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Tema: Biografía masónica de San Martín

  1. #21
    Avatar de Ordóñez
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    -Juan, de verdad que no hay mayor ciego que el que no quiere ver. No es que no quiera entender mi ejemplo, es que no quiere entender que San Martín se definió claramente a sí mismo como liberal y que consideraba hermanos a todos los que profesaban tal falso credo. Y ahí pocas salidas de contexto hay. Como que un católico del siglo XIX le diga a su hija "respeto por todas las religiones". Si esto nos escandalizaría hasta hoy.... Aparte que sus tropas empuñaron el estandarte del gorro frigio desde la Argentina al Perú.

    Por cierto, sobre el antiborbonismo de la leyenda rosa austracista que tanto se da en el separatismo mitológico (Algo escribí sobre eso), no veo que ningún nacionalista se queje de cómo los Borbones desgajaron el Virreinato del Perú para crear el Virreinato del Río de la Plata y anexarle por las buenas el Alto Perú, luego llamado Bolivia, quizá como perenne y nefasto recordatorio. Sin duda que ese estado fallido merece llamarse así.

    En cuanto a la "política religiosa" de San Martín, en nada difiere de lo emanado de las nefastas Cortes de Cádiz o de que lo que defendieron los liberales conservadores españoles hasta el siglo XX. Fue la misma que defendió Bolívar casi en su lecho de muerte, ya bien arrepentido de arar en el mar.

    Y repito: Ni todos los masones ni todos los liberales tienen por qué estar siempre de acuerdo, de hecho se han combatido a muerte entre ellos. Pero eso no quiere decir nada. No me interesa tanto la "regularidad" de San Martín como sí su pertenencia a una logia antihispánica por su mismo nombre pseudo-indigenista y por cómo sirvió a los intereses masónicos, especialmente británicos.

    -La putrefacción de la corte española no fue ninguna excusa. La excusa fue aprovechar la invasión napoleónica para algo que estaba premeditado de hacía tiempo, con la ayuda de los idealizados jesuitas. Por más corrupta que sea la España actual no hay por qué hacer que Cataluña se separe, que fue lo que se hizo en esa época contra la voluntad de muchísimos hispanoamericanos que han pasado a la historia insultados y vilipendiados.

    No me cuesta reconocer la putrefacción de la corte, ni las implicaciones revolucionarias de muchos españoles que de hecho tomaron nuestra América como su laboratorio. Maldita sea su nefasta memoria. Pero lo que les cuesta reconocer a muchos, y parece que vd. también, es el fracaso absoluto de esta empresa imposible, cuyos efectos nos atenazan hasta hoy en día a todos los hispanos en mayor o menor medida.

    Yo no ironizo desde un monitor. Por la contra ensalzo la bravura del Taita Boves, de los Pincheira, de los iquichanos de Antonio Navala Huachaca, del asesinado virrey Liniers y de tantos otros que han pasado a la historia como vulgares asesinos y que de hecho siguen siendo insultados por los sanmartinianos. Gentes que no contaron con oficiales ni dineros británicos como sí contaron Bolívar y San Martín, no contaron siquiera ni con ayuda de la Península, cuya oficialidad desbarató su lucha. A esa gente exalto. Y sí, San Martín fue un español traidor a su ejército, a su rey y a su patria. Como tantos otros. Esto es obvio. Y los resultados posteriores propiciados por San Martín, con las republiquetas americanas divididas y en "libre comercio" con la Pérfida Albión, otro hecho que por lo visto no quiere vd. ver. Y por favor, deje de usar los antiborbonismos y Fernando VII y eso como hacen los nacionalistas, que esa vaina ya me la sé. Es más, ahí no estamos en desacuerdo.

    No niego que el mitificado fuera un gran militar, ni que fuera bravo, ni nada de eso. Simplemente digo que fracasó, que fue arrinconado y que la independencia de América no fue más que una durísima guerra civil hispánica de la que se beneficiaron (Y benefician otros), y que San Martín, que apenas llega a conservador, luchó para que esto así pasara, lo mismo que por, ponerle un ejemplo, Franco puso todas las bases para que España esté como esté, por más que los franquistas mitológicos se empecinen en lo contrario.

    Tampoco niego su "criollismo"; lo que sí niego es el criollismo de muchos que van de sanmartinianos y que de hechos se sienten víctimas de la "arrogancia peninsular histórica que propició la independencia", y a eso me refería luego con los chistes de gallegos y etc.


    Por supuesto que con unas tapas, maestro y amigo, porque vd. siempre será bienvenido por la buena gente, pero España, desgraciadamente, acaso está agotando la última fase de este nefasto proceso revolucionario que, como vd. bien dice, se inició en su propio solar. Y como bien dice el colombiano Pablo Victoria, uno de los procesos lógicos de la independencia es el indigenismo (Alentado y hasta financiado desde España), y a quien antes afectará es a los criollos.

  2. #22
    Avatar de juan vergara
    juan vergara está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Estimado Ordoñez:
    El general San Martín fue educado en la España Liberal, absolutista, afrancesada, y con una lamentable miopía hacia Hispanoamérica, que trajo las consecuencias que sabemos.
    Lo de la "putrefacción", que reconoces, no es una "escusa", es algo vital.
    Por lo que veo sigues minimizando la "Putrefacción", tal vez porque no la has padecido.
    De modo que salio liberal porque así lo educaron, era la época, eran los signos de esos tiempos.
    Vaya entonces con la novedad!
    Pero San Martin (el de carne y hueso, con sus errores y sus virtudes), advirtió y padeció a los liberales, que lo persiguieron, lo quisieron eliminar, y lo obligaron finalmente a desterrarse.
    Era monárquico, (no absolutista), y esto tampoco estaba bien visto por muchos "influyentes".
    Te equivocas cuando la atribuyes propiciar "republiquetas", ello demuestra que desconoces el pensamiento político de San Martin.
    No he puesto en duda que San Martín admiraba a Inglaterra, y tuviera relación con políticos ingleses, eso tambien le viene de España, y allí los conoció.
    Por otra parte la Madre Patria estaba lamentablemente aliada a Inglaterra con todo lo que ello supone.
    Pues bien esos son hechos históricos que no se pueden cambiar aunque no nos gusten.
    Recuerdo que la hermana de Fernando VII, cuando Portugal traslado su corte, se instalo en Brasil, y la alianza de Portugal con Inglaterra es mas que evidente...
    Es decir que Carlota fungía para los Ingleses y por supuesto tambien para sus propios intereses.
    No podemos estudiar la historia con voluntarimos, ni como nos parece que debió ser, pero no fue.
    Ni pensar en inexistentes sociedades "doradas".
    Como pretendes que no vamos a estar de acuerdo con Carlos III, cuando nos dio el necesario y justiciero
    Virreinato?
    Ni que fuéramos tontos o comiéramos vidrio...
    Gracias a Dios que la vida no es blanco o negro, ni la historia debiera ser examinada maniqueamente.
    No me considero incluido dentro de los "sanmartinianos"
    Me has etiquetado, como "idolatra", "adorador de San Martín", mitificador", "nacional-católico", "ciego que no quiero ver", "anti borbónico" y demás motes, que blandes como garrotes.
    Como dije para nada me ofendo, simplemente aclaro que no me veo encuadrado en las situaciones que me imputas.
    La empresa de la independencia no fue "imposible", porque se concreto.
    En lo tocante a que las consecuencias fueron lamentables para Hispanoamérica y para España, lo admito, pero entiendo que esto pudo evitarse, si España hubiese aceptado la propuesta de San Martín.
    Pondera lo que sucedió con Inglaterra y las Independencia de EEUU?
    Los los Ingleses en lugar de prolongar por años la guerra civil, consedieron la independencia y de este modo obtuvieron una alianza y hermandad que perdura hasta el presente.
    Ante el hecho consumado, la genialidad política estaba en esa PAX.
    Que terminara con la guerra civil, con la matanza entre hermanos, en los que de ambos bando hubo violencias indebidas, y crueldades innecesaria, que la paz fuera con todos los honores para los Españoles, los que no serían considerados vencidos, cada parte reintegraría los bienes, restablecerían los derechos, propiedades, y demás cosas que se tenían antes de la guerra, etc.
    Esta era la política y propuesta de San Martín, no fue aceptada por los liberales de uno y otro lado , ni por los masones, tambien de uno y otro lado.
    Pero especialmente no fue aceptada por Londres, que con su habilidad de siempre, dividía para reinar.
    Allí esta el drama de Guayaquil, lo demás...es sanata.
    Exacerbación de los ánimos, revolver desperdicios, todo al cuete.
    Todo para seguir blandiendo garrotes, (del lado que sea), en beneficio exclusivo de los que ya sabemos...
    Pues como dije a ese jueguito no me presto...
    Varias veces te has quejado por los "chistes de gallegos", un poco de humor en la vida no viene mal, soy descendiente -por una de las ramas de gallegos- y no me siento ofendido por ello, que va!
    Ni que decir la gracia que me hacen los chites de Argentinos que vienen de España, que por cierto suelen ser muy buenos e ingeniosos.
    Otra aclaración, como soy tildado de "sanmartiniano" y a su vez a estos se los acusa de estar contra Don Santiago de Liniers, dejo sentado que además de ser un admirador de ese verdadero Caballero de lo Orden de Malta, he dado conferencias honrando su memoria y la gloriosa actuación que le cupo en nuestra Patria.
    Comparto lo de las tapas!!!
    Sería bueno verte si te haces alguna escapada, ahora que estas más cerca.
    Cordiales saludos.
    Última edición por juan vergara; 28/09/2012 a las 10:01

