Diez pueblos con encanto de Andalucía
M. J. Garde/D. Delgado/Raquel Pérez/A. Agudo/ A. Mendoza/ABC
Recónditos, singulares, de gran belleza o famosos por sus paisajes... Descubre estos parajes ideales para una escapada
Ojén, un paraíso en la montaña a un paso de la costa
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El diario británico «The Times» incluyó hace unos meses al municipio malagueño de Ojén entre las 50 mejores ciudades del mundo para vivir. Situado a ocho kilómetros de Marbella y a las faldas de Sierra Blanca, Ojén no alberga la fama de las principales núcleos turísticos de la Costa del Sol pero se ha convertido en un refugio del turismo más exquisito, que busca la tranquilidad de la montaña a un paso de las principales playas malagueñas.
El clima privilegiado de este enclave de cerca de 4.000 habitantes, la tranquilidad de sus calles, rodeadas de casas blancas típicas andaluzas salpicadas de macetas, le han hecho el lugar ideal para vivir, el refugio elegido por Julio Iglesias desde hace veinte años. Los ciudadanos extranjeros suponen ya hoy el 20 por ciento de la población.
Ojén representa además uno de los puntos fuertes del turismo de montaña en la provincia y el centro de excursiones a Sierra Blanca. Famoso por los paisajes, por su aguardiente aromatizado con hinojos y por su abundante caza, que lo han convertido en refugio nacional de cazadores, desde el Parador de Juanar se pueden contemplar impresionantes vistas de Marbella, el Estrecho de Gibraltar y la costa de Africa.
Almonaster y Palos: apacibles y con historia
Almonaster, enclavado en el Parque Natural de Aracena y los Picos de Aroche, es una de las poblaciones, por su enclave, su historia y sus restos arqueológicos, más interesantes de la provincia de Huelva. En lo alto del cerro donde se asienta la población está una antigua mezquita, construida en torno al siglo X, perfectamente conservada. Su mirador ofrece una de las vistas más espectaculares de la sierra onubense. Y como buen sitio serrano, la calidad de la comida está asegurada.
Hablar de Palos de la Frontera es mencionar la gesta colombina. En su iglesia de San Jorge velaron la última noche los marineros que acompañaron a Colon en la travesía atlántica, y en su fontanilla llenaron de agua los odres. Palos es un pueblo blanco, tranquilo, apacible y con mucha historia. Y muy cerca se encuentra el monasterio franciscano de La Rábida, otro de los lugares colombinos como lo recuerdan los frescos de Vázquez Diaz pintados hace algo más de un siglo.
Priego de Córdoba, cuna del barroco andaluz
Córdoba está salpicada por un significativo número de localidades que destacan por su singularidad. Entre ellas figura el municipio de Priego de Córdoba, que se encuentra enclavado en el corazón de Andalucía, en el sureste de la provincia, ocupando una importante situación dentro del triángulo geográfico formado por Córdoba, Granada y Jaén. Su población supera los 23.000 habitantes, de los que unos 18.000 residen en el casco urbano y el resto en las aldeas del término. Si algo hay que destacar de este municipio es su gran riqueza patrimonial, que lo convierte en cuna del barroco andaluz.
Entre los principales lugares de interés destaca el Castillo de origen árabe, que fue reformado en los siglos XIII y XIV y cuya Torre del Homenaje es Monumento Histórico Nacional; el barrio de la Villa, de inspiración medieval con sus calles estrechas y trazado tortuoso que ofrecen un recorrido laberíntico compensado por la armonía de sus casas; el Adarve, balcón natural y defensa histórica de la primitiva ciudad medieval; o la Fuente del Rey, de estilo barroco, construida por Remigio del Mármol en 1803 y declarada Patrimonio Nacional.
El aceite es el producto estrella de la gastronomía de este pueblo, estando amparado por la Denominación de Origen Protegida Priego de Córdoba. En cuanto a los platos típicos de este rincón de la provincia, los flamenquines, el rabo de toro, el cazón en adobo o revuelto de collejas. El viajero tampoco puede perderse la repostería local, con sus pestiños, empanadillas, el piñonate o turrolate.
Setenil de las Bodegas, un rincón único
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Se trata de uno de los rincones de la provincia de Cádiz más apreciados, buscados y típicos para realizar una escapada de turismo rural, de esas que te recargan las pilas en 48 horas. El pueblo se encuentra a tan sólo 14 kilómetros de Ronda.
El camino por carretera merece la pena ya que esta parte de la Serranía de Cádiz es la más auténtica, conservando los mismos paisajes en los que se ambientaron series de bandoleros como la mítica 'Curro Jiménez'. El serpenteo de las calles de Setenil y su entramado urbano, lo convierten en un lugar singular y bonito.
