“Viridiana”, famosa película prohibida de Luis Buñuel, se estrenaba por fin en España...


Revista FUERZA NUEVA, nº 540, 14-May-1977

“Viridiana”

¿Cuánto tiempo hace que estoy oyendo hablar de esta película? Ni se sabe. Y siempre con misterio en el oído, como si se tratara de un gran contrabando en el que todos estamos implicados, y que nos va en ello la salvación del país. Y así aparece la leyenda. Leyendas que se han creado en España por culpa de una política cultural, quizá mal orientada. Leyenda que atribuyó una gran valía al teatro de Fernando Arrabal, al de Rafael Alberti o a las películas de Buñuel. Y así se hicieron mitos con gente que no era nada. Se levantaron ídolos que tenían los pies de barro. Y bueno, ya conseguimos tener en nuestras pantallas la famosa “Viridiana”, de Luis Buñuel. Los primeros días era imposible ver la película ni obteniendo entradas en la reventa. Ahora está al alcance de cualquiera.

Todo el mundo se ha enterado de que “Viridiana” es una película algo más que mediocre. Si hacemos caso de lo que dice el público después de verla, en realidad muy mala. ¿Y cómo ha estado tanto tiempo prohibida esta película en España? No se me alcanza a comprenderlo. Quizá el tiempo camina tan de prisa, que lo que hace diez años nos hubiera parecido una blasfemia, hoy nos resbala por completo. En cambio, lo que sí apreciamos es una película en blanco y negro, mal interpretada, sobre todo por Fernando Rey, mal contada por su director, y que nos hace sentirnos incómodos ante su proyección y nos exaspera o nos disgusta en el final. En forma alguna es esta una pieza de filmoteca, ni que pasará a la historia del cine. El mismo Buñuel sabe que es una de sus peores películas, y que acabará en el más completo olvido.

¿Qué es lo que nos cuenta “Viridiana”, que escandalizó tanto a la censura de hace diez años? Más o menos lo que la “Familia Trap” o “Sonrisas y lágrimas”, visto bajo otro ángulo. La novicia que abandona el convento, porque también se puede servir a Dios fuera de él. Solo que, en esta ocasión, el ambiente es desagradable, sórdido; se nos presenta la miseria de una sociedad que la rodea; los más bajos fondos, las lacras y los vicios y un intento de violación, que sería lo que quizá moviera a la censura a no autorizar el filme. En cualquier caso, nosotros a nuestros amigos no les recomendamos la película, tan solo por una razón: porque artísticamente es mala. Todo el oscuro prestigio que le rodeaba era un camelo. Y ahora ha quedado al descubierto.

Pablo VILLAMAR