¿POR QUÉ NO SE PUEDE MANTENER UNA DISCUSIÓN CON LOS EVOLUCIONISTAS?
Uno puede sentarse con un matemático y razonar con él, sobre la solución correcta de un problema, y al final de la discusión, los dos, aceptar por la evidencia, una conclusión como cierta, y el que estaba equivocado, lo reconoce y no pasa nada.
Lo mismo se puede hacer con un físico, un químico, o cualquier otro científico, salvo … con los evolucionistas, es indiferente que sean científicos profesionales o no, y ¿por qué ocurre esto?

La evidencia es que no se puede discutir con evolucionistas, sólo se puede hablar de los mecanismos por los que la evolución ha tenido lugar, pero sobre si ha existido evolución de las especies, sobre eso no se puede argumentar, mucho menos ponerlo en duda, y ni se te ocurra pedirles pruebas objetivas, ellos han hecho un acto de fe ciega, se lo creen, y si se toca ese punto, o se levantan y se van o entran en descalificaciones e insultos como ignorante, anticientífico, fanático, creacionista, o cualquier otro parecido, pero se niegan a argumentar y mostrar las pruebas de su certeza,

¿por qué ocurre esto?

El nudo de la cuestión es que el evolucionismo es una cosmología, es un modo de concebir la existencia, la vida en general y la vida personal, en el fondo es una CREENCIA, la componente cosmológica del materialismo y del ateísmo, aunque vaya disfrazado de laicismo o de cientifismo.

Los evolucionistas, no pueden dudar ni por un instante del evolucionismo, porque es una explicación lógica (eso no quiere decir que sea verdadera) de la maravilla de la naturaleza, una explicación que pretende explicar la vida como salida de los propios elementos químicos, y claro, si se tambalea esa explicación, a la razón humana, ante la maravilla y perfección de la naturaleza y sus criaturas, sólo le queda que reconocer en ella la obra admirable de un ser superior, y por ahí no quieren pasar.

Cuando se haga pública y se difunda socialmente la falsedad del paradigma evolutivo (algo que sucederá), podrán esconder la cabeza debajo del ala, porque sólo les quedarán dos soluciones,
- una aceptar la estabilidad del mundo, que es lo que realmente capta nuestra percepción de la realidad, (los gatos nacen de los gatos, y así hacia atrás en el tiempo lo que quieras), y
- la otra es aceptar que tuvo que existir una primera pareja de gatos, y claro aceptar que un gato ha surgido de pronto de una piedra es inimaginable, por lo que en este caso no quedaría otra opción que aceptar que si la vida ha tenido un comienzo instantáneo, ha existido un creador.

Santo Tomás razonó admirablemente en un opúsculo,[1] que no hay oposición entre la eternidad del mundo y la creación; y que la eternidad del mundo es la conclusión lógica de la razón, mientras que la creación es la conclusión de la fe por la revelación.

A todo esto, los evolucionistas se agarran como lapas a la segunda ley de la termodinámica, que viene a decir más o menos que en todos los procesos una parte de la energía utilizada se disipa y no puede volver a utilizarse, por lo que el total de la energía de un sistema siempre va disminuyendo, por lo que el cosmos hubo de tener un origen, no puede ser eterno, tendrá un final.
Lo malo es que no consideran de dónde surgió toda la energía originaria previa a eso que llaman la gran explosión, es evidente que aplicando a la totalidad del cosmos la segunda ley de la termodinámica, la energía presente antes de su “explosión”, es la mayor cantidad de energía que ha habido, pero si consideran el cosmos un sistema cerrado al que no llegan “aportaciones externas”, entran de algún modo en un razonamiento absurdo.[2]

Soy consciente de que hay algunos evolucionistas que no se consideran materialistas ni ateos, a esos les pido por favor que formulen con claridad qué es lo que creen con respecto al origen de la vida, al origen de las especies, al origen del hombre y a las causas que han dirigido el devenir del cosmos y de la vida en él.

[1] Tomás de Aquino, “Sobre la eternidad del Mundo” Edit. Encuentro 2.002

[2] algunos astrofísicos, han postulado que el “bing-bang-bung” es sólo una pulsación, que toda la materia del universo se colará en los agujeros negros, se juntará en otra dimensión, y cuando esté toda junta, habrá otra mega-explosión y vuelta a empezar, y que esto ya ha sucedido varias veces.
En lo que hablábamos referente a la energía, peor me lo pones, y en lo referente a la idea en sí, era raro que no llegara a todos los ámbitos la huida generacional del cristianismo al hinduismo, porque esa nueva hipótesis, suena bastante a la reencarnación del universo.


ESTABILIDAD DEL MUNDO : PRINCIPIO DE ACTUALISMO.
Este es un principio básico, contrario al evolucionismo, de todas las ciencias y también en la vida cotidiana.
El principio podría enunciarse así: Observando lo que sucede en la actualidad, podemos deducir, por analogía, lo que sucedió en el pasado.

