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Re: Mexico no es bicentenario
Video no apto para chairos. :toyfeliz:
¿Cuál es el origen de la visión negativa de la conquista y de la época virreinal en México?
Conferencia del historiador mexicano Martín Ríos Saloma.
¿Por qué los mexicanos tienen una visión negativa de la conquista y de la época virreinal?
https://www.youtube.com/watch?v=bJ87EWiDQJw
https://www.youtube.com/watch?v=bJ87EWiDQJw
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Re: Mexico no es bicentenario
Enrique Krauze y Tomás Pérez Vejo coincidieron que el descontento de México es su pasado
Desde que México dejó de ser parte del reinado de España, en el siglo XIX, la relación entre ambos países fue de conflicto y tensión. Sin embargo, los historiadores Enrique Krauze y Tomás Pérez Vejo coincidieron en que el verdadero motivo del descontento es el que tiene México con su pasado.
https://www.youtube.com/watch?v=9u6IOq_iD9Y
https://www.youtube.com/watch?v=9u6IOq_iD9Y
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Re: Mexico no es bicentenario
Curioso. :)
Cuando Estados Unidos y México tuvieron un solo Emperador.
Joshua Abraham Norton (alrededor de 1815 - 8 de enero de 1880), también conocido como Su Majestad el Emperador Norton I, era un ciudadano célebre de San Francisco que se declaró "Emperador de estos Estados Unidos y protector de México" en 1859.
El emperador Norton tenía su corte en un edificio gris de habitaciones de alquiler, con retratos de Napoleón y la Reina Victoria (con quien se dice mantuvo correspondencia) colgados de la pared. Por las tardes se paseaba por las calles seguido de dos perros mestizos llamados Lazaro y Bummer correspondiendo con toda seriedad a las reverencias de sus súbditos, inspeccionando las alcantarillas y comprobando los horarios de los autobuses. Iba a una iglesia diferente cada domingo, a fin de evitar celos entre las diversas sectas.
Si bien sus decretos y proclamas rara vez eran tomados en serio y Norton siguió llevando una vida simple, y aunque no tenía poder político y su influencia se extendía solamente tan lejos como le fue complacido por aquellos alrededor de él, durante el resto de su vida comió siempre en los mejores restaurantes a cuenta de la casa, e incluso tenía un asiento reservado en los teatros de la ciudad (De hecho, se dice que ninguna obra o concierto se atrevía a abrir sin antes haber predispuesto asientos para Norton y sus dos perros). Cuando Norton I entraba en la ópera, todos los demás asistentes se ponían en pie y guardaban silencio hasta que se sentaba. Por supuesto, al ser emperador, tomó medidas para hacer del suyo un país mejor, tales como abolir una compañía ferroviaria por haber tenido la desfachatez de no invitarle a comer gratis en uno de sus vagones... Por suerte la compañía rectificó, proporcionándole un pase vitalicio y disculpándose públicamente.
Durante un tiempo Norton I acarició la posibilidad de casarse hasta que posó sus ojos en la Reina Victoria, según se dice. La realidad es que Norton I sí llegó a cartearse con la Reina Victoria.
Joshua A. Norton, el primer y, hasta ahora, único emperador que han tenido los Estados Unidos, era todo un personaje. El Rey en Las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain está basado en él. Y, por cierto, uno de los santos de la religión Discordiana, y es mencionado repetidamente en la obra muy influyente de la religión, el Principia Discordia, donde se le llama "Hijo unigénito de la Diosa".
Todo el mundo comprende a Mickey Mouse. Pocos comprenden a Herman Hesse. Sólo un puñado comprendió a Albert Einstein. Nadie comprendió al Emperador Norton.
Principia Discordia
En 1980 se dieron una multitud de ceremonias en San Francisco conmemorando en centenario de la muerte del Emperador.
Actualmente un grupo de simpatizantes promueve una iniciativa que busca cambiar el nombre del puente de la bahía por el de Emperor Norton Bridge.
En abril de 1976 René Goscinny publicó (editorial Dargaud) el nº 45 de su comic Lucky Luke con el nombre de L'empereur Smith (El Emperador Smith), cuya historia está basada libremente en Joshua A. Norton.
En 1991, Neil Gaiman adaptó uno de sus capítulos de su renombrada serie de cómics The Sandman con la historia de Joshua Norton. Corresponde al número 31 de la serie y lleva el título Tres septiembres y un enero.
En las novelas de Christopher Moore Bloodsucking Fiends, Un Trabajo Muy Sucio, y ¡Chúpate Esa! aparece un personaje basado en Norton en el actual San Francisco, que es llamado "El Emperador de San Francisco", y que va acompañado por sus perros Lazarus y Holgazán.
La popular serie de televisión Bonanza, de los años sesenta, le dedicó un episodio en donde Norton, además de haber ideado el puente colgante Golden Gate, aparece como un gran defensor de los habitantes chinos de San Francisco y amigo personal de Mark Twain.
En 2012 Fran Collado, un ilustrador albaceteño residente en Barcelona, le dedicó su libro "Rábanos", un libro de ilustraciones de humor absurdo que lo único que tiene que ver con el Emperador Norton I es que su autor es también emperador.
https://www.youtube.com/watch?v=aE91Nak-Bwc
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Re: Mexico no es bicentenario
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Re: Mexico no es bicentenario
Joaquín de Arredondo y el predominio realista en las Provincias Internas de Oriente, 1810-1821
Ramiro Arredondo-Hernández· martes, 12 de julio de 2016
Por Octavio Herrera Pérez
El Colegio de México
Sin duda uno de los fenómenos más importantes generados en el equilibrio de fuerzas del régimen colonial novo-hispano durante la guerra de independencia fue la formación de extensas áreas de influencia y control militar que actuarían con gran autonomía frente al poder civil tanto en las propias regiones como con respecto a la autoridad central del virreinato. El predominio de ciertos jefes realistas en áreas estratégicas de la Nueva España anticipa el modelo del militarismo que dejó sentir su peso en la vida política de la república independiente de México durante el segundo tercio del siglo XIX.
Por ello la historiografía contemporánea ha insistido en penetrar en el conocimiento de este proceso que por su origen y continuidad se revela como una de las claves para interpretar una buena parte de la historia mexicana. Para Brian R. Hamnett en su más reciente estudio sobre la guerra de independencia que enfoca su análisis desde una perspectiva regional la preponderancia militar en la periferia novo-hispana fue un acontecimiento que modificó sustancialmente las formas tradicionales del ejercicio del poder colonial reflejado en la pérdida de autoridad del régimen a los ojos de sus súbditos novo-hispanos:
Entre 1810 y 1816 el elemento militar predominó claramente en la Nueva España. La autoridad civil retrocedía ante el poder militar. En muchos casos en que la administración civil local se había desplomado los oficiales del ejército se encargaron de la autoridad civil y el mando militar. La superioridad evidente del brazo militar sirvió para reducir la credibilidad en el poder oficial como autoridad efectiva y legítima. Para el caso del septentrión oriental de la Nueva España una región evidentemente periférica y de reciente integración política-administrativa al momento de estallar la insurgencia entre 1811 y 1821.
En la última década de la historia colonial un alto oficial del ejército realista que aglutinara en torno a su persona un enorme poder de decisión al grado de tipificarse su actuación como la de un poder hegemónico militar con un sólido predominio regional inédito en las Provincias Internas de Oriente, fue el que supo salir avante de cuanta amenaza insurgente se le puso enfrente y que se disolvió al derrumbarse el aparato colonial y la totalidad de las fuerzas políticas del país incluido el ejército, al proclamarse la independencia. Era Joaquín de Arredondo y Mioño.
Este poder unipersonal inaugura de hecho la figura del hombre fuerte en el noreste de México, más tarde ejemplificado por Santiago Vidaurri. Una respuesta hipotética que pretenda satisfacer la explicación del predominio de Joaquín de Arredondo en las llamadas Provincias Internas de Oriente deberá en principio buscarse en la propia evolución política de estas entidades norteñas, en el carácter con que se dejó sentir aquí la insurgencia y también en la propia personalidad del catalán. De la conformidad del noreste novohispano como una unidad político administrativa pueden decirse varias cosas.
Como, que a pesar del largo y discontinuo proceso de colonización de la región y de las formas variadas que ésta adoptó a lo largo de dos siglos, durante el período borbónico varias instituciones creadas ex-profeso dan un común denominador en el orden político, militar y religioso. Sin embargo resulta evidente que el proceso de integración del noreste no se encontraba institucionalmente maduro para 1810 por lo que ante el peligro de derrumbarse uno de los poderes prevalece sobre el conjunto de la sociedad: la comandancia militar de estas provincias.
Por cuanto a las manifestaciones insurgentes en el noreste se pueden agrupar en tres grandes momentos: la adhesión y contrarrevolución al movimiento de Dolores; la amenaza insurgente vinculada a intereses angloamericanos y franceses en los confines fronterizos de Texas; y el anunciado y fallido intento subversivo de Xavier Mina que casualmente toca el litoral de las Provincias Internas de Oriente. De estos tres momentos únicamente los dos primeros constituyeron un verdadero peligro para la seguridad del régimen aunque su duración crítica haya sido muy corta.
Se puede afirmar en vista de su capacidad de repuesta que el aplomo militar de Joaquín de Arredondo supo imponerse reafirmando así su preeminencia. Respecto a la naturaleza humana de Arredondo, las referencias que se tienen de él nos lo ubican como un hombre singularmente dominante que a semejanza de los conquistadores, encomenderos, burócratas, capitanes de guerra chichimeca y hacendados que se habían visto en la historia novohispana, reproducía fielmente el modelo de prepotencia peninsular en los dominios coloniales de Ultramar.
Tal personalidad que fácilmente se asocia a la mecánica vital de un cacique, en Arredondo dio mucho que decir a sus contemporáneos quienes califican a este militar de arbitrario y cruel: Cuanto se escribía de Arredondo debe creerse porque era malísimo; Venegas no lo podía sufrir de modo que al embarcarse dijo en chanza que dejaba dos virreyes, Calleja y Arredondo. A trece años de finalizar el siglo XVIII con la incorporación de la villa de Saltillo y el distrito de Parras a la jurisdicción de Coahuila al desprenderse de la Nueva Vizcaya, por vez primera quedó delineada políticamente la unidad del noreste de la Nueva España.
Este escenario fue donde tuvieron lugar los acontecimientos que analizará el presente estudio. El norte en general y por ende el área noreste de la Nueva España arranca su historia colonial en la segunda mitad del siglo XVI con impulso de la minería, con las actividades ganadera y sobre todo con el empuje de los capitanes de frontera de guerra chichimeca estableciendo las bases de nuevas jurisdicciones que se incorporaron al virreinato como la Nueva Vizcaya y el Nuevo Reyno de León fundándose entonces las poblaciones de Saltillo, Parras y Monterrey, las más importantes del área en su momento.
A finales del siglo siguiente queda formada la provincia de Coahuila como producto de un esfuerzo misionero y de particulares ligados al noreste con cabecera en la villa de Monclova, al igual que se dan los primeros pasos para la penetración de Texas ante el amago de una irrupción colonizadora francesa consolidándose allí la presencia española a principios del siglo XVIII. A la mitad de esta última centuria y ante el peligroso despoblamiento de la llamada Costa del Seno Mexicano, la Corona se empeña en incorporar dicho territorio a sus dominios. Organiza su exploración y colonización del Nuevo Santander.
Hecha esta fundación quedan completos los marcos jurisdiccionales del Septentrión oriental de la Nueva España. Económicamente el norte oriental siempre constituyó una zona marginal con respecto al núcleo de la Nueva España. Carente de yacimientos argentíferos y de poblaciones indígenas sedentarias además de la aridez de su geografía y de lo extremoso del clima, hicieron que este territorio no presentara suficientes estímulos para una colonización densa y campo de la impunidad de los esclavistas de indios chichimecas en el siglo de la Conquista, el siglo XVII.
Como respuesta a la crisis minera el noreste es trajinado intensamente por los rebaños ovejeros al tiempo que se mercedan grandes extensiones de su territorio a propietarios ausentistas. Sólo en algunas comarcas como Parras y Saltillo comenzarán a florecer pequeñas comunidades agrícolas. Durante ambos siglos el litoral del Seno Mexicano permanece inexplorado y, por tanto, sin comercio marítimo. La reunión de las cuatro provincias nororientales en el último tercio del siglo XVIII, no solo implicó una re-definición geográfica de la jurisdicción política del norte novo-hispano, sino al interior de las provincias.
También se dejaron sentir profundas transformaciones que modificarían sustancialmente el ritmo de vida de sus distintas comunidades creando gérmenes de inconformidad que potencialmente habrían de manifestarse en los años de la insurgencia. El punto de arranque de estos cambios fue conocido como las reformas borbónicas, todo un sistema de medidas políticas y administrativas impulsado por la dinastía Borbón enfocadas a reorganizar las colonias de Ultramar para extraer de estas el máximo provecho con nuevos cuadros de funcionarios peninsulares para dirigir los asuntos del Estado español en tierras americanas.
Estas ideas de la ilustración española no podían dejar de tener un fuerte impacto en el Septentrión ya que su principal promotor en la Nueva España, el visitador José Gálvez, planeó para el norte una administración burocrática, basada en una estructura militar pero con miras a crear una región política que eventualmente se convirtiera en un nuevo virreinato. Ese modelo concretó no sin agudas controversias entre el virrey Bucareli y Ursúa y el visitador y más tarde consejero de Indias, con la creación de la comandancia de las Provincias Internas de Oriente en 1776 siendo designado como primer comandante el Caballero Teodoro de Croix.
La comandancia de las Provincias Internas agrupó al inicio sólo una parte de las entidades norteñas a saber las provincias de Nueva Vizcaya, Coahuila, Texas, Nuevo México, Sinaloa, Sonora y las Californias, toda una vasta faja transcontinental que se extendía desde el Pacífico al Atlántico y que tenía su capital primero en Arizpe y después en Chihuahua; el Nuevo Reyno de León, el Nuevo Santander, y los distritos de Saltillo y de Parras formarán parte de este modelo de organización en algunos momentos. Ya en funcionamiento la rivalidad con el poder virreinal marcó la dinámica de acción de la comandancia norteña.
Esta vio modificada su competencia territorial al dividirse en dos comandancias en 1787 la de Oriente y la de Occidente reducidas a una en 1792 y dividida de nuevo en 1804 sin que estuviera concluido este último paso hacia 1810. Cabe destacar que en la práctica uno de los principales problemas que tuvieron que enfrentar la comandancia o comandancias, fue la penetrante y avasalladora presencia de los indios de las praderías, apaches y comanches fundamentalmente, la que dejó sentir su peso en las postrimerías del siglo XVIII, diezmando gravemente las vidas y los intereses de los pobladores norteños de estas provincias.
El otro gran problema lo constituyó la amenaza a la integridad territorial en la frontera del norte oriental donde la avanzada expansionista angloamericana apuntaba sobre la fecunda y casi despoblada Texas. Joaquín de Arredondo iba a consolidar la operatividad de la comandancia de las Provincias Internas de Oriente de 1811 en que arriba, hasta 1821. No obstante en base a la experiencia y supervivencia de numerosos cuadros del antiguo ejército realista, la república independiente mexicana mantiene la organización de la comandancia de los Estados Internos de Oriente hasta tiempos de la rebelión texana en 1836.
En el plano propiamente administrativo el Estado reformista español decidió la creación de la Intendencia de San Luis Potosí, que sería una oficina de corte regional que abarcaba la totalidad del norte oriental de la Nueva España con capital en la ciudad del mismo nombre. La Intendencia era del mismo prototipo burocrático y administrativo de la ilustración española, aunque en clara imitación al modelo de administración francesa, caracterizada principalmente por su función económica con una gran injerencia sobre los asuntos fiscales de su jurisdicción.
Los intendentes participaban como subdelegados de Hacienda, verdaderos intermediarios entre sus regiones y la capital del virreinato con competencia en los negocios relacionados con los tributos, alcabalas, diezmo de plata, adjudicación de tierras realengas, almojarifazgo, papel sellado, alhondillaje, bula de Cruzadas, y los estancos de tabaco, pólvora y sal. Fácil es imaginar el impacto de la creación de la Intendencia de San Luis Potosí en la economía local del noreste: el inicio de una política fiscal dura sobre una economía raquítica.
Los aires reformistas se sintieron en el norte oriental desde el reparto de tierras a los colonos del Nuevo Santander en 1767 destruyendo el sistema patriarcal de José de Escandón que sostenía la utilización comunal de la tierra para consolidar esta colonización. Igualmente, los novo-santanderinos vieron suspendidas las exenciones de impuestos, introduciéndose la alcabala, lo que produjo un malestar. También en el Nuevo Santander, las salinas situadas al norte de Reynosa del otro lado del río Bravo, sufrieron una fiscalización rematándose sus productos al mejor postor.
De Saltillo se cuenta con estudios contemporáneos, que marcan paso a paso la creciente tendencia oficial a incrementar los impuestos desde 1777 a 1817, la que se hizo acompañar por la igualmente ascendente irritación del cabildo y vecindario saltillense. En principio el antiguo alcalde mayor fue reemplazado por un subdelegado designado por el intendente potosino. Más tarde el cobrador de alcabalas aglutinó el cobro de los monopolios del tabaco, los naipes, la pólvora y el papel sellado, siendo promovido a tesorero regional en 1793, siempre bajo la autoridad de la Intendencia.
Este apoyo entre la sede del intendente y las Provincias Internas a través de Saltillo, prefiguró una nueva Intendencia en esta ciudad siendo promovido a tesorero regional en 1793, siempre bajo la autoridad de la Intendencia siendo promovida activamente en las Cortes de Cádiz por Miguel Ramos Arizpe en 1811. La necesidad de dicha Intendencia, se convirtió en un delicado asunto político en la competencia de los poderes realistas, ya que resultaba imperativo contrarrestar el poder militar que ejercía De Arredondo en las Provincias Internas, al abrogarse cobros hacendarios para financiar su comandancia.
Orientados los cambios de una mayor fiscalización hacendaría sólo a satisfacer los intereses reformistas del Estado español, no se hicieron acompañar para el caso del noreste novohispano de ninguna medida de fomento que viniera a fortalecer su economía y por ende a generar bienestar entre su población. Por el contrario se negó insistentemente en habilitar puertos en el litoral de las provincias a fin de que se recibieran directamente los beneficios del comercio, idea propuesta por José de Escandón, por Félix Calleja, por Melchor Núñez de Esquivel, por Miguel Ramos Arizpe y por José Florencio Barragán.
Y es que en el avituallamiento comercial de estas provincias se reflejaba un ominoso sistema monopolista cuyo punto de partida era el puerto de Veracruz con una cadena de intermediarios que conducían las mercancías al noreste a un alto costo, cargadas de impuestos y sobre-preciadas por el flete y las ganancias del intermediarismo. La villa de Saltillo era el sitio preferente del intercambio comercial a través de una feria anual celebrada en el mes de septiembre, a donde acudían los pobladores del noreste a vender sus productos principalmente derivados de la ganadería, a la mitad del precio de los bienes que necesitaban para su sostenimiento.
Fue por ello que el contrabando se hizo irresistible cuando se acercaron las avanzadas angloamericanas a la frontera novo-hispana y el puerto de Nueva Orleáns se perfilara como un gran competidor comercial en el Seno Mexicano, una vez que España le tuvo que ceder la Luisiana a Francia en 1800 y que Napoleón la vendiera a los Estados Unidos en 1803. No es de extrañar la acusación que hizo al gobernador del Nuevo Reyno de León, Simón de Herrera comisionado en Texas en 1805, de ser promotor del contrabando bajo el amparo de su autoridad; o el arresto ese mismo año por tal delito al capitán de Reynosa, Juan José Balli.
Esbozados los antecedentes de la unidad del noreste novo-hispano creada por las reformas borbónicas en la segunda mitad del siglo XVIII así como las dificultades que acarreó a sus pobladores el peso de las obligaciones que les confirió el estado Español, cabría ahora preguntarse sobre las motivaciones intrínsecas que llevaron a las Provincias Internas de Oriente a unirse casi de manera inmediata al llamado de la subversión insurgente de Dolores. Las interrogantes que continúan y que analizaremos en los apartados siguientes habrán de versar sobre las actitudes posteriores de sus pobladores ante la contra-revolución.
También, las actitudes ante los cambios por el régimen constitucional de las Cortes y la respuesta en estas provincias ante la prepotencia del brigadier Joaquín de Arredondo. Siguiendo la condición económica dependiente de las Provincias Internas de Oriente respecto al centro de la Nueva España, cabe señalar como causa de descontento en la región las continuas exacciones impuestas desde la implantación de las reformas borbónicas, así como la permanencia del monopólico sistema que imposibilitaba cualquier intento de desarrollo económico y ahogaba el ritmo de la vida cotidiana.
El factor militar en el noreste era elemento integrador y ordenador de estas provincias, su influencia sobre lo civil fue determinante. En 1792 el predominio militar marca el paso en la vida política mediante el arreglo con las milicias locales de la región por parte de Félix Calleja, modificándose los medios cabildos de los pueblos de ciudadanos comunes a oficiales subalternos, como bien se quejaba Ramos Arizpe en 1811 al decir que "Manda en toda su extensión de las provincias y en todos sus ramos un gobernador militar y político que ha salido de una capitanía, sargentía mayor o cuando más del coronelato de un regimiento”.
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Re: Mexico no es bicentenario
El año de mil setecientos noventa y cuatro o noventa y cinco pasó a aquella provincia del Nuevo Santander un comisionado militar a formar de acuerdo con el gobernador también militar, compañías de milicias en todos los pueblos, resultando por un acuerdo que hasta hoy no se ha visto escrito en forma, hecho juez único y perpetuo el capitán de la compañía, regidores únicos el teniente y el alférez y procurador el primer sargento con la graciosidad original de que en falta de cualquiera de estos individuos ha de recaer el ejercicio de su empleo en quien en ese mismo caso recae por ordenanza el mando militar.
Sólo las poblaciones mayores como Saltillo, Monterrey, Linares, Cadereyta y San Antonio Béjar conservaron sus cabildos los que permanentemente estaban a la defensiva ante el poder militar. En 1795 y con motivo de la reforma militar instrumentada por el virrey Branciforte y por solicitud expresa de Nemesio Salcedo, el comandante de las Provincias Internas Calleja consolida su posición en el noreste al hacerse cargo de la llamada Décima Brigada, una falange militar propia de la Intendencia de San Luis Potosí cuyo objetivo era la defensa del litoral y los confines territoriales norteños.
Situada en una segunda y más peligrosa frontera de guerra india, la primera fue la llamada frontera de guerra chichimeca, la militarización de la sociedad se convirtió en un hecho. Sin embargo pese al sistema de defensa de la comandancia basado en una cadena de presidios a lo largo de sitios permeables de la frontera, las depredaciones indias no cesaron y aumentaron por lo contrario imprimiendo entre los pobladores del noreste un clima permanente de inseguridad. Por si no fuera suficiente a principios del siglo XIX se comenzaron a manifestar las amenazas de una irrupción extranjera en la provincia de Texas.
Esta situación además de ser caótica presionó más aún a los pobladores del noreste, al verse obligados a partir del año de 1805 a cumplir con una llamada cuota de sangre, es decir forzados a proveer con una cuota de soldados milicianos que estaban por ser acantonados en las llanuras texanas ante cualquier eventualidad de una invasión angloamericana. El factor étnico de la población de las Provincias Internas de Oriente también ha sido señalado como otro de los elementos que propiciaron las tendencias a favor de los insurgentes, matizadas sin duda por las dificultades económicas y por las exigencias militares.
Vista en conjunto la demografía del noreste hacia 1810 se componía por unas pocas familias de peninsulares o sus descendientes criollos que fueron producto de una intensa vinculación endogámica lo que hizo que sus parentelas se distribuyeran a lo largo y ancho de las cuatro provincias. También entraban mayoritariamente en este conjunto la combinación de razas novo-hispanas de las castas y la de los indios tlaxcaltecas residentes en la región desde el siglo XVI. Los indios naturales chichimecas formaban un segmento muy reducido de la población y sólo un pequeño número participó en el mestizaje.
De toda la población en conjunto en el noreste cabe señalar que finalmente se creó una fusión genética que uniformó a la población regional mexicanizándola. Para 1810 se estimaba una cantidad de ciento setenta mil habitantes en todo el vasto territorio de las Provincias Internas de Oriente. Por lo anterior resulta muy tentador suponer la proclividad de la población del noreste ante los vientos de una insurgencia que pretendían darle un final al despotismo español. Ello se refleja en ejemplos concretos como lo fue la súbita adhesión de la totalidad de las provincias al movimiento de Dolores.
Otro ejemplo significativo fue la simpatía de las élites criollas locales a los insurgentes como lo demostraron algunos miembros del ayuntamiento y el cabildo eclesiástico del obispado en Monterrey o la espontánea y diligente participación del criollo sevillano José Antonio Gutiérrez de Lara que parte a los Estados Unidos a cumplir una misión diplomática a nombre de los caudillos de Dolores. Las motivaciones y posibles causas de rebelión insurgente que se observaron en las Provincias Internas de Oriente desde 1810 a 1811 están presentes en los estudios sobre la historia colonial del noreste, en el análisis de la crisis de granos.
En la villa de Saltillo se registraron una serie de malas cosechas a lo largo de la primera década del siglo XIX lo que obligó al cabildo a decretar la prohibición de exportar los granos. Si se extrapola la información de lo ocurrido en Saltillo se puede afirmar con seguridad que en esos mismos años ocurrió una gran sequía en el conjunto del noreste, un fenómeno natural cíclico en el medio ambiente de la región, lo que pudo haber castigado a la ganadería, el principal rubro productivo de estas provincias. La primera impresión que resulta a la vista de los acontecimientos que se sucedieron en enero de 1811 es devastadora.
La totalidad de las Provincias Internas de Oriente cayeron en manos de la insurgencia ante la absoluta incapacidad de sus gobernadores militares, rebasados por la circunstancia. Fue algo paradójico ante los esfuerzos que las autoridades coloniales hacían por defender del exterior a las provincias del noreste. La ironía era que la amenaza sobre el imperio español en esta región, también se encontraba dentro de esta. En el gran vacío de poder que se dejó sentir en las primeras etapas de la guerra contra la insurgencia encontró Joaquín de Arredondo la justificación para imponer con toda su fuerza el despotismo militar en la región.
Antes de finalizar el mes de septiembre de 1810 los gobernadores de las Provincias Internas de Oriente, Manuel Salcedo de Texas, Antonio Cordero de Coahuila, Manuel de Santa María del Nuevo Reyno de León y Manuel de Iturbe e Iraeta, recibieron de Félix Calleja la noticia del Grito de Dolores y el exhorto a reclutar a toda prisa tropas que le deberían ser remitidas a San Luis Potosí. Desde este primer momento comenzaron las indecisiones y titubeos en estos jefes militares que no alcanzaban a comprender la magnitud de la conflagración que se había desatado en el centro del virreinato.
Así, el gobernador novo-santanderino contestó no poder enviarle al comandante de la Décima Brigada los 250 hombres que le solicitaba por el mal estado de las milicias y por la necesidad de emplear las tropas veteranas en la protección de las misiones y el resguardo de la frontera. El gobernador del Nuevo Reyno de León por su parte alegó tener grandes problemas para reunir la tropa solicitada, señalando los pocos recursos con que contaba la provincia en gran parte despoblada y donde las distancias y la falta de cabalgaduras obstaculizaba su traslado; la impotencia llegó al extremo de solicitar su relevo del mando.
El verdadero peligro sobre el noreste se proyectó a mediados del mes de noviembre cuando ante la ausencia de Calleja que de manera apresurada había salido de San Luis Potosí rumbo a la capital del virreinato, estalló un brote insurgente que se apoderó de la ciudad. Se trataba de una conspiración fraguada en el interior de un convento que servía de cárcel a fray Luis de Herrera, un personaje que previamente se había declarado insurgente. En ese sitio Herrera hizo contacto con el agente de Hidalgo, fray Juan de Villerías, e involucró en sus planes a Joaquín Sevilla y Olmedo, un oficial del regimiento de San Carlos.
Ausente un poder militar realista eficiente e impedido por una enfermedad el intendente al hacerles frente, los conspiradores se hicieron dueños de San Luis Potosí. Poco después las envalentonadas fuerzas de Hidalgo se hicieron presentes en la ciudad pasando por allí Mariano Jiménez, quien había sido comisionado para insurreccionar el norte oriental. En las líneas realistas dentro del noreste las noticias que arribaban desde el sur no hicieron más que acentuar la debilidad de los responsables militares de su defensa, al quedar aislados y abandonados a sus propios recursos.
De 1000 soldados que se pensaron poner en servicio para marchar a recuperar San Luis Potosí reclutándolos de todas las provincias, sólo se pudo organizar una menguada fuerza que el gobernador de Coahuila por órdenes del comandante de las Provincias Internas Nemesio Salcedo estacionó en Agua Nueva, una garganta que cerraba el paso al norte oriental. Así carentes de una moral alta y debilitadas por las deserciones estas tropas intentaron cortar el paso al experimentado Mariano Jiménez el 6 de enero de 1811; el resultado fue que una vez iniciado el fuego la mayoría de los milicianos realistas se pasaron al bando insurgente.
Antonio Cordero quedó al garete y cayó prisionero. Entró Jiménez victorioso a Saltillo y el gobernador del Nuevo Reyno de León se declaró por la insurgencia entregando su provincia sin una mínima resistencia. La defección realista se completó en el mismo enero y en el siguiente febrero, con las pérdidas de Texas y el Nuevo Santander a favor de los insurgentes. En el primer caso el capitán de las milicias novo-santanderinas acantonadas en San Antonio Béjar, Juan Bautista Casas se subleva y toma prisioneros al gobernador Manuel Salcedo y a Simón de Herrera, militar responsable de un cuerpo de observación sobre la frontera.
En el Nuevo Santander actuarán comisionados insurgentes y conspiradores locales dentro de las milicias y obligan al gobernador Iturbe e Iraeta a huir con rumbo a la barra de Tampico acompañado sólo por una pequeña fuerza leal, entre quienes se encontraba el capitán Felipe de la Garza. Mariano Jiménez se trasladó de Saltillo a Monterrey donde se le otorgaron honores de militar de alta investidura y el apoyo económico del cabildo eclesiástico del obispado del Nuevo Reyno de León al recibir de éste la suma de 125 mil pesos, que serían garantizados por un cargamento de plata confiscado al tesorero real de Saltillo, Manuel Royuela.
A principios del mes de febrero, Mariano Jiménez se enteró del desastre del Puente de Calderón donde resultara victorioso Calleja, decidiendo concentrarse en Saltillo ante cualquier eventualidad en espera de los caudillos del movimiento quienes se dirigieron con rumbo al noreste en busca de refugio y como escala en un pretendido viaje a los Estados Unidos. Había sido justamente Félix Calleja quien había hecho ver su suerte a los insurgentes, primero en la llanura de Acúleo y después en las goteras de Guadalajara, disolviendo a las huestes que en un momento dieran la apariencia de un temido ejército.
En esta etapa el gobierno del virrey Francisco Venegas, una vez pasados los momentos críticos de la amenaza insurgente en el centro de la Nueva España preparaba deprisa los mecanismos para interceptar a los jefes del movimiento rebelde al tiempo que en el propio noreste maduraban las condiciones para la respuesta contrarrevolucionaria ante las noticias del colapso insurgente en la Nueva Galicia. La contrarrevolución fue fraguada en la villa de Laredo y en San Antonio de Béjar. En el primer sitio estuvo a cargo del Capitán Colorado, José Ramón Díaz de Bustamante, un peninsular veterano en la frontera.
Bustamante estaba curtido en la guerra contra los indios de las praderías, era quien había dado respuestas dilatorias a la promoción de coronel de Mariano Jiménez y que fungiera ante Juan Ignacio Aldama y fray Juan Salazar, comisionados insurgentes que pasaban a los Estados Unidos por Laredo. Díaz de Bustamante no quiso abandonar su terreno y esperó el momento preciso de actuar en favor de la causa realista convenciendo al capitán Ignacio Elizondo quien anteriormente se hubiera adherido a la insurgencia para tramar un plan que los llevara a la captura de los jefes del movimiento rebelde.
Sin embargo la contrarrevolución plena surgió en Béjar el 2 de marzo ante la inquietud causada por el arribo del padre Salazar y de Aldama, además del pésimo mandato del miliciano Juan Bautista de las Casas. Fue el subdiácono Juan Manuel Sambrano el encargado de ejecutar el golpe. Los caudillos insurgentes ignoraban el cambio de circunstancias que habían tenido lugar en la ruta a seguir por Monclova-presidio de Río Grande-Béjar y avanzaron en descuidada caravana por el desierto coahuilense siendo apresados casi sin necesidad de violencia por el capitán Elizondo por el paraje de Acatita de Baján.
La primera etapa de la guerra de independencia llegaba a su fin. Los hechos de Baján provocaron en las Provincias Internas de Oriente un cambio de adhesiones entre quienes apoyaran a los insurgentes. En Monterrey el ayuntamiento se dio rápidamente a la tarea de crear siguiendo las fórmulas de la legislación española, una junta de gobierno para llenar el vacío de poder la que estuvo presidida por Blas Gómez de Cuatro. En la villa de Saltillo los ánimos pro insurgentes también se enfriaron súbitamente lo que obligó al licenciado Ignacio López Rayón a abandonar la población para dirigirse al centro del virreinato.
En el Nuevo Santander también tuvo lugar una rápida transmutación de lealtades entre la tropa miliciana antes sublevada y añadida por la insurgencia debido a la captura de los jefes insurgentes y al inminente arribo del brigadier Joaquín de Arredondo y Mioño. La aparición de Joaquín de Arredondo en el noreste tuvo lugar en marzo de 1811 cuando cumplía las órdenes del virrey Venegas para ir a interceptar a los principales caudillos del movimiento de Dolores y desembarcara en la barra de Tampico, al frente del regimiento de infantería Fijo de Veracruz.
Su llegada marcó el inicio de una década del predominio militar en las Provincias Internas de Oriente, caracterizado por el particular estilo del brigadier catalán. El influjo de Arredondo se hizo sentir desde un primer momento, cuando recibe en la villa de Altamira la facultad de ejercer el poder político en el Nuevo Santander, mandato que le entrega su gobernador, Manuel de Iturbe e Iraeta. Enseguida y una vez organizada su marcha rumbo a la villa de Aguayo, se sitúa en la hacienda de El Cojo donde recibe los pliegos que le notifican los sucesos de las Norias de Bajan.
En Aguayo donde se habían concentrado las milicias rebeldes novo-santanderinas, bullía la incertidumbre entre los oficiales quienes vieron su salvación en el prendimiento de los insurgentes potosinos refugiados en la población, fray Luis de Herrera, Ildefonso Blancas y otros. Previa oferta de no encontrar resistencia, Arredondo entró en Aguayo el 12 de abril dedicándose enseguida a un ajuste de cuentas. Los potosinos fueron ejecutados de forma sumaria y los oficiales y tropa sufriendo castigos corporales para luego pasar a engrosar las fuerzas realistas, que aún debían de pacificar la zona montañosa del Nuevo Santander.
En la comarca de Tula y sus aledaños se habían revelado las clases bajas, constituidas mayoritariamente por indios chichimecos y castas. Luego de un par de cortas batallas Arredondo ocupa Tula cumpliendo así la primera de sus campañas militares en el noreste. Una nueva cuota de poder se agrega Arredondo a finales de 1811 cuando el virrey Venegas le delega la pacificación de la Huasteca, empresa que dirige a distancia desde su cuartel en el Valle del Maíz y en donde tendrían oportunidad de lucirse varios de sus oficiales, los que jugarían destacados papeles en la futura historia política y militar de México.
Entre ellos cabe mencionar a Cayetano Quintero miembro de la élite novo-santanderina, terrateniente y dueño de la hacienda de El Cojo y más tarde comerciante en Altamira-Tampico; Arredondo lo nombró su segundo en la campaña de Texas. Felipe de la Garza era otro, quien se convertiría en el primer hombre fuerte de Tamaulipas reconocido nacionalmente por su oposición al imperialismo de Iturbide y más tarde en su ejecución. Y finalmente el teniente Antonio López de Santa Anna, miembro del regimiento Fijo cuya actuación política marcaría toda una época en el país.
Desconfiando de los pobladores del noreste a menos que fueran soldados, Arredondo arremetió contra quienes se manifestaran pro insurgentes, en especial la élite regio-montana. En Monterrey, el ayuntamiento se inclinó por la insurgencia aún antes de llegar Jiménez, y el cabildo catedralicio le hizo un fuerte préstamo a diferencia de los auxilios antes negados a los gobernadores del Nuevo Reyno de León y de Coahuila. La cúpula eclesiástica constituida por criollos como José León Lobo por la huida que había hecho el obispo Primo Feliciano Marín de Porras, públicamente dio a Mariano Jiménez el trato de patrono.
Con tales antecedentes, el militar peninsular profirió la amenaza de que "para la provincia del Nuevo Reyno de León pólvora y metralla tenía ", alardeando que acudiría a subyugar la provincia con mil o dos mil hombres". Implicados en su mayoría, los miembros de la autoridad civil y religiosa de Monterrey en actos contra el régimen, y temerosos del "castigo riguroso" que anunciaba Arredondo buscaron obtener el perdón para quienes hubieran participado al lado de los rebeldes: "pues el indulto, aplicado por autoridad legítima, sin perjuicio de tercero, ¿no debe dar confianza a los que lo logran para vivir tranquilamente?
¿Y acaso el gobierno legítimo es capaz de poner en los indultos un lazo para hacer perecer a los que se acogen a su abrigo, como lo acostumbran los jefes de la insurgencia? Con esas frases, quedaba reflejado también en el noreste, el gran conflicto interno que albergaba la mayor parte de las posesiones ultramarinas de España, al entrar en cuestionamiento la legalidad del principio de autoridad de la Corona y sus funcionarios, producto de los desastres políticos en que estaba envuelta la península desde la invasión francesa y la aprehensión de Fernando VII.
Finalmente, bajo el aval de Félix Calleja, quien nominalmente era el comandante de las Provincias Internas de Oriente, las peticiones de la Junta fueron aceptadas por las autoridades virreinales, debiendo Arredondo exonerarla de cargos, no sin externar amenazas contra los insurgentes embozados. La segunda campaña militar de Joaquín de Arredondo va a tener lugar a principios de 1813, cuando al saberse la nueva pérdida de Texas en manos insurgentes, tiene que salir apresuradamente a combatirla.
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Re: Mexico no es bicentenario
Esta vez el origen de la rebelión provenía del exterior, concretamente de los Estados Unidos, de donde el novosantanderino Gutiérrez de Lara se introdujo en compañía de un grueso contingente de angloamericanos, apoderándose de varias posiciones para ir a hacerse fuerte en el presidio de Bahía. Atacado infructuosamente por Manuel Salcedo, al retirarse éste a Béjar lo alcanza y lo derrota; Gutiérrez de Lara ocupa la capital de Texas y proclama la Independencia, acto que se vio empañado por el degüello del gobernador, de Simón de Herrera y de otros oficiales.
Ya en camino al escenario de los hechos, Joaquín de Arredondo recibe el nombramiento de comandante de las Provincias Internas de Oriente, lo que significaba un paso más en el crescendo del brigadier catalán. Enviado por el nuevo comandante para explorar el terreno, el capitán Ignacio Elizondo avanzó sobre San Antonio de Béjar, pero desobedeció la orden de no entablar combate, en un afán de elevar aún más sus méritos realistas, siendo derrotado por Gutiérrez de Lara.
Para entonces en el bando insurgente las cosas habían cambiado de signo, ya que los angloamericanos, enfadados con Gutiérrez de Lara por la exclusión de los intereses de los Estados Unidos en la empresa, decidieron desplazarlo, ocupando su lugar José Álvarez de Toledo, individuo que actuó como agente triple, entre el bando realista, la insurgencia mexicana y las ambiciones norteamericanas. Puesto al frente de sus tropas, Arredondo dispersó completamente a la abigarrada fuerza insurgente de Texas en los campos de Medina el 18 de agosto de 1813 y entró a Béjar poco después, donde aplicó severas reprimendas y despachó tropas para perseguir a los que huían a los Estados Unidos.
Arredondo abandonó Texas hasta enero de 1814, cuando llegó el relevo del regimiento de Extremadura al mando de Benito de Armillán, a la sazón nombrado por Calleja como jefe político y militar de la provincia. Acto seguido el brigadier pasa a concentrarse en Monterrey, donde establecerá definitivamente la cabecera de la comandancia de las Provincias Internas de Oriente. Será con la implantación de la Constitución de 1812, redactada por las Cortes de Cádiz, cuando la prepotencia militar de Joaquín de Arredondo se manifestó en su más alto grado de exaltación frente a las emergentes fuerzas políticas civiles del noreste, organizadas a través de la diputación provincial de Monterrey.
Dicha diputación quedó integrada el 16 de mayo de 1814, por los doctores José Bernardino Sánchez Cantú y José León Lobo por el Nuevo Reyno de León; Melchor Sánchez Navarro y Francisco Antonio Gutiérrez por Coahuila; Hilarión Gutiérrez y Pedro Paredes y Serna por el Nuevo Santander; y Pedro Manuel de Llano por Texas. En sus primeros actos, la diputación desconoció la autoridad omnímoda de Arredondo, declarándose instalada sin su presencia, ya que, para Arredondo, según la historiadora norteamericana Nettie Lee Benson, "varios diputados le eran personalmente odiosos y él, declarando que la diputación se había constituido “legalmente, se negó a asistir a sus sesiones".
Durante los breves cuatro meses en que desplegó su acción, la diputación de Monterrey no pudo hacer que se organizaran la mayoría de los ayuntamientos constitucionales en los pueblos de las provincias, así como tampoco el alcalde primero constitucional de Monterrey, Antonio Múgica, pudo ser reconocido jefe político subalterno como lo reclamaba, en buena medida a la barrera obstructiva de Arredondo. Para desgracia de los diputados, el proyecto constitucional fue muy efímero, pues tras el retorno al poder de Fernando VII y la vuelta al absolutismo, quedó derogada la Constitución, por medio de un real decreto signado el 4 de mayo en Valencia, conociéndose en las Provincias Internas de Oriente hasta finales de agosto.
Sin embargo, ya antes Arredondo había enfrentado directamente a la diputación, cuando el 24 de julio incautó el archivo de la diputación, impidiendo que sesionara. Enterado de los cambios ocurridos, con lo que el esbozo de su proyecto hegemónico quedó definido, Arredondo toleró antes que la noticia se hiciera pública, que en la noche del 31 de agosto un piquete de tropa realizara un tumulto en el centro de Monterrey, derribando la pirámide que por orden del virrey se había construido en la plaza de armas en honor a la Constitución de 1812.
En el mismo ambiente de enfrentamiento, Arredondo chocó con el cabildo eclesiástico del obispado del Nuevo Reyno de León, que se negó a tratar al brigadier con los honores de vicepatrono, quien escandalosamente lo había exigido en plena misa; Arredondo se dolía de que al insurgente Mariano Jiménez se le hubiese otorgado tal dignidad. No contento con ello, el jefe militar reclamó insistentemente, hasta que, llegado a oídos del propio rey de España, resolvió éste el 10 de septiembre de 1817, que no se debía satisfacer a Arredondo. Queriendo imprimir miedo entre la población regiomontana, que a su juicio se había soliviantado durante los días de la diputación provincial, realizó una leva la noche del 9 de octubre, prendiendo inclusive a numerosos vecinos dentro de sus propias casas.
Días después y en la celebración del onomástico del monarca, Arredondo se dio el lujo de humillar a los miembros del ayuntamiento al no admitirlos bajo mazas al besamanos; y ya en el plano informal, una noche, "para agradar a una barragana", mandó tocar generala en horas de la madrugada, ordenando a sus soldados que maniobraran ante ella. Aunque pacificada la región noreste de la Nueva España gracias a la acción represiva de Joaquín de Arredondo, las condiciones económicas ya de por sí críticas antes del período de guerra, se vieron seriamente agravadas para sus pobladores.
La lucha había traído además de los constantes impuestos presentes desde las reformas borbónicas, la carga de los préstamos forzosos, viéndose obligados a cubrirlos los comerciantes, hacendados y rancheros pudientes; las clases bajas continuaron por su parte colaborando a fuerza con las "cuotas de sangre". Ejemplo de estas exacciones aplicadas por el brigadier, fue el requerimiento que le hizo a los comerciantes del puerto de Altamira, situado en las cercanías de la barra de Tampico, donde desde 1811 y por disposición de las Cortes, se habilitó para el comercio, radicándose en este sitio un grupo de mercaderes procedentes principalmente del puerto de Veracruz.
Arredondo pedía 40 mil pesos oro para financiar la campaña sobre Texas a emprender en el verano de 1813, asegurando que en los dos años de operaciones, los comerciantes habrían recibido ganancias hasta de once millones de pesos fuertes, suficientes como para satisfacer el préstamo exigido; ante la resistencia de los comerciantes, hubo de comisionar agentes para que con amenazas recogieran el dinero. Otro caso documentalmente registrado de préstamo forzoso fue el que se ordenó en los días en que se presumía la inminente invasión de Xavier Mina en las costas del noreste.
En esta ocasión Arredondo formalizó el asunto mediante una convocatoria hecha a través del comercio organizado de Monterrey, que tuvo voz para discutir las cantidades que podían aportar sus miembros, así como los mercaderes de Parras, Saltillo, Aguayo y Altamira, al igual que varios bienes píos adscritos al obispado. Entre los hacendados que debieron colaborar en los famosos préstamos, estaban los Sánchez Navarro, terratenientes en Coahuila que para 1814 sufrieron robos de ganado por parte de las tropas realistas, aparte de contribuciones contabilizadas en 575 ovejas, 85 cabezas de ganado mayor y dinero en efectivo por 530 pesos, sumando todo un monto de 3067 pesos.
Por otra parte cabe mencionar las cooperaciones voluntarias que en ocasiones hacían algunos regalistas convencidos, como los hermanos Quintero, que continuamente aportaban ganado. La cría de ganado era tal en las posesiones de estos personajes, que Xavier Mina les robó 300 bestias caballares, con lo que adquirió gran movilidad y respetabilidad militar, pudiendo de esa forma internarse al centro de la Nueva España. Una de las causas más agudas de la crisis económica en las Provincias Internas de Oriente durante la década de 1810, la constituyó la drástica disminución del numerario indispensable para las transacciones comerciales, por lo que Nemesio Salcedo acuñó monedas provisionales en Durango, que circularon en el noreste.
El problema surgió cuando el comercio de la región canalizado a través de Altamira, se puso en contacto con los mercaderes monopólicos de Veracruz, quienes solamente aceptaban la moneda provisional con un 18% de descuento. Vistos los problemas económicos para sostener sus tropas y por tanto su hegemonía militar, Arredondo promovió la idea de declarar la separación total de la comandancia del virreinato. El pilar sobre el que el brigadier pensaba sostener el aparato administrativo que proponía, se fincaba en la idea, nada nueva por cierto, de habilitar a la navegación a la Barra de Santiago, situada poco al norte de la desembocadura del Bravo:
Con este fondeadero, se rompería la crónica dependencia del noreste en relación a los monopolios de Veracruz y la ciudad de México, lo que fue bien comprendido por Arredondo. Para las obras del puerto solicitó a la Corona cincuenta mil pesos, más otro tanto para construir una fábrica de tabacos, además de pedir treinta mil pesos para cubrir los sueldos que los trabajos generarían. Recibidas en la corte las propuestas del comandante norteño, se les acogió con buena voluntad pero sin mayor interés, pues se adujo que no era necesario lo del puerto por la operación que ya hacían en los de Tampico y San Bernardo (ubicado en Texas pero que prácticamente no operó), rechazándose igualmente los otros pedidos.
Fundamento de la audacia del comandante Arredondo para soñar con el control absoluto del noreste era que de hecho detentaba por la causa de la guerra el mando político de las Provincias Internas de Oriente. Estas facultades habían sido dadas al brigadier desde 1812, de acuerdo a la ordenanza de oficiales, legítimamente avalada en la legislación española, como "conquistador, en virtud de lo cual, puede promulgar bandos, imponer leyes, etcétera...; aunque como ya lo hemos visto, Arredondo había recibido sin formalismos el mando del Nuevo Santander en marzo de 1811 de manos de su gobernador Manuel de Iturbe e Iraeta, al desembarcar en la barra de Tampico.
Es por eso que vemos al comandante quitar y poner gobernadores, por ejemplo a Juan Fermín de Juanicotena para gobernar el Nuevo Santander y a Ramón Díaz de Bustamante para el mando del Nuevo Reyno de León. Inamovible en su sitio por ser hasta cierto punto indispensable en la defensa del Septentrión y favorecido por el retorno del absolutismo en 1814, Arredondo acumulaba día a día más poder, rodeado de una "resplandeciente guardia de fuerzas milicianas".
Con gran alarma por el giro que tomaban las cosas en un área nominalmente bajo su jurisdicción, el intendente de San Luis Potosí recomendaba en septiembre de 1817 que se aprobara la instalación de la Intendencia de Saltillo, un proyecto acordado por las Cortes a iniciativa de Ramos Arizpe, pero que había sido derogado. Con ello se pretendía poner un contrapeso a la hegemonía del militar norteño, por lo que no es de extrañar el desagrado de éste ante el proyecto, pues no estaba dispuesto a que se estableciera una autoridad rival.
Consciente también el virrey Apodaca de la situación imperante en el noreste, se adhirió a la petición del intendente, lo que motivó que Fernando VII expidiera el 6 de junio y 23 de octubre de 1818, la orden correspondiente, lo que en buena medida no concretó por haber fallecido el intendente nombrado en 1814, Manuel Royuela, al igual que el administrador de tabacos de Saltillo, Andrés de Ybarra. Paradójicamente el rey revitalizaba una de las medidas de las Cortes. Con la reinstalación de las Cortes, Fernando VII insistió en la creación de la intendencia, en lo que influyó Ramos Arizpe ahora ya en libertad, pues era imperativo el fortalecimiento de una autoridad política en el noreste, tan amenazado por los Estados Unidos tras su adquisición de La Florida en 1819.
Había llegado la hora de intentar seriamente la remoción de Arredondo como el eje del poder en las Provincias Internas de Oriente, del que se quejaba el obispo del Nuevo Reyno de León por múltiples motivos, al igual que por su ineficiencia para combatir a los indios de las praderías, lo que había arruinado a las provincias al grado de verse disminuidos los diezmos en un cincuenta por ciento. Cuando en abril de 1821 se nombró al administrador general de alcabalas de Guadalajara como el intendente de Saltillo, ya habían pasado dos meses del lanzamiento del Plan de Iguala. La intendencia de Saltillo quedó históricamente en condición nonata.
En el segundo lustro de la década de 1810 Arredondo desplegó por tercera y última vez operaciones militares, caracterizadas por la espera y combate de fuerzas externas que apoyaban a la disidencia interior o pretendían mutilar la soberanía española, así como por el acoso y destrucción de la cabeza de playa instalada por Xavier Mina en el litoral novosantanderino. Entre 1817 y 1819 la zozobra fue muy intensa en la provincia de Texas, debido a las amenazas que se dejaron sentir por las incursiones terrestres de los angloamericanos Perry y James Long, y por las operaciones navales piráticas de los franceses Luis de Aury, Laffite y Carlos Lallemand, sin que en ningún caso se viera realmente borrada la frontera en el Sabinas o se estableciera un bastión extranjero en el litoral.
En esta ocasión, ante el acoso de los aventureros externos, Arredondo, con su típica sangre fría, ordenaba al gobernador de Texas, Antonio María Martínez, que, en caso de capturar a extranjeros, se les pasara de inmediato a cuchillo, en lo que no estuvo de acuerdo el virrey Apodaca. Y ya en el acto de guerra, al copar y destruir la pequeña fortificación de barro y madera hecha por Mina en Soto la Marina, el brigadier dejó mucho que desear, como era de esperarse, en cuanto a su ética militar, al romper el armisticio acordado con José Sarda, aprisionando a los expedicionarios al igual que fusilaba sumariamente a otros aprehendidos en la barra del río.
En esta acción cayó prisionero el celebérrimo fray Servando Teresa de Mier, quien fue remitido a las mazmorras de la Inquisición. Es en torno a los hechos de la ofensiva contra Mina, donde se puede apreciar con claridad un ejemplo típico en que la figura dominante de Arredondo se revela a plenitud, en franco reto con la autoridad del virrey, la máxima instancia política en la Nueva España. Las cosas principiaron con la acusación que se le hizo al comandante norteño por su lentitud en reaccionar, lo que a juicio de las autoridades de la ciudad de México, propició el internamiento del navarro a las entrañas del virreinato.
Sabedor de la acusación, Arredondo contestó insolente que era probable "que cuanto diga... pueda herir a personas de alto carácter... obligado a hacerlo por los poderosos estímulos de vindicar mi estimación y forma injustamente vilipendiada"; y no sólo se quedó ahí, sino llegó directamente a decir que el virrey se encontraba influenciado por personas desafectas a su persona. Se justificaba en que su situación era precaria, debido a una sequía de dos años, a los ataques de los indios de las praderías, a la falta de auxilios de Durango y Zacatecas, y a lo desprovisto del estanco de tabacos, condiciones que aunque difíciles, no le habían impedido estar listo en esos días para acudir a Texas a desalojar a los extranjeros abastionados en el litoral, por lo tanto, según el, "no era responsable a Dios ni al Rey si no se le auxiliaba".
Cauteloso ante un enemigo que gozaba de prestigio militar como lo era Mina, preparó meticulosamente su marcha desde Monterrey a la costa del Nuevo Santander, para así no aventurarse "sino caminar con toda seguridad", lo que evidencia su temor a una derrota. Por esta razón se retrasó notablemente, siendo ésta la causa principal que motivó su acusación. Sin embargo Arredondo consideró su actuación como "muy natural", dadas las circunstancias que lo rodeaban. Pero ya en el terreno militar fue intransigente, al decir que si Mina había penetrado al virreinato, se debió a que "no hubo cabeza ni unión en las operaciones", ya que según afirmó, Benito de Armillán y Facundo Melgar, sujetos al mando del virrey, habían actuado con "impericia y cobardía", al no taparle el paso en la Huasteca.
Y aunque el virrey dispuso el relevo del comandante de las Provincias de Oriente, Arredondo siguió inamovible, dándose el lujo de echar en cara a Apodaca la falta de divulgación pública de su actuación en Soto la Marina, además de considerarse acreedor a la Cruz de San Hermenegildo. Pero lo que los angloamericanos no pudieron hacer por la fuerza en su empeño de apoderarse de Texas, Arredondo se encargaría de concretarlo por la vía pacífica. Se trató de la autorización extendida a Moses Austin, un antiguo súbdito español en la Luisiana, para que pasara con un grupo de familias a fincar colonias extranjeras en el territorio de aquella provincia septentrional.
El asunto quedó formalizado el 17 de enero de 1821, en las postrimerías del virreinato. Cuando Austin finalmente se adentró en Texas en diciembre de ese año, España había perdido definitivamente su soberanía sobre el territorio mexicano. Atrapado nuevamente por una revolución liberal que estalló en la península en enero de 1820, el Rey Fernando VII se vio en la obligación de reinstalar las Cortes y la Constitución derogada en 1814. El resultado de estos acontecimientos provocó nuevas y profundas modificaciones en lodo el aparato del imperio, especialmente en las posesiones españolas de Ultramar, donde el germen de la autonomía e independencia estaba más que nunca maduro.
Y no era para menos, ya que en alrededor de tres lustros España había transitado del absolutismo al constitucionalismo; la consecuencia de ello, fue la erosión completa que para los súbditos americanos sufrió el principio de legitimidad y autoridad de la Corona y del gobierno metropolitano en general. En las Provincias Internas de Oriente la noticia de los cambios en España no dejaron de sorprender a Joaquín de Arredondo, sobre todo por la manifiesta oposición que había demostrado contra la diputación de Monterrey en 1814.
No obstante esta vez mostró una evidente hipocresía, felicitando al rey por la jura de la Constitución, requiriendo se le enviaran cuanto antes los bandos y decretos de las Cortes, ya que según él, "quedó este archivo en un vacío notable respecto de estos preciosos momentos de la sabiduría española"; se le había olvidado al brigadier que él precisamente había incautado los papeles de la diputación. Bajo el nuevo sistema quedaron organizados sesenta ayuntamientos constitucionales a lo largo del noreste, llevándose a cabo el 1 de octubre de 1820 la elección de diputados provinciales, siendo los votantes en su mayoría miembros del clero.
Los diputados a las Cortes fueron Juan Bautista Valdés, cura del sagrario de Monterrey, y el coronel Felipe de la Garza, uno de los hombres de confianza de Arredondo en el Nuevo Santander. Cinco meses después del 24 de febrero, cuando se proclamó el Plan de Iguala, en las Provincias Internas de Oriente aún imperaba el predominio realista. Fue entonces que la efervescencia en pro del acuerdo político concretado por Iturbide hizo eco en el noreste. En la villa de Aguayo desde el mes de abril funcionaba una conspiración, mientras que en Saltillo también cundió la agitación por la independencia. Sabedor de esto último Arredondo, envió desde Monterrey una compañía de granaderos a Saltillo, situando al regimiento de infantería del Fijo de Veracruz en el paso de Los Muertos, el punto intermedio entre las dos poblaciones.
Sin embargo, los granaderos fueron subvertidos por el teniente Pedro Lemus, al igual que el teniente Nicolás del Moral hacía lo mismo con los del Fijo. En Saltillo las cosas culminaron el 1 de julio, en buena medida por la acción del vecino Juan Marcelino González, jurando la Independencia su cabildo y vecindario ese día a la medianoche, adhiriéndose el pueblo de San Esteban de Nueva Tlaxcala y también los soldados que se encontraban en Los Muertos. Atrapado por las circunstancias, Arredondo no tuvo más remedio que jurar igualmente la Independencia en Monterrey, en un intento por recuperar el control de la situación.
Pero los hechos lo habían rebasado, pues la junta de gobierno que ya funcionaba en Saltillo, se negó rotundamente a recibir sus órdenes y por el contrario pidió auxilio al teniente coronel Gaspar López, quien se encontraba en San Luis Potosí. Sin alternativa, Arredondo se fugó a Monterrey en compañía únicamente de dos oficiales, se refugió en un convento en San Luis Potosí, y enseguida bajó a la costa para embarcarse por la barra de Tampico rumbo a Cuba. En la isla caribeña permaneció hasta su muerte en 1837.
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Fuente:
https://www.facebook.com/notes/el-ca...31929013558696
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Re: Mexico no es bicentenario
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Re: Mexico no es bicentenario
Aaron Burr, el hombre que intentó crear un nuevo país a principios del siglo XIX con partes de EEUU y España
El juicio de Burr/Imagen: Sate of the Union History
La Historia está plagada de personajes que se la jugaron llevando a cabo apuestas muy ambiciosas; como suele ocurrir en tales casos, el éxito o el fracaso son los que determinan que su protagonistas pasen a la posteridad con letras de oro o como figuras estrambóticas y el estadounidense Aaron Burr forma parte de ese segundo grupo. No es para menos, dado que se estrelló en un plan tan inaudito como difícil a principios del siglo XIX: desgajar el suroeste de EEUU y parte de lo que entonces aún era el Virreinato de Nueva España para fundar un nuevo país independiente.
Hijo de un reverendo presbiteriano y nieto de un famoso teólogo calvinista, Burr parecía predestinado al oficio religioso y por eso entró en la Universidad de Princeton para estudiar Teología. Sin embargo abandonó esa carrera por la de Derecho, que tardó en terminar porque el estallido de la Guerra de la Independencia le llevó a ponerse a las órdenes del general Benedict Arnold. Durante el conflicto, participó en la campaña de Canadá de 1775, de la que regresó ascendido a capitán y convertido en un héroe, lo que hizo que George Washington le incorporase a su estado mayor.
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Retrato de Aaron Burr por John Vanderlyn/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons
No se llevó bien con el futuro presidente y prefirió regresar al frente, consiguiendo dos años después el cargo de teniente coronel. Pero en 1779 un infarto le obligó a dejar las armas y retomar los libros de leyes, empezando a ejercer de abogado en Nueva York en 1782, justo tras la marcha de los británicos. Ese mismo año se casó con la viuda de un oficial de la Royal Navy, con la que tuvo una hija. El matrimonio duró doce años, hasta que la mujer falleció de cáncer.
Entretanto Burr inició una carrera política al ser elegido Fiscal General de Nueva York y senador por el Partido Demócrata-Republicano. Incluso Jefferson le propuso para la vicepresidencia pero al final se impuso la candidatura de John Adams. No obstante, Burr conseguiría el puesto en 1799 al colaborar decisivamente en el triunfo electoral de Jefferson. Eso sí, el nuevo presidente desconfiaba de su ambición y logró que poco a poco se le fuera apartando de las decisiones; ello llevó a un enfrentamiento de Burr con Alexander Hamilton, secretario del Tesoro, creador del primer partido político de los recién nacidos EEUU (el Federal) y causante de la llamada Rebelión del Whisky, que terminó con el primero matándole en un duelo a pistola.
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El duelo entre Burr y Hamilton/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons
En lo que fue el primero de los muchos affaires que tendría con la justicia, Burr tuvo que huir a Carolina del Sur acusado de asesinato, si bien la causa no prosperó y pudo volver a Washington. Eso sí, su carrera política se tambaleó y además empezó a tener apuros económicos. Quizá esas circunstancias influyeron en lo que sería el inicio de la gran aventura de su biografía y uno de los episodios más singulares de la historia de EEUU: la conspiración, que hoy lleva su nombre, para crear un nuevo país con la secesión de territorios de EEUU y del Virreinato de Nueva España.
No está muy claro el asunto y no todos los historiadores creen que hubiera tal plan. Empezó en 1804 cuando Burr, presuntamente, le sugirió al embajador británico Anthony Merry la posibilidad de recuperar parte de sus colonias americanas a cambio del suministro de armas, ayuda de la Royal Navy y fondos (medio millón de dólares) para una expedición que planeaba con el fin de separar Luisiana de la Unión. Londres demoró su respuesta y en 1806 Merry recibió orden de regresar a su país, no sin que antes Burr le advirtiera de que la operación se llevaría a cabo con o sin Gran Bretaña.
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Harman Blennerhassett/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons
El año anterior había viajado por el territorio en cuestión, contactando con adeptos como Harman Blennerhassett, un terrateniente que aportó importante ayuda económica. En una isla de su propiedad se almacenaron armas y suministros mientras se reclutaban voluntarios para atacar el virreinato español, que en esos momentos empezaba a sufrir los primeros brotes independentistas, por lo que hubo un grupo de criollos dispuestos a apoyar la expedición.
Hay que tener en cuenta que, en esos momentos, aproximadamente la mitad de lo que hoy es EEUU pertenecía a España, recién rematada la compra de la Luisiana por EEUU; era una inmensa gobernación (dos millones y cuarto de kilómetros cuadrados al oeste del río Missisipi) cedida a Carlos III por el Tratado de París (1763) para compensar la pérdida de La Florida pero que más tarde (1803) se devolvió a Francia por el Tratado de San Ildefonso. Dicha devolución se hizo en 1803 y Napoleón se la vendió a Jefferson ese mismo año por quince millones de dólares.
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Mapa de la situación territorial en 1803/Imagen: Wiki Atlas of World History
El caso es que Aaron Burr había arrendado a la corona española unos ciento sesenta kilómetros cuadrados de Tejas para dedicarlos a cultivo y además contactó con el embajador Carlos Martínez de Irujo y Tacón para exponerle su plan de desmembramiento de EEUU, que empezaba a verse como un país de gran potencial. Irujo colaboró económicamente, aunque sin permiso de Madrid. Ahora bien, las actividades de Burr no le pasaron desapercibidas al gobernador de Ohio, quien considerándolas sospechosas ordenó a la milicia estatal asaltar la isla que servía de base.
Los cabecillas lograron escapar y contactar con el general James Wilkinson, a la sazón gobernador de Luisiana, que también se sumó al plan de Burr y prometió enviarles tropas, ya que flotaba en el ambiente la inminencia de una insurrección en el virreinato y había que intentar beneficiarse. Sin embargo Wilkinson era un personaje muy ambiguo que en 1780 ya había intentado la secesión de Kentucky y Tennessee; al enterarse de algunos incidentes armados con fuerzas españolas temió por las dimensiones que podía alcanzar todo aquello y su responsabilidad (luego se supo que además estaba a sueldo de España), terminando por denunciar a sus socios.
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James Wilkinson por Charles Wilson Peale/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons
En un primer momento Jefferson no dio credibilidad a la acusación, más que nada por no comprometer al Partido Demócrata-Republicano. Pero el fiscal general de Kentucky, Joseph Hamilton Daveiss, presentó cargos contra el antiguo vicepresidente. Como un jurado rechazó abrir un juicio por falta de pruebas, Wilkinson se veía comprometido, así que entregó la correspondencia que había mantenido con Burr, parte de la cual estaba cifrada; parece ser que también manipuló algunos textos.
El hecho es que en ellos se daba a entender que, además de intentar provocar una guerra con España, Burr conspiraba contra EEUU. Jefferson ordenó entonces detener a los implicados, que en ese momento se movían por el Mississipi con su ejército. En Bayou Pierre, cerca de Nueva Orleans, se enteraron de todo y decidieron entregarse; aunque Burr intentó una fuga en 1807 fue capturado de nuevo y enviado a Richmond, Virginia, para el juicio.
https://i2.wp.com/www.labrujulaverde...30%2C557&ssl=1
La detención de Burr/Imagen: Fine Art America
Sorprendentemente, resultó absuelto de traición, ya que conspirar no implicaba ese cargo y además él se empeñó en negarlo todo. Por otra parte, la acusación de encabezar una expedición militar contra España sin autorización del Congreso y violando la Neutrality Act también se disolvió porque Jefferson había entregado permisos en blanco y ello implicaba que ni Burr tenía responsabilidad total ni la campaña tenía por qué ser contra España (aparte de que, en general, una guerra contra ésta estaba bien vista por todo el país). Para colmo, resultó que las tropas apenas sumaban ochenta hombres con rifles de caza y que en la isla de Blennerhassett no se encontró tanto material como se había dicho.
Wilkinson, cuya carta se demostró que había sido parcialmente falsificada, terminaría ante un consejo de guerra cuatro años más tarde y, tras ser perdonado y participar en una nueva campaña contra Canadá, se retiró falleciendo en 1825; en el recién nacido México, paradójicamente. Harman Blennerhassett, que estuvo en prisión durante el juicio, se acabó trasladando a Montreal dedicándose a la abogacía antes de irse a la isla inglesa de Guernsey, donde murió en 1831. La frontera entre EEUU y España permaneció inalterada y se fijó por el Tratado de Adam-Onís entre 1819 y 1821, por el que se ratificaba la soberanía española sobre Texas a cambio de la cesión de Florida.
https://i2.wp.com/www.labrujulaverde...30%2C679&ssl=1
Tratado de Adam-Onís/Imagen: Wikimedia Commons
En cuanto a Aaron Burr, al acabar todo el embrollo su vida política se terminó definitivamente, como es lógico. Las deudas acumuladas le hicieron dejar EEUU en 1808; marchó primero a Inglaterra, de donde fue expulsado por insistir en buscar apoyo para su fallida empresa, y luego a Francia, para pedir lo mismo a Napoleón infructuosamente. Esa gira, en la que también visitó Escocia, Dinamarca y Suecia, terminó por arruinarle del todo y no pudo regresar a su país hasta 1811.
Para esquivar a sus acreedores cambió de apellido (adoptó el de Edwards) y se volvió a casar con una rica acaudalada, aunque ella le dejó a los cuatro meses cuando vio el ritmo al que empezaba a descender su capital. Al año siguiente perdió a su hija en un naufragio y retomó la profesión jurídica en Nueva York. La muerte le llegó a los ochenta años de edad, el 14 de septiembre de 1836, por lo que tuvo tiempo de ver la independencia de Texas; como dijo él mismo “Lo que para mí era traición hace treinta años ahora es patriotismo.”
