La Historia Criolla: el primer movimiento de la revolución Criolla
¿Qué pensarías si te dijera que el cura hidalgo no iba a ser el padre de la patria y que la sangrienta guerra civil o “revolución de la nueva España” de 1810 tampoco formaba parte de del proyecto original de los criollos libertadores? Los conspiradores criollos habían planeado un levantamiento coordinado por juntas de gobierno locales, que estaban encargadas de almacenar armas, de recolectar fondos y de comprometer a las personas dispuestas a luchar por la causa. El “levantamiento de independencia” ¡ni siquiera era considerado como tal por los conspiradores! Era un movimiento para desconocer y acabar con el ilegitimo gobierno resultado del golpe de estado de 1808 del cual ya hablé en otra parte de la historia del México criollo; éste golpe fue realizado por los mas ricos hacendados del México para obtener el poder, encabezados por Gabriel yermo al destituir el legitimo gobierno del virrey Iturrigaray.
Cuando los primeros patriotas Criollos gritaban “muera el mal gobierno” se referían a éste gobierno usurpador, NUNCA a la madre patria… España.
Los conspiradores de 1810 consideraron que los pasos a seguir debía ser, primero, el arresto de todos los españoles corruptos involucrados, para expulsarlos del país, y confiscar sus bienes. Luego los Criollos mas notables ocuparían los cargos públicos y entre todos formarían un gobierno nacional por medio de una junta con representantes de los ayuntamientos del virreinato, y con el apoyo de las milicias provinciales novo hispanas.
Las “autoridades” militares del gobierno usurpador ya tenían una lista con los conspiradores de Querétaro, pero los arrestos estaban pospuestos debido a la noticia de que pronto llegaría el principal cabecilla, el capitán Ignacio Allende. Sin embargo los días pasaban y el capitán Allende no aparecía; entonces el jefe realista Joaquín Quintana procedió a realizar los arrestos de los principales conspiradores y al cateo de sus hogares. La noche del 15 de septiembre de 1810 el corregidor miguel Domínguez y su esposa doña Josefa fueron encarcelados, pero antes, la corregidora pudo enviar a Ignacio Pérez con un mensaje para el capitán Allende, para informarle de las detenciones y del peligro que corrían todos, pero sobre todo el proyecto de independencia (independencia del gobierno usurpador, insisto, y no de España, de hecho tenían planeado reconocer a Fernando VII como rey de España y por ende, de la nueva España). El mensajero Pérez llego a la media noche del día 15 de septiembre al pueblo de Dolores en busca del capitán Allende, quien dormía en casa del cura Hidalgo; también llego Juan Aldama y ahí se enteraron de los sucesos de Querétaro. Fueron estas horas de gran tensión, pues los ilustres personajes sabían que la suerte estaba echada y cualquier decisión tendría consecuencias trascendentales para su vida personal y para México. Como en ése momento no se contaban con armas ni con la presencia de las fieles milicias Criollas, los presentes acordaron que fuera Hidalgo, y no Allende, quien diera la cara ante el pueblo, como el principal cabecilla. Ya investido como jefe del movimiento, el cura buscó el apoyo popular para iniciar la revolución. Por un instante ésta decisión dividió al grupo, sobre todo de parte de los militares, pues ellos más que nadie, estaban concientes de lo difícil que seria conducir a los alzados una vez iniciada la revuelta. El silencio se rompió con la exaltada voz de hidalgo al pronunciar su ahora frase celebre: “caballeros, somos perdidos, no nos queda mas que ir a coger gachupines”.
