MI COMENTARIO PERSONAL A LA PELÍCULA: “TERESA: EL CUERPO DE CRISTO”.

Teresa. El cuerpo de Cristo es la segunda película dirigida y escrita por el novelista Ray Loriga (Madrid, 1967).
En esta película sobre santa Teresa de Jesús, Ray Lóriga pone límite a la trama pues ésta misma abarca el periodo de su vida que media entre su ingreso en la vida religiosa en 1531 hasta la fundación del Convento de San José en 1562 (como si tomara el “libro de la Vida”, escrito por la misma santa, pero veremos que no es fiel al escrito autobiográfico).

La cinta se abre con una cita altisonante, un remedo de la que abre los tebeos de Asterix. Se escucha una voz ominosa que describe en tres frases la España del siglo de oro como un periodo oscuro, fanático, terrible y tenebroso, para terminar con esta sentencia: "Todos los corazones estaban gobernados por el miedo. Todos, menos uno". Pareciera que estas primeras escenas son tomadas de los escritos sobre la inquisición del sacerdote apóstata Antonio Llorente, español que se pasó al bando de los franceses durante la invasión napoleónica, sin embargo afirma que él mismo quemó todo documento de la inquisición española de la que se sirvió su “obra”, aunque no es fiable como historiador, sin embargo todo apunta a que Lóriga se fundamenta en el libro del apóstata para rodar esta pequeña introducción. Este prólogo es un buen compendio del punto de vista de Loriga (subjetivo y no objetivo o general) sobre la monja castellana y el tiempo que le tocó vivir.
Posteriormente podemos ver a teresa [así nombraré a la pseudo-teresa de la película], recitando un fragmento del poema de la Santa: “Vuestra soy, para vos nací”, mientras camina abriendo las puertas de una morada (¿Acaso quiere parodiar el libro de “las moradas del castillo”, de la misma santa?). La verdad, la película de Lóriga no tiene nada de coherencia con la vida real de la Santa, ni la trama ni las visiones, ni la reforma, que de su punto de vista más bien sería una revolución de una feminista. Nadie puede negar que los lugares, el atuendo de la época, los personajes si son ameritables en la cinta pero, hubiera sido muchísimo más mejor si se hubieran acomodado para una película más fiel a la vida de la Santa.

En el comienzo de la vida de Santa Teresa [de la pseudo-teresa], en la película sólo podemos ver una escasa escena y muy alejada de la Santa, durante su juventud “mundana”, está en el jardín de su casa y de pronto comienza a besuquearse con uno de sus primos, yo creo que Lóriga se fue a los extremos, el cree y reproduce en su película lo que la Santa en ninguno de sus libros dice, de ser así Santa Teresa, por lo menos hubiera puesto que había perdido la “honra”, en alguno de sus escritos (basta sólo leer en el “Libro de la Vida”, capítulo II, escrito por la misma Santa que no habla de haber “perdido la honra” ni mucho menos que en Ávila se rumorase de la supuesta “honra perdida de la santa”).

El reduccionismo populachero de la cinta se empeña en que Teresa va al convento después de haber perdido la honra ("Estamos en el siglo XXI y hay muchas cosas que se pueden revisar sobre Santa Teresa, como su supuesta virginidad", dice el audaz Loriga, que parece empeñado en que no conocemos la vida exterior e interior de uno de los personajes históricos que más obras autobiográficas nos ha dejado y sobre la que se han escrito cientos de libros y tesis doctorales) y si aún haya perdido la honra [cosa que ni siquiera ella misma menciona], ¿Qué? ella misma como muchos Santos, tuvieron una vida apegada al mundo, antes de que Cristo entrara en sus vidas y los transformara en fieles seguidores de Él.
Y esta parte de la trama va en contra de la vida de la Santa, pues Teresa no se fue luego al convento de la Encarnación, como nos lo hace ver Lóriga, sino que a los 15 o 16 años su padre [preocupado por la conducta de su hija] la manda como pensionista al convento de las agustinas de Nuestra Señora de la Gracia, y fue muy lento el proceso en ella para que dejara las vanidades y desease ser monja, pues primero cuenta que sintió mucho estar en el convento como seglar: “puesto que yo estaba enemiguísima de ser monja”... (Vida, cap. II).
Y más tarde dice: “Paréceme (que estando en el convento) andaba su Majestad (Dios) mirando y remirando, por donde me podía tornar a sí” (Vida, c. II).

