El Gran "Chauchiller"
Por: Augusto Álvarez Rodrich
A movilizarse para salvar a la PUCP del cardenal Cipriani.
La defensa institucional de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) como espacio de rigor académico, tolerancia política y respeto a formas distintas de pensar y vivir, en contra del embate de un sector político que pretende imponer una visión monocorde en la sociedad, constituye, hoy en día, un frente crucial de la batalla por el establecimiento de una sociedad digna, plural y democrática.
La PUCP y el Arzobispado de Lima han esgrimido sus argumentos en el pleito jurídico. El cardenal Juan Luis Cipriani defiende su participación activa como ‘Gran Canciller’ para garantizar los valores católicos en la universidad. La PUCP, por su parte, sostiene que la universidad le pertenece a su propia comunidad y que no es propiedad de la Iglesia Católica. Que se rige, además, por la ley universitaria peruana según el acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú, lo cual implica que al rector lo elige la asamblea universitaria y no el arzobispo.
Los argumentos jurídicos son, sin duda, relevantes, pero el terreno legal es solo un parte de esta historia que no es, en modo alguno, la más importante pues acá estamos ante un embate político. Sin ello, es imposible entender lo que está pasando.
Lo que está en marcha es un operativo en donde el cardenal Cipriani es uno de los protagonistas de un ataque orquestado por un sector conservador que se expresa en la política peruana desde hace algunos años con el fin de aplastar a una institución que, por sus fundamentos democráticos, visión plural, tolerancia, y prestigio, constituye un obstáculo para sus fines.
La trayectoria del cardenal lo invalida para convertirse, como ‘Gran Canciller’, en la figura decisiva en la PUCP, simplemente porque él significaría la destrucción de lo que es hoy en día esta universidad. Cipriani usa –y abusa– de su posición religiosa como biombo para una indudable actuación política al servicio de sectores dogmáticos, arrogantes e intolerantes.
Gracias al respaldo político y la capacidad de maniobra en el terreno judicial que el ex presidente Alan García le dio a Cipriani, este ha venido avanzando durante los últimos años.
Por la democracia, el establecimiento de un país digno, y el respeto al derecho de las personas a decidir sobre sus propias vidas, la sociedad debe salir a rechazar el objetivo dogmático, oscurantista y prepotente que motiva al cardenal Cipriani.
Esto debe realizarse a través de manifestaciones públicas, comunicados y otras acciones que sean tan respetuosas como enérgicas, por parte de estudiantes de la PUCP y otras universidades, de sus ex alumnos y de quienes no siendo –como este periodista– ni ex alumno ni profesor, reconocemos en ella a una entidad valiosa y prestigiosa para el Perú que hoy está, por culpa del cardenal Cipriani, en serio riesgo de ser destruida. ¿No tiene la PUCP una Camila Vallejo que salga al frente ya?
La República. Mapa de Sitio
Bién , como era de esperarse la respuesta no se hizo esperar al comunista Judio , Alvarez Rodrich ; he aquí la buena respuesta que da la periodista Cecilia Valenzuela :
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