El Puzle
Por Will Waite
El mundo en que vivimos puede parecer como un extraño e incoherente puzle.
Para aquellos que se toman un interés más que pasajero por los asuntos mundiales, ven que tenemos delante nuestra una colección de piezas. Vemos los problemas de pobreza y malestar social y nos lamentamos del daño que estamos haciendo a la naturaleza. Luchamos por enfrentarnos con la cuestión de cómo asimilar los avances en la tecnología y el problema del desempleo que aquél promete hacer cada vez más agudo. Se nos está exprimiendo constantemente con elevaciones del coste de la vida, impuestos e inflación, y, por supuesto, nos preguntamos por qué todo el mundo está endeudado. Vemos la vasta capacidad que tiene la industria, las tiendas llenas de productos que no pueden vender, y oímos el incesante zumbido del anunciante.
Nuestra salud física y mental está sufriendo. Nuestras familias están bajo tensión. Muchos de nosotros estamos aislados de las comunidades en las que vivimos.
No obtenemos respuestas de los líderes. La política carece de sentido y nuestro asesoramiento económico proviene de bancos de distintos grupos los cuales obviamente se preocupan de llenar sus bolsillos a expensas nuestra. En la punta de todo esto existe un movimiento global hacia lo que Clifford Hugh Douglas describió como “desarrollo del dominio mundial”: la centralización del poder.
Podemos ver que el cuadro que hará este puzle cuando se unan las piezas es bastante triste. Muchos de nosotros han decidido renunciar a montarlo absolutamente, habiéndose resignado a la idea de que el mundo no tiene sentido, y pensando: “¿qué puedo hacer en él de todas formas?” Otros enfocan toda su atención en sólo una pieza, pero es el mundo todo él el que ha de encajarse y no puede haber mejora duradera que provenga de atender síntomas solamente.
Un cuidadoso estudio de las ideas de Douglas, también conocidas como Crédito Social, hará algunas cosas por ti. Sugerirá una nueva configuración y proporcionará ciertas piezas muy necesarias, las cuales se te habrá incitado a ignorar. Entonces, una vez que tengas las cosas en su justo lugar, verás que su remedio de proveer seguridad económica directamente al individuo neutralizaría los efectos del poder irresponsable, permitiéndonos a cada uno la libertad de meternos mejor en nuestros asuntos.
Para todos aquellos de vosotros que echen un vistazo a esto tengo un consejo. Cuando haces un puzle grande –y éste es uno grande– pones todas las piezas boca arriba y en su propio sitio. Pones juntos los bordes, agrupas las piezas con colores y patrones parecidos, etc. Pero para hacer toda esta organización necesitas espacio.
Para poder imaginarte esto completamente necesitarás también espacio: espacio mental. Son los prejuicios e ideas preconcebidas inculcadas a lo largo de toda una vida de condicionamientos lo que constituye el más grande obstáculo para la adecuada comprensión del enredo en el que nos encontramos. Algunas de ellas incluyen la creencia en la naturaleza torcida del hombre; nociones maltusianas de escasez económica; el rol neutral del dinero; fe en la pericia de partidistas; renuencia a afrontar el papel jugado por la conspiración en la historia moderna; el falso paradigma de la política de izquierdas-derechas; actitudes puritanas sobre el trabajo y el miedo al ocio. Es importante entender que estas posiciones no representan cuestiones de hecho. Para muchos estas nociones son plantillas ideológicas que deciden la aceptabilidad de nueva información. Son intentos del Poder para sobreponer un mundo que pueda controlar encima del mundo real, y en la medida en que aceptemos esos preceptos seremos incapaces de ver el mundo como es y las soluciones a nuestros problemas permanecerán fuera de nuestro alcance.
Chomsky escribe en Ilusiones necesarias. Control del pensamiento en las sociedades democráticas:
En las sociedades industriales avanzadas, el problema se suele abordar por medio de una variedad de medidas destinadas a despojar las estructuras políticas democráticas de un contenido esencial, al tiempo que éstas quedan intactas a nivel formal. Gran parte de esta tarea la asumen las instituciones ideológicas que canalizan el pensamiento y las actitudes dentro de unos límites aceptables, desviando cualquier reto en potencia hacia el privilegio y la autoridad establecidos, antes de que éste pueda tomar forma y adquirir fuerza.
Del mismo modo, el papel del control del pensamiento como medio de mantener el poder es algo que no se le pasó a Douglas cuando escribió Economic Democracy en 1920:
Estamos, por tanto, confrontados con un aparente dilema: un movimiento mundial hacia el control centralizado, respaldado por fuertes argumentos en lo que se refiere al aumento de eficiencia y a la consecuente necesidad económica de una organización de este tipo; y, por el otro lado, una desconfianza cada vez más profunda en tales medidas, que nace de la experiencia y la observación personal de sus efectos sobre el individuo. Una minoría poderosa de la comunidad, determinada a mantener su posición relativa con respecto a la mayoría, asegura al mundo que no hay alternativa entre la pirámide del poder fundada sobre un trabajo fatigoso de monotonía cada vez más creciente, y cierta forma de carestía y desastre; al tiempo que una creciente y cada vez más insatisfecha mayoría se esfuerza por sacudirse la influencia hipnótica del adiestramiento, y lidia con la falacia que presiente que ha de existir en alguna parte.
Al tiempo que “lidiamos con la falacia”, debemos tener en mente que es en gran parte la “influencia hipnótica del adiestramiento” aquello contra lo que luchamos. Debemos dejarnos espacio mental para poder configurar las piezas del puzle en formas o vías que nuestras ideas programadas no nos permitían previamente. Debemos dejar espacio para algo nuevo. El Crédito Social revela el orden detrás del caos, y aclara la vía para una sociedad más sana.
Fuente: CLIFFORD HUGH DOUGLAS INSTITUTE
Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)
Marcadores