El distributismo sí que concuerda por entero con la Doctrina Social de la Iglesia - se trata de una concreción de los principios de reflexión que desde la enciclica Rerum Novarum vienen siendo emanados de Roma para ajustar las relaciones sociales y la actividad económica a un punto de vista católico. Por cierto, el distributismo es una filosofía económica y sólo no es un modelo económico porque no fue todavía probado científicamente - es decir, verificada su validez económica ante presupuestos asumidos. Algo distinto es el nacional-sindicalismo. Es una doctrina política. Una doctrina política inspirada en los mismo principios que el distributismo pero que no se atiene a ellos, trazando una ruta nacionalista/revolucionaria para la obtención de sus objetivos - lo que para mí, es desde luego, una inconsistencia constitucional.
Lo de apenas poder existir propiedad colectiva es opinión tuya Guillermo, no es un precepto distributista. Lo que defiende el distributismo es que todo el trabajador, o toda la unidad productiva debería tener la propiedad privada o colectiva de los utensilios, herramientas y demás medios de producción - capital fijo - necesarios al desarrollo de su actividad. La propiedad privada es, según Santo Tomas de Aquino, el mejor incentivo para una administración responsable de los bienes económicos y la mejor garantía de una sociedad pacifica y ordenada. Concluye que la propiedad privada no es contraria al derecho natural; pero también define lo que es lucro legitimo de la actividad económica y para qué debe ser utilizado, lo que indirectamente restringe la dimensión y extensión de la misma propiedad privada.
Así que el texto de D. Vásquez de Mella citado por el Matiner Carlí está en perfecta comunión con lo que defiende sobre este tema la Iglesia, Su Teoría Social y, por ende, el distributismo.
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