Hiperinflación conciliar
No existe una lista oficial y definitiva de los concilios ecuménicos. Por lo general, se aceptan veintiún concilios incluyendo al Vaticano II.
En una interesante entrada de la bitácora Wanderer, se describe un fenómeno eclesial moderno:
“Si tomamos el Denzinger, los primeros trece siglos de la Iglesia, vgr. hasta la muerte de Santo Tomás, sólo cubren un quinto del total de las intervenciones del Magisterio. Y podemos seguir añadiendo datos significativos: la palabra Magisterium no aparece en el Concilio de Trento. La noción comienza a tomar forma a partir de Stapleton a fines de siglo XVI y sobre todo en los tratados del siglo XVIII: Mayr, Gotti y Billuart. En este sentido, el fenómeno puede describirse como un progresivo incremento de la cantidad de documentos magisteriales.”
Este fenómeno moderno se ha dado en llamar inflación magisterial. Se verifica en el magisterio pontificio especialmente a partir de Gregorio XVI. Pero también en el análisis cuantitativo de los concilios ecuménicos. En general, la tendencia ha sido pasar de los breves cánones de los concilios antiguos y medievales a documentos más extensos de género literario expositivo. El Concilio de Trento marcó un hito en la tendencia al crecimiento cuantitativo, al superar las 5 mil líneas de documentación aprobada. El Vaticano I fue más breve que el tridentino, pero recordemos que este concilio fue suspendido por Pío IX. El siguiente cuadro proporciona los datos cuantitativos (líneas de documentación aprobada) de todos los concilios ecuménicos:
La inflación magisterial también se manifestó en el Vaticano II. Puede observarse en el siguiente gráfico comparativo:
El Vaticano II representa el 47,6 % del total del magisterio conciliar ecuménico de la historia de la Iglesia. Siguiendo con la analogía monetaria, deberíamos decir que el último concilio representa un período de hiperinflación magisterial: se produjo en tres años casi la misma cantidad de textos que la suma de todos los concilios celebrados durante diecinueve siglos. Autores ajenos al tradicionalismo no dejan de reconocer que el último concilio tiene textos de tipo «genérico y vago» (Bassett), con «lagunas y ambigüedades» (Walf); lo cual, a nuestro entender, ha contribuido no poco a generar la presente crisis eclesial. Cantidad no es sinónimo de calidad.
InfoCaótica: Hiperinflación conciliar
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