Respuesta: Por qué sólo existe una sola religión buena
Los verdaderos católicos no se alejan de la fe por más que puedan presenciar, oir, ver, actos y situaciones que no aceptan como válidas. La prueba es que ahí está la Iglesia viva después de 2000 años y pese a los cismas, herejías, apostasías..., de muchos desde los primeros tiempos.
Se trata de un argumento que los católicos tenemos la obligación moral de rechazar, pues es uno de los que más emplean precisamente los enemigos de Dios y de la Santa Madre Iglesia. También lo usan como "excusa" aquellos débiles que afirmando creer, se apartan porque no pueden hacer lo que les da la gana y se fijan sólo en aquello que les conviene para autojustificarse por sus propios actos y debilidades, el "pero es que..." es puro fariseismo, puro cinismo.
A la fe, como don individual otorgado por Dios, no se le ponen "peros" que valgan, pues es lo mismo que ponérselo al propio Padre, es un regalo de salvación y ese regalo no se puede rechazar bajo ninguna condición o circunstancia, o se tiene o no se tiene y punto y ¡allá cada cual con las consecuencias!
Un saludo en Xto.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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