RECUPERAR LA SANTA MISA DE SAN PIO V



"Los sacramentos de la Iglesia Cristiana perdieron mucho de su dignidad y de la conciencia de su poder oculto entre aquellos que se separaron de la Iglesia Católica Romana al tiempo de la "Reforma". El cisma que se produjo entre Oriente y Occidente, poniendo a un lado la Iglesia Ortodoxa Griega y al otro la Romana, no afectó en manera alguna a las creencias sobre los Sacramentos. En ambas Comunidades continuaron reconocidos como lazos entre los mundos aquende y allende de la percepción física, y siguieron santificando la vida de los creyentes desde la cuna al sepulcro. Los Siete Sacramentos del Cristianismo abarcan la vida entera, desde la bienvenida del Bautismo hasta la despedida de la Extrema Unción [...] Las Iglesias disgregadas, que con la Reforma sacudieron el yugo de Roma [tuvieron por guías] hombres vulgares del mundo, buenos unos y malos otros, pero profundamente ignorantes [...] y conocedores sólo de la corteza del Cristianismo, de la letra de sus dogmas, de las exterioridades de su culto".

Este significativo pasaje que hemos transcrito arriba -aplicándole la tijera censora- es, nada más y nada menos que de Annie Besant (1847-1933) que, para aquel que no la conozca, diremos que fue colaboradora de la artífice de la Sociedad Teosófica, Madame Helena Blavatsky, y sucesora en la presidencia de dicha sociedad, tras la muerte (la desencarnación dirían ellos y sus primos espiritistas) de Henry Olcott. Annie Besant fue activista en muchos movimientos sociales y políticos, como el feminismo. En 1902 fue iniciada en la masonería y desde 1903 hasta 1933 fue presidenta de la Sociedad Teosófica.


Hemos traído aquí estas palabras por parecernos harto significativas en cuanto a la consideración que a Annie Besant (que no era precisamente una católica tridentina) le merecía la merma que la falsa reforma protestante supuso para los Sacramentos, con la consecuente pérdida de sacralidad en la liturgia sacramental. Que Aníbal Bugnini reuniera a un rabino judío y a cinco pastores protestantes para elaborar el llamado Novus Ordo Missae (Nuevo Orden de la Misa) es algo que hasta Annie Besant reprobaría.

Bajo este renglón, Annie Besant ataviada con los trastos de la Logia


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