  3. #23
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Y bueno Juan, por ahora aquí ya me quedo. Porque a raíz de las piruetas para con el liberalismo de San Martín.... El hecho de que fuera educado en España nada justifica. Otros muchos fueron allí educados y nunca se definieron liberales. San Martín sí, y amén de definirse liberal, empuñó a conciencia el gorro frigio. Es un hecho que abandonó su ejército para separar una parte integrante de su patria, por lo cual lo convierte en traidor.

    Por cierto que la putrefacción de la corte no minimiza a las muy putrefactas, repelentes, clasistas y racistas oligarquías criollas, cuyo asqueroso carácter hasta hoy permanece, con profundo desprecio a los peninsulares, porque como tantos otros separatistas quieren que América sea otra cosa. El ladrón Nariño es un ejemplo de los muchos que podríamos exponer. Y no fue la causa de la independencia, que venía de atrás. La corte de Felipe IV no era menos putrefacta pero en aquella época no hubo un Napoleón ni unas oligarquías tan formadas para empujar y aliarse con el imperio bitánico.

    No digo que vd. sea todos esos apelativos, Juan. Lo que digo es que son tics propios del nacionalismo y que sin duda, sin caer vd. tanto en ciertos tópicos, también los usa.

    Cánovas del Castillo fue muerto por un anarquista al servicio de la masonería, pero eso no le hace que fuera "antiliberal", repito, es ilógico. A San Martín no es que lo persiguieran los liberales, porque él era liberal, liberal conservador, probablemente hubiera sido un orleanista en Europa, pero liberal al fin y al cabo; es que entre los liberales también tienen conflictos. Y eso no le hace menos liberal, por más que Carlota Joaquina y etc. fueran aliados de Inglaterra. Que España hoy esté hecha unos zorros no me autoriza a querer separar una parte integrante de ella. Que Juan Carlos sea un hijo de perra no me autoriza para hacerme republicano. Pues eso fue lo que pensaron, en base a la doctrina de la soberanía nacional, los derechos del hombre y la simbología del gorro frigio, mezclado con el resentimiento alentado por los jesuitas. Nada bueno podía salir de ahí, como de hecho nada bueno salió.

    No me siento especialmente ofendido por los chistes de gallegos, pero lo cierto es que el nacionalismo sanmartiniano esgrime el mito ridículo de la discriminación y el supuesto mal trato a los criollos como justificación para el separatismo. Pablo Victoria, entre otros muchos, desmonta esto, y en verdad es muy fácil.

    La empresa de la independencia de hecho sí que se concretó, en no sé cuántas repúblicas que todas, sin excepción, firmaron un tratado de libre comercio con Gran Bretaña. Ciertamente los británicos usaron el divide y vencerás y le salió bien, era el Wellington que decía solidarizarse con España mientras le mandaba tropas a Bolívar. Pero eso no justifica ni a Carlota Joaquina ni a San Martín. Ni justifica su sueldazo de protector del Perú, dato que los idólatras omiten.

    Por otra parte, la hermandad de los ingleses y los yanquis es relativamente recientes, estuvieron enfrentados buena parte del siglo XIX.


    Las independencias americanas, así como las Cortes de Cádiz, se basan en pobres mitos que han durado demasiado, y que han negado el pan y la sal de la memoria a los muchos americanos que se opusieron a ellas. El catolicismo de San Martín apenas llega a conservador. Su obra política fue nefasta, fracasando en su propio proyecto (Digo, la monarquía mismamente, que no se llevó a cabo) y haciendo el trabajo sucio para que la Revolución y los intereses británicos terminaran de triunfar. Fue el gran experimento de la Revolución y San Martín lo empujó con sus armas, queriendo hacer del continente un refugio para sus hermanos liberales y quedando arrinconado por revolucionarios más consistentes y coherentes que él, que mire por donde también murieron arrepentidos, como el mismísimo Miranda, el prócer de los próceres, que como Nariño, era aficionado a lo ajeno.


    Por supuesto, veo que el nacionalismo no es objetivo y ahí le sale el exaltar a Carlos III si hace falta por crear un virreinato, que en verdad nada tiene que ver con la posterior república argentina. Ya ahí los Borbones no son tan demonios, je.... Tiene su gracia.... Con todo, por esa razón, entonces los peruanos deberían haber sido todos rabiosos separatistas, y fue todo lo contrario. Aunque su primer presidente de la república, un marqués, se cambió de bando no sé cuántas veces. Así como en Venezuela las revueltas fueron encabezadas por la oligarquía mantuana y el marqués del Toro. Como bien sabe, nada distinto a la putrefacta corte fernandina. Por supuesto que no podemos estudiar la historia con voluntarismos, con fórmulas de "si estuvieran los Reyes Católicos yo sería monárquico" (Que esgrimen muchos), ni en épocas doradas. Justo se trata de desmitificar al cabo de ¡¡¡2 siglos!!! estas mitificaciones de ¿¿¿libertadores??? (Claro, porque antes se vivía en la opresión... Y lógicamente, se acaba cayendo en la leyenda negra) y dar por fin el sitio histórico que por justicia corresponde a otros muchos que, sin ser absolutistas ni ningún calificativo tópico-típico, quisieron seguir siendo españoles.


    Cierto es que la historia no tiene vuelta de hoja y bueno, yo soy de los que opina que ojalá Carlos III le hubiera hecho caso al conde de Aranda en la que probablemente fue la única idea buena de su vida y así se hubiera formado una especie de Commonwealth hispánica, y nos hubiéramos ahorrado tanta sangre y tanto desentendimiento y tanto dolor entre hermanos para beneficios de extraños. Pero ciertamente, los hechos de las Guerras Civiles Hispanoamericanas apenas empiezan a revisarse después de 200 años de mentiras, y en verdad la mitología no es la "mía", sino la "otra". La "independencia" sí que fue una utopía sangrienta llena de estados fallidos y nacionalismos imposibles cuyo fracaso se está pagando hasta hoy, lo mismo que en España se está pagando la misma onda expansiva. Como le digo, nada de volver al pasado ni empolvarse la nariz, pero tampoco nada de idolatrar a lo pagano a los de siempre. (Fíjese que en Colombia las mujeres tenían que entrar tapadas para visitar el mausoleo de Bolívar. Todavía estoy esperando la protesta nacionalista contra hechos como éste.... Objetividad y esas cosas...)

    En cuanto a las reivindicaciones masónicas, a ver cuándo algún día les da por reinvidicar no digo ya a Cathelineau o a Zumalacárregui, sino a Vicente Benavides, por decir.... Fíjense que ni reivindican a Morillo, Espartero, Maroto, y tantos malnacidos que le hicieron el trabajo sucio en América para luego terminar de reventar la Península. Ellos lo tienen claro.... Como lo tuvo claro San Martín, definiéndose a sí mismo, a pesar de que otros quieran escorarlo hacia según qué lado.

    Ojalá, Dios mediante, en un futuro no muy lejano pueda conocer la Argentina, esa tierra por la que siento auténtica predilección. Aunque vd. y yo nos podemos ciscar en Fernando VII y compañía con razones y verdades de sobra, yo no podría expresar allá muchas verdades sobre San Martín porque podría ir hasta preso, y eso lo aplaudiría desde la extrema derecha a la extrema izquierda. Tal es el consenso sobre la figura en cuestión. Casi igual pasa en España, donde cuenta con estatuas a tutiplén pagadas con el dinero público.