Cuenta que al frecuentar de la buena y santa conversación de una monja virtuosa, del mismo convento, y que con su compañía comenzó a desterrar las costumbres que la habían hecho mala, “y a tornar a poner en mi pensamiento deseo de las cosas eternas, y a quitar algo de la gran enemistad que tenía con ser monja, que se me había puesto grandísima” (Vida, c. III).

Estando el convento agustiniano, le vino una enfermedad que tuvo que volver a su casa, ya recuperada fue a visitar a su hermana ya casada, de camino allá se encontró con un tío suyo que era muy virtuoso, quien la hacía leer libros piadosos, como “las Cartas de San Jerónimo”, los cuales la hicieron reflexionar durante tres meses si se hacía monja o no; pero volvió a caer enferma y es aquí cuando comienza su conversión.

Lóriga, cree que Teresa va al convento de la Encarnación de manera muy fácil, entra y la reciben, etc. La vida de esta verdadera Santa, al decidir ingresar, entre las carmelitas de la Encarnación no fue así de fácil, primero le dijo a su padre que determinaba a irse de monja, a lo cual él se negó, ya que la quería mucho, y al negarse él, buscó otro método, en la Encarnación tenía una amiga de mucha estimación llamada Juana (que en la película la pone de alcahueta de monjas), con la cual quedó de acuerdo para entrar al convento, pero al salir a escondidas de su casa, sintió muchísimo eso comparándolo con el sentimiento de muerte (Vida, c. VI).
Pero sigamos la trama de Lóriga: Cuando llega al convento, la priora le explica las actividades diarias del convento; mientras está de novicia, ve que las monjas no guardan el voto de castidad y en la sala reciben a sus queridos, que por supuesto son solapados por juana, la monja que la ayuda a entrar al convento; una noche, teresa escucha gritos de la enfermería del convento, va a asomarse y ve que la priora de la Encarnación, (una víbora) promueve y practica un aborto a una novicia en la misma enfermería del convento.

Si todo esto fuera cierto no tendría caso que la misma Santa en su autobiografía dijese que “Había monjas más virtuosas y más devotas que ella misma” en el convento. Lóriga confunde lo que era la sala del convento y la salida de las monjas para visitar a sus amigas y comer con ellas, pues estaban rompiendo la primera regla de la Orden que era la de clausura total, y lo que movió a la Santa a la Reforma, a la teresa de la película, la ponen muy “virtuosa” desde que entra al convento que de tan virtuosa se vuelve muy altanera, nada similar a la Santa Teresa que vivió en el siglo XVI en Ávila, pues cuenta en su vida que ella también había caído en la trampa de platicar en la sala con sus parientes y amigos, dejando así la oración de la que tanto se lamenta en el libro de su Vida, que ella misma escribe, pero nunca dice que se recibían a caballeros para que las monjas se acostaran con ellos (Vida, c. VII).

Ahora bien, la trama continua: teresa toma los hábitos, y de pronto comienza a recitar otro fragmento del poema de la Santa: “Coloquio amoroso”, en donde teresa encuentra a cristo [o pseudo-cristo, nada que ver con Nuestro Señor Jesucristo], y cristo con sus llagas la comienza a acariciar, pero ¡los dos están completamente desnudos!, la teresa parece sentir un placer tan carnal que en nada se relaciona con el mensaje del poema escrito por la Santa.

Las visiones que en la película pone Lóriga son muy análogas a un placer carnal (pareciera teresa una dejada, más bien que una mística).

Para Loriga, la relación mística con Jesucristo que tiene Teresa se reduce a unas cuantas escenitas eróticas ("Hay muchas cosas de Santa Teresa que no se han contado y que son un misterio sin resolver: su sexualidad o su relación tan cercana a Dios, casi piel con piel... Estos temas fueron escandalosos en su día y no han sido revisados muy a menudo, así que probablemente puedan volver a parecerlo hoy en día, lo cual dice muy poco del progreso de la Iglesia en los últimos siglos", sentencia un sobrado Loriga)
Basta sólo decir cómo le viene la visión de la muy famosa transverberación, pareciera que tiene un ataque de epilepsia, más bien que una visión mística…

Mientras que la Santa, nos relata:
«Veía un ángel cerca de mí hacia el lado izquierdo en forma corporal; lo que no suelo ver sino por maravilla. [...] No era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido, que parecía de los ángeles muy subidos, que parecen todos se abrasan. Deben ser los que llaman Querubines [...]. Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces, y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios.»
Libro de la Vida. Capítulo XXIX

Aparte de que nos muestra escenas orgásmicas, más bien que visiones beatificas, nos quiere hacer creer que teresa, durante sus primeros años de monja, enfermó al punto de morir porque fue muy rigurosa con su cuerpo (ayunos exagerados, flagelos y cilicio que la sangraban), pero no, pues la misma Santa Teresa, nos dice que desde su juventud fue muy enfermiza (basta saber que cuando estaba como seglar entre las agustinas, enfermó), y desde los 24 años hasta los 44, su salud fue muy crónica, y nada que ver con las supuestas “mortificaciones”(Vida, c. IV). De que si hacia penitencias y mortificaciones las hacia pero nunca llegaron a lastimar su salud.