Además del atractivo de sus casas rurales, las viviendas de la localidad se caracterizan por encontrarse unas bajo la roca y otras sobre éstas o en su interior. No son cuevas exactamente, como en otras zonas de Andalucía, sino de viviendas de 'abrigo bajo roca', ya que no están excavadas en la piedra. En las casas singulares de Setenil se aprovecha el hueco horadado, en este caso por el río, y cierran la pared rocosa con la fachada, edificando las habitaciones de forma longitudinal. Los diferentes niveles entre las calles conforman rincones únicos como los de las calles de las Cuevas de la Sombra y de las Cuevas del Sol, que son la estampa habitual de Setenil de Las Bodegas.
Vejer: tierra de fenicios, cartagineses y romanos
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Este precioso pueblo ha sido declarado Conjunto Histórico y galardonado con el Premio Nacional de Embellecimiento. Se asienta en una bella colina a cuyos pies discurre el río Barbate. Por Vejer han pasado fenicios, cartagineses y romanos. Aparte de la muralla, que aún conserva, y el castillo, también tiene bellos ejemplo de arquitectura sacra y civil. Se trata sin duda de uno de los lugares más visitados en la provincia de Cádiz.
Vejer de la Frontera cuenta a tan sólo 9 kilómetros de su núcleo urbano con una de las playas más famosas del litoral gaditano, la playa de El Palmar, unos de los sitios elegidos por los aficionados al windsurf y el kitesurf. Además, alrededor de la Torrenueva, una torre vigía de los siglos XVII y XVIII cuya función consistía en vigilar y defender la costa gaditana de las incursiones de piratas y bandoleros, se suelen situar los aficionados al naturismo.
San Nicolás, una joya de la provincia de Sevilla
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Todo el municipio se encuentra incluido en la Parque Natural Sierra Norte de Sevilla y a pocos kilómetros se encuentra el Cerro del Hierro y las Cascadas del Huesna. Posee zonas de acampada, cascadas naturales, playas fluviales y zonas de senderismo como la Vía Verde.
De su patrimonio histórico y arquitectónico, destacan la Iglesia de San Sebastián, que se encuentra en la Plaza de España y se trata de un sencillo pero bello edificio mudéjar, en cuyo interior sobresale, entre otras cosas, la pila donde fue bautizado el que luego fue San Diego de Alcalá; y la Ermita de San Diego, situada en la Ruta de la Dehesa, a un par de kilómetros del núcleo urbano, y que también es de estilo mudéjar.
También forman parte de su patrimonio el Puente sobre el río Galindón, de origen romano aunque modificado en la época medieval; los restos de una torre musulmana conocida como El Torreón; y un Crucero de piedra del siglo XVI que se encuentra a la entrada del pueblo.
Carboneras, el pueblo de los tres puertos
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El pesquero municipio de Carboneras cuenta con numerosas peculiaridades. Además de albergar el polémico hotel de el Algarrobico y la planta desaladora más grande de Europa, cuenta además con tres puertos. Uno de ellos para uso y disfrute de los amantes de la náutica y de aquellos que se ganan la vida con la pesca. El otro eminentemente industrial frente a la central térmica de Endesa y un tercero de uso exclusivo de la planta cementera.
Situado en la Comarca del Levante y a 63 kilómetros de la capital almeriense, su población ronda los 8.000 habitantes. Se encuentra en el extremo más oriental del parque natural de Cabo de Gata-Níjar, de hecho éste acapara cerca del 78 por ciento de su extensión, que es de 95 kilómetros cuadrados. Precisamente los efectos de la protección medioambiental se dejan sentir en su agricultura, eminentemente natural, y en la que está considera como una de las playas más espectaculares de España, la de Los Muertos.
Otro de sus puntos de interés es el castillo de San Andrés, que en 1559 el rey Felipe II mandó construir al marques del Carpio, a quien hizo entrega de estas tierras. El objetivo era defender la costa de los moriscos ante la sublevación de las Alpujarras. En sus inmediaciones se encuentra la Casa de las Fuentes, que ahora es el Ayuntamiento. Un edificio señorial del siglo XIX, desde la que se puede contemplar oteando el horizonte la rocosa isla de San Andrés, de 1,5 hectáreas, catalogada en 2003 como monumento natural.
Junto a la de Los Muertos, otras calas de belleza singular son las del Corral o la del Algarrobico, en cuyas arenas y aguas se rodaron algunas escenas de «Lawrence de Arabia», en concreto se recreó la ciudad de «Aqaba». También «Curro Jiménez» galopó con su mítico caballo por estas áridas tierras, donde el río Alías desemboca en el Mediterráneo. Y coronando todas sus playas se encuentra el faro de Mesa Roldán.