La primera fuerza insurgente se integró con 300 hombres armados, quienes marcharon hacia san miguel y luego Celaya, ambas plazas fueron tomadas con relativa facilidad, pues no hubo mayor resistencia de parte de los europeos quienes huyeron hacia Guanajuato y se atrincheraron ahí, en la famosa alhóndiga de granaditas. A la historia que todos conocemos sólo deseo agregar que hicieron acopio de prácticamente todos los alimentos de la ciudad, que empezaron a escasear y por ende a subir de precio; el resto de la población por obvia reacción comenzó a manifestarse en contra de “los notables” por la exclusión de la que eran objeto y por el encarecimiento de los víveres. Como las autoridades de la ciudad, estaban seguros de que en cualquier momento llegaría en su auxilio el entonces comandante general de San Luís Potosí, Don Félix María Calleja, simplemente decidieron no entregar la plaza si no defenderse “hasta la última gota de sangre”… y así fue.
Sin una adecuada organización militar y con toda la población en su contra, en pocas horas los europeos fueron víctimas de su propio orgullo vano y prácticamente todos fueron muertos a manos del pueblo que ellos mismos habían despreciado y preferido no ayudar. El resto, es historia seguro por todos conocida, con pipila incluido. La masacre de españoles en la alhóndiga modificó totalmente el plan de los originales jefes insurgentes, pues ellos NO HABIAN PENSADO EN ATENTAR CONTRA LA VIDA DE LOS EUROPEOS en momento alguno; Su idea era mantenerlos en prisión hasta la fácil resolución del conflicto con el gobierno usurpador y la España sometida por Francia. Los que sobrevivieron a la masacre permanecieron en la cárcel pública hasta la llegada del jefe Calleja. Después del ejemplo de la alhóndiga de granaditas, los asesinatos de españoles y el saqueo de sus propiedades fueron de lo más común en los territorios alcanzados por la sangrienta revolución. Estos sucesos dieron a los partidarios del realismo los elementos necesarios para iniciar una extensa campaña de desprestigio en contra de la insurgencia. La población novo hispana también sufrió todo tipo de vejaciones por parte de “las tropas del rey” (pues debido a la anarquía imperante en España así como la nueva España, fue necesario reconocer el gobierno espurio de Don Pedro Garibay). En dolores, en San Miguel, en Celaya y en Guanajuato, los jefes de operaciones Félix María Calleja y Manuel de Flon pasaron por las armas (sin albur) a muchísima gente inocente, simplemente para intimidar al resto de los paisanos. Desde entonces la guerra civil de 1810 se ensañó por todas partes y los habitantes de la nueva España debieron tomar partido entre la insurgencia y el realismo. Así iniciaba la primera gran revolución social de la historia de México.
En conclusión, debo decir que éste movimiento fue en realidad muy diferente de lo que nos han enseñado o bien, a lo que la mayoría de nosotros entendimos o imaginamos; el capitán Ignacio Allende buscó siempre realizar una batalla militar contra el gobierno ilegítimo que destituyó injustamente al virrey Iturrigaray, para no inmiscuir a la sociedad civil, y evitar así derramamiento de sangre innecesaria, y sin embargo, lo que comenzó como un mero movimiento reivindicador con afán justiciero termino con una guerra abierta contra España que duró 11 largos y penosos años, el asesinato de miles y miles de personas inocentes de ambos bandos y sobre todo, el debilitamiento del estado mexicano.
Bibliografía:
“relatos e historia de México” año 1, num. 1 de septiembre 2008.- revista histórica de publicación mexicana.
Información obtenida del ensayo “herida de muerte al virreinato” redactado por Juan Ortiz Escamilla Dr. en historia por el colegio de México e investigador de la universidad veracruzana.
Otras fuentes:
“historia de México” libro en su segunda edición; autor: Héctor Barroy Sánchez.
“México a través de los siglos” enciclopedia mexicana con autoría de Vicente Riva Palacio.
¡Viva la Nueva España! ¡Viva la madre patria Española! ¡Viva la santísima virgen de Guadalupe!
Una sugerencia Smetana, ¿ por qué no vas introduciendo los temas de la independencia de México aquí Carta a los Españoles Americanos ( 1 2)
y así continuamos mejor el debate ?
Gracias.
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