    En Cristo Rey.
    Última edición por Ordóñez; 29/09/2012 a las 06:37

  4. #24
    Avatar de juan vergara
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Estimado Ordóñez, aquí va una a tu favor:
    Me ocurrió anteayer, encontrándose en casa una niña de ocho años, me pregunta por San Martín, porque en su colegio iban a tomarle una prueba al día siguiente sobre ese tema.
    Le trato de explicarle los hechos más relevantes y de pronto me pregunta, "pero contra quien peleaba San Martín", mi respuesta fue que pretendía la independencia y como Fernando VII y quienes lo representaban, no estaba de acuerdo, se produjo un enfrentamiento armado, es decir una guerra.
    Se produjo un silencio, y la niña vuelve a preguntar, "pero como si era español peleaba contra españoles?"
    Bueno, le digo yo, hubo una serie de circunstancias históricas -que seria largo de explicarte ahora-, por los cuales San Martin entedio que debía ponerse al mando de las luchas que se estaban librando en el Virreinato del Río de la Plata en aquellos tiempos.
    Otro silencio y la niña me dice: "Pero es como si yo me voy de mi colegio a otro y después con mi nuevo colegio, ataco al que me fui. Eso no esta bien"...
    Cordiales saludos.
    Última edición por juan vergara; 29/09/2012 a las 22:03
    Erasmus, Christabel y CLAMOR dieron el Víctor.

  5. #25
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    ¡¡Vaya!! O como dicen los colombianos, ¡vea, pues!

  6. #26
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Parece que la polémica recién empieza, ahora encontré el siguiente estudio crítico sobre San Martín en el blog de la Agrupación Patriótica Aurora*:


    ALGUNAS DISONANCIAS RESPECTO A JOSE DE SAN MARTIN (PARTE I), POR GABRIEL O. TURONE


    Un premio del que pocos hablan, el que le otorgó una logia masónica de Bélgica a José de San Martín en 1825.


    El general José de San Martín vio cumplida su obra recién con la tranquilidad que le otorgó Juan Manuel de Rosas a la Confederación Argentina por 1849/1850, bienio en el cual el Restaurador (para mí, el único Padre de la Patria existente con pruebas de rectitud insuperables) logró, merced a la idoneidad de sus funcionarios y de él mismo, forzar sendos tratados de paz con las potencias imperiales de Gran Bretaña y Francia, respectivamente, con saldos favorables para nosotros. En el orden interno, San Martín se congració con Rosas al observar, desde la distancia, que el bando anárquico y destructivo de los unitarios ya había sido herido de muerte prácticamente en 1842. Sin embargo, antes de la defensa soberana que hiciera Rosas de la patria, San Martín no había obtenido muchos logros que digamos.

    Se habla con ánimo de hartazgo y no poco de cliché de su obra libertadora en Chile, Perú y la Argentina, no teniéndose en cuenta algunos detalles que fueron pasados por alto, por empezar, su misterioso abandono del ejército español –al cual servía- para pasar raudamente a Londres, Inglaterra; venir desde dicho centro de poder mundial hasta América y emprender, acto seguido, sus batallas por los países nombrados, para, ya finalmente, retirarse ensombrecido a Europa no tanto por un acto de grandeza y desprendimiento sino, más bien, por intereses de poder que desdecían las noblezas principiantes que lo habían supuestamente movilizado.

    Las sombras han seguido en su paso por el Viejo Mundo a San Martín, tal como lo demuestra el párrafo siguiente de una carta que le dirigió a su amigo el general Tomás Guido, el 1 de Agosto de 1834, desde París, en donde le dice: “…Ya es tiempo de dejarnos de teorías que 24 años de experiencia no han producido más que calamidades…”. ¿Por qué habría de decir esto San Martín? ¿Cuál fue o dónde estuvo la falla de sus campañas libertadoras? Volvemos a decirlo: la satisfacción de José de San Martín estuvo representada por la obra magna del gobernador Juan Manuel de Rosas tiempo más tarde, no antes.

    San Martín tuvo amigos de muy dudosa procedencia, como por ejemplo Alejandro María de Aguado, mayor del Ejército Español y compañero de aquél cuando prestaba servicios en la península ibérica. Era el amigo de San Martín miembro de la Masonería y, por lo mismo, cultor de Hiram[1]. Mencionado en su tiempo como de ascendencia sefardí, Aguado se mantuvo leal al ejército de España hasta la vil invasión napoleónica de 1808, ocasión que le permitió traicionar a su patria para pasarse al bando francés, donde combatió como un encarnizado ateo y jacobino (no olvidemos que las campañas de Napoleón Bonaparte tuvieron como finalidad la consolidación e institucionalización de lo acontecido en julio de 1789). Pese a tan indignante pasado, José de San Martín nombrará a Alejandro María de Aguado, años más tarde, como su albacea y tutor de sus hijos, de acuerdo a su Testamento.

    Otro gran amigo del “Libertador” fue el coronel Rafael de Riego. Como sucediera con Aguado, De Riego también traicionaría por la espalda a su patria, España, merced a su filiación masónica y a los aceitados contactos que mantuvo con personeros del Gran Oriente de Francia, por entonces dominador absoluto de las logias masónicas europeas continentales en connivencia con la Gran Logia Unida de Inglaterra.

    Rafael de Riego actuó y contribuyó con posterioridad al debilitamiento definitivo de la España monárquica: se alzó en armas en una localidad llamada Cabezas de San Juan el 1° de enero de 1820, con una miserable finalidad: la de “mantener al monarca (Fernando VII) como un muñeco de ventrílocuo mientras permanecía prisionero en su palacio de Madrid y rodeado por una turba de masones. El papel de Riego era anular a Fernando (VII) y esterilizar a sus fieles, mientras se debilitaban los ejércitos de ultramar al ponerlos en manos de masones, llegándose al extremo de mantener “talleres” y logias en los barcos que llevaban a América oficiales de comando para reducir a los insurgentes”[2]. Esto así lo certifica, entre otros, el delincuente general Tomás de Iriarte en sus Memorias.

    No es mentira que España ya estaba en sus últimas hacia 1820, por cuanto hago constar que en ese mismo año las islas Malvinas, antigua posesión de ultramar española, pasaron a manos de la República Argentina en razón de que los peninsulares ya no podían aguantar el artero ataque británico a través de sus masónicos agentes, teniendo que abandonarlas sin ton ni son. El primer desembarco argentino en Malvinas tendrá lugar, de hecho, el 6 de noviembre de 1820.

    ABANDONO Y PASE A INGLATERRA

    San Martín, decimos, no fue ajeno a lo que han hecho sus amigos Aguado y Riego, porque si volvemos sobre sus pasos, el “Libertador” también traicionó a España al ponerse a jugar con la potencia que deseaba su destrucción: Inglaterra.

    Mediante un ardid consistente en que debía viajar al Perú para atender asuntos familiares, en pleno asedio de las tropas de Napoleón Bonaparte a España, José de San Martín se embarca secretamente para Inglaterra vía Portugal, donde permanecerá unos cuantos meses para “instruirse”. España mientras tanto se desangraba y perdía su influencia en el mundo. Es decir, San Martín faltó a su palabra, por cuanto había escrito a sus jefes militares españoles, antes de fugarse, que por sus “veinte años de honrados servicios” pedía su baja con goce de fueros y uso de uniforme. Al decir que viajaba a Perú para la atención de cuestiones familiares, San Martín incurrió en la violación descarada de su declaración para así poder obtener la baja del ejército español. Poca moral, añado. Aguado, De Riego y San Martín, una trilogía que entendió cómo traicionar a España, y encima con uniforme español.

    Ahora, ¿quién reclutó a San Martín para que viaje a Londres para luego lanzarse insurgentemente en América? Se señala a un coronel y agente del Foreign Office británico llamado Lord James Duff, 4to. Conde de Fife.[3]

    Indudablemente, que en Londres se pergeña lo que luego daría en llamarse “La Máscara de Fernando”, que no fue otra cosa que el empleo de personalidades nacidas en continente americano quienes, tras recibir “instrucciones”, debían proclamar, en tiempos acuciantes y desgraciados, la “adhesión al monarca Fernando VII” (en supuesta lealtad a España) pero que, solapadamente, lo que se convenía era el total dominio financiero y masónico anglosajón en América. Y así como en su confección hubo “patriotas americanos”, también hubo “curas patriotas” (apóstatas de la peor calaña) que fueron cooptados desde todos los puntos cardinales del antiguo Virreinato del Río de la Plata y alrededores para servir en el mismo sentido, a saber: Deán Gregorio Funes, Pedro Ignacio Castro Barros, Servando Teresa de Mier, Cayetano Rodríguez, Manuel Maximiliano Alberti, etc., etc.


    Provincias Unidas del Río de la Plata o Argentina hacia 1816: indios, caudillos federales, ejércitos, godos y portugueses.