Fuentes:
Aaron Burr. Conspiracy to Treason (Buckner F. Melton)
/Duel. Alexander Hamilton, Aaron Burr and the future of America (Thomas Fleming)
/Fallen founder. The life of Aaron Burr (Nancy Isenberg)
/Cipher/Code of dishonor. Aaron Burr, an American Enigma (Alan J. Clark)
/The treason trial of Aaron Burr. Law, politics and the character wars of the new nation (R. Kent Newmyer)
/Wikipedia.
Libro recomendado: The Life of Aaron Burr (Samuel L. Knapp).
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Fuente:
https://www.labrujulaverde.com/2017/...-eeuu-y-espana
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Re: Mexico no es bicentenario
La aprehensión de Hidalgo en Acatita
En el inicio de la Revolución de Independencia el ejército de Hidalgo obtuvo triunfos, pero también derrotas, como la sufrida en la batalla el día 17 de enero de 1811 en el paraje denominado Puente de Calderón ubicado en las cercanías de Guadalajara. A consecuencia de esa acción Hidalgo y los caudillos independientes se vieron precisados a emprender la marcha hacia los Estados Unidos con el propósito de obtener armas para continuar la lucha. Su intento se vio frustrado cuando en el transcurso de Saltillo a Monclova tuvo una traición por Ignacio Elizondo, que se había hecho aliado de los realistas, quien en una emboscada en La Noria de Acatita de Baján, Coah., el 21 de marzo de 1811 las tropas de Elizondo aprendieron a los jefes y oficiales; entre los primeros se hallaban Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez.
En este largo peregrinar Hidalgo en Matehuala un lugar donde había escasez de recursos y se contemplaba un paisaje estéril, acompañado con dos mil personas con un resto de su ejército insurgente, y compuesto por religiosos, hombres de pueblo y sus familias, gente de a caballo y otras a pie. Treinta cañones, algunos coches destinados a los cabecillas, mujeres y clérigos, además de los animales de carga que conducían los baúles y pertrechos. De aquí salieron con rumbo a Saltillo, llegando el 5 de marzo y el cura Hidalgo se veía enfermo y de mal semblante, se quejaba ocasionalmente y no deseaba grandes ceremonias. Tres días duró la celebración por la llegada de Hidalgo. Aquí en esta población recibieron un indulto decretado por el Virrey Venegas, beneficio que es rechazado por Hidalgo y Allende.
El 17 de marzo de 1811 Hidalgo abandona la ciudad y se dirige a Monclova; lo escoltan Jiménez y Allende con poco más de mil hombres. Los jefes principales abordaron catorce coches y detrás de éstos a larga distancia veinticuatro cañones de diversos calibres y bagajes, entre los que iban quinientos mil pesos en dinero y barras de plata. Después de transitar lugares desérticos y sin agua, llegan a un lugar llamado La Joya el 20 de marzo y el 21 emprenden la marcha con rumbo a Acatita de Baján. Mientras tanto el hábil de Ignacio Elizondo preparó su cobarde traición de tal manera que mandó a varios de sus hombres al encuentro de Allende para ofrecerle ayuda y guía por el desierto, asegurándole que en Acatita de Baján encontrarían agua suficiente y aconsejándoles a los insurgentes que para dar tiempo a que las norias recuperaran su nivel de agua, el ejército no se presentara todo junto, sino en grupos.
Muy temprano del 21 de marzo de 1811 la caravana insurgente avanza a La Joya con dirección a Bajàn con la esperanza de encontrar fuerzas amigas, al pasar por Agua Nueva, no encontraron agua para saciar la sed. El desplazamiento continúa por aquellas llanuras áridas y de calor sofocante, haciéndose en cada momento más insoportable la marcha por lo embarazoso del bagaje, por la falta de provisiones, por la escasez de agua, ya que en esta región todas las norias habían sido azolvadas como parte de su estrategia. Por su parte el traidor de Elizondo estaba preparado con trescientos cuarenta y dos soldados veteranos, formado por milicianos y vecinos, indios comanches y mescaleros de la misión de Pellotes y varios oficiales quienes ya se encontraban apostados en un recodo de La Loma, conocida con el nombre de "La Loma de los Tontos". Además diez mulas cargadas con reatas y lazos de lechuguilla.
Y en las lomas llamadas del prendimiento que ubicadas a tres cuartos de legua delante de Baján, Elizondo colocó las fuerzas en el recodo de La Loma, sitio no visible para los que van llegando. Da indicaciones para que se formen en batalla la mayor parte de su tropa como para hacer honores militares al paso de Allende y los demás jefes, y adelantó otro grupo a la retaguardia compuesto de indios y comanches mezcaleros bien instruidos de lo que habían ejecutar, provistos de lazos y reatas con orden de amarrar a todos los insurgentes que allí fueran llegando.
La caravana insurgente se encuentra a media hora del lugar de la tragedia viene integrada por más de 20 carruajes, sus pasajeros, que ya llevaban más de mil kilómetros andados, cansados y hambrientos, seguidos de cerca de mil quinientos hombres que vienen al mando de Iriarte no maliciaron de la amable actitud de Elizondo. A las nueve de la mañana se avistó la vanguardia de la caravana, los coches de los insurgentes se aproximaron a Acatita. Seguía a estos un piquete compuesto de sesenta y seis hombres, que las tropas de Elizondo dejaron pasar y que fueron arrestados luego que se hallaron en el centro de la columna realista, de inmediato los desarmaron y ataron sin demora. Sorpresa que se llevó a cabo o con facilidad tanto por la absoluta confianza con que caminaban los independientes. En aquel punto el camino hacía una curva para costear una pequeña loma tras de la cual se ocultaba el grueso de las fuerzas de Elizondo, agazapados sin ser vistos por los insurgentes.
Después de una hora aparecen otros carruajes, viniendo en uno de ellos el teniente saltillense Nicolás González, quien es muerto en el acto por no aceptar la intimación. En ese sentido venía un coche con mujeres, escoltado por doce o catorce hombres, los cuales intentaron defenderse, y fueron muertos tres de ellos y cogidos los demás. En este orden fueron llegando hasta catorce coches con todos los generales y eclesiásticos, en uno de ellos viajaba un hermano de don Miguel Hidalgo y fue preso.
Llegó el coche donde viajaban Ignacio Allende, Mariano Jiménez y Juan Ignacio Ramón y el hijo de Allende llamado Indalecio, quienes reciben la intimidación de rendición por parte de Vicente Flores; pero Allende rehusó rendirse, quien llamándole "infame traidor" le tiró un pistoletazo a Elizondo, pero éste escapó de las balas, luego mandó a sus soldados hacer fuego contra el coche, quedando muerto de esa refriega el hijo de Allende, que era teniente general, y mal herido Arias. Faltaron las fuerzas de los insurgentes para oponerse y se entregaron a sus captores, abrumados, azorados y asustados. Fue entonces que Jiménez que acompañaba a Allende en el mismo coche, saltó del coche y le dijo a Allende que no había remedio que rendirse y entregaron las armas a Elizondo, de inmediato fueron atados los dos.
Al último de todos venía el cura Miguel Hidalgo, quien se había apeado de su coche y montado en un caballo prieto y marchaba detrás de los coches y rodeado de una pequeña escolta a cargo de Marroquín, compuesta de 20 hombres que marchaban con las armas presentadas. Elizondo sale a recibirlos y se coloca a la retaguardia como si los viniera escoltando, al llegar al sitio referido o sea al recodo del camino los intimidaron a que se rindieran, sorprendido el caudillo recurre a su pistola y antes de hacer uso de ella, sus aprehensores se lo impiden por lo que forzosamente se da como prisionero. Hidalgo fue el único que no fue atado como lo fueron sus compañeros, respetando su augusta figura y a su persona.
Las detenciones continuaron, con los soldados insurgentes y los demás jefes y oficiales. La fatídica tarea se prolonga hasta el anochecer con la detención de 893 insurgentes más y toda la impedimenta militar, incluyendo los 22,000 kilogramos de plata. La celada había terminado con la muerte de 40 personas y otras más heridas. Después de Monclova a un grupo selecto de insurgentes fueron trasladados a Chihuahua en una caravana encabezándola Miguel Hidalgo.
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Representación de la aprehensión de Hidalgo en Acatita de Baján.
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Fuente:
https://www.elsiglodetorreon.com.mx/...n-acatita.html
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Re: Mexico no es bicentenario
Manipulación de la historia en México sobre la conquista
Publicado el 12 abr. 2018
Entrevista al historiador mexicano Martín Ríos Saloma
Los mexicanos no están reconciliados con su Historia
Manipulación de la historia en México sobre la conquista
Los mexicanos no estamos reconciliados con nuestra historia (conquista, época virreinal,...)
https://www.youtube.com/watch?v=cYQOcz2vivQ&t=25s
https://www.youtube.com/watch?v=cYQOcz2vivQ&t=25s
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Re: Mexico no es bicentenario
Lamento carecer de ese ánimo patriotero con el que la gente festeja algo que sin conocer les parece digno de celebración y eso está bien porque si en realidad conocieran los eventos acaecidos durante la insurgencia se la pensarían dos veces antes de ponerse a echar vivas a los próceres que dizque nos dieron patria sin siquiera referir a don Agustín de Iturbide ni a don Juan O'Donojú sólo por mencionar a dos de los que las celebraciones han dejado en el olvido. Me queda claro que la insurgencia fue una 'bola' donde Miguel Hidalgo diera rienda suelta al saqueo y la matanza indiscriminada de españoles.
Si yo hubiera dicho o escrito ésto hace algunas décadas lo más seguro es que los patrioteros ya me hubieran quemado en leña verde por andar de hereje y deslenguado. Pero no, porque la insurgencia de Hidalgo tenía por meta la de traer al más infame de los reyes españoles a gobernar en el nuevo reino que don Miguel ya le preparaba, tratándose del bestial y abominable Fernando VII. Ya auto-proclamado como 'su alteza serenísima' don Miguel comete el delito de la traición al negarle apoyo militar a Allende en Guanajuato provocando que éste pretendiera envenenar a Hidalgo en varias veces
Pero la parte que a mí me resulta más llamativa de la guerra insurgente es cómo este país que aún no se llamara México sino Nueva España fuera el escenario de varios absurdos que rayan en lo jocoso. Como cierto pasaje en que a los dos bandos el insurgente y el realista les diera por establecer una costumbre a la que le llamarían La Guerra de las Vírgenes misma que duraría todos esos años de la lucha insurgente. Se trataba de tomar presas a cualquiera de las dos imágenes que eran enarboladas por ambos bandos, uno que peleaba por la independencia y el otro por suprimir a los insurgentes.
Ahí ya no se trataba de quiénes tenían la razón y cuál de las causas era la justa cuando aquellos insurgentes atacaban acicateados por el saqueo y las ganas de joderse en los gachupines al tiempo en que los realistas oponían una feroz resistencia al presuntamente deberse a una Corona española inexistente en esa época cuando España estuviera sometida por los franceses y fuera regida por José Primero, hermano de Napoleón. Luego entonces los insurgentes ni cuenta se daban ni con quién cabrones estaban peleando en realidad cuando lo hacían sin saber contra los designios de un francés.
Pero volviendo a lo de la cómica Guerra de las Vírgenes nos referimos a las vírgenes Guadalupana del Tepeyac y a la de los Remedios mismas que se vieron enfrentadas a pesar de que ambas eran contemporáneas y de un cuño probado ya novo-hispano. Cada virgen encabezaba a sus propios bandos antagonizando uno contra el otro cuando la Guadalupana del Tepeyac abanderara aquel movimiento de los insurgentes quienes ya le habían obsequiado del título de 'Santa María de Guadalupe patrona de nuestra libertad' que le adjudicara el sacerdote insurgente don José María Morelos y Pavón.
Pero como bien sabemos por las crónicas históricas que la Guadalupana del Tepeyac --porque también había en México la Guadalupana española de Úbeda-- fue sustraída desde un principio por el padre Hidalgo de un templo para abanderar con esta imagen su movimiento insurgente. Era tan poderosa la influencia simbólica de la Guadalupana del Tepeyac que cierto caudillo insurgente nacido en Durango cambiaría su identidad original de Miguel Fernández Félix por la de Guadalupe Victoria, con el primer nombre honrando a la virgen del Tepeyac y el segundo por lograr el triunfo.
Sin embargo ya ustedes se habrán de imaginar cómo le fue a Guadalupe Victoria con aquel incorregible ánimo malicioso y alburero del populacho que se volcara en el placer del chisme diciendo que el adalid por andar de pendejo y por ansioso se había enjaretado dos nombres de mujer sin darse cuenta. Pero aún así este masón conocido como Guadalupe Victoria se convertiría en el primer presidente de México. Por su parte los realistas no queriendo rezagarse competirían contra la Guadalupana y para abanderar a sus ejércitos desempolvaron a la virgen de los Remedios, una veterana de la conquista.
Para los antecedentes de la virgen de los Remedios basta recordar las crónicas que citan el prodigio cuando esa imagen presuntamente se les apareciera a los hispanos cuando éstos huyeran derrotados de Tenochtitlan en una inexistente Noche Triste y un inexistente salto de garrocha de Alvarado. Se dice que esta aparición de la virgen de los Remedios dizque les ayudaría a los conquistadores a vencer a los aztecas. Y como los españoles siempre eran muy dados a venerar todos esos prodigios tocaría al virrey Venegas darle a la de los Remedios el grado de generala decorándola con los blasones del rango.
Por esta condecoración militar la virgen de los Remedios se vio complementada cuando un comedido funcionario virreinal sugiriera que le pintaran a la imagen unos grandes mostachos y unas enormes patillas de corte militar. Esta misma virgen ya bigotona y patilluda sería la misma que tres siglos más delante saliera a combatir contra los insurgentes para acabar con la del Tepeyac en una guerra entre una güera española y una mestiza mexicana. Al final ganó la del Tepeyac pero de haber ganado los realistas el culto guadalupano hubiera caído en desuso, tal como le pasó al de la virgen de los Remedios.
Desde el primer momento en que los realistas enarbolaran a su virgen bigotuda de los Remedios se dio la costumbre de que un bando capturara a la virgen del otro bando para luego de hacerle un juicio sumario donde se le acusara de traición, se le condenaba al fusilamiento. Por largos años a veces fusilaron a la Guadalupana y en muchas otras tantas a la de los Remedios. Tal pareciera que esa Guerra de las Vírgenes hubiera remplazado como causa a la guerra de la insurgencia cuando todo mundo pareciera luchar con el sólo propósito de capturar a la virgen del bando contrario para hacerla fusilar.
Ya consolidada la independencia el emperador Agustín de Iturbide creó la única orden de caballería mexicana, la Orden de Guadalupe, misma que sería reconocida oficialmente por el Vaticano. Lo más sorprendente es que ésta fue la única Orden que Agustín pudo crear en los pocos meses que durara su imperio. Años más tarde esta misma Orden de Guadalupe sería rehabilitada por Maximiliano durante el Segundo Imperio mexicano y éste le añadió más grados, más medallas y más listones de colores. En la actualidad la constitución política de México prohíbe expresamente cualquier orden.
LA GUERRA DE LAS VÍRGENES
Ramiro Arredondo-Hernández
basado en Pendejadas Célebres de la Historia de México
http://hispanismo.org/attachment.php...tid=9446&stc=1
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Fuente:
https://www.facebook.com/groups/cami...4588212292768/
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Re: Mexico no es bicentenario
Está visto que no siempre la historia va de la mano con el patrioterismo que no es otra cosa que ese sentimiento de pertenencia y de identidad que se da por lo general al darle rienda suelta al jolgorio celebracional basado en leyendas que carecen de suficiente soporte documental. Por tanto ante quienes manifiestan su alegría patriotera y festiva los historiadores no son bienvenidos por lo claridosos cuando no faltará una liebre que brinque en el momento más inoportuno para afear la imagen popular de los próceres 'que nos dieron patria' al mostrarlos tal y cómo eran en realidad.
Por ejemplo los mexicanos creemos que Hidalgo y Allende fueron dos grandes amigos que jalaran solidarios impulsando la insurgencia contra España. Esta versión completamente errónea fue un engendro de la historia oficial publicada en los libros de texto. Quizá por un esfuerzo tendiente a divinizar a los protagonistas los falsos historiadores dijeron que ambos dizque compartían intereses presuntamente patrióticos sin imaginar que detrás de ese ánimo tan levantisco lo que en realidad les era común --es que los dos próceres estaban endeudados hasta el cuello con los usureros gachupines--.
El caso es que Ignacio Allende por un pelito se convierte en el asesino de un enajenado Hidalgo que le traicionara. Las diferencias entre estos dos protagonistas iban más allá de la edad cuando el joven Allende tenía una carrera inmaculada en las armas y acataba de manera religiosa a una ética tanto personal como militar. No era este el caso de don Miguel Hidalgo y Costilla quien de manera malintencionada y expresa instigaba a su turba de seguidores donde militaban muchos criminales hacia --el despojo, la violación y el asesinato de los españoles que encontraban a su paso los insurgentes--.
Ante el ordenado Ignacio Allende los seguidores de Hidalgo no eran sino un gentío mal portado y sediento de sangre que lejos de enaltecer la causa insurgente, la hacían desmerecer. Hidalgo se justificaba diciéndole a Allende que ‘estos asesinatos eran un mal necesario que lejos de ser criticables debían de agradecerse a aquellos criminales’. Desoyendo el reclamo a la moderación de Allende, Hidalgo alcahueteó los asesinatos de aquélla turba criminal pretextando a Allende que ‘si se les aplicaba todo el rigor de la disciplina militar, la muchedumbre terminaría dándole la espalda al movimiento’.
Hidalgo le argumentó además a Allende ‘que él no podía prohibirles el robo ni el saqueo ni la matanza de españoles cuando aquéllo era un premio para la marabunta insurgente’. Allende se enfurecía con aquellos insurrectos reprobando el saqueo generalizado y desorden que dañaban la naturaleza del movimiento. Por su parte Hidalgo agarró ojeriza a Allende al ver como maltrataba a esa gentuza. Hidalgo alcahueteaba la indisciplina de su gente al tiempo que para Allende aquello era más que abominación. Por supuesto que había enormes diferencias entre ambos, mismas que serían inconciliables.
Hidalgo era un cura de apariencia respetable y sus arengas en tono religioso eran escuchadas por la muchedumbre con mucho respeto y sumisión. Por su lado Allende era un joven muy entusiasta además de militar audaz y temerario. Ambas personalidades se complementaban y eran indispensables para la insurrección. Pero el carisma y la alcahuetería del cura Hidalgo fueron mucho más poderosos que los conocimientos militares del reacio Allende. Para colmo la separación entre lo religioso y lo militar misma que parecía ya haber quedado pactada desde un principio, nunca sería llevada a la práctica.
Tras varios eventos sangrientos vendría la gota que rebosara el vaso de Allende cuando Miguel Hidalgo se negara a tomar la Ciudad de México tras haber salido victorioso en el Monte de las Cruces, para venir resultando derrotado de manera por demás estúpida en Aculco donde Miguel Hidalgo, obstinado desoyera las sugerencias de Allende. Esto provocó que éste optara por distanciarse de Hidalgo quien muy crecido en su ego se auto-proclamara Alteza Serenísima en Guadalajara al tiempo en que Allende andaba a salto de mata huyendo de Calleja, luego del fallido conato por recuperar Guanajuato.
Pese a los apuros de Ignacio Allende, Hidalgo se hizo de la vista gorda negándose a enviarle ayuda por lo que Allende lo acusa de traidor y egoísta. Pese a todos los agravios ya para
cuando a Allende no le quedara de otra más que replegarse y reunirse con las fuerzas de Hidalgo, decide ir a Guadalajara donde el cura le brinda una abrumadora y cálida bienvenida. Si ya de por sí el que Hidalgo se colocara a sí mismo el mote de 'Su Alteza Serenísima' el odio de Allende contra Hidalgo se acrecentó cuando Ignacio se enterara de que el cura asesino, había ejecutado a cuatrocientos españoles en esta capital.
Fueron ejecutados de manera sumaria por órdenes expresas de Hidalgo sin motivos aparentes y sin mediar juicio. Habían muerto sólo por el pecado de gachupines y siguiendo la tónica del padre Hidalgo esto justificaba aquellos asesinatos. Los intentos de Allende para envenenar a Hidalgo fueron varios. Allende durante su proceso explicó que aquellos intentos eran urgentes y necesarios ‘porque para salvar al movimiento era indispensable deshacerse del cura’. Detalló cómo consiguió el veneno ‘mismo que repartió en tres dosis que administrarían, una él mismo, otra su hijo Indalecio y otra más Joaquín Arias’.
Mientras Ignacio Allende procuraba envenenar a Hidalgo, éste retozaba sin darse por enterado. Resulta obvio que a pesar de estar decididos ninguno de aquellos tres pudo acercarse al cura como para encontrar una manera de envenenarlo, aún después de que el cura Hidalgo fuera removido del mando de los insurgentes tras la desastrosa derrota en el Puente de Calderón. El final de sus días insurgentes vendría siendo el mismo para ambos cuando los dos fueran fusilados en 1811 y luego de decapitarlos sus cabezas se acompañaran como dos buenos amigos en la Alhóndiga de Granaditas hasta 1821.
COMO DOS BUENOS AMIGOS
Ramiro Arredondo-Hernández
basado en Relatos e Historias de México, No. 18
https://scontent.fmex10-1.fna.fbcdn....90&oe=5C7B49A5
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Fuente:
https://www.facebook.com/groups/cami.../?__tn__=-UC-R
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Re: Mexico no es bicentenario
El Robo del Águila.
Por Iván Harlow.
Cuando las cruzadas terminaron, los caballeros medievales de agruparon en «órdenes de caballería» en las cuales buscaban defender algún objetivo, o a alguna persona, por ejemplo la religión católica, algún santo en particular, o la lealtad al Rey.
Con el paso de los años, algunas órdenes fracasaron y desaparecieron. Otras se volvieron tan poderosas que pasaron a ser distinciones diplomáticas. De estas dos últimas las dos más importantes del mundo son la Distinguida Orden de la Jarretera (Reino Unido) y la Insigne Orden del Toisón de Oro (rama española y rama austriaca).
Un elemento distintivo de los caballeros que pertenecen a una orden, es que usan una.banda de tela ceñida al cuerpo, que va de un lado (hombro)al otro (cintura) del cuerpo.
Según el protocolo se usa de cierto lado y en cietas ocasiones. Cuando no aplica la banda, aplica el collar o un cordón al cuello.
En este marco, al lograr México su independencia, el Emperador don Agustín creó una orden de caballería: La Imperial Orden de Guadalupe.
En la imagen 1 vemos el collar de Gran Maestre que fue usada por el Emperador Iturbide, cuyo diseño luce una singular águila de estilo francés.
A la caída del imperio, la orden quedó abolida, luego fue resinstaurada por Don Antonio López de Santa Anna, y luego por el Emperador Maximiliano.
Juárez, que era masón, no podía ser caballero de la orden, menos aún Gran Maestre —Ni le interesaba serlo— Pero el águila del diseño era tan bella que decidió robarla.
Así que al instaurar la segunda República (1867) usa el águila de la orden de Guadalupe para su bandera, confundiendo así la verdad histórica.
Hoy el águila ha vuelto a ser robada y amenaza con volver a la bandera
http://hispanismo.org/attachment.php...tid=9447&stc=1
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Fuente:
https://www.facebook.com/HeraldicaMe...type=3&theater
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Re: Mexico no es bicentenario
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Re: Mexico no es bicentenario
Cita:
Iniciado por
Mexispano
No se puede comparar la independencia de México con el robo de Tejas. La independencia de México fue realizada por un pueblo (la unión de realistas e insurgente bajo la figura de Iturbide y Guerrero) que tenía habitando trescientos años la América Septentrional. Tejas fue invadida en 15 años por anglosajones protestantes para arrebatarla de México usando el peso demográfico, una invasión promovida por los distintos gobiernos de EUA.
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Re: Mexico no es bicentenario
Interesante documental que aborda el tema de la guerra de independencia y presenta varios datos que serán políticamente incorrectos para varias personas.
El Grito que sacudió a México
En Septiembre de 1810 fue el año de la conjura contra el gobierno Español, un grupo de Insurrectos encabezados por Ignacio Allende y el Cura Miguel Hidalgo y Costilla encabezaron un movimiento clandestino en la ciudad de Querétaro con el objetivo de perpetrar un golpe contra la corona con el objetivo de liberarse del Yugo español que había predominado el antes territorio de las grandes culturas mesoamericanas. El abuso, el maltrato y la desigualdad fueron los factores que iniciaron esta marcha que se tradujo en "EL GRITO QUE SACUDIÓ A MÉXICO".
https://www.youtube.com/watch?v=eLyebFmt1pc&t=405s
https://www.youtube.com/watch?v=eLyebFmt1pc&t=405s
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Re: Mexico no es bicentenario
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Re: Mexico no es bicentenario
¿Por qué la Nueva España fue opulenta y no el México independiente?
Desde 1500 hasta 1800, existió en el mundo un capitalismo multicéntrico en el que China e India eran los principales productores, en tanto las Indias producían la plata que lo integraba todo y que hacía girar el mundo, éste fue el período de existencia de la Nueva España y coincidió su colapso con la época de mayor esplendor y opulencia virreinal. A partir de 1790 empiezan una serie de guerras revolucionarias que terminara en 1825, dejaron un mundo ya diferente, en que la industrialización rige la economía de Inglaterra, que concentra una enorme producción y poder, para expandirse a Europa y los EE.UU. Esa economía de plata fue destruida en Nueva España por los insurgentes, cuando arrasaron el Bajío y hubo una enorme pérdida de pesos acuñados, resentida a nivel mundial, una crisis financiera sin precedentes que causó conflictos internos en China y provocó una caída en las ventas de tela de la India, que era esencial para el tráfico de esclavos.
El cambio fue enorme, Haití dejó de aparecer en el mapa económico junto con la economía del azúcar, Brasil, EE.UU. y Cuba expandieron la esclavitud y los antiguos virreinatos pretendieron sobrevivir, llevando la peor parte la Nueva España, dado que el virreinato sobrevivió con las rentas de la plata y el comercio, tales eran los ingresos, que el estado sostenía con situados a Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo, Luisiana, Florida, Campeche, Filipinas e inclusive otras plazas del Caribe mientras estuvieron bajo poder español, con algunos envíos extraordinarios a Guatemala y plazas en Venezuela, llegando a haber excedentes que eran enviados a Madrid. El nacimiento de México se dio sin capital, con un colapso comercial, pero se creía que eso era temporal, recurrir a los préstamos ingleses demostraba la realidad, pero tanto mexicanos como ingleses se engañaban, muchos inversionistas ingleses pretendían reactivar las minas para recuperar la importancia económica del país que antes se financiaba a sí mismo mediante los comerciantes de la capital y que eran ahora reemplazados por los extranjeros.
Fueron los préstamos británicos los que mantuvieron a flote el gobierno de Guadalupe Victoria, pero los pagos no se cumplieron, mientras los liberales seguían insistiendo en tomar un modelo que estaba sirviendo a Brasil y Cuba, la exportación de materias primas, vender algodón lo más caro que se pueda y comprar telas y demás manufacturas lo más baratas que sea posible, modelo que usaba el sur esclavista de los EE.UU., pero se olvidaban del norte industrializado. Se prefirió un modelo diferente al que insistía Alamán, una combinación de agricultura e industria, porque antes de 1850, solamente dos naciones tenían una fuerte industria en América, EE.UU. y México, pero como quimera inmensa, la débil industrialización provocó una demanda de algodón mexicano que a falta de mano de obra para sembrarlo hizo aumentar el jornal y provocó que el algodón mexicano costase el doble que el estadounidense. La Nueva España fue opulenta porque tenía estabilidad, industria, minería y agricultura, pero en el México independiente no hubo nada de eso con excepción de la agricultura que fluctuó entre terribles hambrunas que cuatruplicaron el precio del grano, o abundantes cosechas que a causa de la configuración física y la falta de caminos de rueda, no pudieron ser exportadas.
Fuente: Tutino, John. El debate sobre el futuro de México: en busca de una nueva economía, 1830-1845. HMex, LXV: 3, 2016. Georgetown University.
Imagen: Litografía, Interior de Aguascalientes, obra de Karl Nebel, Viaje pintoresco y arqueológico sobre la parte mas interesante de la República Mexicana en los años transcurridos desde 1829 hasta 1834.
http://hispanismo.org/attachment.php...tid=9542&stc=1
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Fuente:
https://www.facebook.com/gazetamexic...type=3&theater
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Re: Mexico no es bicentenario
La historia de Félix Calleja, el padre de la contrainsurgencia en México
El académico Juan Ortiz Escamilla analiza al personaje en su libro ‘Calleja. Guerra, botín y fortuna’.
https://aristeguinoticias.com/wp-con...ja-628x286.jpg
(Casa de las palabras).
Redacción AN / HG
enero 24, 2019 10:13 am
Por Héctor González
Félix María Calleja del Rey llegó de España en 1789, acompañando al II Conde de Revillagigedo. Durante el movimiento independentista diseñó las respuestas contrainsurgentes que derrotaron a Miguel Hidalgo y llegó a tener tal importancia que fue designado Virrey de la Nueva España. En su libro Calleja. Guerra, botín y fortuna (Universidad Veracruzana), el historiador Juan Ortiz Escamilla, analiza la trascendencia de un personaje determinante del siglo XIX. “Es el padre de la institucionalización de la violencia, el abuso de poder, las violaciones a los derechos humanos”, explica el académico en entrevista.
A pesar de ser un personaje importante en la historia de México, Félix Calleja es poco conocido.
Antes se estudiaba a los héroes por ser buenos y virtuosos, pero para tener la película completa necesitamos incorporar a los antihéroes que muchas veces resultan más interesantes. Calleja fue alguien tan interesante que para algunos historiadores podría ser el verdadero padre de la patria. Fue el creador del primer modelo contrainsurgente que se estableció en el país, organizando a los vecinos para la autodefensa. Así nació el primer ejército mexicano; lo creó en una situación de crisis para derrotar a los propios insurgentes. Gracias a los movimientos de Hidalgo y Morelos prácticamente se declararon gobiernos americanos en prácticamente las cinco provincias importantes de la Nueva España. El plan contrainsurgente de Calleja revirtió la situación y consiguió traer recuperar el orden. Este plan se ha aplicado a lo largo de la historia de México, pasando por la guerrilla en Guerrero, el movimiento zapatista en Chiapas y las autodefensas en Michoacán.
¿Cuáles son las características de este modelo?
Una vez que se da una insurrección lo que se busca es dividir a los insurrectos, apoyando a un sector para que combata a sus antiguos aliados. Recientemente en Michoacán, el gobierno de Peña Nieto apoyó al “Americano” y al “Pitufo” para que combatieran a Mireles y a Hipólito Mora. En resumen, es un sistema que forma paramilitares.
¿Cuál es el argumento de quienes dicen que Félix Calleja podría ser el padre de la patria?
Sí, porque es quien crea las instituciones. Construyó las organizaciones político militares desde la base de la sociedad porque los pueblos ya habían desplazado a todos los españoles y realistas de los cargos públicos que habían recibido por herencia y compra. Obviamente también es el padre de la institucionalización de la violencia, el abuso de poder, las violaciones a los derechos humanos. En la discusión oficial él nunca figurará como padre de la patria porque es español. Incluso podría decirle que Iturbide, quien le disputa a Hidalgo la etiqueta de padre de la patria, fue el alumno más adelantado de la política de Calleja.
¿Qué tipo de formación tuvo Calleja y que le permitió diseñar esta estrategia política?
Fue un noble empobrecido que se incorporó al Ejército Real en 1755. Participó en las batallas mediterráneas, se formó en las guerras, combatió a los bandoleros en Andalucía. Llegó a la Nueva España en 1789 con Revillagigedo. Lo enviaron a la frontera para hacer estudios sobre las condiciones de vida de las poblaciones y la forma de hacer la guerra en la zona de Zacatecas, Coahuila, Texas, Nuevo León. Cuando comenzó la rebelión del cura Hidalgo organizó un plan contrainsurgente a partir de formar un ejército con campesinos de las haciendas. Salió en campaña con el Ejército de operaciones y comienza en Guanajuato, la represión en contra de los simpatizantes de la insurgencia. A partir de ahí inician combates que se extienden por dos años, hasta que en 1812 pierde con Morelos en Cuautla. En 1813 lo nombran virrey de la Nueva España, es el primer virrey nombrado en México, gracias a que se casó con Francisca de la Gándara, quien le permitió establecer relaciones con los grandes empresarios de la Nueva España.
¿En qué medida la consumación de la independencia se prolonga hasta 1821 por Calleja?
En 1814 estableció una dictadura militar gracias a la cual el gobierno militar se prolongó seis años más.
¿Calleja se conoció con Hidalgo?
Dicen que se conocieron, la verdad no lo sé. Quizá coincidieron en algunas reuniones. San Luis Potosí pertenecía al obispado de Michoacán por lo tanto tenían relaciones estrechas. Lo más interesante en dado caso son los modelos de hacer la guerra. Para Calleja no fue tan difícil derrotar a Hidalgo. Su primer enfrentamiento fue en Aculco, después en Guanajuato y finalmente en Puente de Calderón donde lo derrota totalmente. El cura en vez de organizar un ejército profesional, encabezó una revolución en donde había mujeres y niños, entonces era muy difícil movilizarlos. Morelos, en cambio, tenía una forma de hacer la guerra muy similar a la de Calleja, su ejército estaba conformado por hombres diestros en el combate.
¿El olvido en que cae Calleja es premeditado?
Si leemos a Alamán o Carlos María de Bustamante, a los historiadores de la primera mitad del siglo XIX veremos que intentan dar una explicación moral de la guerra. En cambio, los historiadores de la segunda mitad del siglo XIX, que ya no vivieron las batallas, crearon el mito de la guerra por la independencia entre españoles y mexicanos, y no entre insurgentes y realistas. Ese mito persiste hasta hoy en día. Sin embargo, a mi me interesa dar una explicación desde una perspectiva social y pensando cómo sobrevive una sociedad a un evento como es una guerra civil.
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Fuente:
https://aristeguinoticias.com/2401/k...cia-en-mexico/
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Re: Mexico no es bicentenario
¿Quién conquistó México?
Federico Navarrete
31 Mayo 2001
¿Quién conquistó México? A primera vista esta pregunta parece indigna de un mal examen de primaria. Todos sabemos que "nos conquistaron los españoles" y esta trágica certidumbre define nuestra identidad: Cortés y la Malinche, Cuauhtémoc y Moctezuma son villanos y héroes, perpetradores y víctimas de nuestra terrible derrota.
Si examinamos con cuidado los sangrientos sucesos de 1519 a 1521, sin embargo, la respuesta no es tan obvia. El ejército que destruyó México-Tenochtitlan, y que tomó preso a Cuauhtémoc, no era mayoritariamente español, pues apenas contaba con mil guerreros europeos y africanos, entre varias decenas de miles de indígenas de Tlaxcala, Chalco, Tetzcoco, Matlatzinco y muchos otros pueblos. Por eso mismo, el 13 de agosto de 1521 los únicos indígenas derrotados fueron los mexicas, no sus vecinos que arrasaron la ciudad con los españoles. Cien años después, tampoco se sentían vencidos ni conquistados los autores Chimalpain, de Chalco, y Alva Ixtlilxóchitl, de Tetzcoco, que contaron la historia de sus pueblos desde los tiempos prehispánicos hasta su presente sin darle mayor importancia a la destrucción de los mexicas. Tampoco significó una derrota este suceso para los pueblos indígenas de otras regiones de México, tanto al sur como al norte, que no fueron sometidos sino hasta siglos después, y algunos nunca realmente.
Entonces, ¿quién conquistó México? Los mexicas fueron vencidos por una coalición encabezada por los españoles que reunió a casi todos los altépetl, o ciudades-Estado indígenas, del centro de México. Estos pueblos prefirieron jugársela con un bueno por conocer para no quedarse con el malo conocido: un imperio que basaba su dominio únicamente en la violencia y en la extracción de tributos, trabajo y servicios militares. Al apoyar a unos extranjeros recién llegados contra sus dominadores establecidos siguieron una venerable tradición mesoamericana que explica la caída de Tula, Cholula, Azcapotzalco y México. Por ello la inmensa mayoría de los indígenas no lamentó ni compartió la derrota de los mexicas.
Estos señalamientos nos permiten...
Estos señalamientos nos permiten responder, yendo a contrapelo del más común sentido patrio, que "México fue conquistado por los indígenas". Tal respuesta puede parecer absurda, a primera vista, porque todos sabemos que los indígenas no han mandado en el México colonial e independiente, pues el poder y la fuerza, y por ende el derecho, han pertenecido desde el siglo XVI a los grupos españoles, criollos y mestizos. Más sutilmente nos permite apreciar, sin embargo, que los indígenas han sido participantes, y muchas veces protagonistas, de los complejos cambios políticos y culturales que se iniciaron con la llegada de los europeos y africanos. A nombre del rey de España, tlaxcaltecas y otomíes conquistaron el norte de México, y sometieron y asimilaron a sus indígenas. Las comunidades indígenas han participado activamente en los grandes movimientos y revueltas de nuestra historia moderna, y por ello podemos decir que existe un liberalismo y un nacionalismo indígenas. Esta afirmación no pretende negar que los indígenas han sido sometidos, explotados, desplazados y aculturados, pero sí reconoce que han adoptado, adaptado y transformado las nuevas ideas religiosas y políticas, económicas y culturales para hacerlas instrumentos de su propia supervivencia.
Cabe preguntarse, entonces, por qué nuestra historia patria ha respondido siempre que "los españoles conquistaron México" y que la derrota de los mexicas es la de todos los indígenas. Esta respuesta significa que el periodo indígena de nuestra historia murió con el poder militar mexica, y que desde entonces México es otra cosa —cristiano, occidental, colonizado, mestizo, moderno, democrático, lo que sea, pero ya nunca más indígena. Entraña, además, según los ideólogos de la mexicanidad de los últimos dos siglos, desde Carlos María de Bustamante hasta Octavio Paz, una actitud ética peculiar: una resignación cósmica que nos identifica con los "vencidos", acompañada de una firme convicción de que hay que continuar la obra de los "vencedores" en el presente y acabar con, o asimilar a, los indígenas para construir la nación. Esta respuesta es, en suma, la justificación última del poder de las élites occidentales y occidentalizantes en nuestro país.
Por ello pensar, aunque sólo sea por un instante, en la otra posibilidad, en los indígenas conquistadores, nos permite cruzar el espejo de nuestra pretendida identidad y entrar a un pasado nuevo, lleno de sorpresas y oportunidades, donde no rigen ya las certidumbres de la historia patria y desde el que podemos imaginar, también, un futuro diferente. -
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Fuente:
https://www.letraslibres.com/mexico/...nquisto-mexico
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Re: Mexico no es bicentenario
https://www.eluniversal.com.mx/sites...?itok=CWEMlEnU
Hispanofobia
27/03/2019
02:05
Héctor De Mauleón
“Cada 16 de septiembre deja amargos recuerdos a los residentes españoles en México. Hay dos cosas que siempre tiene que hacer el pueblo mexicano: bañarse el día de San Juan y gritar injurias contra España el 16 de septiembre”, se leía en el periódico El Correo Español un día de 1893.
Cada que el país celebraba el Grito de Dolores, la hispanofobia arreciaba. En la Ciudad de México, las víctimas favoritas eran los tenderos, los panaderos, los cantineros. Sus negocios eran apedreados; ellos, perseguidos y golpeados.
El Diario del Hogar justificaba aquellos ataques: indicaba que habían pasado 80 años desde la Independencia, pero que “tendrían que pasar 80 siglos para que el pueblo mexicana olvidara” asesinatos, “miserias y vergüenzas”.
Los huesos de Hernán Cortés llevaban entonces 80 años perdidos. Nadie sabía dónde se encontraban. Lucas Alamán los había escondido en 1823 en el templo del Hospital de Jesús, para evitar que una turba que acababa de vitorear la llegada a la ciudad de los huesos de Hidalgo y Morelos, los desenterrara y llevara a patadas por la calle.
En 1824 se expulsó del país a todo español que ocupara un cargo público. Pocos años más tarde se decretaron leyes de expulsión que provocaron la salida de México, y en algunos casos la pérdida de sus bienes, de más de siete mil personas. La expedición que Isidro Barradas llevó a cabo en 1829, y pretendió restaurar el reinado de Fernando VII, volvió a azuzar los odios.
El primer intento por cicatrizar la herida antigua sobre la que México se fundó, ocurrió en 1836 con la firma del Tratado Definitivo de Paz y Amistad, conocido como el Tratado Santa María-Calatrava. Este documento estipulaba “el olvido total del pasado” y “una amnistía general y completa para todos los mexicanos y españoles”.
El primer embajador enviado por España llegó al país poco después (venía acompañado, por cierto, de su esposa, la extraordinaria Marquesa Calderón de la Barca, a quien se debe el libro “La vida en México”, un clásico del siglo XIX). A pesar de todo, el 16 de septiembre siguió siendo un día para “coger gachupines”.
Entre 1840 y 1860 se registraron varias matanzas de españoles en haciendas azucareras de la Tierra Caliente. Y las cosas volvían a tensarse cada año.
Casi 80 años después de la firma del Tratado Santa María-Calatrava, los gobiernos de España y México tuvieron un nuevo gesto de reconciliación. Durante las fiestas del Centenario, celebradas en septiembre de 1910, el marqués de Polavieja, delegado especial de España, trajo de regreso a México el uniforme de Morelos, que el realista José María Calleja había enviado a la península.
Aquel día Porfirio Díaz dio un discurso que la prensa describió como “emocionante”: “Yo no pensé que mi buena fortuna me reservara este día memorable en que mis manos de viejo soldado son ungidas por el contacto del uniforme que cubrió el pecho de un valiente”.
Aquellas palabras fueron recogidas por una delirante ovación. Según la crónica oficial del Centenario, miles de personas ovacionaron en las calles a la comitiva que escoltaba el uniforme de Morelos. El gobierno español entregó también a Porfirio Díaz el Collar de la Orden de Carlos III, que solo había sido entregado a tres personas en el mundo.
Desde luego que se siguieron dando casos de hispanofobia. Pero años más tarde, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas —y por inspiración de Daniel Cosío Villegas—, México le dio una lección al mundo. Abrió sus puertas a científicos, académicos, artistas, intelectuales españoles que luchaban contra el fascismo. En solo tres años llegaron al país 25 mil refugiados.
Si, como ha dicho Héctor Aguilar Camín, la población que propiamente llamamos mexicana es fruto de una mezcla racial y cultural que nos empeñamos en negar —los 300 años de historia novohispana—, un nuevo México, más rico, más profundo, más variado, se gestó con la inolvidable llegada de los refugiados.
No sé si terminó al fin la hispanofobia, si México sigue odiando a los españoles. Sé que el odio sirve —y ha servido— como arma política en una nación que es muchas veces de desmemoriados.
https://www.eluniversal.com.mx/sites...a3fb749d7776c2
Héctor De Mauleón
Escritor y periodista
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Fuente:
https://www.eluniversal.com.mx/colum...n/hispanofobia
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Re: Mexico no es bicentenario
Perdón
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4:50
Macario Schettino
Fuera de la Caja
macariomx
macariomx1
politica@elfinanciero.com.mx
La nota de la semana ha sido la filtración de una carta enviada por el gobierno de México al Rey de España, exigiendo se pida perdón por los abusos asociados a la conquista iniciada hace 500 años. Poco después se lanzó un video, entiendo que grabado anteriormente, donde el Presidente y su esposa insisten en el tema. Días antes lo había hecho Jesusa, senadora de Morena y muy cercana a la esposa de López Obrador, la señora Gutiérrez Müller.
Este evento ha sido un éxito más de la política de López Obrador, que distrae, polariza, concentra la atención en su persona y le permite evadir la responsabilidad de gobernar. Es propio de alguien narcisista, megalómano, sin escrúpulos, capaz de abusar de la ignorancia general y que no tiene ni conocimiento ni interés en gobernar. Por eso lo hemos comparado con Trump.
Al respecto, permítame transcribir parte de un “hilo” publicado en Twitter por Alfredo Ávila (@alf_avila_), historiador experto en el siglo XIX:
“1. Hay Estados nacionales que han pedido perdón a otros por crímenes que cometieron. Macron lo hizo con Argelia por los excesos franceses de las décadas de 1950-1960, y Theresa May a los países del Caribe por el trato a inmigrantes tras la Segunda Guerra Mundial.
2. En otros casos, los Estados piden a sus propios pueblos residentes perdón por crímenes, como hizo Trudeau con pueblos indígenas por el trato que les dio Canadá en las décadas de 1930-1940 y en la de 1960.
3. En todos estos casos, se trata de gestos por actos y crímenes que cometieron los mencionados Estados, cuando ya existían como tales. Es decir, la Francia que reprimió a los argelinos es el mismo Estado francés que hoy aún existe. Lo mismo pasa con Canadá o Gran Bretaña.
4. El caso de la Conquista de México es diferente, pues ni el Estado español ni el mexicano existían en 1521. Contra lo que cree la mayoría, España no conquistó México. Esta es la versión que desde la independencia de México se empezó a construir para justificar la secesión”.
Después de describir de manera general lo que llamamos conquista, incluyendo la cristianización, que fueron procesos en los que intervinieron más indígenas que españoles, continúa el Dr. Ávila:
“11. El actual Estado español ya no es la monarquía católica. La nación española surgió en el siglo XIX, igual que México. Ambos países son herederos de la conquista y de la monarquía católica, pero son organizaciones políticas diferentes, son Estados nacionales modernos.
12. Mi opinión: la nación española no es la que conquistó a la nación mexicana ni a los pueblos originarios. La conquista es un proceso complejo, muy cruel, en el que participaron numerosos grupos humanos. Incluso, indígenas, criollos y castellanos conquistaron Filipinas.
13. Ahora, la explicación de lo que está pasando ahora. La carta de @lopezobrador_ es resultado de la educación pública, promovida por el Estado mexicano tras la Revolución: una visión simple y maniquea. El Presidente es muestra del éxito de esa política educativa.
14. En los viejos libros de texto (los que leyó @lopezobrador_) se enseñaba que “nuestros” ancestros eran los mexicas, no importaba que el niño que se estuviera educando fuera un maya en Yucatán, uno con apellido chino en Baja California o el nieto de un cántabro en Tabasco”.
Y termina: “19. El Presidente no está interesado en que España pida perdón. Si lo estuviera, hubiera mantenido todo por la vía diplomática. Su interés es seguir haciendo campaña política en México. Se dirige a los mexicanos, no a los españoles.
20. Si @lopezobrador_ quiere que un Estado extranjero se disculpe por agresiones, que considere a @realDonaldTrump. EU despojó a México de territorios, intervino militarmente en varias ocasiones, impulsó programas violatorios de derechos humanos y aún sigue. No lo hará”.
Agradezco al Dr. Ávila la autorización para reproducir sus ideas. Las suscribo por completo.
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Fuente:
https://elfinanciero.com.mx/opinion/macario-schettino/perdón
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Re: Mexico no es bicentenario
ENTREVISTA
Tomás Pérez Vejo: «No es un problema con España, sino de México consigo mismo»
El investigador español afincado en el país azteca analiza la construcción del relato nacional sobre la conquista y la caída a los infiernos que ha sufrido Hernán Cortés
https://www.abc.es/media/cultura/201...20x349@abc.jpg
Ilustración de Hernán Cortés por Ferrer DalmauE
César Cervera
@C_Cervera_M
Actualizado: 09/04/2019 12:15h
El virreinato de Nueva España, cuyo legado encarna hoy México con más complejos que orgullo, alcanzó una superficie catorce veces más grande que la España actual y veintitrés veces el Imperio azteca. Hacia 1800, solo la ciudad de México albergaba a 137.000 almas, cuatro veces más que Boston. Decir que aquello era una simple colonia de España o un enorme campo de esclavitud indígena -como parece insinuar López Obrador en sus discursos- resultan afirmaciones anacrónicas y falseadas. Cómo el hombre que prendió aquel éxito civilizador pasó en un chasquido de padre de México a villano cruel está íntimamente relacionado con el relato que se impuso tras la independencia.
El historiador Tomás Pérez Vejo (Caloca, Cantabria, 1954) sabe mucho de cómo se conforman los relatos nacionales y de la historia en común entre ambos países. Desde el que lleva siendo su hogar durante dos décadas, este investigador del Instituto de Antropología e Historia de México (INAH) trata de diseccionar a qué se debe que un presidente con dos apellidos castellanos y un abuelo español tenga una visión tan distorsionada sobre lo que fue la conquista.
-¿Por qué escogen este momento para exigir perdón?
-Creo que lo relevante es el trasfondo político e ideológico. Por un lado, López Obrador encarna un relato de nación, de origen decimonónico y que el régimen nacido de la Revolución hizo suyo, en el que el Estado-nación mexicano se imaginó como heredero y continuador del mundo prehispánico. Además, se trata de un tipo de política, tanto en la derecha como en la izquierda, basado en la polarización social y en el uso de elementos identitarios como puntos de fractura. Estos conflictos son casi por definición innegociables y, por ello, perfectos para construir un abismo entre ellos y nosotros.
-¿España representa aquí el papel del enemigo histórico?
-Sí, es una interpretación compartida por buena parte de sus seguidores y en la que España representa el «otro» extraño y ajeno al ser de México, su enemigo histórico. La hispanofobia forma parte del ADN de la izquierda mexicana, y en parte de la del resto del continente. Si a esto añadimos la polarización en los conflictos identitarios, con un relato de nación conservador alternativo al liberal, en el que México se asumió como hijo y heredero de la conquista, tenemos todos los elementos para su utilización por un presidente que desde el mismo momento de su toma de posesión ha convertido la distinción entre ellos y nosotros, buenos y malos, pueblo y «fifís», progresistas y neoliberales, en el eje de su discurso. No es un problema con España, sino de México consigo mismo.
-Curiosamente, no pide al Rey que envíe sus disculpas en nombre de la población indígena, sino de todo México.
-La apropiación del pasado indígena por las élites criollas es un fenómeno interesante, pero no es muy original, pues debe de ser puesto en el contexto de los procesos de construcción nacional del mundo euroamericano, en el que todo el pasado de los territorios de los nuevos Estados fue asumido como parte del pasado de la nación y no de los distintos grupos que habían habitado en él a lo largo del tiempo.
La particularidad del caso hispanoamericano es su condición de sociedades multiétnicas en las que la herencia genética, a diferencia de Europa, hace visible de quién se desciende. La marca de la diferenciación étnica se lleva impresa en la cara de cada mexicano, de modo que es una sociedad particularmente adiestrada para distinguir diferencias raciales y donde la raza ha formado parte habitual del debate público.
-¿Cuándo se convirtió Hernán Cortés en un villano?
-Cortés ocupa un lugar central en los dos relatos de nación que articulan el ser de México: el liberal, para el que la conquista representa la muerte de México y el inicio de un largo periodo de tres siglos en el que México dejo de ser México; y el conservador, de un México nacido con la conquista, crecido en la época virreinal y llegado a la edad adulta con la independencia. Tanto el relato del Cortés villano como el del Cortés héroe fundador han convivido desde la Independencia, con variaciones en función de quién haya estado en el poder. En este sentido, las categorías ideológicas no siempre han coincidido con las identitarias. Sin ir más lejos, Vasconcelos, el gran ideólogo de la postrevolución, asumió como propio el relato de nación conservador y una mirada claramente favorable a Cortés, que contrasta de manera muy notable con la imagen del conquistador, deforme y sifilítico, de las casi contemporáneas pinturas de Rivera.
-Muchos recuerdan que Cortés no se abrió paso en su conquista lanzando flores. ¿Hay razones para pedir perdón?
-La pregunta plantea varios problemas: el de si es lícito juzgar los hechos del pasado desde nuestros valores y, en el caso de que la respuesta sea afirmativa, quiénes son herederos de las víctimas y quiénes de los verdugos. Me refiero a la herencia moral, no a la biológica. Tanto el actual Estado-nación español como el mexicano son hijos de la disgregación de la Monarquía católica, un imperio del Antiguo Régimen que poco tiene que ver con un Estado-nación contemporáneo. Tan herederos de los conquistadores son uno como el otro, quizás si acaso más el mexicano, que en el momento de la independencia asumió como deuda propia toda la generada por la administración virreinal.
-El propio concepto conquista de México lo reduce todo a una cuestión militar.
-Sí, pareciera así como si lo único relevante fuese el momento de la conquista y no lo ocurrido durante los casi tres siglos posteriores, que es cuando realmente se pusieron las bases de las actuales sociedades hispanoamericanas. Se trata de una visión historiográfica que se remonta en parte a la propia conquista y a su voluntad de crear una historia de héroes, que la Ilustración del dieciocho hizo suya con la oposición entre un colonialismo bueno, el de los colonos ingleses, y uno malo, el de los conquistadores españoles. Asimismo, la historiografía romántica, tanto española como americana, también la asumió variando sólo la condición de héroes o villanos, pero siempre conquistadores, en función de la perspectiva de la que se escriba.
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Fuente:
https://www.abc.es/cultura/cultural/...9_noticia.html
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Re: Mexico no es bicentenario
«La soberbia de estos republicanos no les permite vernos como iguales, sino como inferiores; su envanecimiento se extiende a creer que su Capital lo será de las Américas; aman entrañablemente nuestro dinero, no a nosotros, ni son capaces de entrar en convenio de alianza o de comercio, sino por su propia conveniencia... En las sesiones del congreso general y en las sesiones de los Estados particulares, no se habla de otra cosa que de arreglo del ejército y milicias, y esto no tiene, sin duda, otro objeto que el de miras ambiciosas sobre la Provincia de Tejas...».
Nota del 26 de diciembre de 1823, del señor José Manuel Zozaya y Bermúdez, primer enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en Washington por parte del Imperio Mexicano.
https://scontent.fmex10-1.fna.fbcdn....98&oe=5D29F9E1
https://www.facebook.com/gazetamexic...CZzt&__tn__=-R
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Re: Mexico no es bicentenario
https://elmanifiesto.com/images/carp...7_aztecas2.jpg
A vueltas con el pendejo perdón
Eso de pedir perdón a México…
José Javier Esparza 29 de marzo de 2019
Anteayer el diario "El Mundo" me pasó un cuestionario sobre el asunto. En mi libro "La Cruzada del Océano" (acaba de salir la tercera edición en bolsillo) dediqué muchas páginas a explicar la realidad de la Conquista. Ésta es la entrevista completa con "El Mundo".
–¿Fue realmente una conquista, tal vez una invasión?
– Fue un descubrimiento de nuevas tierras, una invasión de tierra ajena (con la colaboración de buena parte de los nativos) y una conquista, efectivamente.
– ¿Qué parte de razón tiene España y qué parte México?
– México nace sobre la base de un virreinato español que en un momento dado se emancipa. El México que hoy conocemos como tal no guarda continuidad alguna con el Imperio de los mexicas ni con ninguna otra organización política prehispánica. En realidad el descendiente de los conquistadores es López Obrador, no usted o yo.
– ¿Qué ‘abusos’ o atropellos cometió España?
– Los típicos de toda conquista: imposición por la guerra, destrucción del modelo de poder previo, sojuzgamiento de la población, ocasionalmente aniquilación del enemigo y, siempre, explotación de los recursos locales. O sea, lo mismo que hicieron los mexicas cuando llegaron allí. Con el relevante matiz de que, con Cortés, en la operación participaron, junto con unos cientos de españoles, muchos miles de nativos que estaban hasta el gorro de la tiranía azteca.
– ¿Se puede comparar el trato de España al de otras potencias, como el de Bélgica en el Congo?
– Nada que ver. España prohíbe de entrada esclavizar a los indígenas, que no es poca diferencia. Acto seguido comienza una campaña de evangelización que altera la cultura local, pero al mismo tiempo prepara el camino para el mestizaje. La lógica imperial española se parecía más al Imperio romano que a los colonialismos modernos.
– Póngame otros ejemplos.
– Ante todo, la creación de una Nueva España (así se llamaba) con sus propios resortes administrativos, jurídicos, religiosos y económicos. Catedrales, universidades, hospitales, carreteras...
– ¿Qué cree que tendría que hacer España ahora a nivel oficial? ¿Debe pedir perdón?
– ¿A quién?
– ¿Podrían ser unas declaraciones ‘oportunistas’ o ‘electoralistas’?
– Es posible. Cuando uno tiene problemas, lo más fácil es echar la culpa a alguien que esté muy lejos.
– ¿Algo más que añadir sobre el asunto?
– Solo una cosa: el nacionalismo indigenista es una creación de las oligarquías criollas que se emancipan de España, para construir su propio espacio de legitimidad política. Pero la realidad es otra: esas oligarquías son hijas directas del mundo virreinal, no de la América prehispánica. Y por cierto, escribirán páginas muy negras en la persecución de los indígenas después de la independencia.
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Fuente:
https://elmanifiesto.com/tribuna/871...-a-Mexico.html
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Re: Mexico no es bicentenario
Salvador Méndez Reyes
1. Título del simposio: "Élites, poder e identidad en América colonial"
2. Clave del simposio: HIST 05
3. Coordinadoras: Dra. Frédérique Langue y Dra. Susan Socolow.
4. Área: Historia
5. Título de la ponencia:
"La familia Fagoaga y la Independencia".
6. Autor: Salvador Méndez Reyes
Resumen de la ponencia
La familia Fagoaga, uno de las más ricas del México colonial, a fines del siglo XVIII y principios del XIX, tuvo un muy interesante, aunque poco conocido papel en la lucha por la Independencia no sólo de México, sino de toda Latinoamérica. Sabemos que algunos miembros de esta familia estuvieron en la capital del Imperio Británico a partir de 1809 y ahí se involucraron con el movimiento independentista del Precursor Francisco de Miranda y de la Logia Lautaro, asimismo estaban involucrados miembros de esta familia en movimientos dentro de la Nueva España a favor de la Independencia.
La familia Fagoaga y la Independencia
Salvador Méndez Reyes
Universidad Nacional Autónoma de México
Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos
La familia Fagoaga, una de las más prósperas de la Nueva España a fines del siglo XVIII y principios del XIX,(1) tuvo una interesante participación, aunque muy poco conocida, en los movimientos independentistas de lo que llegaría a ser México. Al respecto sostiene la investigadora Guadalupe Jiménez Codinach: "Es importante mencionar que esta familia es crucial para que podamos entender el papel que desempeñó la aristocracia criolla en el proceso de emancipación, especialmente en el ámbito internacional...".(2) En un trabajo anterior hemos visto el caso de José María Fagoaga,(3) ahora nos avocaremos al análisis de la actuación de otros dos miembros de dicha familia y de un pariente Villaurrutia, en la capital del imperio británico desde 1809 hasta 1816, aproximadamente, en contacto y colaboración con figuras tales como Francisco de Miranda, Andrés Bello, fray Servando Teresa de Mier y José Blanco White, entre otros.
En el movimiento autonomista de 1808, encabezado por el Ayuntamiento de México, que contó con el apoyo del virrey Iturrigaray, pero que fue ferozmente suprimido por algunos peninsulares encabezados por Gabriel de Yermo y por la mayoría de los integrantes de la Audiencia, los Fagoaga se dividieron, ya que los jóvenes José Francisco, quien tenía el título nobiliario de segundo marqués del Apartado, y José María daban su apoyo a su pariente Jacobo de Villaurrutia, (4) uno de los cabecillas del movimiento autonomista, mientras que José Juan y José Mariano Fagoaga sostenían la postura peninsular de obedecer a la Junta establecida en Sevilla, en ausencia del rey Fernando VII.
A fines de 1809 llegaron a Londres el segundo marqués del Apartado, José Francisco Fagoaga y Villaurrutia, (5)su hermano Francisco y su primo Wenceslao de Villaurrutia [hijo de Jacobo de Villaurrutia], quienes pronto entraron en contacto en esa ciudad con el equipo dirigido por Francisco Miranda, "El Precursor" de la Independencia hispanoamericana. No deja de llamar la atención desde un principio el viaje de estos aristócratas novohispanos a Inglaterra y su temprano contacto con Miranda. En una biografía de Francisco Fagoaga, Alamán menciona que "... los grandes sucesos de Europa que tuvieron principio en la invasión de España por Napoleón, le hicieron [a Francisco Fagoaga] emprender con el Marqués su hermano un viaje a Inglaterra".(6) Sin aclarar más sobre el motivo del viaje.
Existen algunos antecedentes de la relación de la aristocracia novohispana con Inglaterra y con Francisco de Miranda. En 1785 el conde de la Torre Cosío, el de Santiago y el marqués de Guardiola enviaron una nota secreta al rey Jorge III de la Gran Bretaña, "...por la cual se viene al cabo de que, dichos nobles, después de conspirar en México contra la monarquía española, resolvieron pedir y pidieron su valiosa ayuda al rey inglés, con el fin de que éste apoyara un movimiento emancipador de la Nueva España...". (7) Se enviaba como delegado para conferenciar con las autoridades inglesas a un tal Francisco de Mendiola.
Miranda, en una propuesta dirigida a las autoridades británicas en 1790, mencionaba que "...México trataba su Independencia con la Inglaterra en 1773...". (8) Y el mismo caraqueño, en una nota dirigida al ministro inglés William Pitt, decía ser "...agente principal de las Colonias Hispanoamericanas y nombrado por la Junta de Diputados de México, Lima, Chile, Buenos Aires, Caracas, Santa Fe, etc., para acercarse a los Ministros de S.M.B. a efecto de renovar, en favor de la independencia absoluta de dichas colonias, las negociaciones entabladas en el año de 1790...". (9)
El español Manuel Cortés Campomanes, cercano colaborador de Francisco de Miranda en Londres, informó a éste, el 30 de diciembre de 1809, de la llegada a esa ciudad de los tres miembros del clan Fagoaga Villaurrutia y de un misterioso encargo que los llevaba hasta esas latitudes, en una misiva que dice:
No ignorará usted el arribo a ésta del Marqués del Apartado, con su hermano [Francisco] y un primo llamado Villaurrutea [ sic por Villaurrutia]: estos personajes son verdaderos marqueses criollos, y puede usted juzgar de ellos sabiendo que el tal marqués está bien impuesto de las cosas de Europa que desea infinito cumplir con el encargo que le han dado las monjitas de Guadalupe , que es dar un abrazo a Fernandito .(10)
No sabemos a que se refiere con estas últimas palabras, ¿se trata, acaso, de una alusión a la sociedad de los Guadalupes? Por el momento las fuentes consultadas no nos dan ninguna pista al respecto.
Parece ser que el hombre que sirvió de contacto entre los Fagoagas y el grupo de Miranda en Londres fue José María Antepara, personaje nacido en Guayaquil, quien había vivido en México, donde se había inmiscuido en negocios relacionados con la minería y probablemente con los Fagoaga. Francisco de Miranda lo llamaba en ocasiones su "amigo mexicano" y "...memorandos encontrados entre los manuscritos de Miranda indican que este camarada se hallaba vinculado a los jefes mexicanos que estaban descontentos con el régimen español...". (11) En agosto de 1809, Cortés Campomanes se había enterado de la llegada a Londres de Antepara y en carta a Miranda le había informado lo que le comunicó el recién llegado, por ejemplo que en "...México se trata[ba] la cuestión de la independencia desde antes de las circunstancias actuales, pero desde ellas con mucho más calor...". También que los mexicanos esperaban ayuda de los norteamericanos para obtener su independencia. Sostenía que en Nueva España "...todos los hombres de circunstancias y de riquezas esta[ban] en la obra". Antepara creía que Miranda "...sería utilísimo en México, pero conoce que le sería a V. difícil el ir allá; sin embargo por Nueva Orleans la cosa presenta menos obstáculos".(12)
Los Fagoaga, promotores de la labor difusora de Miranda
a) El Colombiano
De la colaboración de los Fagoaga y Antepara con Miranda y su equipo de asistentes, entre los cuales estaban Manuel Cortés Campomanes,(13) un Dr. Constancio,(14) un inglés de nombre Gould Francis Leckie, y James Mill, conocido intelectual escocés padre de John Stuart Mill, surgió el periódico El Colombiano . Los Fagoaga aportaban los fondos necesarios para la edición y distribución. Antepara, su " front man "(15) ecuatoriano, era el coeditor junto con Miranda. Éste y Cortés Campomanes eran competentes colaboradores en materias militares. El Dr. Constancio, Gould Francis Leckie y James Mill eran buenos conocedores de asuntos diplomáticos. José Blanco White, célebre español anglicizado, trajo consigo de la Península documentos oficiales que se publicaron en El Colombiano y posteriormente en su periódico El Español .(16)
Una carta de Antepara, quien firma "Alerta", a Miranda nos da luz sobre la participación de los Fagoaga en El Colombiano y en el movimiento emancipador. Por su importancia la citamos completa:
Nec magis vituperandus est proditor patriae, quam communis utilitatis, ac salutis desertor, propter suam utilitatem, aut salutem , Cicer. De Finibus . L.3, 19.
Así quieren nuestros mexicanos dar principio al periódico [efectivamente, ese fue el lema de El Colombiano ]: me agrada mucho el tema; y tanto más cuanto que les vitupera la apatiquez que los caracteriza .
De los cuatro [¿el marqués del Apartado, su hermano Francisco, Villaurrutia y Antepara?] que nos juntamos hice yo el detalle de V. el viernes y me expliqué con aquel fuego que V. me habrá advertido. Ellos ansiaron a mi llegada por saber el resultado. Lo oyeron, silenciaron, &c. y sin titubear, como por una madurada prevención. Son de sentir "se debe absolutamente conceder la liga defensiva, evitando en que se [ sic ] pueda la ofensiva, y aún están cerca de esta en caso de forzosa", todo bajo la cualidad de asentarse que se abraza este partido en las circunstancias presentes, y hasta que no varíen. Me convencieron absolutamente de la necesidad y utilidad de asentir a él, y soy ya del mismo modo de pensar, después que en la misma sesión se me relataron los planes y sus autores sobre este punto tratado ya antes de la caída de Iturrigaray , que antes no me habían confiado.
Suplicamos pues a Vmd. que dé calor y movimiento, en la firme inteligencia de que el fuego es inextinguible: que arden en él toda la Colombia [Hispanoamérica] sin la falta de uno; y que aun cierto de Sarracenos son ardidos en el.
Yo estoy obligado a acompañarlos y hasta la noche quizá no nos podremos ver...
ALERTA.(17)
"La apatiquez que los caracteriza", dice Antepara de los Fagoaga y al parecer toda la carrera política de ellos se caracteriza por una moderación extrema, una gran discreción y prudencia.
