Es una verdadera pena esto de los abusos lituúrgicos de toda índole en los ritos y tradiciones más sagradas.
En Argentina pareciese que los mismos sacerdotes y obispos alientan a la comunión en las manos de los fieles, el monaguilleo de señoritas púberes o niñas catecúmenas, o el cántico y meneo, propio, típico y caráteristico de las iglesias bautistas o pentescostales, predominantemente de gente de raza negra.
Creo que lo alientan, para que los que resistimos estos embates de progresismo degenerador y desviante nos acostumbremos a verlos ( a estos abusos) y a fuerza de costumbre los tomemos como algo inofensivo o natural, o que se yo, nos demos por vencido ante "el avance del mundo y sus usos".
Es mi pensamiento que , estos sacerdotes y obispos de "avanzada" pretenden que nos acostumbremos y toleremos todo a fuerza de hacerlo habitual. De ahí que insistan en reiterarlo y reforzarlo en cada ceremonia ritual, sacramental, etc.
Cuando alguno llama la atención o chista acerca de estos abusos, es inmediatamente tildado despectivamente de lefebvrista o anticuado. -Eso era antes, hermano, el mundo avanza, y la iglesia avanza con él- te dicen campantes y superados.
!!!Atróz!!!
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