    Consecuencia inmediata de “La Máscara de Fernando” fueron los levantamientos del Alto Perú y Quito, en 1809, y los de Buenos Aires, Caracas y México en 1810. Con esos antecedentes puestos de manifiesto, llegaba el tiempo de los experimentados militares americanos para consolidar la estrategia largamente elucubrada en Inglaterra. En 1812, José de San Martín emprende la única batalla (que en realidad fue escaramuza) en suelo argentino: la de San Lorenzo, de apenas un puñado de minutos de duración. Luego, marcharía hacia Chile y finalmente al Perú.

    Un personaje siniestro, Lord Strangford, de lo más granado del servicio secreto inglés asentado en Río de Janeiro (ciudad donde ofició de embajador de Su Majestad Británica), fue la voz cantante en el Río de la Plata de “La Máscara de Fernando”, por cuanto así se lo hizo saber a los sirvientes que conformaron la Primera Junta de Gobierno de Mayo de 1810 (Revolución de Mayo). Ni bien tomó el poder la Junta en Buenos Aires, Strangford les comunica que Inglaterra no le había permitido a él todavía expresarse sobre el asunto, por cuanto manifiesta “…me ha sido sumamente satisfactorio imponerme de la moderación con que se han conducido Uds. en este arduo asunto, no menos que los heroicos sentimientos de lealtad y amor con su Soberano…”. ¿Por qué un agente inglés como Lord Strangford habría de felicitar a los miembros de la Primera Junta por mantenerse “leales” al Rey de España Fernando VII? Ahí radica el ardid de “La Máscara de Fernando” que los ingleses impusieron en toda América Hispana. Y en otra carta de la nutrida correspondencia Strangford-Primera Junta, el embajador inglés desea mantener la más absoluta cautela sobre los pasos a seguir, para que nadie desentrañe la mentira de Mayo de 1810:

    “…Uds. pueden descansar (en la seguridad de que) no serán incomodados de modo alguno siempre que la conducta de esa capital (Buenos Aires) sea CONSECUENTE Y SE CONSERVE a nombre del Señor Don Fernando VII y sus legítimos sucesores…”. Luego, agregaba con mucho de cinismo Strangford: “…la buena causa que sostienen y la seguridad con que debe contar el rey Don Fernando VII en que, AUNQUE PERDIDA LA ESPAÑA TODA, existen en esa parte de América héroes que defienden enérgicamente sus derechos y los de la monarquía española…”.[4]

    De aquí en más, limitaré este ensayo a hablar sobre el rol que le cupo a San Martín una vez vuelto a América en el navío “George Canning”. Antes, quise contextualizar cómo se fue preparando el terreno para su llegada –y la de los demás que vinieron con él-, y en qué estado se encontraba España al momento en que el “Libertador” la deja librada a su suerte en medio de la invasión napoleónica.

    AISLAMIENTO Y ENTREGA DE LA BANDA ORIENTAL

    A poco de andar la Revolución de Mayo de 1810, Inglaterra comete una de sus más grandes tretas, retirándole tácticamente su apoyo a la Primera Junta de Gobierno ni bien Fernando VII recobra su libertad y es restituido en el trono español. Tanta incertidumbre, que cunde hondo en el Plata, incita a las máximas figuras insurgentes de Buenos Aires a reclamar un amparo ante la Corte de Río de Janeiro. La aceptación de tan infame alianza significa el exterminio de José Artigas quien, en soledad, enfrentaba a los lusitanos que invadían impunemente la provincia argentina de la Banda Oriental. Resuelta esta cuestión, que significaba quitarle a Buenos Aires su máximo obstáculo para poder continuar con la política de entrega y sumisión, José de San Martín no tuvo mayores riesgos para emprender su expedición a Chile y el Perú.

    A todo esto, el Congreso de Tucumán proclamaba una “Independencia” con aires de fraude, por cuanto allí, en primer lugar, no estaban presentes los congresales que respondían al Protector de los Pueblos Libres, José Artigas, envuelto, como se ha dicho, en una guerra sin cuartel y ante el silencio cómplice de los “patriotas” venidos de Inglaterra unos años antes. Se podría aducir aquí, que San Martín “desconocía” lo que acontecía en la Banda Oriental…pero lo mismo es una falsedad tal como lo desentraña un sanmartiniano de ley como José Pacífico Otero, quien sostiene en su Historia de San Martín (1978), Tomo IV, página 162, que “…nada escapaba a su conocimiento, y así como estaba enterado de todo lo que sucedía en la capital argentina, lo estaba igualmente de todo aquello que tenía por teatro las provincias en disidencia militar y política con el Directorio”. Preguntas: ¿Dónde se situaba el Directorio? En Buenos Aires. ¿Y quién estaba en desacuerdo con el Directorio? Artigas…

    Curiosamente, en el torbellino que se produjo en los años previos a la disolución del Directorio (1820), uno de los afectados de su conducción fue Antonio González Balcarce[5], a quien la Junta de Observación expulsó de su cargo por considerarlo en tratos con los enemigos de la patria, acusación de la que José de San Martín pareció no hacerse eco por cuanto galardonó a González Balcarce con el nombramiento de Segundo Jefe del Ejército de los Andes, participando como tal en las batallas de Cancha Rayada (1818) y Maipú (1818)…

    Más allá de lo que algunos historiadores revisionistas puedan versar sobre la amistad de José de San Martín con algunos caudillos federales, entre ellos el argentino José Artigas, no omitamos que para 1813 “el mismo San Martín, esta vez con el invalorable apoyo de su “hermano” Alvear (Carlos) y del que a poco pasaría a serlo, José Rondeau, trata de ganarse, pero por izquierdas, a don José Artigas, y mientras en las notas oficiales lo llena de elogios, en la correspondencia de internos con ambos “embajadores de paz” lo señala como a un factor de desorden con el que debe terminarse”[6] Con esto, puede aclararse por qué San Martín no brindó jamás su apoyo a Artigas en la guerra que éste sostuvo entre 1816-1820 contra los portugueses, quienes, mientras tanto, aniquilaron las pujantes y cristianas Misiones Jesuíticas del litoral patrio, a saber: San Ignacio Miní, Corpus Domine, Santa María la Mayor, Yapeyú de los Santos Reyes, Santos Mártires del Japón, Santos Apóstoles, San Carlos, Santa Ana Candelaria, Santo Tomé, La Santa Cruz, San Francisco Javier, Nuestra Señora de Loreto, San José y Nuestra Señora de la Concepción.

    Todas estas Misiones Jesuíticas totalizaban alrededor de 60.000 habitantes, de los cuales 50 mil eran indios evangelizados que tenían oficio y dignidad. En San Ignacio Miní, por ejemplo, la destrucción y el genocidio de sus habitantes fue obra de una gruesa columna paraguaya asociada a los lusitanos, enviada para ese fin por el masón e hijo de portugueses Gaspar Rodríguez de Francia. Muchas de las Misiones antes enumeradas nunca más volvieron a crecer, quedando hoy sus ruinas a la vista de todos, y la mayoría de los prisioneros tomados por el comandante Francisco Das Chagas Santos fueron vendidos, una vez en territorio brasileño, como esclavos. Entretanto, mientras se producía el desgarro de los patriotas Guacurarí y Artigas, ni Manuel Belgrano (acusado de complicidad con los portugueses, de acuerdo al Protector de los Pueblos Libres), ni José de San Martín, ni el Directorio (que ejerció su nefasto poder en Buenos Aires desde 1814 a 1820) ni ningún representante del Congreso de Tucumán de 1816 hicieron nada para impedirlo.


    Ruinas de la ex Misión Jesuítica de San Ignacio Miní. Como tantas otras, nunca más pudo levantarse, todo gracias a que nadie ayudó a José Artigas en su desigual lucha contra los lusitanos (1816-1820).

    Por permitir la destrucción de la vieja Yapeyú, donde fueron quemados sus hogares, establecimientos gubernativos y buena parte de sus archivos, es que hoy no se puede corroborar con certeza que José de San Martín haya nacido en aquella localidad, pues ha desaparecido toda constancia –y entre ellas, su Acta de Nacimiento- para siempre.

    Hay algún dato más sobre las encubiertas animadversiones de San Martín para con Artigas: en la Historia de Belgrano, Tomo IV, Sector Apéndice, de Bartolomé Mitre, como también en el Tomo IV, Sector Apéndice, de la Historia de San Martín, del mismo autor, sobran documentos entre el afrancesado Juan Martín de Pueyrredón y José de San Martín en donde se informan sobre tentativas del primero para sublevar jefes adictos a Artigas, como el delincuente Fructuoso Rivera, el entrerriano Eusebio Hereñú y otros, con la total aprobación del “Libertador” San Martín, y esto mientras inocentemente Artigas ordenaba festejar por sus tropas los triunfos de San Martín en Chile…


    Por Gabriel O. Turone


    Bibliografía:


    - Meurin S.J., Monseñor León. “Filosofía de la Masonería”, Biblioteca de Filosofía e Historia, NOS, Madrid, 1957.

