Sin olvidar que ordenó fusilar TAMBIÉN a algunos de "su propio bando", como los hermanos Badía; uno de los cuales, conocido con el sobrenombre de "capitá cullons" y jefe de las juventudes de Esquerra, cometió el error de beneficiarse a una señorita amante de Companys. A tanto llegó el asunto, que éste la obligó a "jurar solemnemente" y sobre la sagrada cama donde murió el coronel Maciá, que nunca más vería al "capitá".
A este hecho insólito se le conoció en la época como "la misa negra en la cama de Maciá". Así era el pájaro que nos ocupa.
Hoy tenemos otros por el estilo; Gilly Toledo se ha reafirmado en sus coprofagias porque ha dicho que "es necesario".
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