El rodaje, intenta acercarse a la figura de Santa Teresa, cuando empeora la enfermedad de teresa y la creen muerta, posteriormente el velorio y su “resurrección” [cuando recupera el conocimiento], pero ésta, como algunas cuantas escenas son sólo cosas que guardan una llana y superficial fidelidad con la talla de la Gran Santa de Ávila.

Estudiando de manera especial a la teresa de la película en comparación con Santa Teresa de Jesús, vemos que teresa es protagonizada como una mujer adusta y destemplada, altanera, siempre con mala cara, permanentemente a la defensiva, metida por sistema en grescas con todo el que se le acerca, rebelde con las autoridades, con un fanatismo sin fe y sin amor, parece una liberal (o dejada) más bien que una mística [por sus visiones tan eróticas], feminista; su supuesta “reforma”, o mejor dicho su rebeldía feminista que desemboca en el convento de san José es como una respuesta a los juicios discriminatorios y temerarios de hombres que en realidad fueron virtuosos y que Lóriga los pone como grandes machistas [maestro Daza, el provincial, Salcedo, el obispo de Ávila], Lóriga dibuja a teresa como una católica con ideas erasmistas [como María de Cazalla], pues un comerciante en la escena le entrega un libro de forma clandestina y le dice: “Comentarios al padre nuestro de Erasmo [de Roterdam] en romance”, si bien es cierto que en algunas actitudes de la teresa si son como un intento de acercarse a la Santa, pero en eso nada más queda [más adelante lo notaré].

Me pregunto entonces ¿y donde quedó aquella Teresa carismática, humilde, mística, la Teresa devota? Porque tanto personas que convivieron con la Santa junto con biógrafos coinciden en que Santa Teresa tenía un gran encanto personal, una simpatía impresionante, una alegría contagiosa, y una especie de instinto innato de agradecimiento que la llevaba a corresponder a todas las amabilidades. Con esto se ganaba la estima de todos los que la rodeaban. Empezar a tratar con ella y empezar a sentir una inmensa simpatía hacia su persona, eran una misma cosa. E inclusive los mismos escritos de la Santa como afirma fray Luis de León dan testimonio de quién era realmente Santa Teresa de Jesús; no es de extrañar que el mismo rey Felipe II haya quedado encantado por el carisma de Santa Teresa en su entrevista con ella y la llegar a apoyar en su reforma de los descalzos.

Si Santa Teresa de Jesús hubiera sido erasmista no hubiera dicho nunca que “Considerara ella que gran cosa es todo lo que está ordenado por la Iglesia” (Vida. c. XXXI). Y además hubiese sido procesada por la inquisición por erasmista y no por reformadora de la Orden del Carmelo, por el que años más tarde padecería San Juan de la Cruz por seguir el ideal de la Santa.

Pero, "¡Ojo! –Advierte Loriga- Yo no he tratado a Santa Teresa para hacer un panfleto contra la Iglesia católica, he estudiado mucho ese contexto y he encontrado que, incluso dentro de la discrepancia con sus postulados, había mucho respeto hacia su inteligencia. Y ese respeto lo encuentras desde reyes u obispos a provinciales de su orden, hombres que hablaban con ella de igual a igual, a veces para discrepar y otras incluso para condenarla. Algo con lo que he tenido mucho cuidado ha sido no presentar a la Iglesia como los malos de la película: ella contó con apoyos importantes dentro de la Iglesia católica".

