Iniciado por
Abbendis
Sinceramente, ver posiciones tan enconadas en la literalidad más acérrima y el desprecio a toda forma de fe que no sea la considerada óptima o, peor, "única y verdadera" dentro del catolicismo y la Cristiandad, sí me resulta más "sectario" que las doctrinas (gústenme más o menos) que la propia Iglesia Católica reconoce como válidas. Al final resultaría más sano declararse sedevacantista que ponerle pegas al 99% del catolicismo actual y su nueva cabeza.
Cuando me he descubierto discutiendo sobre una palabra de una fórmula para un rito como si fuera el centro de mi fe tal cosa... me he dicho a mí mismo: Para; para amigo, que lo mismo en tiempos de Cristo hubieras sido un fariseo.
En los evangelios vemos como los propios apóstoles escriben a las iglesias, comentando, criticando o aconsejando sobre sus maneras de actuar; tal como si hubiera diferentes caminos de poner en práctica la fe. Me resulta chocante que podamos considerarnos jueces de la religión para señalar lo que nos gusta o lo que no, repartiendo carnets de católicos a lo largo de la historia, nada menos.
Al igual que pienso que los protestantes se equivocan al apartarse de la Iglesia e idolatrar la textualidad, veo que dentro de la propia Iglesia Católica hay sectores que no se comportan de manera diferente. Ponen en el centro de la religión al rito, el libro, el texto, el idioma, la forma, el culto o la vestimenta y se alzan como martillo de quienes actuan de forma diferente o comprenden la fe de una manera más sentimental.
En semana santa, un sacerdote dijo algo en una misa que me llegó muy dentro. Pidió que nos centráramos de una vez en lo importante y nos dejásemos de chorradas. Para mí (y sé que en estas altas cuestiones nuestras opiniones o sentimientos son lo de menos) la fe es un sentimiento y un llamado, una acción viva, arrojarse al mundo abanderando el mensaje del Señor. Ello lo veo estrechamente vinculado a la ayuda, la caridad, el darse a los que más lo necesitan, infundir en ellos el espíritu religioso, dar a conocer a Cristo y sus obras a través de su sagrada Justicia Social y vivir la religión de una forma espiritual, sana y plena.
Por ello discrepo tanto de mucho de lo que veo, respetándolo desde luego, pero reconozco que esto no es mi camino; pues no puedo sino visualizar a Santa Juana de Arco acusada por los intransigentes, viendo impotente cómo retuercen los textos para negar la verdadera fe que ella vivió. Y en esta guerra espiritual estoy a su lado.
Marcadores