Si los datos reales de la economía (a la cual debe ajustarse el sistema financiero) arrojan la existencia de un beneficio real o físico (o arrojan la existencia de un coste real menor al reflejado por el coste financiero incurrido, que es otra forma paralela y/o complementaria de enfocarlo) entonces el sistema financiero traduciría ese beneficio real en un beneficio monetario o dinerario en favor de toda la población (el dividendo nacional podría ser uno de los mecanismos, entre otros, a través del cual el sistema financiero materializara financiera o monetariamente ese beneficio real incurrido).
La cuestión no está solamente en que la población pueda consumir lo que produzca, sino que lo haga con la menor cantidad de molestias posible.
La compañía petrolífera de Gadafi podía perfectamente (no lo sé si llegó a ser así alguna vez) haber repartido periódicamente a la población poder adquisitivo suficiente para absorber su producción de bienes-servicios de consumo en cada momento, siempre y cuando hubiese obtenido ingresos suficientes procedentes de la exportación del petróleo al extranjero. Con el Crédito Social no sería necesario ese, podríamos llamar, "desprendimiento de riqueza" al extranjero, como condición previa sine qua non para la absorción por la población de su propia producción de bienes-servicios de consumo.
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