Volviendo a El Colombiano , diremos que aparecieron 5 números quincenales de este periódico, del 15 de marzo de 1810 al 15 de mayo de ese año. En el primer número se dio una explicación de la necesidad del periódico en ese momento de crisis. La invasión napoleónica de la Península Ibérica llevaba a una casi sujección total de España. Era imperativo, en consecuencia, dar en las páginas de El Colombiano toda la información necesaria para que los lectores actuaran juiciosamente en sus regiones (en Hispanoamérica), dada la situación en Europa. Mario Rodríguez sospecha que el verdadero editor pudo haber sido James Mill, quien, como un historiador típico, señaló a sus lectores hispánicos que con frecuencia los documentos habían aparecido primero en otras lenguas y por ello podría haber cambios del texto original. Solamente un editor perfeccionista como Mill, sostiene Rodríguez, era capaz de mencionar este aspecto. La organización del texto estaba en el estilo Mill: introducción, advertencias y el punto uno: la Junta Central española era ilegal desde su inicio.(18)
Los números dos y tres de El Colombiano contenían documentación acerca de la actividad militar de los franceses en España; la reproducción del decreto de la Regencia española del 14 de febrero de 1810, prometiendo a los americanos un nuevo orden y una vida digna. Observaciones sobre España de Sir John Moore, quien enfatizaba el imbécil liderazgo de la Junta Central en la guerra. Se reproducía un discurso del marqués de Wellesley, secretario británico del Exterior, en el que achacaba los problemas de los ingleses en España a la inútil Junta Central. También se insertaba el Manifiesto (1808) de Carlota Joaquina (hermana de Fernando VII y esposa del príncipe regente de Portugal, que había trasladado su corte a Brasil), quien alegaba sus derechos dinásticos sobre Hispanoamérica.(19)
Los números 4 y 5 siguieron el mismo formato documental, pero estuvieron dominados por un artículo excepcional que quedó truncado ("Se continuará") en el último número. Su título: "Pensamientos de un inglés sobre el estado y crisis presente de los asuntos en Sudamérica". Posiblemente su autor era James Mill, ya que en el artículo se hacía referencia a que había publicado mucho sobre la futura felicidad del Nuevo Mundo, alusión, entre otros, a sus artículos publicados en Edimburgh Review (enero y julio de 1809). El artículo "Pensamientos..." fue reproducido enteramente en la Gazeta de Caracas del 25 de enero de 1811.(20)
Miranda envió algunos ejemplares de El Colombiano a algunas autoridades inglesas, entre ellas al futuro duque de Wellington, a quien le decía:
Tenemos en este momento aquí en Londres algunas personas nativas de México y del Perú, quienes me presionan mucho acerca de los asuntos de sus países; sin embargo, no hemos hecho grandes progresos. Le envío los dos números de El Colombiano , que imprimen aquí a sus expensas , a fin de transmitir los acontecimientos más esenciales de Europa a sus conciudadanos del Continente Colombiano. (21)
Algunas de las personas que recibían en Nueva España El Colombiano eran, en la Ciudad de México: Jacobo de Villaurrutia, José María Fagoaga, el canónigo José Mariano Beristáin, el Cabildo, el marqués de Guardiola, el marqués de San Juan de Rayas, el conde de Medina, José Rincón Gallardo, el marqués de San Miguel de Aguayo; en Veracruz: José Mariano Almanza, José Ignacio Pavón; en Querétaro: Miguel Domínguez.(22) La lista es altamente significativa por incluir personajes de la élite novohispana involucrados en el movimiento autonomista de 1808, o en el posterior de 1810, además de dos comerciantes de Veracruz que posteriormente se les trataría de vincular con el movimiento de Javier Mina.
b) Paper Assault
El Colombiano era sólo una parte de las producciones documentales en las cuales colaboraron financieramente los Fagoaga. Otro de los proyectos mirandinos, que apoyaron éstos, era la difusión de documentos revolucionarios por toda Hispanoamérica, lo que Mario Rodríguez llama el " Paper Assault ". Parte de éste consistía en cartas a los cabildos de Caracas y Buenos Aires (julio 20, 24, 1808). Estos dos centros focales debían enviar copias a Bogotá y Quito, los de Caracas. A Lima y Santiago de Chile, los de Buenos Aires. El 10 de septiembre de 1808 el mismo procedimiento se aplicó a nuevos centros focales: México y La Habana, a quienes les fueron enviados materiales diferentes, los cuales fueron copiados y remitidos a los centros focales sudamericanos, al igual que copias de los centros sudamericanos también llegaban a los puntos de la América Media. La mayoría de la primera tanda de cartas (julio a septiembre de 1808) alcanzaron su destino; pero gran parte de una segunda tanda (octubre 6 a 20 de 1808) fue interceptada por autoridades inglesas. Pero nuevas copias, con diversos documentos adjuntos fueron realizadas por el grupo de Miranda y, gracias a la asistencia financiera mexicana, legajos de esos documentos circularon a través de Hispanoamérica a finales de 1810.(23)
La correspondencia de Miranda con los ayuntamientos contenía un manual completo de información para los americanos que quisieran iniciar sus revoluciones regionales. Se les enviaba documentación inglesa relativa a cómo podían establecer una legislación sabia; asimismo, se remitían copias de documentos clave acerca de la actuación de Miranda en las distintas revoluciones de finales del siglo XVIII, al igual que testimonios de filósofos políticos que les sirvieran para establecer sus gobiernos nacionales. Como afirmaban algunos espías españoles: Miranda estaba enviando "instrucciones revolucionarias" completas a los cabildos hispanoamericanos; pero siguiendo "la máscara de Fernando", es decir, instruyéndoles que reconocieran la soberanía nominal de Fernando VII, para que de esa manera ganaran tiempo para establecer sus propios gobiernos, evitando cualquier choque inmediato de los distintos grupos raciales y sociales y unificando las Américas con vistas al desarrollo de su papel histórico futuro. Miranda brindó esta explicación del " Paper Assault " en un carta, fechada el 9 de septiembre de 1808, al almirante británico Alexander Cochrane. (24)
Otro de los proyectos financiados por los Fagoaga fue una nueva edición del manuscrito del jesuita peruano expulso Juan Pablo Viscardo, "Carta a los españoles americanos", con una nueva adición, firmada por Antepara, en la que se exhortaba a los hispanoamericanos a unirse al movimiento de emancipación. (25)
La Carta de Viscardo fue enviada a Hispanoamérica junto con las últimas remesas del " Paper Assault " y posiblemente acompañada de una sección introductoria de un proyectado libro de William Burke, Derechos de la América del Sur y México , que posteriormente salió publicado en Caracas, en 1811. "William Burke" era en realidad el seudónimo con el que escribieron sobre América Latina James Mill y el conocido filósofo británico Jeremy Bentham, quienes tenían amplio interés en dicha región. Posteriormente el mismo seudónimo fue utilizado por Juan Germán Roscio y otras figuras del movimiento emancipador en Venezuela.(26) La sección introductoria de William Burke contenía ideas progresistas acerca de los derechos del pueblo, a favor del constitucionalismo moderno y de la tolerancia religiosa.(27)
c) South American Emancipation
Hubo una publicación más a la cual dieron su apoyo los Fagoaga. Se trata del libro South American Emancipation. Documents, Historical and Explanatory Shewing the Designs wich have been in Progress and the Exertions made by General Miranda for the South American Emancipation, during the last twenty five years (Londres, R. Juigné, 1810), editado por Antepara, quien finalizó el prólogo en septiembre de 1810. Según Rodríguez, el verdadero editor fue James Mill, asistido por Miranda y Thomas Molini, el secretario de éste. La oposición británica en el Parlamento ayudó a subsidiar esta publicación en un esfuerzo por persuadir al público de esa nación de apoyar a Miranda en la liberación de Hispanoamérica, un objetivo que proyectaba un gran potencial para la prosperidad inglesa a largo plazo. Aunque Miranda, inseguro del apoyo inglés, trató de conseguir una contribución substancial de los Fagoaga, a cambio del cual consentiría que apareciera el nombre de Antepara como editor y que éste aportara un prólogo.(28)
El autor, en quien nos hemos venido basando en estos aspectos de la colaboración de los Fagoaga en la obra publicitaria de Miranda, sugiere que quizá éstos escogieron usar el nombre de Antepara para quitarse cualquier sospecha de su participación en la publicación y difusión de la documentación de Miranda.(29)
Los Fagoaga y la Logia Americana
Es conocida la existencia de una sociedad secreta que agrupó a criollos residentes en Europa con la finalidad de buscar la Independencia de Hispanoamérica. Dicha sociedad fue llamada con diversos nombres, tales como Logia Americana, Sociedad de los Caballeros Racionales y Logia Lautaro. Algunos atribuyen la fundación de este organismo a Francisco de Miranda en Londres. (30) La logia de Cádiz fue fundada por el argentino Carlos María de Alvear, según declaración de fray Servando Teresa de Mier. (31) Ésta se hallaba vinculada con la sociedad matriz de Londres. (32) Aunque la sociedad adoptó algunos formulismos masónicos, parece ser que no estaba afiliada a la masonería, aun cuando Miranda y Alvear sí lo estuvieran.
Es un hecho que el marqués del Apartado, su hermano Francisco y su primo Wenceslao de Villaurrutia fueron miembros de la logia de los Caballeros Racionales número 7, en Londres, junto con otro mexicano: el padre Mier. Mientras que en la logia número 3 aparecían los siguientes mexicanos: Miguel Santa María, (33) Vicente [Vázquez] Acuña [alias Tacones], (34) Joaquín Lacarrera Ortiz y José Herrera. Lo anterior está comprobado debido a que un corsario interceptó la correspondencia procedente de Londres dirigida a la insurgente Caracas; en ella se incluía una carta de Alvear a Rafael Mérida, en la cual menciona los nombres de los nuevos afiliados, entre ellos el marqués del Apartado. (35) Las autoridades realistas de Coro enviaron copia de esta documentación al virrey de Nueva España; llama la atención que las autoridades novohispanas aparentemente no hayan ejercido acción alguna en contra del marqués del Apartado, a pesar de que sabían de su participación en la logia americanista de Londres. En otra comunicación de Alvear a Mérida, contenida en el mismo paquete, se menciona: "Habiendo llegado a esta ciudad con los hermanos Zapiola, (36) San Martín, (37) Mier, [¿Wenceslao de ?] Villaurrutia y Chilavert, hemos fundado por orden de la logia número 3 una con el número 7...". (38)
La Logia Americana sirvió para dar cohesión a todo el movimiento emancipador hispanoamericano. En diversos países de Sudamérica, como Argentina, Chile y Perú, fue fundamental en su proceso de liberación, con el nombre de Logia Lautaro.
Relación de los Fagoaga con la comunidad hispanoamericana de Londres.
La participación del clan Fagoaga en la logia americanista de Londres, así como su colaboración con la labor difusora de Miranda en pro de la emancipación hispanoamericana, nos muestran el activo papel que desarrollaron los tres miembros de esa familia en la importante comunidad hispanoamericana que se formó en la capital británica en la segunda década del siglo XIX, en la cual figuraron destacadas personalidades latinoamericanas, varias de ellas ya mencionadas, junto con los españoles liberales exiliados. (39)
En 1810 la Junta de Caracas había nombrado como sus comisionados ante el gobierno británico al futuro Libertador Simón Bolívar,(40) a Luis López Méndez y como secretario al ilustre Andrés Bello. Aunque Bolívar pronto regresó a sus lares; López Méndez y Bello se quedaron en Londres, incluso pasaron a residir en la casa de Miranda, en Grafton Square, en donde se conservaba la enorme biblioteca del Precursor y se reunía la logia americanista. Los Fagoaga y el padre Mier entablaron de esta manera estrecha amistad con el caraqueño Bello.(41) De 1816 data una carta de uno de los Fagoaga a éste, la cual transcribimos por su importancia:
Martes, 31 de julio de 1816.
Mi estimado amigo.
Esta mañana, en el Museo [Británico], me preguntó Mr. Blair,(42) de número 69, Great Russell Street, si conocía algún español capaz de corregir una traducción española de la Biblia; y acordándome de usted, le dije que conocía uno que, por el perfecto conocimiento de su lengua, y su buen gusto en literatura, me parecía muy a propósito; pero que ignoraba si sus ocupaciones le permitirían emprender este trabajo.
Si una de estas mañanas tiene usted lugar de pasar a su casa, diciendo que va de mi parte, o sólo dando su nombre, puede informarse del asunto mejor de lo que yo lo puedo hacer. Después de las diez, no es seguro encontrarlo en casa.
Yo no voy a la de usted, porque tengo mucho que hacer, a pesar de que mi viaje no se verificará hasta el sábado o domingo.
De usted, afectísimo amigo J. Fagoaga.(43)
Aunque Amunátegui dice que la carta anterior es de José María Fagoaga, nosotros pensamos que más bien pudiera ser de el marqués del Apartado, ya que la carta está firmada J. Fagoaga y podría ser de José Francisco Fagoaga, que era el nombre del marqués. Sabemos que éste había abandonado Inglaterra, junto con su hermano Francisco, a mediados de 1815 para retornar a la Nueva España, pero en La Habana se encontró a su primo José María, quien había sido deportado a España por órdenes del virrey Calleja. Ante esta circunstancia, el marqués y su hermano decidieron acompañarlo a la Península Ibérica, donde permanecieron algún tiempo, (44) para después volver a la Gran Bretaña y salir de ella en agosto de 1816, como se menciona en la carta recién transcrita. (45) Dicha carta nos hace recordar que Bello vivía en un estado de penuria, (46) que J. Fagoaga de alguna manera trata de aliviar recomendándole para un trabajo digno y adecuado que el venezolano aceptó a la postre. La carta también nos indica que su remitente era un hombre culto que asistía al Museo Británico y redactaba bien.
La amistad del marqués del Apartado con Bello continuó, ya que en una carta que le envió fray Servando al sabio caraqueño por mano del marqués, que de nuevo se dirigía a Inglaterra en 1826, le informa de su estado de salud y afirma "...como le certificará a Ud. nuestro común amigo el marqués del Apartado que lleva esta carta...". Menciona Mier que a través del marqués le envía uno de sus escritos que es una respuesta a una encíclica papal. Añade el regiomontano: "...Pensaba escribir a nuestro buen amigo el Sr. Blanco [White], de quien al mismo tiempo que de Ud. recibí una carta; pero el marqués [del Apartado] es carta viva... Diga Ud. al Sr. Blanco que soy siempre su amigo invariable y de todo corazón. Y que con él mismo saludo a Mr. [¿James?] Moore que me dice estar en Escocia".(47)
Otro hispanoamericano ilustre con quien convivieron los Fagoagas en Europa fue el guayaquileño Vicente Rocafuerte, con quien hicieron un viaje, partiendo de Londres hacia Rusia, en 1813. De San Petersburgo "...fueron siguiendo la retaguardia de los ejércitos rusos que empujaban a los franceses hacia el Elba, presenciando así el gran espectáculo que presentó el Norte cayendo con todo su enorme peso sobre el imperio francés. La deserción de los aliados de Napoleón y la adhesión a la gran coalición de la Suecia, la Prusia y finalmente de la Austria y de todos los príncipes de la confederación del Rin, abrió toda la Alemania a la curiosidad de nuestros viajeros que la recorrieron desde Viena hasta las costas de Holanda en donde se embarcaron para volver a Inglaterra...", en 1814.(48)
En 1815 llegó a Inglaterra el entonces joven Lucas Alamán, procedente de Francia, de donde trajo a fray Servando "...para no dejarlo perecer en París donde no tenía recursos ningunos".(49) Alamán menciona haber tratado en la ciudad del Támesis a los Fagoaga y a Blanco White. A fines del año mencionado el guanajuatense abandonó la Gran Bretaña para regresar a París. Posteriormente Francisco Fagoaga y Alamán visitarían juntos diversos lugares de Italia, Suiza y Alemania. Si Alamán se involucró en las actividades independentistas de los Fagoaga y hasta qué punto, es algo que está por saberse. Don Lucas declara solemnemente en su Historia de México , "...que ni en México ni en Europa, ha pertenecido nunca a sociedad alguna secreta, de ninguna clase o denominación...", (50) lo cual nos lleva, de momento, a descartar la posibilidad de que Alamán se hubiera afiliado a la Sociedad de Caballeros Racionales en Londres. A pesar de ello, puede ser que no haya sido ajeno a las actividades del clan Fagoaga en dicha ciudad.
Un conocido político latinoamericano del siglo XIX, Juan García del Río, recordaba en su autobiografía su precaria situación económica cuando vivió en Londres y añadía: "Muchos americanos distinguidos, a quienes tuve la honra de tratar en esos años en Inglaterra: los Srs. Fagoaga, Alamán y Villaurrutia, procedentes de México... conocen este periodo de mi vida".(51)
Notas
1 La bonanza minera del Pabellón "convirtió al (primer) marqués del Apartado y a sus hermanos en los particulares más ricos de México, o quizá del mundo, en su tiempo". Según Henry George Ward, en su obra, México en 1827 , 1a. reimp., trad. de Ricardo Haas, est. prel. de Maty F. de Sommer, México, FCE, 1995 (Biblioteca Americana), p. 618.
2 Guadalupe Jiménez Codinach, La Gran Bretaña y la Independencia de México (1808 1821), trad. de Mercedes Pizarro Suárez e Ismael Pizarro Suárez, México, FCE, 1991, p. 280.
3 Salvador Méndez, "La élite novohispana en transición: el caso de José María Fagoaga", en Quadrivium , núm. 8, en prensa.
4 Jacobo de Villaurrutia era hermano de Magdalena de Villaurrutia, quien casó con el primer marqués del Apartado, Francisco Manuel Fagoaga y Arosqueta.
5 De aquí en adelante cuando digamos marqués del Apartado nos estaremos refiriendo al segundo marqués del Apartado.
6 Lucas Alamán, "Biografía de D. Francisco Fagoaga", en Documentos diversos (Inéditos y muy raros) , comp. de Rafael Aguayo Spencer, México, Jus, 1946, vol. III, p. 340.
7 Isidro Fabela, Los precursores de la diplomacia mexicana , 2a. ed., México, Porrúa, 1971 (Archivo Histórico Diplomático Mexicano, 20), p. 8. Vid . también Jules Mancini, Bolívar y la emancipación de las colonias españolas desde los orígenes hasta 1815 , Medellín, Bedout, 1970 (Bolsilibros Bedout, 69), p. 93, en donde cita que la carta credencial de Francisco de Mendiola, fechada el 10 de noviembre de 1785, se encuentra en Record Office, Chatham Correspondence, núm. 345.
8 Francisco de Miranda, "Propuesta en consecuencia de la conferencia tenida en Hollwood el 14 de febrero de 1790", en Diario de viajes y escritos políticos , edición de Mario Hernández SánchezBarba, Madrid, Editora Nacional, 1977 (Biblioteca de la Literatura y el Pensamiento Hispánicos, 18), p. 337.
9 Citado por Fabela, op. cit ., p. 1820.
10 Cortés Campomanes a Francisco de Miranda, Londres, 30 de diciembre de 1809, citada por Pedro Grases, en advertencia editorial a El Colombiano de Francisco de Miranda y dos documentos americanistas , Caracas, Instituto Nacional de Hipódromos, 1966 (Colección Venezolanista, serie "Testimonios", 1), p. XLIV. Sub. en el original.
11 William Spence Robertson, La vida de Miranda , trad. de Julio E. Payró, edición revisada y compulsada por Pedro Grases, Caracas, Banco Industrial de Venezuela, 1967, pp. 296297.
12 Cortés Campomanes a Miranda, Londres, 23 de agosto de 1809, citada por Pedro Grases, op. cit ., pp. XLIIXLIII.
13 Este madrileño había participado en 1796 en la Península Ibérica en la frustrada Conspiración de San Blas, de carácter republicano, a consecuencia de ella fue enviado a prisión a Venezuela, en donde participó en la Conspiración de Gual y España.
14 Escribía artículos en periódicos británicos con el seudónimo de "Las Casas", según Robertson, op. cit ., era un hispanoamericano, probablemente mexicano; aunque otro autor dice que probablemente había nacido en España o Portugal, de padres hispanoamericanos. Vid . Mario Rodríguez, "William Burke" and Francisco de Miranda. The Word and the Deed in Spanish America's Emancipation , Lanham, Maryland, University Press of America, 1994.
15 Así lo llama Mario Rodríguez, en op. cit ., p. 261.
16 Ibid ., p. 266.
17 Antepara a Miranda, Londres, s.d., citada por Pedro Grases, op. cit ., p. XXVIII. Subs. nuestros.
18 Rodríguez, op. cit ., pp. 266267.
19 Ibid ., p. 267.
20 Ibid ., pp. 267268.
21 Miranda a Arthur Wellesley, Londres, 5 de abril de 1810, en Grases, op. cit ., p. XXXI. Sub. nuestro.
22 Jiménez Codinach, op. cit ., p. 281, quien cita una lista que se encuentra publicada en el Archivo de Miranda , vol. XXIII, pp. 362363.
23 Rodríguez, op. cit ., p. 513.
24 Ibid ., pp. 513514.
25 Ibid ., pp. 261262.
26 Ibid ., p. 520 y passim .
27 Ibid ., pp. 524525.
28 Ibid ., pp. 262 y 516.
29 Ibid ., p. 262.
30 Mancini, op. cit ., pp. 268270; Robertson, op. cit ., pp. 157158.
31 J. Hernández y Dávalos, Colección de Documentos para la historia de la guerra de Independencia de 1808 a 1821 , México, 18771882, vol. VI, pp. 820821. Cit. por Guadalupe Jiménez Codinach y Teresa Franco Salas, introd. a Pliegos de la diplomacia insurgente , México, Senado de la República, 1987, p. XXIX.
32 Bartolomé Mitre, Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana , Buenos Aires, EUDEBA, 1968, vol. I.
33 Nació en el puerto de Veracruz, participó en la Independencia de la Gran Colombia y fue constituyente en Cúcuta, posteriormente se convirtió en el primer embajador de Colombia en México. Casi al final de sus días logró que España reconociera la Independencia mexicana, a través del Tratado Santa María Calatrava. Vid . Ornán Roldán Oquendo, Don Miguel Santa María. Liberal veracruzano, político americanista y notable diplomático , México, Ediciones Eguiara y Eguren, 1981, 341 pp.
34 Fundó una filial de la Sociedad de los Caballeros Racionales en Jalapa. Vid . Virginia Guedea, "Una nueva forma de organización política: la sociedad secreta de Jalapa, 1812", en Amaya Garritz (ed.), Un hombre entre Europa y América. Homenaje a Juan Antonio Ortega y Medina , México, UNAM. Instituto de Investigaciones Históricas, 1993, pp. 185208.
35 Documento publicado por José R. Guzmán, en "Fray Servando Teresa de Mier y la Sociedad Lautaro", en Anales. Instituto Nacional de Antropología e Historia , época 7a., tomo I, 49 de la colección, 19671968, pp. 275288.
36 José Zapiola proporcionó información oral y escrita sobre la Logia Lautaro al historiador argentino Bartolomé Mitre, quien la aprovechó bien en op. cit ., y en su Historia de Belgrano y de la Independencia argentina , Buenos Aires, 1887. Vid . Juan Cánter, "Las sociedades secretas y literarias", en Ricardo Levene (ed.), Historia de la nación argentina. Desde los orígenes hasta la organización definitiva en 1862 , 3a. ed., Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 1961, vol V, pp. 163265.
37 El futuro Libertador José de San Martín.
38 En Guzmán, op. cit ., pp. 282283. Sub. nuestro.
39 Vid . María Teresa Berruezo León, La lucha de Hispanoamérica por su Independencia en Inglaterra (1800 1830), pról. de Francisco de Solano, Madrid, Ediciones de Cultura Hispánica, 1989, 655 pp. Asimismo, Vicente Llorens, Liberales y románticos. Una emigración española en Inglaterra (1823 1834), 3a. ed., Valencia, Castalia, 1979.
40 Según diversos autores, como, por ejemplo, Mancini, op. cit ., Bolívar perteneció a la logia americanista.
41 Sobre la relación entre Bello y Mier véase el artículo de Ernesto Mejía Sánchez, "Don Andrés Bello y el doctor Mier", en Anuario de Letras , UNAM. Facultad de Filosofía y Letras, 1972, pp. 105132.
42 William Blair "...conservador del Museo Británico, médico, patriota, apóstol social y devoto de la Biblia...". Vid . Sergio Fernández Larraín, Cartas a Bello en Londres (1810 1829), Santiago, Editorial Andrés Bello, 1968, p. LXXVI. La entrada que consigna, sobre dicho personaje, The Dictionary of National Biography. The Concise Dictionary Part 1. From the Beginnings to 1900 , Oxford University Press, 1969, es la siguiente: "Blair, William (17661822), surgeon; surgeon to Lock Hospital, the Asylum, Finsbury and Bloomsbury dispensaries, female penitentiary, Pentonville, and New Rupture Society; M.R.C.S.; edited 'London Medical Review and Magazine'; published works on surgical and miscellaneous subjects, including stenography and cipher writing".
43 J. Fagoaga a A. Bello, Londres, 31 de julio de 1816, en Miguel Luis Amunátegui, Vida de don Andrés Bello , Santiago, Pedro G. Ramírez, 1882, p. 146.
44 Alamán, op. cit ., pp. 340341.
45 Jiménez Codinach, op. cit ., p. 282, menciona que Francisco Fagoaga solicitó en julio de 1816 "...un pasaporte para viajar a España. Ese documento se expidió con la aprobación del rey Fernando VII".
46 El gobierno británico, por intercesión de Blanco White y de Lady Holland, concedió una pensión a Bello y Mier, en diciembre de 1815, vid ., Mejía Sánchez, op. cit ., p. 120 y Jiménez Codinach, op. cit ., p. 290.
47 Mier a Bello, Palacio Federal de México, 19 de noviembre de 1826, en Fernández Larraín, op. cit ., pp. 168170.
48 Alamán, op. cit ., pp. 340341.
49 "Autobiografía de D. Lucas Alamán", en Documentos diversos , ed. cit., vol. IV, p. 16.
50 Alamán, Historia de México , México, Instituto Cultural HelénicoFCE, 1985 (Clásicos de la Historia de México), vol. V, pp. 712713, nota 12.
51 Domingo Amunátegui Solar, Recuerdos biográficos , Santiago de Chile, 1938, p. 55.
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Fuente:
La familia Fagoaga y la Independencia
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Re: Mexico no es bicentenario
Plan de independencia de México, de 1765.
San Ildefonso, 18 de septiembre de 1766.
NÚMERO 255 [bis] - Tomo II
NOTICIAS VENIDAS DE LONDRES CON FECHA 8 DE AGOSTO DE 1766
Un tal monseñor Guiller, que se dice arquitecto francés, escribió al caballero d’Edon, que a principios de junio de 1765 hallándose en Madrid, fueron a alojarse en su casa dos extranjeros que le dijeron eran de México, en donde de largo tiempo a esta parte tenían motivo de estar quejosos del gobierno español.
Que todos aquellos ciudadanos estaban determinados a sacudirse el yugo; bien que los más principales contenían al populacho, aunque resueltos a aprovecharse de sus disposiciones, si la corte de Madrid les rehusaba una justicia que pensaban solicitar por última vez; en cuya consecuencia formaron una memoria de sus agravios.
Que los de la nobleza eran, que no obstante que México había sido conquistado por sus ascendientes a costa de su sangre y fortuna, no eran admitidos a las dignidades de aquel país, ni gozaban prerrogativa alguna, estaban llenos de impuestos, y maltratados en sus personas, como la gente más ínfima.
Que a los criollos se les trataba con indignidad sin distinción de persona.
Y que por una consecuencia del abatimiento en que se hallaban rehusaban reconocerlos sus propias familias en España, de donde eran originarios.
Que los de los religiosos de todas órdenes eran de que después de haber entendido y asegurado la conquista por sus trabajos apostólicos y la confianza de aquellos pueblos bárbaros, acababan de despojarlos de sus curatos o doctrinas de que eran los fundadores, y habían siempre obtenido, para proveerlos en sacerdotes enviados de Europa que no tienen conocimiento del genio de los indios, ni entienden su lengua.
Que los de los eclesiásticos eran comunes a los de los religiosos, añadiendo que los arzobispados, obispados, canonicatos, y buenos curatos, les eran privados a ellos.
Que los de los negociantes eran de la multitud de impuestos sobre las mercaderías de Europa que les ponían fuera de estado de comprarlas y venderlas; Que el dinero comenzaba a escasearse por su extracción continua; y también por el excesivo precio del azogue, con cuyo motivo no quedaba ya utilidad en el beneficio de las minas; y que por esta misma causa sólo se habían llevado a la casa de moneda de nueve a doce millones de pesos en cada uno de los cuatro últimos años en lugar de 19 y 20 que producían anteriormente, y de 25 o 30 que son capaces de producir sin temor de que se agoten.
Que estos eran los artículos principales de sus representaciones; que nombraron dos caballeros de los principales del país, con uno de los más acreditados de entre los religiosos para conducirlos a la corte; pero que el virrey habiendo traslucido esta resolución, les impidió que saliesen de México; que de resultas de esto diputaron secretamente en lugar de ellos, dos negociantes de la Puebla de los Ángeles, quienes bajo el pretexto de sus intereses propios vinieron a España con el citado religioso.
Que llegados a la corte los expresados dos negociantes, apenas hubieron pronunciado las primeras palabras de su comisión, cuando se les cerró la boca, indicándoseles concluyesen prontamente sus dependencias personales, y sin demora se volviesen si no querían ser castigados como sediciosos.
Que entonces fueron a alojarse a su posada, y pocos días después le confiaron sus intenciones, como así mismo el religioso a quien le dieron a conocer.
Que unánimemente le dijeron que su determinación era de sacudir el yugo y que sobre su relación estaban bien asegurados de que la sublevación sería universal, aunque los sujetos que tenían una fortuna que conservar, temerían por sí mismos las consecuencias del furor popular fácil a excitar pero difícil de contener en sus límites justos.
Que sentían la necesidad de mudar de dominación, pero que no alcanzaban como entablarla, a causa de su ignorancia dimanada del defecto de comunicación con los extranjeros, y a la falta de libros de donde podían adquirir algunas luces.
Que bien veían que ante todas cosas era menester formar el plan de un gobierno para prevenir las turbaciones que no faltarían de seguir la revolución.
Que dicho gobierno no podía ser monárquico, porque había en el país gran número de familias igualmente nobles que poderosas de las cuales una sola no podría jamás dominar sobre las otras.
Y finalmente, que todas estas reflexiones les ocupaba y embarazaba infinitamente.
Que le propusieron que si pudiese ir con ellos disfrazado, les haría un plan de gobierno, y de revolución, el que ejecutarían bajo su conducta con docilidad y certidumbre del suceso, habiendo mil para cada uno.
Que reconocían en él un conocimiento militar y político de que ellos se confesaban tan ajenos.
Que la confianza que tenían de su persona, era sin límites, y ellos le respondían de la de sus compatriotas.
Que se le haría duque y gobernador hereditario de Veracruz, capitán general de las fuerzas del Estado, y en suma todo lo que él quisiera con tal que se fuera con ellos, asegurándole sería sin riesgo de su persona.
Que después de haberles manifestado su agradecimiento les dijo, que a la verdad haría sin trabajo un plan de gobierno republicano según conviniere a su situación y a sus intereses.
Que también les trazaría la revolución que se ejecutaría sin que se derramase una gota de sangre, pero que era menester el apoyo de la Inglaterra.
Que a esto le respondieron que no tenían necesidad de ello, pues que eran los árbitros de tomar cuando quisieran a Veracruz y San Juan de Ulúa, únicas plazas y las llaves de México.
Que en consecuencia en abriendo sus puertos a todas las naciones comerciantes, no temían les faltasen protectores, y subsistirían como dueños de lo que era suyo; en lugar de que llamando en su socorro a la Inglaterra se verían siempre en el riesgo de ser predominados por ellos, y a lo menos a pagar el rescate por las mercaderías, sin hablar del peligro por la religión, y de la oposición del cuerpo eclesiástico de que era tan importante no enajenarse; a que les replica estaban muy mal instruidos de los principios del gobierno británico, pues ningún monarca observaba más religiosamente sus tratados; ninguna nación comerciaba con más moderación y buena fe; y ningún ministerio estaba más ilustrado de los verdaderos intereses de la patria, no siéndolo extender sus conquistas debilitándose, y extenuándose como la España, sino el concertar y reservar sus fuerzas, aumentando el comercio, y la navegación.
Que podían estar ciertos de que en cediendo a Su Majestad Británica a Veracruz y San Juan de Ulúa, lo que le aseguraba el comercio de México, estimaría más este establecimiento, que la entera dominación de un país, cuya custodia le sería sino imposible, a lo menos muy penosa, mediante la diferencia de religión y del carácter de las dos naciones, y que por lo que tocaba a las demás gentes principales de quienes desconfiaban era muy fácil destruirlas.
Que tanto los diputados como el religioso, y con particularidad éste, manifestaron gran repugnancia en dar a los ingleses protestantes semejante pie en el país, principalmente por los peligros que podrían resultar a la religión de una comunicación tan íntima, y quisieron que a lo menos se limitasen a la posesión de San Juan de Ulúa, pero que habiendo insistido sobre la conveniencia reciproca después de muchas conferencias, arreglaron los artículos siguientes.
1. Que su majestad británica reconocería la noble y poderosa República de México por soberana, e independiente, y que haría con ella una alianza ofensiva y defensiva, perpetua, e irrevocable.
2. Que apoyaría la revolución por los medios que el representante de la república indicase a los ministros de su majestad británica.
3. Que por muchas justas consideraciones, queriendo la república formarse una barrera, y cediendo para este efecto a su representante el gobierno de los pueblos de Orizaba, Jalapa, Córdoba, y países dependientes hasta Veracruz cuyo gobierno fuese hereditario con título de ducado, bajo el nombre de Orizaba, y la dignidad hereditaria también de capitán general de las fuerzas de aquella frontera con dos millones de pesos de renta cada año que le serían pagados por la república debiendo mantener un cuerpo de 4,000 hombres de tropas regladas de Europa, y católicos, y 6,000 hombres de milicias del país, con las fortificaciones, arsenales, almacenes de armas y municiones correspondientes a la seguridad de la misma frontera; su majestad británica no le inquietará en sus posesiones, antes bien le saldrá por fiador; y el duque de Orizaba recíprocamente estará siempre pronto a ayudar y socorrer a los ingleses de Veracruz y San Juan de Ulúa en todos los casos que podrán acaecer.
4. Que la república por su parte, cede, y es garante a su majestad británica de la soberanía de la ciudad de Veracruz, y a la isla de San Juan de Ulúa con calidad de que los criollos e indios allí establecidos, no sean inquietados ni en su religión ni en sus bienes, los que tendrán libertad de manejar, vender o arrendar como podrían practicarlo en los dominios de la república, y que en los impuestos y cargas del pueblo se les considere como a los sujetos más privilegiados.
5. Que la república se obliga a no recibir otras mercaderías de Europa directa, o indirectamente que las conducidas por los navíos de su majestad británica y su representante hará un tratado de comercio con S. M. para evitar todo asunto de queja a una y otra parte que será ratificado por el senado en su primera sesión, así como todas las demás convenciones acordadas entre su majestad británica y dicho representante.
6. Que la república mantendrá un ministro cerca de su majestad británica el cual será tratado según su carácter, y como una potencia estrechamente unida de afecto, o intereses a la monarquía británica.
Que de estos artículos convenidos y ajustados les coordinó una memoria que contenía la forma de gobierno más conforme a sus intenciones, y más adaptable a sus principios u opiniones.
Otra memoria sobre la conducta que debían observar para ejecutar la revolución sin riesgo ni desorden así que los pactos convenidos se exhibiesen formalizados.
Otra que prescriba las operaciones que harían las tropas de su majestad británica.
Otra sobre lo que él mismo practicaría, durante que la armada inglesa tomaría a Veracruz y San Juan de Ulúa.
Y otra que manifestaba la prueba, o ensayo sobre el modo en que podría establecer el comercio entre las dos naciones con las mayores ventajas de una y otra.
Que los referidos diputados fueron perfectamente satisfechos de todas las expresadas instrucciones, que dedujo del conocimiento que lo habían suministrado durante dos meses que habían trabajado noche y día en tan importante objeto; y le aseguraron serían recibidas con gran regocijo y admiración de todos los jefes del país.
Que el religioso también le respondió de la satisfacción de los de su clase, y del celo con que por su parte obrarían por aquellos medios que les son propios.
Que sin embargo de esta unánime manifestación, les declaró y convinieron en que la seguridad reciproca lo exigía así.
Que no emprendería ningún viaje mientras no recibiese aviso de que habían comunicado todo lo referido, y que se estaba contento de ello, para cuya correspondencia concertaron los medios, y después de haber sacado copia cada uno de las citadas memorias, y haberlas guardado en cajas secretas, se partieron ellos para la Coruña en donde se embarcaron en 19 de septiembre de 65.
Que el 26 de febrero de 66 recibió carta de los mismos escrita en México en que lo noticiaban de su llegada, y que habían tenido la satisfacción de hallar sus familias sin novedad y muy contentas de su regreso.
Que éstas eran las palabras de convención para asegurarse del consentimiento unánime, y en su virtud ha trabajado para verificar dicho proyecto, y aunque parezca que ha perdido algún tiempo, es por fundadas razones de que dará cuenta luego que la negociación esté más adelantada.
Que además de los documentos de que los diputados llevaron copias, tiene en su poder los nombres de los jefes y detalles del país, sobre cuyo conocimiento se combinaron las operaciones, que tiene que proponer luego que sepa a que deberá atenerse sobre las intenciones del gobierno británico.
Que lo que actualmente puede decir es, que la escuadra inglesa no tendrá que hacer otra cosa que tomar a Veracruz y San Juan de Ulúa, la que por los medios que le indicará hará su desembarco sin dificultad, y en pocos días tomará estas dos plazas sin perder un solo hombre.
Que el resto de la operación, será dirigida por él.
Que entrará en el país con solos 1200 hombres, al propio tiempo que las tropas inglesas asediarán a Veracruz; y que para esta expedición se necesita cercar de la mitad de fuerzas que su majestad británica empleó en la de la Habana.
Finalmente le añadió que había en Madrid una persona de confianza, la que luego que le diese aviso de estar concluido el tratado informará de ello a los diputados de la Puebla, y por consiguientemente se irá a incorporar con él.
Aunque las noticias que contiene el adjunto papel, participadas de Londres, merecen el concepto de pura invención, y no hay el más mínimo antecedente para sospechar del de el concurso de los dos comisionados de la Puebla, y fraile; no obstante me manda el rey dirigirlo a vuestra excelencia reservadamente, a fin de que instruido de ellas, procure inquirir mañosamente, si puede haber tenido algún origen el proyecto de que tratan, y tomar en este caso las debidas precauciones, dando cuenta para su real inteligencia.
Dios guarde a vuestra excelencia muchos años.
San Ildefonso 18 de septiembre de 1766.—
El benemérito fray don Julián de Arriaga—
Una rúbrica.—
Señor marqués de Cruillas.
El antecesor de vuestra excelencia ha dado cuenta en carta de 31 de mayo de este año que no bien apagado el fuego de las inquietudes que hubo en Puebla se verificó alguna conmoción las noches del 20, 21 y 22 del antecedente con motivo de la iluminación pública por la boda del príncipe nuestro señor y que aunque no hubo grave resulta no dejó la chusma de incomodar a la tropa sobre cuya averiguación tenía tomadas estrechas providencias.
El rey me manda participarlo a vuestra excelencia para que en su inteligencia, y de lo ocurrido sobre las antecedentes inquietudes que hubo en Puebla, proceda vuestra excelencia con todo cuidado, y si le pareciese necesario mudar la tropa con quien se note la oposición, o absolutamente retirarla toda, obre vuestra excelencia como lo halle conveniente, siempre con reflexión a que no se crea providencia obligada, y de lo que vuestra excelencia dispusiese me dará puntual aviso para pasarle a su majestad.
Dios guarde a vuestra excelencia muchos años.
San Ildefonso 19 de septiembre de 1766.—
El benemérito fray don Julián de Arriaga.—
Una rúbrica.
Señor marqués de Croix. (ver nota 1)
Fuente:
J. E. Hernández y Dávalos. Historia de la Guerra de Independencia de México. Seis tomos. Primera edición 1877, José M. Sandoval, impresor. Edición facsimilar 1985. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia Nacional y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana. Edición 2007. Universidad Nacional Autónoma de México.
Versión digitalizada por la UNAM: Proyecto Independencia de México
Nota de J. E. Hernández y Dávalos:
1. Este documento nos lo ha proporcionado el señor don Ángel Nuñez Ortega, actualmente encargado de la Secretaria de Relaciones Exteriores.
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Fuente:
Plan de independencia de México, noticias de 1765.
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Re: Mexico no es bicentenario
PLAN DE INDEPENDENCIA DE FRAY MELCHOR DE TALAMANTES (1808)
Fray Melchor de Talamantes, mercedario peruano (1765 – 1809) radicado en México a partir de 1799 fue uno de los más celosos propagandistas de la Independencia de la Nueva España y casi se puede decir su teórico más activo. A él se debe la elaboración de diversos proyectos de independencia y de organización autónoma del país, notables por las ideas políticas que contienen. El fracaso del movimiento de 1808 que giraba en torno a ellos, había de llevar más tarde a los mexicanos a utilizar la fuerza para conseguir la libertad.
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“Desde los primeros días que se divulgó en México de un modo auténtico la triste noticia de la abdicación hecha por la Real Familia de sus derechos a la Corona de España e Indias en el pérfido usurpador Bonaparte, comenzaron a bullir en mi imaginación mil ideas conducentes a la salud de la Patria y seguridad del Reino.
Entre ellas, la primera que se presentaba a mi espíritu era la de un Congreso Nacional que inflamase los corazones por el bien de la Patria, reuniese los ánimos, descubriese las disposiciones y resoluciones del Reino todo, organizase a éste, le diese la consistencia, firmeza y prosperidad que le faltaban, calmase la inquietud de toda clase de pretendientes y litigantes, terminando los negocios que han quedado interrumpidos por la opresión de la Península Metrópoli, llenase de consuelo a los habitantes por los infinitos recursos de todo género que podría proporcionarles, y revistiese al Reino de Nueva España de aquel carácter de dignidad, grandeza y elevación que debía hacerlo respetable entre las naciones cultas el independientes de América y Europa...”
APUNTES PARA EL PLAN DE INDEPENDENCIA POR EL PADRE FRAY MELCHOR DE TALAMANES
El congreso nacional americano debe ejercer todos los derechos de la soberanía, reduciendo sus principios a:
1. Nombrar al virrey capitán general y confirmar en sus empleos a todos los demás.
2. Proveer todas las vacantes civiles y eclesiásticas.
3. Trasladar a la capital los caudales del erario, y arreglar su administración.
4. Convocar un concilio provincial, para acordar los medios de suplir en territorio propio lo que está reservado al Papa.
5. Suspender al Tribunal de la Inquisición la autoridad civil, dejándole sólo la espiritual, y ésta con sujeción al metropolitano.
6. erigir un tribunal de revisión de la correspondencia en Europa, para que la reconociese toda, entregando a los particulares las cartas en que no encontrase reparo, y reteniendo a las demás.
7. Conocer y determinar los recursos que las leyes reservan a Su Majestad.
8. Extinguir todos los mayorazgos, vínculos, capellanías y cualquiera otra pensión perteneciente a individuos en Europa, incluso el Estado y marquesado del valle.
9. Declarar terminados todos los créditos activos y pasivos de la metrópoli, con ésta parte de las Américas.
10. Extinguir la consolidación, arbitrar medios de indemnizar a los perjudicados, y restituir las cosas a su estado primitivo.
11. Extinguir todos los subsidios y contribuciones eclesiásticas, excepto las de media anata y dos novenos.
12. Arreglar los ramos de comercio, minería, agricultura e industria, quitándoles las trabas.
13. Nombrar embajador que pasase a los Estado Unidos a tratar una alianza y pedir auxilio.
Procediendo en consecuencia, debe reservarse para la última sesión del Congreso Americano, el tratar la sucesión de la corona de España y de las Indias, no decidiéndose con prisa pues se trata de un tema delicado. Por lo tanto, era imposible definir de manera específica el número de sesiones necesarias para zanjar la situación.
De resolverse, debía reconocerse al declarado como soberano legítimo de España y de las Indias. Éste debía aprobar todo lo determinado por el Congreso de Nueva España, y confirmar en sus empleos y destinos a todos quienes hubieran sido designados por él.
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Fuente:
http://museodelasconstituciones.unam...ependencia.pdf
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Re: Mexico no es bicentenario
https://relatosehistorias.mx/sites/d...?itok=sgTSBpjY
OBRA DE JOSÉ PEROVANI, DON FÉLIX MARÍA CALLEJA, SIGLO XIX, ÓLEO SOBRE TELA. MUSEO NACIONAL DE HISTORIA, SECRETARÍA DE CULTURA.INAH.MX
https://relatosehistorias.mx/sites/d...?itok=oCNCRHa4
Antes de su arribo a Nueva España, Calleja participó en la importante acción militar llamada el Gran Asedio o sitio de Gibraltar (1779-1783), considerado el último intento significativo que hizo España por recuperar este territorio de manos de los ingleses en el siglo XVIII.
OBRA DE WULLIAM SHARP, EL SITIO DE GIBRALTAR, CA. 1910, LITOGRAFÍA
https://relatosehistorias.mx/sites/d...?itok=2rydir2Z
El estandarte de San Andrés era la bandera de Nueva España, con la cruz de Borgoña y los escudos de Ciudad de México en cada extremo. Bajo su manto combatieron las tropas de Calleja, quien siempre se mantuvo fiel a la Corona.
OBRA ANÓNIMA, ESTANDARTE DE SAN ANDRÉS, SIGLOS XVIII-XIX. MUSEO NACIONAL DE HISTORIA, SECRETARÍA DE CULTURA.INAH.MX
https://relatosehistorias.mx/sites/d...?itok=Ck2eVNHt
Una de las obsesiones del virrey Calleja fue acabar con José María Morelos. En cierta medida por las propias divisiones y vacilaciones de los insurgentes, logró capturarlo el 5 de noviembre de 1815. Para el 22 de diciembre, el generalísimo fue fusilado en San Cristóbal Ecatepec, en el actual Estado de México.
OBRA DE PRIMITIVO MIRANDA Y HESIQUIO IRIATE, PRISIÓN DE MORELOS, 1870, LITOGRAFÍA
Nuestras Historias
Félix María Calleja, el militar de mayor prestigio y el virrey más represivo (1813-1816)
Gobernar en tiempos de guerra: los virreyes de Nueva España que enfrentaron la insurrección
Jaime Olveda Legaspi
Calleja se inició en las armas desde muy joven. Participó en la fracasada expedición española contra Argel (1775), en la reconquista del Puerto de Mahón (1782) y en el asedio a Gibraltar (1779). Llegó a Nueva España en 1789, acompañando al segundo conde de Revillagigedo, y se convirtió en uno de los principales jefes militares del virreinato. A su regreso a España en 1818, fue honrado con el título de conde de Calderón y nombrado caballero gran cruz de las órdenes de Isabel la Católica y San Hermenegildo.
La extensión y la intensidad que alcanzó la insurrección requirieron de un gobernante con mayor experiencia militar y de carácter más firme. Ese hombre fue Félix María Calleja. De los tres virreyes, este último fue quien mejor conoció el territorio novohispano y el que logró entablar compromisos y relaciones estrechas con las élites. En buena medida, estas redes sociales fueron posibles gracias a su matrimonio con María Francisca de la Gándara, una mujer criolla perteneciente a una de las familias poderosas de San Luis Potosí.
Algunos historiadores decimonónicos lo definieron como un “militar valiente y entendido” en cuestiones de disciplina militar, pero de “instintos sanguinarios y rapaces”; para otros, era “la principal espada del virreinato”. Llegó a Nueva España en 1789, en plena época borbónica, acompañando al virrey conde de Revillagigedo, Juan Vicente de Güemes. Sus primeras campañas las realizó en las Provincias Internas del norte, donde combatió a los indios belicosos. Allí forjó precisamente “la dureza de su carácter”. Los siguientes virreyes le tuvieron estima por su intensa actividad y el valor demostrado hasta entonces.
Cuando tuvo lugar la invasión napoleónica en 1808, ratificó su lealtad a la Corona española al oponerse al proyecto de los regidores del ayuntamiento de Ciudad de México de crear una Junta Gubernativa independiente de las de España; posteriormente, reconoció a Pedro de Garibay, el virrey nombrado por los españoles residentes en la capital, quien le dio el mando de la 10ª Brigada establecida en San Luis Potosí.
Al recibir la noticia del levantamiento de Miguel Hidalgo, por instrucciones del virrey Venegas formó las primeras milicias, ordenó fundir cañones y dispuso de dinero suficiente para combatir a los insurrectos. Su prestigio militar se debe que se le unieran jóvenes deseosos de hacer una carrera militar exitosa como Gabriel de Armijo, Anastasio Bustamante, Miguel Barragán y Manuel Gómez Pedraza, entre otros, quienes se formaron bajo su mando.
Calleja se ganó la fama de haber sido el virrey más represivo. Desde que asumió el mando político usó más la fuerza que los medios pacíficos. Por su carácter duro e intransigente, arrogante, cauteloso y desconfiado, según lo describieron sus contemporáneos, se hizo de muchos enemigos, incluyendo a algunos oficiales realistas. Desde el principio emprendió una guerra de exterminio, “devastadora y horrorosa”, a la que los insurgentes respondieron de igual forma. El obispo electo de Michoacán, Manuel Abad y Queipo, lo acusó de apoderarse del dinero de particulares y de manejar los recursos hacendarios a su arbitrio. Otros comandantes, amparándose en el descontrol que generó la guerra, siguieron su ejemplo.
Su conocimiento del territorio y de las costumbres de los habitantes fueron factores decisivos que incidieron cuando se dedicó a formar un buen ejército para combatir a los rebeldes, mismo que movilizó y colocó en los puntos estratégicos para cercar a los insurgentes. Cuando menos hasta 1815 no hubo un militar realista que le disputara el prestigio que había adquirido como estratega.
Calleja gobernó un periodo muy complicado, lleno de discontinuidades o interrupciones por los cambios frecuentes que se dieron, los cuales no le permitieron mantener los mismos criterios gubernamentales: los últimos años de la invasión francesa a España, la promulgación de la Constitución de Cádiz, el regreso de Fernando VII, la supresión del orden constitucional y la época más álgida de la insurgencia, en la que se formó el Congreso de Chilpancingo y se promulgó la Constitución de Apatzingán. Aparte, desde 1814 intensificó las medidas represivas para acabar con Morelos; la obsesión de aprehender a este caudillo insurgente refleja, además de una profunda lealtad al rey, su preocupación por conservar íntegro su prestigio de buen militar.
Al igual que su antecesor, padeció los estragos de la falta de recursos económicos para financiar la guerra. En vista de que “el erario se hallaba en agonía”, pidió al consulado de México y a los particulares un préstamo de un millón de pesos para paliar la situación. Mediante el reclutamiento forzoso formó en las principales villas y ciudades batallones con el nombre de Patriotas de Fernando VII, y dio instrucciones al ejército de cercar a Morelos en la tierra caliente de la provincia del sur. También usó la imprenta para publicar bandos en los que exhortó a los habitantes del reino a despreciar la insurrección y resaltó las victorias alcanzadas para difundir la idea de que los realistas mantenían el control del territorio novohispano.
Hasta el 20 de septiembre de 1816 permaneció al frente del virreinato. Cansado y desesperado porque no había podido sofocar la revolución que ya llevaba seis años, regresó a España. Fernando VII lo condecoró con el título de conde de Calderón por haber derrotado a los rebeldes en el puente que lleva este nombre al inicio de la insurrección, así como con las cruces de Isabel la Católica y San Hermenegildo.
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Fuente:
https://relatosehistorias.mx/nuestra...represivo-1813
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Re: Mexico no es bicentenario
La Independencia que no fue
La otra historia de México
Por: EL INFORMADOR
15 de Septiembre de 2012 - 22:45 hs
GUADALAJARA, JALISCO (16/SEP/2012).- La historia oficial de México es una larga serie de derrotas gloriosas y un pesado directorio de héroes derrotados. Comenzando por Cuauhtémoc y su profético nombre, águila que cae, hasta Zapata, veneramos la caída, el fracaso y lo consagramos como símbolo de pureza.”, señala el periodista Luis González de Alba en el libro Las mentiras de mis maestros.
Para muchos es día de fiesta nacional, de vestirse de verde, blanco y rojo; de amarrarse la trenza con listoncillos, de gritar ¡Viva México! ¡Vivan sus héroes! la noche del 15 de septiembre, para después tomarse unos tragos de tequila, hablar sobre box —que si el Canelo ganó o perdió, que si es mejor que Julio César Jr.—, seguir tomando y luego recordar que las Chivas apenas ganaron ante León… un tequila más… en fin es noche de fiesta, hay que celebrar la libertad (ésa que los españoles nos quitaron, o eso dicen). Con suerte se escuchan algunos acordes de mariachi, quizá la voz aguardentosa de Chavela Vargas —sobre todo si en la mesa ya está la discusión del México actual, pero quizás eso no pasó—, reina la música de banda y el baile. Más tarde, tal vez entre las cuatro y cinco de la mañana, se antojaron unos tacos y de seguro en la calle aún había puestos para satisfacer el capricho. Llegó el alba y el 16 de septiembre y con ellos el fin de otra libertad, la de la fiesta. Pero en realidad ¿qué tanto sabemos de nuestra historia, de la razón de nuestra celebración?
La historia oficial que enseñan en las escuelas públicas (y privadas) de el país se engulle como cierta e irrefutable, pocos son los que anexan otras investigaciones, para tener una visión más amplía de lo que fue México. De ahí que González de Alba quisiera mostrar otra cara de la moneda, una en la que no está ni el águila ni el héroe de la nación, en Las mentiras de mis maestros (Ediciones Cal y Arena, 2002), que se trae hoy a cuento con motivo del Día de la Independencia.
“Cuauhtémoc, último emperador de un imperio detestado por todos sus vecinos y vasallos, es nuestro más puro héroe, no por sus hazañas ni sus construcciones ni sus conquistas, pues no tuvo tiempo para ellas, sino porque es el gran derrotado. Hidalgo es el padre de la patria por decreto, no por sus logros, pues su fallida rebelión fue aplastada en poco tiempo, como otras durante la colonia; Morelos encabezó otro levantamiento de poca extensión en un territorio inmenso y su derrota fue absoluta; Guerrero quedó convertido en un simple fugitivo perdido en las montañas del Sur, donde se pudo haber quedado hasta morir de muerte natural a avanzada edad, pues en nada afectaba la marcha del virreinato un rebelde oculto en las montañas, como no lo habría afectado tampoco otro perdido en los desiertos de Sonora. Madero no llegó a gobernar y hasta 1994 estuvimos esperando el sufragio efectivo”. En este libro su autor otorga “algunos puntos clave” de la historia de México.
¿Cuándo se independizó México de España?
No fue el 16 de septiembre. El acta de independencia del Imperio Mexicano se firmó el 28 de septiembre de 1821. El documento señala: “La Nación Mexicana que, por trescientos años, ni ha tenido voluntad propia, ni libre el uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido”. El acta se firmó gracias a un acuerdo entre Iturbide y Guerrero, primero, y después con el recién desembarcado y nuevo virrey, Juan O`Donoju, quien venía a gobernar la Nueva España.
¿En la conquista, los españoles ejecutaron una matanza en el pueblo Azteca?
En su llegada al Nuevo Mundo, los españoles comandados por Hernán Cortés no sumaban más de 300, en tanto los Aztecas eran casi medio millón de habitantes. “Pero los aztecas eran de tal manera odiados por los pueblos vecinos subyugados, que no fue difícil sumar a decenas de millares contra el temido y aborrecible imperio. La gran masacre de agosto de 1521, con la que comenzó a formarse México, tuvo lugar entre indios comandados por españoles e indios aztecas que aún tenían armas de la edad de piedra: garrotes incrustados de piedras filosas”, señala González de Alba.
¿Durante 300 años el pueblo mexicano estuvo oprimido por los españoles?
México no existía como tal al momento de la Conquista, sólo había culturas diversas que ocupaban un territorio. Fue en esos tres siglos después de la conquista que se formó un país unificado por idioma, religión y costumbres. “Así pues, en 1810 no recuperamos la ‘nación’, dado que no existía, sino que terminó su larga gestación. Y no concluyó con el levantamiento armado de Hidalgo, de escasos 10 meses y fracasado, sino con la negociación razonable ocurrida un decenio después”, apunta el texto Las mentiras de mis maestros.
¿Por qué festejamos el 16 de septiembre?
De acuerdo con la investigación de González de Alba, en el último punto de Los Sentimientos de la Nación, señala al 16 de septiembre como “el día aniversario en que se levantó la voz de la independencia y nuestra santa libertad comenzó”.
A riesgo de contradecir a Morelos —advierte De Alba— “recordemos que la voz de la independencia se había levantado muchas veces con anterioridad en tumultos populares y rebeliones indígenas mucho más importantes por su número que el fracasado golpe de Hidalgo, y que nuestra libertad, santa o no, debía esperar hasta 1821, a diez años de fusilado Hidalgo y dispersados sus seguidores, para ser realidad”.
“La fuerza de la costumbre es mayor que cualquier dato histórico o razonamiento. Sólo así nos podemos explicar la “historia patria” que nos tragamos como rueda de molino. Y no son asuntos que debamos poner en orden sólo por amor a la verdad, sino que las mentiras sobre el ayer se reflejan en el manejo que hoy damos al presente”, reflexiona el también autor de Niño o Niña.
LOS DÍAS Y LOS AÑOS
El autor
Luis González de Alba (Charcas, San Luis Potosí), es un escritor mexicano y periodista. Formó parte del Movimiento estudiantil de Tlatelolco en 1968. Ha publicado novelas, cuentos, ensayos y artículos en diarios y revistas. Entre sus libros destacan Las mentiras de mis maestros, Niño o niña, El vino de los bravos y unos tequilas, Olga, Los días y los años. En 1997 obtuvo el premio Nacional de Periodismo por labor en la divulgación de la ciencia. Vive en Guadalajara.
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Fuente:
https://www.informador.mx/Suplemento...0915-0015.html
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Re: Mexico no es bicentenario
A pesar de lo que se llega a creer, los insurgentes novohispanos no fueron parte de la ilustración, si bien es seguro que llegaron a conocer algunas obras de los enciclopedistas y tuvieron algunas noticias sobre la revolución francesa, lo cierto es que eran sacerdotes católicos que conocían a la perfección las teorías de la escolástica española, teorías surgidas en el seno de la catolicidad.
Los mexicanos siempre mencionan que «los reyes justifican su poder derivado de Dios», pero la escolástica mencionó desde muy temprano (y con ellos los jesuítas) que el poder se transmite al príncipe por la intermediación del pueblo, no de Dios, Francisco Suárez declaraba, en pleno siglo XVI, 200 años antes que los enciclopedistas, que el receptor original del poder, es el pueblo, que lo retransmite a la autoridad, es decir, desde el primer siglo de existencia novohispana, se conocía que el derecho de resistencia era válido por ser el pueblo el titular del poder. A pesar de la aversión que tienen muchos mexicanos a la Iglesia católica, Santo Tomás de Aquino declaraba que Dios dio el poder a la multitud, y eso fue lo que aprovecharon los insurgentes porque el receptor original tiene la prerrogativa esencial soberana y lo faculta para legislar, según Santo Tomás, el poder del príncipe para hacer leyes fue transmitido por la comunidad.
La idea de Morelos de igualdad y que sólo se distinga a los hombres por su vicio o virtud, viene de Suárez, quien dice que todo hombre nace libre por naturaleza, nadie tiene jurisdicción ni dominio sobre otros, nadie es superior a los demás, lo que explicaría que Guerrero y demás insurgentes se uniesen al bando trigarante porque reflejaba las ideas de igualdad contenidas en la lucha insurgente y que eran igual que igualdad trigarante, resultado de la escolástica.
Morelos mismo, como católico, permite que se haga un gobierno a quien reconoce como autoridad soberana, ante el cual se somete como lo indica San Pablo en la epístola a los Romanos, cap. 13. La forma de gobierno tampoco es ajena a las ideas de Suárez, Morelos seguramente conoció que había tres formas de gobierno dictadas por Suárez, monarquía, aristocracia y democracia, pudiendo elegir los hombres cualquiera de ellas, como después dirá Lucas Alamán.
A diferencia del contrato social, Morelos, Hidalgo, Matamoros y demás insurgentes que fueron sacerdotes, sabían que de acuerdo a la escolástica, los hombres se reúnen en sociedad de manera natural, ejerciendo un poder que viene de Dios, el poder no proviene del pueblo, el poder proviene de Dios, el poder, la soberanía, es de origen divino, no creado y el pueblo lo ejerce y lo transmite al gobierno, por eso es que su tesis «liberal» no incluía la libertad religiosa, renunciar a ella era renunciar a la escolástica y las ideas de soberanía nacidas en el seno de la Iglesia a la que pertenecían.
La obra de Suárez, que fue teólogo, filósofo y jurista español, se llama «Tractus de legibus ac Deo legislatore» y se puede considerar un discurso casi democrático por el hincapié de la importancia del pueblo, volviendo al príncipe secundario, a diferencia de lo que se cree, la Iglesia no apoyaba fervientemente el «origen del poder divino de los reyes», sino que desde el siglo XIII, Santo Tomás de Aquino decía que el poder (divino) reside en el pueblo.
Sabemos que Morelos estudió teología y filosofía, sabemos que Hidalgo era rector cuando lo hizo, así que ambos conocieron y tuvieron esas ideas en mente, López Rayón, como novohispano educado por la Iglesia, debió saberlo porque declara: «La soberanía dimana inmediatamente del pueblo, reside en la persona de Fernando VII». Morelos entraña lo mejor del movimiento insurgente, a diferencia de la insurgencia de Hidalgo que se caracterizó por el saqueo, Alamán, no siempre objetivo entre todos los adversarios de los insurgentes, nos dice que Morelos tenía una devoción religiosa auténtica porque «antes de entrar en acción se confesaba siempre», con Quintana Roo demuestra de nuevo Morelos su religiosidad al decirle: «todos somos iguales, pues del mismo origen procedemos».
Gracias a la Inquisición sabemos cuáles libros leía Morelos, eran en su mayoría obras religiosas, gramáticas y diccionarios de hebreo, japonés, tagalo, italiano, francés, mexicano (náhuatl), cora, latín, griego; periódicos liberales gaditanos como Concisos o El Despertador Sevillano, el prontuario de teología de Francisco Lárraga, el Directorio moral e Instrucción y examen de ordenados del franciscano Francisco Echarri, que Morelos citaba casi al pie de a letra, la idea de Morelos de la desobediencia civil también la dan los escolásticos, a diferencia de Bolívar, que si leyó a Montesquieu, Morelos justificaba su rebelión con base a la obra de Francisco Suárez, Defensio Fidei y jamás leyó a Rousseau.
Hidalgo mismo no leía los enciclopedistas, sino a los escolásticos españoles y su obra católica, la noción de soberanía provenía de Francisco Suárez y los jesuítas, mismos argumentos que esgrimió el cabildo de la ciudad de Méjico en 1808; con la salvedad que Hidalgo no reconoció lo justo de su rebelión por la obra escolástica, sino que se arrepintió de ella.
Sabemos que Morelos era religioso y que fueron las mismas ideas de la Iglesia las que soportaron y justificaron su rebelión, igual que con el resto de los sacerdotes, sabemos que Morelos iba rezando hacía su muerte, los salmos «Miserere» y «De profundis», los salmos 50 & 129 respectivamente.
Fuente: Patiño Gutiérrez, C. 2017. La validez del derecho en la escolástica. Desobediencia, iusnaturalismo y libre albedrío en Francisco Suárez. CDMX UNAM.
Krauze Kleinbort, E. 2004. Siglo de caudillos. México, D.F. Acabados editoriales Incorporados, S.A. de C.V.
Imagen: retrato de José María Morelos y Pavón, 3 Museos, Museo de Historia Mexicana, MTY, Nvo. León.
http://hispanismo.org/attachment.php...tid=9759&stc=1
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Fuente:
https://www.facebook.com/gazetamexic...type=3&theater
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Re: Mexico no es bicentenario
"El Águila Mexicana y el León Español"
Siempre fieles y siempre unidos.
D. Carlos María Bustamante, que poco tiempo antes habia contribuido a que se celebrasen en la parroquia de S. Miguel, solemnes sufragios por los que habían muerto en Buenos Aires, defendiendo aquella capital contra los ingleses, para los cuales compuso las inscripciones de la pira en latin y castellano, e hizo se pusiesen también en mexicano, promovió se acuñase por suscripción, una medalla que perpetuase la memoria de la fidelidad del pueblo mexicano, cuya descripción se hace al fin de esta nota. Es notable que este monumento sea obra del escritor que con más vehemencia ha atacado después a Fernando VII y sus derechos, y que más daño ha hecho a los españoles y a sus descendientes con sus publicaciones.
Descripción de la medalla patriótica, acuñada por D. Carlos María Bustamante en 1808.
Representa por el anverso el busto de Fernando VII con este lema: Fernando VII el deseado, rey de España y de las Indias, padre de un pueblo libre con el nombre del grabador Tomas Suria. Por el reverso se ven, entre un trofeo de armas y banderas, el león de España y el águila de México, sobre los cuales se levanta una hasta sostenida por tres manos enlazadas por una guirnalda de rosas, en cuyo extremo aparece la corona imperial circundada de resplandores, con esta inscripción: Siempre fieles y siempre unidos. Bustamante erigió. México, 1808. La medalla se distribuyó con el soneto siguiente:
Explicación de la medalla patriótica.
Siempre fieles y siempre unidos
He aquí tres manos.
El amor contante Y la fidelidad las han unido;
¿Qué, en las tres y en su unión, no has conocido
Al español, al criollo, al indio amante?
Los tres a punta de hasta fulgurante,
Y a costa aún de su sangre, han convenido,
En guardar a su rey esclarecido
La debida diadema rutilante.
La águila mexicana, el león hispano,
Siempre defenderán con ardimento
La religión, la patria, el soberano.
Y de esta Unión fidelidad y aliento,
En el orbe será de mano en mano
Esta medalla eterno monumento.
Lic. Carlos María de Bustamante
http://hispanismo.org/attachment.php...tid=9777&stc=1
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Fuente:
https://www.facebook.com/groups/1847174435396612/permalink/2723964294384284/?__tn__=H-R
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Re: Mexico no es bicentenario
Artículo: José María Morelos, hace 192 años
ARTURO RIOS RUIZ
Editoriales
viernes, 28 de diciembre de 2007 · 00:00
El pasado 22 de este mes se cumplieron 192 años del fusilamiento, en Ecatepec, México, de José María Morelos y Pavón, sacerdote michoacano que abrazó las armas en pos de la independencia de nuestro país.
Procedente de Uruapan, rumbo a Tehuacán, Puebla y en resguardo del Congreso de la nación libre, Morelos y su contingente pasaron a Tenango; había llovido copiosamente la noche anterior y el Río Amacuzac era amenazante.
Preguntó a lugareños por dónde podrían atravesarlo, temerosos a las represalias de los realistas le negaron información, decidió pasar y el caudal arrastró varios jinetes con sus caballos; encolerizado, incendió la población. Fue el 4 de noviembre de 1815.
Prosiguieron hasta Temalac, muy temprano ofició una misa dedicada a la Virgen de Guadalupe y partieron rumbo a Cuetzala. José Vergara, nativo de Tenango, resentido con el héroe y sus huestes, localizó a los realistas al mando de Manuel de la Concha, les indicó la ruta de Morelos y el atajo que tomaran para salirle al paso.
El encuentro fue sangriento, la superioridad numérica hispana se impuso; Morelos fue aprehendido, humillado y sus captores recibieron 11 mil 400 pesos y uniforme nuevo. Después de 37 días de torturas, fue fusilado.
Fueron cinco años de su vida como insurgente, dedicados completamente a su misión.
Veneró a la Virgen de Guadalupe. En la que fue su casa en Valladolid, hoy Morelia, aún existe la escultura de la madre de Dios, que mandó construir; en 1809 tuvo una hija en Carácuaro y le puso por nombre Guadalupe; en 1811, en la parroquia de Atlixco, predicó una misa el 12 de diciembre, en honor de la Guadalupana.
A Tecpan, hoy de Galeana, la nombró capital de la nueva nación que idealizó, le puso: Nuestra Señora de Guadalupe de Tecpan; al regimiento a cargo de su operador militar, Hermenegildo Galeana, le puso el nombre de Batallón de Guadalupe y sus guerreros portaban en sus sombreros la imagen de María.
Además, después de atacar Oaxaca, en noviembre de 1813, ordenó una marcha militar de la Plaza de Armas a la Catedral, en honor a la Guadalupana, y más tarde, por decreto, ordenó que cada 12 de diciembre se celebrara una misa para venerar a la reina de México.
De su gesta hay toneladas de papel escrito y cantidad de contradicciones, pero todos ponderamos sus dotes de estratega, inteligencia, su pasión por la Virgen de Guadalupe y su visión de estadista; amén de férreo militar que ocasionó estragos en las filas del ejército español.
Fue un hombre temerario, recordemos brevemente el pasaje del Sitio de Cuautla; contra la oposición de sus más cercanos colaboradores persiguió a las fuerzas realistas, que se preparaban para dar inicio a la batalla.
Realizaban un recorrido a distancia por el frente de las fortificaciones de los llamados rebeldes; era una celada, un batallón escondido entre la maleza estaba listo para atacar.
Morelos decidió perseguirlos con la retaguardia de su ejército, el contingente español hundió las espuelas en los ijares de sus corceles para huir y, sorpresivamente, fue atacado por el grupo dispuesto para ese cometido.
Fue rodeado y mataron a varios de su escolta; Hermenegildo Galeana, de Tecpan, Guerrero, repelió el ataque y lo rescataron salvo y sano.
Fue un hombre, cometió errores que en nada empañan su ejemplar devoción por la causa libertaria: En febrero de 1811, en Acapulco, acampaba en el Cerro del Veladero, punto estratégico para la defensa y el ataque.
