Re: Cuatro recientes señales aterradoras
¡Qué horror! de esta satánica aberración yo no sabía nada, inexplicablemente no me enteré en su momento. ¡Malditos sean los que lo hicieron! tanto aquellos que lo organizaron, como aquellos que lo apoyaron desde dentro. No recuerdo que la Prensa dijera nada por entonces.
Si se trataba de llamar la atención ante una posible pero más que improbable extinción masiva, pura propaganda ya que semejante posibilidad es de origen natural (tal como ha sucedido ya varias veces antes de la aparición del ser humano y por causas astronómicas fundamentalmente), hay miles de sitios para elegir y llevar a cabo esa pantomima. San Pedro es un templo sagrado, y no se hizo en otros templos no cristianos..., ¿tal vez en alguna mezquita o, sobre La Caaba?
Con retraso, pero esta afrenta blasfema no prescribe, sería conveniente conocer las filiaciones completas de los responsables del Vaticano en semejante aberración.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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