Mundo caníbal (III)
Yo sigo insistiendo en que la vida -según la anticultura moderna- corre demasiado deprisa y sucede como cuando la multitud/masa de los Simpsons pasa rápidamente de incendiar con antorchas una casa a reconstruirla.
En la vida política que funciona a ritmo del "trending topic", cualquier suceso que salte a la palestra, cualquier titular que aparece (las noticias no se suelen leer), automáticamente provoca un aluvión de reproches, reacciones depresivas o de fuertes alegrías, tan aparentemente intensas como efímeras. Todo parece que se va a la mierda o que se han conquistado los más ansiados deseos... en lo que dura un click.
La aceleración de nuestra vida/deseos/ansias/fe es una patología psicosocial propia del Mundo Moderno, funcional y arraigada al síndrome del teclado; todos hacemos de César y rápidamente justificamos el linchamiento o la idolatría.
Si hiciéramos un repaso sobre todas las noticias, falsas, verdaderas, o dudosas, y se tomaran en cuenta las reacciones iracundas en toda su expresión, no habría corazón que aguantase ese ritmo ni espíritu que no se cansase.
Nos quieren devorar.
El Rincón de Don Rodrigo: Mundo caníbal (III)
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