Se disponía a tomar el Fuerte de San Diego, fortificación impresionante, circular, que contaba con 30 piezas de artillería pesada para repeler ataques del mar o por tierra.
Se presentó ante él un hombre de apellido Loreto, le propuso que a cambio de 300 pesos oro el artillero José Gago taparía la boca de los cañones para impedir accionaran, encendería un faro en la fortaleza y sería la señal de iniciar el ataque sorpresivo.
Así se hizo, Morelos atacó confiado y la respuesta fue terrible, los cañones dispararon a la vez, apoyados desde el mar por barcos dotados de las mismas armas; la derrota fue aplastante. Los insurgentes lograron huir a su escondite.
El jefe de la insurrección, fue engañado; aunque más tarde, en Chilapa, centro del estado guerrerense, al tomarla en noviembre de 1811, entre los prisioneros encontró a José Gago y ordenó lo fusilaran.
José María Morelos dejó encauzada la lucha que promovió con el ejemplo, la culminó Agustín de Iturbide en negociación con Vicente Guerrero; en aquel Abrazo de Acatempan, acto histórico en polémica, ya que hay historiadores que aportan información documentada que no fue en ese lugar la entrevista.
Pero ajenos a las discrepancias de los intelectuales en cuánto si fue ahí, o en otro lugar, lo cierto es que en efecto, Iturbide y Guerrero pactaron y fue el inicio de la consumación de la separación de México y España.
En el pacto, Vicente Guerrero quedó bajo el mando de Iturbide, éste, que fue el verdugo de los libertadores, pasó a la historia como el consumador de la Independencia.
El nuevo gobierno se construyó, no sobre las bases que idealizó Morelos, sino que todos los que pelearon contra él, como José Joaquín de Herrera; José Gabriel de Armijo, Gregorio Valdeolivar y muchos más, ocuparon cargos públicos en la nueva administración. Nada nuevo, hasta en nuestros días.
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Fuente:
https://www.eldiariodecoahuila.com.mx/editoriales/2007/12/28/articulo-jose-maria-morelos-hace-192-anos-81653.html
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Re: Mexico no es bicentenario
Saltillo y su resistencia a la Independencia
Jesús Castro
Pocas cosas pasaban en la capital en septiembre de 1810, pero de a poco la ciudadanía pasó del bando virreinal al insurgente
http://www.zocalo.com.mx/images/size...89-621x354.jpg
Saltillo, Coahuila.- El 16 de septiembre de 1810 en Coahuila no pasó nada. Mientras el cura Miguel Hidalgo daba el grito de Independencia en la parroquia de Dolores, a 594 kilómetros, en la Villa de Santiago del Saltillo se preparaban para su tradicional feria y nombraban a su diputado representante ante el rey Fernando VII de España. Sus vidas pacíficas cambiarían una semana después.
Dos días después del levantamiento armado en Valladolid, al pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala comenzaron a llegar las primeras caravanas de comerciantes con los productos que ofrecerían en la feria, que se instalaba cada año en un solar que se ubicaba donde actualmente se encuentra el templo de San Esteban y que iba hasta lo que hoy es la calle Manuel Pérez Treviño.
Por eso el Cabildo de la Villa de Santiago se reunió el 18 de septiembre para nombrar a José Benedicto Ramos para que se encargara de repartir los puestos, cajones y cocinas en la feria, así como de su cobro, obteniendo más de mil 300 pesos, cantidad que se recaudó un año antes.
Antes de la guerra
La información de lo que sucedió después en ambas villas mientras los insurgentes avanzaban hacia la Ciudad de México está contenida en las actas de Cabildo resguardadas en el Archivo Municipal de Saltillo, mostrando en cada documento cómo se fue trastocando la vida de nuestros antepasados.
En ese tiempo, la Villa de Santiago y el pueblo de San Esteban se declaraban fieles al rey Fernando VII de España. Los de San Esteban, porque dependían directamente del virrey, con todo y sus beneficios, y los del Saltillo porque la mayoría era española, hijos de peninsulares.
Por eso, según el acta del 24 de septiembre de 1810, el Ayuntamiento de Saltillo otorgó el poder a don Miguel Ramos Arizpe, designándolo diputado en las Cortes de Cádiz, para que “a nombre de este Ayuntamiento y toda la Provincia, pida al Rey don Fernando Séptimo, ante el Supremo Consejo de Representantes, las cosas que sean oportunas para la conservación y aumento de ellas como particular de cada lugar”, y le autorizaron 3 mil pesos para que viajara a España.
Un día antes había comenzado la feria y seguramente entre los comerciantes venidos del sur de la Nueva España ya circulaban las noticias de un levantamiento armado, pues para ese día los Insurgentes habían tomado Celaya.
Ahí, en la feria, les llegaría la noticia de que el 21 de septiembre Hidalgo y Aldama entraron a Celaya y que, tras un disparo, el contingente comenzó a saquear la ciudad, aunque los soldados de Aldama intentaron contener la acción. Fue ahí donde Miguel Hidalgo fue nombrado capitán general, quedando al mando del Ejército Insurgente, por encima de Ignacio Allende.
El chisme que corría entre los asistentes a la feria, incluidas las autoridades eclesiásticas y políticas, llegó hasta los miembros del Cabildo de la Villa de Santiago, quienes citaron a sesión el 29 de septiembre, donde iniciaron un programa de defensa.
DEFENSA ANTIINSURGENTES
Por eso, según el manuscrito AMS, AC, L 7, a 8, f 12 v, se acordó primero nombrar a Francisco de Aguirre como encargado de formar las patrullas para la vigilancia de los caminos y de la villa. Además, aprobaron que todos los comerciantes cooperaran con 2 pesos diarios para ayuda de quienes se encargarían de la seguridad y obligaron a todos los habitantes a colocar un farol en la puerta de sus casas para iluminar las calles durante la noche.
El nerviosismo ante las noticias obligó a la Comisión de Seguridad a enviar oficio al comandante de armas para ver si era posible que la tropa auxiliara al vecindario en la vigilancia y que de la gente acuartelada en las casas reales se destinara a dos para cuidar la tesorería, otras dos al estanco y dos más a la Real Audiencia, además de realizar rondas y centinelas por la noche.
Las siguientes actas revelan cómo comenzó a trastocarse la tranquilidad de los habitantes de Saltillo y de los asistentes a una feria que se debió haber vivido entre el nerviosismo, porque al apoderarse de las autoridades la paranoia de la inminente llegada de conspiradores insurgentes, aprobaron que las patrullas no consintieran aglomeraciones de vecinos en lugares de comercio.
Es posible imaginar a las cuadrillas de soldados recorrer la feria dando órdenes para cambiar algo que era natural, obligando a punta de bayoneta a disolver cualquier aglomeración de gente en torno a un puesto, o los grupitos de gente que se detenía entretenida a observar productos nuevos o artesanías.
Además, el día 30 de septiembre se dio la orden de “vigilar a la gente sospechosa y quitarles las armas prohibidas que porten”, pero sobre todo se acordó “dotar al vecindario y al comercio de las armas y municiones que se tienen en existencia, para evitar alguna insurrección y tomar las providencias necesarias para defender a esta Villa”.
LLEGA EL MOVIMIENTO
Durante octubre continuaron llegando las noticias de que simpatizantes de los insurgentes habían ocupado otras ciudades y que el movimiento se acercaba.
El insurgente Rafael Iriarte controlaba León, Aguascalientes y Zacatecas; Luis de Herrera y Juan Villerías tenían San Luis Potosí; Guadalajara fue tomada por Antonio Torres, el 11 de noviembre, y poco después José María Mercado tomó Tepic, San Blas y el sur de Nueva Galicia.
Ese mismo mes se enteraron de que en las provincias norteñas como el Nuevo Reino de León, Texas y Coahuila, había ya simpatizantes que se sumaron a la causa.
De ahí que el Cabildo de Saltillo se reuniera nervioso el 24 de noviembre y acordara investigar la procedencia y los fines de las personas que se alojaban en la villa, “ya que pueden ser emisarios de los insurgentes”.
Como el movimiento armado continuaba creciendo, contingentes del cuerpo de Dragones al servicio de la Corona Española habían estado siendo desplazados de las ciudades que protegían, para concentrarse en el ejército que ya comandaba Félix María Calleja.
Por eso, el 4 de diciembre se reunió nuevamente el Cabildo y acordó que con los vecinos más honestos de la villa se formara un cuerpo que tuviera armas, caballos y municiones listas y dispuestas para asistir a cualquier movimiento o toque de alarma.
Para ese momento, el movimiento insurgente había tomado ya la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, y tras sufrir 2 mil bajas, el contingente, en venganza, asesinó a más de 250 españoles y saquearon la ciudad.
Ante estas noticias, el miedo se siguió apoderando de las autoridades de la Villa del Saltillo. El Cabildo se volvió a reunir el 4 de diciembre para tomar medidas más drásticas, entre ellas instruir a los patrulleros para que después del toque de queda, procedieran a detener y remitir a la cárcel a todo aquel que estuviera en la calle.
Y otra medida extrema fue el acuerdo que permitía que “toda la gente foránea y sin ocupación se ponga presa y se eche en cuerda fuera de este lugar”.
Así terminó Saltillo aquel año de 1810, con el miedo a la llegada de los Insurgentes, miedo que se cristalizó luego de enero de 1811, cuando el ejército comandado por Hidalgo fue derrotado en la Batalla del Puente de Calderón, y en vez de reagruparse para continuar a la Ciudad de México, dieron retirada hacia el norte para intentar cruzar a EU.
LIBERTAD Y TRAICIÓN
Ante estos acontecimientos se volvió a reunir el Cabildo el 5 de enero de 1811, acordando “armar a 30 hombres escogidos para que, a caballo, ronden y patrullen de día y de noche esta villa, previendo cualquier insulto de la plebe”.
De poco sirvieron las providencias acordadas, pues desde el 9 de enero, cuando el gobernador de Coahuila, Antonio Cordero, envió a 700 hombres a combatir a insurgentes, estos se rindieron ante los hombres de Mariano Jiménez.
Por eso, el 26 de febrero, cuando Ignacio Allende llegó a Saltillo, en vez de oponerle resistencia, los vecinos, hartos de las acciones a las que habían sido obligados, fue recibido con júbilo y se le ofreció un gran banquete.
Finalmente, el 7 de marzo por la madrugada, llegó el cura Hidalgo a la villa, donde se hospedó hasta el día 15, cuando decidieron continuar su marcha hacia Estados Unidos.
Hidalgo y los principales jefes sólo llegaron hasta el poblado de Acatita de Baján, donde Ignacio Elizondo los traicionó y apresó, para luego entregarlos a los españoles, fusilarlos y decapitarlos en Chihuahua.
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Fuente:
http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/saltillo-y-su-resistencia-a-la-independencia
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Re: Mexico no es bicentenario
La máscara de Fernando VII :umm:
La junta independiente de Zitácuaro hace explicaciones al señor Morelos sobre el motivo por el que aún se proclama a Fernando VII.
Zitácuaro, 4 de septiembre de 1811.
NÚMERO 284 - Tomo I
Número 6.—
Carta de la Junta de Zitácuaro al rebelde Morelos, explicándole la causa de apellidar todavía en sus papeles al rey nuestro señor don Fernando VII con objeto de alucinar a la multitud, aunque en sustancia sólo aspiraba con todos sus colegas a la independencia, considerando a su majestad como un ente de razón
Reservada.—
Habrá sin duda reflejado vuestra excelencia que hemos apellidado en nuestra junta el nombre de Fernando VII que hasta ahora no se había tomado para nada; nosotros ciertamente no lo habríamos hecho, si no hubiéramos advertido que nos surte el mejor efecto; con esta política hemos conseguido que muchos de las tropas de los europeos desertándose se hayan reunido a las nuestras; y al mismo tiempo que algunos de los americanos vacilantes por el vano temor de ir contra el rey, sean los más decididos partidarios que tenemos.—
Decimos vano temor, porque en efecto no hacemos guerra contra el rey; y hablemos claro, aunque la hiciéramos, haríamos muy bien, pues creemos no estar obligados al juramento de obedecerlo, porque el que jura de hacer algo mal hecho ¿qué hará? Dolerse de haberlo jurado y no debe cumplirlo.
Esto nos enseña la doctrina cristiana.
Y ¿haríamos bien nosotros cuando juramos obediencia al rey de España?
¿Haríamos por ventura alguna acción virtuosa cuando juramos la esclavitud de nuestra patria?
¿O somos acaso dueños árbitros de ella para enajenarla?
Lejos de nosotros tales preocupaciones.
Nuestros planes en efecto son de independencia, pero creemos que no nos ha de dañar el nombre de Fernando, que en suma viene a ser un ente de razón.—
Nos parece superfluo hacer a vuestra excelencia más reflexiones sobre este particular que tanto habrá meditado vuestra excelencia.
Dios le guarde muchos años.
Palacio nacional de Zitácuaro septiembre 4 de 1811.
Licenciado Ignacio Rayón.
Doctor José Sixto Verdusco.
José María Liceaga.
Por mandado de la Suprema Junta Nacional Americana.
Remigio de Yarza, secretario.
Señor teniente general don José María Morelos.
Este documento fue cogido entre los papeles del rebelde Morelos, en la derrota que le causó en Cuautla el general Calleja en 2 de mayo de 1812, y se insertó en la gaceta número 225.
Fuente:
J. E. Hernández y Dávalos. Historia de la Guerra de Independencia de México. Seis tomos. Primera edición 1877, José M. Sandoval, impresor. Edición facsimilar 1985. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia Nacional y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana. Edición 2007. Universidad Nacional Autónoma de México.
Versión digitalizada por la UNAM: Proyecto Independencia de México
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Fuente:
http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/1811_114/La_junta_independiente_de_Zit_cuaro_hace_explicaciones_al_se_or_Morelos_sobre_el_motivo_por_el_que_a_n_se_proclama_a_Fernando_VII.shtml
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Re: Mexico no es bicentenario
Buscando la ayuda de Gran Bretaña como los demás secesionistas hispanoamericanos. :no2:
Correspondencia del señor Morelos con el comandante de la fragata de guerra Aretusa, y entre aquel y Rayón.
2 de marzo de 1813.
Número 1.
Oficio de Morelos al comandante de la fragata Aretusa.
El pliego que acompaño al señor almirante de marina, o señores ministros de Bretaña, admiten abrir comercio en compra de armas y demás efectos que se necesiten en este reino de Nueva España, a consecuencia de la insinuación que usted hizo a nuestros costeños de Tlalixcoya, según me informa el capitán don Agustín Niño, y de las papeletas de Thomsom-GlasGow, que dice así.
“La Gran Bretaña, ofreciendo paz, libertad y comercio a la Nueva España.”
Y para que tenga efecto, volverá la respuesta por la misma vía y punta de Antón Lizardo.
Dios guarde a usted muchos años.
Cuartel general de Tehuacán, agosto 27 de 1812.
José María Morelos.
Señor capitán de la fragata inglesa británica.
Número 2.
Oficio dirigido por Morelos al gobierno inglés.
Ya que la fortuna ha proporcionado la deseada libertad de esta vasta nación americana, en términos de poder contratar con las otras, lo hago a nombre de ella y consulta de su congreso, como miembro de él y benevolencia de continuar con la Gran Británica condescendiendo a su inclinación, que ha manifestado a nuestros costeños de Tlalixcoya, el capitán de la fragata inglesa que allí se halla, y las papeletas insertas en los efectos de comercio que esa noble nación se ha dignado insinuarnos con la inscripción siguiente.⎯ Thomson Glas- Gow.
La Gran Bretaña ofreciendo paz, libertad y comercio con la Nueva España.
Y dando principio por los efectos y utensilios útiles a esta nación, y con los que afianzará mejor el comercio con esa, podrá vuestra excelencia mandar se nos traigan fusiles, pistolas y hojas de espada en cualquier número que sean, avisándonos antes su precio, en la inteligencia de que por ahora y en primera remesa se pagara a reales de contado el valor de ocho mil fusiles, dos mil pares de pistolas y seis mil hojas de espada, y en lo sucesivo se pagarán con reales y efectos del reino, todo el demás armamento de esta clase conforme la contrata, o todo en reales concluida la guerra que tenemos pendiente con el gobierno español y francés, cuyas débiles fuerzas en este reino que presto acabarán, sirviendo a vuestra excelencia de norte que el gobierno de nuestro congreso está establecido en la mayor parte de esto vasto reino.
Los demás efectos que consume esta nación, se irán pidiendo con arreglo a la contrata y capítulos que celebremos a consecuencia del primer pago y recibo del señalado número de armas, sus precios y demás condiciones; siendo la primera de nuestra parte, que el citado número de armas se han de recibir y pagar a la punta de Antón Lizardo, jurisdicción de Tlalixcoya, donde el expresado capitán de fragata se insinuó según parte de nuestro capitán don Agustín Niño, de aquella vecindad.
Por importar al mejor éxito de nuestro gobierno, no puedo menos de recomendar a vuestra excelencia las noticias de Cádiz y Francia y las que hubiere de Roma.
Las que aquí estamos palpando, son que los españoles y pocos franceses que aquí existen, están acabando de realizar sus efectos y despachando los reales a Cádiz.
Protesto a vuestra excelencia bajo mi palabra de honor, que esta nación cumplirá gustosa cuanto tratemos, y solo aguardo de vuestra excelencia la resolución y precios, para plantear la seguridad y cumplimiento de todo.
Dios guarde a vuestra excelencia muchos años.
Cuartel general en Tehuacán, jurisdicción de Orizaba, agosto 27 de 1812.
José María Morelos, vocal y capitán general de América.
Excelentísimos señores almirante de marina, o ministros de la Gran Bretaña.
Número 3.
Contestación del comandante de la fragata.
Barco de su majestad británica nombrado Aretusa, fondeado en el punto de Antón Lizardo, diciembre 13 de 1812.
Señor.
Tengo recibida una carta de usted fecha 27 de agosto, en la que me incluye un pliego para el gobierno británico, y estoy impuesto por un oficial del ejército de su mando, que la firma que la subscribe es la misma que acostumbra, y supongo será verdad, en cuya contestación dirijo esta, significándole que los informes dados a usted por don Agustín Niño, son falsos, pues no he tenido relación ninguna con la costa de Tlalixcoya después de mi arribo a esta, ni tampoco tengo instrucciones de mi gobierno para dar a usted ningunas esperanzas de auxilio de la Gran Bretaña.
Por lo respectivo al pliego que me venía incluso, tomaré las providencias más activas para ponerlo en manos de mi almirante.
Antes de concluir esta, no puedo menos de ofrecer a su disposición mis servicios como amigo, pero siempre suplicándole por la paz y sosiego entre usted y el gobierno español, pues el único objeto e interés de esta mi carta, es evitar entre ustedes la efusión de sangre, como obra puramente de humanidad.
Cualesquiera relaciones que usted quiera entablar con el gobierno británico o con el español, lo verificará mandando un sujeto a la isla del Sacrificio, con bandera blanca a contestar conmigo, pues luego que lo vea echaré el bote y pasaré a contestar, y será para mí el día de mi mayor felicidad en esta vida, si logro ser el instrumento de la paz entre ustedes y el gobierno español.
Permítame usted me tome la confianza de incluirle ese papel de las últimas noticias de España, y por el que verá usted que aquella tierra está ya libre del yugo francés.
Soy de usted su más afectísimo y seguro servidor.
Th. W. Holmes Coffin.
Posdata.
Estoy informado de que usted tiene prisionero a un caballero de Veracruz, nombrado Gurry; suplico a usted tenga la bondad de avisarme.
Señor don José Morelos, etcétera. Traducido del inglés, en cuanto a las sustancia.
Coria, secretario.
Número 4.
Oficio del comandante de la fragata Aretusa al general don Nicolás Bravo.
A bordo de la fragata de guerra de su majestad británica la Aretusa, en el puerto de Veracruz, a 2 de marzo de 1813.
Señor.
Habiendo enviado una lancha del expresado buque do mi mando a la punta de Antón Lizardo, con el objeto de procurar leña para su uso, y hallando que el oficial y tripulación de dicha lancha han sido violentamente sacados de ella y detenidos por algunos individuos que están a las órdenes de usted, celebraría saber si aquella tropelía ha sido cometida por equivocación, o si he de considerarla como un acto de hostilidad por su parte contra la Gran Bretaña.
Supongo a usted bien instruido que una bandera parlamentaria, es considerada como muy sagrada por todas las naciones, por lo que confío en que me devolverá usted inmediatamente el portador de este oficio Mr. Ricketts con su respuesta.
Como espero hacerme a la vela dentro de ocho o diez días para Inglaterra, creo que usted no permitirá que conduzca a mi país una mala impresión de los habitantes de este continente; si es la intención de usted devolver la gente, se servirá verificarlo por conducto del oficial conductor de esta carta.
Tengo el honor de ofrecerme su más obediente servidor.
Th. W. Holmes Coffin, capitán de la fragata de guerra de su majestad británica la Aretusa.
Al brigadier don Nicolás Bravo, o al comandante de la Magdalena.
Es traducción. Marín.
Número 5.
Oficio de Rayón a Morelos, relativo a los que preceden.
Excelentísimo señor.
Advierto vaciado enteramente el carácter inglés en la carta oficio que en 13 del último diciembre ha remitido a vuestra excelencia el caballero Holmes Coffin, y mucho más me persuado a que el estilo que observa es con el objeto precisamente de sacar a salvo sus millones, y que esta afligida nación, que no ha podido a pesar de las tiranas exacciones del gobierno, satisfacer los que se han librado, se obligue a hacerlo en lo sucesivo, aunque sea con las médulas de los huesos de este esqueleto en que quedarán destruidos nuestros opresores, pero si ellos no abren nuevos partidos, soy desde luego decidido al dictamen de vuestra excelencia, porque sería la mayor torpeza, aún cuando hubiera algunas razones para echarse esta carga, el admitirla sin prevenir el pago, y quedar expuestos a que para él se sacaran prendas y trabara ejecución como al deudor de plazo cumplido, bien que sobre esta materia se pensaría mucho cualesquiera resolución que se tomará.
No son de esperarse las mejores consecuencias de que Cádiz sea ya de los franceses, porque yo quisiera que estuvieran allá entretenidos, mientras concluimos en este continente con los enemigos de nuestra quietud, pues no es remoto que Napoleón, para desembarazarse de aquella gente que puede perturbar la posesión de su gobierno, habilite a cualesquier costo una expedición con la esperanza de la feraz y siempre envidiada América; estoy persuadido que aunque a los ingleses les interesa embarazar mucho este proyecto, la esperanza de rembolsar sus adeudos y cualquiera otro partido, unido al miedo que han concebido al conquistador de la Europa, los detendrá a ver con serenidad, y aún a influir en cualesquiera propuesta, a más de que es nación que por el orden ordinario de las cosas, debe también sufrir el trastorno de su vecina la España, etcétera.
Debemos aprovechar cualquiera ocasión que se nos presente de establecer nuestro comercio con el angloamericano, para las armas y efectos que necesitemos de él; más de ninguna manera permitir su introducción de nuestro envidiable terreno, porque sobre mantener la verdadera religión nada nos puede faltar en él para la vida sociable, pues en efecto esta es la tierra de promisión.
Dios guarde a vuestra excelencia muchos años.
Puruaran, marzo 2 de 1813.
Licenciado Ignacio Rayón.
Excelentísimo señor capitán general y vocal de la suprema junta nacional gubernativa de América, don José María Morelos.
Fuente:
J. E. Hernández y Dávalos. Historia de la Guerra de Independencia de México. Seis tomos. Primera edición 1877, José M. Sandoval, impresor. Edición facsimilar 1985. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia Nacional y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana. Edición 2007. Universidad Nacional Autónoma de México.
Versión digitalizada por la UNAM: Proyecto Independencia de México
La autenticidad de esta correspondencia está fuera de duda, pues Morelos y Rayón se refieren a ella varias veces; pero la versión aquí publicada, única disponible, es de procedencia realista, copiada en octubre de 1814, seguramente por Patricio Humana, aunque no lleva la firma de éste.
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Fuente:
http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/1813_112/Correspondencia_del_se_ntilde_or_Morelos_con_el_comandante_de_la_fragata_de_guerra_Aretusa_y_entre_aquel_y_Ray_oacute_n.shtml
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Re: Mexico no es bicentenario
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Historia Independencia
La casi extinta lucha insurgente de 1816.
La lucha insurgente, después de la ejecución de Morelos, quedó prácticamente reducida a la nada (41).
La ejecución y muerte del caudillo insurgente Morelos (22 de diciembre de 1815), dejó a la revolución independentista casi extinta. Sólo quedaban algunos focos de rebelión en diferentes partes del territorio. Vicente Guerrero , Bravo, Victoria y los hermanos Rayón , entre los más importantes.
Las diferencias entre los integrantes del Congreso y los jefes más antiguos del movimiento llegan a alturas insalvables. Don Manuel de Mier y Terán decide disolver el Congreso y apresar a los diputados.
1816.-
Para mediados del año de 1816 la situación del sueño de independencia se encontraba en una fase muy crítica. Muchos experimentados combatientes, viendo la causa perdida, se acogieron al indulto y entregando las armas juraron fidelidad a la corona*.
Francisco Javier Mina.-
En mayo de ese mismo año Francisco Javier Mina se embarca rumbo a América. No obstante su origen español, el bravo y conocido guerrero sale dispuesto a combatir a la tiranía de Fernando VII y a auxiliar a los insurgentes. Para él, luchar contra el rey en España o en sus colonias, significaba el mismo resultado.
Francisco Javier Mina no era un improvisado. Ya había dado muestras de arrojo, estrategia y valor en su lucha contra la ocupación francesa de Napoleón Bonaparte y el posterior absolutismo y tiranía de Fernando VII.
El 30 de junio la expedición de Mina atraca en Norfolk, Virginia. Ahí en Estados Unidos, el español junto al fray Servando Teresa de Mier, busca el apoyo económico necesario para continuar con su viaje a la Nueva España.
Finalmente, y tras muchos contratiempos, el 12 de abril de 1817 Francisco Javier Mina llega a Río Bravo en tres embarcaciones.
El virrey en turno, Juan Ruiz de Apodaca**, que estaba al tanto de los movimientos de Mina y de su desembarco, envío rápidamente un ejército realista comandado por Francisco de Beranger.
Soto la Marina.-
En Soto la Marina, Don Francisco, al mando de una escuadrilla (salida Veracruz), encuentra las embarcaciones que llevaron a la expedición de Mina a tierras novohispanas. Con gran facilidad, los tripulantes abandonaron los navíos y huyeron sin presentar combate. Inexplicablemente, Beranger se conforma y no va en persecución de Mina y se regresa al puerto de Veracruz.
Francisco Javier Mina, con 300 hombres, comienza su valiente expedición en favor de la rebelión insurgente en territorio continental de la Nueva España.
*Para ese momento Fernando VII era nuevamente el supremo monarca de España y sus colonias.
** Felix María Calleja del Rey había dejado de ser virrey de la Nueva España desde el 20 de septiembre de 1816. En su lugar asumió el cargo Don Juan Ruiz de Apodaca.
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Fuente:
https://mr.travelbymexico.com/4618-l...gente-de-1816/
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Re: Mexico no es bicentenario
José Gabriel de Armijo fue un militar realista novohispano oriundo de San Luis Potosí caracterizado por la tenacidad con que combatió a los insurgentes.
Queda claro que referirse a los realistas como “españoles” dando a entender que esas tropas las conformaban solo peninsulares es manipular los hechos.
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Historia Independencia
La implacable persecución de Armijo
La dura persecución a los jefes de la insurgencia realizada por José Gabriel de Armijo se hizo permanente después de las trágicas derrotas de Valladolid, Santa Lucía y Puruarán (38).
Ignacio López Rayón, tras las continuas derrotas, y la implacable persecución de las fuerzas realistas de José Gabriel Armijo, estaba muy decepcionado con la jefatura política y militar de José María Morelos. Exigía al Congreso que se despojara de todo mando al cura de Carácuaro para ejercerlo él mismo.
Los diputados del Congreso de Chilpancingo accedieron en parte a las demandas de Rayón y quitaron a Morelos sólo el mando político y lo ratificaron como jefe militar.
La siguiente acción del abatido Morelos recuerda las atrocidades cometidas por Miguel Hidalgo. En La Quebrada, Acapulco, mandó a degollar sin juicio o consideración alguna a 200 españoles que se encontraban detenidos en el fuerte de San Diego.
Su justificación era que él había ofrecido la vida de los prisioneros peninsulares a cambio de la vida de Mariano Matamoros. El virrey, Felix María Calleja, había hecho caso omiso de la petición*.
Mientras tanto, el 29 de marzo de 1814, el realista Melchor Álvarez recuperaba con suma facilidad la plaza de Oaxaca.
A esas alturas, el otrora poderoso ejército insurgente, se había convertido el pequeñas guerrillas que huían ante la presencia de cualquier fuerza gubernamental.
La persecución.-
La dura persecución de las tropas realistas, comandadas por José Gabriel de Armijo, sobre los restos de las fuerzas insurgentes no cejaba. Una a una, todas las batallas acababan en franca desbandada. Galeana, Guadalupe Victoria y otros importantes jefes revolucionarios en algunas ocasiones estuvieron a punto de ser capturados.
El jefe realista Armijo, con su implacable deseo de apresar a Morelos, atacó el campamento del Congreso apenas se le informó de su presencia cercana. Todos los soldados, diputados, secretarios y hasta el mismo Morelos huyeron a toda prisa.
El botín.-
Sin embargo, la rapidez del ataque de Armijo y de la huida permitió la captura de un valiosísimo tesoro: archivos, documentos, sellos, cofres de monedas de oro y los equipajes de los congresistas, incluyendo el propio de Morelos.
Finos, elegantes y ricos uniformes del caudillo**, un pectoral de oro tomado al obispo de Puebla y grandes cantidades de dinero entre otras muchas cosas más. Gran victoria para Calleja ya que el caudillo insurgente se quedaba sin recursos para continuar la lucha.
Un año después, Acapulco y varios ilustres insurgentes ya habían caído en manos de los realistas, entre ellos Miguel Bravo y el bravo Hermenegildo Galeana (27 de junio de 1815).
El casi desaparecido Congreso se encontraban en completo conflicto y no hallaban solución alguna. La anarquía entre los jefes y diputados se había enraizado por completo. Mientras tanto, Morelos se encontraba totalmente abatido por la muerte de Galeana y poco faltaba para que él también sufriera la misma suerte.
*Algunos investigadores sostienen que la carta que Morelos había enviado al virrey, solicitando el canje, llegó demasiado tarde; otros dicen que la sed de venganza de Calleja prevaleció, condenando a muerte a los españoles presos en San Diego.
** Los uniformes se exhibieron durante años en el Museo de Artillería de Madrid y fueron devueltos por el gobierno español para la conmemoración del inicio de la independencia en 1910.
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Fuente:
https://mr.travelbymexico.com/4594-l...ion-de-armijo/
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Re: Mexico no es bicentenario
Otro novohispano partidario de la corona, descendiente de nobleza española e indígena (de Texcoco) y tío y tutor de la independentista Leona Vicario.
Agustín Pomposo Fernández de San Salvador: Desengaños que a los insurgentes de N. España seducidos por los francmasones agentes de Napoleón dirige la verdad de la religión católica y la experiencia. Mexico: [s.n.], 1812 (en la Oficina de Mariano de Zúñiga y Ontiveros).- 162, p.; 15 cm
Procedencia: UOV (CGT-1248); UPCOMILLAS.
Agustín Pomposo Fernández de San Salvador nació en Toluca (México) en 1756 en el seno de una familia criolla, descendiente de españoles, y del último rey de Texcoco, Ixtlilxóchitl, según él mismo acreditó legalmente para obtener el grado de licenciado. Abogado de la Real Audiencia, entre otros cargos jurídicos y académicos que llegó a detentar, formó parte de la Arcadia de México, asociación literaria que se desarrolló de 1805 a 1812 en el Virreinato de Nueva España, siguiendo el modelo de la Arcadia clásica. Sus miembros, los árcades, usaban pseudónimos tomados de personajes mitológicos de la antigua Grecia para firmar algunas de sus obras, evitando de este modo la censura. Agustín Pomposo Fernández de San Salvador solía utilizar el mote de Mopso, célebre adivino griego, nieto del augur Tiresias de Tebas, que llegó a dominar el lenguaje de las aves.
Inscritos en la corriente literaria neoclásica, a partir de 1808, los árcades novohispanos escribieron, como consecuencia de los acontecimientos que se estaban desarrollando en España, artículos políticos, muchos de los cuales se publicaron en el Diario de México, fundado en 1807 y compuesto en la imprenta de la familia Zúñiga y Ontiveros, una de las más importantes de la Ciudad de México entre 1761 y 1825, e iniciada por los hermanos Cristóbal y Felipe, cuyos caracteres tipográficos habían sido comprados en Madrid y embarcados con licencia de Su Majestad hasta Nueva España. Así mismo, los Zúñiga y Ontiveros consiguieron adquirir parte de los tipos de la imprenta de Bernardino de Hogal. De manera que, tras la muerte de Cristóbal y la compra de su parte en la empresa, Felipe, matemático y topógrafo titulado, alcanzó un gran prestigio como impresor por sus publicaciones de libros científicos de autores autóctonos como Alzate, Bartolache o León y Gama –con los que tenía amistad-, así como por los Estatutos de la Real Academia de San Carlos, y por otras de carácter periódico como la Gazeta de México, compendio de noticias de Nueva España, que salía cada 15 días, o el Mercurio volante, con noticias importantes y curiosas sobre asuntos de Física y Medicina que, desde octubre de 1772 a febrero de 1773, fue el segundo periódico ilustrado mexicano y el primero dedicado a la Medicina.
Su hijo Mariano, también matemático, continuó con la publicación de la Gazeta y comenzó con el Diario de México, cuyo último número salió en enero de 1817, así como con las Efemérides calculadas y pronosticadas según el meridiano de México, calendario anual con información meteorológica, astrológica y otros temas de interés, que había iniciado su padre en 1752 y que alcanzó gran difusión y popularidad. Igualmente, publicó bandos oficiales y ordenanzas, antes de conseguir el nombramiento de Impresor Oficial del Gobierno en 1820.
La invasión de la Península Ibérica por las tropas napoleónicas y la respuesta del pueblo español provocó en los virreinatos americanos sentimientos encontrados, que iban desde la colaboración en defensa de la independencia de España frente a Francia, hasta la afirmación de la propia identidad americana frente a España, y que dieron lugar a la división de la sociedad colonial entre los partidarios de la Corona, y los partidarios de la independencia de ésta. Entre los primeros, destacó Agustín Pomposo que en este escrito daba argumentos a favor de la postura realista frente a la insurgente.
CCPB 000421781-0.—Medina, México, 10783.—Sabin, 24146
Autor comentario: María Eugenia López Varea.
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Fuente:
https://expobus.us.es/america/textos/233.htm
Enlace al documento citado
Desengaños que a los insurgentes de N. España seducidos por los francmasones agentes de Napoleón dirige la verdad de la religión católica y la experiencia.
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Re: Mexico no es bicentenario
En estos documentos Morelos trata de convencer a los americanos que militan en las filas realistas de pasarse a su bando.
Primera reconvención dirigida por José María Morelos, desde Cuautla, a los criollos que militan en las filas realistas.
Apróx. 23 de febrero de 1812.
A LOS CRIOLLOS QUE ANDAN CON LAS TROPAS DE LOS GACHUPINES
Amados hermanos:
Nuestra sentencia no es otra sino que los criollos gobiernen al reino y que los gachupines se vayan a su tierra o con su amigo el francés que pretende corromper nuestra religión.
Nosotros hemos jurado sacrificar nuestras vidas y haciendas en defensa de nuestra religión santa y nuestra patria, hasta restablecer nuestros derechos que tre(s)cientos años ha nos tienen usurpados los gachupines.
Para el efecto, tenemos por fondo todos los bienes de ellos y los que nos ofrece toda la Nación Americana; ésta es poderosísima en gente y reales, y también tiene no pocas armas que a fuerza de su valor ha quitado a las tropas de los gachupines.
Con que en todo estamos ventajosos, y aunque los gachupines no quieren irse a su tierra, ya porque su tierra está perdida y ya porque les duele dejar riquezas que no trajeron de su tierra, aquí van acabando a manos de los criollos, pues mucho más merecen por sus iniquidades.
Y vosotros perecéis con ellos, si os encontramos en ellos; y en caridad os suplico que dejéis a los gachupines y no perezcan los criollos que engañados con excomuniones y mentiras, los traen engañados, poniéndolos de carnaza para que nos maternos unos con otros.
¡Abrid los ojos, americanos, que la victoria está por nuestra! Ya hemos matado más de la mitad de los gachupines que había en el reino.
Pocos nos faltan que matar, pero en guerra justa; no matamos criaturas inocentes, sino gachupines de inaudita malicia.
Ya no hay España, porque el francés está apoderado de ella. Ya no hay Fernando VII porque o él se quiso ir a su Casa de Borbón a Francia y entonces no estamos obligados a reconocerlo por rey, o lo llevaron a fuerza, y entonces ya no existe.
Y aunque estuviera, a un reino conquistado le es lícito reconquistarse y a un reino obediente le es lícito no obedecer a su rey, cuando es gravoso en sus leyes, que se hacen insoportables, corno las que de día en día nos iban recargando en este reino los malditos gachupines adbitristas.
¡Oh malandrines, destructores del mejor reino!
Vosotros, americanos, a la vista de estas verdades elegiréis el mejor camino, que será el de apartaros de los gachupines, pues si no pereceréis con ellos sin que os valga disculpa; [así] pues, el campo tenéis libre.
Dios os ilumine, os guíe, os bendiga y os guarde como lo desea un defensor de la América.
José María Morelos.
Es copia.
Fuente:
Ernesto Lemoine Villicaña. Morelos, su vida revolucionaria a través de sus escritos y de otros testimonios de la época. Universidad Nacional Autónoma de México. Primera edición. México, 1965. p. 195-196.
Nota de Ernesto Lemoine Villicaña: Archivo General de la Nación (AGN), Operaciones de Guerra, t. 198, ff. 135-6. En carta dirigida al virrey desde Cuautlixco, el 23 de febrero de 1812, informándole del curso de las operaciones en torno de Cuautla, Calleja brinda detalles acerca de la forma en que esta proclama llegó a sus manos: "Sigue el enemigo encerrado en su recinto y esta mañana se halló a la salida del pueblo arcabuceado en cruz a un granadero que desde el día de la acción creíamos extraviado, con los dos papeles adjuntos, uno en cada mano, tan seductores como absurdos y tan absurdos corno ciertos en el egoísmo que atribuyen a los europeos" (mismo legajo, f. 134).
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Fuente:
http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/1812_113/Primera_reconvenci_n_dirigida_por_Jos_Mar_a_Morelos_desde_Cuautla_a_los_criollos_que_militan_en_las_filas_realistas.shtml
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Re: Mexico no es bicentenario
Segunda y más enérgica reconvención a los americanos que militan en las filas realistas, dirigida por José María Morelos al campamento de Calleja, durante los días heroicos del sitio de Cuautla.
Apróx. 23 de marzo de 1812.
A LOS AMERICANOS ENTUSIASMADOS DE LOS GACHUPINES
Soldados, todos los que militáis bajo las banderas de Calleja, escuchadme un momento procurando poner libre vuestro entendimiento para poder distinguir las verdades que no conocéis, por el entusiasmo en que os tienen o por la costumbre de obedecer tre(s)cientos años, sin saber siquiera por qué obedecéis.
¿Hasta cuándo, hasta cuándo será depuesta vuestra ceguedad?
¿Hasta cuándo conoceréis vuestros derechos?
¿Hasta cuándo retribuiréis con el reconocimiento a la obligación en que estáis con vuestros legítimos jefes americanos, que se desvelan por vuestra libertad y conservación?
¿Decidme, errados hombres, cuál es el rey que defendéis?
¿Se os oculta acaso que, prisionero en Francia con toda su real familia, se ha ligado con el estrecho caso de parentesco con Napoleón, casándose con la hija del emperador de Alemania, y que Pepe Botellas es rey de España?
¿No habéis oído decir siquiera, que lo mismo fue faltar Fernando VII y su familia de España, que empezar los europeos a formar Juntas para gobernarnos, ya la de Sevilla, ya la Central, ya la de Regencia, queriendo que en cada una de ellas resida la soberanía, que ninguna de ellas tiene legítimamente, y que después todas éstas han ido saliendo traidoras e inicuas, entregando cada una la parte que ha podido al francés?
Decidme, ¿qué pretendéis con esa obstinada resistencia? Yo os lo diré con sumo dolor de mi corazón. Escuchadme.
¿Pretendéis sea presa del francés nuestra querida patria, que se extinga de este precioso reino la sagrada religión, que se conviertan los sagrados templos en casas de prostitución, que sobreviniendo todo aquel cúmulo de males que no podéis dejar de conocer, ni yo me atrevo a prorrumpir sin lágrimas, seais instrumento inmediato de vuestra aniquilación temporal y espiritual?
¿Peleais por despojar al Señor Omnipotente de esta preciosa heredad y entregarla a Satanás?
No comprendo ni alcanzo cómo tenéis valor para coadyuvar a la más bárbara empresa que han visto lo siglos.
Vosotros, que habéis dado siempre las más irrefragables pruebas de amor a la religión, amor a la patria, ¿por qué (os pregunto), os habéis convertido en tiranos contra Dios, contra la patria, contra vuestros hermanos y contra vosotros mismos?
¿Por qué amparáis con tanto entusiasmo a los europeos que son vuestros mismos verdugos?
¿Qué no habéis observado acaso cómo se jactan y alegran de ver derramada vuestra sangre en las campañas?
¿Cómo se complacen al ver vuestras mujeres e hijos, hermanos y amigos, suspirando y padeciendo en vuestras chozas?
Todos dicen: contribuye a nuestra felicidad temporal, los criollos salvajes unos con otros se matan, sus familias perecen y mientras más tiempo menos insurgentes.
Así se explican éstos aun a vista de vosotros mismos. ¿Cuáles serán sus conferencias privadas? Meditadlas si tenéis valor, porque yo me asombro al considerarlas.
Escuchad las interiores voces de vuestra conciencia, que ella os hará ver con luz más clara que la del día, la maldad más inaudita de que estáis poseídos; y sobre todo, no me podéis negar cuántas veces, cuántas veces hablando con vosotros mismos al impulso de la voz de Dios, habéis dicho:
¿Qué es lo que estoy defendiendo? ¿Por qué me afano y expongo mi pecho al frente de las armas de mi amada Nación?
Y no habéis econtrado otra respuesta en vuestra conciencia que: Por defender a los europeos y sus haberes; y como éstos os tienen embelesados con aquella diabólica política sugerida del común enemigo, de ésta tomáis opinión y proseguís, pero no sin que vuestra conciencia os persuada lo contrario, sino que estéis sordos a las voces de Dios y de la naturaleza que, como pregonera, es fuerza que os hagan aquella impresión que perciben hasta los animales irracionales guiados de su instinto.
Pregunto a vosotros: ¿Habéis visto animal que busque de intento su aniquilación?; pero para qué es persuadiros, cuando conocéis los males y los bienes, y abusáis de éstos y buscáis aquéllos sin poder yo penetrar la causa que os mueve.
¡Oh Americanos, amados compatriotas míos, despertad de ese letargo que os tiene ofuscadas las potencias y seguid, os suplico, escuchando a quien desea el complemento de vuestras felicidades!
Sabed que la Soberanía, cuando faltan los reyes, sólo reside en la Nación; sabed también que toda Nación es libre y está autorizada para formar la clase de gobierno que le convenga y no ser esclava de otra; sabed igualmente (que bastantes noticias tendréis de ello), que estamos tan lejos de la herejía, que nuestra lid se reduce a defender y proteger en todos sus derechos nuestra santa religión, que es el blanco de nuestras miras, y extender el culto de Nuestra Señora la Virgen María, corno protectora y defensora visible de nuestra expedición; y si queréis ver milagros asombrosos y portentos originales en este reino, venid, venid uno siquiera de vosotros y estoy seguro que quedaréis pasmados al ver los efectos maravillosos que ha hecho vuestro continuo bloqueo en este pequeño pueblo protegido del cielo.
Lejos de ser vuestro tenaz fuego horrible a sus habitantes, antes se regocijan y complacen en Dios y su Madre Virgen, viendo los efectos, repito, tan al contrario de la naturaleza, que corrobora la fe de sus vecinos y los esfuerza a la continuación de nuestra justa causa; y omitiendo infinitas razones que tengo por patentaron, que es justa y santa, por no alargarme, sólo os diré por último que nuestras armas están pujantes y la América se ha de poner libre, querráis o no querráis vosotros, y que con defender, o mejor diré, ofender a vuestros hermanos de América, sólo conseguiréis se derrame más sangre para conseguirlo. ¿Y qué sangre?
Decidlo vosotros mismos: la de los americanos, sea de éste o de ese partido, pues los europeos bien saben guardarse, como vosotros lo sabéis; y no sólo guardarse sino alegrarse de vuestra infeliz y desgraciada suerte.
¿Cuando os halléis ante el Divino Tribunal, qué descargo daréis de esta porción de sangre derramada por vosotros?
Temblad amados compatriotas de continuar en estos crímenes tan bárbaros; lavad ese feo borrón, convirtiendo esas bayonetas en esos cuantos europeos amilanados que están a vuestra retaguardia, a quienes no hemos confundido nosotros, no por falta de fuerza, sino que para llegar a ellos es necesario primero derramar vuestra sangre, que tanto amamos, como que está por delante custodiando como cosa sagrada a la soberbia y tiranía.
¡Qué vergüenza! ¿Qué entusiasmo tan geno [sic] de un cristiano católico no haría otro tanto un turco o moro?
Por conclusión, quisiera preguntaros de muchas cosas, pero no quiero sólo de una.
¿Cómo tenéis valor, cómo tenéis auxilio en vuestra naturaleza para dirigir vuestros tiros a los sagrados templos de Jesucristo, donde reside sacramentado, donde se ofrece repetidas veces en sacrificio?
Aquí desfallece mi respiración y se me cae la pluma de horror; vuelvo a tornarla, y os digo con todas las veras de mi corazón que aunque mi ceguedad me tuviese sumergido en ese inicuo partido, como vosotros, estoy cierto que aunque se reuniesen todas las potestades de la tierra y las del cielo (si posible fuera), no serían bastantes a hacerme contener una maldad sobre toda maldad; perdería mil vidas antes que hacer fuego a aquel Señor que fabricó los cielos y la tierra; creería que en el momento de hacer fuego al cañón, me arrojaba a los infiernos.
¡Oh, cuánto sufres, Dios Omnipotente!
Vuelvo a proseguir suplicándoos que meditéis estas verdades y detestando ese partido, retribuyáis a vuestra patria, como debéis; de cuyos dignos jefes seréis no solamente bien recibidos, sino premiados altamente de vuestras acciones, y lo que es sobre todo, agradaréis a Dios, a quien ruego ilumine vuestras potencias, siendo propicio en perdonaros.
[José María Morelos].
Es copia [media rúbrica de Calleja].
Fuente:
Ernesto Lemoine Villicaña. Morelos, su vida revolucionaria a través de sus escritos y de otros testimonios de la época. Universidad Nacional Autónoma de México. Primera edición. México, 1965. p. 197-200.
Nota de Ernesto Lemoine Villicaña: Archivo General de la Nación (AGN), Operaciones de Guerra, t. 200, ff. 196-7. Esta formidable exhortación de Morelos, arrojada al campamento realista durante los días críticos del sitio de Cuautla, es mencionada por Calleja, en oficio al virrey, de 23 de marzo de 1812 (mismo vol., ff. 188-94), en los siguientes términos: "Incluyo a V.E. copia de uno de los muchos papeles seductores que atados a los cuellos de los caballos nos despacha cada día Morelos. Nuestros soldados le han contestado algunos en su idioma, lo que no me pesa, porque verá por ellos que es el soldado quien habla y lo poco que debe esperar por este camino, sin embargo de que en un mal suceso no tengo demasiada confianza."
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Fuente:
http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/1812_113/Segunda_y_m_s_en_rgica_reconvenci_n_a_los_americanos_que_militan_en_las_filas_realistas_dirigida_por_Jos_Mar_a_Morelos_al_campamento_de_Calleja_durante_los_d_as_heroicos_del_sitio_de_Cuautla.shtml
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Re: Mexico no es bicentenario
El dos de mayo de 1826, las cámaras de diputados y senadores abolieron los títulos nobiliarios, para eliminar la «dependencia o enlace de esta América con España»; pero el prestigio pervivió por algún tiempo, algunos nobles siguieron firmando con su distinción anteponiéndo el prefijo «ex» al título, aunque muchos regresaron a sus antiguos apellidos.
La independencia también arruinó matrimonios, don Vicente Gómez de la Cortina, conde consorte de la Cortina, regresó a España para no volver, una vez consumada la independenica, y su esposa, la poseedora del título, Dª María Ana Gómez de la Cortina, condesa de la Cortina, se quedó en México y ostentó el título firmando como «excondesa de la Cortina»; el hijo de ambos, don José María Justo Gómez de la Cortina, solicitó en España el reconocimiento a dicha dignidad y obtuvo el permiso de ambos gobiernos (México y España), para renunciar a la nacionalidad mexicana y adoptar la española, para ser el III Conde de la Cortina.
Don Felipe Zabalza, marqués consorte de Selva Nevada, vendió todo lo que le fue posible y salió con su familia a España, aunque falleció en el mar; su esposa Dª Soledad, nacida en Nueva España, dejó dos hijas en España y una de ellas fue la que refrendó el título mientras su madre regresaba a México.
El conde de Alcaraz quería que sus hijos regresasen a España, sus hijos fallecieron en La Habana mientras intentaban cumplir la voluntad de su padre y su hija Dª María Guadalupe Rengel y Fagoaga, se convirtió en la tercer persona en ostentar el título, su esposo, don Bernardo del Castillo, fue diputado a Cortes por Zacatecas en 1820, quien falleció, casándose la condesa con el ministro plenipotenciario de Guatemala en México en 1824. También Dª María Josefa Lópe de Peralta Villamil, consorte del III Conde de Regla, abandonó México después de haber sido dama de la emperatriz Dª Ana María de Iturbide, no sin antes divorciarse de su esposo y dejar a sus hijos, cuyas edades oscilaban entre 2 y 11 años.
La presión ejercida en las familias nobiliarias era grande, Dª María Ana de Pereda, marquesa de San Clemente, amenazó con desaheredar a su hijo si este se casaba con una mulata, eso en 1785. Lo cierto es que la mayoría de los nobles novohispanos, ocuparon puestos administrativos en México, fueron liberales y organizaron empresas, mantuvieron patrones matrimoniales similares a los del virreinato, pero incorporaron a nuevos grupos de poder, el II conde de Bassoco, don José María Bassoco de los Heros, formó la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; otros como don José Morán y del Villar, esposo de Dª María Loreto de Vivanco, marquesa de Vivanco, fue jefe del estado mayor del ejército.
La nobleza luchó para los realistas, como el Conde de Casa Rul, que falleció en el sitio de Cuautla; la nobleza luchó para los insurgentes, como don Antonio de Sesma, descendiente del Conde de Sierra Nevada; otros nobles firmaron el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, como el Conde de Regla, el Conde de Casa Heras Soto, el Marqués de San Miguel de Aguayo, el Marqués de San Juan de Rayas, el Marqués de Salinas y el Marqués de Salvatierra.
A diferencia de lo que se cree, no todos los nobles eran conservadores y retrográdas, v.gr.: don Manuel Romero de Terreros, descendientes del Conde de Regla, no resistió la implantación del Imperio de Maximiliano y abandonó el país, dejando las fachadas de su casa pintadas de negro en señal de luto.
Fuente: Zárate Toscano V. 2016. El destino de la nobleza novohispana en el siglo XIX: ¿decadencia o adaptación? Historia Mexicana. vol. LXV. pp. 1789-1815
https://scontent.fmex10-1.fna.fbcdn....12&oe=5EDD1C41
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Fuente:
https://www.facebook.com/gazetamexic...73298076310123
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Re: Mexico no es bicentenario
Morelos frena cualquier tipo de guerra de castas y fija las reglas que habrán de normar las confiscaciones de bienes del enemigo.
Guadalupe de Tecpan, 13 de octubre de 1811.
Don José María Morelos, Teniente General de Ejército y General en Jefe de los del Sur, etcétera.
Por cuanto un grandísimo equívoco que se ha padecido en esta costa, iba a precipitar a todos sus habitantes a la más horrorosa anarquía, o más bien en la más lamentable desolación, provenido este daño de excederse los oficiales de los límites de sus facultades, queriendo proceder el inferior contra el superior, cuya revolución ha entorpecido en gran manera los progresos de nuestras armas; y para cortar de raíz semejantes perturbaciones y desórdenes, he venido en declarar por decreto de este día, los puntos siguientes:
Que nuestro sistema sólo se encamina a que el gobierno político y militar que reside en los europeos, recaiga en los criollos, quienes guardarán mejor los derechos del Sr. D. Fernando VII; y en consecuencia, de que no haya distinción de calidades, sino que todos generalmente nos nombremos americanos, para que mirándonos como hermanos, vivamos en la santa paz que nuestro Redentor Jesucristo nos dejó cuando hizo su triunfante subida a los Cielos, de que se sigue que todos deben conocerlo, que no hay motivo para que las que se llamaban castas quieran destruirse unos con otros, los blancos contra los negros, o éstos contra los naturales, pues sería el yerro mayor que podían cometer los hombres, cuyo hecho no ha tenido ejemplar en todos los siglos y naciones, y mucho menos debíamos permitirlo en la presente época, porque sería la causa de nuestra total perdición, espiritual y temporal.
Que siendo los blancos los primeros representantes del Reino, y los que primero tomaron las armas en defensa de los naturales de los pueblos y demás castas, uniformándose con ellos, deben ser los blancos por este mérito el objeto de nuestra gratitud y no del odio que se quiere formar contra ellos.
Que los oficiales de las tropas, jueces y comisionados, no deben excederse de los términos de las facultades que se conceden a sus empleos, ni menos proceda el inferior contra el superior, si no fuere con especial comisión mía o de la Suprema Junta, por escrito y no de palabra, la que manifestará a la persona contra quien fuere a proceder.
Que ningún oficial como juez, ni comisionado, ni gente sin autoridad, dé auxilio para proceder el inferior contra el superior, mientras no se le manifieste orden especial mía o de S.M. la Suprema Junta, y se le haga saber por persona fidedigna.
Que ningún individuo, sea quien fuere, tome la voz de la Nación para estos procedimientos u otros alborotos, pues habiendo superioridad legítima y autorizada, deben ocurrir a ésta en los casos arduos y de traición, y ninguno procederá con autoridad propia.
Que no siendo como no es nuestro sistema proceder contra los ricos por razón de tales, ni menos contra los ricos criollos, ninguno se atreverá a echar mano de sus bienes, por muy rico que sea, por ser contra todo derecho semejante acción, principalmente contra la ley divina, que nos prohibe hurtar y tomar lo ajeno contra la voluntad de su dueño, y aún el pensamiento de codiciar las cosas ajenas.
Que aun siendo culpados algunos ricos, europeos o criollos, no se eche mano de sus bienes, sino con orden expresa del superior de la expedición, y con el orden y reglas que debe efectuarse por secuestro o embargo, para que todo tenga el uso debido.
Que los que se atrevieren a cometer atentados contra lo dispuesto en este Decreto, serán castigados con todo el rigor de las leyes; y la misma pena tendrán los que idearen sediciones y alborotos en otros acontecimientos que aquí no se expresan por indefinidos en los espíritus de malignidad, pero que son opuestos a la ley de Dios, tranquilidad de los habitantes del reino y progreso de nuestras armas.
Y para que llegue a noticia de todos y nadie alegue ignorancia, mando se publique por bando en esta ciudad y su partido, y en los demás de la comprensión de mi mando, y se fije en los parajes acostumbrados.
Es fecho en la Ciudad de Nuestra Señora de Guadalupe de Tecpan, a 13 de octubre de 1811.
Fuente:
Ernesto Lemoine Villicaña. Morelos, su vida revolucionaria a través de sus escritos y de otros testimonios de la época. Universidad Nacional Autónoma de México. Primera edición. México, 1965. p. 181-183.
(Nota de Ernesto Lemoine Villicaña: Artículo "Morelos y Pabón (D. José María)" en, Apéndice al Diccionario Universal de Historia y de Geografía, México, Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante, 1856, t. II, p. 925-26.)
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Fuente:
http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/1811_114/Morelos_frena_cualquier_tipo_de_guerra_de_castas_y_fija_las_reglas_que_habr_n_de_normar_las_confiscaciones_de_bienes_del_enemigo_printer.shtml
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Re: Mexico no es bicentenario
Este curioso documento trata sobre la búsqueda de Guadalupe Victoria hecha por Antonio López de Santa Anna para apresarlo; mencionando además a varios antiguos insurgentes que pidieron el perdón a las autoridades virreinales. Victoria incluso huyendo en calidad de piltrafa, mal alimentado y peor vestido. :p
Antonio López de Santa Anna a Pascual de Liñan, informe sobre la persecución contra Victoria.
San Diego, febrero 23 de 1819.
Excelentísimo señor:
Consecuente con lo que tenía participado a vuestra señoría, salí de este punto, el día 12 de la fecha, con 70 caballos, de los nuevos indultados con dirección a la sierra de Masatiopa, en busca del cabecilla Victoria, que las repetidas noticias que tienen de haberse pasado por aquel rumbo buscando el abrigo de los de su partido, Romero y Tinoco.
Emprendí mi marcha por el rumbo de Soloyapa, Río Blanco y Rincón Papaya, buscando siempre extraviados caminos, hasta que llegué a Masatiopa, la laguna e inmediaciones de aguas de azufre.
Recorrí todas aquellas serranías abriendo veredas al machete, por los breñales más ásperos, siempre que encontraba con algunos rastros, llegué al fin hasta Chilapa.
En este punto encontré al teniente del regimiento de Saboya don Mariano Ferrer, que con cien hombres de su cuerpo andaba también recorriendo aquellos puntos, me dijo que aquella sección y otra de igual fuerza, al mando del capitán Pío Gaetorro, que andaba por el rumbo de aguas de azufre, correspondía a la división de Oaxaca, al mando del señor coronel don Patricio Fernández, y que este jefe había quedado expedicionado por el rumbo del Pueblo Nuevo, en la Estanzuela.
También me dijo que el cabecilla Tinoco y el apostada Gandiaga, que eran de aquel rumbo, le habían pedido el indulto.
Estas noticias, las positivas con que me hallaba, de no estar Victoria en toda aquella sierra, y ya satisfecho de que los indios de Masatiopa, se habían presentado todos al indulto y aún quedaban reunidos en su pueblo para reformarlo y vivir bajo sus antiguas leyes, me hicieron pensar en perseguir al cabecilla Romero (único que ha quedado en toda la sierra y con sólo unos quince o veinte hombres muy mal armados) y dirigirme por el camino de Acatlán.
A este malvado lo perseguí, tres días continuados, siguiendo sus huellas por asperísimos caminos, hasta que cerciorado que una corta sección correspondiente a las Villas andaba con sólo el destino de perseguirlo y que mi gente se hallaba ya sin víveres y muy estropeados sus caballos, resolví regresarme para este punto al que acabo de llegar.
Para cerciorarme del verdadero rumbo en que se hallaba el contumaz Victoria y pasar después de su persecución pasé por Córdoba y supe de facto que el señor Marqués de Vivanco, que otro cabecilla se hallaba en la inmediación del Varejonal, por las barrancas de Santa María, de donde no había salido, que ya anda sólo porque todos lo han abandonado al ver su temeridad en querer subsistir prófugo y hambriento en aquellos bosques, que está bien extenuado y aún con calentura de resultas del poco alimento, pues con sólo cogollos de carbón y papayas asadas se ha mantenido, que casi anda descalzo y hecho una miseria todo su cuerpo, con las espinadas y golpes que ha llevado al huir de las partidas que no han cesado de perseguirlo.
Que todo se ha sabido por las declaraciones del que se fugó últimamente del lado de Victoria, y prudentemente se opina que tan bárbaro hombre deberá en muy breve terminar con su existencia o caer en manos de los que persiguen.
Aunque por haber llegado bien enfermo no puedo marchar enseguida en busca de Victoria como tenía dispuesto, he determinado, sin embargo, que esta misma noche salga una partida de 30 hombres de infantería por el rumbo del Varejonal y barrancas de santa María con el fin de rastrear su persona y la de Cleto Casas y Bonilla que son los únicos que han quedado por aquel rumbo y también sólo y errantes por los bosques.
Debo recomendar a vuestra señoría muy particularmente al capitán de indultados, Félix González, por el nuevo servicio que ha hecho a sus subalternos y a todos los individuos que me acompañaron a una correría tan penosa.
Ellos todos deseaban con ansia encontrar la ocasión para acreditar con sus brazos su verdadero arrepentimiento y distinguirse en el servicio de su soberano, me daba gusto el notar el empeño que mostraban en buscar al enemigo y el gusto con que sufrían todos los trabajos consiguientes de once días de continuas marchas por caminos que sólo el verlos causaban horror y que para transitarlos fue necesario que con sus machetes y brazos fueran abriéndolos.
Son por tanto, acreedores a que vuestra señoría se digne elevar este servicio al excelentísimo señor virrey para que su excelencia sea sabedor de las pruebas de arrepentimiento y fidelidad que están dando los indultados de esta demarcación.
Dios guarde a vuestra excelencia muchos años.
San Diego, febrero 23 de 1819.
Antonio López de Santa Anna.
[Rúbrica]
Mariscal de campo, Pascual de Liñan, comandante general y gobernador intendente de la provincia de Veracruz.
Fuente original:
AGN (Archivo General de la Nación), Operaciones de Guerra, vol. 490, fs. 165-168 v.
Fuente:
Carlos Herrejón Peredo y Carmen Saucedo Zarco. Guadalupe Victoria. Documentos. Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México. Secretaría de Educación Pública. México, 2012. Primera edición. 557 pp.
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Fuente:
http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/1819_106/Antonio_L_oacute_pez_de_Santa_Anna_a_Pascual_de_Li_ntilde_an_informe_sobre_la_persecuci_oacute_n_contra_Victoria.shtml
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Re: Mexico no es bicentenario
Manifiesto del señor licenciado don Ignacio Aldama, formado estando preso en la capilla para fusilarlo.
Monclova, 19 de junio de 1811.
NÚMERO 232 - Tomo II
El señor gobernador don Antonio Cordero ha remitido al excelentísimo señor virrey el siguiente oficio con el manifiesto que acompaña.
Excelentísimo señor.—
El licenciado don Ignacio Aldama, hallándose en capilla para sufrir el último suplicio, me pidió ayer permiso para formar el adjunto manifiesto; papel de que con el más debido respeto dirijo a vuestra excelencia un testimonio, para los fines que vuestra excelencia tuviese por convenientes.—
Dios guarde a vuestra excelencia muchos años.
Monclova, junio 19 de 1811 .—
Excelentísimo señor.—
Antonio Cordero.—
Excelentísimo señor virrey de Nueva España don Francisco Javier Venegas.
MANIFIESTO
Nuestro gran Dios y señor de cielos y tierra, que dio a su mismo hijo por salvarnos, y no omite medio alguno para nuestra salvación y felicidad eterna, por los caminos más incógnitos a la penetración humana, se ha dignado abrir los ojos del mayor de los pecadores, que soy yo, por medio del prudente y sabio confesor que le destinó su providencia, y por los auxilios y reflexiones que le ha permitido en sus calabozos y prisiones, para confesar a la faz del mundo, que preocupado mi entendimiento del error, obscurecido hasta el grado de no conocerlo, llegó a creer justa la insurrección que ha ocasionado en el reino tan grandes desgracias, desórdenes y perjuicios al Estado, a nuestros hermanos los europeos, a los mismos criollos y a sus inocentes familias;
pero verdaderamente arrepentido de todos sus errores y delitos, y deseoso de dar una pública satisfacción en desagravio de nuestro redentor Jesucristo, de mi madre María Santísima de Guadalupe, y de todos mis prójimos y hermanos, no puedo menos en el trance de la muerte en que me hallo, que confesarlos, llorarlos, detestarlos y aborrecerlos; suplicando a todos cuantos por mi causa, directa o indirectamente hubieren recibido algún perjuicio espiritual o temporal;
a cuantos haya escandalizado y seducido con mi mal ejemplo, con mis persuasiones de palabra, por escrito o en cualquiera otra forma; a cuantos he injuriado y calumniado, tanto europeos como criollos, especialmente a los señores sacerdotes, a los santos y venerables religiosos de la Santa Cruz y Nuestra Señora del Carmen, a los señores arzobispos y obispos del señor, a los señores inquisidores, a los rectos y justos tribunales y magistrados, y a todas las clases del estado, me perdonen por amor de Dios, y que quemen y despedacen cuantos papeles se encuentren míos, y crean que la verdadera felicidad consiste en la paz, y en la obediencia, sumisión y respeto a las legítimas autoridades, y a las justicias establecidas por Dios y por el rey nuestro señor para mantener el buen orden, quietud y seguridad de sus amados vasallos, y que se desengañen, y en mí tienen el evidente ejemplar o desengaño de pobreza, imbecilidad y miseria del humano entendimiento, y de que para humillar mi soberbia y presunción de que algo supiese por ser letrado, se ha dignado castigarme con haber caído en tan crasos errores, que apenas se hacen creíbles, y han ocasionado mi ruina y el justo castigo que voy a sufrir, para satisfacer con mi vida los agravios y ofensas hechas al Señor que me crió y redimió, y en cuyas manos pongo mi pobrecita alma, para que por su preciosa sangre y méritos infinitos de su sacratísima vida, pasión y muerte, y los de su santísima madre, se digne perdonarme y sacarme de este mundo, concediéndome su gracia en la hora de mi muerte.—
Ciudad de Monclova, 18 de junio de 1811 .—
Licenciado Ignacio Aldama.
En el mismo día, mes y año, el señor capitán de milicias provinciales de caballería en la colonia del Nuevo Santander, don Miguel de Arcos, juez fiscal que ha sido en la causa formada al licenciado don Ignacio Aldama, de orden del señor gobernador de esta provincia, coronel don Antonio Cordera, pasó conmigo el presente escribano a la capilla del hospital militar de esta capital, donde se halla el referido licenciado, y teniéndolo presente por ante mí, le interrogó sobre si el papel que se le puso a la vista lo ha trabajado por sí mismo, y si la firma que se halla a su calce es la que ha acostumbrado usar en todos sus negocios, así civiles como criminales, y si es el propio que hizo pasar a la superior vista del citado señor gobernador, para que notariándolo en todos los pueblos, se tenga un público testimonio de la detestación que ha hecho de los errores en que cayó por un efecto de la humana fragilidad; y entendido de todo, dijo: que es cierto todo lo relacionado porque el citado papel lo ha trabajado él mismo;
lo firmó y dirigió al señor gobernador, con el justo objeto de que publicándose esta sencilla, humilde e ingenua confesión, se venga a desimpresionar de los errores en que han caído, particularmente aquellos a quienes haya persuadido o tratado de persuadir en el tiempo de sus yerros.
Lo que firmó con el señor juez fiscal y conmigo el presente escribano.—
José Miguel de Arcos.—
Licenciado Ignacio de Aldama.—
Juan Antonio del Moral.—
Es copia de que certifico.
Monclova, 19 de junio de 1811 .—
Antonio Cordero.
Fuente:
J. E. Hernández y Dávalos. Historia de la Guerra de Independencia de México. Seis tomos. Primera edición 1877, José M. Sandoval, impresor. Edición facsimilar 1985. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia Nacional y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana. Edición 2007. Universidad Nacional Autónoma de México.
Versión digitalizada por la UNAM: Proyecto Independencia de México
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Fuente:
Manifiesto del señor licenciado don Ignacio Aldama, formado estando preso en la capilla para fusilarlo.
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Re: Mexico no es bicentenario
En este texto se narra la forma en la que fue arrebatada la ciudad de Zacatecas de manos de los insurgentes. Es curiosa la mención constante de los indígenas “tarumares“ (he de suponer que se refiere a los tarahumaras o rarámuris) combatiendo en las filas realistas, dirigidos por un sacerdote llamado José Francisco Álvarez, que según he investigado, era conocido por sus excesos al ajusticiar a los rebeldes lo que le valió el apodo del “cura chicharronero”.
