Una de las joyas del cine del siglo XX ha sido vilmente manipulada en su última comercialización. Un atentado contra los toledanos, así escriben la historia los que ahoracaron a los héroes.
Tomamos esta información de la web de la Plataforma 2003, cuyos fines y planteamientos doctrinales nos son completamente ajenos, sobre la manipulación de la versión comercial actualmente en circulación de la película Sin novedad en el Alcázar (1940), reducida a 95 minutos de los 114 originales, con supresión de escenas fundamentales, falseamiento de diálogos, etcétera:
La bien trabajada crítica por Enrique Álvarez del Castillo que puede leerse en el enlace de arriba da por buena, sin embargo, la manipulación propagandística de signo distinto que ya contenía la versión original --por lo demás interesante- - dirigida por el italiano Augusto Genina, que puede resumirse así: omnipresencia del General Franco, quien sin embargo en septiembre de 1936 aún no se había hecho con el poder en el bando nacional; signos fascistas como los brazos en alto, muy raros en el Toledo recién liberado; y supresión casi completa de referencia al Carlismo y a los requetés; cuando la realidad fue bien distinta [Añado yo que Moscardó a quien dijo "Sin novedad en el Alcázar mi General" fue a Varela, no a Franco, como corrientemente se cree. El General Varela era hombre de Estado y antepuso a todo su condición castrense, pero además de estar casado con María Casilda Ampuero, margarita y dirigente máxima de la organización carlista Frentes y Hospitales -mucho mayor que la sección Femenina y que el Auxilio Azul, sienda está última, aunque poco conocido la mayor organización femenina falangista en la guerra- participó en actos carlistas y su cercanía al Carlismo es célebre] . Copiamos de un despacho de FARO de 28 de septiembre de 2006:
Toledo, 28 septiembre 2006. Se han celebrado un año más (los suscriptores de FARO pueden recordar celebraciones anteriores por los despachos de 26 de septiembre y 8 de octubre de 2004, y 29 de septiembre de 2005, entre otros) los actos conmemorativos de la gesta del Alcázar de Toledo. El sano pueblo toledano recorrió devotamente las calles de la Ciudad Imperial el día 27 (fecha en la que se cumple el aniversario de su liberación por el General José Enrique Varela, acompañado por el entonces Jefe Delegado de la Comunión Tradicionalista Manuel Fal Conde; las tropas del bilaureado General, en número inferior a tres mil, vencieron a trece mil rojos, perfectamente municionados y en posición ventajosa. El día 29 de septiembre de 1936 se celebró la primera procesión de Nuestra Señora del Alcázar, por iniciativa del propio Fal Conde) desde la Catedral Primada de España al Alcázar, en procesión con la imagen de Nuestra Señora del Alcázar (advocación de la Inmaculada Concepción), tras el rezo del Santo Rosario.
Al día siguiente (28 de septiembre, septuagésimo aniversario de la muerte en Viena de S.M.C. Don Alfonso Carlos de Borbón y de Austria-Este --noticia que llegó a su Jefe-Delegado en Toledo--, el mismo día que aparecía el primer número de El Alcázar, diario de los requetés toledanos) se realizó el recorrido inverso, siendo Fernando Ruiz, de las Juventudes Tradicionalistas del Reino de Toledo, uno de los encargados de portar la imagen de la Santísima Virgen del Alcázar durante la procesión. Como colofón, junto a la Capilla del Alcázar (en avanzado estado de obras) se celebró una misa. Al final de ambas procesiones se interpretó la Marcha Real.
La imagen de Nuestra Señora del Alcázar fue trasladada durante el asedio desde su lugar en la capilla de la Academia a un pequeño altar situado en la enfermería del Alcázar, para dar consuelo a los que en ella se reponían de sus heridas o agonizaban. Cayó un obús junto a ella, pero la imagen no sufrió ningún daño.
Recordemos, en este año de 2006 de sedicente "memoria histórica", la extraordinaria brutalidad, vesania y crueldad mostrada por los rojos en el asedio --ejemplificadas en el asesinato del hijo del Coronel Moscardó, jefe de la defensa-- y en la persecución religiosa y política desatada en la ciudad, reflejo de la que llevaron a cabo en toda España. Recordemos a los defensores, que aguantaron contra todo pronóstico, con esa clase de heroísmo que se acerca a la santidad: a Antonio Rivera Mara, el ángel del Alcázar; al General Tuero; a los requetés, a cuyo mando se encontraba el Capitán Aurelio José González de Gregorio, el extraordinario presidente de la Juventud Tradicionalista de Madrid, que lucharon en defensa del Alcázar y de todo lo que él representaba, siguiendo la consigna dada en San Juan de Luz por el Rey Don Alfonso Carlos: "Dios y España ante todo".
Recordemos las palabras, tan actuales, de aquel Capitán del Requeté toledano, que recogía el diario La Croix de París con fecha 13 de octubre de 1936: "España no será grande, sino sometida a Dios. Nada de palabras, hechos. Es preciso vivir la vida cristiana, y pensar en todo momento que Cristo vive en nosotros". Y así, a las once de la mañana del día siguiente a la liberación, se ofició la Santa Misa entre las ruinas humeantes del Alcázar; el celebrante, un capellán de requetés; los defensores, junto con las tropas que les habían liberado, pudieron comulgar.
Muchos de los defensores formaron luego (junto con otros, entre ellos el recordado primer jefe de la Secretaría Política de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón, Rafael Gambra Ciudad) el Tercio de Requetés El Alcázar: http://www.requetes.com/alcazar.html
Comunión Tradicionalista del Reino de Toledo: reino_de_toledo@...
Sin novedad en el Alcázar
Italia/España, 1940
Título original: L'assedio dell'Alcazar
Director: Augusto Genina
Guión; Augusto Genina, Alessandro De Stefani, Ugo Betti
Intérpretes: Fosco Giachetti, Rafael Luis Calvo, Mireille Balin, María Denis, Aldo Fiorelli, Andrea Checchi, Carlo Tamberlani, Silvio Bagolini
Más reseñas de libros y películas, y más sobre la "memoria histórica" en las páginas para suscriptores de FARO, área Mensajes. Ver también la carpeta Dieciocho de Julio en el área Archivos de las mismas páginas.
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