tabarnia» es viable constitucionalmente a diferencia de la intención de querer separar Cataluña del resto del Estado cosa que sí es anticonstitucional. Véase por ejemplo el artículo 144 de la Constitución que dice:
«Las Cortes Generales, mediante ley orgánica, podrán, por motivos de interés nacional:
a) Autorizar la constitución de una comunidad autónoma cuando su ámbito territorial no supere el de una provincia y no reúna las condiciones del apartado 1 del artículo 143.»
Mi opinión respecto al tema de «Tabarnia» es que pese a que se ha tratado de combatir humorísticamente y sarcásticamente al separatismo catalán y haber puesto en relieve los mismos argumentos que ellos utilizan haciéndoles ver a los separatistas lo ridículo de sus argumentos no me ha gustado alguna de las opiniones vertidas así como los argumentos utilizados por los que encabezan el proyecto de «Tabarnia» que han dejado claro las intenciones de lo que quiere ser «Tabarnia».
El proyecto de «Tabarnia» es un proyecto liberal, progresista, urbanista y europeísta y que algunos apoyan porque consideran que este es un espejo del separatismo. «Tabarnia» padece de las mismas enfermedades que ha sufrido esa Cataluña que se ha convertido separatista como señaló eminentemente el profesor Miguel Ayuso que dijo: «dejaron de ser católicos, tomistas y reaccionarios, para reconciliarse con Europa». Si observamos los comentarios dados por los que apoyan en su mayoría el proyecto de «Tabarnia» veremos que acusan a la Cataluña rural que ha sido víctima del Estado liberal de «atrasada», de «inculta» pues son rurales y relacionan esto con la incultura, de «antigua» pues en las áreas rurales sigue habiendo una influencia de la Iglesia que participa en la vida pública de los rurales, de «reaccionaria» pues una gran parte de los rurales que critican no son europeístas a diferencia del proyecto de «Tabarnia». En definitivamente, vemos como el proyecto de «Tabarnia» padece de los mismos males y me atrevería a decir que mayores que la Cataluña separatista pues los planteamientos que proponen los que encabezan tal proyecto en caso de realizarse traería definitivamente consecuencias negativas no solo para Cataluña sino también para el resto de España.
El proyecto de «Tabarnia» quiere hacer ver que el problema se halla en las gentes de Lleida o Girona cuando el problema se encuentra en el Estado liberal, Estado liberal del cual los que encabezan tal proyecto apoyan sin duda alguna amparados en un paupérrimo «patriotismo constitucional». En Cataluña hay que reivindicar sus esencias y esta es el Principado de Cataluña, la Cataluña católica, foral e hispánica, que honrando a las memorias de sus héroes que lucharon contra las ideas de la Revolución sea una Cataluña ajena a todo tipo de pensamiento revolucionario manteniendo sus esencias.
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