¿Nos van a visitar los alienígenas?
Eso podríamos pensar a la vista de la última iniciativa de la ONU. La cosa es que ha nombrado a una astrofísica de nombre Mazlam OTHMAN, de nacionalidad malaya, como embajadora o coordinadora por si acaso una civilización extraterrestre decidiera establecer contacto con la Tierra.
El argumento parece basarse en que ya van cerca de 500 planetas extrasolares detectados, y en las probabilidades de que existan otras razas inteligentes. Ya en este verano el "estimulante intelectual" Stephen Hawking nos advirtió contra la llegada de "alienígenas malos" que podrían invadirnos para esquilmar nuestro planeta. Vamos, sólo un poquillo de visión antropocéntrica.
Esto puede sonar a chunga, sorna, broma o cualquier otra cosa, pero hoy la cadena autonómica de "Telemadrid" ha lanzado la noticia en su informativo del mediodía.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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