Tema: El PP gallego, al servicio del separatismo

Es una cosa ya sabida, pero vale la pena verla reflejada en esta noticia del ABC:

«España no está para hacer transferencias a las Comunidades»

Feijóo insiste en que pedirá para Galicia aquello que se ceda a País Vasco y Cataluña
Si de Alberto Núñez Feijóo dependiera, los procesos de transferencias del Estado hacia las Comunidades Autónomas se congelarían hasta que el conflicto catalán y el debate sobre el modelo territorial se sosegaran y permitieran grandes acuerdos. Pero como el Gobierno de Pedro Sánchez va a convertir la derivación de competencias en moneda de cambio con los distintos grupos nacionalistas para aprobar sus Presupuestos, Galicia va a hacer valer su condición de nacionalidad histórica para no quedar atrás.

«Los gallegos somos tan españoles como el resto», insistió este jueves, «no aceptaremos discriminación o desigualdades respecto a vascos o catalanes. Tenemos estatuto por la misma vía constitucional que ellos». Así, si el Estado considera factible transferir la competencia de prisiones al País Vasco, la Xunta pedirá al menos tener la posibilidad de estudiar si le interesa para Galicia.

«Nuestra posición dice claramente que si para España es bueno hacer transferencias a País Vasco o Cataluña, también tiene que ser bueno hacerla a Galicia», aunque «ahora habrá que analizar si hay competencias que nos interesa recibir o no, tenemos derecho a reservarnos cualquier competencia que se transfiera».

Feijóo reconoció estar de acuerdo «con que no se transfieran políticas de prisiones», pero «eso es compatible con decir que si se transfieren, que Galicia tenga derecho a esa misma competencia si a los gallegos nos interesa». De fondo, insistió, «lo que discutimos es el estatus» de las distintas comunidades que conforman España.

En «Galicia no somos una diputación ni somos una comunidad que surgió con la Constitución», sino «un territorio preconstitucional, con un Estatuto aprobado antes del 36, una nacionalidad histórica con refrendo constitucional en el 78». Y de manera preventiva, recordó que «yo ni soy ni seré nacionalista».

Todo lo dicho, en opinión de Feijóo, es compatible con su convicción de que «España no está para hacer transferencias» a las autonomías, debido a la «la situación de disgregación y deslealtad en Cataluña» o a «determinadas manifestaciones del Parlamento vasco» que han contado con los votos de Bildu. «Es el peor momento para seguir avanzando en transferencias», consideró.
Sin contradicciones

Núñez Feijóo tampoco consideró que su postura reivindicativa en la actualidad sea contradictoria con la que mantuvo con el Ejecutivo de Mariano Rajoy. «No ha cambiado», replicó a varios periodistas que le preguntaron por esta cuestión en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal de su gobierno, «no hemos cambiado de opinión sobre el nivel competencial o estatutario». En esta línea recordó su reclamación de la transferencia de la AP-9 al anterior Gobierno o las exigencias presupuestarias planteadas para que se garantizara en plazo la llegada del AVE.
En este escenario de reclamación de competencias, los socialistas gallegos anunciaron la presentación en el Parlamento de una proposición de ley para que Galicia reclame la competencia de tráfico, una vieja aspiración que hasta el momento había sido rechazada por los distintos Gobiernos estatales.

https://www.abc.es/espana/galicia/ab...5_noticia.html

Véase el absurdo radical del discurso: Feijoo, en resumidas cuentas no querría, en principio nuevas competencias, ...no hacen falta pero... dice, dado que a Cataluña y a los vascos Madrid se les ha dado, Galicia también nacionalidad histórica no puede ser menos. Conclusión: exigimos lo mismo que ellas.
(Cuando lo lógico sería decir: son competencias que deben volver al Estado y que nunca las exigiremos y que vascos y catalanes deberán devolver... )

Pero, claro, un discurso lógico decente y de sentido común es impensable en un entorno asfixiante de competencialismos, transferencias e "identidades" desquiciadas; discurso propio de piratas y similares en cualquier país, pero usual en esta desgraciada España.

Ahí se ve el problema originario de cáncer autonómico y la inevitable espiral hacia el separatismo a que todo presidente y partido autonómico se ve abocado. Obsérvese que aun sin oposición separatista del discurso de las nacionalidades históricas podría mantenerse. Y ese discurso se llevará a rajatabla. Es decir,el día que Cataluña consiga la independencia, la Galicia del PP también la exigirá, se supone.

Y pensar que la autonomía de Galicia no la exigía nadie en su momento, a finales de los 70, sino que fue una imposición venida "desde arriba", en base a los "derechos históricos" de la Constitución... Pero la diferencia era que vascos y catalanes tenían un PNV y una Convergencia con votos reales, voz, peso popular que exigían autonomía; pero no así aquella Galicia superconservadora que votaba casi exclusivamente de UCD (luego PP) y PSOE de ámbito nacional español.

Se dio el absurdo de que aquella UCD, PP y PSOE partidos españolistas tuvieran, para aquella Galicia de los 70 sin ningún tipo de sentimiento autonómico, que cumplir forzosamente el slogan constitucional de "nacionalidad histórica". ¡¡Bonita nacionalidad... donde todos votaban a la UCD españolista con mayorías absolutas de escándalo en cada provincia!!

De ahí llegaría forzosamente el Estatuto de autonomía, ¡¡que votaron cuatro gatos en 1981, con abstención mayoritaria (¡un 72%!) y una total indiferencia y, más adelante ya constituido el parlamento, la inevitable llegada de los nacionalistas con la potenciación del BNG y similares (que nunca hubieran llegado a nada sin la caja de resonancia del parlamento gallego); y el circo echó a rodar hasta ahora...

Y en eso sigue el PP gallego. Con la lengua lo mismo: impusieron el gallego, expulsando al español solo para que los separatistas no hicieran bandera de ello...
En fin, que con un partido así ¡¡para qué molestarse en votar a los separatistas!! ¿Qué más da exigir competencias por las bravas que exigirlas "para no ser menos que nadie" si el resultado práctico es el mismo?

Toda una delirante cadena de despropósitos sin intervención de los grupos separatistas, inducida exclusivamente desde la propia Constitución y por el PP partido (supuestamente) españolista que sistemáticamente presume de anticiparse a los anhelos nacionalistas.

No sabemos si con Vox llegará a cambiar algo el asunto.