Y no me sorprendería que luego de su "periodo de reflexión", este personaje regrese a su parroquia, tal vez ya no con imágenes del Ché en su ropa, posiblemente aún con el cabello largo, pero seguramente sí pensando de igual forma. Menudo "favor" que la Iglesia se haría a sí misma. Y luego no nos extrañemos que aquellos que no tienen la fe bien cimentada salgan despavoridos de la Iglesia.