    - Mitre, Bartolomé. “Historia de Belgrano” e “Historia de San Martín”.

    - Montiel Belmonte, Jorge F. “Iglesia versus Masonería en América”, Conferencia dictada en la Segunda Jornada de Historia Eclesiástica Argentina, Buenos Aires, Marzo 1996. Copia que obra en mi archivo.

    - Otero, José Pacífico. “Historia del Libertador Don José de San Martín”, Círculo Militar, Buenos Aires 1978.


    [1] Hiram es, sin más, el Héroe Principal de la Leyenda Masónica, por lo tanto personifica al arquitecto del Templo de Salomón. A su vez, Hiram recibió el apoyo del Ángel de la Luz y de los Genios del Fuego “para destruir la estúpida raza de Adán”, léase, de los cristianos. (Meurin S.J., Monseñor León. “Filosofía de la Masonería”, NOS, Madrid, 1957)
    [2] Montiel Belmonte, Jorge F. “Iglesia versus Masonería en América”, Conferencia dictada en la Segunda Jornada de Historia Eclesiástica Argentina, Buenos Aires, Marzo 1996.
    [3] Los Duff eran condes de Fife desde el año 1058. Suspenso por varios siglos, dicho título les fue repuesto en 1759. En 1818, James Duff fue electo miembro del Parlamento británico.
    [4] “Mayo Documental”, Universidad de Buenos Aires, Tomo XI, páginas 318 y 319, y “Correspondencia de Lord Strangford”, Archivo General de la Nación, páginas 13 y 14. Las mayúsculas son mías.
    [5] El general Antonio González Balcarce fue jefe del Directorio porteño desde el 16 de abril hasta el 9 de julio de 1816.
    [6] Montiel Belmonte, Jorge F. “Iglesia versus Masonería en América”, Conferencia dictada en la Segunda Jornada de Historia Eclesiástica Argentina, Buenos Aires, Marzo 1996.


    - Meurin S.J., Monseñor León. “Filosofía de la Masonería”, Biblioteca de Filosofía e Historia, NOS, Madrid, 1957.

    - Mitre, Bartolomé. “Historia de Belgrano” e “Historia de San Martín”.

    - Montiel Belmonte, Jorge F. “Iglesia versus Masonería en América”, Conferencia dictada en la Segunda Jornada de Historia Eclesiástica Argentina, Buenos Aires, Marzo 1996. Copia que obra en mi archivo.

    - Otero, José Pacífico. “Historia del Libertador Don José de San Martín”, Círculo Militar, Buenos Aires 1978.


    [1] Hiram es, sin más, el Héroe Principal de la Leyenda Masónica, por lo tanto personifica al arquitecto del Templo de Salomón. A su vez, Hiram recibió el apoyo del Ángel de la Luz y de los Genios del Fuego “para destruir la estúpida raza de Adán”, léase, de los cristianos. (Meurin S.J., Monseñor León. “Filosofía de la Masonería”, NOS, Madrid, 1957)
    [2] Montiel Belmonte, Jorge F. “Iglesia versus Masonería en América”, Conferencia dictada en la Segunda Jornada de Historia Eclesiástica Argentina, Buenos Aires, Marzo 1996.
    [3] Los Duff eran condes de Fife desde el año 1058. Suspenso por varios siglos, dicho título les fue repuesto en 1759. En 1818, James Duff fue electo miembro del Parlamento británico.
    [4] “Mayo Documental”, Universidad de Buenos Aires, Tomo XI, páginas 318 y 319, y “Correspondencia de Lord Strangford”, Archivo General de la Nación, páginas 13 y 14. Las mayúsculas son mías.
    [5] El general Antonio González Balcarce fue jefe del Directorio porteño desde el 16 de abril hasta el 9 de julio de 1816.
    [6] Montiel Belmonte, Jorge F. “Iglesia versus Masonería en América”, Conferencia dictada en la Segunda Jornada de Historia Eclesiástica Argentina, Buenos Aires, Marzo 1996.


    *
    El autor es presidente de Jóvenes Revisionistas
    Última edición por Erasmus; 07/10/2012 a las 04:57



    Imperium Hispaniae

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    Re: Biografía masónica de San Martín

    2ª PARTE:



    Cuadro alegórico a la Entrevista de Guayaquil celebrada en julio de 1822.


    SAN MARTIN EN PERU: ¿DECADENCIA Y CORRUPCION?
    Samuel Haigh fue un inglés amigo de José de San Martín que tuvo el privilegio de viajar al Perú cuando éste era Protector de ese país. Allí, pudo comparar el antiguo esplendor que tuvo Lima durante la época virreinal en relación a la decadencia que presentaba ya en tiempos de San Martín como Protector (1821-1822). Volcó Haigh en su Bosquejos de Buenos Aires, Chile y Perú, estas impresiones:

    “Numerosos viajeros ya han descrito a esa Ciudad de los Reyes, sus magníficas iglesias llenas de oro y plata, y la vida lujosa y espléndida que llevaban sus habitantes, las pomposas procesiones, concurridos teatros y corridas de toros…la abundancia de sus alrededores y en suma, el mismo nombre asociaba todo lo rico, voluptuoso y alegre”.

    En cambio, al describir a la Lima de 1826, a sólo tres años de la salida de San Martín, dice: “¡Qué triste contraste presentaba! El nuevo gobierno en bancarrota y necesitado, los comerciantes insolventes, desaparecida la confianza, los templos despojados, vendidos los adornos de sus habitantes. Gente que vivía en palacios, reducida a la pobreza absoluta. Confiscaciones, exacciones, contribuciones, destierros en rápida sucesión, habían nivelado esta ciudad con sus vecinos”. Y bien, allí tenemos el asesinato del ladero de San Martín en ese país, hablamos del jacobino ateo Bernardo de Monteagudo, ultimado en las calles de Lima, como un perro, en 1825.

    ¿Hizo el gobierno de San Martín una “limpieza étnica” de españoles en el Perú? Hay algunas estadísticas que el propio Monteagudo dejó sentadas como para, al menos, pensarlo seriamente: “Cuando el ejército libertador llegó a las costas del Perú existían en Lima más de diez mil españoles distribuidos en todos los rangos de la sociedad, y por los estados que pasó el presidente del Departamento al Ministerio de Estado, poco antes de mi separación, no llegaban a seiscientos los que quedaban en la capital”.[1] Vuelve a fallar la moral sanmartiniana, dado que al asumir el “Libertador” como Protector del Perú había dicho en su famosa “Proclama de Pisco” que iba a garantizarle a todos los peruanos, pero en particular a los nobles (casi todos de estirpe española), el respeto a eso que hoy se conoce como “el status”.

    Otro testimonio del saqueo que hicieron los “libertadores” mientras administraron Lima, lo da Monseñor Echagüe y Andía en carta a Gregorio Funes: “Hoy se halla Lima sin otro dinero para su giro que el despreciable papel moneda y un poco de cobre, acuñado para suplir la falta de plata, que antes abundaba”.[2]

    Se sabe, por otra parte, que en América la implementación del Sistema Educativo Lancasteriano fue el trampolín para la entrada forzosa en nuestras tierras de las pautas culturales masónicas y probritánicas. Lancasteriano fue el unitario salvaje Domingo Faustino Sarmiento…y también José de San Martín en Lima. El historiador Otero, así lo confirma: “A la inauguración de la biblioteca asoció San Martín la inauguración de un sistema de enseñanza conocido con el nombre de “sistema lancasteriano” y aprovechando la llegada a Lima de un profesor acreditado para su enseñanza. Con este motivo designó al Colegio de Santo Tomás para que se procediese allí a un ensayo experimental de ese sistema”. Omite decir José Pacífico Otero, que para la imposición de semejante sistema educativo, antes fue necesario darles un plazo perentorio a los sacerdotes del colegio Santo Tomás, por lo cual tuvieron que salir prácticamente con lo puesto del establecimiento antes de su persecución o ultimación.

    Por último, quiero dejar sentado que casi todos los oficiales que compusieron el Estado Mayor del Ejército de los Andes fueron miembros de la Masonería:

    - Antonio González Balcarce: de acuerdo al testimonio del general Enrique Martínez, fue masón.

    - Enrique Martínez: aparece en el listado hecho por el Masón Grado 33 Alcibíades Lappas.

    - Manuel de Olazábal: Iniciado masón en Mendoza, en tiempos de San Martín. Actuó en logias de Chile, tiempo después. Aparece su nombre en el listado hecho por el Masón Grado 33 Alcibíades Lappas.