Este principio se usa cotidianamente en geología, por ejemplo, observamos, cómo en la actualidad, las olas amontonan la arena en la playa con una estructura muy concreta, vemos que entre los granos de arena, hay conchas de bivalvos, de gasterópodos y restos de alguna ostra.

Estas observaciones que hemos realizado, nos permiten afirmar con bastante certeza que un paquete de arenas de una época geológica pasada, amontonada con la misma estructura, y con fósiles de bivalvos, gasterópodos y ostras, se sedimentó en una antigua playa de unas condiciones geográficas y climáticas semejantes a la que hemos observado en la actualidad.

Este principio usado cotidianamente, aún sin conocerlo, permite todas las investigaciones policiales y muchas de las investigaciones científicas, pero implica inevitablemente una cierta estabilidad del mundo, que permite adquirir conocimientos gracias a la experiencia.

Esta experiencia puede ser previa o posterior. ¿Cuántas veces al observar algo ha entendido claramente un suceso del pasado?, diciendo o pensando: “¡Ah!, así que esto fue lo que pasó”.

Si imaginásemos un mundo inestable nos ocurriría que si ponemos la sartén en el fuego con aceite, y le echamos un huevo de gallina, no sabríamos qué saldría, si un escalope de ternera, una trucha a la plancha, o una fuente de profiteroles. Si el médico receta una vacuna, no sabríamos si va a servir para la viruela, el sarampión, el cólera o la gripe. Si giramos la llave del arranque del coche, no sabríamos si el motor se pondrá en funcionamiento, si el asiento se echará para atrás, o se caerá la puerta al suelo.

Es precisamente la estabilidad del mundo, la que nos permite aprender y relacionarnos y ha hecho posible que levantemos esta civilización.

En la actualidad hay teorías “científicas” que nos impelen, con insistencia, a creer en la inestabilidad del mundo: las dos más conocidas la teoría de la evolución y la teoría de la relatividad.


TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN:
Su argumento principal es que aunque el mundo nos parezca estable, eso es una ilusión debida a la corta duración de nuestra vida comparada con la de las edades geológicas, o con la del Universo.
Se pretende que aceptemos como científico algo que sobrepasa con creces la objetividad propia de las ciencias empíricas, que ha de permitir realizar experimentos para su verificación.
Todos sabemos que los gatos paren gatos, de los huevos de pata, nacen patos, y que si plantamos una castaña, crecerá un castaño; está es nuestra experiencia de la estabilidad del mundo.
Pero nos dicen que es un hecho científico comprobado que ha sucedido millones de veces a lo largo de la historia de la tierra, (aunque ahora no), que un ser de una especie engendre un descendiente de otra especie distinta.
Podemos entender que los descendientes son parecidos a sus padres, no iguales, y que esas pequeñas desigualdades varían y oscilan a lo largo del tiempo, pero que un tipo de seres genere otro tipo de ser con otro tipo de vida, es algo de lo que no tenemos ningún ejemplo, ni en la actualidad ni en el registro fósil. Además tampoco nos explican en virtu de qué mecanismo sucedería eso.


TEORÍA RELATIVIDAD:
Por otro lado nos dicen que todo es relativo, el movimiento, el espacio, el tiempo, nuestra percepción de la realidad, todo, nos dicen que no existe nada objetivamente verídico.
Cuando en realidad no es que el movimiento sea relativo, lo que es relativa es nuestra capacidad para observarlo y medirlo, pues depende de nuestra posición.

Otro tanto ocurre con el espacio y el tiempo, no son relativos, sino que nuestra capacidad de medirlos o de estudiarlos, se queda corta ante escenarios complejos que podemos imaginar, pero no en la vida real, por eso tenemos metros y relojes.

En cuanto al resto de cosas, hay ciertamente cosas opinables como cuál es la chica más guapa o la comida más buena, pero la mayoría de las cosas, o son o no son, la pantalla en la que usted lee esto, no es relativa, existe ciertamente, y no es opinable si existe o no, eso son sólo majaderías, o posturas de personas que se empecinan en mantenerse en el error.

Como bien explicó Santo Tomás: El que niega la existencia de la verdad, cae en una fragante contradicción, puesto que para el, es verdad que no existe la verdad. Los relativistas pecan de esto, puesto que para ellos es verdad que todo es relativo.

Si nos pidieran que creyésemos que los elefantes vuelan, pensaríamos que nos toman por tontos, o que se trata de algún experimento sobre la fantasía, pero nos piden que creamos en la inestabilidad del mundo, algo que contradice todas nuestras percepciones de la realidad y asentimos sin más simplemente por la única prueba de la persistente machaconería con que se repite en todos lados.


LOS ÁRBOLES FÓSILES.
Normalmente se nos habla de que los seres vivos estamos continuamente en evolución, nos dicen que todos nosotros somos poli-mutantes, que la evolución es un hecho comprobado, que es ciencia, etc.