Carta sobre la reconquista de Zacatecas el 17 de febrero de 1811.
Zacatecas, 18 de febrero de 1811.
NÚMERO 205 - Tomo II
Ilustrísimo señor y mi muy amado y respetado padre.
Desde el 21 del pasado no había ocurrido en este ejército cosa que mereciera la atención de vuestra señoría ilustrísima y no había yo querido ocuparla con noticias que no tuvieran todo el carácter de ciertas; pero la gloriosa reconquista de Zacatecas, verificada el día de ayer, es sin duda un objeto digno de la consideración de vuestra señoría ilustrísima tanto por la imponderable bizarría con que se hizo, como por las incalculables ventajas que trae a las provincias internas en su completa seguridad, y a todo el reino en su total pacificación.
Como esto no es un parte militar, sino una humilde carta que dirige a su ilustrísimo prelado el menor de sus súbditos; no me considero obligado a ser conciso, ni se podría detallar en pocas palabras una acción que demanda muchos pliegos y que eternizará la fama de las armas reales de la Nueva Vizcaya.
Señor ilustrísimo: no sé si el júbilo que transporta mi alma, y la celeridad y precipitación con que pongo este papel me permitirán explicar con orden, claridad y distinción lo ocurrido; temo no atinar con mi objeto, y sólo el amor que debo a vuestra señoría ilustrísima y su natural bondad me animan a hacerle en globo la narración del memorable combate del 17 de febrero, honrosísimo para la Nueva Vizcaya y sus inmortales hijos.
Una orden condicional del señor intendente de Durango, dirigida al señor comandante de estas armas capitán don José Manuel de Ochoa para atacar a Zacatecas, le hizo emprender a esta ciudad su marcha a pesar de la incertidumbre que se tenía del número de enemigos y fuerzas que la ocupaban.
La víspera de tomarla, se presentaron en la hacienda del Maguey donde estaba nuestro ejército los reverendos padres fray Antonio Gálvez y fray Rafael Miñón, comisionados y autorizados por este ayuntamiento para tratar asuntos relativos a nuestra entrada en Zacatecas.
Hicieron los padres sus propuestas que no se admitieron, ni se les permitió volver solos a este lugar antes que nosotros.
El mismo día 16, a las seis y media de la tarde avanzó nuestro ejército compuesto del escaso número de 600 hombres de caballería, y 300 indios de flecha.
La fuerza toda venía repartida y destinada de este modo.
Marchaba delante formando un cuerpo por separado toda la infantería.
El señor comandante con sus batidores y guardia de prevención, y acompañado de algunos de los sacerdotes que andamos en el ejército y de los dos religiosos comisionados.
Venía a la cabeza de la vanguardia compuesta de las compañías veteranas 1', 3' y 4' volantes.
En el centro venía la artillería con la compañía de este real cuerpo guarnecida con la de Sombrerete, de San Lorenzo y Ramos.
La retaguardia se componía de las otras compañías auxiliares; y el cuerpo de reserva constaba de la 1', 2' y 4' de voluntarios.
Toda la división de caballería del señor cura de Santa Cruz marchaba por separado para obrar en el lugar que conviniese por la derecha o por la izquierda.
A las doce y media de la noche estaban coronadas con 80 tarumares cada una de las alturas del Grillo y de la Bufa y lo restante del ejército sobre Quebradilla, esperando que llegara la hora en que se había dispuesto el asalto.
A las cuatro y media bajó con tres compañías de su división; dos de caballería y una de tarumares el señor cura de Santa Cruz don José Francisco Álvarez a tomar dos baterías que tenían los rebeldes, una de 3 cañones de grueso calibre en la plaza de la alhóndiga, y otra de 5 pedreros en la plaza real.
Las tomó en efecto este dignísimo caudillo escogido, después de haber opuesto el pecho de bronce a una multitud casi infinita de balas que expedían los cañones y los frascos.
Esta acción fue muy heroica por las muchas circunstancias que concurrieron.
La gente era poca para una situación tan ventajosa al enemigo; pero al favor de las tinieblas pudo aparentar el señor cura que tenía gran fuerza, cerrando algunas bocacalles con diez hombres, para que creyera el enemigo, como lo creyó, que eran cabezas de grandes columnas.
Esto contribuyó mucho al terror del pueblo furiosísimo, pero no impidió que el honor del clero de Durango Álvarez se viera en medio de cuatro fuegos que le hacían a un tiempo por las calles y azoteas.
El graneado que él hacía y el indecible valor de sus dignos feligreses arredraron la multitud y pudieron contenerla en el atrio de la parroquia hasta que llegó a aquel punto el centro, que se había retardado un algo para no desamparar la artillería que caminaba con mucha lentitud por la incomodidad del terreno y la ignorancia que teníamos todos de las calles.
Las guías se habían perdido y la columna se había desordenado un poco por el ardor con que cada uno quería volar al mayor riesgo.
Forzó en fin el centro todas las calles, sufriendo una inmensa lluvia de balas hasta la plaza mayor, donde se colocó la artillería.
Aquí, señor ilustrísimo, son innumerables los objetos que llaman mi atención; no sé qué diga ni qué deje de decir; no hallo por donde empezar, ni me determino a hacer el elogio de los unos por no defraudar el mérito de los otros.
Hasta este punto acompañé al héroe de las provincias internas, al modelo de los guerreros, al rayo de Zacatecas, al dignísimo jefe de estas armas el señor don José Manuel de Ochoa; hasta este punto tuve la deliciosa complacencia de escuchar sus prudentísimas disposiciones, presenciar sus sabias medidas, sus atinados proyectos, y admirar con su pericia en la guerra aquel valor y serenidad que materialmente me arrancaron de los ojos algunas lágrimas de ternura.
Separado ya de aquel grande hombre, me dirigí con un mozo que cuidaba de mi persona a diversos puntos que llamaban mi atención por el vivo fuego que se hacía para dar a mis semejantes el auxilio que podía proporcionarles.
Serían las siete de la mañana cuando comenzó a serenar la borrasca, y en esta hora se dirigió a Guadalupe con dos compañías de su mando el señor cura Álvarez, con el fin de quitar una gran porción de caballada que tenían por allí los insurgentes, pero éstos la retiraron cuando supieron y sintieron en la madrugada el fuego de los cañones.
Mientras que duró el combate, fueron tantos los denuncios sobre tesoros ocultos con cabecillas y pertrechos de guerra, y tantos los partes y noticias que en cada momento recibía el comandante, que cualquiera otro se habría atolondrado; pero nada menos que eso, a todo daba vado; todo lo ordenaba y disponía con el mayor acierto, cautela y previsión, como por la grandeza de ánimo que forma su propio y verdadero carácter.
Cuando la batalla estaba en el mayor calor y la confusión general podía compararse con la del infierno, avisé yo al señor Ochoa (porque había tenido de ello mil denuncios) que Allende y Aldama estaban escondidos en una casa con muchos preparativos de defensa y con un tesoro incalculable, todo en un socavón.
Mientras premeditó algunos momentos la providencia que debía tomar, vino con la misma noticia el padre Pitaluga que ha padecido mucho, y al instante mandó el jefe que desfilaran cien hombres y puesto a la cabeza de ellos, se dirigió conmigo para aquella casa, formó su gente como convenía, mandó abrir y derribar la puerta, y pidiéndole el sargento Mata la orden, respondió yo mismo la he de ejecutar.
En efecto, se apeó con sus armas del caballo y entró solo con el capitán don Juan José Zambrano en aquella casa que suponía llena de hombres armados, dejándome afuera cuidadoso y admirando un valor tan singular y extraordinario.
Por desgracia no se pudieron encontrar los infames que se buscaban, pero aún hay esperanzas de cogerlos.
No acabaría en mucho tiempo si hubiera de referir todos los hechos particulares de este militar famoso; sólo puedo asegurar a vuestra señoría ilustrísima que no tienen los hombres con que premiar su mérito; es muy limitado el poder humano para recompensar dignamente acciones tan gloriosas.
La escasez del tiempo y la reflexión que antes hice en punto a esto no me permiten hablar a vuestra señoría ilustrísima en particular de cada soldado; todos eran áspides que sólo con ver mataban, o tigres que con sólo su amago derribaban a los hombres.
Por más que se esfuerce el entendimiento y se apure la imaginación no se podría concebir entusiasmo, valor ni intrepidez y atrevimientos mayores; tanto era menester para rendir con tan poca gente una ciudad que tenía un muro en cada ventana, en cada azotea un castillo.
Sin embargo de la pretexta que acabo de hacer de no individualizar a ninguno, quiero tener la satisfacción de hacer saber a vuestra señoría ilustrísima el muy grande valor, y muy acreditado en esta vez, de don Pedro Corral, soldado de la compañía de Fernandinos de Durango, que se expuso a los mayores peligros, castigó suficientemente a los traidores dando muerte a muchos, y vengó completamente los ultrajes de nuestra religión y leyes.
Tiene este benemérito soldado toda la recomendación del señor cura Álvarez, testigo de muchas de sus hazañas, como también lo fui de su ardor para escarmentar al enemigo.
A las diez del día se hubo de rendir a viva fuerza Zacatecas.
Se repicó por largo rato la victoria, se cubrieron de cortinas todos los balcones; respiraron los buenos que estaban pendientes del crédito feliz de nuestras armas; volvió la tranquilidad a los corazones agitados y oprimidos; no se oía por todas partes más que el dulce nombre de FERNANDO VII que pronunciaba alegrísima y orgullosa la triunfante tropa que repetían enternecidos los hombres, las mujeres y los niños de todas calidades y clases; se paseó por las plazas y calles entre las festivas músicas el estandarte con una guardia respetable y el inmortal jefe coronado con su victoria más que con una guirnalda que le regalaron y puso en el sombrero.
Recibió en la plaza montado en su caballo al clero secular y autoridades que allí mismo fueron a cumplimentarlo; después peroró en la misma plaza y puso en libertad como tres mil prisioneros, que explicaron su agradecimiento con los más alegres vivas arrojando al aire su sombrero y haciendo mil demostraciones de júbilo; era una gloria ver los parabienes que tributaban de los balcones y calles al libertador de Zacatecas.
El señor cura del Fresnillo subió a un balcón y dijo una hermosa plática; en seguida subí yo al mismo puesto, leí una proclama del comandante y dije otra exhortación al pueblo y tropa.
Murieron muchísimos rebeldes, aún no se sabe el número, y nuestro quebranto consistió sólo en un tambor y un tarumar heridos.
Si yo no hubiera visto y hallándome en esta batalla, no fuera tanta la admiración que me causa el no haber muerto ni uno de los nuestros.
Me parecía imposible que las muchas balas que pasaban por cerca de mi cara y de mi cabeza dejasen de herir a alguno de los muchos que estaban a mi espalda.
Es necesario recurrir a una providencia especial de Dios para... no me acordaba que hablaba con mi prelado ilustrísimo, para abstenerme de estas reflexiones que vuestra señoría ilustrísima hace tan frecuentemente.
Mientras duró el combate, se tomaron al enemigo los dichos, 130 frascos de metralla, muchas arrobas de ésta, con otros mil pertrechos de guerra.
Quedan prisioneros muchos cabecillas de los principales, el padre don Ignacio Pro, con el prior de San Juan de Dios, y otro eclesiástico que no sé su nombre.
Señor ilustrísimo no me es preciso seguir; ya sale el correo que por un especial favor del señor comandante me ha esperado media hora.
Disimule por tanto vuestra señoría ilustrísima que deje incompleta mi narración.
Dios guarde la interesante vida de vuestra señoría ilustrísima muchos años.
Besa los pies de vuestra señoría ilustrísima su más atento súbdito, agradecido hijo. Seguro servidor y capellán el menor de todos.—
José Francisco de Gandarilla.
Fuente:
J. E. Hernández y Dávalos. Historia de la Guerra de Independencia de México. Seis tomos. Primera edición 1877, José M. Sandoval, impresor. Edición facsimilar 1985. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia Nacional y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana. Edición 2007. Universidad Nacional Autónoma de México.
Versión digitalizada por la UNAM: Proyecto Independencia de México
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Fuente:
http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/1811_114/Carta_sobre_la_reconquista_de_Zacatecas_el_17_de_febrero_de_1811.shtml
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Re: Mexico no es bicentenario
Interesantes declaraciones de un cura insurgente que confirma que ellos buscaban la ayuda de los yanquis para continuar la revolución y que se sostenían de las ayudas que tanto criollos como españoles les proporcionaban (si, hubo españoles independentistas)
Causa de Morelos. Importantes revelaciones acerca del movimiento insurgente, declaradas por el capellán del caudillo, presbítero José María Morales.
México, noviembre 24 de 1815.
Recíbase a los presbíteros D. José María Morelos y D. José María Morales, declaración inquisitiva del estado actual de la rebelión, por lo que su noticia pueda conducir al acierto de las providencias sucesivas del Excmo. Sr. Virrey y del Illmo. Sr. Arzobispo electo.
Así lo proveyeron, mandaron y firmaron los señores de la Jurisdicción Unida, por ante mí, de que doy fe. Batallar. Flores. Luis Calderón [rúbricas].
DECLARACIÓN DE MORALES.
En el mismo día, compareció inmediatamente el presbítero preso, D. José María Morales, y para la declaración acordada, sus señorías le recibieron juramento que hizo en forma, como sacerdote, bajo el cual ofreció decir verdad. Y en esta virtud, se le preguntó lo siguiente:
Preguntado sobre el estado actual de la rebelión y de todo lo que al gobierno secular y eclesiástico le interesa saber, dijo:
Que los rebeldes no tienen hecho tratado alguno de alianza con los angloamericanos ni con otra potencia, aunque han tratado de negociarla con los primeros, y todo lo que hasta ahora han conseguido ha sido una contestación que el gobernador de la Luisiana le dio a Álvarez de Toledo, reducida a manifestarle que se alegraría de que los insurgentes de esta Nueva España saliesen con su intento para reconocerlos como potencia independiente; cuya contestación la recibió Morelos (a quien Álvarez de Toledo se la dirigió) no original, sino inserta en carta que el mismo le escribió. Y vio y oyó leer el deponente, que Toledo le decía en su carta que había adquirido mucha gloria con sus hazañas, y desearía que lo nombrase por su compañero.
En otra carta que dirigió al llamado Congreso, le manifestaba a éste lo falto de recursos que se hallaba, de manera que estaba atenido a que un amigo lo mantuviese, y por esto era necesario, para ponerse en estado de que los auxiliase, que le remitieren al menos medio millón de pesos, aunque fuese en cantidades parciales y en libranzas, porque así se facilitaría la cobranza, más bien que en cantidades gruesas; cuyas cartas se recibieron por el mes de mayo de este año.
Que ha oído decir que se han hecho varias remisiones de dinero a la Nueva Orleans, pero como mienten tanto en esto como en todo lo demás, sólo tiene el deponente por ciertas, quiere decir más probables, dos: una de doce mil pesos que se anduvieron juntando con mucho apuro para comprar armas; y otra que llevó Anaya, el Mariscal, la que decían unos que había sido como cuarenta mil pesos, otros que veinte, y él que no pasó de tres.
Acerca de lo cual y de las malas cuentas que dio, fue reconvenido en sesión pública, que el deponente presenció, aunque no sabe en lo que por último paró esta dependencia.
Que todo lo que hasta ahora han recibido los rebeldes, según se decía, aunque el deponente no lo cree, por lo mucho que mienten, son trecientos fusiles que Anaya dijo haber traído y dejado también algún dinero para que se comprasen más.
Y que en la carta de Toledo, dirigida al Congreso, de que antes ha -hecho mención, recuerda ahora que le pecha le mandase oficiales insurgentes; y va enviado plenipotenciario de ellos, para cuyo cargo al que consideraba más a propósito era a Cos.
Que, en consecuencia, se le mandaron como cuarenta oficiales, poco más o menos, según lo que dijeron, aunque el exponente dificulta que hubiesen completado este número.
Se nombró de plenipotenciario al Lic. Herrera, cura que fue de Chautla, y de comandante o director de los barcos corsarios que se trataron de poner al mismo tiempo, a Peredo, el que estuvo en la Inquisición, y a un italianó, de cuyo nombre y apellido no se acuerda.
Que a Peredo se le habilitó con mil pesos, al plenipotenciario Herrera con seis mil y a los demás no se acuerda con cúanto; y no supo ni entendió tampoco si llevaron algún dinero más para los fines de su comisión.
Que las fuerzas con que cuentan los rebeldes, no las sabe a punto fijo, ni cree que lo sepa tampoco el mismo Morelos; y sólo puede decir que las divisiones más acreditadas y que corrían y corren por más numerosas, eran la de Bargas, de quien se decía que tenía cinco mil fusiles, aunque él le confesó al declarante que no eran más de quinientos; la de Rosas y Ortiz, que fue derrotada últimamente; y la de Rosales, que no sabe de qué gente se compondrá; la del padre Torres, que podrá tener como quinientos hombres cuando los junte todos, porque no siempre los tiene sobre las anuas, sino sólo cuando se le ofrece alguna expedición; y las de otros dos, de cuyos nombres no se acuerda, de las cuales la una se reputa de consideración y la otra no.
Que todas éstas operan en lo que llaman Bajío y del lado de la costa del Sur, y no tiene conocimiento de las que andan por este otro lado de la costa del Norte. Advirtiendo que el Bargas de que ha hablado, no es el que anda por Ajusco, sino el que está en el Bajío, y se llama José María, el cual tiene grado de Mariscal.
Que los recursos que tienen los rebeldes para mantener sus tropas y ocurrir a los demás gastos que se les ofrece, se reducen al producto de las haciendas de europeos y criollos que siguen su partido, de que se han hecho dueños y las tienen en administración, las cuales les producen poco, así por las malas cuentas de los administradores, como porque al acercarse las tropas del Rey tienen que abandonarlas y todo se pierde.
A las contribuciones que imponen sobre las familias, exigiendo dos reales mensales de cada una, siempre que pueden, es decir, cuando no están protegidas por las tropas del Rey; a un real que daba por el pasaporte el que lo pedía, y a una exacción que hacen a los que piden licencia para venir a comerciar a los pueblos que están por el Rey, la cual es mayor o menor según la importancia del comercio.
Que todo esto es del lado del Bajío y del Sur, de que el deponente tiene noticia, añadiendo que algunas veces suelen exigir donativos; y cuando tienen alguna bonanza, ocurren asimismo con ella a las necesidades que padecen, que [son] frecuentes.
Que cree que ni Morelos, ni Rayón ni ninguno de todos los otros cabecillas tienen dinero guardado ni enterrado, por lo que ha visto y observado, pues aunque Morelos sacó mucho de Oaxaca, lo perdió todo en la derrota de Tlacotepec, de manera que uno tuvo que darle una camisa, porque no libertó más que lo que llevaba puesto.
Que se acordó la traslación de las Corporaciones de la Nueva Constitución Provisional al pueblo de Tehuacán, por haber parecido el más a propósito, tanto por la cercanía de la costa, que facilitaba la correspondencia con los enviados a la Nueva Orleans, como por componer las desavenencias que se habían suscitado entre las divisiones de las provincias de Puebla y Veracruz; y que este era el objeto de la expedición que ha derrotado el señor Concha en Temalaca.
Que los individuos de las Corporaciones habían pasado ya cuando empezó el ataque, porque iban por delante.
Que del Congreso Legislativo sólo iban cinco, y eran los dos licenciados Castañeda, el Lic. Alas, Sesma el viejo y el indio González; y aunque ha oído decir que Sesma murió en el ataque, no sabe cómo sucedería, si no es que se atrasó por ir, como en efecto iba, enfermo.
Y que los otros vocales del Congreso, que por todos son en el día hasta trece, se quedaron por allá, excusándose a venir, por los motivos que cada uno tuvo o pretextó.
Que del Supremo Tribunal de Justicia venía Ponce, que es el Presidente, Martínez, vocal suplente, y un licenciado de Valladolid, de cuyo nombre y apellido no se acuerda ahora.
Que la tropa que llevaba Morelos y derrotó el señor Concha, se componía en todo, según lo que vio el deponente, de quinientos hombres: tres[c]ientos de caballería, poco más o menos, y docientos infantes.
Y que con motivo de esta traslación, dejaron en la provincia de Michoacán tina Junta Gubernativa y dependiente de la Suprema, compuesta de cinco individuos, que no sabe, digo, no tiene presente quiénes, a excepción de uno que se apellida Muñiz, por haber sido este un acuerdo que se hizo en el camino y de que se dio al deponente una ligera noticia, por cuya razón no retiene los nombres.
Que el gobierno de lo eclesiástico corre a cargo del Poder Ejecutivo o Consejo que llaman de Gobierno, el cual pone curas y vicarios donde le parece; y a los eclesiásticos que merecen alguna demostración o castigo, los juzga el Tribunal Supremo de Justicia, por cuya razón, la del mal tratamiento que se les da y el poco respeto que se les tiene, están todos muy descontentos y en disposición de abandonar aquel partido si hallasen modo de poderlo hacer, a excepción de uno u otro obstinado y perdido que no tenga otro modo de subsistir.
Que los pueblos están desprovistos de párrocos, de manera que se hallarán cuarenta o más leguas sin encontrarse uno, por cuyo motivo han perecido en la peste de viruelas y de calenturas multitud de gentes sin auxilio alguno espiritual, y en el día sucede lo mismo a los que se mueren de enfermedad natural; no habiendo tampoco quien les diga misa ni les administre legítimamente los demás sacramentos.
Y que como no reconocen al obispo electo de Valladolid ni a ninguno de los legítimos, por considerarlos sus contrarios, han tomado el expediente de acudir al Legado de Su San- tidad, que dicen o suponen haber en los Estados Unidos, para que provea de remedio; cuyo resultado no ha venido aún, e ignora el deponente lo que se habrá adelantado acerca de esto.
Que aunque los instruidos, entre quienes circulan los papeles públicos, no deben dudar de la restitución del Rey nuestro señor al trono de España, afectan que lo dudan, y que caso que haya venido o venga, será corrompido por Napoleón, para alucinar así a los ignorantes y mantenerlos en su partido; pero que la masa del pueblo, por lo que el deponente ha visto y observado, está en disposición de que si se deshiciese este engaño y se certificase de que el Rey se hallaba en su trono como antes, depondrían las armas y se pacificarían todos, a excepción de aquellos que en el cambio conocen lo que van a perder, porque sólo en aquel partido pueden dar suelta a sus vicios y pasiones y ser mirados con la consideración que no pueden esperar se les tenga en ninguna otra parte.
Y, por último, que todo lo que lleva expuesto es la verdad de lo que ha visto y entendido, y que no sabe más porque nunca ha tenido ingerencia en el gobierno ni ejercido empleo que le proporcionase otros conocimientos.
Y en este estado se concluyó esta diligencia, repitiendo el declarante ser cierto por su juramento, que ratificó y firmó con sus señorías. Doy fe.
Y de haber añadido, que en el cerro del Atijo hay unos socavones muy estrechos, de que los rebeldes han hecho bartolinas en que meten a los eclesiásticos que quieren castigar, tapando la boca con pared de mampostería y dejando un agujero por donde les meten la comida, que es siempre muy escasa; y que de cuando en cuando suelen abrir la puerta de la entrada, para que se ventile algo el socavón, y vuelven a cerrarla, de manera que están privados de toda comunicación por ser un lugar desierto, y no hay quien lo vea que no se horrorice.
Que cuando el deponente lo vio, había tres eclesiásticos encerrados, cada uno en su socavón, y eran, uno el padre Ramírez, del Orden de San Agustín, que estaba de capellán en Acapulco cuando Morelos lo tomó, otro el padre Alegre y otro el padre Gotor.
Bataller.
Flores.
José María Morales.
Luis Calderón [rúbricas].
Fuente:
Ernesto Lemoine Villicaña. Morelos, su vida revolucionaria a través de sus escritos y de otros testimonios de la época. Universidad Nacional Autónoma de México. Primera edición. México, 1965. p. 609-614.
Nota de Ernesto Lemoine Villicaña: Archivo General de la Nación (AGN), Causa de Morelos (colocación del Ms. en vitrina especial), ff. 75-81.
Transcribimos del original, en cuya carátula se lee:
"Año de 1815. Secretaría del Virreinato. Cuaderno 2° Varios documentos y papeles concernientes a la conducción a esta Capital del reo Morelos, y declaraciones que se le tomaron en ella."
Bustamante manejó este cuaderno, aunque no lo aprovechó bien; pero nos lo imaginamos vertiendo sentidas lágrimas sobre él, porque agregó en la parte inferior de la carátula, con su clara e inconfundible letra, la siguiente nota:
"Causa formada por la Capitanía General, con independencia de las que formó la Inquisición y Junta de Seguridad al benemérito ciudadano José Ma. Morelos, honor de la Nación mexicana."
Agreguemos que el capellán Morales, capturado en Temalaca junto con Morelos, unió su oscuro nombre al del héroe de la independencia, pero no hizo honor a esa accidental situación en que el destino lo puso.
Merced a delaciones incalificables, a una sistemática secuela de injurias y denuestos para con su ilustre jefe, y a sus hipócritas y lloronas manifestaciones de arrepentimiento por haber servido en las filas de la revolución, pudo salvar la vida.
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Fuente:
Causa de Morelos. Importantes revelaciones acerca del movimiento insurgente, declaradas por el capellán del caudillo, presbítero José María Morales.
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Re: Mexico no es bicentenario
Deconstrucción de la historia oficial, la Independencia fue una guerra civil
Durante su participación en el XIV Ciclo de Conferencias del Seminario de Historia Mexicana, el doctor Juan Ortiz Escamilla abordó aquellos mitos que existen sobre la Guerra de Independencia de México y cómo la historia oficial no explica del todo la participación de los novohispanos, un aspecto fundamental durante este periodo
Por
Radio UdeG Lagos de Moreno
27 octubre, 2017
http://udgtv.com/wp-content/uploads/...-de-1810-1.jpg
Por Jonatan Gallardo
En cada periodo de la historia las sociedades demandan una explicación de su pasado. Aunque el hecho histórico no cambia su interpretación, se va modificando con el paso del tiempo. Así como en el siglo XIX fue necesaria la construcción de una historia oficial, que es la que todavía hoy tenemos, que diera sentido de pertenencia a los miembros del naciente estado mexicano, hoy más que nunca necesitamos deconstruirla para volverla a armar pero de una manera que le dé sentido a los jóvenes y a los habitantes del siglo XXI.
Con esta aseveración Juan Ortiz Escamilla, doctor en Historia por el Colegio de México, comienza la conferencia “Reflexión en torno a la guerra civil de 1810 en la Nueva España”, dentro de XIV Ciclo de Conferencias del Seminario de Historia Mexicana.
Identidad histórica del mexicano
Previo a aclarar que la historia oficial mexicana está constituida principalmente por héroes y villanos, el especialista habla sobre tres momentos, durante el siglo XIX, que fueron expuestos por historiadores para sentar lo que ahora nos da identidad como mexicanos:
«En los últimos 200 años yo identifico tres momentos en que se ha dado una explicación de la historia. Por ejemplo, durante la primera mitad del siglo XIX yo veo en los autores, en los historiadores una explicación moral de la guerra. Ellos se preguntan por qué la guerra, por qué la destrucción, por qué la muerte y porqué el caos. En cambio, para los historiadores de la segunda mitad del siglo XIX ya es un mito, ya no es una guerra civil, la primera mitad explicaba el enfrentamiento de unos novohispanos contra otros novohispanos, que eso la historia oficial no nos lo cuenta; la historia oficial nos ha dicho que es la guerra entre mexicanos y españoles, y los españoles son los malos».
Héroes y villanos
En la segunda mitad del siglo XIX a Miguel Hidalgo, José Marías Morelos y prácticamente a todos los héroes insurgentes se les atribuyó un existir mítico, es decir, como santos laicos. Lo que genera creer que la guerra de 1810 fue entre buenos y malos. Por un lado, los insurgentes representan lo que se considera positivo, mientras que los realistas, quienes estaban en contra de la independencia, no serán bien vistos.
El doctor en Historia explica que la guerra de 1810 no comienza con una proclama por la independencia de México, pues el primer documento público donde se habla de ello data de noviembre de 1813.
El padre de la patria
La historia oficial que se escribió en la segunda mitad del siglo XIX, con la que aún permanecemos nos muestra a Miguel Hidalgo como el padre de la patria; sin embargo, existe una confrontación entre estudiosos pues hay quienes aseveran que Agustín de Iturbide es quien debería llevar dicho nombramiento.
«Porque la lucha por elegir o designar al padre de la patria se va a dar entre Hidalgo e Iturbide. Todavía está esta discusión donde por todos los medios intentan recuperar la figura de Iturbide y denostar a la de Hidalgo. Durante todo el siglo XIX, por lo menos hasta antes el triunfo de la república en 1872, dependiendo de quién estuviera en el poder, celebraban el 16 de septiembre o el 27 de septiembre; cuando estaban los conservadores en el poder la celebración era el 27 de septiembre y cuando estaban los liberales era el 16 de septiembre, y como los liberales ganaron la guerra pues celebramos el 16 de septiembre», afirma el historiador.
Fue una guerra civil
Ortiz Escamilla menciona que cuando se analiza la guerra desde el punto de vista mítico, se olvida que en las tropas realistas había más de 30 mil soldados novohispanos y 44 mil milicianos, lo que revela que en realidad la Guerra de Independencia fue una guerra civil, y no precisamente entre españoles y mexicanos.
Por otro lado, la historia patria se ha construido con base en la teoría de la utilidad, es decir, la historiografía y los historiadores sólo elegían eventos del pasado dignos de recordar por ser buenos, como la virtuosa vida de los héroes, y al mismo tiempo destacar las villanías de los malos. Lo que se buscaba era justificar las acciones de los héroes mártires y dejar en el olvido lo sucesos incómodos como las derrotas o aquello en lo que los mexicanos no hicieron lo que se esperaba de un patriota.
Criollización de “La Corregidora” y Gertrudis Bocanegra
La criollización de las principales figuras de la Independencia es otro aspecto que destaca el especialista. Ejemplifica con Josefa Ortiz de Domínguez, cuyas biografías del siglo XIX y XX la asumen criolla, aunque los nuevos estudios revelan que era casta, pues en su acta de nacimiento aparece como tornatrás –así llamaban al tataranieto o tataranieta de una pareja de mestizos cuando había mezcla en las generaciones siguientes.
Lo mismo pasa con Gertrudis Bocanegra, otra heroína de Pátzcuaro a la que fusilaron por apoyar a los insurgentes. Lo que indica que existió una gran participación popular en todos los niveles, un aspecto que la historia oficial no contempla.
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Fuente:
Deconstrucción de la historia oficial, la Independencia fue una guerra civil - UDG TV
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Re: Mexico no es bicentenario
Agustín de Iturbide, fue fusilado por decreto
El llamado Dragón de Fierro —apodado así por haber sido en su época militar un magnífico jinete— es el personaje más polémico de la historia del movimiento independentista. Hoy se cumplen 190 años de su ejecución, luego de que se hizo efectivo contra él un decreto que trataba de evitar que retornara a México
Juan Pablo Reyes
19/07/2014 05:27
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CIUDAD DE MÉXICO, 19 de julio.- “Iturbide cometió el crimen de ser grande” y seis balas de un pelotón de fusilamiento terminaron con su vida un día como hoy pero de hace 190 años, luego de que se hiciera efectivo “un decreto ad terrorem” que ni el propio Congreso que lo había redactado consideraba que algún día sería aplicado.
De acuerdo con el historiador Luis Reed, cinco días antes de su asesinato, Agustín de Iturbide arribó al puerto de Soto la Marina, Tamaulipas, proveniente de Europa tras un exilio de poco más de un año, “ignorando por completo el parricida decreto” que los legisladores mexicanos habían promulgado con el fin de evitar que el consumador de la Independencia retornara a territorio nacional.
El objetivo de Agustín de Iturbide al regresar al país era ofrecer sus servicios a las autoridades mexicanas ante el peligro de una invasión por parte de la Santa Alianza, la cual pretendía reconquistar México.
A bordo del bergantín inglés Spring y acompañado por su esposa embarazada, sus dos hijos menores, un sobrino y el teniente polaco Beneski, Iturbide regresó a su patria el 14 de julio de 1824. Al enterarse del arribo, en los alrededores del puerto, el comandante militar de la región Felipe de la Garza fue el encargado de custodiarlo e informarle su situación jurídica mientras se decidía cuál sería su futuro.
Se le comunicó que, de acuerdo con un decreto del Congreso, debía ser pasado por las armas inmediatamente; sin embargo, El Dragón de Fierro convenció a De la Garza de suspender la ejecución y viajar a la localidad de Padilla para dialogar con los legisladores locales.
De camino a la villa de Padilla el 17 de julio, Iturbide y Felipe de la Garza estuvieron conversando; tras una larga plática, éste lo reconoció como generalísimo, le devolvió su espada y lo dejó al mando de la tropa.
“El decreto del 28 de abril de 1824 impulsado por el Poder Legislativo y avalado por el Ejecutivo, declaraba traidor y fuera de la Ley a Iturbide, siempre que se presentara bajo cualquier título en algún punto del territorio mexicano; también fue declarado enemigo público del Estado.
De la Garza hizo notar a sus soldados que Iturbide no estaba en condición de sufrir la pena decretada por una ley que ignoraba, pero el Congreso, sordo a cualquier argumentación, condenó a muerte a don Agustín”, explicó Reed Torres.
Condena sin sustento jurídico
Según especialistas en derecho como Silvia Martínez del Campo, el decreto de condena no resiste el menor análisis jurídico, dado que se condicionó la conducta de traición al hecho de que Iturbide se presentase en el país, hecho que de ninguna manera y bajo ningún régimen constitucional puede estimarse por como un acto constitutivo de un delito.
“Nunca se especificó la pena, en el decreto estaba implícita la de muerte; violentando de esta forma la naturaleza misma del derecho penal que precisamente establece penas para delitos. Así lo interpretarían todos, y principalmente Felipe de la Garza, al darle muerte poco después de haber pisado suelo mexicano, y el Congreso de Tamaulipas al negarse a oírlo y seguirle un juicio. Esta ley fue utilizada para legalizar un asesinato”, consideró Del Campo Rangel en su estudio El proceso contra Agustín de Iturbide.
El día 18 el Congreso de Tamaulipas, tras ser informado por De la Garza sobre la llegada de Iturbide, se reunió en sesión extraordinaria y concluyó que debía aplicarse de inmediato el decreto de proscripción, violando los derechos de cualquier reo para poder ser escuchado y defendido en juicio.
A minutos de llegar a Padilla, De la Garza comunicó al exemperador que era mejor que se presentara arrestado ante el Congreso, propuesta que Iturbide aceptó con la plena confianza de que sería escuchado y sin saber que el comandante militar de la región ya conocía el criterio de los legisladores.
Congreso, “sin valor”
Martínez del Campo Rangel detalla en su estudio que se realizó una sesión extraordinaria el día 18 de julio y luego se efectuaron otras tres el día 19, “en ninguna de las cuales se quiso oír a Agustín de Iturbide, lo que hubiera podido salvar un poco el honor de un Congreso que no tuvo ni siquiera el valor de escucharlo en juicio, para deliberar y llegar a una sentencia justa”.
Historiadores consultados por Excélsior aseguran que el temor a la popularidad de Iturbide y a la simpatía que gozaba entre la población mexicana, provocó que no quisieran escucharlo y lo condenaran “a toda prisa” a la pena de muerte para ese mismo 19 de julio de 1824.
Para el investigador Enrique Sada, la prisa por asesinarlo podría deberse a que el Congreso tamaulipeco quería evitar que la población y sus partidarios tuvieran conocimiento sobre el regreso del militar, buscaran la forma de impedir su muerte y se levantaran en armas.
El decreto estaba hecho para evitar que Iturbide regresara y que sus partidarios revirtieran el régimen republicano, los propios diputados declararon que fue un decreto hecho estúpidamente y sólo para amedrentar. Sin embargo, los legisladores tamaulipecos, por miedo a un levantamiento popular que liberara a Iturbide y que lo pudiera llevar de Tamaulipas a la Ciudad de México, aceleraron su asesinato”, expuso Sada Sandoval.
Mientras aguardaba la respuesta del Congreso de Tamaulipas, en su encierro a unos cuantos metros de la plaza principal de Padilla, Iturbide se dedicó a redactar diversas cartas dirigidas a su esposa e hijos con el objetivo de despedirse y también envió una misiva a los legisladores tratando de conocer las razones por las cuales querían matarlo.
Iturbide escribió el mismo día de su muerte una exposición al Congreso en la que preguntaba cuál crimen o delito había cometido para hacerse acreedor a tan inhumano decreto y luego enumeró sus servicios prestados al país e inquiría por cuál de ellos se le condenaba”, relató por su parte Reed Torres.
La carta escrita por Iturbide decía lo siguiente: “Mi muerte es ya inevitable, y sería en vano ya manifestar las sanas intenciones que me condujeron a prestar mis pequeños servicios. Nunca he sido traidor. Con asombro he sabido que vuestra soberanía me ha proscrito y declarado fuera de la ley circulando el decreto para los efectos consiguientes. Tal resolución me hace recorrer cuidadosamente mi conducta. No encuentro, señores, cuál o cuáles son los crímenes por los que el soberano Congreso me ha condenado”.
Una vez finalizada la tercera sesión extraordinaria del 19 de julio y conociendo la sentencia del Congreso, Agustín de Iturbide pidió que se le permitiera escuchar misa y confesarse antes de morir, pero le fueron negados estos deseos y se le informó que sería ejecutado tres horas más tarde mediante fusilamiento y no por decapitación como algunos legisladores habían propuesto previamente.
El miedo los obligó a actuar rápido, para consumar un acto que a todas luces era falto de toda justicia y juridicidad. La ejecución se quiso legitimar aún más, promulgando al día siguiente un decreto por el que se declaró benemérito del estado a Felipe de la Garza, superando de esta manera cualquier suspicacia que pudiera haber habido por el hecho de haberle entregado el mando de la tropa a Iturbide días atrás”, explica Silvia Martínez.
A las tres de la tarde del 19 de julio se leyó la sentencia condenatoria aprobada por la mayoría y que establecía: “Reunidos los S.S. diputados en el salón de sesiones, para dar cumplidamente de lleno, al espíritu de la ley de proscripción contra el ex-emperador Don Agustín de Iturbide, por traidor a su patria, se decreta, sin comisión, la pena de muerte. Que se haga efectiva esta suprema ley, dentro de tres horas. Padilla en la Plaza Principal. Dios y Constitución”.
Minutos antes de las 18:00 horas, Iturbide fue conducido a la plaza principal de Padilla y, al llegar al sitio de la ejecución, entregó al sacerdote que lo acompañaba el reloj y el rosario que portaba y luego repartió unas monedas de oro entre los soldados que iban a fusilarlo.
Luego se dirigió a las personas que se habían congregado en la plaza y les recomendó mantenerse unidos como mexicanos, amar a la patria, seguir los lineamientos de la religión católica y obedecer los mandatos de las autoridades.
¡Mexicanos!, en el acto mismo de mi muerte, os recomiendo el amor a la patria y observancia de nuestra santa religión; ella es quien os ha de conducir a la gloria. Muero por haber venido a ayudaros, y muero gustoso, porque muero entre vosotros: muero con honor, no como traidor: no quedará a mis hijos y su posteridad esta mancha: no soy traidor, no”, exclamó antes de morir.
Seis balas
Habían pasado apenas tres horas desde que el Congreso determinó que el consumador de la Independencia debía ser ejecutado. Tras orar unos cuantos segundos, Iturbide se paró frente al pelotón, el comandante dio la orden de fuego y seis balas se introdujeron en el cuerpo de quien en 1821 había redactado el Plan de Iguala para declarar la independencia de nuestro país.
Tras la muerte de Iturbide, y luego de que la noticia llegara a la capital del país, provocó el luto nacional tanto en la clase política como en la población en general, pues él era considerado no sólo el libertador, sino también era conocido como el Padre de la Patria y autor de la bandera nacional.
Los mismos diputados que hicieron ese decreto mostraron caras largas e impresión al enterarse del fusilamiento, pues nunca imaginaron que aquel decreto aprobado cuatro meses atrás será hecho efectivo en algún momento, pues la intención sólo era amedrentar a Iturbide y a sus seguidores”, puntualizó Enrique Sada.
Agustín de Iturbide fue sepultado por los pobladores de Padilla en la iglesia de la localidad y 14 años después, en 1838, el entonces presidente Anastasio Bustamante, ante el clamor popular, trasladó sus restos al altar de San Felipe de Jesús en la Catedral Metropolitana de México, donde se encuentran actualmente.
En la parte inferior del monumento donde se encuentra la urna se puede leer un epitafio que las autoridades mexicanas colocaron durante la segunda mitad del siglo XIX. Dice lo siguiente: “Agustín de Iturbide, autor de la Independencia mexicana, compatriota, llóralo; pasajero, admíralo. Este monumento guarda las cenizas de un héroe”.
Quien fuera director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), José Manuel Villalpando, indicó hace dos años que junto con los de Hidalgo, Morelos, Guerrero y otros insurgentes, los restos de Agustín de Iturbide deberán estar también, algún día, en la Columna de la Independencia.
Destacó que, a pesar de que en México el dolor histórico “todavía nos cala profundamente” y en la actualidad aún existe gente que se enoja porque Colón descubrió América, será necesario, para reconciliar nuestra historia, trasladar los huesos de Iturbide.
Yo creo que algún día tendrán que estar reunidos, no sé si ya ahorita o no, por esto que comentamos de ser el libertador, para al día siguiente ser el emperador; sin embargo, no hay que desconocer que él es el libertador de esta patria” aseguró Villalpando.
El historiador reconoció que en 2010, siendo coordinador de los festejos por el bicentenario del inicio de la Independencia, pasó por su mente llevar la urna que contiene los huesos de Iturbide a Palacio Nacional para ser estudiados y posteriormente recibir homenaje como el consumador de la lucha libertaria, pero no se hizo, porque, puntualizó, eso será labor de quienes gobiernen en 2021.
Cuando trasladaron los restos de los héroes para su examen y estudio, primero al Castillo de Chapultepec y luego al Palacio Nacional también pasó por mi mente llevar a Iturbide, pero no se hizo por una sencilla razón: eso hay que dejárselo al gobierno de 2021, a los que celebren el bicentenario de la Consumación de la Independencia. Se lo dejamos a las autoridades de dentro de dos sexenios para que ellos sean los que conmemoren el bicentenario de la Consumación”, expresó Villalpando.
También hace cuatro años el exsenador perredista José Luis Máximo García Zalvidea propuso que el nombre de Agustín de Iturbide fuera inscrito con letras de oro en el Muro de Honor del Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados. La iniciativa quedó congelada.
Sobre este tema, el historiador Luis Reed Torres puntualizó que Agustín de Iturbide no es un prócer de facciones o ideologías, pues “debería ser un héroe nacional” y, por lo tanto, merece ser reconocido como tal en nuestro país.
Se prevé que al mediodía de hoy se celebre una misa en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, con el objetivo de recordar a Iturbide. También se efectuarán diversos homenajes a nivel nacional para honrar la memoria del primer emperador de México.
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Fuente:
https://www.excelsior.com.mx/expresi...4/07/19/971683
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Re: Mexico no es bicentenario
La tribu ópata de Sonora (que por cierto, combatió a los independentistas) mencionaba en este pronunciamiento que la época virreinal era más justa y que a partir de la independencia se precarizó su situación.
Los Ópata se dirigen al presidente para presentarle sus agravios
2 July 1836
Region: Sonora
Place: Arizpe
Pronunciamiento text
La tribu ópata se dirige al presidente para presentarle sus agravios, 2 de julio de 1836
Doy fe, José Antonio del Castillo, Juan Gutierres, Manuel Lagunas, Rafael Romero, Mariano de Gama, Luis Romero y Miguel Romero, síndico; Mariano Popoca, secretario. Juan Isidro Bojorques natural del pueblo de Oposura y de la nación opata en Sonora, por sí, y como enviado de los treinta y seis pueblos de que se compone dicha nación, acerca de nuestro alto gobierno mexicano ante vuestra excelencia con el acatamiento debido me presento y digo que desde el año de mil ochocientos treinta y uno en que se presentaron en esta capital otros comisionados a exponer quejas sobre los adolecimientos en que aquellos se hallaban, se dignó el excelentísimo señor presidente que mandaba entonces en la nación mexicana, don Anastasio Bustamante, oír con atención nuestros clamores, y en consecuencia dio a los enviados, una orden para que el gobernador de Sonora administrara justicia a los pueblos; mas tan luego que aquella se le presentó la vio aquel magistrado con mucho enfado, y en lugar de ministrar justicia trató mal y con palabras ofensivas a los comisionados: así se respetan excelentísimo señor órdenes del alto gobierno: tenga vuestra excelencia la bondad de oír mi pequeño bosquejo de lo que pasa con pueblos de opatas en Sonora: la mayor parte de los pueblos han sido despojados por medios violentos de una parte de tierras y muy recientemente lo ha sido el pueblo de Cunpas, a quien el gobernador del departamento con tropa armada fue a darle posesión de las que le pertenecen, al cura don Julián Moreno, trayendo presos a la capital de Arispe a los opatas, que quemaron los cercos que el expresado cura había puesto a las tierras del pueblo, sin atender el gobierno de Sonora que el mismo cura había quemado primero los cercos del pueblo, y echado dentro de sus siembras sus caballos y mulas con el fin de hacer daño, ¿y por qué sufren tantos atropellamientos y despojos los pueblos de la nación opata? Por dos razones, la primera porque son obedientes a las leyes y al gobierno mexicano, y la segunda porque los usurpadores de nuestras tierras todos son hermanos parientes, compadres, y amigos de los mandatarios, quiero decir, del gobierno que tienen dinero y en esto consiste que el gobierno de allí atiende al poderoso y no al que tiene la justicia. Los que tienen el gobierno en Sonora son Escalantes, Morales, Morenos y Escobosos y como todos son parientes en particular en Oposura por cuyo pueblo represento que por el orden donde se va el gobernador por ese orden se van todos siempre considerando que nosotros los indios como escasos de luz a todo pasamos de suerte que los mandatarios de Sonora son peores que los españoles, y nosotros los indios vivimos en la época de la libertad más oprimidos que cuando estábamos subyugados, ha habido independencia para los Morenos, Escalantes, Morales y Escobosos y no para nosotros, digo esto, porque en aquellos tiempos nunca nos quitaron nuestras propiedades, y hoy se privan de ellas a una comunidad y no se les hace justicia.
Por todo lo cual llenos de confianza los pueblos de opatas de Sonora me envían a vuestra excelencia para decirle: que vuestra excelencia tome una medida para que se les vuelvan sus tierras a los pueblos que están despojados, haciendo entender a los que mandan en Sonora que vuestra excelencia como supremo jefe de la nación mexicana manda que se nos trate bien, y que no se nos despoje de nuestras propiedades; también quieren los pueblos que vuestra excelencia mande que no se nos cobren derechos de casamiento de bautismos y de entierros sino muy moderados, porque los pueblos está muy pobres y siempre andan ocupados en la campaña contra los gentiles.
Estas gracias excelentísimo señor presidente que los treinta y seis pueblos de opatas de Sonora piden a vuestra excelencia por mi conducta como su enviado, ya les fueron concedidas por el antecesor de vuestra excelencia, el señor don Anastasio Bustamante. Lo que sucede, que no se han cumplido, y en esto se ha faltado a la obediencia, al alto gobierno: y así, yo suplico a vuestra excelencia se nos libre otra orden igual, y se nombre una persona de toda la confianza del alto gobierno para que pase a Sonora a reconocer los títulos del fundo legal de los pueblos de opatas, para que informando a vuestra excelencia de los despojos que han sufrido, y por cuya causa se están muriendo de hambre y mucho aburridos, se les devuelvan sus tierras: suplicando a vuestra excelencia, se digne dispensar el lenguaje de mi explicación en que no es mi ánimo faltar al respeto de vuestra excelencia como presidente de la república mexicana y como madre soberano de todos sus súbditos.
Arizpe, julio 2 de 1836.
Juan Isidro Bojorques
Context
This is one of the few Indian-led pronunciamientos held in this database. Not surprisingly, a dispute over land ownership between the Opata tribe and the men who had sold and bought their ancestral land was at the heart of their call for forceful negotiation. The fact that the Opata people opted to pronounce to pressurise the government into addressing their grievances is evidence of the fact that by the mid-1830s the pronunciamiento, as a practice, had been taken up by all kinds of groups of people, including disenfranchised and subaltern sectors of society such as Indian communities. Likewise, it is proof of how the norms and rituals that governed the practice had become so common and widespread that even a group of politically-marginalised Opata Indians such as these knew the form and style a pronunciamiento text should take.
Also see Representación de los vecinos de Motepori de la tribu opata al presidente of 3 July 1836.
WF
Notes
AGN: Gobernación, 1836, s/s.
Also in Josefina Zoraida Vázquez (ed.), Planes en la nación mexicana. Libro tres: 1835-1840 (Mexico City: Senado de la República/El Colegio de México, 1987), pp. 86-87.
Transcribed by Germán Martínez Martínez and Revised by Will Fowler.
Original document double-checked by Natasha Picôt 8/1/09. COLMEX: J. Z. Vázquez Planes y documentos, Caja 14, Exp. 3, f. 6.
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Fuente:
https://arts.st-andrews.ac.uk/pronun...tpdf.php?id=96
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Re: Mexico no es bicentenario
Resguardar los derechos del Rey Fernando VII en palabras del propio Miguel Hidalgo.
Una coartada muy usada por los revolucionarios secesionistas americanos.
http://hispanismo.org/attachment.php...tid=9917&stc=1
https://www.facebook.com/groups/3548...62120/?__cft__
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Re: Mexico no es bicentenario
1811
Arrepentimiento de Miguel Hidalgo.
Chihuahua, 18 de mayo de 1811.
El Br. Don Miguel Hidalgo, cura de Dolores, á todo el mundo.
¡Quién dará agua á mi cabeza, y fuentes de lágrimas a mis ojos!
¡Quien pudiera vertir por todos los poros de mi cuerpo la sangre que circula por sus venas, no solo para llorar dia y noche los que han fallecido de mi pueblo, sino para bendecir las interminables misericordias del Señor!
¡Mis clamores debian exceder á los que dió Jeremias, instruido por el mismo Dios, para que levantando á manera de clarin sonoro la voz, anunciara al pueblo escojido sus delitos, y con sentimientos tan penetrantes, debia convocar al orbe entero á que vieran si hay dolor que se iguale a mi dolor!
Mas ¡hay de mi! ¡que no puedo espirar hablando y desengañando al mundo mismo de los errores que cometí!
Mis dias ¡con que dolor los profiero! pasaron veloces: mis pensamientos se disiparon casi en su nacimiento, y tienen mi corazon en un tormento insoportable.
La noche de las tinieblas que me cegaba se ha convertido en luminoso dia, y en medio de mis justas prisiones me presenta, como á Antioco, tan perfectamente los males que he ocacionado á la América, que el sueño se ha retirado de mis ojos, y mi arrepentimiento me ha postrado en una cama:
Aquí veo no muy lejos el aparato de mi sacrificio, exhalo cada momento una porción de mi alma, y me siento morir de dolor de mis excesos, mil veces ántes que poder morir una sola vez: distante no mas que un paso del tribunal Divino, no puedo menos que confesar con los nécios de la Sabiduría;
Luego erramos y hemos andado por caminos difíciles, que nada nos han aprovechado: veo al Juez Supremo que ha escrito contra mí causa que me llenan de amargura, y que quiere consumirme por solo los pecados de mi juventud.
¿Cuál será, pues, mi sorpresa, cuando veo los innumerables que he cometido como cabeza de la insurrección? ¡Ah, América, querida patria mia! ¡Ah, americanos mis compatriotas, europeos mis progenitores! compadeceos, compadeceos de mí.
Yo veo la destrucción de este suelo, que he ocasionado: las ruinas de los caudales que se han perdido, la infinidad de huérfanos que he dejado, la sangre que con tanta profusión y temeridad se ha vertido, y lo que no puedo decir sin desfallecer, la multitud de almas que por seguirme estarán en los abismos.
Ya veo que si vosotros, engañados insurgentes, quereis seguir en las perversas máximas de la insurrección, mis reatos se aumentarán, y los daños, no solo para la América sino para vosotros, no tendrán fin.
La santidad de nuestra religión que nos manda perdonar y hacer bien á quien nos hizo mal, me consuela, porque espero que os compadecereis de mí, perdonándome unos hasta el menor daño que os he inferido, y librándome vosotros, insurgentes, de la responsabilidad horrible de haberos seducido.
Cierto de las misericordias del Señor, lo que me aflije son estos perjuicios que he originado, y suplico encarecidamente que no sigan: vosotros ya lo sabeis, os habeis de ver ó en un momento súbito que de impoviso os traslade al tribunal de Dios, ó en los que S.M. me concede para mi desengaño:
Y si entónces habeis de llorar vuestros errores, si entónces habeis de confesar lo que yo os digo, creedme desde este instante, practicad las máximas verdaderas de quien se halla desengañado y convencido: honrad al rey, porque su poder es dimanado del de Dios;
Obedeced á vuestros prepósitos, constituidos por su soberanía, porque ellos velan sobre vosotros como quienes han de dar cuanta al Señor de vuestras operaciones.
Sabed que el que resiste á las potestadas legítimas, resiste á las ordenes del Señor: dejad, pues, las armas; echaos á los pies del trono, no temais ni las prisiones ni la muerte; temed, sí, al que tiene poder despues que quita la vida al cuerpo, de arrojar la alma a los infiernos.
¡Dichoso yo, felices y venturosos vosotros, si me das este consuelo!
Exterminada la insurreccion, perdonado de mis excesos, con especialidad de los que haya cometido contra la religion y sus ministros, contra el respeto de sus jefes, pastores é inquisidores, como sumisamente lo suplico, ¿con que satisfacción me hechare sobre los brazos de un Dios, que si como justo debe sentenciar, como padre piadosísimo me llama y me dá tiempo para desengañando al mundo y arrepintiendome, se vea en la suave precision de decidir mi eterna suerte, segun las promesas que nos ha hecho de que en cualquier dia que se convierta el pecador, echará en perpetuo olvido todas sus iniquidades?
Estas prisiones que me ligan y que beso con reconocimiento, me convencen de que si él no me hubiera ayudado, ya habitara mi alma en los infiernos.
El horror con que se me presenta la sangre que por mí se ha derramado, y la devastación de este florido reino, no puedo negar son aquellos auxilios conque ponia á la vista de Israel lo malo y amargo que es haberle dejado: no, no son los tormentos del abismo los que me perturban, porque son mayores las culpas con que los merecí.
Si un Dios, infinito en sus perfecciones, toleró lo que es mas que el mismo infierno, ¿por qué no he de recibir gustoso lo que merezco, en satisfaccion de su justicia, como no me prive de su amor?
Ni aun estos suplicios me aterran á presencia de sus misericordias: sé que el dia que un pecador se arroja á sus pies, se regocija todo el cielo: se que él es el mismo que á la oveja perdida cuando la encuentra, no la pone al arbitrio de los lobos, sino que amoroso la coloca sobre sus hombros, y que al hijo que habia sido el oprobio de su familia, lo recibe con ternuras tan singulares, que puede causar envidia á sus hijos mas sumisos: toda la falta de mis méritos la suple con superabundacia la sangre que virtió y ofreció por mi. –
Sed, pues, testigos todos los que habitais el orbe; sedlo todos cuantos habeis cooperados á mis excesos, de que si ingrato y ciego me precipité, injurié al Omnipotente, al soberano, á los europeos y americanos, quisiera deshacer mis yerros con otras tantas vidas, cuantas ha producido, producirá y puede producier el brazo del Señor:
Quiero morir y muero gustoso porque ofendí á la Magestad Divina, á las humanas y á mis projimos: deseo y pido que mi muerte ceda para gloria de Dios y de su justicia, y para testimonio el mas convincente de que debe cesar al momento la insurrección, concluyendo estas mis últimas y débiles voces con la protesta de que he sido, soy y seré por toda la eternidad, católico cristiano, que como tal creo y confieso cuanto cree y confiesa nuestra Santa Madre Iglesia:
Que abjuro, detesto y retracto cualquiera cosa que hubiese dicho en contra de ello, y que por último espero que las oraciones de los fieles en todo el mundo, con especialidad de estos dominios, se interpongan para que dándome el Señor y Padre de las misericordias una muerte de amor suyo y dolor de mis pecados, me conceda su beátifica presencia.
Chihuahua, Real Hospital, y Mayo 18 1811.
Miguel Hidalgo
Sr. comandante general D. Nemesio Salcedo.
El Br. D. Miguel Hidalgo, contenido en el anterior, suplica á V.S. que por un efecto de su bondad, reciba y circule por todas las partes de mi precedente satisfaccion, para descargo de mi conciencia.
Real Hospital, y Mayo 18 1811.
Miguel Hidalgo.
Fuente:
Wikisource
http://es.wikisource.org/wiki/Arrepe...Miguel_Hidalgo
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Fuente:
Arrepentimiento de Miguel Hidalgo.
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Re: Mexico no es bicentenario
Bando de don José de la Cruz, en dieciséis artículos, imponiendo la pena de muerte por cosas insignificantes.
Guadalajara a 23 de febrero de 1811.
NÚMERO 192 - Tomo I
Don José de la Cruz, brigadier de los reales ejércitos; subinspector, y comandante de la primera brigada de este reino; comandante general del ejército de operaciones de reserva, y encargado interinamente por orden superior de la comandancia general de la Nueva Galicia, presidencia de su Real Audiencia, subdelegación de la renta real de correos del mismo reino, y del gobierno e intendencia de esta provincia de Guadalajara.
A LOS HABITANTES DE LA NUEVA GALICIA
Victoriosos los ejércitos del rey en cuantas ocasiones se han presentado los rebeldes que han alterado la paz del reino, no ha sido otra su conducta que la de perdonar a los arrepentidos que se han acogido a la gracia de indulto publicada, y proteger a todos los que estaban perseguidos por los infames revolucionarios.
La mayor parte de los pueblos de esta provincia están disfrutando de los beneficios de la paz: cultivar tranquilamente sus campos; están ocupados del cuidado de sus familias, y bendicen al cielo por haberlos libertado de los males en que se miraban sumergidos; pero hay sin embargo otros que alucinados todavía con las falsas voces esparcidas de que los ejércitos del soberano marchan sembrando la muerte por los pueblos que transitan; viven ocultos en los montes temerosos de perecer en sus casas por creer que las ofertas del legítimo gobierno son tan ilusorias como las que ha hecho la miserable gavilla de asesinos, y ladrones que los ha abismado en los males de que se lamentan.
Otros pueblos hay en que dura todavía el fuego de la insurrección (aunque despreciable siempre para los ejércitos, bajo todo punto de vista) quizá porque carecen del verdadero conocimiento de las cosas, y porque están aún creídos que el rebelde cura Miguel Hidalgo permanece en Guadalajara; que sus otros satélites están del mismo modo ocupando puntos ventajosos con grandes ejércitos.
Es pues preciso ya que se desengañen:
Ya no existen los rebeldes en paraje ni número que pueda incomodar al superior gobierno que nos rige.
En todas partes han sido derrotados:
Han perdido siempre la artillería, sus municiones, sus equipajes, sus papeles, y hasta los grandes robos que han hecho así a criollos como a europeos.
Díganlo las acciones de Aculco, Guanajuato, Breptiro, Calderón, las Barrancas y demás que ha habido.
La tierra que pisan les reconviene por sus atrocidades: no hallan asilo en parte alguna, y tienen que andar errantes como los judíos, y esparcidos en pequeñas cuadrillas robando y asesinando para sostener el peso de su criminal vida.
Este es, pueblos, el verdadero estado a que se ven reducidos los miserables cabecillas de la insurrección, y este el de los progresos que han hecho en ella.
Han robado, sí, sacrílegamente todas las propiedades, y bajo pretexto de guerra a los europeos; han sepultado en la miseria las familias de éstos habiéndolos degollado impíamente para apoderarse de sus riquezas; no teniendo ya arbitrios para engañar a la multitud, propagan las especies de que el señor brigadier don Félix Calleja ha muerto; que lo mismo me ha sucedido en la barranca de Mochitiltic, y finalmente, que los rebeldes curas Mercado y Hidalgo subsisten con toda su gavilla, cuando es bien sabido el desastrado fin que tuvo en San Blas el primero como el de todos sus secuaces.
Tamañas mentiras sólo pueden alucinar a indios revoltosos y miserables, pero aun en éstos es sólo tolerable por una hora; pasada la cual ya no deben ser considerados como engañados sino como rebeldes pertinaces calificados de tal, y sujetos en consecuencia al rigor de la ley.
Bajo estos principios y teniendo presente que la mayor parte de los criminales que se aprehenden dan por pretexto que ignoran los varios bandos publicados, y con presencia también de que los artículos que contienen referentes a la tranquilidad, están divididos en los publicados hasta el día con diversos motivos, he resuelto extractar los principales en uno solo con los de aumento siguientes:
1. El bando de indulto concedido por el excelentísimo señor virrey a todos los que habiendo tenido la desgracia de tomar partido entre los insurgentes se presentaren arrepentidos a implorarlo, tendrá el plazo de ocho días; y el día desde que deberá contarse este plazo será desde el en que se publique en cualquier pueblo, rancho, hacienda, o caserío.
2. Que todas las municiones, armas de fuego, y blancas, inclusos machetes y cuchillos que existieren en poder de cualquier persona sea de la clase o condición que fuere se entreguen en el término de veinticuatro horas a los jueces o encargados de justicia de los pueblos respectivos, y el que así no lo ejecutare sufrirá la pena de muerte.
3. La misma pena de muerte se impondrá al que sabiendo que existen en alguna casa, o paraje armas, o municiones no las delatare inmediatamente.
4. Igual castigo sufrirá el armero o fabricante que haya construido cañones y cualquiera otra clase de armas, y no se presente entregando las existencias que tuviere en metales, o dinero para su compra.
5. Las patrullas de infantería y caballería del ejército de mi cargo tienen orden de hacer retirar en la calle a toda reunión que pase de seis personas.
6. Que persona alguna sin distinción de clases salga de noche de su casa sin luz, desde las diez en adelante pues las que se encontrare sin ella será arrestada por las patrullas, y juzgada como inobediente a los bandos.
7. Que en caso de alarma cualquier vecino que salga de su casa será reputado como rebelde, y muerto en el acto por cualquier individuo del ejército. En semejante circunstancia todos deben permanecer quietos dentro de sus respectivas habitaciones, y sin asomarse a las ventanas.
8. Que los efectos pertenecientes a les rebeldes cabecillas y a los partidarios que aún les han seguido sean denunciados inmediatamente, considerándose como tales no sólo los propios sino los robados en las incursiones que han hecho. Toda persona que los oculte será reputada como rebelde.
9. Todo paisano que se aprehenda dentro, o fuera de los pueblos con armas de cualquier especie que sean no teniendo expreso permiso de autoridad competente para llevarlas sufrirá la pena de muerte. Así mismo se considerará como enemigo y comprendido en la pena de muerte a todo el que camine sin pasaporte, en la inteligencia de que en él se ha de expresar a más del nombre y señas del portador, adónde va: el camino, o ruta que debe llevar, y por cuántos días vale.
10. Los jueces, subdelegados, gobernadores, y todo individuo de justicia arrestará a todo forastero que sin el pasaporte mencionado transitare por su jurisdicción. Cualquier persona que admita a pasajero sin el pasaporte referido, y no dé inmediatamente parte a la justicia, o comandante militar que allí hubiere, será reputado y castigado como cómplice en el delito de auxiliar o abrigar al enemigo.
11. En el pueblo, rancho, o hacienda que se subministre a los rebeldes, víveres, dinero, caballos, sillas, o cualquiera otra cosa perteneciente a la guerra: se les den noticias; tenga con ellos el menor comercio, aunque sean padres, hijos, hermanos, o parientes serán sus habitantes diezmados para ser pasados por las armas.
12. En el pueblo, hacienda, o rancho que se viere o supiere que se forma, alguna reunión de rebeldes, o bien que lleguen emisarios de éstos para inducir a la rebelión, y no diere aviso inmediatamente al jefe militar, o pueblo más inmediato: serán sus habitantes reputados como enemigos de la patria.
13. En ninguna casa se tendrán asambleas secretas: pues la persona que lo supiere, y no dé inmediatamente cuenta, será tratada como rebelde, aunque no asista a ella.
14. El pueblo donde se cometa robo o muerte responderá de uno, y otro. Así mismo responderá de la vida, libertad y bienes de los justicias o comandantes que están establecidos por el legítimo gobierno, y que por malignidad descuido, o negligencia de los vecinos fueren muertos, o saqueados por los rebeldes.
15. Para que todas las ciudades, villas, pueblos, ranchos, haciendas, y casas estén enterados del antecedente bando, se remitirá suficiente número de ejemplares a cada subdelegación o partido, de los cuales se ha de exigir el correspondiente recibo no sólo de haber llegado a manos de los principales que deben comunicarlo, sino de haber enterado de los artículos que contiene a todos los vecinos para su inteligencia.
16. La junta de seguridad pública cuidará de que los subdelegados fijen los plazos necesarios y que gradúen indispensables para que los diferentes partidos que componen este reino queden sujetos al bando que antecede, que serán los muy precisos según las distancias.
Y para que llegue a noticia de todos y nadie pueda alegar ignorancia mando se publique por bando, y que se circulen los ejemplares correspondientes a quienes toca su inteligencia y observancia.
Dado en Guadalajara a veintitrés de febrero de mil ochocientos once.
José de la Cruz.—
Por mandado de su señoría.—
Fernando Cambre.—
Imprímase.—
Cruz.
Fuente:
J. E. Hernández y Dávalos. Historia de la Guerra de Independencia de México. Seis tomos. Primera edición 1877, José M. Sandoval, impresor. Edición facsimilar 1985. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia Nacional y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana. Edición 2007. Universidad Nacional Autónoma de México.
Versión digitalizada por la UNAM: Proyecto Independencia de México
Nota en título de J. E. Hernández y Dávalos: (original)
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Fuente:
Bando de don José de la Cruz, en dieciséis artículos, imponiendo la pena de muerte por cosas insignificantes.
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Re: Mexico no es bicentenario
Además de Hidalgo, otro insurgente que se arrepintió por la revolución que había desatado fue Ignacio Aldama.
Destellos de la Independencia: El manifiesto de Ignacio Aldama
Durante la guerra de independencia hay pasajes no tan contados, pero cuya memoria se mantiene viva en los documentos del #AGNMex.
https://www.youtube.com/watch?v=WS3-C_DoN6w&t=100s
https://www.youtube.com/watch?v=WS3-C_DoN6w&t=100s
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Re: Mexico no es bicentenario
Ignacio Allende intentó matar a Miguel Hidalgo | Noticias con Francisco Zea
Miguel Hidalgo cedió ante la presión de la gente que lo adoraba. Aceptó empezar a llamarse a sí mismo, "Alteza Serenísima", y eso le preocupó a Ignacio Allende, quien intentó envenenarlo varias veces.
https://www.youtube.com/watch?v=zHx-_lCzMPY&t=15s
https://www.youtube.com/watch?v=zHx-_lCzMPY&t=15s
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Re: Mexico no es bicentenario
Las acciones de Iturbide y el Ejército Trigarante no suponen una continuidad de la Monarquía Católica: si Iturbide quería restaurar los principios de la dinastía de los Austrias en contra de "los malvados borbones", como el nacionalismo católico y la ideología iturbidista afirman, ¿Por qué el acta de independencia de México (firmada el 28 de septiembre), haya tenido Iturbide que ver con su redacción o no (pero que de todas formas firmó y eso muestra expreso acuerdo con lo dicho en dicha acta), afirma "La Nación Mexicana que, por trescientos años, ni ha tenido voluntad propia, ni libre uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido" (citando dicha acta) negándole legitimidad a los tres siglos de virreinato sin distinción especial de la dinastía de los Austrias o los Borbones a la vez que habla de una "nación mexicana" más antigua aludiendo claramente al pagano y sanguinario Imperio Azteca?.
