Re: Forza Italia dedica una calle en Trieste a un combatiente franquista
Siempre los mismos corifeos, los que no quieren que se sepan las verdades como puños de lo que hicieron, son los que tienen que dar la nota. A base de gritos histéricos y mentiras perpetuas, pretenden tapar la boca, qué digo, subyugar la libertad de los demás, la libertad de pensar, de sentir, de enfocar la vida, de ver el mundo de un modo distinto a los del pensamiento único, uniformador, materialista, ateo y totalitario.
Pero como todo da la vuelta en la vida, veremos algún día como las estatuas de Franco vuelven a sus pedestales, las calles a llamarse como se llamaron, a publicarse memorias hoy prohibidas o deliberadamente olvidadas, y a muchos proclamar públicamente lo que son... cuando la tiranía de la desvergüenza sangrienta se hunda, cuando se juzgue a los tiranos.
PS. Que haya incluso miembros de las Brigadas Internacionales, de esas malas bestias de dos patas que vinieron a España a asesinar españoles, dice todo y más de la catadura de esta progresía del demonio.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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