Torre románica o Torre Vieja
La catedral prerrománica de Oviedo de Alfonso II fue recibiendo añadidos y transformaciones durante siglos. Una de ellas es la erección de la torre románica. Está en el costado meridional de la actual catedral gótica.
Sobre una base prerrománica de sillarejo se levantaron dos pisos de sillería románica. El primero tiene un vano de medio punto rodeado por otro gran arco ciego, además de una imposta decorativa que anilla horizontalmente toda la torre.
El piso superior, cubierto con bóveda esquifada, es de gran hermosura. Cada cara dispone de dos vanos rodeados por arquivoltas de medio punto sobre parejas de columnas. Los motivos de los capiteles son aves apicadas, entrelazos, sogueados, todo ello o de mucha antigüedad (por su relación con lo prerrománico) o por contra, de un románico final muy popularizado.
La Catedral Gótica
La Catedral de Oviedo es sin duda la obra más importante del gótico asturiano aunque, dadas las fechas de su conclusión, aparecen las nuevas influencias renacentistas.
Se iniciaron las obras alrededor del 1385, avanzando con rapidez la cabecera, formada por triple ábside.
Sin embargo, al entrar en el siglo XV, las obras se ralentizan bastante durante 70 años hasta que, de la mano de Alonso de Palanzuela, se da un importante impulso al edificio.
Lo resultante de este proceso constructivo de la catedral de Oviedo es un edificio básicamente edificado en el siglo XV, de estilo gótico conservador, estructurado en tres naves más capillas laterales, un largo crucero y una cabecera tripartita (los absidiolos laterales se eliminaron para construir la girola del siglo XVII).
Las bóvedas son de crucería simple menos en la nave central donde son estrelladas.
El alzado se materializó mediante la secuencia clásica de tres pisos o niveles:
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Piso de los arcos formeros.
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Triforio de doble arco con tracerías.
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Piso superior iluminado (claristorio) mediante grandes ventanales compuestos por dos arcos calados cobijados por otro envolvente de perfil escarzano.
Alrededor del año 1500, tras la finalización de la estructura fundamental del templo, el cabildo decidió la construcción del pórtico occidental y las dos torres de la fachada. Sin embargo, la del costado norte no llegaría a alzarse por encima de las naves.
La que sí pudo finalizarse a mediados del siglo XVI fue la meridional que, a pesar de tan tardía fecha, siguió apegada a las formas del gótico flamígero, recogiéndose en ella las experiencias de Juan de Colonia en las flechas caladas de la catedral de Burgos.
En efecto, tanto el pórtico como el campanario pertenecen al gótico final o flamígero, con profusión de arcos conopiales con cardinas, pináculos erizados, etc. aunque los detalles escultóricos son ya claramente renacentistas.
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