Quizás una afirmación de Iturbide mismo que muestra mas claramente su verdadero talante liberal (aun que moderado, conservador, pero no deja de ser liberal al fin, como todo lo conservador), es la presente en la carta de Iturbide al Virrey Apodaca, donde desprecia la defensa de la monarquía católica de los realistas que aún quedaban: "hay un partido liberal frenético, que aspira y solo estaría contento, con el libre goce de la licencia más desenfrenada: otro de liberales, que con ideas justas, aspiran a la moderación: otro de católicos pusilánimes, que se asombran de los fantasmas que existen solo en su idea"
http://hispanismo.org/attachment.php...tid=9919&stc=1
https://www.facebook.com/ctcdej/post...027271?__cft__
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Re: Mexico no es bicentenario
𝟏𝟗𝟗 𝐀𝐍̃𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐔𝐍𝐀 𝐅𝐀𝐋𝐒𝐀 𝐍𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍
El mayor logro de la in-DEPEDENCIA fue la pérdida casi de manera inmediata de más del 60% del territorio, derrotas humillantes, deudas externas, guerras civiles y una revolución que solo dio origen a un partido político que mantuvo en la marginación y retroceso al punto de terminar conocidos coloquialmente como: “Tercermundistas.”
Los héroes que aclaman sólo les han sido leales a las ambiciones, intereses y propósitos de los Anglo-Masones. Creímos vivir en gloria cuando fuimos un primer o segundo imperio, cuando llegó un dictador o un conservador.. Pero.. ¿no nos hemos dado cuenta que ellos mismos se pusieron en el poder? Y que ellos mismos se traicionaron ya que ellos mismos son los villanos escribiendo héroes..
Nos alejaron de Dios, de nuestra Madre Patria y nos pusieron cada vez más cerca de nuestro peor enemigo..
Me preguntaba a mi mismo; ¿Por que no nací en España?
Recordé que mis primeras palabras junto con mi comunicación, lectura y estudio son en mi lengua materna: 𝐄𝐬𝐩𝐚𝐧̃𝐨𝐥.
Recordé que aprendí a Rezar, tener Fé y agradecer siempre a Dios.. Porque yo fui bautizado en mi única iglesia: 𝐂𝐚𝐭𝐨́𝐥𝐢𝐜𝐚.
Recordé que el colegio y universidad en donde estudié, los recintos, edificaciones, casas y catedral no pueden ser reconstruidos ni mejorados, son parte del centro histórico de mi ciudad por ser: 𝐀𝐫𝐪𝐮𝐢𝐭𝐞𝐜𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐍𝐨𝐯𝐨𝐡𝐢𝐬𝐩𝐚𝐧𝐚.
Mire a mi familia; abuelos, padres y hermanos. Todos ellos al igual que yo somos blancos y recordé un privilegio único en el mundo, el de poseer apellidos: 𝐇𝐈𝐒𝐏𝐀𝐍𝐎𝐒.
Llegue ala conclusión de que SI, SOY ESPAÑOL.. PORQUE NACI EN UNA NUEVA ESPAÑA, SOY EL LEGADO DE AQUELLOS HÉROES QUE CONQUISTARON ESTE NUEVO MUNDO.
Si hoy en día estoy aquí es porque en mi sangre y ADN llevo conmigo las victorias de aquellos guerreros que vencieron el mar, a sus enemigos, leales al rey y sobre todo, con la gloria siempre de DIOS. Este lugar no les pertenece a ningún político, masón o pagano, porque estas tierras son de nuestros verdaderos héroes. La mejor guerra que puedo dar será educando algun día a mis hijos, con la verdad y orgullo, porque llevarán consigo mismo un linaje de HONOR Y VICTORIA.
𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐒𝐄𝐑 𝐌𝐄𝐗𝐈𝐂𝐀𝐍𝐎 𝐒𝐎𝐘 𝐕𝐄𝐑𝐀𝐂𝐑𝐔𝐙𝐀𝐍𝐎, 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐕𝐈𝐋𝐋𝐀 𝐑𝐈𝐂𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐀 𝐂𝐑𝐔𝐙. 𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐌𝐔𝐍𝐈𝐂𝐈𝐏𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐀𝐌𝐄𝐑𝐈𝐂𝐀 𝟏𝟎𝟎% 𝐎𝐑𝐆𝐔𝐋𝐋𝐎 𝐄𝐒𝐏𝐀𝐍̃𝐎𝐋 𝐘 𝐃𝐄 𝐌𝐈𝐒 𝐇𝐄𝐑𝐌𝐀𝐍𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐀𝐐𝐔𝐄𝐋𝐋𝐎𝐒 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐋𝐄𝐎𝐍, 𝐂𝐀𝐋𝐈𝐅𝐎𝐑𝐍𝐈𝐀 𝐘 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐆𝐀𝐋𝐈𝐂𝐈𝐀, 𝐍𝐎𝐒𝐎𝐓𝐑𝐎𝐒 𝐒𝐎𝐌𝐎𝐒 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃𝐄𝐑𝐀 𝐔𝐍𝐈𝐎́𝐍 𝐇𝐈𝐒𝐏𝐀𝐍𝐀.
NUESTRA HISTORIA CONTINÚA ESCRIBIÉNDOSE.. HISPANISTA DE POR VIDA.
MATTHEW GALLART. Veracruz, 2020. — en Veracruz.
https://scontent-qro1-1.xx.fbcdn.net...43&oe=5F9AAC4D
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Fuente:
https://www.facebook.com/photo/?fbid...115310&__cft__
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Re: Mexico no es bicentenario
Un descendiente de Moctezuma que destacó en la guerra contra Napoleón y fue Ministro de Guerra en la época de las independencias de Hispanoamérica. :eek:
Pedro Agustín Girón
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Pedro Agustín Girón Las Casas (San Sebastián, Guipúzcoa, 1778-Madrid, 1842), IV marqués de las Amarillas y I duque de Ahumada, fue un destacado militar y político español, además de presidente del Estamento de Próceres (1834).1
Índice
Biografía[editar]
Nació en el seno de una importante familia de la aristocracia militar, puesto que estaba emparentado con la Casa de Girón mediante su padre Jerónimo Girón y Moctezuma, III marqués de las Amarillas, gobernador de Barcelona y virrey de Navarra (entre 1798 y 1807). En concreto, era descendiente de Pedro Téllez-Girón, más conocido como Pedro Girón, maestre de la Orden de Calatrava entre 1445 y 1466.2 Así mismo era descendiente en décima generación del emperador azteca Moctezuma II a través de su abuela paterna.3 Por otro lado, su madre era Isabel de las Casas y Aragorri, hermana de Luis de las Casas y Aragorri, gobernador de Cuba y capitán general de Cádiz, y hermanastra de Francisco Javier Castaños.2
En 18022 se casó con Concepción Ezpeleta Enrile, hija de José Manuel de Ezpeleta y Galdeano, I conde de Ezpeleta de Beire, lo que le vinculó con otra familia aristocrática tradicionalmente vinculada a las armas. Fue cuñado de José María, Fermín y Joaquín Ezpeleta, los tres políticos y militares. Igualmente era sobrino por parte de su mujer de Pascual Enrile y Alcedo, gobernador de Filipinas.
Como oficial de la Guardia Real participó en la Campaña del Rosellón y en la Guerra de Independencia. Se distinguió en la batalla de Bailén y también tomó parte en los enfrentamientos con las tropas napoleónicas en Tudela, Uclés Ciudad Real, la Albuera y Vélez junto a su tío, el general Castaños.
Liberal moderado en el plano político, permaneció en un discreto segundo plano retirado en sus tierras durante la restauración de Fernando VII en el trono. Tras la revolución liberal de 1820 fue nombrado en marzo ministro de la Guerra del Gobierno dirigido por Evaristo Pérez de Castro, pero dimitió a los pocos meses (agosto de 1820) a causa de la oposición de los sectores liberales más radicales. A partir de entonces, se mantuvo durante unos años al margen de la política.
En 1832, en las postrimerías del reinado de Fernando VII, fue designado capitán general de Granada. Al año siguiente, al morir Fernando VII fue incluido por disposición testamentaria de este en el Consejo de Regencia de Isabel II y recibió el título de duque de Ahumada de manos de la reina regente María Cristina. En 1835 fue nombrado de nuevo ministro de la Guerra en el gabinete del conde de Toreno, pero se vio obligado a dimitir al año siguiente acusado de nepotismo, marchando a un exilio voluntario en Burdeos.
Retornó a España y se estableció en Madrid, donde vivió hasta su fallecimiento en 1842. A su muerte le cortaron un pedazo de lengua que fue conservada da los familiares en un frasco de cristal por 28 años hasta que fue colocada en el panteón familiar del Cementerio de San Isidro en Madrid, meses después del fallecimiento de su hijo Francisco Javier Girón Ezpeleta.nota 1
Durante los últimos años de su vida residió largas temporadas en el extranjero, dedicándose al estudio y a las letras. Su libro de memorias, Recuerdos 1778-1837, constituye un interesante documento sobre la época.
Su hijo Francisco Javier Girón Ezpeleta fundaría la Guardia Civil en 1844.
Notas[editar]
- ↑ "Un pedazo de lengua colocada en un frasco de cristal, que fué amputada al Excmo. Sr, D. Pedro Agustín Girón, primer Duque de Ahumada, fué depositada en dicho panteón el 10 de marzo de 1870".4
Referencias[editar]
https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_...ADn_Gir%C3%B3n
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Re: Mexico no es bicentenario
MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA, Falso padre de la independencia de México
http://2.bp.blogspot.com/-iQkfxkJq6G...lgo%5B1%5D.jpg
Advertencia:
Cuando un historiador verdaderamente católico trata de personajes consagrados como héroes por el liberalismo imperante en la historia oficial mexicana, puede causar resquemores, dudas, incomprensión o franca antipatía aún entre los lectores que dicen pertenecer a la religión católica.
Pero cuando se trata del llamado “Padre de la patria mexicana”, como aparece en los libros y documentos oficiales que existen en todos los centros educativos de la nación, y más aún, cuando se le rinde el máximo homenaje popular en la llamada fiesta nacional del 15-16 de septiembre, entonces no falta quien descalifique, a priori, al que se atreva a derribar ese supuesto héroe de su pedestal.
Durante casi doscientos años (1) ha sido tan intensa y constante esta falsa afirmación, dada desde las altas esferas políticas y gubernamentales hasta los más modestos ayuntamientos o alcaldías y, por supuesto, en todos los centros educativos laicos y no pocos religiosos, dentro y fuera del país donde existen comunidades mexicanas. Que aquí nos encontramos con un caso muy grave de distorsión de la verdad histórica, de suplantación de la realidad por ocultamiento de los motivos que llevaron a Miguel Hidalgo a semejante empresa revolucionaria. Y de la extraña paradoja que han contemplado unas diez generaciones de mexicanos; de ver elevado a los altares liberales anticristianos a un sacerdote de la Iglesia Católica nombrándolo “Padre de la Independencia mexicana”. Pero, vamos a demostrar que no hay contradicción, que todo está lógicamente encadenado por el hilo conductor de la actuación de las sociedades secretas entre los individuos y los pueblos ajenos a ellas.
También, el sentido cristiano de la historia nos obliga a reconocer a Jesucristo como centro y fin de la historia universal, Él, marca los lineamientos para juzgar, para relatar los hechos y los personajes que han influido en las naciones a través de los tiempos.
Las razones de la Independencia
Cuando se estudia el periodo que va desde el año de 1767, cuando fueron expulsados los Padres de la Compañía de Jesús de todo el Imperio Español, hasta el año de 1808 en que aparecen los primeros intentos de independencia americana; se va descubriendo que entre los inconformes con el gobierno de la Corona se encuentran numerosos religiosos, tanto frailes como sacerdotes de la Iglesia católica. Estos van a ser los cerebros y muchos de los ejecutantes de la revolución de independencia hispanoamericana apenas tres décadas después de la expulsión de los padres jesuitas. (2)
Los padres jesuitas habían sido el brazo fuerte de la Iglesia desde que San Ignacio de Loyola creó la Compañía de Jesús en el siglo XVI para defender al Institución del Papado, la ortodoxia de la Doctrina y la lucha contra la corrupción de los hombres de iglesia. La Compañía era, por tanto, odiada por la Masonería (3) enemiga jurada de la Iglesia Católica.
El rey de España Carlos III, influido por sus ministros masones, decretó el edicto de expulsión el 1º de abril de 1767. Con ese infeliz acto, la enseñanza verdaderamente católica quedó herida de gravedad. Tanto los hijos de las familias principales como los humildes indios de las misiones del norte quedaron sin su protección, a merced de las nuevas ideas filosóficas disolventes de la moral católica, porque los sacerdotes y religiosos de las otras órdenes no fueron capaces de conservar la ortodoxia de la Fe.
Las ideas naturalistas y liberales de los filósofos ingleses, franceses y angloamericanos protestantes pronto influyeron en la mente de las clases educadas, tanto laicos como sacerdotes irreflexivos que quisieron ponerse a la moda de los franceses.
Sin embargo, en el fondo de todo esto, estaba el movimiento de las logias para desmembrar el Imperio Español Católico a favor de las nacientes repúblicas democráticas y masónicas: Los Estados Unidos de América en 1776 y la República Francesa anticristiana de 1789.
El joven Miguel Hidalgo y Costilla
Miguel Hidalgo y Costilla tiene varias facetas en su personalidad, las principales son: su actuación pública como sacerdote y como revolucionario, y la privada, como todo ser humano.
El cura Hidalgo nació el 9 de mayo de 1753 en la hacienda de San Diego de Corralejo, en la jurisdicción de Pénjamo, en la Intendencia de Guanajuato. Fue el segundo de los cinco hijos del matrimonio formado por Cristóbal Hidalgo y Costilla y Ana María Gallaga Mandarte Villaseñor, criollos ambos. Sus primeros estudios los hizo en la hacienda donde vivían sus padres. A los doce años de edad fue enviado junto con su hermano Joaquín, a la ciudad de Valladolid al colegio de San Francisco Javier, atendido por los padres jesuitas, de ellos fue alumno solamente dos años, privándolo de esa sólida formación la expulsión de los maestros por el edicto de 1767.
El joven Hidalgo regresó al colegio de San Nicolás donde destacó en forma brillante, graduándose a los 17 años como bachiller en letras con una beca para la Real y Pontificia Universidad de México, donde al poco tiempo, fue bachiller en Artes, De regreso al colegio de San Nicolás se puso a estudiar Teología escolástica, sin embargo no pudo terminar su carrera porque tuvo riñas con sus compañeros, que lo apodaban “el zorro” por su comportamiento astuto y sus ojos color verde amarillento. Miguel Hidalgo fue expulsado del Colegio, aunque perdonado mas tarde, terminó sus cursos con las más altas calificaciones, lo que le hizo recibir el honor de presentar su examen en la Pontificia de la ciudad de México.
Siguió sus estudios canónicos con igual eficiencia y en 1778, a sus 25 años de edad, recibió de manos del Obispo Juan Ignacio de la Rocha la potestad de celebrar la Eucaristía y absolver los pecados.
El cura y rector Miguel Hidalgo
Ya como sacerdote comenzó a desempeñar diversas cátedras en el Colegio de San Nicolás de Valladolid, aprendió los idiomas francés e italiano, además del latín, y entendía algunas lenguas indígenas. Desempeñó tan brillantemente su profesorado que en una década llegó a ser el Rector más joven en la historia del Colegio.
Con su actividad constante, su talento e inteligencia pero también su astucia, al acercarse al Obispo de Michoacán, don Antonio de San Miguel Iglesias, hizo que éste le concediera los beneficios de la rica parroquia de Santa Clara del Cobre con una renta de 500 ducados anuales; cantidad enorme para la época, 1790. Lo que le permitió hacerse de las haciendas Jaripeo, Santa Rosa y San Nicolás. Después de esto su mira estaba puesta en ser Obispo. Pero cuando los bienes de este mundo no están puestos al servicio de Dios corrompen a quien los detenta. Y este fue sin duda el caso del rector Hidalgo.
El cura impío Miguel Hidalgo
Entre los años 1790 y 1800, el señor rector comenzó a olvidar sus deberes de eclesiástico dedicándose a la vida social. Organizaba fiestas y tertulias literarias, leía los libros prohibidos por el Tribunal del Santo Oficio, especialmente los que llegaban de contrabando desde Francia y de los Estados Unidos. Reunía en su casa a muchos sospechosos de profesar las ideas de la Revolución francesa, donde se comentaban con desusada libertad los principios anticristianos de los filósofos Juan J. Rousseau y Francisco M. Arouet alias Voltaire. (4).
Hacia el año de 1792, el cura Hidalgo era un gran empresario en todo tipo de inversiones, mayormente en la agricultura y en las artesanías hasta hacerse un hombre rico. Sin embargo, su pasión por el juego le llevó a contraer cuantiosas deudas, se enemistó con el Cabildo de Valladolid y fue citado por el Tribunal de la Inquisición, acusado de trato deshonesto con mujeres y de vivir amancebado con una señora de quien tenía dos hijos. A causa de todo esto tuvo que renunciar a su rectoría en el Colegio, pagar sus deudas con una de sus haciendas y marcharse precipitadamente a la ciudad de Colima para servir en un curato por orden del Obispo.
A los ocho meses de estar en Colima fue regresado a Valladolid pero ya nunca más a su antiguo cargo de rector.
Luego, en 1793 el Obispo le concedió los cargos de cura, vicario y juez eclesiástico de San Felipe en Guanajuato. Ahí formó una extensa biblioteca con autores franceses de libros señalados en el índice como
Anticatólicos. Desde San Felipe hacía frecuentes viajes a Dolores, Lagos y Guanajuato donde tenía multitud de conocidos, la mayoría, desorientados súbditos que veían en el cura a una persona capaz de guiarlos en aquella época prerrevolucionaria. A estas personas les llevaba el virus de las ideas impías que absorbía de sus admirados filósofos naturalistas.
En el año de 1798 el Cabildo de Valladolid volvió a acusarlo de no pagar sus nuevas deudas de Juego, de leer libros prohibidos y de propagar actividades sediciosas. En abril de ese año había afirmado en una tertulia con los sacerdotes Joaquín Huesca, Manuel Estrada, Antonio Romero y José Martín García “que el gobierno de la Iglesia estaba manejado por ignorantes, que la Biblia debía estudiarse con libertad de entendimiento y que las Epístolas de San Pablo eran apócrifas”
Esta segunda llamada del Santo Oficio tampoco tuvo eco en quienes debían sancionar sus desvaríos doctrinales y morales, pues su expediente se archivó como había sucedido con el primero.
En 1802 consiguió ser cura del pueblo de Dolores a la muerte de su hermano el cura José Joaquín, en esa localidad se asentó con toda su familia continuando su vida social y ocupándose de todo menos de sus fieles a quienes dejó encargados al padre Francisco Iglesias.
Toda esa época hasta el año de 1810 se le ve ilustrándose y llenando su vida de toda clase de placeres y actividades fuera de la Religión, viviendo amancebado con otra mujer de quien tuvo otras dos hijas: Micaela y Josefa. También, de un tratado para fabricar armas, se atrevió a fundir varios cañones con el pretexto de dar realce a las festividades religiosas.
Miguel Hidalgo y Costilla había perdido completamente la Fe, no estamos seguros de si alguna vez la tuvo, ya que, tanto él como muchos de los candidatos a ser ministros de Jesucristo entraban en los seminarios para ser sacerdotes y disfrutar del ascendiente y bonanza económica que les daba ser cura de alguna parroquia, sin tener realmente vocación de servicio a Dios y a las almas. Esta es la principal razón de que hubiese tan gran número de sacerdotes revolucionarios.
El masón Miguel Hidalgo y Costilla
El norteamericano maestro masón Richard E. Chism en su “Historia masónica de México” afirma que en 1806 se formó en la ciudad de México una Logia masónica del rito de York, es decir, de obediencia inglesa. Y que en ese año en la casa no. 5 de la calle de las Ratas (hoy Bolivar) fueron iniciados Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Miguel Domínguez corregidor de Querétaro y otros. El maestro masón grado 33 Dr. Julián Gascón escribe en su tratado “Los primeros masones y la formación del supremo consejo de México” exactamente lo mismo.
Hidalgo tenía relación de amistad con un antiguo alumno del Colegio de San Ildefonso, el sacerdote jesuita Manuel Iturriaga admirador del ex jesuita Adam Weishaupt creador de la secta de los Iluminados. Este sacerdote impío que fungía como Rector del Colegio San Francisco Javier de la ciudad de Querétaro, tenía elaborado un Plan revolucionario para separar la Nueva España de la Corona por medios violentos desligándose de cualquier potencia europea, expulsar a los españoles y quedarse con sus bienes. Era en líneas generales el Plan que la Logia de Nueva Orleáns en los Estados Unidos había confeccionado para llevarlo a cabo por medio de aquellos revolucionarios que fueran escogidos por ella. Miguel Hidalgo en compañía del capitán Ignacio Allende viajó varias veces a entrevistarse con Iturriaga para conocer los detalles del Plan. El padre Iturriaga estaba adscrito también a la Masonería.
La razón de que los políticos liberales rindan homenaje a un sacerdote católico y lo llamen “Padre de la Independencia y de la Patria” es precisamente porque este cura era masón obediente a los dictados de la secta, para destruir la Nueva España en beneficio del gobierno norteamericano. Entre las primeras disposiciones que emitió su gobierno itinerante estuvo la de mandar a Pascasio Ortiz de Letona a Estados Unidos pidiendo ayuda material y moral para los insurgentes.
El historiador don Antonio Gibaja y Patrón escribe en su obra “Las Revoluciones sociales de México”: “De los estudios históricos de México, aparece que John Adams de los Estados Unidos, Jorge III de Inglaterra y Napoleón I de Francia fueron los agitadores del Partido Liberal y los promotores de la Independencia de México”
El revolucionario Miguel Hidalgo y Costilla
La Masonería es el Misterio de Iniquidad de que habla San Pablo en su 2ª. Epístola a los Tesalonicenses, extrae de los individuos que selecciona, todos los instintos bestiales que un hombre pueda tener y los encausa para sus fines de destrucción del orden cristiano (5). Cualquier individuo, una vez comprometido bajo juramento con los jefes de la Secta va a poner en práctica los horrores de su innata maldad.
Hidalgo y sus compañeros revolucionarios tenían previsto iniciar la insurrección el 1º de diciembre de 1810 en San Juan de los Lagos aprovechando la concentración de gente para la fiesta de la Santísima Virgen. Pero, la conspiración fue denunciada en Querétaro por el capitán Joaquín Arias quien de ese modo alertó al Brigadier don Ignacio García Rebollo de la intención de degollar a todos los españoles.
El primer grito de guerra de Hidalgo fue: “Somos perdidos. Aquí no hay mas recurso que ir a coger gachupines”.
De modo que los acontecimientos precipitaron el inicio de la revolución y en el pueblo de Dolores, el 16 de septiembre a las 6 de la mañana se inició una auténtica guerra civil de muerte y destrucción. Miguel Hidalgo, vaciando las cárceles de criminales, armándolos y reuniendo entorno suyo a toda la plebe de los lugares que pasaba, incitándolos al robo de quien algo tenía, marchaba como jefe absoluto, no de un ejército sino de una desordenada banda de forajidos. Los que tenían algún resentimiento, maldad, codicia o venganza contra alguien se le iban agregando.
Su primer estandarte de guerra era una bandera roja cuartelada con franjas negras en cuyo crucero aparecía un cráneo en medio de dos canillas con cuatro estrellas de seis puntas masónicas. A este estandarte se le llamó “El doliente de Hidalgo” , ante las críticas de muchos de sus seguidores, posteriormente, tomó el estandarte de la Virgen de Guadalupe como bandera de la revolución para engañar mas fácilmente al pueblo devoto instándolos, con ello, a no hacer resistencia.
Podemos afirmar que su carrera fue meteórica. Pronto cayeron bajo su férula San Miguel, Celaya Guanajuato, Valladolid y los principales pueblos de Michoacán, siguió hacia Toluca y se dirigió a la ciudad de México deteniendo su marcha a muy poca distancia de ella. Habían pasado menos de dos meses desde el llamado “Grito de Dolores” y su influencia crecía de semana en semana. Casi sin enfrentar ninguna batalla seria y por la ayuda de otros revolucionarios entró en Guadalajara el 28 de noviembre, esta ciudad, como las anteriores, estaba ganada por la infiltración de las logias entre las personas principales. El pueblo de la capital de la Nueva Galicia se le entregó lleno de júbilo, a tal grado que en la Catedral se cantó un Te Deum en su honor y después un suntuoso banquete y baile el Real Palacio donde se alojó.
Sus incondicionales comenzaron a dirigirse a él como “Su Alteza Serenísima”, pero, nada de lo anterior evitó que “Su Alteza” ordenara mas tarde degollar a todos los europeos prisioneros de las turbas, lo mismo hacía en todas las poblaciones que tomaba. En Guadalajara no bajaron de mil los asesinados. Hidalgo se presentaba como el “Libertador de los pueblos oprimidos”, ofrecía a las chusmas que serían dueños de las tierras y de las riquezas de los europeos.
Como botón de muestra vamos a transcribir una Carta Provincial de los Franciscanos que aparece en el libro “La cuestión religiosa en México” del padre Francisco Regis Planchet, que este autor entresacó de la Sentencia de Degradación de Hidalgo:
“De orden suya se sacaban a los españoles europeos a escondidas por la noche en partidas de 40 o más, de los que había reunido en Valladolid y Guadalajara. Y los mataban en barrancas y otros lugares ocultos.
La primera de estas partidas se sacó el 12 de diciembre, como si por ser día de la aparición de la Virgen, que sacrílegamente había tomado Hidalgo por patrona de su rebelión, hubiese querido solemnizar la festividad con tan horrible sacrificio. Entre los degollados había hombres venerables por sus virtudes, benéficos en los lugares donde residían y, según admitió Hidalgo en su proceso, había muchos eclesiásticos”
Hastiados de los excesos de Hidalgo; Allende y sus propios compañeros revolucionarios consultaron a varios sacerdotes sobre si sería lícito darle veneno para evitar tantos asesinatos. Después de ser derrotado Hidalgo por el general Calleja en Puente de Calderón, Allende y los otros jefes revolucionarios finalmente decidieron separarlo del mando amenazándolo de muerte. Comenzó entonces la declinación de su estrella, en la huída de los revolucionarios rumbo a los Estados Unidos iba prisionero con guardias para que obedeciera lo que se le dictaba.
La muchedumbre de indios que había seguido a Hidalgo, Allende, Aldama, Jiménez y los otros jefes, por el centro del país donde había riquezas que saquear, viendo que escaseaba el botín, fueron abandonando la columna hasta abandonarlos totalmente.
En marzo de 1811 los insurgentes llegaron a Saltillo, lugar donde Hidalgo entregó el mando militar a Ignacio Allende y rechazó el indulto que le ofrecía el Monarca español.
Los jefes revolucionarios decidieron huir hacia el norte hasta Texas para alcanzar después la frontera con la Louisiana y obtener la ayuda material y moral ofrecida por el presidente James Madison de los Estados Unidos. Así que emprendieron la marcha hacia la ciudad de Chihuahua, pero el 21 de abril y por medio de una estratagema del capitán Francisco I. Elizondo (6) fueron apresados todos en la población de Acatita de Baján y llevados maniatados con hierro a la ciudad de Chihuahua donde comenzó su proceso.
Los interrogatorios, la degradación de Hidalgo de su condición sacerdotal, el juicio del Tribunal de la Inquisición, la Junta de Guerra y todo lo concerniente a sus delitos con los testigos etc., etc. tardaron más de dos meses. El 30 de julio de 1811 a la hora del alba Miguel Hidalgo y Costilla de 53 años cumplidos cayó muerto por el pelotón de fusilamiento. ¿Qué pensaría ese cerebro, cuyo corazón estaba corrompido hasta la médula antes de su ejecución? Cuando el capitán Simón Elías le preguntó por su último deseo antes de morir, Hidalgo pidió que le trajeran una jarra con leche y unos dulces….. (7)
Efectos de la Revolución de Miguel Hidalgo y Costilla
En tan solo 11 meses de campaña revolucionaria la sociedad de la Nueva España había quedado conmovida hasta sus cimientos, todas las capas de la población se veían con desconfianza. Había fomentado el odio entre españoles europeos y americanos, entre las diversas razas que poblaban el extenso país, entre los ricos y los pobres, entre los curas de pueblo y las autoridades de la Iglesia. En ese corto espacio de tiempo los trescientos años de estabilidad y paz se habían destruido para siempre.
Entre otros hechos negativos que Hidalgo había inaugurado con su Revolución estaban:
“La Ley Fuga”; acuchillando en las tinieblas a incontables comerciantes y empresarios robando sus fortunas. Fue el primero en mendigar la intervención armada de los protestantes angloamericanos, fue el primero en sembrar la cizaña del socialismo y comunismo mediante el saqueo sistemático de los propietarios, el primero en predicar, con su propio ejemplo, del amor libre, ajusticiamiento sin proceso, del “derecho” de rebelión, del “derecho” a quedarse con tierras ajenas repartiendo las haciendas que no eran suyas. Ni él ni sus hermanos repartieron ni un palmo de sus tierras.
En cuanto a la Iglesia; fue enemigo de las órdenes monásticas, humilló cuanto pudo a la jerarquía eclesiástica coartando la libertad de su jurisdicción y mandando asesinar a incontables sacerdotes, solamente por el delito de ser europeos. Difundió entre sus allegados numerosas herejías de corte protestante.
Su rebelión fue el principio de la destrucción del país cuya independencia fue lograda por don Agustín de Iturbide el 27 de septiembre de 1821 con el Imperio Católico que duró solamente menos de dos años a causa de la intervención de la República democrática norteamericana y sus logias. Perdiendo, México, su verdadera independencia para siempre.
Volvemos a citar al Lic. Gibaja y Patrón quien con gran lucidez asienta en el primer tomo de su Obra “Las Revoluciones Sociales de México”:
“La revolución de Independencia no fue ideada por Hidalgo ni su voluntad tampoco era la que imperaba en ella, pues es bien sabido que Hidalgo y Allende eran masones, y como tales, ciegos y dóciles a la voluntad de las logias…” las órdenes venían del jefe supremo de la masonería universal residente en Charleston USA.
Por lo expuesto anteriormente, Miguel Hidalgo y Costilla, no fue prócer de la Independencia de México ni menos Padre de la Patria mexicana.
Luis Ozden.
Septiembre de 2011.
Bibliografía y Citas:
CITAS:
(1) En el año de 1823 la Asamblea o triunvirato que estaba encargada del gobierno después de la abdicación de Iturbide con Emperador, ya hablaba de constituir una república democrática de corte yanqui y había elevado al difunto Miguel Hidalgo como Prócer de la Independencia.
(2) En el año de 1807 se instruyó en la ciudad de Nueva Orleáns, causa judicial a unos sujetos de nacionalidad norteamericana que pretendían emancipar a la Nueva España, darle un gobierno propio, pero aliado y protegido del de los Estados Unidos. “Documentos Históricos mexicanos” Genaro García, SEP.
(3) La Masonería abarca actualmente (siglo XXI) a todas las sociedades secretas y semi secretas de mundo entero, es el Misterio de Iniquidad de que hablan San Juan y San Pablo, previo a la llegada del Anticristo. Los individuos que la siguen son los instrumentos del Maligno para destruir el Orden Cristiano. Ha infiltrado ya toda la Sociedad civil y también a la Jerarquía de la Iglesia Católica que desde la década de 1960 ya no lo oculta. Por lo que se nos afirma la creencia de que hemos llegado al “Fin de los tiempos”.
(4) Francisco María Arouet alias Voltaire, influyente filósofo, escritor y poeta, todo su pensamiento está impregnado de naturalismo y liberalismo, a pesar de haberse educado por los jesuitas en París, empleo su viva inteligencia en esparcir sus ataques a la Iglesia Católica. La masonería internacional adoptó su pensamiento destructivo para destruir el Orden Cristiano.
(5) “El Misterio de Iniquidad” San Pablo en su 2ª. Carta a los Tesalonicenses, 2, 3-7
(6) El Capitán de milicias Francisco Elizondo que estaba retirado en el Norte y había dejado las huestes de Hidalgo poco antes, de acuerdo con los realistas, aparentó volver con los que huían y vitoreándolos los pudo desarmar y poner presos.
(7) “La cuestión religiosa en México”, Fco. Regis Planchet ,1957
BIBLIOGRAFIA:
Alamán Escalada Lucas, “Historia de Méjico”, Fondo de Cultura Ec. S. A. de C. V. Ed. Facsimilar; México 1985. 5 Tomos
Documentos Históricos Mexicanos, Consejo Nacional de Fomento Educativo, Ed. Facsimilar, México 1985.
Enciclopedia de México, SEP. México 1988.
Gascón Julián Dr. “Los primeros masones y la formación del Supremo Consejo de México”, Ed. Vertiente, México 1994.
Gibaja y Patrón Antonio, “Comentario Crítico, Histórico, Auténtico a LAS REVOLUCIONES SOCIALES DE MÉXICO”, Ed. Tradición, México 1983. 5 Tomos
Gran Enciclopedia “Círculo de Lectores”, Plaza y Janés, Barcelona 1987.
Pérez de León Rivero Luis, Apuntes propios, “El Destino Manifiesto angloamericano es de origen calvinista”.
Regis Planchet Francisco Pbro. “La Cuestión Religiosa en México”, Imp. Moderna, Guadalajara, México 1987.
Sánchez Ruiz Pedro “Nacimiento, Grandeza, Decadencia y Ruina de la Nación Mejicana”, Ed. Honor y Fidelidad 2005.
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Fuente:
Verdadera Historia de México: MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA, Falso padre de la independencia de México
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Re: Mexico no es bicentenario
LA INDEPENDENCIA A TRAVÉS DE CINCO PERSONAJES (o lo que no te dirán en el colegio...)
por Gastón Abellán
HIDALGO
Hidalgo se levantó en armas en nombre del príncipe Fernando VII y usando la imagen de la virgen de Guadalupe como bandera... Al ser procesado, declaró que su verdadero objetivo era lograr la independencia del reino... Lo que lo exhibe a las claras como mentiroso y manipulador, ya que el pueblo jamás hubiera pensado en levantarse en armas contra la Corona, ello sin ahondar en el uso que hizo de su enseña para legitimar su movimiento: no sin razón, entre los muchos cargos que le fueron levantados, estaba el de el uso indebido de las imágenes de la virgen y el príncipe para seducir a la plebe: las hordas que seguían al cura lucían, cosidos en sus ropas o en sus sombreros, estampas conteniendo las imágenes de la Guadalupana y del futuro monarca (en cuyo nombre también peleaban los españoles en la península).
Su movimiento, de seis meses de duración, no solo no obtuvo la proyectada independencia sino que se tradujo en destrozos, desórdenes, robos, abusos y asesinatos... Motivos que llevarían a Allende, y a sus colaboradores más cercanos, a despojarlo del mando, y más adelante a intentar envenenarlo sin éxito.
¿«Padre de la patria»?.. No supo ser ni padre en sus parroquias. Tuvo, en cambio, varios hijos.
MORELOS
A diferencia de Hidalgo, sí se pronunció abiertamente por la independencia americana (somos americanos aunque los gringos se hayan apropiado del término...). Con todo, al igual que Hidalgo, a quien se parecía bastante (tuvo varios hijos por decir lo menos), tiene mucha cola que le pisen: amigo de criminales como los «Pachones» y el «Capador», solía festejar con gruesas risotadas sus hazañas... Pensó en vender Texas a los estadounidenses (antes de su pérdida) para conseguir fondos para su revuelta y delató a sus compañeros de armas en una carta al virrey... Sospechosamente en la constitución que dejó redactada excluía a nuestras provincias del norte, mismas que después nos serían arrebatadas por el enemigo anglosajón... Asesino regocijado de españoles, su partida de bautismo lo registra como «... español, hijo de españoles...» Dato curioso: Su vástago, Juan Nepomuceno Almonte, fue uno de los notables que trajeron a México al emperador Maximiliano.
MINA
El español Javier Mina ha pasado a la historia como un precursor del guerrillero argentino Ernesto «Che» Guevara. Nacido en Navarra, conoció en Londres al cura fray Servando Teresa de Mier, quien «lo convenció de venir a luchar por la independencia novohispana». La realidad es que arribó acá armado y equipado por miembros del gobierno británico quienes ansiaba destruir el extensísimo imperio español. A su paso por el vecino del norte, en donde se detuvo antes de desembarcar en Soto la Marina, tuvo tiempo de reclutar numerosos aventureros y mercenarios estadounidenses y europeos, para continuar la guerra en la Nueva España —su guerra en contra del absolutismo de Fernando VII, no la guerra de independencia como quieren hacernos creer—. Al cabo, resultó capturado y ejecutado por la espalda, como el traidor que era a su patria y a la monarquía. Tenía 28 años de edad. Masón para más señas, sirvió, como todos los masones españoles, a los intereses de Inglaterra. Junto con Guerrero es la figura más destacada de la 2da etapa de la insurgencia.
GUERRERO
El general Vicente Guerrero era un mulato de escasa instrucción, lo que unido a su acento costeño y a su falta de refinamiento, hizo que su presidencia fuera acogida con gran escándalo. Una declaración de Bolívar, nada halagueña, se refiere a él como «... aborto de india salvaje y de feroz africano... » (lo que podría sugerir que era zambo, aparte de evidenciar el marcado menosprecio que sentía el «Libertador de América» por indios y negros... Bolívar: otro personaje execrable...).
Habiéndose unido a Iturbide, no tardó en traicionarlo. Joel Poinsett, agente oficioso estadounidense, declara en sus memorias haberle sido ofrecido el gobierno de México por parte del general Guerrero... A la postre sufrió la suerte de los traidores: fue traicionado y fusilado. Muchos años más tarde, el presidente Luis Echeverría intentaría falsificar nuestra ya de por sí falsificada historia haciéndolo pasar por el verdadero responsable de la independencia nacional.
AGUSTÍN DE ITURBIDE
El verdadero Padre de la Patria, quien diera nombre al país (México solo designaba a la capital del reino) y el creador de los símbolos que la distinguen: la bandera y el escudo nacionales. En seis meses logró conciliar a todos los sectores antagónicos sin disparar un tiro y obtuvo la independencia. Se negó a vender territorio a los Estados Unidos y a acatar las insinuaciones de Poinsett en cuanto a crear un sistema de gobierno a imitación del modelo yanqui, factores que acarrearían su caída. Su plan de crear un vasto imperio católico en el corazón de América, lo haría a tal punto incómodo para el proyecto republicano impulsado por la masonería pro-estadounidense que se le acusaría falsamente y se combatiría su memoria. A comienzos del s. XX, su nombre escrito con letras de oro, se retiraría del Congreso. Durante el mandato de Luis Echeverría, el pueblo donde fuera fusilado, sería inundado con el pretexto de construir una presa. Para mayor afrenta, ésta entraría en servicio un 27 de septiembre (fecha real de la independencia, que no el 15...) y sería bautizada como Presa Vicente Guerrero... Dato significativo: cantar las estrofas del himno nacional que ensalzan al malogrado monarca puede ser punible como delito.
ADENDA
Es poco sabido que no solo se conspiraba en este lado del charco, en la península también se conspiraba favoreciendo con ello a Inglaterra, la eterna enemiga... Comparto a otros dos personajes.
RIEGO
El general Rafael del Riego, ídolo de la izquierda española, es prácticamente desconocido en estas tierras; su traición, sin embargo, fue determinante para que se secesionase la Nueva España. Masón como Mina y títere de los intereses británicos, evitó que se embarcasen a América los soldados que habían sido reclutados con el objetivo de combatir a los rebeldes. Incapaz de asumir sus muchas deslealtades, murió suplicando cobardemente por su vida al ser ejecutado tres años más tarde.
Dato curioso: El reclutamiento de las tropas para sofocar a los alzados, corrió tanto a cargo del conde de Calderón, como del marqués de las Amarillas. El marqués de las Amarillas era descendiente directo del emperador Moctezuma...
O'DONOJÚ
Erróneamente considerado el último virrey de la Nueva España (en realidad el cargo había sido abolido), fue comisionado en la península ibérica por sus hermanos de logia —era masón— para firmar la independencia del naciente Imperio Mexicano con el propósito de terminar de hundir al rey, el otrora príncipe Fernando VII quien no pudo impedir su nombramiento... Se sospecha que murió asesinado (murió a los pocos meses de haber firmado la separación)... Peor suerte padeció su esposa: impedida de regresar a España donde O'Donojú era considerado, justamente, un traidor, y fusilado Iturbide de quien hubiera podido esperar algún apoyo, murió en la más absoluta miseria luego de irse deshaciendo paulatinamente de sus posesiones... Así las cosas.
© 2020, Gastón Guzmán
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Fuente:
https://www.facebook.com/nuevosbardo...57262254896442
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Re: Mexico no es bicentenario
Las SECTAS Que LIBERTARON a MÉXICO
La historia de la independencia de México, está llena de misterios y héroes ocultos, muchos de los cuales fueron integrantes de sectas o agrupaciones secretas.
Descubre mas en este documental de El Verbo.
https://www.youtube.com/watch?v=3Mj3oP9MeqY
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Re: Mexico no es bicentenario
¿Sabías que...?
Rocafuerte escribe en septiembre de 1828, en un comunicado Reservadísimo a la cancillería mexicana, que «Bolívar aspira a coronarse, y puede entrar en los cálculos de su hipócrita ambición el plan de vender los intereses republicanos de la América», la opinión del encargado de negocios de México en Colombia, José Torrens, tampoco era muy halagüeña, no entendía como hombres ilustrados podían admirar a Bolívar, decía que no había nada de él que «merezca admiración», comentaba su carácter «incansable» para intrigar y la constancia «en sus aspiraciones al poder absoluto», remataba diciendo: «Bolívar desearía un trastorno en México para probar que las instituciones republicanas no sólo no convienen a Colombia, sino a ningún Estado americano, a lo menos a los que pertenecieron a España».
Si bien Bolívar colmó a Iturbide de honores como militar y emperador, hay indicios de que logró desestabilizar el gobierno mexicano de Agustín I y hacer naufragar después el Congreso de Tacubaya. El 10 de octubre de 1821, Bolívar envía una carta a Iturbide, declarando su admiración y se designa a Miguel de Santa María como embajador colombiano en México, pero en 1822 es nombrado persona "non grata" debido a que se encuentra involucrado en una conspiración contra el Imperio, «un asunto en el que no debiera haberse mezclado», señala el canciller mexicano, De Herrera. En la conspiración estaban involucrados Servando Teresa de Mier, Carlos María de Bustamente, José Joaquín de Hererra, entre otros.
Si bien no se sabe si fue por orden expresa de Bolívar, es de suponer que su negativa a asistir a le ceremonia de entronización y reconocer a Iturbide como emperador, fueron concertadas junto con el gobierno al que representaba, aunque hay que tomar en cuenta que Santa María era novohispano de nacimiento, oriundo de Veracruz, pero, aunque el gobierno colombiano debió cesarlo, lo defendió por su «conducta circunspecta». Al partir al destierro, Santa María se encontró a Santa Anna y se unió a su rebelión, cuando esta triunfó regresó a la ciudad de México y se le halago, además, le fueron restituidas sus credenciales como embajador y celebró junto a Alamán el tratado bilateral con Colombia.
Alamán, temeroso de las aspiraciones estadounidenses, vio con buenos ojos la idea anfictiónica de Bolívar, se dedicó de lleno a ello, lo veía como un contrapeso al peligro del norte, pretendía una unión económica, zona de libre comercio entre los antiguos virreinatos y capitanías españolas. En 1823 se firmó el primer tratado entre Colombia y México, pero el tratado fue ratificado con modificaciones por el Congreso mexicano por el antecedente de Bolívar de intervenir en asuntos internos de otros estado, y sobre todo, por el asunto de Santa María. El tratado incluía dos clausulas, invitar a los países Hispanoamericanos para formar un pacto o confederación, y el segundo, formar una Asamblea General para concretar la unión.
Al año siguiente Bolívar, como jefe de estado de Perú, lanzó la convocatoria para el Congreso de Panamá, Pedro Gual, canciller colombiano, giró instrucciones a su ministro en Estados Unidos para que los invitara a unirse a la iniciativa de «Colombia y sus aliados», aunque se planteó antes desde el Congreso mexicano. Pero Alamán estaba entusiasmado, el 23 de febrero de 1825, le dice a Victoria que el proyecto «estaba fundado en los mismos principios y animado por los mismos deseos de su gobierno», apoyó las instrucciones de Bolívar siempre y cuando Estado Unidos fuese miembro observador y no de pleno derecho en el proyecto, fue Alamán quien trajo el Congreso a Tacubaya, pero las negociaciones con Inglaterra demostraron que Bolívar no estaba tan leal al espíritu de hermandad como propagaba, dado que Santa María informaba a su gobierno que el tratado de México con Inglaterra, concedía a este reino ventajas que se le concedieron a Colombia, además que molestó a los ingleses porque Colombia ni siquiera pretendía reciprocidad en las ventajas comerciales que México le estaba otorgando, el país sudamericano no le daría un trato preferencial a México.
Finalmente, los representantes, reunidos en Tacubaya, se terminaron retirando, sin Alamán en México, que había renunciado a su cargo en el gabinete de Victoria por las maquinaciones de Zavala y Poinsett, se vieron sin poder encontrar a nadie en México autorizado para aprobar las negociaciones, dado que la Cámara de Diputados nunca se puso de acuerdo para nombrar a alguien.
Fuente: Kerber Palma, V. El interés nacional en Lucas Alamán y los orígenes de una política exterior de principios.
Imagen: Simón Bolívar, c. 1828, por José Gil de Castro.
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10053&stc=1
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Fuente:
https://www.facebook.com/gazetamexic...54010664905528
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Re: Mexico no es bicentenario
«El Águila de los aztecas montará su vuelo majestuoso sobre la antigua Cubanacán», Guadalupe Victoria, presidente de la república mexicana. La conspiración fue descubierta en 1829, a diferencia de Los Soles y Rayos de Bolívar (varios de cuyos miembros se unieron a la Gran Legión del Águila Negra, esta sociedad fue bicéfala con dirección compartida entre México y Cuba, lo que ayudó a su fracaso, además, hay más información sobre ella en Cuba que en México, dado que en nuestro país era sencillamente una sociedad patriótica más y solamente se encuentra referencia a ella en algunos documentos de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Mientras en Cuba se mantenía en secreto, en México solamente sus ritos de iniciación, la presencia del presidente mexicano como miembro y la aprobación tacita del gobierno eran secretos. La cuestión cubana era de interés para los países americanos y especialmente para México, dado que la ubicación y cercanía de la isla permitía el fácil acceso español a México para una reconquista, la debilidad del Imperio Mexicano está manifestada con claridad en que no pudieron reducir el Castillo de San Juan de Ulúa en el puerto de Veracruz, Itubirde se acostumbró a esta presencia pero para 1824 era inaceptable, la independencia de Cuba y Puerto Rico significaba el fin del poderío español, la rendición de San Juan de Ulúa y el restablecimiento del intercambio comercial que se había interrumpido luego del colapso del Imperio, la Comisión de Relaciones Exteriores fue clara en 1822, Cuba debía ser independiente o ser española.
En 1824, Santa Anna, comandante de Yucatán, propone una invasión a la isla y a él mismo como responsable para forzar la rendición de San Juan de Ulua, aunque no es fácil determinar si pretendía que Cuba fuese independiente o no, Guadalupe Victoria en cambio, si considera que deba ser independiente y será quien fundé la Gran Legión del Águila Negra en 1823. Alamán informara a Michelana de los rumores sobre las pretensiones estadounidenses en Cuba y la creencia de que, una vez concluida la campaña de Bolívar en Perú, se apodere de Cuba y Puerto Rico, a lo cual, México debe intervenir anexando o independizando Cuba, la Gran Legión no obedece a un deseo idealista sino a una política de protección de la soberanía mexicana y servir de instrumento a la lucha interna en México. La Gran Legión fue fundada en Puente del Rey el 30 de mayo de 1823 por Guadalupe Victoria y Simón Chavéz, exsacerdote cubano.
Guadalupe Victoria la pretendió como rito para reducir la influencia del rito escocés de franmasonería implantado por los españoles en 1813, es decir, tenía las funciones de un partido político, mientras que en Cuba, la Gran Legión no era masónica, en México si lo era y estaba íntimamente ligada a las actividades de Guadalupe Victoria. En 1825, Victoria presenta ante el Congreso un proyecto de invasión en el que México obtendría ventajas comerciales de una Cuba independiente o neocolonizada pero no anexada, además de la ocupación de la isla por los aliados por tiempo indefinido, gozando así de las ventajas económicas y comerciales sin las desventajas de la anexión. Es hasta 1826 cuando se funda la Gran Legión del Águila Negra en Cuba. Aunque algunos historiadores cubanos mencionan que hubo negros involucrados, lo cierto es que no fue así dado que inclusive en México no se veía con buenos ojos la gran proporción de negros en Cuba y algunos mexicanos llegaban a excluirlos de una sublevación, en 1827, la cantidad de negros esclavos y libres en la isla era del 56.2 %.
A pesar de presumir que en México la esclavitud estaba prohibida, hay que entender actualmente que los mexicanos del siglo XIX tenían un doble discurso, el 20 de enero de 1825, Joaquín Lama anunció en Puebla una expedición que partiría desde Campeche y Yucatán en la que los negros estaban excluidos de la lucha y se quedarían en estado de esclavitud hasta que su raza se extinga, porque así lo habían pedido sus dueños. En 1830, se desmantela la célula cubana, la Gran Legión funcionó en México con entera libertad pero en Cuba la sociedad fue realmente secreta, mientras los cubanos esperaban el apoyo incondicional de los mexicanos, estos variaban en su compromiso de acuerdo a la situación política en México. Finalmente, en 1836, España reconoce la independencia y las pocas posibilidades de ayuda que podrían llegar del continente, se dieron por pérdidas y no habría ya una expedición desde Colombia o México hacia la isla, durante el siglo XIX, México vivió únicamente para sí mismo.
Fuente: Soucy, D. La «Gran Legión del Águila Negra»: Un águila de dos cabezas (México-Cuba 1823-1824). Recuperado de: https://mdc.ulpgc.es/.../tebeto/id/211/filename/212.pdf
Imagen: Vistas de la Ciudad y puerto de La Habana, 1850, «Album pintoresco de la isla de Cuba».
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10054&stc=1
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Fuente:
https://www.facebook.com/gazetamexic...54010664905528
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Re: Mexico no es bicentenario
La Identidad Mexicana y el siempre buscar el empequeñecimiento
Ya he escrito antes sobre como el basar en lo pre hispánico las identidades nacionales de los países hispanoamericanos, fue una movida hecha tras las independencias para poder legitimar el romper con España y pintarla como potencia extranjera ocupando el territorio nacional. Pero de lo que no me había dado cuenta es de la manera tan profunda y dañina que el haber hecho esto ha afectado el panorama de los hispanoamericanos en la actualidad, especialmente los dos más afectados por las independencias: México y Perú.
Hay que dejar por sentado lo absurdo de la premisa que el México actual es el resultado y descendiente de su imperio pre hispánico, con solo consultar los mapas de las extensiones territoriales de ambos, se ve que ni siquiera llegaron a ocupar todo el territorio de lo que hoy es México.
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Imperio Azteca
Como se ve, el imperio Azteca no llegó a ocupar por completo el territorio nacional necesario para adjudicarle a la nación actual ser la continuación o descendiente de dicho imperio, y si a la geografía le sumamos la cronología, veremos que el imperio en vez de ser el ente milenario y antiguo que toda la propaganda y fanfarria lo harían a uno pensar, que en verdad duró, siendo generosos poco menos de dos siglos, desde 1325 a 1521.
Ahora, nada de esto sería realmente un problema para la construcción de la identidad Mexicana si no fuera por el hecho de que existió el Imperio Español y el virreinato de Nueva España.
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Virreinato de la Nueva España
Nueva España duró prácticamente tres siglos, desde 1535 a 1826.
¿Cómo es que los Aztecas pueden darle algo en común a Chihuahuense y a alguien de Tabasco si no tuvieron presencia alguna en ninguno de los dos territorios? Visto así se puede apreciar el absurdo de andar reclamando una identidad Azteca como base para México ¿Cómo es que desde lo más pequeño y corto se reclama la identidad entera de una nación? Solo ignorando y saltándote lo grande y duradero, saltándote el factor real que aglutinó los territorios de la nación Mexicana actual
Lo cierto es, que desde las independencias nos encanta identificarnos con los perdedores y lo pequeño en vez de con lo grande y glorioso. El daño por identidad esquizofrénica que tenemos desde el siglo XIX queda demostrado con tan solo ver uno cuantos mapas. Es hora de superar esto.
Tercio
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Fuente:
https://www.mundorepubliqueto.com/20...on-lo-pequeno/
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Re: Mexico no es bicentenario
A 205 años de la muerte de José María Morelos (I)
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Morelia (Ayuntamiento)
Publicado Por: C. TRADICIONALISTA CELEDONIO DE JARAUTA - CIUDAD DE MEJICO
diciembre 30, 2020
El pasado 22 de diciembre se han cumplido ya 205 años del fusilamiento de José María Morelos, uno de los «héroes» homenajeados hasta el exceso por la historiografía oficial de carácter liberal y revolucionario desde el siglo XIX.
Sin duda costará muchos años lograr que la población de Hispanoamérica pueda analizar con objetividad todo el proceso histórico de las comúnmente denominadas «Independencias» que más allá de lo dicho por los distintos discursos oficiales; no hicieron más que desmembrar la poderosa Monarquía Hispánica en beneficio de Gran Bretaña y Estados Unidos. Las potencias anglosajonas sirvieron como instrumentos para difundir los postulados de la modernidad y del constitucionalismo; que causaron la ruptura con los principios de la filosofía política tradicional.
En el caso de José María Morelos, se le considera el líder del movimiento separatista de la Nueva España en su segunda etapa histórica. Nació en 1765 y siendo de origen mulato, fue ordenado sacerdote en 1795. Realizó buena parte de su labor pastoral en el curato de Carácuaro, en la región de la tierra caliente michoacana. Al iniciarse el movimiento de Miguel Hidalgo, Morelos se interesó en participar en el mismo y fue comisionado por el ex cura de Dolores, para organizar la revolución separatista en las zonas del sur de la Nueva España (en lo que hoy son los estados de Morelos, Guerrero y Oaxaca). Con ese carácter logró entre 1811 y 1814 el dominio de varias zonas estratégicas de dicha región. Logro tomar poblados como Tecpan, Coyuca, Tixtla, Chilapa, Tlapa e Izúcar, en tanto que su subordinado Hermenegildo Galeana, ocupó la importante ciudad minera de Taxco (diciembre de 1811).
No obstante, sus éxitos militares más relevantes se dieron a partir del año siguiente. Entre febrero y mayo de 1812 las fuerzas leales a la Monarquía Hispánica encabezadas por Félix María Calleja, pusieron sitio a Cuautla y Morelos, logró salir de dicha población de manera exitosa lo cual le generó una fama importante como estratega militar. En noviembre de 1812, Morelos tomó la ciudad de Oaxaca, estableciendo ahí una Junta Nacional Gubernativa y en agosto del año siguiente, tomó el puerto de Acapulco, lo cual fue decisivo para frenar parcialmente la prosperidad comercial de la Nueva España al interrumpirse el flujo normal de la trayectoria de la Nao de China.
Dr. Austreberto Martínez Villegas, Circulo Tradicionalista Celedonio de Jarauta
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Fuente:
https://periodicolaesperanza.com/archivos/2621
A 205 años de la muerte de José María Morelos (y II)
Morelia (Ayuntamiento)
Publicado Por: C. TRADICIONALISTA CELEDONIO DE JARAUTA - CIUDAD DE MEJICO
enero 9, 2021
En diciembre de 1813, Morelos inició su declive militar cuando intentó tomar Valladolid, pero fue derrotado por el entonces coronel Agustín de Iturbide. Adicionalmente Morelos fue vencido en enero de 1814 en la batalla de Puruarán y en febrero de 1814 en la batalla de Tlacotepec. Las disensiones entre sus seguidores y el ajusticiamiento de sus principales subordinados fue debilitando gradualmente la fuerza de los rebeldes hasta que, en noviembre de 1815, Morelos fue capturado en Tezmalaca lo que le llevó a ser juzgado y fusilado a finales de dicho año en el poblado de Ecatepec. Dicha ejecución significó prácticamente la pacificación de la Nueva España hasta 1821.
A diferencia de Hidalgo, Morelos no sólo encabezó una revuelta incontrolada y violenta de las masas exaltadas; sino que tuvo un propósito político más claro que impulsó algunas de las primeras expresiones del constitucionalismo que los rebeldes deseaban tuviesen vigencia en la proyectada nueva nación mexicana separada de España. En septiembre de 1813, Morelos inauguró el Congreso de Chilpancingo en donde se presentó el documento denominado Sentimientos de la Nación en el cual, aun cuando se mantenía al catolicismo como la única religión que se toleraría en el territorio, se establecían doctrinas derivadas de las filosofías iluministas como la soberanía popular, la división de poderes y la primordial del papel del Congreso Nacional en el gobierno. También la prohibición de otorgar empleos a los españoles nacidos en la península ibérica, lo cual implicaba la continuidad con el fanatismo hispanófobo del movimiento encabezado por Hidalgo, cuyo grito de guerra era «¡Mueran los gachupines!». En octubre de 1814, Morelos proclamó la llamada Constitución de Apatzingán, inspirada en la liberal Constitución de Cádiz de 1812 y que, además de incluir los principio señalados en los Sentimientos de la Nación, fortaleció las tendencias anti tradicionales en el movimiento separatista.
José María Morelos, aun sin que se le nieguen ciertas cualidades como estratega militar y haya sido relativamente menos cruel que Miguel Hidalgo, continuó alimentando en la mentalidad popular el sentimiento anti-hispánico que, derivado de la Leyenda Negra, impulsó el separatismo novohispano. Aunado a ello, otro elemento del legado de Morelos fue el conjunto de principios filosóficos de la modernidad constitucionalista plasmados en sus proyectos legislativos de 1813 y 1814, que provocaron la ruptura con el orden monárquico tradicional y la gradual imposición de la idea de la soberanía popular como fundamento del nuevo orden político. Estas ideas fueron retomadas por quienes, años más tarde, hicieron efectiva la separación de la Nueva España con respecto de la Monarquía de Fernando VII.
Dr. Austreberto Martínez Villegas, Circulo Tradicionalista Celedonio de Jarauta
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Fuente:
https://periodicolaesperanza.com/archivos/2623
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Re: Mexico no es bicentenario
Méjico a los pies de los bárbaros
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J. Watson
Publicado Por: C. TRADICIONALISTA CELEDONIO DE JARAUTA - CIUDAD DE MEJICO enero 23, 2021
A quinientos años de la caída de Tenochtitlan, el gobierno federal de la República mejicana pone como imagen gubernamental al falso dios Quetzalcóatl. Dicha imagen será representada en cada uno de los documentos oficiales y comunicados, que, en palabras del gobierno, «representa la grandeza y la herencia cultural de los pueblos indígenas».
Nada más falso y terrible como lo mencionado en las redes del gobierno. Celebrar 700 años de la fundación parece, ante los ojos de la cultura, como algo folclórico e interesante. Pero el trasfondo de todo es continuar con el trabajo de descristianizar y renegar del origen hispano de las tierras mexicanas, la Nueva España.
Nada más anacrónico que hablar de «500 años desde la invasión europea». Es algo propio de los discurso liberales del siglo XIX, para generar falsas identidades que eran inexistentes en una la época del cruce de civilizaciones en 1521. No existía ninguna identidad «mexicana» en estas tierras de pueblos que guerreaban entre sí por una superioridad territorial. Al parecer, el discurso liberal del estado-nación decimonónico vuelve a estar de moda en el gobierno federal mejicano. Confirma lo mencionado por el Doctor Miguel Ayuso: «Los conservadores de hoy, fueron los liberales de ayer».
El sentimental y romántico recuerdo de los 200 años de Independencia sólo puede simbolizar una cosa para los católicos de la antigua Nueva España: la usurpación y el saqueo de la comunidad política, que hasta hoy día mantiene la balanza desfavorable para Hispanoamérica y todo el mundo hispano. Si llegásemos a dudar de este proceso, sólo faltaría consultar el desmembramiento de los cuerpos sociales básicos, que favorecían a los pobladores de dichas tierras. O los saqueos a la Iglesia Católica a raíz de esta ruptura y, con gran denotación, el olvido de los pueblos indígenas y sus fueros, al quererlos integrar en el estado-nacional que consolidó el liberalismo durante el siglo XIX y principios del XX.
Nada de romanticismos con los bien intencionados de 1821. Su buena intención y falta de convicción nos hizo el juguete de las logias, al igual que el chiste de los vecinos anglosajones del norte. No más flores para aquellos conservadores, que lo único que conservaron fue la revolución en estas tierras marianas.
Sólo los símbolos paganos que desearon sangre por sacrificios humanos y las falsas leyendas independentistas pueden arropar a un gobierno con dichas premisas. No nos sorprendamos cuando retornen a estas prácticas con los pañuelos verdes y las urnas candentes.
Alexander G. Becker, Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta de Méjico.
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Fuente:
https://periodicolaesperanza.com/archivos/3097
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Re: Mexico no es bicentenario
Mariel, una batalla pirateada por la leyenda negra
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Combate naval de Trafalgar, Justo Ruiz Luna
Publicado Por: C. TRADICIONALISTA CELEDONIO DE JARAUTA - CIUDAD DE MEJICO febrero 25, 2021
Corría el año de 1828, hacía casi siete años ya de la proclamación del Plan de Iguala que inició el proceso secesionista de la Nueva España. Entonces, ocurrió un hecho de armas casi desconocido en las aguas cercanas a la isla de Cuba, la batalla de Mariel. En ella, las fuerzas marítimas leales al Rey se defendieron exitosamente de un bergantín pirata de bandera mexicana, comandado por un mercenario yanqui.
Las naves mercantes que salían de la isla de Cuba eran frecuentemente hostilizadas por embarcaciones dirigidas por navegantes estadounidenses, contratados por el gobierno mexicano de Guadalupe Victoria. Este personaje, que se hallaba subordinado a los intereses de la masonería yorkina, y en buena medida a los del plenipotenciario yanqui Joel R. Poinsett, tenía la intención de obstaculizar cualquier campaña marítima que pudiera intentar la reincorporación de la Nueva España a la Corona Hispánica. Y, de paso, obtener ganancias por medio de crueles actos de piratería.
El día 10 de febrero de 1828, una de estas naves piratas que llevaba por nombre Guerrero, comandada por el estadounidense David Henry Porter, atacó a un grupo de naves mercantes españolas escoltadas por la goleta Amelia y el bergantín Marte. Éste trató de ponerse a salvo navegando hacia La Habana.
La respuesta no se hizo esperar y con una rapidez fulgurante: las autoridades de la isla enviaron a la fragata Lealtad, al frente de la cual se hallaba Melitón Pérez del Camino, la cual inició la persecución en contra de la Guerrero. La embarcación española dio alcance en la madrugada del 11 de febrero al bergantín pirata, que, al verse acorralado, decidió enfrentarse a las fuerzas hispánicas en un combate que duró dos horas y media y que concluyó exitosamente para la fragata Lealtad. El propio Porter terminó muerto de un cañonazo.
La embarcación pirata terminaría siendo confiscada por la historiografía oficial mexicana, que suele presentar esta batalla como una de las primeras derrotas navales de la nación. En realidad fue una de tantas ocasiones en que la intervención de los Estados Unidos, en alianza con sus siervos masones mexicanos, se hizo visible para debilitar la presencia española en América.
La Batalla de Mariel podría considerarse incluso un antecedente remoto de los lamentables hechos de 1898, que terminaron por someter a las islas de Cuba y Puerto Rico a los designios de la república de la bandera de las barras y las estrellas.
Estados Unidos se ha servido de todas las oportunidades que le han dado sus aliados liberales y demócratas en Hispanoamérica para intentar borrar cualquier rastro de presencia española en el continente. Las huestes del materialismo yanqui protestante y masónico se ha enfrentado a la catolicidad tradicional hispánica en diversas ocasiones. Pero hay la certeza de que no prevalecerán, pues Cristo Rey, tiene prometida la victoria a sus vasallos que saben ser leales.
Austreberto Martínez Villegas, Circulo Tradicionalista Celedonio de Jarauta
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Fuente:
https://periodicolaesperanza.com/archivos/3735
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Re: Mexico no es bicentenario
Desconocía por completo a este personaje. Nacido en la Península Ibérica emigrado a la Nueva España (Michoacán). Contrario a los insurgentes, firma el acta de independencia de México y muere aquí sin ser expulsado jamás. :eek:
Tómas Pérez Vejo: Manuel de la Barcena y Arce
https://www.youtube.com/watch?v=OQoz1NxAOaQ
https://www.youtube.com/watch?v=OQoz1NxAOaQ
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Re: Mexico no es bicentenario
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Re: Mexico no es bicentenario
El ocaso del movimiento
Por Sandra Molina Arceo
Morelos comenzó su declive en términos militares al finalizar 1813. El 23 de diciembre de 1813, con cerca de 10 mil hombres, los insurgentes se enfrentaron a los realistas en las Lomas de Santa María, cerca de Valladolid pensando que las tropas enemigas no eran numerosas. Y sí lo eran, pero el virrey había dispuesto refuerzos y al mando de ellas estaban dos militares realistas muy respetables: Ciriaco de Llano y Agustín de Iturbide, quienes lo tomaron por sorpresa obligándolos a retroceder y por la noche, cuando Morelos planeaba reagrupar sus fuerzas para dar el asalto definitivo, apareció Iturbide que hizo una fugaz incursión en el campamento insurgente, sembró el pánico y la confusión.
En contra de todas las recomendaciones de sus hombres y con sus tropas desmoralizadas, Morelos decidió librar una nueva batalla; sin embargo, lograron convencerlo de que no se expusiera y se retiró dejando el mando a Matamoros. El 5 de enero de 1814, en Puruarán, Ciriaco de Llano derrotó a los insurgentes en poco más de treinta minutos y tomó prisionero a Mariano Matamoros.
Morelos no sólo había perdido a su mano derecha, fue despojado del mando por los diputados del Congreso, quienes lo señalaron como responsable de los desastres militares ocurridos; y Hermenegildo Galeana, otro de sus hombres más leales, tuvo un desafortunado encuentro con los realistas en Coyuca y cayó muerto el 27 de junio de 1814.
En medio del desastre, las tropas de Calleja aprovecharon para avanzar sobre Chilpancingo, obligando al Congreso a huir de un lugar a otro hasta establecerse en Apatzingán, donde acabó de discutirse y se promulgó, el 22 de octubre de 1814, la Constitución de Apatzingán, inspirada en Los Sentimientos de la Nación.
Aunque esta Constitución nunca pudo entrar en vigor por circunstancias de guerra, es considerada la primera Constitución mexicana. Su artículo 9º, dedicado a la soberanía, sin paralelo en su época, establece: “Ninguna nación tiene derecho para impedir a otra el uso libre de su soberanía. El título de conquista no puede ligitimar los actos de la fuerza; el pueblo que lo intente debe ser obligado por las armas a respetar el derecho convencional de las naciones”. Y aunque la libertad de culto está excluida como derecho por circunstancias propias de la época, sí contiene el primer catálogo de derechos humanos en la historia de México.
En los siguientes meses Morelos permaneció inactivo, ocupado sólo de algunas campañas militares en las que fue derrotado la mayoría de las veces. Así, en su declive militar y político, fue designado para escoltar al Congreso a Tehuacán, en Puebla; pero el 5 de noviembre de 1815, en Temalaca, fueron sorprendidos por los realistas. Morelos le ordenó a Nicolás Bravo que avanzara con el Congreso mientras defendía la retaguardia; logró ponerlo a salvo, pero el cura de Carácuaro fue capturado.
Morelos fue trasladado a la ciudad de México para ser sometido a un proceso militar e inquisitorial. Declarado hereje, fue amenazado con negarle la absolución y temeroso de morir en pecado, y con el ánimo quebrantado, pidió clemencia; con tal de lograr el perdón delató a sus compañeros señalando los lugares donde los insurgentes guardaban sus armas. El perdón no le fue otorgando y el virrey Calleja lo condenó a muerte.
El 22 de diciembre de 1815, fue sacado de su prisión en la Ciudadela con dirección a la Villa de Guadalupe, pidió permiso para bajar y rezar un momento; de ahí continuaron hasta San Cristóbal de Ecatepec, en donde, de rodillas y con un crucifijo en la mano, fue fusilado.