Vamos a ver, por ejemplo, algo de lo que se sabe de los árboles, pero antes vamos a clarificar dos cosas esenciales y de sentido común, aplicables a todo lo referente a cualquier tipo de fósiles:

1. El hecho de que a partir de un momento geológico no se hayan encontrado fósiles de una especie, y la evidencia de que hasta donde conocemos (que es bastante) esa especie no vive en la actualidad, nos autoriza a afirmar con bastante garantía de certeza, que esa especie vivió en la Tierra y que se ha extinguido.
Pero en ningún caso es posible sacar de ello ninguna conclusión referente a que las especies evolucionen unas de otras.

2. El hecho de que encontremos fósiles de una especie remontándonos hacia atrás en el tiempo, hasta una época determinada, nos autoriza a decir que: El resto fósil más antiguo de tal especie, encontrado hasta ahora, pertenece al Eoceno (por ejemplo).
Pero en ningún caso podemos decir que esa especie apareció en la Tierra en el Eoceno, por ejemplo, porque continuamente, nuevos hallazgos van remontando hacia atrás la edad del fósil más antiguo.

Dicho esto, vamos a ver una lista con los datos que poseo, de los fósiles más antiguos encontrados hasta ahora de algunos árboles (he suprimido los nombres científicos para simplificar):

Araucaria, ya vivía en el Jurásico.
Ciprés, ya vivía en el Jurásico.
Tejo, ya vivía en el Jurásico.

Pinos, ya vivían en el Cretácico.
Enebro, ya vivía en el Cretácico.
Magnolio, ya vivía en el Cretácico.
Laurel, ya vivía en el Cretácico.
Cinamomo, ya vivía en el Cretácico.
Nogal, ya vivía en el Cretácico.
Nogal, ya vivía en el Cretácico.
Sauce, ya vivía en el Cretácico.
Álamo, ya vivía en el Cretácico.
Fresno, ya vivía en el Cretácico.

Ginkgo, ya vivía en el Triásico.

Abeto, ya vivía en el Eoceno.
Olmo ya vivía en el Eoceno.
Secuoya, ya vivía en el Eoceno.
Almez, ya vivía en el Eoceno.
Tilo, ya vivía en el Eoceno.

Ficus, ya vivía en el Oligoceno.
Abedul, ya vivía en el Oligoceno.
Encina, ya vivía en el Oligoceno.
Castaño, ya vivía en el Paleoceno.

Es seguro que alguien dirá enseguida: pero esos ejemplares encontrados fósiles son parecidos a los actuales, son otras especies antecesoras evolutivas de las actuales etc…

Pues bien, lo primero es que tanto las hojas como los frutos de los árboles, no son productos industriales exactos, su forma depende de múltiples factores algunos genéticos y otros epigenéticos (se llama así a los factores que afectan a los seres vivos y que no tienen absolutamente nada que ver con los genes). Su crecimiento está estrechamente relacionado con los logaritmos de series aritméticas y geométricas de números.
La variabilidad de formas en un mismo ejemplar, puede llegar a ser escandalosa. Y los estudios sobre estas variaciones y sus parámetros, se abandonaron conforme se fue instalando el paradigma evolutivo. Por ello es totalmente gratuito afirmar que esos no eran ejemplares de la misma especie que los actuales.

Por otro lado, a poco que busquemos encontramos cosas como esta: “Durante el Carbonífero y el Pérmico, en la actual Sudamérica, eran abundantes los árboles del género Voltziales (extinguido). Pero resulta que sus restos son indistinguibles de la Araucaria heterophylla, que vive en la actualidad en la cordillera de los Andes”

¿Dónde está la evolución de árboles que llevan entre 50 y 100 millones de años sin evolucionar?.

¿Resulta que la evolución es una cosa que pasó hace mucho? ¿no se da en el reino vegetal?

¿Será que la evolución es una ciencia ficción que no evoluciona?


LOS PRIMEROS SERES VIVOS.
Vamos a suponer, por un momento, que la vida ha surgido como dicen los evolucionistas, e intentemos revisar qué organismos nos proponen como candidatos para haber sido el primer ser vivo en esa “sopa primitiva” y analizar la viabilidad de esas hipótesis.

· El ser vivo más “sencillo”,[1] según se acepta, es un virus; pero por su propia biología, que le hace necesitar de una célula que lo hospede para poder reproducirse, no puede aceptarse que un virus fuese el primer ser, pues la vida se hubiese terminado con él, al no existir otro organismo más “complejo” en el que introducirse para poder reproducirse. No se puede aceptar que un virus fuese el primer ser vivo.

· Algunos autores que han tratado este tema,[2] plantean que la única posibilidad viable sería una cadena de ARN [3]; ahora para lo que nos interesa basta con saber que una molécula de ARN es una cadena que está formada por unos eslabones que se llaman nucleótidos. Esos eslabones, en determinadas situaciones bastante peculiares, pueden unirse “espontáneamente”, en grupos de tres o cuatro, pero nunca construyen las largas cadenas que encontramos en los seres vivos, porque esas largas cadenas de ARN necesitan inexcusablemente para formarse o una cadena de otra molécula llamada ADN, o bien que actúe una enzima (que es otra molécula orgánica); pero resulta que a su vez, para poder formar una enzima, hace falta una larga cadena de ARN[4]. Por lo que al final llegamos a ese viejo dilema que preguntaba ¿qué fue antes, el huevo o la gallina?, ¿la enzima o el ARN ?, si se necesitan recíprocamente para poder existir. Por lo que al ser un sistema binario interrelacionado, no se puede aceptar que un fragmento de ARN o una enzima fuesen el primer “ser” vivo.