Como buen pueblo marinero su gastronomía es rica en productos de la mar. Pero hay uno muy particular y codiciados. Los galanes hacen las delicias de aquellos que se los pueden costear, porque su precio puede llegar a ser prohibitivo. Del mismo color que los salmonetes, pero más achatados que éstos, este pescado de carne blanca es de lo más delicioso, además de sencillo.
Sorbas, el «tajo» de Almería
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Quien visita este bello municipio almeriense encuentra en él cierta similitud con el malagueño de Ronda. Quizá sea la peculiaridad de su conocido «Tajo», ese descomunal desfiladero sobre el que se ubica la turística localidad malagueña, lo que lleva a los visitantes a hallar esa similitud.
Este coqueto pueblo, de poco más de 3.000 habitantes, situado a 55 kilómetros de la capital y bordeado por el río Aguas, está encaramado a una montaña de cerca de 40 metros de altura, que está rodeada por el barranco «Afa», que las ramblas del Cucador y Moras han ido modelando. Uno de sus atractivos hay que buscarlo en los miradores del Porche, del Castillo o del Calvario. Desde ellos se pueden contemplar las casas colgantes, a los que se suman los de la Torreta y el de la Huerta.
Al adentrarse por sus calles, el visitante va captando la esencia árabe de esta localidad.
La iglesia de Santa María, que preside la plaza de la Constitución, fue levantada sobre una antigua mezquita. Su belleza compite con la de la fachada de la Casa del Duque de Alba. Aunque el verdadero aroma es el que desprenden los hornos de los alfareros. En el siglo XIX llegó a contar con 24 fábricas de alfarería, que fueron cayendo en desuso y ahora su presencia es testimonial. Además de la agricultura, la principal actividad productiva es la extracción de yeso y el transporte de este mineral en camiones desde las canteras a los puertos de Garrucha y Almería.
Precisamente, la elevada presencia de este mineral supone un gran atractivo turístico. El pareja natural de los Karst en Yesos, que acapara 2.380 hectáreas, hace las delicias de los amantes de la Espeleología. La acción del agua de lluvia sobre el yeso ha originado una multitud de cavidades tanto en superficie como subterráneas. De entre ellas destacan la Cueva del Agua, con ocho kilómetros de longitud, o la de Covadura, con una profundidad de 120 metros. En ellas, junto a las del Yero y del Tesoro, se pueden contemplar estalagtitas, estalagmitas, cristales y columnas de yeso de diversos colores y formas espectaculares.
Y tras una excursión cargada de fuertes emociones nada mejor que reponer fuerzas degustando los embutidos de la tierra, las ensaladas asada y de orégano o el ajo blanco. Pero para aquellos que prefieren hacer uso de la tradicional cuchara nada mejor que degustar el trigo, los gurullos con conejo, las gachas o las migas con tropezones y remojón. Sin olvidar el pimentó o el ajipán. Todo ello aderezado con los caldos de cosecha propia.
Santiago de la Espada, el encanto de la naturaleza
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Santiago-Pontones nació en 1975 al unirse en ayuntamiento común los núcleos de población: Santiago de la Espada y Pontones. De ese matrimonio administrativo surgió uno de los términos municipales más extensos y hermosos de España.
Esta encajonado en la comarca noroeste de la provincia de Jaén, lejos de la capital pero muy cerca del cielo ya que representa una tercera parte del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. Desde sus oteros el viajero puede ver las provincias de Albacete, al norte, y de Granada, al sur.
Del total de suy superficie sólo el 3% es tierra labrada, dedicada a cultivos herbáceos, ya que su especial climatología, la más fría de la provincia, impide el cultivo del olivo. Por el contrario es rico en innumerables espacios naturales de interés, tanto por el paisaje, como por la fauna y la flora existentes.
Pampaneira, escondido en la Alpujarra
EFE
Pampaneira está situado en pleno barranco de Poqueira, en la parte centro-occidental de la Alpujarra Granadina, a unos 66 km de la capital provincial. Limita con los municipios de Bubión, Capileira, La Taha, Órgiva, Carataunas y Soportújar. Gran parte de su término municipal pertenece al Parque Nacional de Sierra Nevada y al Conjunto Histórico del Barranco de Poqueira.
Es junto a Bubión y Capileira Conjunto Histórico Artístico que ha mantenido el aspecto berebere en la arquitectura de sus casas y sus calles. Tiene una población de unos 340 habitantes y una extensión de unos 18 km2.
El nombre de Pampaneira parece que desciende del adjetivo latino «pampinarius, pampinaria, pampinarium», que significa «productor de pámpanos», y se interpreta como «terreno de viñas». Antiguamente existian en la zona infinidad de viñas en la Taha del Poqueira, estas estaban en la parte de lo que es actualmente el término municipal.
La actividad fundamental de su población en la actualidad es el turismo.
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