Una declaración de intenciones que, por desgracia, se contradice con el resultado final que puede verse en la pantalla, un retrato deformado y ofensivo de la Santa y de la mayor parte de las personas que le rodearon. Cabe citar las caricaturas ridiculizantes del provincial de Ávila que exige a gritos que se viole el secreto de confesión para enterarse de lo que trama teresa, así como su rabia hacia la reforma, ¡que nos hemos vueltos todos locos!” le grita a la priora; denuncia a teresa con las autoridades de Ávila por su fundación de un nuevo convento de forma clandestina; mientras que la priora es una mezcla de santurrona y de frívola, unas veces a favor de teresa otras veces en contra de ella, el padre Daza, confesor de teresa, un miserable maniobrero, muy machista que se ocupa del asunto de teresa acerca de sus visiones, quien junto con el provincial, concluyen que es una endemoniada o bien una dejada (creen que la monja participa en rituales orgiásticos secretos) y por eso la interrogan a escondidas de la inquisición, qué decir de juana amiga de teresa, solapando las relaciones de monjas incontinentes, que parecen que van al convento a todo, menos a vivir de acuerdo a la regla monástica, mientras que el obispo de Ávila, cree que teresa es una loca por sus visiones, exclama más preocupado por perder su puesto obispal que por la monja: “¡no vamos a caer por una monja enloquecida, señores! ” y creyendo que el deseo de la fundación de los descalzos de teresa es una muestra ambiciosa de poder de parte de ella, le propone que sea priora de la Encarnación: “Se van a convocar elecciones en la Encarnación, sé que cuenta con la devoción de muchas monjas, yo también la apoyaría desde fuera, seguiría usted en el mismo convento en el que se ha criado, como priora, evitaríamos sospechas y tendría poder para hacer sus cosas”, un obispo tan corrupto y ávido de poder: “¡todo es cuestión de poder doña teresa y usted lo sabe!”, y qué esperar de doña guiomar, parece más una lesbiana que una viuda piadosa [aparte de que se la muestra indiferente a la religión católica], con el beso que le da a teresa todo puede esperarse.

Si Lóriga pretendía poner una imagen muy mal calcada y muy mal reputada de la Iglesia española lo logró, pues todos los personajes de la película son lo antagónico de lo que en realidad fueron quienes convivieron con Santa Teresa, la Iglesia por su parte muy inquisidora, intolerante, sanguinaria, hay ecos en todo el rodaje como: “En las plazas se queman cuerpos para salvar almas”; “Nuestra Iglesia se oscurece por dentro”; “La Inquisicion por un lado, luteranos y hugonotes por otro”; “Quemar sus libros no es quemar sus ideas, ni quemar gasmistas es quemar toda su causa”; “¡Están haciendo las hogueras y caen primero las mujeres!”; “Ya oigo venir al Santo Oficio, La inquisición está cerca”; “Acabaremos en la hoguera”… exclamaciones que dejan ver en qué postura tiene él a la Iglesia hispana, que es rotundamente muy contraria a la Iglesia del siglo XVI, a teresa siempre le dicen: “Acabarás en la hoguera”, mientras que Santa Teresa a lo que temía era al tumulto y desconteto del pueblo de que derribaran la casa de san José, mas no a ser quemada por causa de su Reforma.

La misma actriz Paz Vega, quien protagonizó la cinta califica a la Iglesia de los tiempos de la Santa como una Iglesia muy fanática y machista. Que mal que tanto Lóriga y Paz se declaren católicos practicantes, y se atrevan a decir semejantes difamaciones de la Iglesia [a la que ellos pertenecen supuestamente], lo primero que hubieran de hacer ambos es ponerse a leer e investigar muy bien la historia de la Iglesia española, que vean qué cosas buenas fue lo que aportó a España y a América Latina, y en qué cosas también falló por estar compuesta por hombres, no hay que juzgar sin antes conocer [Claro que aportó más cosas buenas que malas].
Pero bueno, pasando ahora a analizar la segunda parte de la película: la Reforma de la Orden del Monte Carmelo, veamos por parte que sucede en el rodaje [podemos esperar de todo, excepto una buena calca de la vida de la Santa], la “reforma” tiene su “antecedente” cuando teresa, después de haberse entrevistado con fray pedro de alcántara en casa de doña guiomar, gracias al cual encuentra el apoyo necesario para dar fin a los juicios y censuras del provincial, del maestro daza, de salcedo y del obispo de Ávila, cuando vuelve al convento se convence más y más de que su orden religiosa, se encuentra muy alejada de la regla primitiva de los ermitaños del Carmelo, es por eso que “ella decide reformar la orden de las monjas”, nadie le dio la idea, ni siquiera por inspiración divina, nada, a la pseudo-teresa solamente un día se le ocurrió que ella debía reformar al Carmelo, como así (?), todo tan opuesto a lo ocurrido en la vida de la Santa abulense, quien, narra en Su Vida que la idea de la Reforma Carmelitana le vino por la Divina Providencia y en boca de su sobrina [claro que su sobrina le dio la idea porque estaba inspirada por el Espíritu Santo].

