José Zorrilla y el carlismo

José Zorrilla, poeta y dramaturgo español del siglo XIX, representación plena del teatro romántico, es sobradamente conocido. Pero pocos saben de la relación de don José con el carlismo. Su padre, José Zorrilla, fue un hombre de inalterables principios, relator de la Real Chancillería y con posterioridad superintendente de policía fue un decidido partidario de la legitimidad española encarnada por SMC Carlos V de Borbón. Por su lealtad fue removido ilegal e injustamente de su cargo y confinado a Lerma (Burgos). Su madre, Nicomedes Moral, fue una piadosa mujer que sufrió abnegadamente la persecución a la familia por sus ideales carlistas.



Tras la derrota de las tropas carlistas en la tercera guerra, los soldados entraron en Francia donde se les distribuyó. Así, internados en los trenes, a mitad de camino entre Orthez y Mont de Marsán se paró el tren para que tomase agua la máquina. Los soldados aprovecharon para descansar las piernas cuando un hombre, bajo de estatura, con bigote y perilla, entre rubio y blanco, acompañado de una señora se puso a gritar: ¡Viva España! ¡Vivan los valientes! Agitando el sombrero, y dando calurosos apretones de manos.


-¿No me conoce ninguno de ustedes?- tornó a preguntarnos.

Contestaron con un signo negativo, y él continuó:


-Soy Pepe Zorilla, autor de Don Juan Tenorio. Bien saben ustedes que no soy carlista, aunque profeso el mayor respeto hacía la dinastía de ustedes. En Vergara, durante la primera guerra carlista, tuve el honor de ser discípulo del señor Conde de Montemolín, que me honró hasta el final de su vida con muchas pruebas de su distinción y afecto. Pero, si no soy carlista, soy el más español de los españoles, y me inspiran tanta admiración como entusiasmo los hijos de mi tierra, que, como ustedes, todo lo sacrifican al ideal.


Es tradición que aún perdura el representar el Don Juan Tenorio de Zorrilla en muchos teatros españoles durante la festividad de Todos los Santos el día 1 de noviembre. Perpetuemos esta tradición, rechazando modas extranjeras y paganas y rezando por los fieles difuntos.

El Matiner