    - Bernardo de Monteagudo: Lappas refiere que en Lima, Perú, ayudó a fundar dos logias masónicas.

    - Juan Gregorio de Las Heras: salvaje unitario escondido en Chile, cuando los tiempos de Rosas, tuvo intensa actividad masónica en Mendoza y en la Logia del Ejército de los Andes, de acuerdo a Lappas.

    - Mariano Necochea: Miembro de la Logia del Ejército de los Andes. Integró en Lima, Perú, la Logia Perfecta Unión y el Capítulo Regeneración.

    - Gerónimo Espejo: Iniciado en la Logia del Ejército de los Andes. Una vez introducido en Lima, Perú, ayuda a fundar una importante logia masónica. Agrega Lappas: “En 1822, en cumplimiento de una misión confidencial confiada por San Martín, viaja a Guayaquil donde aparece junto con los generales Guido y Luzuriaga y el coronel M. Rojas, como uno de los integrantes de la Logia Estrella de Guayaquil”.

    - Rudesindo Alvarado: Iniciado en la Logia del Ejército de los Andes, fue fundador de la Logia San Juan de la Fe de Paraná.


    Cita el historiador Montiel Belmonte: “Una breve revista de locuciones de cuño masónico en declaraciones y notas de altos jefes sanmartinianos nos facilita descubrir la secreta-no tan secreta hebra masónica de todos ellos. Veamos: Urdininea: “La libertad protegida POR LA FILOSOFIA”; Monteagudo: “Pido al SER SUPREMO el acierto”; Soyer: “a pesar de haberles sacado V.E. DE LA OSCURIDAD y hécholes conocer LA LUZ…sacándolos de LAS TINIEBLAS”; Alvarado: “habéis insultado A LA NATURALEZA…ya no es tiempo de que ultrajen impunemente A LA (Diosa, ¿o no?) RAZON…ES IMPOSIBLE VENCER A LA NATURALEZA”; Enrique Martínez al recibirse del mando de los restos del ejército de los Andes sucediendo al cobarde, inepto y amanerado Alvarado: “un gobierno ILUSTRADO, enérgico y generoso os acoge bajo su protección. Su voz es la del trueno para sus enemigos, porque HA REVELADO EL GRAN SECRETO para destruir a los tiranos”. Creemos que estas citas pintan de cuerpo entero la filiación masónica de los que acompañaron a San Martín, y no abrimos juicio sobre si el “Libertador” también estuvo adscrito a ella, aunque sea grande la sospecha.



    Réplica del mandil que utilizó José de San Martín en la Logia Lautaro. Esta pieza se encuentra en el Museo de la Gran Logia del Perú, Lima.

    EN LAS POSTRIMERIAS

    No hubo desprendimiento ni derroche de altruismo alguno en el abandono que hiciera San Martín después de la famosa Entrevista de Guayaquil, del 26 y 27 de julio de 1822, sino, más bien, un franco disgusto de San Martín contra Simón Bolívar porque éste le había ganado de mano en la posesión de un importante territorio que ambos se disputaban para sí. Para sustentar lo dicho aquí, citaremos una fuente inapelable e irrefutable, como ser lo vivenciado por el general Rufino Guido, hermano de Tomás, quien presenció los pormenores de aquella famosa cita en el Ecuador. Dice así:

    “El general San Martín, salió del Callao para Guayaquil con el objeto ostensible, de tener una entrevista con el general Bolívar; pero muy reservadamente, CON EL DE APODERARSE de aquel importante Departamento que se había declarado en favor del Perú, anticipándose al general Bolívar, cuyas intenciones y movimientos de sus tropas al efecto, habían llegado a noticia del Gobierno Peruano. Para esta empresa se embarcaron DOS BATALLONES, Y CON PARTE DE LA ESCUADRA, zarpamos del Callao con dirección al referido Departamento, adelantándose del convoy la Goleta de guerra Macedonia, en que iba el general San Martín, y el autor de estas líneas.

    “Llegados a la Puna (sic), se supo allí con sorpresa, QUE YA EL GENERAL BOLIVAR SE HABIA APODERADO DEL PUNTO CODICIADO; noticia que nos dieron varios jefes y oficiales del Ejército Argentino que se habían retirado de Guayaquil con motivo de aquel suceso inesperado para ellos.

    “Entonces el general San Martín, variando de plan, PORQUE YA NO PODIA LLEVAR A CABO SU PROPOSITO, se decidió por la entrevista, que era lo que todo el mundo sabía y creía.

    “A este fin hizo salir al momento una lancha de las que llevaba la goleta Macedonia, con órdenes para el convoy que aun debía estar muy distante, para que en el acto de recibirlas, cambiase de rumbo y regresase al Callao.

    “En la noche del mismo día en que zarpó la lancha, como queda dicho, se embarcó en un bote de 12 remos, el que esto escribe y se dirigió a Guayaquil, comisionado por el general San Martín, para felicitar al general Bolívar por su feliz arribo a aquel punto, y asegurarle al día siguiente iría a tener el gusto de hacerle una visita. Después de navegar toda la noche a favor de la marea, y contra ella, a fuerza de remo y vela, llegamos a Guayaquil. Como a las doce del día me desembarqué y fui introducido a las habitaciones de dicho general Bolívar, quien me recibió y agasajó del modo más cumplido y caballeresco (…) y después de hacerme servir un gran almuerzo, y de dirigirme muchas preguntas (…) me embarqué en el momento que la marea era favorable para mi regreso. A las doce y media de la noche de ese mismo día divisamos la goleta, que había pasado ya la Punta de Piedras, y aunque con gran trabajo y peligro, pudimos ponernos a su costado y subir a bordo. Allí encontré a los ayudantes del general Bolívar. Me presenté a mi General (San Martín), y le di cuenta de la comisión que me había encomendado, instruyéndole de cuanto había visto y observado.

    “Siguió la goleta navegando con marea y viento favorables, y a las doce del día siguiente, fondeó en el puerto. A los pocos momentos vinieron dos ayudantes más del general Bolívar, a felicitar de nuevo al General, y decirle, que el Libertador (Bolívar) deseaba verle cuanto antes (…)

    “Al entrar a la casa hallamos al pie de la escalera que conducía a los altos al Libertador Bolívar de gran uniforme, y rodeado de su Estado Mayor, quien en el momento de ver al General, se adelantó hacia él, y dándole la mano le dijo: “Al fin se cumplieron mis deseos de conocer y estrechar la mano del renombrado general San Martín”.

    “El General contestó dando las gracias por tan cordial sentimiento, pero sin admitir los encomios que le hacía el Libertador, y subieron a las escaleras, siguiendo todos hasta un gran salón que estaba preparado para su recibimiento.”

    Ahora viene la parte del relato en la que el general Rufino Guido cuenta cuando San Martín y Bolívar se fueron a parlamentar a solas, y luego, la posterior bronca de San Martín por haber perdido los territorios que anhelaba para sí:

    “Después de este singular acontecimiento se despidieron las señoras. Habiéndose despedido también los jefes y oficiales que acompañaban al Libertador, los dos ayudantes de campo del General nos retiramos, QUEDANDO SOLOS Y A PUERTA CERRADA AMBOS GENERALES, CUYO ENCIERRO DURO HORA Y MEDIA, saliendo en seguida el Libertador para su alojamiento, acompañado de sus ayudantes que le esperaban en nuestras habitaciones situadas al paso.

    “(…) Después que se retiró el Libertador (Bolívar), recibió el General (San Martín) algunas visitas, y antes de comer, que lo hicimos en la misma casa en que parábamos, acompañamos al General al alojamiento del Libertador, donde permaneció media hora, y regresamos: la noche se pasó en recibir nuevas visitas, y entre ellas algunas señoras.

