«Al Rey de España he honrado»: ¿por qué el himno de Holanda cita a nuestro Monarca?

César Cervera









La huella hispana sigue presente en los símbolos y tradiciones del país. El duque de Alba está identificado como «el hombre del saco» por los niños y en Navidad los regalos llegan desde la península Ibérica

Museo del prado


Retrato de Felipe II, contemporaneo y enemigo de Guillermo de Orange


La letra del himno de Holanda tiene su origen entre 1568 y 1572, cuando la rebelión en las provincias de los Países Bajos contra su soberano, el Rey de España, vivió sus episodio claves. El himno, denominado «Wilhelmus», está dirigido a Guillermo I de Orange, «El Taciturno» que se alzó como el principal líder durante la revuelta contra los españoles.
Creada probablemente por Marnix van St. Aldegonde, la letra es entonada como un himno religioso, y en lugar de ser una llamada a las armas o una exaltación patriótica, es una apología de Guillermo de Orange y de sus obras. Es por eso que el Rey de España –en ese momento Felipe II– aparece citado en la letra con el ánimo de destacar que Guillermo de Orange se mantuvo fiel a él, pero como un igual: «Un príncipe de Orange soy, libre y valeroso al Rey de España siempre le he honrado».

Una afirmación que está lejos de ser cierta puesto que los métodos de Guillermo de Orange se basaron en una agresiva estrategia para desacreditar al Monarca español y ganar más poder para sí mismo. De hecho, tras años de rebelión militar, el 15 de marzo de 1581 Felipe II declaró fuera de la Ley a Guillermo de Orange y lo acusó de «traición, ingratitud y herejía».
El «Wilhelmus» está considerado el himno nacional más antiguo del mundo. Los himnos de Inglaterra, «God save the Queen» y de Francia, «La Marsellesa», surgieron mucho más tarde, en 1745 y 1792 respectivamente. Por su parte, el holandés procede del siglo XVI, aunque no fue adoptado como himno nacional hasta 1932.
Duque de Alba, todavía en la memoria

Precisamente, el III duque de Alba, designado gobernador de Flandes, se encargó de frenar los tres intentos de invasión acometidos por Guillermo de Orange y sus partidarios desde Alemania; así como de poner en marcha el Tribunal de los Tumultos, encargado de juzgar a los sospechosos de apoyar la rebelión contra Felipe II. Y aunque la actitud de Fernando Álvarez de Toledo fue muy severa durante la rebelión y el tribunal denominado popularmente «de la Sangre» sembró el pánico durante tres años, la propaganda holandesa fue la verdadera responsable de convertir al duque de Alba en el mostruo despiadado que retrata la leyenda negra –en un grabado de la época aparece comiéndose un bebé humano–.
En la actualidad, todavía pervive la imagen negativa del noble castellano. Hay madres de Holanda que amenazan a sus hijos con la llegada del duque de Alba cuando se portan mal, e incluso en Navidad se les dice a los niños que se han portado mal que el español irá para llevárselos a España.




ABC


Pintura del III duque de Alba



No obstante, a nivel académico la imagen del Duque de Alba poco a poco está siendo restaurada por los propios historiadores holandeses que entienden que la violencia ejercida bajo el mando del noble castellano no era producto del sadismo, sino de la necesidad de apagar una rebelión política usando los métodos habituales del periodo histórico que le tocó vivir. Fernando Álvarez de Toledo, además, fue el responsable de introducir muchas de las leyes y sistemas recaudatorios sobre los que posteriormente se cimentaron los actuales estados de Bélgica y Holanda.
Un episodio en los últimos instantes de su vida retratan la personalidad del III duque de Alba. Cuando agonizaba en su lecho de muerte en la ciudad de Lisboa, en 1582, le dijo a su confesor Luis de Granada que «no le removía la conciencia de haber en toda su vida derramado una gota de sangre contra su conciencia y que cuantos degolló en Flandes era por ser herejes y rebeldes». En otras palabras, creía que todas sus decisiones habían sido justas y correctas.
San Nicolás navega desde España

La figura central de las fiestas navideñas en los Países Bajos es San Nicolás, un personaje legendario que trae regalos a los niños. Según la tradición, San Nicolás parte en su travesía desde España, y todos los años llega a las costas holandesas en un barco de vapor, y una vez desembarcado monta en un caballo blanco llamado Amerigo.

La razón de que San Nicolás llegue con su barco desde España, en concreto de Alicante, es que tras la caída del Imperio bizantino, donde nació y fue enterrado el santo, sus restos fueron trasladados en 1087 a Bari (en la actual Italia). A su vez, Bari formó más adelante parte del Reino de Nápoles y, por tanto, del Reino de Aragón hasta el siglo XVIII. Así nació la idea de que San Nicolás remonta el Atlántico partiendo desde nuestro país.
Cabe mencionar que San Nicolás es conocido en España como patrón de los marineros. Por eso llega a los Países Bajos siempre en un barco de vapor.

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