La Misa Nueva vista en 1972
En 1972 el Padre Louis Salleron realizó un estudio sobre la Nueva Misa, su contexto histórico, sus influencias y la deriva previsible de su tendencia "evolutiva". De este interesantísimo volumen de más de 300 páginas publicado en castellano en 1978 en la Argentina reproducimos las "predicciones" del autor sobre el modo en que el Novus Ordo derivaría en el futuro. A más de 35 años, podemos comprobar que sus anticipaciones resultaron proféticas.
Rasgos Principales de la Evolución
De todo lo dicho, por no hablar de todo lo que no hemos dicho, podemos recordar, como características de la evolución litúrgica en curso, los rasgos siguientes:
1. Se ha dejado el latín en beneficio de las lenguas vivas. Ese cambio, por ser el más sensible, en general se considera el menos importante. Nosotros ya hemos dicho, por el contrario, que es de extrema importancia. La pérdida del latín es la pérdida de la unidad. La diversidad abre las puertas a todas las libertades.
2. Las traducciones son insatisfactorias. Algunas constituyen traiciones puras y simples a la palabra de Dios. Otras son a menudo inexactas o vulgares.
3. De ahora en adelante a Dios se lo tutea. ¿Estilo noble? Más bien resuma camaradería.
4. Con el latín ha desaparecido el canto gregoriano. El órgano es reemplazado por la guitarra. La música sagrada cede paso al jazz.
5. Las iglesias han sido entregadas al furor iconoclasta. Se ven custodias en las ferias de ropavejeros. Los ornamentos y los paneles de madera se venden en la casa de antigüedades.
6. El altar ha sido reemplazado por una mesa. El sacerdote ya no celebra la misa vuelto hacia el oriente sino de cara al pueblo. El simbolismo de la adoración en común ha desaparecido. De ahora en adelante Dios está en medio del pueblo y tiende a confundirse con él. La antropología se cuela en la teología. La asamblea y su presidente se dedican, en éxtasis colectivo, a volver a encontrar al Dios inmanente que está en cada uno, sin preocuparse más por el Dios trascendente que se ofrece a ellos en su encarnación.
7. La celebración eucarística se vuelve concelebración. Ya no es el sacerdote quien oficia sino la comunidad. Poco a poco los laicos concelebran con el sacerdote. El sacerdocio real del pueblo de Dios sustituye al sacerdocio ministerial.
8. La liturgia de la Palabra sumerge a la liturgia eucarística; y la palabra del sacerdote, o la de los laicos, expulsa a la palabra de Dios. El profetismo invade el rito.
9. La eucaristía se troca en comida. Comunión en la mano o auto-servicio. Comunión bajo las dos especies.
10. La misa por grupos pequeños se prefiere a la misa parroquial. En efecto, el pequeño favorece al sentimiento comunitario. Ya no se encuentra a Dios en la fe sino en una especie de fervor hipnótico.
¿En qué momento se sale del culto católico para entrar en el vudú? Solo Dios lo sabe. Pero lo cierto es que en el límite se está más cerca de la magia que de la misa.
Aún así, protestarán algunos, todavía no hemos llegado a eso. No: en conjunto todavía no hemos llegado. Cuando la misa es rezada en la iglesia, el domingo, por el cura de la parroquia, sigue siendo misa, aun cuando vaya marcada por fantasías y extravagancias.
Pero ya se rechazan las paredes de la iglesia, como si se adivinara que constituyen los bastiones de la liturgia. Se prefieren las casas, el salón, el comedor, la cocina.
La evolución está en marcha.
Louis Salleron, La Nueva Misa. Editorial Iction, 1978
http://www.panodigital.com/la-misa-nueva-vista-en-1972
Última edición por el cura y el barbero; 21/02/2008 a las 13:34
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