¿Hacia una querella neocatecumenal?
El bien informado y siempre interesante Sandro Magister ha publicado un artículo informando de la revisión a la que se está sometiendo el rito de 'la eucaristía' de las comunidades de Kiko Argüello "Esa extraña misa que el Papa no quiere" (atención: nunca decir 'Misa' si se trata de la celebración del camino neocatecumenal, según sus propios conceptos, usos y formas se dice 'eucaristia', 'misa' no se dice jamás, es una palabra-concepto excluída). Hoy, la agencia Rome-News se hace eco también de la noticia, con ese vídeo que he puesto de cabecera.
Todos los que nos interesamos por el tema supimos que el acto del pasado 20 de Enero no fue una ratificación global de los ritos neocatecumanles, sino una aprobación parcial de algunas de sus ceremonias características. La 'eucaristía' al modo neocatecumenal quedó fuera, no fue convalidada en aquella ocasión.
A propósio de aquel acto, escribí aquí, en ExOrbe, un articulete: Neocatecumenado, un hecho consumado De lo que dije entonces, entresaco este párrafo:
La conclusión resultante es esa tácita y semi-pautada aprobación de la neo-liturgia neocatecumenal que, se reconozca o no, es un rito, propiamente. No un rito secular, producto de una maduración teológica-espiritual-liturgica de siglos, sino una novedad creada a voluntad de los fundadores del camino, tan reciente como las mismas comunidades, fruto muy particular del experimentalismo reformista propiciado por el V2º
El arbitrismo litúrgico postconciliar se ejemplifica notoriamente en los ritos de las comunidades neocatecumenales. El movimiento neocatecumenal ha generado un rito propio, inventado, con unos elementos mínimos de permanencia-conexión-identidad que pueden reconocerse, más o menos remotamente y en sentido amplio, como propios del rito católico romano, pero con la misma propiedad con que se podrían referir a otras liturgias cristianas, incluso a ninguna de las conocidas ya existentes: Las novedades son tantas que, aun manteniendo unos supuestos católicos, se traducen, finalmente, en una desidentificación más que notable respecto a la liturgia católico-romana.
La importancia de la nueva liturgia dentro del camino neocatecumenal, su significado, es fundamental, no es algo prescindible en tanto en cuanto las comunidades se han fraguado celebrando, se han definido 'caminando' con esa liturgia. El camino, entre otras cosas, ha sido propiamente su intra-liturgia, ese modo neocatecumenal-comunitario que perfilaba su identidad espiritual-litúrgico-eclesial precisamente desde sus mismas celebraciones: Palabra y Eucaristía.
Item más: La impronta de la neo-liturgia neocatecumenal es tan efectiva que ha dejado su huella, su influencia, en muchos sacerdotes y por muchos sitios, directa o indirectamente. Incluso ha sido un fenómeno bastante frecuente que los religiosos que participan en las comunidades neocatecumenales terminen llevando a sus comunidades religiosas (conventos, residencias, colegios, etc.) el estilo celebrativo de los neocatecumenales.
Por ejemplo, se nota hasta en las religiosas y monjas de clausura, en sus respectivos conventos o monasterios. Son detalles, pequeños particulares que denotan que se han formado en comunidades y mantienen la impronta neocatecumenal, afectando, de alguna u otra manera, al modo de celebrar de las comunidades religiosas o monásticas en las que han profesado. Se ha dado en algunas ocasiones incluso una de-formación, a la inversa: Las novicias procedentes de las comunidades neocatecumenales han 'formado' en el espíritu neocatecumenal a sus maestras de novicias, extendiendo su influencia al resto del convento. Digo esto sólo como ejemplo anecdótico, pero ilustrativo de hasta dónde ha llegado la influencia de los grupos neocatecumenales.
La deformación en las parroquias ha sido mayor, porque los fieles, al ver que el sacerdote presta a las comunidades neocatecumales una dedicación exclusiva y reservada, entienden que la forma de la celebración de las comunidades es una especie de nivel superior de participación-integración en la parroquia y en la Iglesia, y tienden, consciente o inconscientemente, a la imitación: La comunión en la mano, los cantos, los comentarios, las oraciones, las posturas corporales, etc.