· Ahora ya sabemos que la síntesis (generalmente partiendo de productos obtenidos de seres vivos) en un laboratorio de uno solo de esos eslabones, que los científicos llaman “nucleótidos activados”, precisa de más de ciento cuarenta operaciones muy precisas, entre las que entran diversas purificaciones muy delicadas, y que un solo error arruina el experimento [5] por lo que es de una ingenuidad total y una imposibilidad estadística plantear que ese sofisticado proceso ha sucedido doscientas o trescientas veces espontánea y coordinadamente en un charco en circunstancias aleatorias, no controladas.

· Por su sofisticada complejidad, no se puede aceptar que una bacteria fue el primer ser vivo de la tierra ni que se creó por casualidad. [6]

· Existen algunas bacterias que son capaces de vivir en ambientes con presencia de amoniaco y metano, pero precisamente la peculiaridad de estas bacterias, no es que soporten ese ambiente, sino que se dedican a descomponer la materia orgánica sin oxidar que procede de la actividad vital de los restantes seres vivos. Aparte de que biológicamente son muy, muy complejas, cómo aceptar que ellas fueron las primeras, ¿de qué se iban a alimentar?.

· Por si esto fuera poco, sabemos que cuando un eslabón de una cadena de ARN, se une a otro, desprende una molécula de agua, agua que debe ser inmediatamente retirada de allí, pues de lo contrario los dos eslabones se sueltan de nuevo, puesto que la cadena de ARN si está en la presencia de agua, se diluye y se deshace [7], ¿cómo se puede entender que esto ocurriese en un charco?.


Si tenemos en cuenta que los fósiles más antiguos de los que tenemos noticia son o bien los estromatolitos marinos o la fauna de Edicara.

Los primeros son crecimientos de algas, que realizan la fotosíntesis, procedimiento tan complejo, que todavía no sabemos con claridad las biomoléculas que intervienen.
Y en cuanto a la fauna de Edicara, su riqueza en especies y el tipo de organismos complejos que aparecen, descartan toda posibilidad de un origen a partir de la materia inorgánica.

En resumen,
- no existe ningún ser vivo sencillo,
- no se puede aceptar que una minúscula biomolécula de un ser vivo pudiese reproducirse, y
- los primeros fósiles no son organismos sencillos,
por lo que todas las hipótesis sobre el origen de la vida a partir de la materia inorgánica son pura ciencia ficción.

[1] Los evolucionistas se permiten hablar así de un ser vivo, otros no nos atrevemos a tanto, pues la complejidad de la estructuración y de la biología molecular de cualquier célula, parece desbordar la capacidad de la mente humana. Independientemente de cuestiones como si un virus que no es capaz por sí mismo de reproducirse o de crecer, puede aceptarse como un ser vivo.

[2] Darnell, James E. “ARN”. Investigación y Ciencia nº 111, Dic. 1.985, p. 36.

[3] ARN es el nombre que se da al ácido ribonucleico, se acepta que este ácido es la molécula orgánica que copia la información genética y la saca del núcleo.

[4] Maynard Smith, John: “Los problemas de la biología”. Edit. Cátedra, Col Teorema, 1.987, p. 176.
Gerald F. Joyce – “RNA Evolution and the Origins of Life” Nature – 338; p. 217-224, 1.989
Thaxton, Charles. “DNA, Desing and Origins of Life” – 1.986.

[5]Cairns-Smith, A.G. 1.990. “Siete pistas sobre el origen de la vida”. Madrid, Edit. Alianza Editorial. p. 81ss.

[6] Gish, D.T., op. cit. pág: 80 y 81.
Jonson, Phillip E. “Juicio a Darwin” Edit. Homolegens – 2.007, p. 125 ss.

[7] Borruso, Silvano; Op. cit. p. 74 y 75.
Wald, G. Sci. Amer, 191, 45 (1.954).
Matthews, C.N. y Moser, R.E., Proc. Nat. Acad. Sci, 56, 1.087 (1.966)



¿QUÉ SON LAS MUTACIONES?
Se entiende por mutación:
“Cualquier cambio en el material genético, heredable y detectable, no atribuible a segregación o recombinación, que se transmite a las células hijas, e incluso a la siguiente generación, dando lugar a células o individuos mutantes”[1]

Se da generalmente por aceptado, sin fundamento, que los genes son los responsables de la morfología interna y externa de un ser vivo, por ello los neodarwinistas afirman que si el ADN sufre una mutación, eso lleva correlativo un cambio en la morfología interna y externa del mutante, acuñaron para hablar de ello, el término fenotipo.