No veo el viaje a Toledo, además de que la reacción a su “reforma” pronto corrió por boca de las autoridades eclesiásticas, el provincial no está de acuerdo con su “reforma” y decide denunciarla a las autoridades municipales, el obispo de Ávila, cree que teresa ambiciona el puesto de priora, la misma priora de la encarnacion le dice “me iré contra tu casa”, es decir, a teresa la persigue la “Iglesia” y el pueblo al mismo tiempo.

¿Dónde están las visiones que la reconfortaban y la animaban a seguir con la fundación del convento de San José? Lóriga las olvidó en su cinta, y también ¿dónde está el apoyo que primero le ofrecía el provincial, el apoyo de San Luis Beltrán, del Obispo de Ávila y de San Pedro de Alcántara? Cierto que el provincial de los Carmelitas le retiró el permiso posteriormente porque el pueblo estaba descontento con la fundación de nuevos conventos y más porque les era sospechoso que fundara uno sin rentas. Pero una vez ya fundado el convento de descalzas fue llamada por la priora de la Encarnación y el provincial, para que les explicara su conducta al respecto, pero una vez terminada la entrevista, el provincial le prometió que ella podía volver al convento de San José en cuanto se acabara la excitación del pueblo.

Pero bueno, hay otros detallitos que se me van, pero a lo que quiero llegar es que Lóriga, al tener el tiempo de la película muy limitado, hace lo posible porque el rodaje se desenvuelva en que el convento de san José fuera fundado y punto, pero ni aún eso; puedo decir que dejó inconclusa su película, ya en los últimos minutos todavía se ve que las autoridades de Ávila pretenden sacar a las monjas del convento y aún puedo afirmar que quieren derribarlo.

Pero pues, al querer terminar fuera como fuera el rodaje, de forma muy precipitada queda aún muchísimo descontento de mi parte en la película, no veo el milagro que Dios realizó por medio de la Santa durante la edificación del convento de san José, y cuando se ve el descontento del pueblo cuando está por querer irse contra la casa de teresa (en este caso al final de la película), no vi el apoyo que le suministraron el padre Bañez, ni el del señor Obispo para que el pueblo evitara tremendo tumulto, pero bueno, lo único que observo en el rodaje es un tremendo feminismo, cuando va una de las monjas de la Encarnación a verla y le dice:

  • Se acabó Teresa, no hay nada qué hacer.
  • Mal no puede acabarse lo que aún no ha empezado. Le responde teresa.
  • ¡No hay firma del provincial, se ha abierto causa, la ciudad no lo quiere!
  • Y sin embargo ha de hacerse.
  • Tirarán la casa entera.
  • Y haremos otra.
  • La tirarán también.
  • Otra entonces, hasta que haya una que no consigan tirar.


La película, hubiera salido perfecta, si Lóriga hubiera sacado esos detalles apócrifos que describí y que se ven evidentes en la película [para ser franco, ni siquiera la portada de la película en dvd se ve que relate la vida de una cristiana, como lo fue la Santa, la portada parece más bien una gitana o una película erótica] y si el final también se hubiera arreglado todo y se hubiese visto la admiración del legado papal al ver a la Santa y su convento reformado. Pero las circunstancias de ver a un hombre que se afirma católico admirador de la Santa y mística y que sólo en su mente la dibuja muy carnal y revolucionaria, y qué decir que la protagonista que afirmó que “para entender a esta mujer no hace falta ser católico, ni creyente, ni cristiano (?)”. Entonces ¿cómo entender a Santa Teresa de Jesús, si ella en todos sus escritos deja un mensaje y una esencia netamente cristiana? Un ateo no creo que le interese leerla ni entenderla porque ella hasta el último suspiro de su vida exhaló un amor por Cristo y por su Iglesia.

A pesar del tenebrismo truculento de Loriga (y de Andrés Vicente Gómez, cuya larga y conocida mano se percibe una y otra vez en las provocaciones reiteradas), la santa, la hija y doctora de la Iglesia, la fabulosa escritora, la maravillosa y humanísima mujer asoma por la armadura -la loriga opresiva de lo políticamente correcto- que le han impuesto los novísimos inquisidores del siglo XXI. Y así, con dolor y desconcierto, la entrevemos con bastante dificultad -Teresa, divertida, aguda, encantadora, vital, enamorada- a través de un objetivo groseramente desenfocado.

Bueno este es mi comentario crítico sobre la Película, espero los suyos
BENDICIONES