Si lo que dice Magister ha sucedido tal y como lo cuenta, el caso se ha vuelto no sólo preocupante, que ya lo era, sino un verdadero problema, con graves implicaciones en la Curia, y entre los implicados figura nuestro Cañizares:
Lo que sucedió es que el pontificio consejo para los laicos, presidido por el cardenal Stanislaw Rylko, había preparado el texto de un decreto de aprobación global de todas las celebraciones litúrgicas y extralitúrgicas del Camino neocatecumenal, que tenía que hacerse público el 20 de enero en ocasión de un encuentro previsto del papa con el Camino.
El decreto había sido redactado por indicación de la congregación para el culto divino, presidida por el cardenal Antonio Cañizares Llovera. Los fundadores y líderes del Camino, Francisco "Kiko" Argüello y Carmen Hernández, fueron informados de ello y anticiparon felices a sus seguidores la inminente aprobación.
Todo sin el conocimiento del papa.
Benedicto XVI vino en conocimiento del texto del decreto pocos días antes del encuentro del 20 de enero.
Lo encontró inconexo y equivocado. Ordenó que se anulara y se volviera a escribir según sus indicaciones
Todo esto que ocurría antes y durante la audiencia de Benedicto XVI a los neocatecumenales, el pasado 20 de Enero, ahora sale a la luz, con esa especie de notoriedad oficiosa que confiere a la noticia el artículo de Sandro Magister y el vídeo de la agencia Rome-News.
¿Cómo están recibiendo en las comunidades neocatecumenales esta (inesperada? prevista?) revisión-examen-juicio? ¿Habrá un dictamen definitivo? ¿Se aceptará formalmente? ¿Se eludirá intencionalmente? ¿Recurrirán, habrá apologías? ¿Habrá resistencia? ¿Tendrá consecuencias?
Todas estas cuestiones y otras más podrán articularse o ya estarán movilizándose, en tanto en cuanto la cuestión está siendo debatida en las más altas instancias eclesiales. Hasta ahora, la polémica neocatecumenal se ha venido planteando en otros niveles, parroquiales y diocesanos, ahora se dirime ante un alto e inapelable tribunal.
Conociendo la tendencia característica de Roma para estos casos, se procurará moderación y contención, se evitarán lesiones traumáticas y se buscará un consenso equilibrado y satisfactorio. El fundador, Kiko Argüello, no parece ser hombre de rupturas; sus hermanos de comunidad, sin embargo, dejan entrever actitudes más radicales, imbuídos, como están, del pneumatismo carismático neocatecumenal. Nacidos, crecidos y confirmados en una muy determinadas formas litúrgicas no van a tener fácil el sujetarse ahora a criterios uniformadores.
Pero, históricamente, esa ha sido una de las tendencias más firmes y constantes del rito católico-romano: Conformar la liturgia, erradicar particularismos e instaurar un rito único y común; así ha sido desde la más remota antigüedad. Siguiendo ese criterio, desaparecieron o quedaron reducidos a excepciones locales ritos tan venerables como nuestro visigótico-mozárabe o el ambrosiano. Así también se procedió (no obstante el liberal 'espíritu del V2º') cuando la tremenda reforma litúrgica del post-concilio, impuesta desde Roma inflexiblemente. ¿Así se procederá también ahora? ¿O se contemplaran algunas salvedades por mor de las peculiaridades y circunstancias del movimiento neocatecumenal?
Habrá que esperar; no sé decir si tendremos respuesta pronto o si ese exámen de la 'eucaristía neocatecumenal' se dilatará...¿hasta cuándo? ¿Podrá el Papa Benedicto pronunciar una sentencia terminante? ¿Le dejarán? Si el preludio de este capítulo ha estado tan 'enrarecido' como cuenta Sandro Magister, ¿cómo será su desarrollo, cuántas presiones, interferencias, ralentizaciones, intervenciones, cortes, golpes, roces, addendas y corrigendas etc. etc. etc. sufrirá durante su proceso?
Se me olvidaba decir que, como otros graves problemas, este es uno más de los dejados pendientes por el beato (¡súbito!) Juan Pablo II, el del largo pontificado y las magnas e irresolutas herencias.
+T.
EX ORBE
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