El pasado 25 de julio, mientras los católicos festejábamos al Señor Santiago, un incendio abrasó la Iglesia de Santa María de Jesús de Palermo (Sicilia), anexa a un convento de los frailes menores. La conflagración destruyó ─además del coro, de parte del techo y de varias obras de arte religioso─ el cuerpo incorrupto de San Benito de Palermo, aunque gracias a Dios pudieron rescatarse algunos de sus huesos y los del Beato Mateo Guimerà, quien por cierto edificó la iglesia en el siglo XV.

A pesar de que fueron alertados oportunamente, los bomberos no pudieron llegar a tiempo por encontrarse atendiendo otra emergencia; razón por la cual los fieles e incluso los propios frailes tuvieron que arreglárselas para intentar extinguir las llamas. Y aunque en varios medios se atribuye el incendio a la ola de calor que padece la isla, los vecinos sospechan que fueron manos humanas las que originaron el fuego.

Agencia FARO.

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