En primer lugar hay que afirmar que este término está obsoleto.
Se entiende por fenotipo la “expresión externa de un gen”. Esto tuvo su sentido en la época en que se pensaba que cada gen definía un carácter, un gen se expresaba externamente en que eras chato, otro en tener el pelo rizado, otro en tener los ojos azules etc..

Los genes, contienen la información necesaria para ensamblar proteínas, nada más, y nada menos, por lo que los genes pueden definir el tipo de biomoléculas que va a haber en una célula, la fórmula exacta de su insulina, la presencia de un antígeno concreto en el plasma sanguíneo, etc. Pero no pueden decidir la forma de la célula, ni su lugar en el organismo, ni mucho menos definir el aspecto externo de un ser vivo.

No existe un gen que lleve una etiqueta que diga “color de ojo”, y según pueda variar algún nucleótido de ese gen, el color del ojo varíe, eso no funciona así. El color del ojo de un ser vivo tiene un componente hereditario epigenético, y además, depende de una multitud de moléculas, y de las propiedades físicas de la refracción de la luz, de la curvatura del cristalino, el estado de salud del organismo, de los pigmentos y de muchos factores más. Por supuesto, que en la configuración del color del ojo, intervienen biomoléculas, pero esas mismas biomoléculas actúan en cantidad de otros procesos celulares.

El ejemplo de la mosca del vinagre a la que se consiguió después de multitud de mutaciones artificiales, sustituirle el color del ojo, nos puede servir para explicar lo que estamos diciendo. Inevitablemente, cada vez que se conseguía alterar sus genes provocándoles mutaciones artificiales por radiación para cambiarle el color de los ojos, simultáneamente, las alas de la mosca se llenaban de pelos. Esto demuestra que se pueden alterar detalles del aspecto externo de los seres vivos alterando sus genes, pero también demuestra que no existe un gen que se encargue del “color de los ojos”, otro que se encargue de “alas sin pelos” etc.
Lo único que se ha conseguido es “alterar” las biomoléculas que contribuían a que la mosca del vinagre tuviese los ojos con su coloración normal, y alterando esas biomoléculas hemos alterado cantidad de procesos en distintas partes de ese organismo.[2]

Lewontin aporta los datos de un experimento realizado con una hierba del genero Achillea (popularmente conocida como milenrama). Esta planta crece bien por esqueje (cortando un trozo del tallo y enterrándolo parcialmente).
Eligió siete plantas y de cada una de ellas hizo tres esquejes que plantó en distintos suelos y a distintas alturas: al nivel del mar, a 1.400 m. y a 3.050 m de altura respectivamente. (Se escogió este método porque al ser tres esquejes de la misma planta, las tres tenían los mismos genes).
Pues bien, la altura, la ramificación, la floración y en general el aspecto de las plantas, varió completamente para los siete tipos, dependiendo del ambiente, aún teniendo cada uno de ellos los mismos genes.
En algunos casos era difícil reconocer la especie a la que pertenecía la planta, con lo que se demuestra que el fenotipo (aspecto externo) no es una consecuencia directa y exclusiva de los genes.[3]

Diversas especies de plantas del género Bidens presentan una destacada diferenciación morfológica en porte, hojas, flores y frutos, y tienen el mismo número de cromosomas, apenas tienen diferencias genéticas, 1 o 2 loci por gen, y tienen prácticamente identidad de isoencimas. Lo que las hace tan distintas morfológicamente, no son sus genes.

Por otro lado, las mutaciones no pueden dar cuenta de la aparición ni de órganos, ni de funciones nuevas, realmente aún estamos esperando que los neodarwinistas puedan encontrar una mutación, que resulte “ventajosa” como ellos la llaman.

[1] A. Azpiazu: Voz “mutación”, GER, XVI, Rialp-1.984, p. 527. Citado por C.J. Alonso, Tras la evolución, o. c., p. 200.
[2] T. Gordon Rattray El gran misterio de la evolución” Planeta-1.983, p. 158.
[3] R. Lewontin. “La diversidad humana”. Labor. 1.984, p. 22 y 23. Acompaña dibujos de las plantas del experimento.



SOBRE EL ADN MITOCONDRIAL (ADNmt)
Nos dicen que el ADN que hay en las mitocondrias de nuestras células lo heredamos sólo de nuestra madre, pues bien, eso es sólo una suposición que sabemos no es del todo cierta, también se hereda el ADN de las mitocondrias de nuestro padre, sabemos que se recombinan, se mezcla el ADN mitocondrial de nuestra madre con el de nuestro padre, como por otra parte sucede con todos los cromosomas que tenemos.

Por tanto, si damos por supuesto que el ADN mitocondrial del padre no se hereda, y que no se mezcla con el de la madre, y fundados en esa suposición, hacemos una genealogía, yo, tendré el mismo ADN mitocondrial que mi madre, que mi abuela, que mi bisabuela, que mi tatarabuela, y así hasta Eva, a no ser que el ADN de vez en cuando mute, (se produzca un pequeño cambio en él).

