Las formas cambian. El espíritu permanece.
La milicia y la comunidad: 101 kilómetros en 24 horas
“Jamás un legionario dirá que está cansado, hasta caer reventado. Será el cuerpo más veloz y resistente”. Así reza el espíritu de marcha de la Legión Española, que un año más, ha organizado, en apoyo a la Asociación Española contra el Cáncer y Proyecto Hombre, la prueba de los 101 kms en menos de 24 horas. La prueba, en sus distintas modalidades se desarrolla tradicionalmente en el marco incomparable de la Serranía de Ronda.
Curzio Malatesta
“Al Cabo C.L. Marigorta. A Victor, a Solveig, a Carlos y Alonso, a Diego… a todos los que quisieron ser, fueron y son.”
La prueba de los 101 kms en 24 horas nació en el año 1995, como parte de los actos que conmemoraban el 75º Aniversario de la Fundación de La Legión. El entonces Coronel Jefe del Tercio Alejandro Farnesio, IV de la Legión, D. Enrique Gomáriz de Robles, encomendó la organización de la misma al entonces Capitán, D. Oscar Pajares Casado.
A la modalidad de marcha a pie se le han venido añadiendo y quitando otras maneras de realizar la prueba: marcha por equipos, duathlon, en bicicleta de montaña y a caballo. En las dos últimas ediciones se ha celebrado una prueba infantil, consistente en un recorrido de tres kilómetros dentro de Ronda, en la que los niños podían participar del ambiente festivo de la Salida de la prueba.
En su XII edición, el pasado sábado 10 de Mayo, los participantes disfrutaron de una jornada de temperaturas moderadas, algo de lluvia y barro, en el hermoso entorno de la Serranía de Ronda. La noche de víspera, y durante el transcurso de la prueba, todos pudieron participar, una vez más, de la hospitalidad de la X Bandera “Millán Astray” de La Legión, de la ciudad de Ronda y sus gentes.
El Espíritu permanece
Los ejércitos en general, y la Legión en particular, son una contradicción con la visión predominante en nuestros días, en tantos aspectos sobrecargada de intereses mezquinos e individualistas que pretenden reducir la totalidad de la vida a los placeres individuales y las obras pequeñas de consumo inmediato.
Como todo lo que es orgánico, todo lo que nace y vive en este mundo, la Legión ha cambiado desde que se alistara el primer voluntario aquel lejano (pero siempre presente) 20 de septiembre de 1920. Nació de la visión de un hombre, y las circunstancias de un momento, con el ejemplo de la Legión Extranjera y el código del Bushido. Creció en el calor del Sáhara, probando también el frío de la estepa rusa, alimentada con el sacrificio de la sangre de hombres anónimos y de oscuro pasado, que dejaron su suerte al azar y encontraron redención como caballeros legionarios.
Pero la legión ha cambiado. Lo diremos nosotros puesto que jamás lo diría, o no debiera decirlo, un legionario en activo; pues aunque resulte difícil, es la alegría y la satisfacción lo único que se debe advertir en el sufrido rostro del soldado. “Porque a nadie le importa el sufrimiento que un legionario lleva en el corazón, demostramos que estamos satisfechos, llevamos en el pecho el emblema de la legión.”
La legión ha cambiado. Ha cambiado en la cálida humedad de traiciones disfrazadas de paz y bajo el bisturí de politicuchos demagogos que despreciaban su historia, seguramente por desconocimiento o mala fe. Pero mientras haya legionarios, habrá legión. Como sentenció el Tte. Coronel Valenzuela: Nuestra raza no ha muerto aún.
La inabarcable realidad se escapa a las predicciones y a los esquemas humanos. Las formas se imponen por un lado, mientras que, por otro lado, el espíritu impera invisible e indiferente sobre lo contingente. Hace unos años, nos decía un anuncio de Volkswagen: las formas cambian, el espíritu permanece.
Las facciones lobunas y los cuerpos exhaustos, rectos e impecablemente uniformados, puede que hayan sido sustituidos mayoritariamente (y no totalmente, por fortuna) por formas más redondeadas o diseñadas para el lucimiento a base de gimnasio y creatina, y policía un poco más relajada. Y es que la Legión no es inmune a los cambios formales y cualitativos que sufre la sociedad civil, pues de ella se nutren sus filas y a ella sirven sus esfuerzos. Pero las canciones y el credo nos recuerdan siempre la diferencia entre nuestro deber ser y nuestro ser.
El culto a la amistad y el paso del tiempo de ocio y de trabajo con los camaradas que visten el mismo uniforme que tú, te mantienen a salvo de la abstracción individual, naturalmente humana, pero ajena a las necesarias obras comunitarias.
Se sigue exaltando la vida dando culto a la muerte, en maravillosa y necesaria contradicción. Muestra de ello es la prueba de los 101 kms. Una prueba que va más allá del deporte y del mero pasatiempo dominguero, sirviendo de valor fijo a la comunidad y proyectando los valores eternos de la milicia, que encarna la Legión, a toda la comunidad en un generoso gesto que no excluye a nadie (y eso sin necesidad de ministerios de igualdad). Una prueba con la que la Legión nos une.
Extracto del Credo Legionario:
El Espíritu de marcha
Jamás un legionario dirá que está cansado, hasta caer reventado. Será el cuerpo más veloz y resistente.
El Espíritu de sufrimiento y dureza
No se quejará de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño, hará todos los trabajos, cavará, arrastrará cañones, carros; estará destacado, hará convoyes, trabajará en lo que le manden.
El Espíritu de la muerte
El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde.
Extracto del Bushido:
仁 (Jin) Benevolencia
Mediante el entrenamiento intenso el samurái se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.
勇 (Yuu) Coraje
Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurái debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.
忠義 (Chuugi) Lealtad
Haber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel. Las palabras de un hombre son como sus huellas; puedes seguirlas donde quiera que él vaya.
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