El capitulo que les comparto es a raíz de varias dudas acerca del mismo que yo no he podido precisar de forma concisa, quisiera ver si ustedes pueden arrojar luz sobre este capítulo que es obra de un profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México y que se le considera un prestigioso (cosa que yo no comparto del todo) catedrático en mi Facultad de Estudios Superiores.
De antemano muchas gracias por sus valiosas y opiniones.
Política Un Modo de Abordarla
Rodolfo Guzmán Jiménez
Capítulo I
EN BUSCA DE UN CONOCIMIENTO CIENTIFICO DE LA POLITICA Y DE LA REALIZACION DE LOS GRANDES IDEALES DEL HOMBRE.
1. El mito. Origen y características
En la búsqueda d un conocimiento preciso del apasionante tema de la política, es tradicional e imperativo remitirse al gran acontecimiento del despertar de la ciencia (filosofía) en el llamado “Mundo Clásico” de los griegos.
Al parecer los filósofos se presentan un cambio de terreno en las formas cognoscitivas de aprehender la realidad del cosmos, del hombre y de la comunidad. Antes de esto, a saber, la explicación predominante se encuentra preñada de mitología.
En las historias mitológicas se localizan algunas de las siguientes características: a) se narra la vida de los entes supremos, b) dichas vidas se consideran sagradas, c) sus actitudes son contempladas como paradigmas de la conducta humana y, vale decir, dichas historias se “viven” socialmente.
Numerosos científicos han intentado dar cuenta de la génesis y escritura del pensamiento mitológico.* Para algunos, entre el mito y el pensamiento científico media una ruptura, mientras que para otros existe más bien una relación de continuidad. En el primer caso, se supone que la humanidad como tal tiene determinada infancia, durante la cual explica imaginariamente el origen de las cosas y que, al madurar, rompe con las explicaciones anteriores para inaugurar la ciencia.
En cambio quien sostiene la idea de continuidad entre el mito y la ciencia reconocen en el primero aparece ya una estructura lógica de pensamiento que de ninguna manera podría considerarse “infantil”, de tal manera que la ciencia solamente transforma el contenido de dicha lógica, planteando un modo alternativo de interpretación de la realidad.
Otros enfoques intentan explicar el origen del mito a partir del lenguaje; se dice que enfrente al orden que presenta la sintaxis aparece un desorden, un desbordamiento, representado por las historias míticas, pero que ello pudo suceder por el hecho de que, existiendo modos distintos de nombrar una cosa, se pensó que realmente existían más cosas, y que cada palabra correspondía a una cosa más.
De la perspectiva medico-psicológica se desprendió que con motivo de determinadas enfermedades en las que se produce, por ejemplo, una alta temperatura, se van produciendo visiones e imaginaciones de las cuales pudieron surgir las historias míticas. Pero más allá de este planteamiento, con las aportaciones del psicoanálisis, emana la interesante propuesta de que el origen del mito, más que buscarlo en una imaginaria infancia de la humanidad, debe localizarse en el proceso y las etapas de la vida de todo hombre. Esto explicaría cuando menos en parte, que el mundo moderno se continúen produciendo visiones mitológicas, a la par que la ciencia avanza. Edipo, en esta perspectiva, no es solo un personaje trágico de la antigüedad, sino una posible problemática que se genera en todo tiempo con motivo de la relación de los hijos con los padres.
En esta compleja con relación de argumentaciones, aparece también aquella que propone a la naturaleza finita del hombre como la fuente generadora del mito. Es, vale decir, la no resignación del hombre frente a su propia muerte lo que lo conduce a buscar su trascendencia en entes, dioses supremos y posibles vidas futuras, después de aquellas propiamente terrenas y carnales.
El planteamiento de que la muerte es un falso problema porque “mientras me preocupo por ella, ella no está y cuando esta se presenta no hay manera de preocuparse”, no ha satisfecho al parecer a la mente humana. Lo que hay es más bien la rebeldía frente a la muerte propia, cuya procedencia más directa es la experiencia de la muerte del otro. Es, pues, el estado insatisfactorio de la finitud y el deseo de pervivir aquello que movería nuestra imaginación para la producción de mitos. El campo aquí se ampliaría a todo aquello que es desconocido, aquello que sucede y en su sucesión no entendemos, pero tampoco nos resignamos a cancelar.
3. Visión general de la cuestión política en la Edad Media
La idea de que la igualdad entre los hombres, que como ya asentamos anteriormente fue rechazada por el pensamiento clásico, cobrara significación (con antecedentes estoicos) dentro de las concepciones que caracterizan al Medioevo. Efectivamente, en este periodo influido hondamente por el nacimiento de Cristo aparecerá la noción de que, siendo todos los hijos de un mismo padre, somos por lo tanto iguales en la hermandad. Sin embargo, dicha noción general se habría de contradecir con la estructura de dominación existente, a través de las instituciones eclesiásticas caracterizadas por rigurosas jerarquías.
L presencia de la autoridad requería de justificaciones congruentes con la doctrina y encontró que la obediencia a la voluntad suprema (mediante sus representantes) se legitimaba por el hecho de que nuestra condición humana provenía del “pecado original” y que, por lo tanto, debería someterse a una suerte de castigo potencial o de facto, ejercido por las instituciones materiales depositarias de lo espiritual. A esto hay que agregar la característica del orden medieval-feudal en cuanto a la disputa por el poder, protagonizada entre los reyes y los papas, y el sistema de sujeción de la servidumbre con relación a la tierra, y los agregados patrimonialistas de los señores feudales. En síntesis, podría decirse que enfrente a un postulado general de igualdad entre los hombres por la voluntad divina se oponía una desigualdad real de los dispositivos propios de dominación de la época, con real de los dispositivos propios de la dominación de la época, con las consecuentes generalizaciones políticas de por medio.
Por otra parte (ininteligible hay algunas frases borrosas ) de la verdad mediante el uso de la razón del hombre, propio del pensamiento clásico, se verá obstruido por la idea de que hay una verdad revelada y que el hombre ya no puede objetar. La investigación teórica y el cuestionamiento de cuanto existe tendrá el límite de la voluntad divina. ¿Significa esto que durante la Edad Media el pensamiento político retrocede a las sobredeterminaciones extrahumanas de la mitología contra la cual lucharon los clásicos pensadores? ¿Hay sin embargo en el terreno de la igualdad de los hombres un avance (al menos teórico) con relación a las justificaciones de la desigualdad natural planteadas por Platón y Aristóteles?
Sin duda, deben reconocerse en esta trama diversos “cambios de terreno” tanto en las condiciones materiales de las sociedades, cuanto en sus concepciones ideológicas y sus esfuerzos de interpretación de la realidad. A primera vista, aparece un retroceso en el espíritu científico y un adelanto en materia de igualdad como postulado de teoría política, aunque estas consideraciones no representan literalmente ni el regreso a la mitología, ni la inauguración definitiva y lineal de las premisas ilustradas de la igualdad humana, que vendrá siglos más tarde.
¡ VIVA MÉXICO VIVA SANTA MARÍA DE GUADALUPE VIVA MÉXICO !
Adelante soldado de Cristo
Hasta morir o hasta triunfar
Si Cristo su sangre dio por ti
No es mucho que tu por ÉL
Tu sangre derrames.
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