    “Al siguiente día volvimos a la casa del Libertador a la una de la tarde, habiendo antes arreglado nuestro equipaje, y ordenado que a las once de la noche se embarcase a bordo de la goleta, pues según orden del General debíamos embarcarnos esa misma noche al salir del baile, a que estábamos convidados. Luego que estuvieron juntos SE ENCERRARON AMBOS PERSONAJES Y PERMANECIERON ASI HASTA LAS CINCO, hora en que salieron a sentarse a una gran mesa, dispuesta al efecto, en la que se sentaron también algunos generales y varios jefes del ejército de Colombia. Seríamos como cincuenta individuos los que asistimos a aquel suntuoso banquete (…)

    “(…) A las nueve de la misma noche fuimos al baile a que estábamos convidados. La reunión era brillante por el número, belleza y elegancia de las señoras y lo suntuoso del salón, perfectamente adornado e iluminado (…) No estaba menos molesto nuestro General (San Martín), al verse envuelto en semejante laberinto, él que aun en sus reuniones más familiares y en la confianza de la amistad, observaba aquella moderación y decencia que siempre hay en gente bien nacida; así fue que determinó retirarse. Se acercó a mí y me dijo: “Llámeme usted a Soyer que ya no vamos; no puedo soportar este bullicio” (…)

    “El General (San Martín) se levantó el día siguiente AL PARECER MUY PREOCUPADO, y paseándonos después del almuerzo sobre cubierta, me dijo: “¿QUE LE PARECE A USTED COMO NOS HA GANADO DE MANO EL LIBERTADOR SIMON BOLIVAR? Pero confío que NO SE QUEDARA CON GUAYAQUIL PARA AGREGARLO A COLOMBIA, cuando el pueblo en masa quiere ser anexado al Perú: DE GRADO O POR FUERZA LO SERA, LUEGO QUE CONCLUYAMOS CON LOS CHAPETONES QUE AUN QUEDAN EN LA SIERRA. Usted ha visto la alegría y entusiasmo de ese pueblo, y los vítores al Perú, y a mi persona”. En efecto esas demostraciones tan espontáneas de toda aquella población, mortificaron extraordinariamente al Libertador (Bolívar), y desde ese día empezaron los celos contra el General (San Martín)”.

    Aunque todavía no se había consolidado el retiro de San Martín –repetimos: no por un acto de grandeza, como todos han repetido hasta el cansancio-, todavía faltaría la noticia final para la toma de esa decisión. Ello saltaría a la vista cuando, de regreso a Lima tras su fracasado viaje por Guayaquil, recibió la noticia “de la revolución contra su primer ministro Monteagudo, y más que todo LA CONNIVENCIA DE SUS PRINCIPALES JEFES QUE DEBIERON HABERLA SOFOCADO”. O sea, el jacobino Bernardo de Monteagudo había sido expulsado del Perú y los principales jefes de San Martín lo habían traicionado… Este fue el detonante, y no otro, por el cual José de San Martín decidió abandonarlo todo y fugar a Europa. Concluye categóricamente el general Rufino Guido, en que todo “fue un error del General (San Martín)”.

    Todo este relato en primera persona de quien estuvo al lado de San Martín en Guayaquil, y luego en el momento en que su oficialidad lo traiciona en Lima, nos hace suponer que el mentado Ejército de los Andes aparte de estar compuesto por masones en sus altos rangos, también estaba compuesto por indisciplinados. El mismo Simón Bolívar dijo de todos ellos: “son en gran parte viciosos y facciosos”. Y hasta un conspicuo colaborador de San Martín, el general Rudesindo Alvarado, en nota remitida al gobierno del Perú, confiesa que la fuerza recibida de José de San Martín era una horda ingobernable, cuyos jefes de comando sólo lo obedecían como amigo y no como jefe.[3]

    Había dicho José de San Martín en 1819 una frase que fue tomada con excesivo alborozo: “Seamos libres, lo demás no importa nada”. ¿Qué decía, ya en Europa, el “Libertador” sobre la tan mentada libertad desprendida de todo orden y/o disciplina?: “¡Maldita sea la tal libertad, no será el hijo de mi madre el que vaya a gozar de los beneficios que ella proporciona hasta que no vea establecido un gobierno que los demagogos llaman tirano y que me proteja contra los bienes que me brinda tal libertad!”.[4] ¿En 1834 se había dado cuenta que la libertad sin orden es libertinaje, como él la había planteado por 1819? Para pensarlo.

    Todavía la historia tendría que esperar la venida de un hombre, el Ilustre Restaurador de las Leyes y brigadier general don Juan Manuel de Rosas, para que con orden, disciplina y principios católicos consolidara la patria, algo que ni San Martín ni Manuel Belgrano pudieron lograr.


    Por Gabriel O. Turone


    Bibliografía

    - Enciclopedia Hispánica, Tomo 3 (Bernoulli-Casa), Enciclopedia Británica Publishers, Inc., 1991.
    - Haigh, Samuel. “Bosquejos de Buenos Aires, Chile y Perú”, Hyspamérica, Buenos Aires, 1988.
    - Lappas, Alcibíades. “La Masonería en la Argentina a través de sus hombres”, Primera Edición, Octubre 1958.
    - Mitre, Bartolomé. “Historia de Belgrano” e “Historia de San Martín”.
    - Monteagudo, Bernardo. “Escritos Políticos”, Editorial La Cultura Argentina, Buenos Aires, 1926.
    - Montiel Belmonte, Jorge F. “Iglesia versus Masonería en América”, Conferencia dictada en la Segunda Jornada de Historia Eclesiástica Argentina, Buenos Aires, Marzo 1996. Copia que obra en mi archivo.
    - Otero, José Pacífico. “Historia del Libertador Don José de San Martín”, Círculo Militar, Buenos Aires 1978.
    - “San Martín en la historia y en el bronce”, Comisión Nacional Ley 13.661, República Argentina, Año del Libertador General San Martín 1950.



    [1] Bernardo de Monteagudo fue secretario privado de San Martín, a quien acompañó en Chile y, a partir de 1821, en el Perú. Cuando dice en la cita trascripta “poco antes de mi separación”, se refiere al año 1822, cuando fue expulsado de ese país. Regresará dos años más tarde, en 1824, cuando Simón Bolívar fue nombrado Jefe Supremo de Perú. En 1825 lo ultiman en Lima, como se ha dicho.
    [2] Citada por José Pacífico Otero en “Historia de San Martín”, Tomo VI, página 346.
    [3] Citado en “Biblioteca de Mayo”, Tomo II, páginas 1971/4.
    [4] Carta a Tomás Guido, París, Febrero de 1834.
    Última edición por Erasmus; 07/10/2012 a las 05:47



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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Estimado Erasmus:
    Ando con poco tiempo.
    Solo unas acotaciones.
    San Martín es abandonado, perseguido y calumniado por las logias, los liberales, Londres, etc, por su propósito de arribar a una paz con España, en la que se aceptara la independencia, sin vencedores ni vencidos, con todos los honores para el ejercito Español, devolución de propiedades capturadas o expropiadas de ambos lados, cesación inmediata de todo tipo de persecuciones, etc, etc.
    Políticamente proponía una monarquía unida desde el Alto Perú hasta tierra del fuego.
    Esto se torno inaceptable para todo el mundo, pero muy especialmente para los nombrados.
    En lo tocante al "mandil", supuestamente usado por San Martín, sencillamente no creo que sea así.
    Es una replica, de que "original"?
    Desde cuando se "descubrió"?
    Hay algún original de los otros miembros de la Lautaro?
    En fin, hay mucho más pero mi tiempo es escaso.
    Reitero una vez más, que no soy un "sanmartiniano", ni un "devoto" o "idólatra" de San Martín, ni lo trasformo un el "abuelo inmortal", el "santo de la espada", ni hago de el una imagen "inmaculada", deshumanizada, en definitivas un "mito", al que se pretende rendir un culto religioso.
    Nada de eso.

    Pero tampoco me voy del otro lado.
    En el artículo que aportas, habría mucho que decir, porque no niego que San Martín en España se contagia del ambiente imperante, que para peor de un lado estaban los afrancesados y del otro los aliados del Leviathan, a eso agrégale el ambiente racionalista, Iluminista, positivista, el barroquismo, lo que se enseñaba en la Universidad, y en los colegios católicos, un clero que en muchos casos dejaba mucho que desear, una corte lamentable en todo sentido, y un largo etcétera.
    No niego que tuviera amigos ingleses de relevante actuación política, ( recuerdo que España era aliadas de Inglaterra y que oficiales Ingleses peleaban en España contra Francia).
    Ni desconozco que estuvo rodeado de ciertos masones que luego le "bajaron el pulgar".
    A ello se agrega que los agentes británicos lo seguían de cerca.
    Pero, tambien es cierto que San Martín es un hombre de orden, y aquí propuso la Unidad, contra la anarquía, el lograr una Patria Grande, no contra España, sino hermanada a ella.
    Por ello fue perseguido y desterrado.
    Un dato: Su hija Mercedes, (Nombre que San Martín le pone por la Virgen de la Merced), nació cuando ya se había proclamado la independencia, pese a lo cual fue anotada como Española.
    Lo que hay que tener en cuenta es que los movimientos independentistas venían si o si.
    Era un hecho que empezó nada menos que en Estados Unidos, con apoyo de España!!!
    Luego esta lo de los Jesuitas, de lo cual nadie quiere hablar...
    El absolutismo, afrancesamiento, de la corte Española.
    La Entrega por parte de España de inmensos territorios (algunos más extensos que la propia España), ejemplo el tratado de San Idelfonso de 1.10.1777.
    La estrecha alianza militar, comercial y política de España con Inglaterra.
    Una miopía notable de la metrópoli en su política con Hispanoamérica.
    El Carlotismo en Brasil.
    Etcétera.
    Los problemas políticos y económicos ocurridos en Perú, en parte se debían a que el comercia con España sufrió un colapso, a lo que se agrega la situación conflictiva de todo Hispanoamérica.
    Finalmente no se pueden hacer comparaciones que no vienen al caso como la de San Martín con Rosas, sin perjuicio de que San Martín fue amigo y se puso a las ordenes de Juan Manuel, cuando nuestra patria se enfrento a Francia e Inglaterra.
    Otra cosa, no hay que incurrir en citar alguna que otra frase de la correspondencia de San Martín, omitiendo verla en lo que realmente importa.
    Cordiales saludos.