Si el ADN cambia, el cambio se hereda, y de este modo, si analizamos mi ADN mitocondrial y el tuyo, y vemos que tienen 8 diferencias, podemos deducir que nuestros antepasados comunes, están más alejados en el tiempo que los de dos personas que sólo manifiestan dos diferencias entre sus ADN mitocondriales.

Pero como el ADN mitocondrial del padre se hereda y además se mezcla con el de la madre. Todas las argumentaciones como las anteriores son especulaciones sin ningún fundamento.

Por otro lado nos dicen que las mutaciones se producen al azar, el azar es por definición algo imposible de abarcar, calcular o predecir por nuestro entendimiento, por lo tanto una persona que defiende que una mutación se produce al azar, y a la vez afirma que sucede con un ritmo de tiempo fijo, está incurriendo en una contradicción de libro.

Y por último, no se puede dar como un argumento científico una creencia, y afirmar que el ser humano y el chimpancé tienen un antepasado común, es afirmar una creencia, eso es algo que los evolucionistas creen, pero que no pueden demostrar ni con fósiles, ni con ningún otro tipo de pruebas científicas, por lo que se están mezclando ámbitos de conocimiento distintos, como son la ciencia y la filosofía, y aunque esto de mezclar es propio de la propia naturaleza humana, ha de ponerse empeño en fijar de qué tipo de conocimiento hablamos.

Hablan de un antepasado común del hombre y del chimpancé, que nadie conoce, nadie ha encontrado, nadie sabe cuando vivió, ni dónde lo hizo, por lo que hablan de un ser imaginario, y la ciencia no trata de seres imaginarios, no trata de unicornios, ni de orcos, trata de hechos reales, es por ello que me tomo todo este interés en evidenciar lo absurdo de estos asuntos, a pesar de que mucha gente de buena voluntad los crea como reales o demostrados, simplemente porque son bombardeados repetidamente con esas informaciones.

Las mitocondrias son unos orgánulos que en todas las células eucariotas, se encargan de proveer de la energía necesaria para la vida celular. Cada mitocondria humana, contiene un anillo de ADN formado por 16.569 pares de nucleótidos que incluye unos 37 genes.

Este ADN mitocondrial (ADNmt) comenzó a hacerse popular tras la publicación el 1 de Enero de 1.987 en la revista Nature de un artículo titulado ADNmitocondrial y la Evolución Humana (Cann, et al. 1.987)[1].

En su investigación, los autores, seleccionaron 145 mujeres embarazadas: 20 africanas, 34 asiáticas, 46 caucásicas (todos ellas, menos dos africanas, dieron a luz en hospitales estadounidenses), 21 aborígenes australianos y 26 aborígenes de Nueva Guinea, Usaron muestras de placenta humana para analizar el ADNmt. Vieron que dentro de cada grupo étnico, los ADNmt se parecían mucho más, que entre grupos distintos. Las diferencias eran más acusadas dentro del grupo de las placentas afroamericanas.

Entonces SUPUSIERON que:
- el ADNmt. Se transmite sólo de la madre, dedujeron que al ser el grupo africano el que mostraba mayor variedad, era el más antiguo, por lo que el origen de la humanidad actual estaba en África, lo que les venía muy bien pues confirmaba una predicción de Darwin.
- el reloj molecular puede asignar un ritmo temporal fijo a las mutaciones del ADN,
- que los humanos actuales y los chimpancés tuvimos un antepasado común, y
- que se sabe con bastante aproximación cuando vivió ese antepasado común, dividieron el número de diferencias que hay entre el ADNmt humano y el de los chimpancés, entre el supuesto número de años en que los dos linajes se separaron, y ya está calibrado el reloj molecular para el ADNmt humano, (tasa de variación de entre el 2 y el 4% de bases nitrogenadas cada millón de años).

Dado que en los análisis realizados la diferencia más acusada les salió del 0,57 %, calcularon entre 140.000 y 290.000 años según se utilice el 4 o el 2 %.
Decidieron fijar unos 200.000 años para el tiempo que hace que vivió la primera mujer humana en África, a la que llamaron “Eva mitocondrial”.

Rapidamente comenzaron en los medios de comunicación una serie de publicaciones comentando el hallazgo, con alusiones a la Biblia y al jardín del Eden (por ejemplo: Lemonick, 1987; y Tierney, et al., 1988) [2].
En el ámbito de las publicaciones académicas, la mayoría de los paleoantropólogos aceptaron el estudio, y desde entonces dan por comprobado que Homo sapiens, nació en África hace unos 150-200.000 años y que colonizó todo el mundo sustituyendo a las restantes poblaciones humanas (Stringer y Andrews, 1988)[3].

Desde entonces hemos asistido a una creciente importancia del análisis del ADNmt. Hace unas décadas, era casi prescriptivo para poder publicar en una revista prestigiosa, hacer un análisis de Carbono 14, hoy es casi obligado hacer un análisis de ADNmt, llegando al caso inaudito de definir una nueva especie humana, basándose exclusivamente en el análisis del ADNmt de una muela encontrada en Denisova (Rusia)[4].

