Lo que menos me ha gustado del video es la débil crítica que se hace al hecho, pues se habla de ignorancia sobre la presencia real de Cristo en la hostia consagrada, pero ni se menciona la palabra "sacrilegio".
Ahora, si estos sacrilegios se producen, es porque cualquiera entra, sin más, a celebrar la misa. Habría, quizá, que recuperar el carisma de los ostiarios o porteros, que evitaban el paso a los no bautizados, a los penitentes y, en general, a todo aquél que no debía entrar a participar de la misa.
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