El XXXV Congreso Eucarístico Internacional
25 de mayo al 1 de junio de 1952
BARCELONA
Solo hubo un fallo en este Congreso Eucarístico, que toda la sana población de la ciudad de Barcelona lo viene sufriendo desde entonces. Y es que se le hizo la petición al gobernador civil de Barcelona desde instancias político-militares y religiosas que cerrara "cal y canto" e "ipso-facto" todos los burdeles de Barcelona para siempre, con la sana y al mismo tiempo "tonta" intención de que se aboliría la prostitución para siempre en Barcelona.
No solo no se abolió "estos vicios" en Barcelona, si no que las "meretrices" al estar cerrados los "burdeles" donde antes ejercían sus "malas artes" a escondidas del público paseante, se vieron obligadas a ejercer el empeño de sus "malas artes" en la vía pública para captar a los incautos y pecadores viciosos de concupiscencia.
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