Afortunadamente no todo el mundo se tragó el anzuelo, en 1.992 se publicó un debate con opiniones encontradas.[5]

Pero resulta que todo este castillo de naipes del ADNmt, está fundamentado en varias SUPOSICIONES:

1 – El ADNmt se hereda exclusivamente de la madre.
2 – Sabemos cuándo vivió el antepasado común a chimpancés y humanos.
3 – Las mutaciones en el ADNmt se dan con un ritmo estable del cual conocemos su frecuencia.

Veamos qué hay de cierto en estos tres supuestos.

EL ADNmt SE HEREDA EXCLUSIVAMENTE DE LA MADRE.
Pero está demostrado que el ADNmt del padre también se hereda.
En el organismo humano masculino, los dos tipos de células que más mitocondrias contienen son las células del musculo cardiaco y los espermatozoides. Está comprobado que las mitocondrias paternas pasan del espermatozoide al cigoto (Ankel-Simons, et. al, 1.996. y Shitara, et al,1.998).[6]

Hay algunos estudios que indican que las mitocondrias aportadas por el espermatozoide al cigoto, son eliminadas en los mamíferos durante las primeras fases del proceso embrionario (Hayashi, et al. 1.978; Cummins, et al, 1.998; y Shitara, et al. 2.000)[7].
Pero esta eliminación no es total, hay evidencias de presencia de ADNmt paterno en Drosophila (Kondo et al. 1.990)[8]; y en ratones adultos (Gyllensten et al. 1.991)[9].
También se ha observado heteroplasmia (mutaciones) de moléculas de ADNmt divergentes en Drosophila (Satta et al. 1988) y en peces (Magoulas y Zouros 1993)[10].

Esta presencia también se ha detectado en humanos. Schwartz and Vissing en el 2.002,[11] describieron el caso de un paciente con una profunda incapacidad para hacer ejercicio, se fatigaba enormemente con sólo dar unos pasos, encontraron una mutación en el ADNmt de sus músculos que impedía la correcta respiración celular. Comprobaron que el halotipo del ADNmt de las células musculares del paciente, era el mismo que el de las mitocondrias de su padre y de su tío paterno (que no tenían la mutación). Pero encontraron que en la sangre, en los fibroblastos y en la raíz del pelo, el paciente tenía el ADNmt de la madre.
La proporción de ADNmt paterno en las células musculares, era del 90%. Con lo que evidenciaron que las mitocondrias paternas se heredan, que pueden permanecer como predominantes en algunos tipos de tejidos, mientras que en otros haber desaparecido por completo, a favor de las de la madre, lo que indica que la distribución de mitocondrias, se realizó en las primeras fases de las divisiones celulares embrionarias.


EL ADN DE LAS MITOCONDRIAS DEL PADRE Y DE LA MADRE SE RECOMBINA.
El ADNmt forma un anillo, se considera una zona concreta de la cadena, como comienzo, y otra como final, y el lugar en el que se unen principio y final, se conoce como zona de Ligamiento.
Awadalla, et al, en 1.999,[12] comprobaron que la distancia desde un gen determinado hasta la zona de ligamiento, variaba considerablemente en el ADNmt de padres e hijos, lo comprobaron en humanos y en chimpancés y después de analizar los mecanismos que pueden ocasionar esto, se decantaron porque únicamente la recombinación del ADNmt del padre y de la madre, lo puede explicar. Está comprobado que en las mitocondrias existen las encimas necesarias para una recombinación homóloga de ADN (Thygaran, et. al. 1.996).[13]
Ya dos informes anteriores, habían mostrado evidencia de recombinación en el ADNmt (Hagelberg et. al, 1.999; y Eyre-Walker et. al, 1.999a)[14] los datos del segundo de ellos fueron impugnados (Macaulay et. al, 1.999)[15], pero nuevos estudios han confirmado la recombinación (Eyre-Walker et. al, 1.999b).[16]


EXISTE UN CURIOSO PATRÓN DE HEREDABILIDAD DE LAS MITOCONDRIAS EN ALGUNOS SERES VIVOS.
En estudios sobre los mejillones azules, se encontró un curioso modelo de heredabilidad de las mitocondrias. Los autores[17] encontraron que las hembras son homoplásmicas (semejante ADNmt) que su madre, mientras que los machos son heteroplásmicos, tienen ADNmt de la madre y uno de los dos tipos del padre. Este patrón de heredabilidad del ADNmt, se ha denominado herencia doblemente uniparental.[18]

También pudieron observar que la tasa de variabilidad en el ADNmt masculino era más elevada que el estrictamente femenino, ya que la espermatogenesis genera millones de reproducciones celulares con muchas más ocasiones de producirse alteraciones en la secuencia que en el reducido número de divisiones celulares que originan los ovocitos, lo que está en consonancia con la hipótesis conocida como impulso masculino a la evolución molecular.[19]

[1] Cann, Rebecca L., Mark Stoneking y Allan C. Wilson (1987), El ADN mitocondrial y la Evolución Humana, Nature, 325:31-36, 1 de enero.

