Creación de la República (1100):
Aproximadamente el año 1100, una asociación voluntaria (compagna) de todos los ciudadanos, creó la República independiente de Génova; el poder ejecutivo fue concedido a un número de cónsules elegidos anualmente en una asamblea popular. El poder legislativo estaba en manos de pequeños nobles y burgueses influyentes. El comercio marítimo era la actividad dominante. Durante los siglos XII y XIII, Génova desempeñó un papel principal en la revolución comercial que Europa experimentaba. Se convirtió en una ciudad de cerca de 100.000 habitantes, una potencia naval que trataba en términos iguales a las mayores monarquías, y en un centro comercial rivalizando Venecia y compitiendo con otras ciudades italianas en el comercio con Europa occidental. Las especias del este, los colorantes y los medicamentos, el paño y los metales occidentales, las lanas africanas, las pieles, el coral, y el oro eran los artículos principales de un comercio internacional muy diversificado. Las actividades bancarias y la construcción naval prosperaron, y la industria textil local tuvo sus comienzos. El derrumbe de los enclaves cruzados en el siglo XIII, fue compensado suficientemente por la alianza de Génova con el imperio Bizantino el año 1261, el cual pavimentó el camino para un gran dominio en el mar Negro. Su desarrollo económico fue creciendo gradualmente hasta convertirla en una capital con amplio dominio sobre las costas de Crimea. Muchas islas Egeas se convirtieron en dependientes de Génova.


Organización política:
En este período la distensión política interna era incesante, pero no obstaculizó seriamente el progreso de la comunidad. El estado fue manejado como asunto de negocios, para beneficio común de las familias predominantes - Spinola, Fieschi, Grimaldi, y Doria - y generalmente con ventajas para toda la población. La forma de gobierno cambió y se desarrolló, de modo que en la segunda mitad del siglo XIII el estándar de vida de los Genoveses mejoró constantemente. El orgullo gubernamental y de las familias condujo a la construcción de edificios, de puentes, y de iglesias espléndidas. Durante los siglos XIV y XV, sin embargo, el conjunto de Europa entró en una profunda crisis moral y material. En Génova la lucha de clases mantuvo al gobierno en agitación constante, y las finanzas públicas fueron arruinadas por guerra. La elección de gobernantes nativos siguiendo el modelo veneciano, comenzando por Simón Boccanegra en 1339, fue una tentativa inútil de solucionar el problema político.


Los años de Colón en Génova:
La Génova en la que vivió Colón los veintitrés primeros años de su vida era el puerto más importante de una república poderosa y en expansión, cuya economía se basaba en las comunicaciones marítimas. A su puerto afluían riquezas que proporcionaban a sus mercaderes buenos réditos que administraba la importante Banca de San Jorge. La misma banca a la que don Cristóbal en 1502 le encargaría que velara por sus intereses y por los de sus hijos y herederos. La navegación de cabotaje enlazaba el cosmopolita puerto de Génova con Córcega (Bastia, Calvi, Bonifacio), el puerto saboyardo de Niza; los franceses de Hyères, Marsella y Montpellier, no pudiéndose entonces traficar con el de Narbona que estaba invadido por arena desde hacía más de un siglo; alargándose hasta Barcelona, Valencia, Palma de Mallorca. Por el sur las naves genovesas cruzaban toda el érea tirrénica, disputándose con Nápoles la primacía del comercio con Roma en sus puertos de Civitavecchia y la Ripa en el Tíber y llegando a Nápoles, Messina y Palermo. Más allá las naves de la república llegaban a Túnez, el mayor centro del tráfico genovés en Africa, en viajes siempre complicados por la amenaza de la piratería que hacía sus incursiones en el golfo de Gabes y en las costas argelinas. (Consuelo Varela) Las anotaciones del mapa de 1502 de Colón indican su conocimiento de los puertos de la zona, así como de otras más alejadas como el cabo de Creus en Cataluña, el golfo de Narbona, Cerdeña y Berbería.


Después de emerger de períodos de dominación francesa, Génova dejó de ser la gran potencia de antaño. Córcega estaba en rebelión; Cerdeña fue copada por los Aragoneses; los turcos y egipcios conquistaron las colonias de Levante. Sólo el dominio del continente, es decir, Liguria, fue mantenido con éxito. Mientras las fortunas de España y de los estados italianos declinaron, Génova a mediados del siglo XVIII, comercialmente se había hundido al nivel más bajo. En 1768, por el tratado de Versalles, la república cedió a Francia su última posesión de ultramar: Córcega. En 1797, bajo presión de Napoleón Bonaparte, fue incorporada a la república de Liguria, bajo protectorado francés. En 1805 Génova fue anexada al imperio francés. En noviembre de 1814 el congreso de Viena concedió Génova al reino de Piamonte y Cerdeña. El siglo XIX la actividad marítima se reestableció y el comercio Genovés floreció de nuevo, ésta vez, no solamente en sus refugios tradicionales del mediterráneo y del Mar Negro sino también en el lejano éste y las Américas. La unificación de Italia en 1861 revitalizo aún más la actividad de Génova, compitiendo con Marsella por la supremacía en el mediterráneo y compitiendo por el acceso al Mar del Norte para el comercio con Suiza y Europa central; y aun cuando Génova ha declinado en ésta competencia el último tiempo, la diferencia es contrapesada por el comercio cada vez más fluido con el norte de Italia.

http://www.mgar.net/var/genova.htm