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Fuente:
WikiMexico - El ocaso del movimiento
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Re: Mexico no es bicentenario
"Si he obrado bien, tú lo sabes": Morelos
Alejandro Rosas
Tenía 50 años cuando cayó en manos de los realistas; llevaba poco más de 4 años en pie de guerra; había tenido triunfos militares nada despreciables, pero ninguno como para inclinar la balanza a favor de la insurgencia. Cuando José María Morelos y Pavón fue capturado el 5 de noviembre de 1815, estaba completamente quebrado.
Sus campañas militares habían visto sus mejores tiempos y en un momento en que la política no era el camino para alcanzar la paz, sino las armas, el haberse supeditado al Congreso determinó su fin. Asolado por una serie de problemas personales y cansado físicamente, cayó en manos de los realistas protegiendo la retirada de los miembros del Congreso. Morelos sabía que sus días estaban contados.
En los 47 días que transcurrieron hasta el día de su ejecución, el cura de Carácuaro tuvo tiempo para pensar que al final, su obra se redujo a una idea de patria, clara y precisa, plasmada en los Sentimientos de la Nación. Aunque en su juicio declaró que la Constitución de Apatzingán, promulgada en 1814, era “mala por impracticable” ya que la guerra impidió su aplicación, lo cierto es que los Sentimientos de la nación que dieron origen a la primera carta magna mexicana, no tendrían fecha de caducidad. Increíblemente, a 200 años de su muerte varios puntos de su célebre documento no han sido cumplidos. El gobierno está en dueda permanente.
Una vez que Morelos cayó en manos de las tropas realistas fue conducido a la Ciudadela. Lo esperaban el proceso militar y el inquisitorial. Durante los días que transcurrieron entre el 5 de noviembre –día en que fue caputurado- y el 22 de diciembre de 1815 –fecha en que fue fusilado-, Morelos mostró un rostro muy humano: se doblegó ante los interrogatorios y ante la posibilidad de que no alcanzara el perdón de la iglesia y muriera en pecado.
Los jueces percibieron que el estado anímico de Morelos estaba quebrado. Lo atormentaron con el temor de la condenación eterna y finalmente lo doblegaron. [COLOR="#0000FF"]Morelos confesó la existencia de sus hijos y la relación con varias mujeres a pesar de ser sacerdote.
Pero su confesión fue más lejos, aceptó que se había lanzado a la guerra solo por seguir a Hidalgo; le informó a los realistas dónde se encontraban las armas de los insurgentes, delató a sus compañeros, les señaló las zonas en donde se movían, quiénes y cuántos eran. Por si fuera poco, la degradación a la que fue sometido por la inquisición fue terrible.
Morelos fue conducido a las cárceles de la Perpetua para ser acusado de traición al rey y “mucho más traidor a Dios”, siendo juzgado por la Inquisición, cuya alta jerarquía tenía el “honorable” antecedente de haber aceptado sin cortapisas a José Bonaparte como rey de España.
Del 25 al 27 de noviembre de 1815 el tribunal juzgó a Morelos y lo condujo al extremo de la humillación al degradarlo en un auto público de fe:
“Luego que se terminó la lectura de la causa –escribió Lucas Alamán-, el inquisidor decano hizo que el reo abjurase de sus errores e hiciese la protesta de la fe, procediendo a la reconciliación, recibiendo el reo de rodillas azotes con varas... Morelos tuvo que atravesar toda la sala del tribunal con el vestido ridículo que le habían puesto y con una vela verde en la mano... con los ojos bajos, aspecto decoroso y paso mesurado, se dirigió al altar, allí se le revistió con los ornamentos sacerdotales y puesto de rodillas delante del obispo, ejecutó éste la degradación por todos los órdenes, según el ceremonial de la iglesia. Todos estaban conmovidos con esta ceremonia imponente; el obispo se deshacía en llanto; sólo Morelos, con una fortaleza tan fuera del orden común que algunos la calificaron de insensibilidad, se mantuvo sereno, su semblante no se inmutó, y únicamente en el acto de la degradación se le vio dejar caer alguna lágrima. Era la primera vez desde la conquista, que este terrible acto se efectuaba en México”
La mañana del 22 de diciembre de 1815, Morelos fue sacado de su prisión en la Ciudadela por el coronel de la Concha y fue trasladado en carruaje hacia el norte de la ciudad de México, en dirección hacia la Villa de Guadalupe. El sonido del carruaje en marcha fue roto por la pregunta que le hizo el coronel al cura: “¿Sabe a dónde vamos?” A lo que Morelos respondió: “Me lo imagino… a morir”.
En la capilla del Pocito, en el cerro del Tepeyac, Morelos pidió permiso para detenerse un momento; bajó del coche, se arrodilló y rezó un momento. Luego continuaron el viaje hasta San Cristóbal de Ecatepec, a donde llegaron cerca de la una de la tarde. Morelos todavía tuvo ánimo para una última comida: probó un caldo con garbanzos y luego se fumó un puro de hoja. Cuando las campanas anunciaron las tres de la tarde, Morelos supo que había llegado el momento, se puso de pie y le dijo al oficial realista: “No nos mortifiquemos más, vamos señor Concha, venga un abrazo”.
Morelos se negó a que le vendaran los ojos; lo pusieron de rodillas y con un crucifijo en la mano dijo: “Señor, si he obrado bien, tú lo sabes; y si mal, me acojo a tu infinita misericordia”. Una sola descarga acabó con su vida. Su cuerpo fue sepultado de inmediato. Aunque murió en gracia con su fe, sus días de cautiverio habían sido demasiado dolorosos y llenos de dudas para enfrentar con entereza la muerte. Sin embargo, Morelos había alcanzado la inmortalidad desde septiembre de 1813, cuando leyó los Sentimientos de la nación, y al recibir la descarga que le quitó la vida, se convirtió en leyenda.
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Fuente:
WikiMexico - "Si he obrado bien, tú lo sabes": Morelos
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Re: Mexico no es bicentenario
EL REGALO DE ESPAÑA
Los festejos del centenario del inicio de la Independencia en 1910 fueron fastuosos. Un comité organizó decenas de eventos a lo largo del mes de la patria. Hubo desfiles, monumentos, bailes y banquetes, que se llevaron a cabo para celebrar el acontecimiento.
Un detalle interesante fueron los ricos regalos que México recibió de países hermanos, como estatuas, relojes y muebles que engalanan desde entonces, hace 111 años, nuestras calles, parques y museos.
Decían “presente” países otrora enemistados con México, como Francia, que nos obsequió con una estatua de Pasteur. También devolvieron las llaves de la Ciudad entregadas a Forey en 1863, acto por demás significativo.
Aunque el más entrañable, por mucho, fue el de España. En 1814, el Generalísimo José María Morelos y Pavón tuvo que salir huyendo del rancho de Las Ánimas, cerca de Tlacotepec, Puebla y dejó atrás varios objetos personales. Entre ellos, su equipaje, correspondencia, sellos del Congreso y algo muy importante, su uniforme. Todo cayó en manos de los realistas.
Así, el uniforme de José María Morelos y Pavón estuvo exhibido durante 96 años como trofeo de guerra en el Museo de Artillería de Madrid, hasta que la colonia española en México le sugirió al rey Alfonso XIII que lo devolviera.
El 17 de septiembre de 1910 los habitantes de la Ciudad presenciaron un magnífico desfile en el que diplomáticos españoles, escoltados por militares mexicanos, llevaron el apreciado objeto desde el entonces nuevo edificio de Relaciones Exteriores de la calle de Juárez (hoy desaparecido) a Palacio Nacional.
Los mexicanos pueden a la fecha apreciar el elegante uniforme de capitán general con dos bandas encarnadas que le dan ese cargo y otra azul que además lo hacían generalísimo. A la preciada prenda la acompañaron también el estandarte de la Virgen de Guadalupe enarbolado por el cura Miguel Hidalgo en Atotonilco, así como otras banderas insurgentes.
Desde el 29 de septiembre de 1836, cuando se celebró la firma del “Tratado Definitivo de Paz y Amistad entre la República Mexicana y S.M.C. la Reina Gobernadora de España”, los mexicanos ya habían entendido que lo que nos une con España es pasado y cultura, no enemistad y encono.
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Texto: Patricia Guerra Frese
Fuente: Revista "El Mundo Ilustrado" del 25/09/1910
Foto: INAH
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Re: Mexico no es bicentenario
En México Juan O'Donojú es "conocido" como el último virrey de Nueva España, sin embargo en realidad nunca fue virrey.
Perteneció al ejército español y al Rito Escocés de la masonería, que contrario a su nombre, tiene orígenes franceses. Por esta razón resultó sospechoso que Juan O'Donojú fuera liberado por las tropas francesas durante la invasión napoleónica en la que él estaba "defendiendo" a España.
Al volver al trono, el Rey Fernando VII lo mandó a arrestar por traición (en un intento de victimización histórica, las diversas fuentes hacen hincapié en que en prisión le rompieron un dedo).
Fue liberado por las tropas de Rafael de Riego, miembro prominente de la masonería Escocesa, junto a quien encabezó un movimiento militar para someter al rey y obligarlo a firmar la Constitución de Cádiz, que con un tono liberal pretendía restaurar la esclavitud racista de personas de piel negra en el Imperio Español.
Con la Constitución firmada, la masonería escocesa transformó y tomó diversas instituciones españolas en un periodo conocido como TRIENIO LIBERAL, suprimiendo el virreinato y a los virreyes y nombrando a Juan O'Donojú como "Jefe Político Superior de la PROVINCIA de la Nueva España", enviándolo a América a terminar de desmembrar el virreinato.
Al llegar se enteró de que la guerra civil había concluido con la formación de un ejército único que se oponía al racismo, a la esclavitud y a todo el Trienio Liberal, e invitaba a Fernando VII a recuperar su imperio libremente desde la Ciudad de México, en un documento firmado por Agustín de Iturbide llamado "Plan de Iguala".
Juan O'Donojú se rindió y junto a Iturbide firmó un tratado, llamado en plural "Tratados de Córdoba", donde ratificaba el Plan de Iguala.
Debemos mencionar que Vicente Guerrero no fue relevante en ninguno de estos actos.
El Rey Fernando VII desconoció estos Tratados, así como la acción de Juan O'Donojú, pero para los mexicanos la firma del impostor y la creación del Ejército Trigarante fueron suficientes para considerarse independientes el 27 de septiembre de ese mismo año. Por esta idealización propagandística de los mismos trigarantes es que el traidor de todos los frentes pasó a la memoria popular como el último virrey.
Juan O'Donojú se unió como funcionario a la regencia del Imperio Mexicano y murió envenenado sólo diez días después de su entrada triunfal a la Ciudad de México, siendo esta un tipo de muerte muy común entre masones.
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FUENTES:
- "Independencia de América: fuentes para su estudio" (1912) de Pedro Torres Lanzas.
- “Un irlandés en el ejército de Carlos IV: La carrera militar de D. Juan Odonojú” (2009) de Diego Téllez Alarcia.
- "Los Tratados de Córdoba" (1986) de Othón Arroniz.
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10352&stc=1
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Fuente
https://www.facebook.com/Imperialism...1722903567870/
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Re: Mexico no es bicentenario
ZUNZUNEGUI Y LOS 200 AÑOS DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO
https://www.youtube.com/watch?v=aIhjVZxdkcc
https://www.youtube.com/watch?v=aIhjVZxdkcc
Podcast: Las independencias de México y Venezuela con Eric Cárdenas.
Tuvimos el honor de ser invitados por Eric Cárdenas, quien es Licenciado en Etnohistoria de la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México, maestro en Ciencias Sociales en el colegio de Sonora y director del canal de Youtube México antes de México.
Estuvimos conversando sobre las diferencias y similitudes en las independencias de México y Sudamérica; que a pesar de formar ambas parte de la monarquía hispánica en aquel momento, sus procesos de secesión fueron paralelos pero distintos.
https://www.youtube.com/watch?v=mjjclnle7IY
https://www.youtube.com/watch?v=mjjclnle7IY
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Re: Mexico no es bicentenario
¿Murió excomulgado Hidalgo? El lugar de su sepultura lo dice.
https://www.youtube.com/watch?v=XnmAFqGGs6A
https://www.youtube.com/watch?v=XnmAFqGGs6A
Reacciono a la "historia oficial" mostrada en la ceremonia de la independencia de México 2021
En esta ocasión reacciono al video que muestra un resumen sobre la historia de México desde la visión oficial. En muchas ocasiones hablo de la historia oficial en nuestro país y este video mostrado en la ceremonia del grito de Dolores es el mejor resumen sobre la manera en la que aprendemos historia en México, así que hago comentarios al respecto.
Link del video original: https://www.youtube.com/watch?v=y2Zqu...
https://www.youtube.com/watch?v=E69rs1RYzAw
https://www.youtube.com/watch?v=E69rs1RYzAw
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Re: Mexico no es bicentenario
Simón Bolívar y su paso por México: ¿qué hizo y a quién conoció?
Gobierno Federal
Foto: Ricardo Acevedo Bernal
Aquiles Siller
Sáb 24 Julio 2021 10:15
El llamado “Libertador de América” Simón Bolívar tuvo un breve paso por México en su juventud. De alguna manera su llegada fue fortuita. Y aunque su historia aún estaba por construirse y vivir sus mejores momentos, el encuentro que tuvo con el célebre personaje de María Ignacia Rodríguez de Velasco, la “Güera Rodríguez”, solo acrecienta su leyenda en nuestro territorio. Un episodio que bien vale recordar a propósito del 238 aniversario de su natalicio este 24 de julio.
Un adolescente en Veracruz
En 1799 llegó al Puerto de Veracruz el barco San Ildefonso, que transportaba a un joven de 15 años llamado Simón Bolívar. Tenía como destino Madrid, lugar donde continuaría su educación. Sin embargo, hizo una primera escala en Veracruz, ya que existía un bloqueo de barcos ingleses en La Habana, hecho que aprovechó para recorrer Puebla y la Ciudad de México.
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10395&stc=1
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10396&stc=1
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10397&stc=1
El #20Mar de 1799 el entonces adolescente Simón Bolívar escribe desde Veracruz una carta a su tío Pedro Palacios. Esta es la carta más antigua que se conoce del futuro Libertador, teniendo otra notable y curiosa particularidad; conoce más aquí 👉 https://goo.gl/41pMKF
https://twitter.com/HistoriaPapeles/...-conociC3B3%2F
Las calles que vieron a Bolívar
En la Ciudad de México se hospedó en la casa de los Marqueses de Uluapa, ubicada en el cruce de la calle de las Damas y de Ortega del Centro Histórico. Hoy esas mismas calles tienen la denominación de Bolívar y Uruguay, en honor a la visita del “Libertador”. Fue recibido por el virrey don Miguel Azanza, con quien compartió sus primeras ideas sobre la independencia de Caracas y argumentó sobre la causa justa que implicaba; debido a ello, el virrey le sugirió que siguiera su viaje. Finalmente, el 20 de marzo Bolívar partió nuevamente de Veracruz para continuar su camino.
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10398&stc=1
El mexicano Simón Bolívar
Simón Bolívar estuvo una sola vez en México. El Libertador es recibido por el virrey Miguel Azanza, quién – después de escuchar su discurso libertario - lo intimó a continuar el viaje.
https://twitter.com/LAPHZ/status/133...-conociC3B3%2F
Un amor en México
Cronistas e historiadores coinciden a la luz de los registros disponibles: Simón Bolívar tuvo un amorío con la “Güera Rodríguez”, aunque por la juventud de ambos no trascendió, muchos consideran que sí dejó una influencia que tarde que temprano impactaría en nuestra historia.
Así lo refirió en su momento el escritor y cineasta Guillermo Barba, al ser entrevistado por El Financiero por la novela histórica “La Conspiradora (Planeta) con la que se busca reivindicar la imagen de quien ha sido considerada la primera feminista de México.
"Él se hospedaba en casa de su hermana Josefa, la marquesa de Uluapa. La Güera tenía 20 años y él 16. Pero la relación no prosperó más allá de un affaire, pero fue clave porque ahí ella fue influenciada por todas estas ideas libertarias que ya recorrían el continente, y que Bolívar tenía muy claras. Lo que ella desarrolla es finalmente un sentido femenino de la libertad que llevó hasta las últimas consecuencias", contó Barba.
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10399&stc=1
#FelizDomingo María Ignacia Rodríguez de Velasco"la Güera Rodríguez"(1778-1850)criolla mexicana impulsó la Independencia de México influyendo en sus amantes, Agustín de Iturbide o Simón Bolívar, también mantuvo una relación amorosa con el naturalista alemán Alexander von Humboldt
https://twitter.com/Histomujer/statu...-conociC3B3%2F
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Re: Mexico no es bicentenario
Ciudadano mexicano
La admiración por la independencia de la Gran Colombia, territorio que hoy comprende Colombia, Venezuela y Ecuador, así como por la promulgación de la nueva Constitución, hizo que el 13 de marzo de 1824, fray Servando Teresa de Mier, entonces diputado por Nuevo León, buscara otorgar un reconocimiento a Bolívar. Propuso que debía ser reconocido como ciudadano de todas las repúblicas de América, empezando por la mexicana. La propuesta se aprobó, pese a que no existió respuesta por parte del Libertador.
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10401&stc=1
Bienvenidos, hermanos mexicanos. En 1824 el Congreso Constituyente de #México acordó otorgar ciudadanía mexicana a Simón Bolívar, como homenaje a su gesta revolucionaria. La proposición la hizo fray Servando Teresa de Mier, gran amigo de Simón Rodríguez. https://files.ethz.ch/isn/125452/800...rCiudadano.pdf
https://twitter.com/VillegasPoljak/s...-conociC3B3%2F
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10402&stc=1
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10403&stc=1
🔴 #EsNoticia || Como parte de las relaciones de amistad y cooperación entre #Venezuela y #México, el G/J @vladimirpadrino recibió a la delegación militar de este país latinoamericano, en las instalaciones del MPPD, fortaleciendo los lazos de hermandad entre ambas naciones.
#FANB
https://twitter.com/PrensaFANB/statu...-conociC3B3%2F
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Fuente:
https://politico.mx/minuta-politica/...-conoci%C3%B3/
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Re: Mexico no es bicentenario
El intento español de conquistar el ahora sí llamado México
El gobierno español decidió emprender la conquista de México y planeó el envío del Ejército de Vanguardia Español. En julio de 1829, desembarcaron en Cabo Rojo, Veracruz, más de 3,500 soldados españoles con el armamento más moderno de la época y bien pertrechados al mando del brigadier Isidro Barradas.
El 26 de julio, las fuerzas españolas arribaron a las costas de Cabo Rojo. El día 29 iniciaron su avance hacia Tampico. Al día siguiente, el capitán Ruiz Esparza al mando de 400 mexicanos enfrentó heroicamente el avance español en el Paso de los Corchos, derrotado fue obligado a replegarse a Pueblo Viejo de Tampico. Mientras tanto el teniente coronel Palacios dispuso un pequeño contingente de 60 hombres para la defensa del Fortín de la Barra. Los días 2 y 3 de agosto las tropas españolas se apoderaron de Tampico Alto y Pueblo Viejo. El día 4, prácticamente sin combatir, tomaron el Fortín, la bandera española ondeó en el fuerte mexicano. Por su parte, las tropas mexicanas se emplazaron en la ranchería Doña Cecilia y en Las Piedras.
Antonio López de Santa Anna, comandante militar de Veracruz, se dispuso a acudir a la defensa de Tampico, fue nombrado general de división y general en jefe del Ejército de Operaciones. El día 6, zarpó con rumbo a Tuxpan, sus tropas ascendían a 1000 hombres.
El 11 de agosto Santa Anna llegó a Tuxpan, al día siguiente se dirigió con sus tropas hacia Pueblo Viejo. El día 15, el brigadier Barradas, emulando a Hernán Cortés, ordenó al almirante Laborde zarpar con toda la flota que se encontraba anclada en la costa con rumbo a Cuba, su intención era eliminar cualquier tentación de deserción por parte de sus tropas. El día 16, 1800 españoles al mando de Barradas se dirigieron a Altamira en búsqueda de víveres, ya que encontraron Tampico prácticamente despoblado y sin víveres ni agua potable, durante su marcha fueron hostilizados de forma esporádica por el capitán mexicano Domingo Ugartechea quien contaba con menos de 300 hombres. Felipe de la Garza evacuó Altamira y se retiró hacia los esteros en el rancho del Chocoy. Al llegar Barradas a la plaza de Altamira se encontró con que tampoco allí había gente ni víveres.
Para el 20 de agosto Santa Anna ya se encontraba cruzando el río Panuco para sorprender a los 600 españoles emplazados en Tampico, El coronel Salomón enarboló la bandera blanca para negociar la rendición. Durante la tregua parlamentaria, los 1800 hombres que comandaba Barradas llegaron al sitio del combate. Santa Anna se encontró en una situación comprometida, sus tropas habían sido rodeadas una fuerza superior, no obstante, Barradas respetó la tregua y accedió a la entrevista. Las fuerzas acordaron regresar al estado original del combate, los españoles se mantuvieron en Tampico y los mexicanos regresaron a Pueblo Viejo.
De la Garza y Mier y Terán se reunieron con Santa Anna en el río Pánuco, sumando así una tropa de 1500 hombres y el 7 de septiembre, llegó la División de San Luis Potosí a Altamira sumando ahora una fuerza de 5000 efectivos.
El 8 de septiembre, Santa Anna envió un mensaje a Barradas solicitando la rendición incondicional dando un ultimátum de 48 horas. En respuesta, Barradas pidió paso franco para evacuar el país, pero Santa Anna no aceptó la petición argumentado haber recibido órdenes específicas de rendición incondicional o lucha a muerte. Al día siguiente, Barradas negó la rendición incondicional y con una tropa debilitada por la fiebre amarilla o vómito negro se dispuso al combate, el cual iniciaría al terminar el armisticio pactado. De forma inesperada, un ciclón tropical penetró en el área al atardecer, con la lluvia incesante el río Pánuco se desbordó anegando las fortificaciones de ambos bandos. El día 10 amaneció aún lloviendo, a las 16:00 h Santa Anna ordenó el ataque con una columna de 1000 hombres dirigida por el teniente coronel Pedro Lemus, las condiciones sobre terreno fangoso y resbaladizo fueron muy difíciles, la lucha se prolongó hasta el día siguiente sin lograr tomar el fortín.
A las 15:00 h del 11 de septiembre el coronel José Miguel Salomón y el teniente coronel Fulgencio Salas admitieron la rendición, la cual fue ratificada por el brigadier Barradas.
El saldo del combate reportó 127 muertos y 191 heridos mexicanos, entre ellos el teniente coronel Acosta, los tenientes Tamariz, Mendoza, Moreno y Quintero, Alva y Valdés, el subteniente Agüeros y el paisano Pablo Arellano. Las tropas españolas reportaron 104 muertos y 66 heridos.
Bibliografía
González Pedrero, Enrique (2005). País de un solo hombre: el México de Santa Anna. Volumen I. La ronda de los contrarios. México: Fondo de Cultura Económica.
Frasquet, Ivana (2002). «Milicianos y soldados. La problemática social mexicana en la invasión de 1829». En Salvador Broseta et al. Las ciudades y la guerra, 1750-1898. Castelló de la Plana: Publicaciones de la Universitat Jaume I.
Imagen: Carlos Paris, Acción militar en Pueblo Viejo. Ver menos
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10404&stc=1
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Fuente:
https://www.facebook.com/gazetamexic...1093376197255/
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Re: Mexico no es bicentenario
LA PRIMERA ACTA DE INDEPENDENCIA DE MÉXICO SE PUBLICÓ…EN TEXAS
Nuestras declaraciones fueron cuatro de 1813 a 1821, además de unas pocas publicadas a título individual; cada una propone un modelo diferente de país, señaló Alfredo Ávila
El 28 de septiembre de 1821, un día después de entrar a la Ciudad de México con el Ejército Trigarante, Agustín de Iturbide proclamó el surgimiento del Imperio Mexicano y su independencia de España a través de una declaratoria, pero lo que pocos saben es que nuestro país tuvo varias actas como ésa; la primera fue publicada ocho años antes, el 6 de abril, y además en San Antonio, Texas.
“Nuestra primera declaración data de 1813, eso ya lo sabíamos, aunque quienes estudiamos estos temas creíamos que se trataba del Acta Solemne de la Declaración de Independencia de la América Septentrional, promulgada el 6 de noviembre por el Congreso de Anáhuac en Chilpancingo, hasta que descubrimos una anterior, publicada siete meses antes, en la provincia de Texas”, indicó Alfredo Ávila Rueda, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.
Sin embargo, por mucho tiempo este documento pasó inadvertido para los historiadores debido a un equívoco, pues quienes dieron con él de inicio lo confundieron con la declaración con la que Texas se separaba de México, promulgada 23 años más tarde, en 1836.
A decir del profesor Ávila Rueda, las declaratorias de independencia que tuvo México son diferentes entre sí debido a que cada una responde a la concepción particular del país que deseaba su respectivo redactor. “Por ejemplo, el acta texana se parece mucho a la estadounidense; es evidente que ése fue su modelo”.
Y esto también se aprecia en la de Chilpancingo, cuyo contenido es fiel a los ideales de José María Morelos; denuncia la explotación de la cual habían sido objeto los americanos, mientras que el llamado Manifiesto de Puruarán, publicado el 28 de junio de 1815 por el Congreso Insurgente, expresaba su deseo de separarse de la España sometida a Napoleón, mas no de la corona española.
“Para hacer aún más evidente qué tan diferentes son estas concepciones, en el acta promulgada en 1821 por Agustín de Iturbide se habla de México, pero no como república sino como imperio”.
¿Por qué tantas declaratorias?
De 1813 a 1821 México tuvo cuatro actas independentistas, además de unas pocas publicadas a título personal, como el Manifiesto al mundo sobre la justificación de la Independencia del Estado mexicano, del eclesiástico Manuel de la Bárcena y Arce; otro redactado por José María Luis Mora, expuso el doctor Ávila.
“Estos documentos son una especie de acta de nacimiento encaminada a decirle a los demás países ‘aquí estamos y somos uno de ustedes’. De esta manera se establece un trato entre iguales y las otras naciones están en posibilidad de establecer relaciones diplomáticas y brindar auxilio durante la guerra. Si no se hace esta proclama cualquier ayuda sería mal vista, pues equivaldría a apoyar a delincuentes alzados en armas en contra de un Estado, como consideraba la monarquía española a los insurgentes”, expresó.
En ese aspecto, Ávila Rueda señaló que la declaratoria del 28 de septiembre de 1821 es peculiar, ya que además de establecer que México era un imperio extendido desde California hasta Costa Rica, se promulgó cuando la independencia ya estaba consumada.
“Sin embargo, lo importante no es lo acontecido en ese septiembre de 1821, sino lo que empezó a pasar: es ahí cuando empieza el proceso de construcción de un Estado nacional y soberano. Ese imperio se desmoronaría apenas dos años después y daría pie a dos países: la República Federal Mexicana y la Republica Federal Centroamericana, que poco después también se fracturaría”.
https://www.youtube.com/watch?v=GsBcLq8wcZU
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Fuente
https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdb.../2021_773.html
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Re: Mexico no es bicentenario
Las accidentadas finanzas de la nueva república
La consumación de la Independencia implicó un quiebre para la economía nacional, que venía de una organizada y poderosa estructura virreinal y que fue interrumpida por 11 años de lucha armada. El México independiente llegó con una hacienda pública mermada.
https://www.proceso.com.mx/u/fotogra.../19/142875.jpg
Hidalgo. El mural de José Clemente Orozco.
Economía
Por Juan Carlos Cruz Vargas
domingo, 19 de septiembre de 2021
La consumación de la Independencia implicó un quiebre para la economía nacional, que venía de una organizada y poderosa estructura virreinal y que fue interrumpida por 11 años de lucha armada. El México independiente llegó con una hacienda pública mermada, donde la primera estructura fiscal federalista fue fuente de conflicto y debilitó a la vieja burocracia colonial, lo que dio pie a una recesión casi permanente.
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx) .– Tres factores causaron el debilitamiento de las finanzas y la economía coloniales para 1821, según el ensayo Una difícil transición fiscal: Del régimen colonial al México independiente, 1750-1850, del historiador Carlos Marichal: el aumento de los gastos militares internos; la dificultad de acceder a nuevos préstamos, lo cual fue agravado por la acumulación de viejas deudas en el último tramo de la colonia; y una nueva tendencia a una mayor autonomía fiscal por parte de las tesorerías locales, lo cual representó la génesis del federalismo, plasmado en la Constitución de 1824.
“La estructura fiscal federalista probó ser fuente de conflicto y controversia durante medio siglo. Un primer aspecto contradictorio del marco institucional mexicano en la década de 1820 fue la sobreimposición de un modelo federalista estadunidense sobre el viejo sistema de gobierno español colonial, que se había caracterizado por un alto grado de centralismo, aunque matizado por cierta flexibilidad con respecto a la distribución de fondos entre las tesorerías regionales”, señala el artículo escrito por el también fundador de la Asociación Mexicana de Historia Económica.
En la colonia estaban establecidas 24 tesorerías regionales que se encargaban de recaudar los ingresos y representaban una parte importante de la estructura de la real hacienda en la Nueva España.
Los impuestos que se cobraban se relacionaban directamente con las principales actividades económicas de la Nueva España.
Es el caso del tributo indígena, cobrado a los jefes de familia de las familias de indios que cultivaban su propia tierra, era un tributo de dos pesos de plata y eventualmente también a los campesinos que laboraban en haciendas o plantaciones, según El sistema fiscal del México colonial, también elaborado por Marichal.
De acuerdo con Ernest Sánchez Santiró, Miguel Hidalgo abolió dicho tributo mediante un decreto emitido en Guadalajara el 6 de diciembre de 1810, atendiendo a las demandas de igualdad y libertad preconizadas como máximas del movimiento independentista. Sin embargo, tal medida no se pudo aplicar y en el siglo XIX los indios pagaron sus tributos en la forma en que se hacía desde tiempos virreinales, señala en el artículo “El sistema tributario en la Nueva España”, publicado en la revista especializada Relatos e Historia en México.
La segunda fuente de ingresos para la Real Hacienda fue la de los impuestos mineros, derivados de la producción de plata y oro. La figura principal era el quinto real, que representaba 20% del valor de las barras de plata “que cobraba los reales funcionarios cuando se enteraba en la Casa de Moneda para su amonedación”, señala Marichal.
Para el siglo XVIII el valor del impuesto era solo de 10% de los metales preciosos extraídos. Según el profesor emérito del Colegio de México, las ganancias netas obtenidas de los impuestos mineros representaban hasta 36% del ingreso neto total del gobierno virreinal hacia 1790.
El 24% del total de los ingresos netos del virreinato recayeron en las alcabalas o impuestos a los productos importados, que era de 6% en la época colonial, pero en la guerra de independencia se elevó a 15%; mientras que los pulques eran los gravámenes impuestos a las bebidas alcohólicas locales.
Finalmente estaban los estancos, que eran los monopolios fiscales controlados por la colonia, como el tabaco, la pólvora, el azogue, la sal, los naipes. Hacia 1800 la fábrica estatal de tabaco empleaba hasta ocho mil trabajadores. Hacia finales de 1820 los ingresos por el tabaco promediaban un millón de pesos, de acuerdo con el ensayo Una difícil transición fiscal; del régimen colonial al México independiente, 1750-1850.
Para Sánchez Santiró, el tabaco representó la principal renta de la monarquía en América a finales del siglo XVIII y principios del XIX. En los estancos y estanquillos, los consumidores adquirían las diversas variedades de tabacos como ramas, polvo, puros y cigarros a un precio oficial que compactaba el costo de producción, de expendio y las ganancias.
La estructura fiscal lograda en el México borbónico, que según el investigador de la Facultad de Historia de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, era una de las más poderosas y eficientes del mundo, se colapsó con la Guerra de Independencia.
“El periodo de la transición, comprendido entre 1810 y 1821, era complicado porque de alguna manera la vieja estructura centralista y vertical que se había establecido mediante alcabalas, diezmos, los impuestos al tabaco, había una dirección general y a partir de allí, había direcciones en diferentes territorios hasta que bajaba tan a lo más cotidiano y común que son los ciudadanos”, explica en entrevista con Proceso.
El también autor de la obra La reforma fiscal a los ayuntamientos novohispanos, 1765-1812, en el periodo de guerra, la recaudación se sigue manteniendo, pero se la apropian las huestes insurgentes o realistas, para comprar armas y municiones.
Eso no es todo, el movimiento encabezado por Hidalgo “no solamente lo tenemos que ver como un movimiento armado tomando posiciones, sino que las que tienen que comer tienen que, claro, también tomar agua”, apunta en entrevista Jorge Silva Riquer, integrante del Sistema Nacional de Investigadores.
La economía entró en un proceso de guerra, en donde los productores eran obligados a ceder sus productos para que no los quemen, “esto posibilita que las huestes se mantengan mucho tiempo, no solamente las cabeza de los insurgentes, sino que varios pueden movilizarse por todo el territorio y mantener la lucha y aún a pesar de las condiciones”, abunda, el doctor en historia por el Colegio de México.
“La actividad agrícola y la minera se siguen manteniendo en términos de la elevación de la productividad, en términos de unidad agrícola y de semilla sembrada. No se produce en grandes extensiones, pero las pocas extensiones mantienen el abasto de las ciudades como la zona del Bajío, que todavía hoy en día sigue siendo una de las zonas agrícolas más importantes que tenemos”.
En el caso de la minería, si bien algunas minas entran ya en franca decadencia, se produce en pequeñas cantidades pero constantes, utilizada para la acuñación de moneda, pero también la plata en lingotes sin haber sido acuñada.
“Este dato es muy interesante porque si bien no sale la misma cantidad de plata que salía entre 1750 y 1800. Entre 1810 y 1820 se ha calculado que se están exportando alrededor de ocho millones de pesos-plata del momento”, ilustra Silva Riquer.
Para principios de 1810 el endeudamiento del gobierno colonial en México, había alcanzado los 30 millones de pesos. La mitad de esa cantidad se debían a la iglesia, 12 millones a individuos particulares mientras que los restantes tres millones a individuos particulares. De acuerdo con Carlos Marichal, el dinero de la deuda sirvió a la corona para pagar gastos navales y militares de España a nivel internacional, además de los vales reales.
“Los vales reales eran títulos de la deuda pública que se colocaron entre los sectores de la población interesados en comprarlos. La Corona ofrecía a los compradores una comisión de 10%, así como intereses de 4% anual sobre el valor nominal de cada vale. Pero el Estado no sólo utilizó los vales reales para obtener en préstamo grandes cantidades de dinero, sino también como medio de pago, paralelamente a la moneda, para cubrir la escasez de circulante que había en España”, según Gisela Von Wobeser, en su libro Dominación colonial, consolidación de vales reales en Nueva España, 1804-1812.
Tras emisiones continuas de dichos vales, fueron perdiendo su valor a lo largo de los años, por lo que el gobierno colonial implantó una medida que se conoció como Consolidación de Vales Reales.
Esta consistió, principalmente, en la enajenación de bienes de instituciones educativas, de salud y de beneficencia, así como de fundaciones que tenían propósitos religiosos, como obras pías y capellanías de misas.
La medida, plasmada en el Real Decreto del 19 de septiembre 1798 sólo se refirió inicialmente a España y desde finales de 1804 se hizo extensiva a todo el imperio, señala Von Wobeser. Asimismo, se amplió posteriormente a los bienes eclesiásticos, lo que constituyó una de las principales causas del movimiento de Independencia.
Ya para 1821, después de 11 años de guerra, la hacienda pública nacional nace con un déficit muy grande.
“La guerra había dejado muy deteriorada las arcas y muchos grupos de control locales se habían quedado con los impuestos como parte de enfrentar la realidad. A partir del informe que se le encarga, se dan cuenta que hay la necesidad de ordenar todo”, explica a este semanario, Silva Riquer, quien también coordinó la investigación Las haciendas públicas estatales en México, siglo XIX y XX. Un acercamiento.
Recuerda que se abrió una discusión en términos de una división federal de impuestos.
Llegan a la conclusión los liberales que los impuestos se van a dividir en dos: los indirectos, que son todos los que se cobran al comercio, aduanas van a pasar a pertenecer al gobierno nacional. Y todos los impuestos directos sí pasarían a ser parte de los gobiernos locales como la alcabala, el diezmo, equivalentes a los gravámenes a la producción agropecuaria, a la minería y los estancos al tabaco.
Esa primera estructura fiscal federalista fue fuente de conflicto, además por su ineficiencia y la rivalidad entre burócratas fiscales y federales por la apropiación de la renta pública; al tiempo que se llevó un debilitamiento de la vieja burocracia colonial y una recesión económica permanente, según Marichal.
“La forma en cómo se organizó la Hacienda Pública e incluso la economía no cambió mucho estructuralmente entre la colonia y la guerra de Independencia, sino hasta 1857 con la promulgación de la segunda Constitución, arrastrando también un rezago social”, cavila Silva Riquer.
“La desigualdad ha sido un problema constante en México desde hace mucho tiempo atrás. Es una desigualdad que no es la misma, pero que es una constante en la economía y en el país. Máxime porque las condiciones laborales y salarios en ese momento eran bastante precarias para todo el mundo. Hay un proceso de recuperación interesante entre1830 a 1850 donde algunas actividades empiezan a recuperar esa pujanza, pero la venimos arrastrando desde hace 500 años”, concluye el sociólogo por la UNAM.
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Fuente
https://www.proceso.com.mx/economia/...ca-272248.html
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Re: Mexico no es bicentenario
LA NUEVA REVOLUCIÓN DE ITURBIDE
En este 27 de Septiembre, día en el que aquel tumulto traidor de las tres garantías entraba a la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Méjico: ¿cómo entender la actuación de Iturbide?
La clave está en la advertencia dada unos meses antes por Don Juan José Ruiz de Apodaca y Eliza, I Conde de Venadito y último Virrey de la Nueva España.
Este sabio marino y gobernador señalaba la verdadera cara de Iturbide al denominarlo como el abanderado de una Nueva Revolución que: «ha reunido las tropas de su mando con engaño y ha hecho causa común con los mismos insurgentes».
Con mucha clarividencia sobre los porvenires de la Nueva Revolución de Iturbide, Don Juan José apunta que estos: «pueden seducir a muchos incautos y lisonjear las miras interesadas y ambiciosas de no pocos que aspiran a la emancipación de estas provincias [de la Nueva España]».
(Don Juan José Ruiz de Apodaca al Ministro de Ultramar, Ciudad de Méjico, 7 de Marzo de 1821)
Dos siglos después siguen vigentes estas advertencias, ya que no muy pocos católicos, tanto conservadores como liberales, buscan rescatar la Nueva Revolución de Iturbide como el mal menor ante la crisis que cruzaba la legítima Monarquía Hispánica de Su Majestad Católica: Fernando VII.
¡NO NOS ENGAÑEMOS! Iturbide con el Plan de Iguala y su movimiento Trigarante: son la REVOLUCIÓN.
Así como Napoleón buscó moderar la Revolución Francesa, así también Iturbide buscaba moderar la Revolución separatista de los Insurgentes en la Nueva España, pero ambos mantenían en pie esa misma Revolución desatada contra el orden social y político de la Cristiandad y de la Monarquía Hispánica.
Así como Napoleón usurpaba el trono de los Reyes Católicos en la vieja España; así también Iturbide usurpaba el Trono de Sus Majestades Católicas en la Nueva España.
No nos dejemos engañar por las apariencias piadosas y majestuosas de las coronaciones de estos usurpadores, aunque se hayan realizado por un obispo como en el caso de Iturbide o incluso por el mismo Papa, como en el caso de Napoleón. Ambos usando ceremoniales inventados y por ende, antecesores del Novus Ordo, que se fundamentaban en el establecimiento de un nuevo orden constitucional, es decir: la liturgia de la Revolución.
Si la Revolución se corona, este hecho no la legitimisa, ya que esta tiene como su fundamento el NON SERVIAM del PRIMER USURPADOR: Lucifer.
La Revolución no puede ser coronada como Monarquía legítima y la Monarquía Católica no puede estar al servicio de la Revolución. Estas ilusiones pronto fracasan y sentencian sus secuaces a destinos amargos como el destierro (en el caso de Napoleón) o al fusilamiento -merecedor de un traidor- (como en el caso de Iturbide).
Iturbide buscaba servir a la Revolución y a la Religión, pero olvidaba la advertencia de Nuestro Señor: «NEMO POTEST DUOBUS DOMINIS SERVIRE» (Ninguno puede servir a dos señores) Mt. VI, 24.
Pongamos nuestros esfuerzos y nuestra vida al servicio del único Señor que puede restaurar la Patria: Cristo Rey de las Naciones, y en cuanto a nuestra Nación, esto deberá ser a través del legítimo Rey de las Españas: Su Majestad Católica, Enrique V. Cualquier otro Señor que no sea Cristo Rey o cualquier otro Monarca que no sea el Rey legítimo, estará destinado al fracaso y a la continuidad de la Revolución.
Don Reynaldo Avilés Jaimes
#500añosdehispanidad #DPFR
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Re: Mexico no es bicentenario
Compartimos las impresiones del siempre polémico sacerdote Servando Teresa de Mier, resonante adalid de la independencia mexicana, que evidencian lo que él pensó y dijo, tanto en pleno hervor de vida como en pleno olor de muerte, acerca de las sectas secretas y su influjo en la política mexicana.
Escribe el diputado fray Servando, desde la capital, a su paisano don Bernardino Cantú, canónigo de Monterrey. Es el 31 de agosto de 1826:
«Nos hallamos en una crisis tremenda: las tropas se acuartelan todas las noches, el Palacio se llena de caballería y las guardias se doblan. Es largo de referir el origen, pero es preciso para entender las consecuencias.»
¿Cuál es el origen de aquella crisis pavorosa? Refiérelo fray Servando:
«Algunos oficiales del virrey O'Donojú introdujeron aquí, y se propagó por todo el país, la masonería del rito de Escocia, y sus logias nos ayudaron infinito para derribar a Iturbide y establecer la República; pero no se hacían sentir nada.
En esto vino de ministro de los Estados Unidos del Norte el genio del mal Mr. Poinsett, que con sus intrigas había causado mil trastornos y males en las Repúblicas del Sur. Este mal hombre, para dividirnos y entretenernos mientras sus paisanos se fortifican en sus usurpaciones de nuestras fronteras, sugirió que era necesario crear logias de francmasones del rito de York, su patria —a cuya gran logia estuviesen sujetas las nuestras—, para dirigir al presidente de nuestra República (don Guadalupe Victoria), que, aunque ciertamente hombre bueno, no nació para gobernar.
El que lo gobierna, su Godoy, que es el inmoral, ambicioso e inepto ministro de Hacienda, Esteva, fué nombrado gran maestre; vicepresidente, Zavala (hoy lo es Herrera, el que fué ministro de Iturbide); primer orador, nuestro intrigante «Chato» (Ramos Arizpe); segundo gran orador, el necio, revoltoso y vicioso senador Alpuche. Entró también Poinsett, en cuya casa se instaló la gran logia, y metieron al ignorante y vicioso general Guerrero»
Se deja, naturalmente, a cargo de fray Servando todos los epítetos que salpica sobre conocidos personajes de la Historia mexicana.
También en la misma misiva el fray señala el edificante espectáculo de las elecciones que manejaron las logias fundadas por Poinsett para estimular la pretendida democracia:
«Horroriza lo que el domingo de las elecciones pasó en México, para sólo dos diputados que toca elegir al Distrito Federal. Desde las cinco de la mañana se apoderaron los yorkinos de las casillas de las diferentes parroquias donde debía votarse, y se nombraron a sí mismos secretarios y escrutadores. Una nube de yorkinos, de léperos cosechados y de soldados armados cubrían las avenidas. Nadie podía llegar a votar sin enseñarles la lista que traía: si no era la yorkina, se la compraban y le daban la suya; si se resistía, le llenaban de injurias, de palos y aun de heridas»
Y ahora vamos a su lecho de muerte, en la estancia que ocupa en el Palacio Nacional.
Previamente, con singularidad muy suya, ha salido en persona el doctor Mier a invitar para su Viático; se lo trae, con gran cortejo y aparato cívicorreligioso, nada menos que su perpetuo amigo ν enemigo Ramos Arizpe, ministro de Dios y ministro del Estado. Antes de recibir a Nuestro Señor, fray Servando pronuncia un discurso, en que quiere vindicarse de que se le haya tenido por hereje, por masón, por antiguadalupano. Es el 16 de noviembre de 1827. Un testigo presencial narra así lo que nos incumbe:
«Concluyó protestando que no decía misa porque su diestra mano, que mostraba al público, la tenía despedazada por servir a su cara Patria. Que no estaba en el claustro porque se secularizó estando en Roma... Que él no predicó contra la aparición de Guadalupe...
«Que no es escocés ni yorkino, porque, al fin, son partidos, y según enseñan la historia de las naciones y una dilatada experiencia, son la vanguardia de la ruina de las sociedades. Que éste era acaso el principal, si no el único motivo, de la persecución que les han declarado la Iglesia y los Gobiernos civiles; pero que él se abstenía de calificarlos impíos.» (Comunicado a El Sol, publicado en su número 1.640, y suscrito el 24 de noviembre de 1827 por «Un payo de Nuevo León», que se muestra fervoroso
admirador de fray Servando, a quien llama «el divino Mier».)
Por su parte, el esclarecido contemporáneo don José María Tornel y Mendívil nos informa que fray Servando, al recibir los últimos Sacramentos con grande solemnidad, «la aprovechó para exhortar a los mejicanos a que abandonaran las sectas masónicas, que conocía perfectamente por haber pertenecido en España a ellas. Invectivó especialmente a los yorkinos, que solían convertirlo en objeto de sus burlas». (Reseña histórica, pág. 191.)
En suma. Tenemos el dato caliente y vivo de lo que en Méjico fueron en política las sociedades secretas, origen del turbio proceso que desemboca en la crisis que, en 1826, describe fray Servando. Y tenemos, en su lecho de muerte, la exhortación definitiva para que los mejicanos abandonen las logias, porque «según enseñan la historia de las naciones y una dilatada experiencia, son la vanguardia de la ruina de las sociedades».
Redacción y fuentes extraídas de la obra del escritor mexicano Alfonso Junco, titulada “El increíble fray Servando: psicología y epistolario” de 1959,
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10433&stc=1
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Re: Mexico no es bicentenario
José Domingo Rus (a la derecha de la imagen) fue un político y abogado nativo de la Capitanía General de Venezuela, representante de la provincia de Maracaibo ante las Cortes Generales y Extraordinarias de la monarquía española y, como tal, firmante de la Constitución de Cádiz en 1812. Desciende de una de las más influyentes y encumbradas familias de la sociedad colonial marabina, Rus fue designado oidor de la Real Audiencia de Guadalajara en México, investidura que no asumirá hasta 1817.
En 1821, todavía oidor de la Audiencia de Guadalajara, se le elige para integrar la Junta de Gobierno prevista en el Plan de Iguala, documento fundador de la Independencia de México, participó en las negociaciones que resultaron en los Tratados de Córdoba, llegando a eventualmente formar parte de la Junta Provisional Gubernativa que rigió en México hasta el establecimiento del Primer Imperio Mexicano. Esta fue la misma Junta que en la tarde del 28 de septiembre de 1821, se reunió en el Palacio Nacional para redactar el Acta de Independencia del Imperio Mexicano; acta que fue subsecuentemente firmada por 33 de los 38 miembros, una de las firmas ausentes siendo la de José Domingo Rus que se cree se había retirado a su hacienda en Toluca por razones de salud. Las otras cuatro firmas ausentes fueron las de los miembros Juan O'Donoju, Francisco Severo Maldonado, José Mariano de Almanza y Miguel Sánchez Enciso. A partir de la proclamación de la República Federal en 1823, Don José concentró sus esfuerzos alrededor de la creación del Tribunal Supremo de Justicia o Suprema Corte de Justicia de la Nación, máximo tribunal constitucional de México y cabeza del poder judicial de la joven Federación, que entró en función en marzo de 1825. En esta capacidad sirvió hasta el año en que se retiró, 1830, habiendo alcanzado el cargo de presidente de ese tribunal supremo al final de una vida de más de treinta años de abnegado servicio público.
El eminente historiador Lucas Alamán señalaba el aprecio de Agustin de Iturbide por el oriundo de Maracaibo:
“D. José Domingo Rus, que después fue nombrado oidor de Guadalajara en Nueva España, de quien Iturbide hizo mucho aprecio, y que murió siendo ministro del tribunal supremo del estado de Méjico” (1)
(1)Lucas Alamán, “Historia de Méjico desde los primeros movimientos que prepararon su independencia en el año de 1808” Parte Primera, tomo III (1850); nota 61, pág. 100 Ver menos
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10434&stc=1
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Re: Mexico no es bicentenario
Durante la Guerra de Independencia, las bajas fueron terribles para ambos bandos. Por ejemplo, en la emboscada en que se capturó a los principales líderes insurgentes en Acatita de Baján, en marzo de 1811, sucumbió uno de los hijos de Allende, Indalecio.
https://relatosehistorias.mx/sites/d...?itok=OzZFWyGh
OBRA DE PRIMITIVO MIRANDA, CAPTURA DE ALLENDE, 1870, LITOGRAFÍA
https://relatosehistorias.mx/sites/d...?itok=jYWBoabT
OBRA ANÓNIMA, BATALLA DEL MONTE DE LAS CRUCES, SIGLO XIX, LITOGRAFÍA. MUSEO CASA DE HIDALGO, INAH.MX
¿Hay buenos y malos en una guerra?
La violencia y el terror que se vivieron en la Independencia de México
Marco Antonio Landavazo
En la toma de la Alhóndiga de Granaditas, en septiembre de 1810, se conjuntaron casi todas las expresiones de la violencia insurgente: asedio y toma de la ciudad de Guanajuato, masacre de gachupines y criollos, robo y pillaje.
Violencia rebelde
Los insurgentes, en circunstancias y por razones concretas que merecen mayor detenimiento, ejecutaron prisioneros, sobre todo españoles europeos, con base en fundamentos jurídicos, políticos y éticos dudosos, o sin fundamento alguno; utilizaron en ocasiones la tortura corporal o psicológica como arma de guerra; saquearon y robaron; atacaron y destruyeron muchos pueblos y villas poco afectos a la rebelión.
En muchas ocasiones, los distintos actos de violencia rebelde se producían de manera aislada, pero a menudo formaban parte de un conjunto de acciones articuladas: si un pueblo o villa o ciudad era atacado con éxito, los europeos eran hechos prisioneros, a veces pasados por las armas, y sus bienes eran saqueados o destruidos, aparte de que, en ocasiones, más bien las menos, la localidad era destruida. La toma de la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato, primer y emblemático episodio de la rebelión acaecido el 28 de septiembre de 1810, ilustra muy bien la saga de la violencia rebelde, pues en ella estuvieron contenidas casi todas sus expresiones: asedio y toma de la ciudad, masacre de gachupines y criollos, robo y pillaje.
Los grupos y partidas insurgentes, sobre todo después de adoptar la estrategia de guerra de guerrillas a partir de 1812, se dieron a la tarea de atacar y hostilizar pueblos y villas para hacerse de recursos o como represalia cuando no encontraban disposición para apoyar la causa rebelde.
El saqueo y el pillaje, por otro lado, fueron fenómenos cargados de valores y significados diversos: detrás de ellos se ocultaban actitudes criminales, al mismo tiempo que actos de reivindicación social, pero también la necesidad de allegarse recursos para financiar la guerra y prácticas que bien podríamos asociar al clientelismo. Por lo demás, los líderes rebeldes diseñaron una directriz clara para el autofinanciamiento basado en el despojo. Así parece colegirse, sea por poner un caso, del documento atribuido a José María Morelos titulado “Medidas políticas que deben tomar los jefes de los ejércitos americanos para lograr su fin por medios llanos y seguros, evitando la efusión de sangre de una y otra parte”, que en su artículo inicial postulaba que la primera diligencia que debían practicar los jefes rebeldes, luego de ocupar cualquier población, era la de levantar un censo de los ricos “para despojarlos en el momento de todo el dinero y bienes raíces o muebles que tengan”; luego, la mitad de lo despojado debía ser repartido a los vecinos pobres con el propósito de “captarse la voluntad del mayor número”, y la otra mitad debía destinarse a “los fondos de la caja militar”.
Tenemos, en efecto, testimonios de saqueos en los cuales se repartían, entre individuos del pueblo, algo de lo robado, lo cual ha dado lugar a que algunos historiadores hablen de una suerte de variante primitiva de la justicia social. Pero hubo también actos que no respondían a móviles como esos, sino simplemente al de apropiarse de lo ajeno con fines de beneficio personal, amparados en la vorágine de la insurrección. Un caso ejemplar es el de Albino García, que asoló la región del Bajío hasta su muerte, en junio de 1812, y a quien los propios líderes insurgentes acusaron de ladrón. La Suprema Junta Nacional Gubernativa de América –el órgano de gobierno creado en Zitácuaro en agosto de 1811–, en un bando firmado en Sultepec (en el actual Estado de México) en marzo de 1812, se quejaba de García por su “crueldad, embriaguez, lascivia, latrocinios, escándalos y despotismo”.
Otras formas de terrorismo que la insurgencia llevó a cabo incluyeron la destrucción de localidades consideradas realistas. Elocuente es al respecto una orden del gobierno rebelde instalado en Uruapan, en noviembre de 1814, que mandaba –después de pasar por las armas “a todo militar” que se hiciese prisionero y “entrando a degüello en los expresados pueblos”– “arrasarse, destruirse e incendiarse” las plazas enemigas, “de modo tal que ni aun para habitaciones” quedasen útiles. Durante los primeros cinco años de guerra, varias decenas de localidades de gran parte del centro del país fueron atacadas, saqueadas y destruidas por tropas insurgentes, lo que muestra que aquella orden era un ejemplo de una práctica extendida.
Los asesinatos y ejecuciones fueron una de las expresiones más terribles de la violencia insurgente, sobre todo los que se cometieron en contra de españoles europeos. Los casos más sonados fueron sin duda los ocurridos en algunas de las principales ciudades del virreinato, como Valladolid (actual Morelia), San Luis Potosí y Guadalajara, o la que ocurrió en Zacatula (Guerrero). Ejecuciones estas que tuvieron otra característica común: fueron ordenadas por sacerdotes, todos ellos del obispado de Michoacán –Miguel Hidalgo, José María Morelos y Luis Herrera–, lo cual confiere al asunto, en estos casos por lo menos, una evidente dimensión religiosa.
El asesinato y la ejecución de peninsulares fueron una expresión de la violencia rebelde tan compleja que admite a su vez una caracterización, en función de sus fines, objetos, medios, participantes, formas e intensidad. Por ello podría postularse una distinción entre la vía tumultuaria del gachupinicidio y la ejecución organizada de peninsulares. Mientras que la primera tendía a poseer un carácter más o menos espontáneo y su protagonista era la multitud, la segunda resultaba de una orden expresa de los líderes rebeldes.
Son diferentes entre sí, en efecto, la matanza de Granaditas (hecha a plena luz del día y llevada a cabo por una muchedumbre enardecida) de las ejecuciones ordenadas por Hidalgo en Valladolid y Guadalajara (efectuadas en la madrugada, en parajes alejados, sin mediar juicio alguno y a partir de la decisión exclusiva del cura); como diferentes son estas de las más de doscientas ejecuciones ordenadas por Morelos en Tecpan y Zacatula, en febrero de 1814, tras la conocida derrota rebelde en Puruarán (Michoacán), la posterior captura de Mariano Matamoros, la propuesta de canje que hizo Morelos, la negativa del virrey y finalmente el fusilamiento de Matamoros, pues en esa decisión el líder rebelde pidió autorización al Congreso de Chilpancingo, buscando de esa forma legitimar una decisión difícil y terrible de suyo.
Violencia realista
Desde luego que el ejército realista aportó también su cuota sangrienta a este catálogo de los horrores: la destrucción de pueblos y villas considerados rebeldes o por lo menos simpatizantes de la insurgencia, la ejecución de prisioneros sin juicio previo o tras dudosos juicios sumarios, castigos diversos de extrema crueldad, y hasta el robo y pillaje que pensaríamos exclusivos de los guerrilleros.
El sentido y las razones de la violencia represiva eran diferentes, pues ahí entraban en juego, por lo general, otras nociones y valores: el orden, la estabilidad, el castigo, la corrección. El castigo y la represión realistas no eran entonces simples actos de justicia, sino que portaban un mensaje a los rebeldes, sus simpatizantes y al resto de la población: participar o apoyar siquiera a la insurgencia podría acarrear consecuencias gravísimas. Por poner un ejemplo, en la lista de las sentencias pronunciadas por el Consejo de Guerra establecido en Guadalajara en 1811 por el general José de la Cruz, se consigna en el apartado de los sentenciados a la horca que los cuerpos de los reos ejecutados habían sido colgados a la entrada de los pueblos “para escarmiento general”.
El gobierno virreinal y las tropas del rey de España pusieron la administración de la justicia al servicio de la represión militar. Ello se advierte en la intensa labor de los Consejos de Guerra y en la sala del crimen de las Audiencias de México y Guadalajara, así como en la febril actividad de la Junta de Seguridad y Buen Orden, creada en 1809 por el arzobispo-virrey Francisco Javier de Lizana y Beaumont, que juzgó miles de insurgentes; pero sobre todo en la superposición de la jurisdicción militar ante la eclesiástica en los juicios seguidos a algunos de los líderes principales de la rebelión que eran también sacerdotes, o en la decisión del virrey Francisco Xavier Venegas de publicar el famoso bando del 25 de junio de 1812 que lastimó la inmunidad de los eclesiásticos alzados. Se advierte finalmente en el hecho de que varios jefes militares, soslayando preceptos básicos del derecho de gentes, ajusticiaron a cientos de rebeldes en juicios, más que sumarios, sumarísimos, y a veces sin juicio previo, así fuese sumario.
La manera en que el ejército condujo las tareas contrainsurgentes muestra la voluntad de exterminio que se desplegó en los cuerpos y en los pueblos rebeldes. En numerosas ocasiones, los jefes militares dejaron los cuerpos inertes en la horca instalada en las plazas públicas, o colgados de alguna manera en la entrada del pueblo, o en los árboles de los caminos. Pero a veces el “espectáculo” podía ser más dramático; por ejemplo, cuando se decidía descuartizar los cadáveres y exhibir sus partes, como se hizo, en el caso más conocido, con Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Ximénez, cuyas cabezas fueron enviadas a Guanajuato y expuestas en jaulas en las esquinas de la Alhóndiga. Muchos otros insurgentes presos fueron ejecutados, sus cuerpos descuartizados o arrastrados por caballos, o decapitados: José Antonio Torres, Benedicto López, Domingo Pastrana, Hermenegildo Galeana, Pedro Moreno, Juan Olvera, Sebastián García, Dionisio Ramírez, José María Cristalinas.
Con los pueblos se actuó de la misma manera. El citado comandante José de la Cruz, en una proclama de enero de 1811, amenazaba con incendiar y exterminar aquellos pueblos que, una vez indultados, volviesen a rebelarse. De hecho, el ejército realista, entre 1811 y 1813, atacó por lo menos 160 villas, pueblos, ranchos y haciendas de las intendencias de Guanajuato, San Luis Potosí, México, Guadalajara, Zacatecas y Valladolid. En algunas localidades se realizaron ejecuciones selectivas, como en La Barca y Colima, La Piedad, Pénjamo, Acatlán, Atlixco y Sultepec; otras fueron tan solo ocupadas, como Zapotlán, Juchipila, Zamora, Jiquilpan, Salamanca o Ixmiquilpan. Pero en algunos casos se arrasó con la localidad entera, como ocurrió en Zitácuaro, Santa María, San Andrés, San Mateo, San Bernabé, San Francisco, San Juan, Timbineo y San Miguel, en la intendencia de Valladolid; o Tenango, Nopala, Los Remedios y Orizaba, en la de México.
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Fuente
https://relatosehistorias.mx/nuestra...-en-una-guerra
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Re: Mexico no es bicentenario
El dragón de hierro.
LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón
en EL NORTE
(22 Mar. 2021).-
Lo sucedido en la batalla de Monte de las Cruces sirvió a Iturbide para darse cuenta del abismo que separaba a criollos y peninsulares. Conoció de seguro la burlona copla que alguien escribió en la pared frontal del palacio virreinal. El comandante realista Bringas, español, muerto en la batalla, había sido sepultado con honores de héroe en una impresionante ceremonia. En cambio, los infelices soldados mexicanos que perecieron en la lucha contra los insurgentes fueron prácticamente echados en la fosa común. El anónimo epigramista comentó:
"¿Bringas era gachupín? Su entierro fue un San Quintín. ¿N. era americano? Su entierro fue liso y llano".
Por el valor que demostró en combate Iturbide fue premiado por el virrey con el grado de capitán, y quedó bajo las órdenes de un buen jefe realista, el coronel Diego García Conde. Hombre muy digno era éste, con algo de artista, pues componía canciones. Otras cosas se le deben a más de canciones: levantó, lo dije antes, uno de los mejores planos que se conocen de la Ciudad de México, y cuando se consumó la independencia, y él se nacionalizó mexicano, fundó la Academia de Cadetes, antecedente del Heroico Colegio Militar. En Monte de las Cruces don Diego cayó prisionero de las fuerzas de Hidalgo. "... Durante la acción -relató después- nos tenían a los prisioneros en medio de los cajones de pólvora, para volarnos en caso necesario. Venía con frecuencia el general (insurgente) Balleza, dando voces: '¡Viva la Virgen de Guadalupe!'. Yo las repetía, quitándome el sombrero. Luego añadía él: '¡Mueran los gachupines!'. Y yo le respondía: 'Eso no digo yo'...".
Un difícil encargo dio García Conde a Iturbide: poner coto a las desmesuras de Albino García, llamado "El Manco", temible guerrillero que suplía la falta de un brazo con sobra de audacia y de valor. No reconocía "El Manco" más ley que la que imponía con su única mano. Cuando recibió órdenes de la jefatura insurgente de someterse a "Su Alteza, la Junta de Zitácuaro", él respondió:
-Yo no conozco más juntas que la de dos ríos, ni más altezas que las de los cerros.
Por el Bajío andaba muy levantado "El Manco" García, y contra él fue Iturbide llevando apenas 150 hombres. La orden de combatir al guerrillero la recibió a las 6 de la tarde del 3 de junio de 1812. A las 2 de la mañana del día 4 ya había llegado a Valle de Santiago, donde "El Manco" había ido a entrevistarse con su hermano Pancho.
Dormidos estaban los insurgentes cuando Iturbide entró al poblado a todo galope. Sabedor de la casa donde estaban los dos hermanos García, Iturbide se plantó frente a ella y comenzó a gritar órdenes a fuerzas imaginarias:
-¡Los cañones en las bocacalles! ¡Los granaderos de la Corona, aquí en la plaza! ¡El Batallón Mixto y el de Puebla, a rodear las casas!
Albino García se rindió casi sin combatir. Muchos hombres pasaron del frágil sueño de la vida al de la muerte sin final. Los que despertaron se volvieron a dormir una hora después, fusilados por el implacable Iturbide. Sólo en eso se entretuvo Agustín. Volvió a montar, y después de cabalgar 21 horas seguidas sin ningún descanso llegó a Celaya al atardecer del 5 de junio y entregó al boquiabierto García Conde a su prisionero, el famoso y hasta entonces invicto "Manco". Un día después, tras ordenar que "el bandolero" Albino García fuera fusilado, que se le cortara la cabeza y la mano para exhibirlas como escarmiento a revoltosos, don Diego ascendió a Iturbide. Inauguró muy bien su nuevo grado el ahora flamante teniente coronel. Cuando iba con su jefe de regreso a México, se toparon con una partida de 500 insurgentes. No necesitó Agustín más que 90 hombres para derrotarlos. Ochenta rebeldes mató, y puso en fuga a los demás no sin antes quitarles los cañones y las banderas. Al hacerlo ni siquiera se despeinó: fue a esa escaramuza como ir a un día de campo. Dicen quienes aquel día lo vieron combatir que no dejaba de reír al tirar tajos y mandobles, y que parecía estar jugando mientras mandaba a sus rivales al otro mundo. Semejaba un mosquetero de película. Ya para entonces sus soldados, que comenzaban a admirarlo con pasión rayana en el fanatismo, lo apodaban "El Dragón de Hierro".
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Re: Mexico no es bicentenario
"¡No importa que sea Viernes Santo!"
LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón
en MURAL
(23 Mar. 2021).-
Su victoria sobre Albino "El Manco" García puso a Iturbide en los cuernos de la luna. En los cafés, tertulias y cotilleos no se hablaba de otra cosa más que de aquel joven oficial prodigio de destreza y de valor que estaba "en la flor de la edad, de aventajada presencia, modales cultos y agradables, hablar grato e insinuante". Todos esos piropos dijo de Iturbide don Lucas Alamán, que lo conoció muy bien, pues en ese tiempo el futuro emperador visitaba mucho la casa que en México tenía don Lucas, y su intimidad con la familia de éste era tanta que a la madre de Alamán solía Iturbide llamarla "mamita".
Se comentaba en todas partes la ingeniosísima manera que tuvo Iturbide de capturar al "Manco": llegó a Valle de Santiago fingiendo ser Pedro, hermano del bandolero, con lo que obtuvo el santo y seña para entrar a la ciudad sin ser estorbado por los centinelas; puso hombres en la azotea de la casa donde dormía Albino, que despertó espantado a los gritos que Iturbide daba a inexistentes cuerpos del ejército. Se comentaba con admiración la forma cómo hizo fusilar de inmediato a los hombres del guerrillero, y muy especialmente a los miembros de su guardia personal, de todos los cuales era compadre Albino. Finalmente la gente se hacía lenguas de la admirable piedad cristiana y religioso celo católico de don Agustín de Iturbide, pues se conoció el texto del parte que dirigió a García Conde:
"... El dolor de la muerte del granadero Avilés, a pesar de que fue la única desgracia, no obstante la poca luz que prestaba la luna y la atención de tantos puntos, y la precisión de hacer morir sin auxilios cristianos a tantos miserables, lo que sólo puede mandarse en casos igualmente estrechos, han contristado terriblemente mi espíritu, sin embargo de la satisfacción de un golpe tan afortunado por la utilidad pública, y particularmente por la del bajío...". Muy católico cristiano era Iturbide, pero si los ordenamientos de la santa religión se oponían a sus propósitos los hacía a un lado con muy gentil desprecio. En cierta ocasión el capellán que iba con su ejército le pidió no combatir aquel día, porque era Viernes Santo. Iturbide se le rió en las barbas y le dijo que precisamente quería santificar el día enviando al otro mundo a algunos herejes insurgentes.
El mayor orgullo que halagaba a Iturbide es que todos los hombres con que había vencido a Albino García eran mexicanos. Escribió a ese respecto: "Para quitar la impresión que en algunos estúpidos y sin educación existe, de que nuestra guerra es de europeos contra americanos y de éstos contra los otros, digo que en esta ocasión ha dado la casualidad de que todos cuantos concurrieron a ella han sido americanos... Nuestra guerra es de buenos contra malos; de fieles contra insurgentes; de cristianos contra libertinos...".
Se elogiaba también la conducta de García Conde en relación con el famoso manco. En esta ocasión el militar realista hizo a un lado su pundonor de soldado español y zahirió a su prisionero con crueles burlas. Le formó una valla de mojiganga para recibirlo en Celaya junto a su hermano, "él brigadier Panchito", y luego lo denostó con tremendas injurias y lo escarneció en un discurso que dirigió al populacho desde el mismo balcón desde el cual Hidalgo había hablado al pueblo al llegar victorioso a esa ciudad. Después puso al cautivo en una celda, y ahí le rindió ridículos homenajes de general. "Siento no haber podido hacer esta burla con más solemnidad", dijo García Conde al virrey en el informe que le rindió. Todo ese ludibrio lo soportó tranquilo Albino García, que por la noche escribió una hermosa carta a sus padres pidiéndoles perdón por no haber seguido nunca sus consejos. Murió fusilado a los tres días. Al cadáver se le cortaron las manos: la que tenía impedida se envió a Guanajuato, la otra a Celaya. La cabeza quedó en Celaya públicamente expuesta como escarmiento. Al triunfo de la independencia el famosísimo arquitecto celayense don Francisco Eduardo Tresguerras colocó el pelado cráneo sobre un pedestal en cuya base inscribió un soneto. Si como arquitecto era genial Tresguerras, como poeta era pésimo, para emplear un adjetivo módico. El tal soneto era más horrible que la calavera a la que servía de epígrafe. Por fortuna al paso del tiempo el pedestal cayó, y del soneto no quedó ni huella, para bien de las letras universales.