[2] Lemonick, Michael D. Genealógica Madre de todos, El Tiempo, p.66, 26 de Enero de 1.987.
Tierney, John; Wright, Linda; y Springen Karen, La busqueda de Adán y Eva, Newsweek, p. 46-52, 11 de Enero de 1.988.

[3] Stringer, C.B. y Andrews, P., La evidencia genética y fósil del origen de los humanos modernos, Science, 239: 1263-1268, 11 de Marzo del 1.988.

[4] Krause, Johannes, The complete mitochondrial DNA genome of an unknown hominin from southern Siberia, Nature, Vol 464, p. 894, 8 Abril 2.010
[5] Ver: Scientific American abril de 1992.

[6] Ankel-Simons, F. and Cummins, J.M., Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 93, p. 13859, 1.996.
Shitara, H.et al., Genetics 148, p. 851, 1.998.

[7] Hayashi, J.-I., H. Yonekawa, 0. Gotoh, J. Watanabe, and Y. Tagashira. 1978. Strictly maternal inheritance of rat mitochondrial DNA. Biochem. Biophys. Res. Commun. 83:1032-1038.
Cummins JM, Wakayama T, Yanagimachi R. Fate of microinjected spermatid mitochondria in the mouse oocyte and embryo. Zygote 1998; 6:213-22.
Shitara H, Kaneda H, Sato A, et al. Selective and continuous eliminationof mitochondria microinjected into mouse eggs from spermatids, butnot from liver cells, occurs throughout embryogenesis. Genetics 2000;156:1277-84.

[8] Kondo, R., Y. Satta, E. T. Matsuura, H. Ishiwa, N. Takahata, and S. I. Chigusa. 1990. Incomplete maternal transmission of mitochondrial DNA in Drosophila. Genetics 126:657-663.

[9] Gyllensten, U., D. Wharton, A. Josefsson, and A. C. Wilson. 199 1. Paternal inheritance of mitochondrial DNA in mice. Nature 352:255-257.

[10] Magoulas, A., and E. Zouros. 1993. Restriction-site heteroplasmy in anchovy (Engraulis encrasicolus) indicates incidental biparental inheritance of mitochondrial DNA. Mol. Biol. Evol. 10:3 19-325.

[11] Schwartz, M., and Vissing, J., Paternal in Heritance of Mitochondrial DNA, N Engl J Med, Vol. 347, No. 8· 22 de Agosto, 2002, p. 576-580.

[12]Awadalla, P., Eyre-Walker, A., J Smith, J.M., Linkage Disequilibrium and Recombination in Hominid Mitochondrial DNA, Science 24, VOL 286, Diciembre 1.999, p. 2524 y 2525.

[13] B. Thygaran, B., Padua, R. A., y Campbell, C. J. Biol. Chem. 271, p. 27536, 1.996.

[14] Hagelberg, E. et al., Proc. R. Soc. London Ser. B Biol.Sci. 266, p. 485, 1.999.
Eyre-Walker, A., Smith, N.H., Smith, J.M., Proc.R. Soc. London Ser. B. Biol. Sci. 266, p. 477, 1.999.

[15] Macaulay, V., Richards, M., Sykes, B., Proc. R. Soc.London Ser. B Biol. Sci. 266, p. 2037, 1.999.

[16] Eyre-Walker, A., Smith, N.H., Smith, J.M., Proc.R. Soc. London Ser. B Biol. Sci. 266, p. 2041, 1.999.

[17] Stewart, T., Saavedra, C., Stanwood, R.R., Ball, A.O., Zouros, E., Linajes de ADN mitocondrial Masculino y Femenino en el mejillón azul (Mytilus edulis) Grupo de especies, Mol. Biol. Evol. 12 (5): p. 735-747, 1.995.

[18] Zouros, E., Ball, A. 0., Saavedra, C., and Freeman. K. R. Mitochondrial DNA inheritance. Nature 368:8 18. . 1.994a.
Zouros, E., et. al, An unusual type of mitochondrial DNA inheritance in the blue mussel Mytilus. Proc. Natl. Acad. Sci. USA 91: p. 7463-7467. 1.994b.
Zouros, E., Ball, A. 0., Freeman, K.R. and Pogson, G. H., Direct evidence for extensive paternal mitochondrial, DNA inheritance in the marine mussel Mytilus, Nature, 359: p. 412-414, 1.992.

[19] Miyata, T., Hayashida, H., Kuma, K. Mitsuyasu, K. and Yasunaga. T., 1987. Male-driven molecular evolution: a model and nucleotide sequence analysis. Cold Spring Harbor Symp. Quant. Biol. 52:863-867.
CHANG, B. H.-J., L. C. SHIMMIN, S.-K. SHYUE, D. HEWITTEMMETT, and W.-H. LI. 1994. Weak male-driven molecular evolution in rodents. Proc. Natl. Acad. Sci. USA 91:827- 831.