YA SE VAN LOS JORNALEROS....
A los jornaleros de los Reynos del Andaluzía
Noche grande, noche quizá triste....
Previa al amanecer,
El olivar sigue erguido,
Ligero viento ya avisa su parecer,
Casi tímidos murmullos en las tabernas,
Adornadas por lo rústico y lo sencillo,
Por el sabroso olor del tempranero café,
Reuniéndose van las cuadrillas en corrillos,
A eso de las siete de la mañana,
Ya se nota emerger la actividad,
Comienzo un duro y nuevo día,
Donde el campesino se gana su jornal,
Dureza de trabajo, salario paupérrimo,
Y encima mal visto el tipo de campo está,
Ante los ojos del soberbio urbanismo,
Ya sea comunista o de capital,
Los pajarillos ya van cantando,
Y los jornaleros en sus vehículos se disponen,
Llegan a su tajo con algo de frío,
Cuando todavía asedia la noche,
Abundante conversación en el mismo círculo,
Si se tercia, una buena candelita,
Hasta que no se vean bien las aceitunas,
No puede comenzarse la recogida,
El sol anuncia, pues, ese nuevo día,
Donde ya se espera la hora del desayuno,
Las espuertas vacías están,
Hay que llenarlas; trabajo duro,
¿ Son los andaluces vagos ?
¡ Que venga Dios y lo vea !
Desde la bella Granada ya se advierte,
Córdoba y Jaén de molino, Sevilla de mesa,
¿ Que pega el sol ? ¿ Que arrecia el frío ?
De todo ello bien se empapan los jornaleros,
Puede sentir el agua que a chuzos cae,
Que si precede al amanecer, trabajo ese día no tienen ellos,
De revoluciones y sacrílegos robos,
Se condensó la mal llamada “ desamortización “,
¡ Cuánto han sufrido, sufren y sufrirán;
Malvada tiranía; liberalismo opresor !
Odia al campo el burgués,
Profunda tirria el sistema le tiene al campesino,
Jornalero, ¡ cuánto resquemor padeces !
Jornalero, ¡ triste parece tu sino !
Han logrado meter cizaña en muchas nobles mentes,
Los marxistas, burguesía heredera del liberalismo,
¿ Aún pervive aquella tradición religiosa del hombre de campo ?
Aun resistiéndose, los pueblos parecen caer en el abismo….
Y ya pensando en el fin de la jornada,
Va el jornalero para casa,
Poco tiempo le queda la meditación;
Y si puede, en la tarde también trabaja,
Peonada y media en la dureza de la tierra,
Sudor bien sudado en pieles curtidas,
Trabajo nunca del todo agradecido quizá….
Igual es un felino que lamer quiere sus heridas….
Aun teniendo poco tiempo de meditar,
Ese silencio de la noche le queda,
Y la inmensidad del campo,
La luna y el sol, testigos de la brega….
Rodillas algo lastimadas ante la intransigencia de los terrones,
Frío; amén de hierro y madera,
De las faldas a los pimpollos,
Siempre presente la alta escalera….
De colorado y blanco son las tierras,
Las yerbas y sus variados tonos verdes,
El dolor en la espalda se convierte en rutina,
Paseando con el macaco, lo rústico de siempre….
¡ Ya se van los jornaleros !
¡ Ojalá que vengan nuevos días !
¡ Que el especulador cemento no devore a la tierra;
Que no sienta tanta pena el alma mía !
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