www.treceentremil.com
"Impresionante, imprescindible.(...) Un guión que por fin ha puesto las cosas en su lugar". Mirito Torreiro, EL PAÍS.
"Tan crudo como conmovedor. Imprescindible". Vox Populi, EL MUNDO
"Quien quiera saber el injusto abandono y el dolor que han sufrido debe ver el impresionante documental de Iñaki Arteta". Fernando Savater, EL PAÍS
"La respuesta a la falta de propuestas cinematográficas comprometidas con la cruda realidad social del terrorismo". Ramon Palomeras, AVUI
"Arteta no enfatiza ni se recrea en la desgracia: acompaña a los familiares en el recuerdo y el sufrimiento". David Broc, FOTOGRAMAS
**** MUY BUENA. CINEMANÍA
"Magnífica muestra de la cruda realidad cotidiana". Juana Samanes, LA GACETA DE LOS NEGOCIOS
"TRECE ENTRE MIL le da la palabra a familiares de víctimas de ETA". Lluís Bonet Mojica, LA VANGUARDIA
"Un excelente cine documental de tesis y compromiso". Enrique Portocarrero, EL CORREO
"Un aguijón para las consciencias". Virginia Ródenas, ABC
"Su sinceridad resulta desoladora. (...) También deja un resquicio para la esperanza". Oskar L. Belategui, EL CORREO
Dirección: Iñaki Arteta Orbea.
País: España 2005.
Duración: 90 min.
Género: Documental.
Guión: Iñaki Arteta Orbea y Alfonso Galletero.
Producción ejecutiva: Pedro L. Lanza.
Música: Eduardo Basterra; con la colaboración especial
de Pat Metheny y Monserrat Obeso.
Fotografía: J.L.A.
Montaje: Iñaki Arteta y J.L.A.
"Trece entre mil". 2º Premio Tiempo de Historia Festival de cine de Valladolid 2005. Tras el éxito de " Voces sin libertad " (Documental 30´- 50´), premiado en prestigiosos Festivales de cine nacionales e internacionales, el mismo equipo dirigido por Iñaki Arteta ha acometido el largometraje: "trece entre mil" (Documental 90´) 2005.
Hay que ver la película y difundirla. Es un testimonio emocionante. Pero no podemos perder de vista, como hace mi correligionario José Antonio Ullate en el artículo que reproduzco, que la principal víctima del terrorismo es España.
El retablillo
"Trece entre mil": más allá de las víctimas
José Antonio Ullate
Iñaki Arteta presenta en este documental el rastro y los rostros que deja el dolor causado por el terrorismo.
20 de noviembre de 2005. Iñaki Arteta ha dirigido la película Trece entre mil, obra cargada de patetismo que da voz a los familiares y supervivientes de atentados terroristas de ETA. Película silenciada por los que habitualmente gritan y alabada por los que desde hace años callan.
El terrorismo busca la muerte para amedrentar, para "aterrorizar". La mayoría de los muertos no eran "objetivos" significativos. Muertos indiscriminados, muertos de páginas interiores, y nombre tan común como desconocido, que se atrevieron a romper las siniestras reglas del terror desde la vida vulgar. Esos son los que con más ahínco han buscado los terroristas. Esos muertos recuerdan a los vivos de toda extracción que, al margen de la ley de los códigos, hay otra ley, que se aplica, que se puede aplicar a todos, si no cuidamos la boca. La amenaza del terror genera miedo. Miedo universal, debilitante, silenciador; miedo que castra. Ese miedo ha debilitado al País Vasco y a gran parte de Navarra. La gran porción de esta tierra que creyó que callando preservaba su independencia interior no se hacía cargo de hasta qué punto esta guerra y esta estrategia nos han privado de nuestra mayor fuerza y nos ha hecho encerrarnos en nuestras vidas privadas. El silencio ha resquebrajado nuestra sociedad.
El documental de Arteta tiene buena intención, pero inadvertidamente ejemplifica el mal a que nos han conducido tantos años de silencio. Nada que objetar al emocionante, desgarrador, caótico a veces y desigual testimonio de los golpeados por el terror. Pero la película, al dar un continuo primer plano del dolor de las víctimas, eclipsa las razones del combate contra ETA, que van más allá del dolor, hasta llegar a la afirmación de un bien común, parte del cual es la unidad de España. La cinta se confina a las catástrofes privadas –pavorosas– pero olvida mencionar el daño al bien común que supone el terrorismo. Ésa es una victoria del terrorismo: que sólo seamos capaces de cargarnos de razón por los muertos.
¡Por España!, y el que quieradefenderla honrado muera;y el que, traidor, la abandone,
no tenga quien le perdone,
ni en tierra santo cobijo,
ni una cruz en sus despojos,
ni las manos de un buen hijo
para cerrarle los ojos.
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