Chirac urge a abrir el diálogo entre el Gobierno y los interlocutores sociales sobre el CPE
Los incontrolados que sembraron la violencia tras la pacífica manifestación estudiantil contra el CPE en París tienen filiación política: buena parte son de extrema derecha. Hoy se volverán a repetir las manifestaciones en toda Francia.
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LLUÍS URÍA - 18/03/2006
Corresponsal. PARÍS
Los violentos disturbios registrados en las calles de París tras la manifestación estudiantil del jueves contra la reforma laboral del Gobierno Villepin tenían detrás, al menos, la mano de la ultraderecha. Entre los 187 detenidos por los antidisturbios, la policía ha identificado a destacados militantes de la extrema derecha, entre ellos Alexandre Ayroulet, director nacional de la organización juvenil del Frente Nacional (FN), liderado por Jean-Marie Le Pen, según fuentes policiales. Entre los detenidos, hay también al parecer miembros de la clandestina Unidad Radical (UR), fuera de la ley después de que uno de sus activistas, Maxime Brunerie, protagonizara un atentado frustrado contra el presidente francés, Jacques Chirac, durante el desfile del 14 de julio del 2002 en los Campos Elíseos.
El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, ha atribuido los actos de violencia protagonizados por varios centenares de jóvenes al final de la manifestación y en los alrededores de la Sorbona a elementos de la ultraderecha, pero también a miembros de extrema izquierda, hooligans y grupos violentos procedentes de la banlieue parisina. El balance de los disturbios fue de 92 policías y 18 manifestantes heridos.
Ayer no hubo manifestaciones, ni tampoco incidentes dignos de mención, a la espera de la gran jornada de protesta convocada para hoy - la tercera en una semana- por los sindicatos, las organizaciones juveniles y de estudiantes, y los partidos de izquierda, que aspiran a sacar a la calle hasta un millón y medio de franceses contra el contrato de primer empleo (CPE), destinado a los menores de 26 años.
Jacques Chirac aprovechó un acto protocolario en el Elíseo para insistir en que el Gobierno está "listo para el diálogo" con los interlocutores sociales y manifestar su deseo de que éste "se abra lo más rápidamente posible". El presidente llamó también a "la responsabilidad de todos" para que las manifestaciones de hoy se desarrollen "en calma y con respeto hacia todos". Pero a la espera de medir sus fuerzas, los opositores a la reforma laboral mantienen su exigencia de que se retire el CPE para empezar a negociar.
En las universidades, la situación seguía bloqueada, con dos terceras partes de los centros del país sin clases debido al movimiento huelguista, así como decenas de institutos. El primer ministro, Dominique de Villepin, se reunió anoche con la comisión permanente de la Conferencia de Presidentes de Universidad - 46 de los cuales han hecho un llamamiento al diálogo entre las partes- con el objetivo de pedir su colaboración para lograr la vuelta a la normalidad. "Queremos que los estudiantes puedan preparar serenamente sus exámenes y que tengan la libertad de estudiar", dijo al entrar. La prolongación de la huelga y el bloqueo de las universidades, precisamente en época de exámenes, ha empezado a provocar un creciente malestar entre algunos sectores de estudiantes, que se han organizado y han convocado una manifestación el próximo martes en París.
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