Notario de la Santa Inquisición y precursor de la Oftalmología moderna: Benito Daza Valdés (1591-1634)
Benito Daza Valdés: "El Siglo Médico", 91, 1933, p. 419 (Banco de Imágenes de la Medicina Española)
En esta serie de artículos vamos mostrando, caso a caso, no sólo la falsedad de la pretendida oposición entre Catolicismo y progreso científico sino la armonía entre ambos. Ningún argumento más probatorio que el de los hechos concretos como son los que han ido apareciendo aquí y que no son sino una pequeña muestra del total. La punta del iceberg, podríamos decir.
Este objetivo que nos hemos fijado, y que tiene bases históricamente rigurosas, debe ser conocido lo mejor posible por todo católico que valore su Fe. Porque si se admiten los tópicos al uso de que la religión Católica ha supuesto un obstáculo insuperable a la investigación científica no sólo se aleja uno de la verdad histórica sino que, más pronto o más tarde, acabará alejándose también de la Fe misma. El católico que dé crédito a esas mentiras y se crea que su Fe y la Ciencia están en oposición acabará avergonzándose de su historia, acabará no sabiendo qué hacer con su historia. Y el católico que no sepa qué hacer con su historia acabará no sabiendo qué hacer con su Fe.
Por eso hemos ido a buscar el ejemplo de hoy en aquella institución católica que representa para la mentalidad dominante la máxima expresión del obscurantismo: la Inquisición. Ya que pocas personas en el mundo han trabajado tanto –y con éxito- para favorecer lo contrario del obscurantismo, es decir, el ejercicio de la vista, como este notario de la Inquisición cordobesa el sacerdote Benito Daza Valdés (1591-1634).
Benito Daza Valdés en 1623, es decir a los 32 años de edad “haciendo uso de sus conocimientos en matemáticas y óptica, publicó la obra “Uso de los anteojos para todo género de vistas en que se enseña a conocer los grados que a cada uno le faltan de su vista, y los que tienen cualesquier anteojos y así mismo a que tiempo se han de usar, y como se pedirán en ausencia, con otros avisos importantes, a la utilidad y conservación de la vista”, conocido vulgarmente como “El uso de anteojos””[1].
Portada del libro de Benito Daza
Pongamos atención en el párrafo final que a la aportación del notario de la inquisición cordobesa dedica la misma fuente que antes hemos citado: “Gracias a esta obra se le considera uno de los precursores de la Oftalmología moderna. En ella detalla cómo clasificar las lentes, cómo graduar la vista, además de cómo operar las cataratas e incluso propone colocarse cristales ahumados contra los efectos nocivos del sol. El esquema propuesto por Daza de Valdés para clasificar las lentes es el distintivo de la Sociedad Española de Oftalmología”.
Benito Daza dedicó su libro, que hace de él un bienhechor de la humanidad, a la Virgen de la Fuensanta. Y como muestra de lo arraigado de la falsedad contra la que desde aquí luchamos -y seguiremos luchando si Dios nos da salud- con las armas de la historia rigurosa este comentario tontorrón que al respecto hace uno de los que se ocupan de nuestro pionero de la Oftalmología:”¡La verdad, algo muy curioso el dedicar un libro de ciencia a una virgen !”
Eduardo Montes Esteire
Notario de la Santa Inquisición y precursor de la Oftalmología moderna: Benito Daza Valdés (1591-1634) | Tradición Digital
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