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https://www.reforma.com/libre/acceso...3-23/op201186/
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Re: Mexico no es bicentenario
10 de octubre de 2021
200 AÑOS DE UN FRACASO
https://revistaunica.com.mx/wp-conte...3%A9xico-1.jpg
Hace apenas dos días, el 27 de septiembre de 2021, se conmemoraron los doscientos años de la llamada Consumación de la Independencia de México; de igual manera, otros países de Hispanoamérica han cumplido ese bicentenario entre las dos últimas dos décadas, aunque todavía faltan tres años para que se festeje la Batalla de Ayacucho, misma que se considera la que puso fin a la lucha independentista en Sudamérica, y en México aún tuvo una coda en 1825 con la toma del fuerte de San Juan de Ulúa, que continuaba siendo una base militar ibérica y la derrota en 1829, en Tampico, Tamaulipas, de la expedición del Brigadier Isidro Barradas que pretendía recuperar la Nueva España para Fernando VII, más por los mosquitos y la malaria que por las armas de Santa Anna.
Con esos acontecimientos terminó un larguísimo proceso que inició en 1808 con la Invasión Napoleónica a España y la renuncia sucesiva de Carlos IV y el mencionado Fernando al trono, que terminó en manos del hermano mayor de Bonaparte: José, quien nunca pudo consolidar su trono, ante el alzamiento popular español en su contra y la posterior entrada de tropas británicas bajo el mando del Duque de Wellington, que abrieron un frente occidental para el Corso, quien ya había comenzado a ver declinar su estrella a partir de la derrota de sus fuerzas en Bailén.
Ya en 2010, cuando se festejó con bombo y platillo, de manera un tanto fallida, por el gobierno del entonces Presidente Felipe Calderón, el llamado Bicentenario de la Independencia, en este espacio hablé acerca de la Independencia; a diferencia de lo ocurrido en Sudamérica, o incluso en EUA, en la Nueva España no hubo un movimiento organizado y que contara con el apoyo, en buena medida, unificado de parte de las élites del Virreinato. Cuando, en 1808 se intentó hacer algo similar, por parte del Ayuntamiento de la Ciudad de México y el Virrey Itirrugaray, éste fue derribado del poder y los principales instigadores, como el Síndico Francisco Primo de Verdad, eliminados. Lo que vino, a partir de 1810 fueron una serie de movimientos sucesivos, y aquí, tras once años, he de reconocer que algunos de esos posts fueron un tanto equivocados, pues he podido leer en línea algunas investigaciones históricas y documentos de la época sobre los movimientos de Hidalgo y Morelos, ninguno de los cuales, en realidad, significó un verdadero peligro para la Corona Española.
Hidalgo se lanzó a la rebelión por un malentendido; realmente, él y sus compañeros como los militares y terratenientes Ignacio Allende o Juan Aldama, representaban a una parte de la aristocracia criolla, descendiente de los primeros conquistadores y colonizadores que habían visto afectados sus privilegios y la gran autonomía económica y política con la que habían contado durante los siglos XVI y XVII, bajo el gobierno de los Habsburgo españoles, como las encomiendas, repartimientos y bajos impuestos, así como la oportunidad de ejercer y comprar cargos públicos y títulos nobiliarios, o incluso, como algunos señalan, el beneficiarse con el contrabando y la piratería provocadas por el monopolio y las restricciones del comercio con las otras potencias europeas; lo cual, al llegar la Casa de Borbón al trono de San Fernando, se terminó, ante una mayor centralización y control del poder por el monarca y la designación de Intendentes que respondían directamente ante Madrid y no ante el Virrey, y sobre todo, el incremento de la presión fiscal sobre las clases más altas de los territorios americanos, a fin de financiar el resurgimiento español impulsado por Felipe V, Fernando VI y Carlos III, no por amor a España, mismo que los Borbón nunca han tenido, sino por sus ambiciones dinásticas y apuntalar el poderío de sus primos parisinos.
Sin embargo, estos criollos aristocráticos se levantaron en contra de la invasión francesa y el temor de que los Liberales Afrancesados que conformaban las Juntas de Regencia que, a nombre de Fernando VII, ejercieron el gobierno en España, terminasen por rendirse ante Napoleón, con el que, ideológicamente, presuntamente tendrían afinidades --por ahí tengo pendiente escribir algo sobre Napoleón, de quien se cumplieron igualmente 200 años de su fallecimiento-- A diferencia de lo ocurrido en Sudamérica, los movimientos insurgentes, es decir, rebeldes, de Hidalgo y luego de Morelos, si bien éste tomaría algunas ideas derivadas de ello, como lo de formar un Congreso y una Constitución, eran anti-liberales y profundamente conservadores; incluso es de observarse que de los últimos virreyes, sólo Felix María Calleja se podría haber calificado de conservador y favorable al absolutismo borbónico (y aún así aceptó someterse al régimen constitucional cuando la Carta de Cádiz entró en vigor, sin pretender rebelión alguna en contra); porque tanto Francisco Xavier Venegas, como Juan Ruiz de Apodaca y el ya no Virrey, sino Jefe Superior Político de la Provincia de México: Juan O'Donojú, eran liberales, y debieron sus cargos a esas Juntas y a las Cortes constituyentes de Cádiz.
Sin embargo, y como dije, ni el movimiento de Hidalgo, ni el de Morelos pudo vencer al régimen imperial español: el de Hidalgo fue un movimiento desordenado, carente de objetivos claros y que impulsó a una horda de saqueadores fuera de control a cometer una orgía de crímenes; la falta de disciplina, de organización, de armamento y de pericia militar de parte de sus líderes terminó por llevarlo a ser aplastado, de manera rápida y hasta cierto punto, fácil, por el ejército virreinal encabezado por Calleja.
El movimiento de Morelos, fue completamente distinto al de Hidalgo pese a su discurso de continuidad, si bien más organizado, ya que intentó continuar con la línea marcada por Ignacio López Rayón, éste sí un criollo empapado de las ideas de la Ilustración, de darle un sustento jurídico al alzamiento, y organizar ya una especie de gobierno independiente, no fue, sin embargo, más que un experimento que en realidad no logró impulsar a mucha parte de la población en su favor; en su momento culminante, Morelos no pudo extender su lucha más allá del sur del Virreinato y sólo encabezó a un ejército no mayor a tres mil efectivos, que además, se encontraban repartidos bajo su mando directo y el de sus lugartenientes como Nicolás Bravo, Hermenegildo y Pablo Galeana o Mariano Matamoros, Guadalupe Victoria, Juan Álvarez y Vicente Guerrero, de donde cada uno de estos dirigía una partida conformada por unas cuantas decenas, o a veces centenas, de hombres. Su Congreso de Anáhuac, lo mismo que la anterior Junta de Zitácuaro formada por Rayón, no representaba a nadie más que al propio caudillo, con diputados electos por él y a quienes les había impuesto los puntos sobre los que tenían que jugar a legislar, con los Sentimientos de la Nación, de donde emergió el Decreto Constitucional para la América Mexicana, que nunca tuvo vigencia real, además de ser muy deficiente e impracticable, y que tácitamente ya contemplaba la interesada cesión de los codiciados territorios del norte a EUA a cambio de su apoyo.
Además, lejos de la imagen de genio militar que la Historia Oficial ha construido sobre el sacerdote michoacano, la realidad es que Morelos sólo realizaba ataques guerrilleros que perjudicaban al comercio, las haciendas agrícolas y la industria antes que lograr objetivos políticos, y nunca pudo controlar con firmeza un territorio definido y por tiempo prolongado; tomaba pueblos y ciudades debido más al pequeño tamaño del ejército realista y la imposibilidad de que éste pudiese igualmente ocupar permanentemente un gran territorio, siendo más bien una fuerza móvil, que a verdaderos triunfos contra las armas hispanas, y quizá salvo el sitio de Cuautla, las acciones militares que sostuvieron ambas fuerzas se parecieron más a operativos policiacos dirigidos por las tropas del rey contra gavillas de guerrilleros o asaltantes sediciosos, casi como actualmente contra los carteles criminales, que a verdaderas batallas. De esta manera, Calleja, ya convertido en Virrey, sólo tuvo que esperar a que las fuerzas de Morelos se agotaran, perdieran el apoyo que podían tener de la población local y aún de algunos miembros de las élites (como el Obispo de Oaxaca Antonio Bergosa, que simpatizó con Morelos y por ello fue castigado por Calleja, obligándolo a practicarle la degradación sacerdotal, lo que hizo bañado en lágrimas) , dada la nefasta actuación de sus tropas, que arruinaban numerosas fuentes de riqueza y ejercían el bandidaje, la extorsión y el cobro de "impuestos revolucionarios" con lo que ya después pudo ir cazando a sus subalternos para finalmente lanzarse contra él en lo particular.
Tan débil era la Insurgencia que a la captura y ejecución de Morelos el movimiento prácticamente se extinguió, ninguno de los caudillos que surgieron en el periodo, o se mantuvieron en la lucha, tuvo la capacidad de hacerlo renacer y derribar el régimen virreinal o constitucional español; ni siquiera Francisco Xavier Mina, agente de la Masonería Británica, misma que impulsó en el sur los alzamientos de Bolívar o San Martín, y su expedición de mercenarios pudo lograr gran cosa; rápidamente fue capturado y eliminado tras unas pequeñas victorias sin importancia motivadas por la sorpresa de su aparición. Los demás, o se acogieron al indulto, como Rayón, o permanecieron fugitivos, como Victoria, o se encerraron en rincones inaccesibles donde era difícil que fuesen reducidos, y su acción patriótica reducida a atacar el comercio, como en el caso de Guerrero.
Por ello, la independencia sólo pudo venir de los únicos que podía asegurar un rompimiento con España: el propio ejército realista y las élites que decidieron que la Constitución Española de Cádiz representaba un peligro para sus intereses, y designando como encargado de tal empresa al Coronel Agustín de Iturbide, quien se había distinguido en la campaña contra Morelos y era el militar realista más popular, así como uno de los más capaces, y también... había sido acusado en repetidas ocasiones de corrupción.
Se ha dicho que por tanto, el definitivo y verdadero movimiento por la Independencia, que encabezó el conocido como Dragón de Hierro, tenía un carácter netamente conservador, sin embargo, resulta un tanto contradictorio con esta visión que el Plan de Iguala, documento en el que se plasmaron las bases para lograr la separación de España plantease el establecimiento de un régimen monárquico-constitucional, mismo que era rechazado por Fernando VII, a quien sin embargo, se planteaba el invitar a reinar como Emperador de México --país al que se oficializaba llamar así, pese a ser éste sólo el nombre de una ciudad, la hasta entonces capital de la Provincia de México según el régimen constitucional y anterior asiento del Virreinato, -- siendo evidente que el Borbón rechazaría la oferta.
Lo interesante del Plan ideado por Iturbide, y probablemente por el grupo que conspiró en la Iglesia de la Profesa, es que apelaba a unir a toda la sociedad novohispana, sin importar su lugar de nacimiento o su origen étnico; en ese sentido, el proyecto planteado apelaba a contentar a todos: ofrecía una continuidad con el sistema monárquico de España con un Imperio, manteniendo además el carácter Católico como una de las tres garantías para lograr la independencia, pero a la vez, se abría al régimen constitucional y parlamentario para contentar a los liberales y a los antiguos Insurgentes, quienes, como hemos dicho, tampoco eran tan "liberales" en sentido estricto, en realidad eran parte de la misma elite, sólo que los que hasta el momento habían defendido la monarquía hispánica no habían tenido una amenaza tan real al orden de cosas como hasta 1820 en que se da el golpe de Estado por el General Rafael del Riego, actuando bajo los influjos de la masonería, controlada a su vez, desde Londres, recordemos que Inglaterra estaba consolidándose como la nueva potencia hegemónica tras haber derrotado a Napoleón en Waterloo, y ahora trataba de evitar un resurgimiento de España, para lo cual buscó y logró desmembrar el Imperio Español y así, evitó que el país ibérico, que hasta 1808 había estado en la liza por el predominio mundial, volviese a convertirse un rival a temer.
En cierta forma, que Inglaterra pudiese consolidar su Imperio transoceánico durante la Era Victoriana se debió al quiebre del Imperio Español. único que podía competir con él en el dominio de los océanos.
Pero algo que fue enormemente nocivo para las Independencias Hispanoamericanas, en contraste a la de EUA, en su momento, fue la figura de Napoleón, que fue el germen del caudillismo; las 13 colonias iniciaron su lucha mientras el corso era un infante, Washington actuó bajo el control político del Congreso, que se formó antes del inicio del movimiento, y contó con el apoyo de Francia y España, a través de LaFayette y Galvez para lograr la victoria, pero los movimientos independentistas de Hispanoamérica inician a partir de 1808, justo en el auge de la aventura de Bonaparte, razón por la cual estos movimientos pronto serían copados por personajes que se convirtieron en líderes militares y políticos de ellos, hacedores de constituciones y primeros gobernantes, eso lo podemos ver el caso de Bolívar, San Martín, O'Higgins, Hidalgo, Morelos, y por supuesto, Iturbide, y dejó escuela para muchos posteriores que buscarían todo, ser nuevos Napoleones tropicalizados. Finalmente, el Corso se convirtió en jefe de la Revolución a la que terminó traicionando, convirtiéndose en monarca con más ínfulas de aquel que había sido derrocado al iniciarse el movimiento, y éste sería un ejemplo a seguir no sólo en América, sino en otras partes: Hitler, Stalin, Mao, Pol Pot, Idi Amin, Bokassa, serían verdaderos discípulos de Bonaparte.
Quizá nada pudo reflejar más esto y ser más premonitorio de lo que se veía venir en la vida del México independiente que la litografía hecha por el austriaco Ferdinand Bastin sobre la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México por la Garita de Belén, y que representa a Iturbide y el alto mando de la fuerza militar que, salvo algunas pequeños enfrentamientos militares en Durango y en Azcapotzalco, logró la Independencia prácticamente sin combate; la realidad es que, ante la deserción --porque eso fue-- de Iturbide y los principales comandantes del ejército real en la Nueva España, las autoridades españolas se dieron cuenta que ya estaba todo perdido, y habían abandonado la ciudad desde días antes al 27 de septiembre de 1821, O'Donojú ni siquiera llegó a la capital a tomar posesión de su gobierno, y firmó con Iturbide los Tratados de Córdoba, pactando la transición del poder en agosto, por lo que, en realidad, el desfile del día celebrado como la Consumación de la Independencia fue un mero acto protocolario.
Pero volviendo a esa litografía de Bastin, veámoslo:
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Rodeando a Iturbide, se encuentran otros generales que luego tendrían una destacada participación en los acontecimientos y sobre todo, enfrentamientos por el poder hasta la llamada Reforma Liberal de 1857, se encuentran Santa Anna, Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo, Anastasio Bustamante, Melchor Múzquiz, Miguel Barragán, Valentín Canalizo, Pedro Celestino Negrete, José Antonio Echávarri, Vicente Guerrero, incluso Mariano Aldama, único de los hermanos que secundaron a Hidalgo en 1810 que seguía vivo y en activo, (aunque según otros se trata de Juan, ejecutado en 1811) y a los que el dibujante agregó a otro líderes militares de la insurgencia como homenaje póstumo: Ignacio Allende, Luis de Herrera, Vicente Valencia y Leonardo Bravo; resultando curioso que no se incluyera en ese mismo sentido a Morelos o a Hidalgo, Matamoros o Galeana.
La cuestión es, que esa pintura ilustra claramente la falsa expectativa de unidad que se dio ese 27 de septiembre de 1821, el grupo ahí representado estaba conformado por miembros de dos bandos rivales que habían luchado entre sí, a veces de manera encarnizada y que ahora se aliaban en torno a la causa de la Independencia; la realidad es que esa alianza era frágil y tan pronto como se firmó la Declaración por la Junta Superior Gubernativa, formada por los notables que habían conspirado en la Iglesia de la Profesa y por ningún Insurgente. La exclusión de estos del poder, por supuesto, los dejaría a la espera de cómo hacerse con él, lo mismo con otros comandantes realistas súbitamente encumbrados; un error de Iturbide fue, que, buscando contentar a todos, reconoció, otorgó o ascendió rangos a Insurgentes y Realistas por igual, él mismo, de Coronel se convirtió en Generalísimo-Almirante, oficiales como Santa Anna que pasaron de capitanes a generales de división, y ni qué decir de guerrilleros que actuaban más bien como salteadores como Bravo, Victoria o Guerrero, convertidos igualmente en generales. Todo esto no logró apaciguarlos, sino, por el contrario, despertó en ellos más la ambición, además de que en mucho, ello significó que el ejército mexicano durante la primera mitad del siglo XIX fuera pésimo al enfrentar guerras reales, como la separación de Texas, la Guerra de los Pasteles y la derrota definitiva ante EUA en 1848, dirigido por comandantes improvisados y que obtuvieron sus rangos y mandos, junto a jugosos salarios y prestaciones, por un compromiso político antes que por méritos reales.
Como resultado, y contrario a lo que dice el Presidente López Obrador, ha sido la Independencia la que ha fracasado, no la Conquista ni la Colonización Española; el 27 de septiembre de 1821 se puso fin a lo que había sido una Historia de éxito: el Virreinato de la Nueva España era una de las zonas de más alto desarrollo del mundo, cuya moneda era la utilizada para el comercio internacional incluso en el Lejano Oriente. En cuestión de 30 años, bajo el gobierno de Antonio de Mendoza, Mesoamérica pasó de estar en la extraña mezcla de Antigüedad y Neolítico en la que se encontraba, para convertirse en parte integrante de la Monarquía Hispánica, inmersa en el Renacimiento, dotada de Universidades, hospitales, imprenta, puertos, caminos, ciudades desarrolladas según las plantas ideadas por genios como Da Vinci, Miguel Ángel y otros que idearon la construcción de ciudades ideales (el diseño de una plaza central, rodeada por los edificios públicos más importantes: la Catedral, sede del poder religioso y el palacio real o sede del Gobierno civil, así lo indica, y es algo que contrasta con la dispersión y el desorden de las ciudades europeas) y con una sociedad en la que se integraban razas y etnias, es algo que jamás se ha logrado; EUA sufre actualmente una severa crisis debido a la falta de integración de los Anglosajones originales con todas las demás etnias que llegaron después como esclavos o inmigrantes, en contraste; porque igual, su independencia ha venido, a largo plazo, a significar un fracaso, en otro post diré porqué lo considero así.
Por el contrario, la Independencia significó divisiones, la marginación de los indígenas por la mezquina élite criollo-mestiza que luego a su vez se dividió entre ella en luchas por el poder entre Conservadores y Liberales, lo que nos llevó a perder el tiempo en una serie de guerras civiles, rebeliones y golpes de Estado, en decenas de planes políticos y proyectos de constitución, en constituciones a cual más imprácticables, ajenas a la realidad hispanoamericana, copiadas de EUA o Francia y mal, con todos sus vicios y sus puntos positivos pero extraños a México, persecuciones religiosas, destrucción de la propiedad comunal indígena y posteriormente su reintroducción equivocada hasta para los no-indígenas, y todo siempre, para beneficiar a las élites, cuyos representantes incluso cayeron en traiciones a la patria en beneficio de los intereses de Estados Unidos a cambio de apoyo para ejercer el poder. Incluso, llegamos al ridículo de reunir un Congreso Constituyente mientras el ejército norteamericano se aproximaba a Ciudad de México, en vez de planear y dirigir la defensa. Todo esto es lo que ha sido causa de nuestro subdesarrollo, no la colonización española.
Y esto ha sido similar para toda Hispanoamérica, algo de lo que ya se está tomando conciencia, incluso por parte de alguna parte de la Izquierda, de lo que no está enterado nuestro gobierno actual que se encuentra en esa tendencia política, como es el nicaragüense Augusto Zamora, en su obra Malditos Libertadores, un antiguo sandinista, hoy denuncia la Leyenda Negra Antiespañola y los errores de la Independencia.
Así, y para concluir, creo que más que celebrar el bicentenario de la Independencia, hay que reflexionar sobre lo que ha significado la misma para nuestro país y cuestionar la Historia Oficial hecha para sostener y legitimar a una clase política que la ha empleado para aferrarse al poder desde hace 200 años, porque efectivamente, los políticos de ahora son herederos de los mismos que entraron ese 27 de septiembre de 1821 a la capital. A través de numerosos acontecimientos, su posición actual les vino de aquellos, y han continuado, igual que ellos, comportándose como dueños del país al que han esquilmado desde entonces.
En descargo de Iturbide, es de reconocerle su compromiso por la unidad y sus buenas intenciones de convertir al recién creado Estado en un Imperio; pero nadie quiso arriesgarse a gobernarlo salvo él, que quizá no contó con las dotes suficientes para ser un verdadero gobernante. Pero quizá porque sí contaba con el carisma, y el ideal de unidad y paz, es que era un obstáculo tanto para EUA, que tenía ya el plan de ser la primer potencia del continente y deseaba los territorios del norte, como para la bola de hipócritas ex-Insurgentes y ex-Realistas que le habían apoyado originalmente y ahora deseaba cada quien, su pedazo de pastel. Por ello, Iturbide merece ser reivindicado y honrado.
Por otro lado, creo sin embargo que México y posiblemente todo el continente se acerca al colapso del orden que comenzó a gestarse en 1776 y que llevó al establecimiento de la América que conocemos; las élites tanto en Washington como Ciudad de México o Buenos Aires parecen agotadas y decrépitas, y cada vez más queda a la vista que han sido las únicas usufructuarias del estado de cosas, ¿qué vendrá después? ¿La verdadera independencia de los pueblos respecto de ellas?
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Fuente
EL MUNDO SEGUN YORCH: 200 AÑOS DE UN FRACASO
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Re: Mexico no es bicentenario
La fuente original de este texto ya no está pero vale la pena leerlo.
El caudillo que repudió la independencia
Redacción
Dos días antes de ser fusilado en Monclova, el héroe renegó el haber apoyado el movimiento iniciado por el cura Miguel Hidalgo.
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10455&stc=1
El antiguo Hospital Real, ahora la escuela Club de Leones, en la calle Aldama aún conserva el arco original.
Monclova, Coah.- De todos los héroes de la Guerra de Independencia, existió uno que tras ser capturado por los contrarrevolucionarios renegó de la insurgencia y pidió perdón a la corona española por apoyar el movimiento iniciado con el Grito de Dolores el 16 de septiembre de 1810.
Reconocido como uno de los grandes caudillos que nos dieron patria al lado de Hidalgo, Allende, Jiménez, Matamoros y Morelos entre otros, Ignacio Aldama, redactó un manifiesto en que el que se repudia así mismo por combatir para la separación definitiva de México del yugo Ibero.
ERA UNO DE LOS MÁS AGUERRIDOS
Aldama, quien era abogado de profesión, nació el 7 de mayo de 1769 en San Miguel El Grande (Hoy de Allende), Guanajuato y era hermano del otro legendario insurgente, Juan Aldama. Desde temprana edad ayudó a su familia con las labores del campo para luego emigrar a la Ciudad de México donde estudió la carrera de Leyes.
Ejerció pacíficamente su licenciatura y cuando el cura Miguel Hidalgo encendió la mecha para detonar la Guerra de Independencia se unió de inmediato a las filas en su ciudad natal.
Su participación en las primeras batallas fue tal que se le nombró Alcalde de su tierra, firmando el acuerdo el 24 de septiembre de 1810 donde reconocía la autoridad de Miguel Hidalgo y llegó a ostentar el grado de Mariscal de Campo.
En San Miguel permaneció hasta Octubre de 1810 defendiendo la plaza. Cuando el jefe político superior de la Nueva España, Félix María Calleja del Rey, se acercaba a la población con las tropas realistas, Aldama decidió retirarse con su familia. Estuvo al lado de Ignacio Allende, con la mayoría de las tropas rebeldes e incluso financió el periódico "El despertar Americano"
Debido a su renombre en la revuelta, los españoles le dieron mucha importancia y se le exceptuó del indulto concedido a los que desertaban de las filas renegadas.
Además el colegio de abogados de la Ciudad de México lo eliminó de las filas de la institución debido a su militancia en la insurgencia.
CAUTIVO EN TEXAS
En Saltillo, Allende lo designó como embajador ante los Estados Unidos de Norteamérica el 6 de febrero de 1811, donde pretendían comprar armamento y lo envió por delante para abrir relaciones además de darle gran cantidad de barras de plata y dinero para abastecerse.
Con él viajaba fray Juan de Salazar, fungiendo como secretario llegando sin problemas a San Antonio de Béjar (Hoy San Antonio, Texas, en ese entonces era parte de Coahuila). Por esos días arribó a la ciudad el subdiácono José Manuel Zambrano, quien, aprovechando que en esas tierras se infundió que Hidalgo quería abrir camino para entregar el reino a los Franceses, hizo sospechoso a Aldama a quien injurió como heraldo de Napoleón Bonaparte.
El historiador Francisco Sosa, en su libro "Biografías de Mexicanos Distinguidos", indica que tal difamación la basó en que portaba un cordón sobre el hombro izquierdo a la usanza de los soldados Galos; Algunos autores aseguran que el motivo fue por no tener su pasaporte en regla. Por ello el 1º de marzo de 1811, el cura Zambrano arrestó al licenciado Aldama y a fray Salazar con su avanzada y a la brevedad los remitió a Monclova, capital de Coahuila y Texas.
LOS ENCERRARON EN EL HOSPITAL REAL
En el mismo terreno donde ahora es la Escuela Primaria Club de Leones, precisamente en lo que hoy en día es la calle Aldama (nombrada así por el caudillo) de la Zona Centro de Monclova, estaba el Hospital Real o Militar, que también fungía como cementerio.
En uno de los cuartos fue encerrado Aldama y Salazar donde se le hizo un juicio sumario y fue condenado a muerte. El historiador Alejandro Garza de León, explicó que en cambio a fray Juan de Salazar debido a que era religioso se le formularon cargos eclesiásticos donde se le despojó de su investidura.
Las fechas fueron pactadas, Aldama sería fusilado oficialmente el 20 de Junio (Aunque en las actas de defunción existentes en el archivo municipal registradas por Juan Francisco Montemayor, se lee que la muerte acaeció el 10 de Junio) y Fray Juan Salazar hasta el 10 de Octubre de 1811.
ALDAMA PIDE REDACTAR SU ARREPENTIMIENTO
En su celda, el Licenciado pidió permiso al Juez de que se le concediera la gracia de escribir un manifiesto donde buscaba el perdón y que se enviara a la brevedad posible al gobernador, don Antonio Cordero. Áste acudió a dialogar con Aldama a la celda y al escuchar las palabras del insurgente cautivo, Cordero se comprometió a remitir al Excelentísimo Virrey un oficio para acompañar el manifiesto que Ignacio estaba dispuesto a girar sin embargo no garantizaba salvar la vida. Quedando redactado el 18 de Junio.
Cordero giró el oficio al Virrey que decía lo siguiente: "Excelentísimo Sr. El licenciado don Ignacio Aldama, hallándose en capilla para sufrir el último suplicio, me pidió ayer permiso para formar el adjunto manifiesto papel que con el más debido respeto dirijo a V. E.(Vuestra Excelencia) muchos testimonios para los fines que V. E. tuviese por conveniente.- Dios Guarde a V.E. muchos años. Monclova, junio 19 de 1811".
MANIFIESTO DE IGNACIO ALDAMA
Esta es una parte del escrito: "Excelentísimo señor Antonio Cordero. Excelentísimo señor virrey V.E. Don Francisco Xavier Venegas. Nuestro Gran Dios y Señor de los Cielos y de la Tierra, que dio a su mismo hijo por salvarnos y no omite medio alguno para nuestra salvación y felicidad eterna, por los caminos más incógnitos a la penetración humana, se ha dignado abrir los ojos del mayor de los pecadores que soy yo.
Por medio del sabio y prudente confesor que le destinó su providencia y por los auxilios y reflexiones que les ha permitido en sus calabozos y prisiones para confesar a la faz del mundo, que por ocupado mi entendimiento del error, obscurecido hasta el grado de no conocerlo, llegó a creer justa la insurrección que ha ocasionado en el reino tan grandes desgracias, desordenes y perjuicios al estado, a nuestros hermanos los europeos, a los mismos criollos y a sus inocentes familias; pero verdaderamente arrepentido de todos sus errores y delitos y deseoso de dar una pública satisfacción en desagravio de nuestro amable redentor Jesucristo, de mi madre María Santísima de Guadalupe, y de todos mis próximos y hermanos.
No puedo menos en el trance de la muerte en que me hallo que confesarlos, liberarlos, detestarlos y aborrecerlos, suplicando a todos cuantos por mi causa directa e indirectamente hubieren recibido algún perjuicio espiritual o temporal, a cuantos hallan escandalizado y reducido con mi mal ejemplo, con mis persuasiones de palabra, a cuanto e injuriado y calumniado, tanto europeos como Criollos, especialmente a los señores sacerdotes, a los santos y venerables religiosos de la santa cruz y nuestra señora del Carmen, a los señores obispos y arzobispos del señor, a los señores inquisidores, a los rectos y justos tribunales y magistrados y a todas las clases del Estado me perdonen por amor de dios y que quemen y despedacen cuantos papeles se encuentren míos y crean que la verdadera felicidad consiste en la paz y en la obediencia, sumisión y respeto a las legitimas autoridades y a las justicias establecidas por dios y por el Rey nuestro señor para mantener el buen orden...
RATIFICÁ SU REPUDIO A LA INDEPENDENCIA
El documento histórico adjunto, afirma que don Miguel de Arcos, capitán de las Milicias Provinciales de Caballería en la colonia del Nuevo Santander, en su calidad de juez fiscal, en compañía del escribano Juan Antonio del Moral, quien asentó el acta, por órdenes expresas del coronel, don Antonio Cordero, entraron a la capilla del Hospital Militar.
En ese recinto el caudillo fue interrogado acerca de la veracidad del manifiesto y le pusieron en su cara el papel y que dijera si en realidad lo redactó, si era su firma la que estaba al calce, misma que utilizaba en todos sus negocios, civiles como criminales. Lo anterior ya que había sido notariada debidamente en todos los pueblos para qué se hiciera público testimonio de la detestación que hizo y los errores en que cayó por un efecto de la humana fragilidad.
El Licenciado sintiendo la muerte que le acariciaba la espalda y ante la mirada fría de sus interrogadores afirmó sin inmutarse que todo era cierto.
Por ello se asentó la nueva acta certificada con fecha 19 de Junio de 1811 donde se estipula que: " Efectivamente es cierto todo lo relacionado por el citado papel, lo ha trabajado, lo firmó y dirigió al referido señor Gobernador, con el justo objeto de que publicándose esta sencilla, humilde, ingenua confesión se vengan a desimpresionar de los errores en que han caído.”
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Re: Mexico no es bicentenario
Documento 1. Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua entre Colombia y México de 1823.
México, 3 de octubre de 1823.
Artículo 1. La República de Colombia y la Nación Mexicana se unen, ligan y confederan desde ahora para siempre en paz y guerra para sostener con su influjo y fuerzas marítimas y terrestres en cuanto lo permitan las circunstancias, su independencia de la nación española y de cualquiera otra dominación extranjera y asegurar después de reconocida aquella, su mutua prosperidad, la mejor armonía y buena correspondencia, así entre los pueblos, súbditos y ciudadanos de ambos estados, como con las demás Potencias con quienes deben entrar en relaciones.
Artículo 2. La República de Colombia y la Nación Mexicana se prometen, por tanto, y contraen espontáneamente un pacto perpetuo de alianza intima y amistad firme y constante para su defensa común obligándose a socorrerse mutuamente y a rechazar en común todo ataque o invasión que pueda de alguna manera amenazar la seguridad de su independencia y libertad, su bien recíproco y general y su tranquilidad interior, siempre que para este último caso preceda requerimiento por uno u otro de ambos gobiernos legítimamente establecidos.
Artículo 3. A fin de concurrir a los objetos indicados en el artículo anterior, las Partes Contratantes se comprometen a auxiliarse recíprocamente con el número de fuerzas terrestres que se acuerde por convenios particulares según lo exijan las circunstancias, y mientras dure la necesidad o conveniencia de ellas.
Artículo 4. La marina nacional de ambas Partes a cualquiera que sea, estará asimismo dispuesta al cumplimiento de las precedentes estipulaciones.
Artículo 5. En los casos repentinos de mutuo auxilio ambas partes podrán obrar hostilmente con todas sus fuerzas disponibles en los territorios de la dependencia de una u otra, siempre que las circunstancias del momento no den lugar a ponerse de acuerdo ambos gobiernos. Pero la Parte que así obrase, deberá cumplir y hacer cumplir los estatutos, ordenanzas y leyes del Estado respectivo, en cuanto lo permitan las mismas circunstancias y hacer respetar y obedecer su gobierno. Los gastos que se hubiesen impedido en estas operaciones, se liquidarán por convenios separados y de abonarán un año después de la conclusión de la presente guerra.
Artículo 6. Ambas Partes Contratantes se obligan a prestar cuantos auxilios estén a su alcance a los bajeles de guerra y mercantes que llegasen a los puertos de su pertenencia por causa de avería o cualquier otro motivo y como tal podrán carenarse, repararse, hacer víveres, armarse, aumentar su armamento y sus tripulaciones hasta el estado de poder continuar sus viajes o cruceros a expensas del Estado o particulares a quienes correspondan.
Artículo 7. A fin de cortar los abusos escandalosos que puedan causar en alta mar los corsarios armados por cuenta de los particulares en perjuicio del comercio nacional y el de los neutrales, convienen ambas Partes en hacer extensiva la jurisdicción de sus juzgados o cortes marítimas a los corsarios que navegan bajo el pabellón de una y otra, y sus presas indistintamente, siempre que no puedan navegar fácilmente hasta los puertos de su procedencia o que haya indicios de haber cometido excesos contra el comercio de las naciones neutrales con quienes ambos Estados desean cultivar la mejor armonía y buena inteligencia.
Artículo 8. Ambas Partes se garantizan mutuamente la integridad de sus territorios en el mismo pie en que se hallaban antes de la presente guerra, reconociendo igualmente por partes integrantes de una y otra nación, todas las provincias que aunque gobernadas anteriormente por autoridad del todo independiente de la de los antiguos virreinatos de México y Nueva Granada se hayan convenido o se convinieran de un modo legítimo en formar un solo cuerpo de nación con ellos.
Artículo 9. La demarcación especificada de todas y cada una de las partes que componen la integridad expresada en el artículo precedente se hará por expresa declaración y mutuo reconocimiento de ambas Partes, luego que el próximo Congreso Constituyente mexicano haya decretado la Constitución de la Nación.
Artículo 10. Si por desgracia se interrumpe la tranquilidad interior en alguna parte de los Estados mencionados por hombres turbulentos, sediciosos y enemigos de los gobiernos legítimamente constituidos, por el voto de los pueblos, libre, quieta y pacíficamente expresado en virtud de sus leyes, ambas partes se comprometen solemne y formalmente a hacer causa común contra ellos auxiliándose mutuamente con cuantos medios estén en su poder hasta lograr el restablecimiento del orden y el imperio de sus leyes, en los términos y bajo las condiciones expresadas en los artículos 2o y 5o. (1)
Artículo 11. Toda persona que sublevándose hiciere armas contra uno u otro gobierno establecidos por los modos legítimos expresados en el artículo anterior y fugándose de la justicia fuese encontrada en el territorio de alguna de las Partes Contratantes será entregada y remitida a disposiciones del gobierno que tiene conocimiento del delito y en cuya jurisdicción deba ser juzgada luego que la Parte ofendida haya hecho su reclamación en forma. Los desertores de los ejércitos y fuerzas navales de una y otra Parte serán comprendidos en este artículo.
Artículo 12. Para estrechar más los vínculos que deben unir en lo venidero a ambos Estados y allanar cualquiera dificultad que pueda presentarse e interrumpir de algún modo su buena correspondencia y armonía, se formará una asamblea compuesta de dos plenipotenciarios por cada Parte en los mismos términos y con las mismas formalidades que en conformidad de los usos establecidos deben observarse para el nombramiento de los ministros de igual clase cerca de los gobiernos de las naciones extranjeras.
Artículo 13. Ambas Partes se obligan a interponer sus buenos oficios con los gobiernos de los demás Estados de la América, antes española, para entrar en este pacto de unión, liga y confederación perpetua.
Artículo 14. Luego que se haya conseguido este grande e importante objeto, se reunirá una asamblea general de los Estados americanos, compuesta de sus plenipotenciarios con el encargo de cimentar de un modo más sólido y estable las relaciones íntimas que deben existir entre todos y cada uno de ellos y que les sirva de consejo en los grandes conflictos, de punto de contacto en los peligros comunes, de fiel interprete de sus tratados públicos cuando ocurran dificultades, y de juez arbitro y conciliador en sus disputas y diferencias. (2)
Artículo 15. Siendo el Istmo de Panamá una parte integrante de Colombia, y el punto más adecuado para aquella augusta reunión, esta República se compromete gustosamente a prestar a los plenipotenciarios que compongan la asamblea de los Estados americanos, todos los auxilios que demanda la hospitalidad entre pueblos hermanos y el carácter sagrado e inviolable de sus personas.
Artículo 16. La Nación Mexicana contrae desde ahora igual obligación siempre que por los acontecimientos de la guerra o por el consentimiento de la mayoría de los Estados americanos, se reúna la expresada asamblea en el territorio de su dependencia en los mismos términos que se ha comprometido la República de Colombia en el artículo anterior, así con respecto al Istmo de Panamá como de cualquiera otro punto de su jurisdicción que se crea a propósito para este interesantísimo fin por su posición central entre los Estados del norte y del medio día de esta América, antes española.
Artículo 17. Este Pacto de unión, liga y confederación perpetua, no interrumpirá en manera alguna el ejercicio de la soberanía nacional de cada una de las Partes Contratantes, así por lo que mira a sus leyes, y el establecimiento y forma de sus gobiernos respectivos, como con respecto a sus relaciones con las demás naciones extranjeras. Pero se obligan expresa e irrevocablemente a no acceder a las demandas de indemnización, tributos o exacciones que el gobierno español pueda entablar por la pérdida de su antigua supremacía sobre estos países o cualesquiera otra nación en nombre y representación suya, ni entrar en tratado alguno con España, ni otra nación en perjuicio y menoscabo de nuestra independencia, sosteniendo en todas ocasiones y lugares sus intereses recíprocos con la dignidad y energía propias de naciones libres e independientes, amigas, hermanas y confederadas.
Artículo 18. Este Tratado de amistad, liga y confederación perpetua, será ratificado por el gobierno de la Nación Mexicana en el término de dos meses contados desde la fecha y por el de la República de Colombia tan pronto como pueda obtener el consentimiento y aprobación del Congreso, en observancia de lo dispuesto en el Artículo 18, sección 2 de la Constitución de la República.
Las ratificaciones serán canjeadas sin demora y en el término que permite la distancia que separa a ambos gobiernos.
En fe de lo cual, los mencionados plenipotenciarios han firmado esta Convención y sellado con los sellos respectivos.
Hecho en la Ciudad de México el 3 de octubre de 1823, 13 de la Independencia de Colombia y 3 de la de México.
Miguel Santa María
Lucas Alamán
Y habiendo dado cuenta al Soberano Congreso Constituyente conforme a los que proviene el artículo 15 del Reglamento de la Regencia, se sirvió aprobarlo en todos sus artículos y cláusulas, suprimiendo en el artículo segundo todo lo que comprende desde las palabras "y tranquilidad", todo el artículo décimo, la primera parte del artículo once subsistiendo la segunda sobre desertores y por último la palabra "y de Juez árbitro" del artículo catorce de dicho convenio.
En tal virtud este Tratado, con las mencionadas modificaciones será exacta y fielmente cumplido por esta Nación.
En fe de lo cual hemos hecho expedir la presente firmada de nuestra mano, sellada con el sello de la Nación y refrendada por el Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones Exteriores, en la Capital de México a dos de diciembre del año de gracia de mil ochocientos veintitrés, tercero de la Independencia y segundo de la libertad.
Vicente Guerrero.
José Mariano Michelena.
Miguel Domínguez.
Fuente:
Germán A. de la Reza. El Congreso de Panamá de 1826 y otros ensayos de integración latinoamericana del Siglo XIX. Estudio y fuentes documentales anotadas. Ediciones y Gráficos Eón. Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco. México, Primera edición: 2006, 287 pp. Documento tomado de: Acervo Histórico Genaro Estrada, Legajo 869.
Notas:
(1) Véanse las modificaciones estipuladas en los párrafos finales del Tratado.
(2) Véanse las modificaciones estipuladas en los párrafos finales del Tratado, de mayor gravedad que las anteriores por restarle a la Confederación una principal facultad.
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Fuente
https://t.co/kj17hhOgJ8?amp=1
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Re: Mexico no es bicentenario
Guadalupe Jiménez Codinach: “El maltrato a los indígenas no es de hace 500 años, es de ahora”
La académica, coautora del libro ‘La disputa del pasado. España, México y la leyenda negra’, defiende que las reformas liberales del siglo XIX inician el “peor momento para las comunidades indígenas”
Constanza Lambertucci
México - 10 ago 2021 - 11:14 CDT
https://imagenes.elpais.com/resizer/...5GMLRBINQ.jpeg
La historiadora Guadalupe Jiménez Codinach, en una imagen de archivo.Archivo Fomento Cultural Banamex
Una clase de Geografía, un mapa de América y 44 alumnas contra Guadalupe Jiménez Codinach, que en esa época no era doctora en Historia sino una joven estudiante mexicana en un Colegio de las Damas del Sagrado Corazón en Estados Unidos. Un debate: ¿es México parte de América del Norte o de América del Sur? Ganó Jiménez Codinach, que defendía lo primero. Y siguió dando batalla. Cuando empezó a trabajar en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, se indignó por la ausencia de letras ñ y tildes para el español –para otros idiomas sí que su usaban caracteres y signos ortográficos que no existían en inglés–. Creó, entonces, una serie de conferencias para difundir la cultura hispánica; su presupuesto era de cinco dólares al mes.
Como parte de esa tarea que ha sido central en sus casi 50 años de trayectoria, también ha trabajado en erradicar las “leyendas negras” contra lo hispánico. “Estamos llenos de mitos”, dice a EL PAÍS en videollamada desde San Luis Potosí. A 500 años de la caída del imperio mexica y a 200 años de la promulgación de la independencia de México, Jiménez Codinach y otros cinco intelectuales coordinados por el sociólogo español Emilio Lamo de Espinosa publican La disputa del pasado. España, México y la leyenda negra (Editorial Turner, 2021), un libro en el que buscan responder preguntas como si Latinoamérica es parte de Occidente o en qué momento empezó la “decadencia” a este lado del Atlántico.
Pregunta. ¿Qué son las “leyendas negras” que revisa el libro?
Respuesta. [El historiador] Julián Juderías usa la frase en 1914, muy mortificado al ver cuántos adjetivos negativos se habían escrito sobre la hispanidad. Como si fuera una suma de defectos: un pueblo fanático, antimodernista, violento… Por eso, los pueblos de América no habíamos progresado, porque éramos hijos de esos problemas que España nunca había resuelto. Se había forjado esa idea tan negativa de los españoles como crueles –”la conquista más cruel de la humanidad”–. Todas exageraciones y adjetivos calificativos. Pero la historia no está hecha de adjetivos, tampoco de opiniones, ni de modelos teóricos, ni de rumores. La historia tiene que ser hechos probados.
P. ¿Por qué existió esa actitud antihispánica?
R. Después de 1492, la Monarquía española va creciendo y en el siglo XVI llega a ser la potencia más fuerte. Cuando llegas a esas alturas, prepárate porque va a haber ataques. Eso no lo digo yo, lo dice sor Juana Inés de la Cruz: “Quien sobresale no puede estar sin púas que la puncen (…) ¡Infeliz altura… la altura del entendimiento es la que más atacan!”. Las otras potencias van a atacar destruyendo la imagen de esa potencia, calificando de crueldad, de opresión, de falta de humanidad todo lo que haga. Lo más triste es que esa leyenda negra también la estamos arrastrando nosotros. Por ser parte de ese legado, somos iguales: no progresamos, somos fanáticos, somos violentos, estamos tarados.
P. ¿Por qué se hizo el libro?
R. Hay un fenómeno que como historiadora me preocupa muchísimo, la desinformación, que ya existía desde el siglo XVI. Tienes que desinformar: “la conquista más cruel”, “solo les interesaba el oro y la plata”, “mataron a todos”. Y hay otro problema: el presentismo, es decir, inyectar de problemas del presente al pasado. Decir, por ejemplo, que Colón fue un criminal ecológico y cortarle la cabeza a la estatua. Pero un señor del siglo XV, ¿qué información quieres que tenga sobre ecología?
https://imagenes.elpais.com/resizer/...6MX6SWF5BE.jpg
P. El libro arranca criticando el concepto de memoria histórica. En la presentación dice que el término es “confuso y turbio”
R. Yo no lo critico. No podemos hacer historia si no tenemos memoria. Pero no es solo la memoria, porque la memoria puede estar equivocada. ¿Sabes qué es degollar a una estatua de Colón o de Cervantes? Es ignorancia y soberbia. Esas son realidades que tienen luces y sombras, y si usted no tiene suficientes conocimientos no se atreva. ¿Sabes que hacen los gobiernos? Se atreven. Con todo respeto a los gobernantes, no saben. Acaban de cambiarle el nombre a la plaza de la Noche Triste y ahora es la Noche Victoriosa. ¡Por favor! Sí es una noche triste porque hubo un enfrentamiento de raíces que son nuestras como mexicanos: europeos e indígenas murieron.
P. ¿Por qué cree que los gobiernos “se atreven”?
R.- Usan la historia como un instrumento ideológico. Estamos llenos de mitos. Cuando vi las 15 efemérides elegidas por la comisión presidencial me pregunté: ¿es que no tienen asesores? ¿Creen que pueden decir que México-Tenochtitlan se fundó en 1321? No hay ninguna prueba. ¿El 15 de septiembre? Ay, señores, ¡no pasó nada! Tengo 45 años investigando la guerra de independencia y les puedo asegurar que el 15 de septiembre estaban dormidos. ¿Por qué seguimos con la campanita de Dolores? Es una mera metáfora, no existe en la realidad. Pero hay gobiernos que inventan: como el de [Enrique] Peña Nieto, que se le ocurrió decir que el Ejército mexicano se fundó en 1913, ¿quién luchó entonces en la Guerra de Texas [1835] o en la Guerra de los Pasteles [1838]? La política crea eso, pero no tiene nada que ver con la historia, tampoco con la memoria.
P. ¿Qué pasó el 13 de agosto de 1521?
R. La ciudad de México-Tenochtitlan-Tlatelolco estaba en un lago. Hernán Cortés y sus compañeros se dan cuenta de que no va a ser un sitio normal, sino que va a ser por el agua también. Por eso, con los tlaxcatecas diseñan bergantines para atacar. La tristeza que ha de haber sido que en esa ciudad muriera tanta gente. Pero la muerte no es porque los europeos solos la hayan dado. Entre los documentos que hay se ve que estos grupos –1% europeos y 99% indígenas– se unen y atacan con mucho coraje, sobre todo los indígenas que habían sido sometidos por los mexicas. No se nos olvide que esos grupos conquistaban.
P. Después de eso, se instaura un virreinato, “un reino anexo de España”, precisa en el libro. ¿Cuál fue el lugar de los indígenas en esa sociedad?
R. Son la gran mayoría. Nos dicen que “los españoles” llegaron, los destruyeron y los acabaron. En 1810, en una población de seis millones, más de la mitad eran indígenas. No se murieron. Se mezclaron, sí, somos un pueblo muy mestizado. Pero aún mestizados había más de tres millones de indígenas. Otra cosa es que una epidemia como la viruela haya matado a mucha gente, pero eso no es culpa de los que llegaron. Como no es culpa de los venecianos que en el siglo XIII el 30% de la población de Europa se muriera de una epidemia de tifus por las ratas que llegaban en los barcos.
P. El libro sostiene que “la decadencia de América Latina no precedió a su independencia”. ¿Cuándo y cómo se crearon las sociedades desiguales en las que vivimos hoy en América Latina?
R. El peor momento para las comunidades indígenas es a partir de las reformas liberales. No culpo a los liberales de pensar así, pero estaban equivocados muchos de ellos. Más de la mitad [de la población en esa época] vivía una vida comunal. Y llega una ley, como la de desamortización [de bienes eclesiásticos] de 1856, que dice “señores, se acabó, nada de bienes comunales”. Si vas al Archivo General de la Nación, verás que en los tres siglos [de virreinato] los indígenas siempre ganaban los pleitos de tierra. Después los van a despojar. ¿Que les quisieron hacer un bien? Sí, pero fue equivocado. Es el daño que pueden causar los Gobiernos sin conocimiento de la realidad. Pero es el XIX, no le echemos la culpa al virreinato.
P. Usted dice que es necesaria una reconciliación. ¿Cómo sería esa reconciliación?
R. Hay un modo de reconciliación si dejas de lado tu ira, tu orgullo y tu resentimiento. Vamos a hablarnos: ¿qué piensas?, ¿qué quieres?, ¿por qué sientes que odias a lo hispánico?, ¿y tú por qué odias o desprecias lo indígena? En México, cuando se llegó al consenso se logró avanzar. Es lo que pasa con la independencia: 11 años de guerra civil y cuando se ponen de acuerdo logran la independencia.
P. ¿Es diferente del perdón que reclamó López Obrador al Rey de España?
R. El maltrato a los indígenas y el racismo no es de hace 500 años, es de ahora. ¿Por qué no se fija en los indígenas de hoy, de Chiapas, de Oaxaca, de Guerrero? No tienen agua, no tienen servicios médicos adecuados. En San Quintín, Baja California, los dueños de las agroindustrias que abusaban de indígenas eran políticos del PAN y del PRI. No pidas al Rey y al Papa que pidan perdón porque no había España y no había México. El primero que tiene que hacer mea culpa es el Gobierno.
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Una mujer trabaja en su telar de cintura en el municipio de Tenejapa, en Chiapas, en junio. Gladys Serrano
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Fuente
https://elpais.com/mexico/2021-08-10...-de-ahora.html
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Re: Mexico no es bicentenario
La 4T falsificando el Bicentenario (1821-2021)
Por Enrique Sada
25 septiembre, 2021
Uno de los últimos escándalos—por si fueran pocos en lo que va de este remedo de Gobierno—lo vino a presentar, del mismo modo que el AGN con varias falsas notas en los últimos tres años, una de las pocas instituciones a las que se les tenía respeto antes de la construcción disfuncional del Aeropuerto Felipe Ángeles.
En un triste espectáculo promocional la Secretaría de la Defensa Nacional se prestó para presentar una versión falsificada del Acta de Independencia, a la que sustituyeron el encabezado original—”Acta de Independencia del Imperio Mexicano, pronunciada por su Junta Soberana congregada en la Capital de él en 28 de Septiembre de 1821″—por “ de la República Mexicana”.
Si el descrédito no era suficiente, el fraude y el dolo no se detuvieron ahí pues llegaron a falsificar también en ella la firma de Vicente Guerrero—caudillo insurgente, analfabeta—quien nunca la firmó para empezar.
¿A qué se debe este afán del Gobierno federal por intentar publicar un Acta de Independencia apócrifa, apostándole al engaño y la desmemoria de los mexicanos?
Nacimos siendo un gran Imperio que abarcaba desde Oregon y las márgenes del Missisipi hasta Panamá; esto es, una Monarquía Constitucional tal como lo establecía el Plan de Iguala y hasta la bandera ideadas por el Libertador Agustín de Iturbide, razón por la que la adhesión a la Independencia fue masiva y celebrada por la gran mayoría de los mexicanos desde su proclamación el 24 de febrero de 1821: así lo dice nuestra Acta original que todavía resguarda el Archivo General de la Nación.
En este caso se evidencia no solo un engaño sino también ignorancia al pretender usar un Acta burdamente falsificada como se realizó en 1910 en el Centenario del grito de Dolores. En aquella época el régimen intentó, igual que hoy, cambiar los hechos históricos para fortalecer un discurso político, y fallaron como fallarán ahora
Sin duda una muestra más de la manipulación oficial que desde hace varias décadas hemos padecido sistemáticamente, abusando de que la gran mayoría de los mexicanos ni siquiera se detiene en cuestionar si el catecismo “oficial” de la SEP es verdad.
Algo deplorable en este Bicentenario de nuestra Independencia, tan vapuleada con la firma del T-MEC, donde la apuesta de la 4T es seguir manipulando la historia, igual como lo han hecho todos los gobiernos anteriores
Twitter: @sada_enrique
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10496&stc=1
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10497&stc=1
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Fuente
https://codigolibre.mx/2021/09/25/la...rio-1821-2021/
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Re: Mexico no es bicentenario
Así vivían los Mexicanos después de la Independencia - Sinueton
¿Sabes cómo vivía la "gente común" en México después de la Guerra de Independencia? Bueno, no fue lo que esperaban.
https://www.youtube.com/watch?v=FpUGPuUJF0w
https://www.youtube.com/watch?v=FpUGPuUJF0w
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Re: Mexico no es bicentenario
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Re: Mexico no es bicentenario
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Re: Mexico no es bicentenario
Bicentenario de la independencia de México
15/12/2021. Presentación de los libros La forja de México: los doscientos años del surgimiento de una nación política y La fractura del mundo hispánico: las secesiones americanas en su bicentenario, de Rodrigo Ruiz Velasco Barba y Manuel Andreu Gálvez (coords.), dentro del ciclo 'Bicentenario de la independencia de México'.
La fractura del mundo hispánico: Las secesiones americanas en su bicentenario
Con motivo del bicentenario de la independencia de la Nueva España, creemos muy oportuno dar a conocer una serie de estudios que, cuestionando algunas de las visiones más convencionales y sirviéndose de una verdadera reflexión crítica, contribuyan al mejor conocimiento de ese ciclo de guerras civiles que desembocaron en las secesiones hispanoamericanas. Para la presente obra colectiva convocamos a un prestigioso grupo interdisciplinario de expertos en sus campos respectivos, principalmente filósofos, juristas, politólogos e historiadores. En total, fueron aquí reunidos dieciocho colaboradores cuyos orígenes se remontan a cinco de las naciones resultantes del proceso bajo la mira (España, México, Chile, Argentina y Perú), donde hasta la fecha se desempeñan como docentes e investigadores en relevantes instituciones universitarias de España e Hispanoamérica.
La forja de México: a doscientos años del surgimiento de una nación política
Este libro ha sido el resultado de la contribución de diecisiete historiadores, filósofos y juristas internacionales que han reflexionado sobre las ideas y acontecimientos más destacados en el tránsito desde la extinta Monarquía hispánica, hasta la construcción de la nueva nación política mexicana. Aprovechando el bicentenario de dicha efeméride en este 2021, se pretende ahondar en las múltiples causas y consecuencias que supusieron el fin de una comunidad política global como fue durante tres siglos la Monarquía católica y su sustitución por el naciente Estado mexicano.
Participantes:
- José Antonio Escudero López, de las Reales Academias de Historia y Legislación.
- Alfonso Bullón de Mendoza, director del CEU de Estudios Históricos y Presidente de la Asociación Católica de Propagandistas.
- Miguel Ayuso Torre, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Pontificia de Comillas, ICADE, Madrid.
- Tomás Pérez Vejo, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México e investigador nacional mexicano del CONACYT.
- Rodrigo Ruiz Velasco Barba, Dr. en Historia y miembro del Sistema Nacional de Investigadores mexicano.
- Manuel Andreu Gálvez, doctor en Derecho y miembro del Sistema Nacional de Investigadores mexicano.
Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España (CC BY-NC-ND 3.0 ES)
https://www.youtube.com/watch?v=_ntjCBe346g
https://www.youtube.com/watch?v=_ntjCBe346g
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Re: Mexico no es bicentenario
Juan Ignacio Ramón Pérez, su origen, su familia; junto con su hermano Buenaventura Ramón Pérez, hoy los conocemos como:
LOS RAMONES (Hermanos Ramón)
La inmigración española al Virreinato de la Nueva España estuvo regulada por la “Casa de Contratación de Sevilla”, fue creada en el año 1503 por los Reyes Católicos de España para administrar todo tráfico de personas y mercancías a Las Indias (América), nadie podía ir a América sin enterar o pasar por esta Casa Real y pagar el 20% de impuestos de mercancías o producción a la Corona.
La mayoría de los colonizadores eran gente sin oficio o instrucción y que buscaban una mejor vida en el Nuevo Continente. Los colonos que llegaban al Virreinato de la Nueva España a partir del Siglo XVII (1600-1699) cambiaron radicalmente la vida en la Colonia, ya que querían adaptar su vida española en nuevas tierras; empezaron a importar alimentos, demanda de muebles, decoraciones y artículos en general, los artesanos de la Nueva España se libraban de los impuestos a la Corona.
1605, Cataluña, Reino de Aragón
No lejos de Barcelona vivía una familia modesta compuesta por el matrimonio de Santiago Ramón, su esposa Clara Rivas y tres hijos varones todos llamados Joseph. La familia Ramón Rivas se sostenía con lo que les producía el cultivo de un pequeño huerto que habían adquirido en el pueblo de San Félix, cerca de la capital.
1621, marzo 31, España
Inicia como Rey de España Felipe IV denominado “El Grande” o “El Rey Planeta”.
1624, noviembre 3
Inicia su mandato el 15° Virrey de la Nueva España Rodrigo Pacheco y Osorio, 3er. Marqués de Cerralbo.
1634, Cataluña, Reino de Aragón
El más joven de los Joseph casó con una bella joven llamada Dolores María Andera de los Ríos.
1635, Cataluña, Reino de Aragón
Joseph Ramón consciente de los deseos de su esposa Dolores María Andera de los Ríos que lo alentaba y que ambicionaba formar una pronta fortuna, se dejó arrastrar por la corriente de la época para emigrar a América, se embarcaron en el mismo buque en que venía Alonso Pérez de León (Procurador General de Cadreita, alcalde mayor y capitán de guerra), con toda su familia. Este señor, aunque hijo de españoles, había nacido y se había educado en la Ciudad de México, Virreinato de la Nueva España y luego viajó a España. Casado en Madrid con una noble señora, regresaba a su patria natal a desempeñar el cargo de Alcalde Mayor y capitán de Guerra de la Villa de San Juan Bautista de Cadreita del Nuevo Reino de León. Alonso y Joseph, durante la travesía marítima llegaron a ser muy buenos amigos, de tal manera que, para cuando desembarcaron en Veracruz, sus familias se apreciaban en extremo. Joseph, consecuente con los deseos de Alonso que le ofreció patrocinarlo, fue a establecerse en la Villa de Santiago del Saltillo.
1635, septiembre 16
Termina su mandato el 15° Virrey de la Nueva España Rodrigo Pacheco y Osorio, 3er. Marqués de Cerralbo.
1641, Villa de Santiago del Saltillo
Nace el hijo de Joseph, Diego Ramón Rivas, quien casaría en el Presidio de San Francisco de Coahuila de la Nueva Extremadura, con Feliciana Camacho.
1665, septiembre 17
Termina como Rey de España Felipe IV denominado “El Grande” o “El Rey Planeta”.
1720
De los tres hijos de Diego Ramón Rivas, José contrajo matrimonio con Josefa Hernández en el Presidio de Río Grande.
1722
Nace Ventura Ramón, hijo de José Ramón y Josefa Hernández.
1742
Ventura Ramón a sus 20 años de edad se fue a radicar a la Punta de Lampazos y ahí contrajo nupcias con Clara Pérez.
1746, Villa de la Punta de Lampazos, Nuevo Reino de León
De la unión de Ventura Ramón y Clara Pérez, nace Juan Ignacio Ramón Pérez.
1778
Juan Ignacio Ramón Pérez con el nombramiento de Capitán se casó en Lampazos, con Concepción Castaños.
1779
De la unión de Juan Ignacio Ramón y Concepción Castaños nace Manuel Ramón Castaños.
1779
Es ascendido a sargento, su carrera militar había comenzado en la Compañía Presidial de la Babia, Coahuila.
1783
Ya para este año era Alférez de la Compañía de Saltillo. De esa posición regresa a su natal Lampazos como teniente de la Compañía Volante de Caballería de Lampazos.
1784, junio 2
Fue ascendido a teniente coronel de la Compañía Volante de Caballería de Lampazos, participando en seis campañas generales contra los indios bárbaros, siendo herido en tres ocasiones.
1792
Era el encargado de la comandancia de esa importante Compañía Volante de Caballería de Lampazos.
1797, Nuevo Reino de León
Al asumir el gobernador Simón de Herrera y Leyva le nombra general y teniente de gobernador subdelegado de Lampazos.
1800
En los albores del siglo XIX Juan Ignacio Ramón pertenecía a la Segunda Compañía Veterana y teniente de gobernador subdelegado de Lampazos. El hijo de Juan Ignacio, Manuel Ramón Castaños se casa con María Monjarrás.
1803
Nace el primer hijo de la unión de Manuel Ramón Castaños y María Monjarrás, será una niña de nombre Juliana.
1807
Nace el segundo hijo de Manuel Ramón Castaños y María Monjarrás, el niño José María.
1810, septiembre
El gobernador Manuel de Santa María y Sevilla le llama para apoyar a Félix Calleja en contra del movimiento insurgente pero antes de salir a cumplir su misión, Pedro de Herrera y Leyva se adelanta por lo que se queda en Monterrey a suplirlo, así como al mismo gobernador Santa María cuando hubo de salir de la ciudad para entrevistarse con Calleja en San Luis Potosí buscando coordinación en la defensa del Nuevo Reino de León ante la embestida que se esperaba de la insurgencia. Juan Ignacio Ramón era gobernador interino, así que cuando se acercaban los insurgentes, convoca al Cabildo para exhortar al gobernador Santa María a regresar a Monterrey y asumir su responsabilidad de dirigir las acciones militares. Miguel Hidalgo envía al ingeniero en minas Mariano Jiménez a emancipar las Provincias Internas de Oriente, y sabido su objetivo, el gobernador de Coahuila, Antonio Cordero lo espera para enfrentarlo en Agua Nueva, mientras Juan Ignacio Ramón estaba apostado en Galeana, acechando el arribo de la tropa de Mariano Jiménez.
1810, noviembre 15
Cuando recibió la noticia, de que los insurgentes se habían apoderado de San Luis Potosí, Juan Ignacio Ramón convocó al ayuntamiento, acordándose llamar al gobernador Santa María, al igual que se acordó pedir ayuda económica al cabildo eclesiástico y defender las bocas del Pilón y de Santa Rosa. Para esta tarea se nombró a Domingo Narciso de Allende, pero al llegar el gobernador Santa María éste revocó el nombramiento y se lo dio a Juan Ignacio Ramón, quien marchó al sur del Nuevo Reino de León, donde mantuvo contacto con el jefe insurgente José Mariano Jiménez, quien logró convencer tanto a Ramón como al gobernador Santa María para que se incorporaran al movimiento de independencia.
1810, diciembre 20
Juan Ignacio Ramón inicia un intercambio epistolar con Mariano Jiménez en donde le cuestiona acerca de las razones del alzamiento, y le responde con folletería impresa de las causas independentistas, como independencia nacional, desaparición de las castas y la desigualdad, así como la esclavitud en todo el país. Esto impacta a Juan Ignacio Ramón, quien comunica a Santa María lo que recién acaba de saber y ambos deciden unirse al movimiento de independencia, renunciando a sus cargos.
1811, enero 7
Cuando el insurgente Mariano Jiménez estuvo en Monterrey después de la batalla de Agua Nueva, el alférez Manuel Ramón Castaños, siguiendo los pasos de su padre Juan Ignacio Ramón, abrazó la causa de la independencia.
1811, enero 26
Al entrar Mariano Jiménez a Monterrey, autorizó a Juan Ignacio Ramón para continuar como segundo en jefe, siéndole otorgado el grado de general brigadier.
1811, febrero
Ya enrolado en la insurgencia, Juan Ignacio Ramón sale con cerca de 200 hombres al Valle del Pilón, a esperar el ataque del ejército realista. Sobreviene la derrota de la batalla de Puente Calderón en donde Miguel Hidalgo e Ignacio Allende se dividen y deciden marchar al norte, por lo que mejor Juan Ignacio Ramón y Manuel de Santa María se van a Saltillo a esperarlos.
1811, marzo 17
Los jefes insurgentes Miguel Hidalgo, Mariano Abasolo, Ignacio Allende, Santa María y Juan Ignacio Ramón, parten a las norias de Acatita de Baján, en donde Ignacio Elizondo, los aprehende luego de ofrecerles una comida. Son trasladados a Monclova y de ahí a Chihuahua para juzgarlos con la encomienda de que sean sentenciados a muerte, lo cual así se realiza. A José María Ramón Mojarrás, hijo del capitán Juan Ignacio Ramón, le fue perdonada la vida y lo condenaron a más de 20 años de prisión.
1811, junio 26, Chihuahua
Juan Ignacio Ramón fue fusilado el mismo día que Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez y Santa María. Ese mismo año la Junta Gobernadora del Nuevo Reino de León confiscó y remató sus bienes tanto de Monterrey como de Lampazos. Juan Ignacio Ramón es un héroe nacional que tiene el mérito de haber sido funcionario realista y al saber las causas de la insurgencia, cambia de bando para ofrendar su vida por la independencia mexicana.
1811, julio 30, Chihuahua
Es fusilado Miguel Hidalgo, iniciador del movimiento de Independencia de México.
1915, septiembre 5
Se erigió la Villa (actual municipio) de Los Ramones, en honor de Juan Ignacio Ramón y el de su hermano el sacerdote Buenaventura Ramón.
http://hispanismo.org/attachment.php...id=10623&stc=1
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Fuente
https://www.facebook.com/photo/?fbid...41414474655559
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Re: Mexico no es bicentenario
¿Qué fue realmente la independencia de México? Entrevista al dr. Tomás Pérez Vejo
Entrevista a Tomás Pérez Vejo ¿Qué fue realmente la independencia de México? y ¿Cuál es el origen del nacionalismo?
Tomás Pérez Vejo Es Doctor en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor-investigador SNI III en el Posgrado en Historia y Etnohistoria de la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México (ENAH-INAH).
Especialista en los procesos de construcción nacional de Iberoamerica y relaciones México España.
Mira su perfil académico:
https://inah.academia.edu/TomasPerezVejo
https://www.youtube.com/watch?v=z83k3oKlBPM&t=4505s
https://www.youtube.com/watch?v=z83k3oKlBPM&t=4505s
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Re: Mexico no es bicentenario
LA BATALLA DE MEDINA (1813) - España vs la República de Texas *José E. López y F.G Campa*
El 18 de agosto de 1813, en las inmediaciones del Río Medina en San Antonio de Béjar, un puñado de valerosos españoles al mando del general Arredondo libró una decisiva batalla (la mayor de la historia de Texas) contra las tropas rebeldes de José Álvarez de Toledo y Henry Perry, formadas por filibusteros estadounidenses y desertores criollos.
Nuestro amigo José Enrique López Jiménez autor de “Gloria bajo el ardiente sol” nos rescata del olvido una batalla que en la Historia de Texas supera en el número de muertos al archifamoso El Alamo. Sin más dilación os invito a escuchar la victoria de España sobre la República de Texas
https://www.youtube.com/watch?time_continue=190&v=_ejqKXKSQX4&embeds_referring_euri=https%3A%2F%2Ftwitter.com%2F&source_ve_path=Mjg2NjY&feature=emb_logo
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Re: Mexico no es bicentenario
Vicente Guerrero ¿el gran traidor de la historia de México?
| Noticias con Francisco Zea
¡Nos mintieron en la escuela! Vicente Guerrero nunca firmó el acta de Independencia de México.
https://www.youtube.com/watch?v=16aJ5LnZFXw
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¿Vicente Guerrero hérore o traidor?
https://www.youtube.com/watch?v=prtz-f2qods
https://www.youtube.com/watch?v=prtz-f2qods