“…el Patronato Real de las Indias covertía al Emperador cristiano en patrón y reformador de la Iglesia universal. A los Reyes Católicos les fueron concedidas las bulas papales, pero fue en realidad Carlos V quien inauguró el nuevo orden político… El Patronato Real concedido a los Reyes Católicos por los Papas Alejandro VI y Julio II convertía al emperador hispano en la nueva cabeza de la Iglesia, corroborando así el sentido profético y mesiánico de la casa de Austria española.”Ramón Mujica PinillaUno de los descubrimientos más notables y más gratos -al menos para mí- de mi última gira sudamericana ha sido una popular advocación continental (presente en Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Uruguay, etc.) de la Virgen María, extendida inclusive a España, particularmente en Cádiz donde poseía un Santuario: La Virgen de la Merced la Peregrina de Quito, que a pesar de su nombre es prácticamente desconocida en Quito… La descubrí o ella me descubrió en el Altó Perú (la actual triste, traicionado y olvidada Bolivia, corazón de la América del Sur y bastión artístico de la iconografía imperial gibelina sudamericana) mientras recorría un antiguo palacete imperial paceño, que tanto contrasta con el degenerado exterior de esta llamada ciudad de La Paz, aunque más parece de La Guerra. La Paz es uno de los lugares donde uno más puede caer en cuenta de lo espantoso de la llamada “independencia” y de todas su atroces consecuencias. Sí… son los contrastes entre las maravillas de su pasado hispánico… con el ahora convertido en un infierno indigenista. Basta comparar la arquitectura de esos edificios fabulosos de otros tiempos con la arquitectura de nuestros días para ver la decadencia en la que nos encontramos… por dentro es hermoso, por fuera todo horrendo… y La Paz era así en su conjunto: ¡Bella! La mayoría de edificios de esa época los demolieron ¡Lugares sacros echados al piso! Y ni siquiera es como en Buenos Aires que los reemplazaron con algo medio interesante sino con mero desorden y caos estético y espiritual por tanto. Sobre esto bien dijo mi hermano y fiel compañero de viaje Santiago: “La decadencia espiritual del hombre se demuestra de manera física tanto como en la arquitectura como en la apariencia física de uno y hasta en el sentido estético, todo eso se perdió, ahora nadie entiende el sentido de alma, cuerpo y espíritu. Ahora todos son diferentes matices del gris vacío y frívolo.” Desde el establecimiento de los mercedarios en Quito, el Emperador Carlos V en acto de devoción obsequió al pueblo quiteño una escultura en madera de la Virgen de la Merced, depositada en la Capilla de San Juan de Letrán, hasta que fuera enviada en peregrinación por América -a inicios del siglo XVIII –para las búsquedas de limosnas destinadas para su templo (La Peregrina había viajado incansablemente por el continente y España, recaudando donaciones para levantar el convento de El Tejar de acuerdo a otra fuente). El último viaje recorrido fue a España entre los años 1733 a 1736. La Virgen de la Merced la Peregrina de Quito, una imagen imperial y regia, curiosamente fue adoptada ya sin el mote de La Peregrina de Quito y en tiempos turbulentos y subversivos como los fueron los de la “independencia”, por Antonio José de Sucre como Patrona de su ejército; posteriormente por este medio y debido al triunfo de Gabriel García Moreno sobre los traidores aliados al Perú de Ramón Castilla en la Batalla de Guayaquil el 24 de septiembre de 1860 -fiesta de la Merced ¿Coincidentemente?-, se convirtió en Patrona de las Fuerzas Armadas del Ecuador, además de ser Patrona de la ciudad de Quito. Exhibo a continuación una imagen pictórica de la escuela alto-peruana, de las varias representaciones basadas en la escultura original. Al día de hoy lamentablemente no se tiene registro de donde pueda reposar la imagen original sí es que aún existe: Nuestra Señora De La Merced La Peregrina De Quito
Por Francisco Núñez Proaño
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