  9. #29
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Juan, amigo, veo que sigues repitiendo lo mismo. "San Martín perseguido por los liberales", el gran galimatías nacionalista, cuando él mismo se definía como liberal.... O como si los liberales no hubieran tenido fricciones entre ellos. Mismamente condecorado por la masonería y ondeando él mismo el gorro frigio, y por cierto, negociando con los liberales españoles hasta Ayacucho... Liberales españoles que traicionaron una causa realista americana que no encontró ayuda en nadie, cuando el secesionismo era ayudado hasta por los sefarditas de Curazao, hasta donde acudieron Miranda y Bolívar en varias ocasiones.

    Repites lo de la independencia yanqui. Sin duda fue un error pero no se hizo por las puras, se hizo dentro de una política en la que había que frenar a una Inglaterra que desde 1711 había trazado un plan para humillar a España. Fracasaron en Cartagena de Indias y en Norteamérica. A la larga es un error pero no se hizo "porque sí", esto es manipulación.

    Por otra parte, insistes en lo de la corte española, y tienes toda la razón del mundo, ahí nada que añadir; pero ojo, como si la oligarquía criolla al servicio del imperialismo británico fuera mucho mejor en todo, empezando por los mantuanos esclavistas hasta los señoritos ilustrados de Buenos Aires o por el ladrón Nariño y tantos y tantos desagradecidos hijos de españoles.... En fin....

    Lo que le pasó a San Martín fue parecido relativamente a lo de Franco: Ëste sabía perfectamente lo de la "democracia", tanto así que por su obra y gracia se le dio una constitución liberal a Guinea. Sólo que él se creería que la cosa iba a estar más controlada. San Martín se dio cuenta en Guayaquil de quién era Bolívar, mucho más coherente y "fuerte" que él, y ahí se fue, habiendo hecho el trabajo sucio a la Revolución y fracasando en su propio pseudo-conservadurismo, dejando a América en llamas, y en un Perú donde muchos indios lucharon contra la secesión hasta ¡1834!, como en Chile lucharían hasta 1832. A Londres también dejó de servirle, mismamente no se fiaban de un hombre que había abandonado a la patria a la que servía en plena guerra contra Napoleón. Nos usaron los ingleses haciendo el divide y el vencerás después de varias derrotas, y San Martín entró en el juego a conciencia, como buena parte de esa corte criolla que aprovechó el momento en vez de arrimar el hombro contra el invasor, produciéndose, por otra parte, una terrible matanza de españoles aún no estudiada, salvo por Pablo Victoria en el contexto neogranadino. Pero siempre es mejor decir que en América no dejamos ni un indio. Ya veo desde el Perú que es así....

    Por cierto que otro argumento del nacionalismo es el "Bolívar tardío".... Francisco de Paula de Borbón murió arrepentido y piadoso, pero por lo visto no merece esa "atención".

    La idealización de los jesuitas, perseguidos en la misma época por los idolatrados Austrias, es otra.... Los mismos que luego educarían de Fidel Castro a García Márquez. Expertos en fabricar genios....

    Pero bueno, repitiendo los mismos manidos argumentos no se puede debatir, no hay objetividad posible. Y es lo que pasa al nacionalismo.

    Saludos en Cristo Rey.



    P.D.: Dejo un artículo que escribí sobre un tema relacionado:

    Nacionalismo e Historia no casan. Tampoco parecen casar nacionalismos y objetividades. Como todo producto o subproducto romántico, el nacionalismo hace “novelesca” la realidad, lo que implica una continua deformación, idealización y “partidismo”, cuando no directo sectarismo. Una suerte de “Alicia en el país de las maravillas” que se acaba enredando más que la pierna de un romano. El nacionalismo toma la Historia como la oferta más conveniente de un supermercado. A gusto del consumidor, pues. Curiosa, peligrosa y asoladora es la pobreza de argumentos que se reitera en los secesionismos ibéricos, y sobre todo con un tema estrella: Los Borbones…. Y es que nunca disculpamos el deplorable sistema del despotismo ilustrado, esto es, la exacerbación definitiva del absolutismo. En España, curiosamente, un periodo muy alabado por los republicanos… Y que en verdad no trajo más que desgracias. Tampoco disculparemos los desórdenes de las –acaso mal llamadas- Cortes de Cádiz, manipuladas por una minoría oligárquica golpista cuyo modelo nos atenaza hasta hoy.

    Con todo, ¿la América Española se independizó por culpa de los Borbones? Parece ser el lema preferido para justificar la rebelión comandada por las oligarquías contra la Corona…. Y dentro de ello, los Borbones tenían como afición discriminar a los criollos. Tanto que el limeño Pablo de Olavide fue ministro de Carlos III y el payanés Joaquín de Mosquera y Figueroa llegó a firmar en nombre de Fernando VII….


    También dicen que claro, que la culpa la tuvo la expulsión de los jesuitas que comandaron España y Portugal… Y por eso, sin hacer un análisis desapasionado sobre el verdadero papel de la Compañía en las misiones guaraníes (Un auténtico estado paralelo y nada de paraíso en la tierra, por favor, dejémonos ya de utopías….) y justifican el espíritu vengativo y letal que se extendió desde Inglaterra a los Estados Pontificios. El historiador ecuatoriano Francisco Núñez Proaño (http://coterraneus.wordpress.com) nos informó de documentos jugosos: Manuel de Roda y Arrieta, ministro de Gracia y Justicia, dice en 1766:"Creo que se habrá Vd. escandalizado al oír y ver el modo con que esa Corte (de Roma) se porta con el Príncipe de Gales (Carlos Estuardo) por respetos al Rey Jorge (III). Vea Vd. si conviene hoy la doctrina de los que aconsejan en Monte Cavallo (palacio del Papa) con la de Belarmino, Mariana, Suárez, etc. y con la que siguió Sixto V (1585-90) y sus antecesores, queriendo despojar de la corona a los soberanos de Inglaterra y de Francia con pretexto de la Religión y haciendo lícita la desobediencia de sus vasallos y los regicidios y todo lo demás que Vd. ha leído y sabe. Yo fui testigo del extraordinario cortejo con que ahí se trató al Duque de York (hermano de Jorge III) y en otro tiempo nos hubieran excomulgado a todos los que hablásemos con un príncipe hereje. Es gran cosa la doctrina acomodaticia y la ciencia media." José Nicolás de Azara, procurador de la embajada de los reinos de España en Roma, que dejó dicho en 1770: "Por más que los franceses se hayan persuadido a que conseguirán el ajuste con Inglaterra, yo no me lo he podido persuadir, no por razón alguna, sino por aquello que llaman corazonada y por conocer un poco la insolencia de esos isleños. No quiero poner a la parte con esto las instigaciones de los jesuitas para soplar el fuego contra los Borbones, como que esa es la única venganza que queda a la gente más vengativa del mundo, porque decir esto parecería proposición de jansenista. Lo que no obstante es verdad irrefragable es el odio que un pedante llamaría vatiniano con que dichos jesuitas viven contra todo lo borbónico y que sólo tienen igual en esto a la venerable Corte de Roma, desde el papa (Clemente XIV) inclusive hasta los monaguillos de San Pedro. (...) Se les conoce la alegría por los semblantes, porque creen que en una campaña se nos han de tragar los ingleses. Desde que Roma es Roma no se ha visto aquí la multitud de isleños que hay este año. (...) He dicho a Vd. arriba que el papa es inglés de corazón. Digo, en conclusión, que toda esta brigada es tan inglesa y más que lo restante del lugar y que se dice a boca llena que el papa piensa como ellos.”


    Bien, es posible que de estos documentos, algunas cosas nos parezcan exageradas y hasta irreverentes, ¿pero por qué nadie los saca a la luz como fuente lógica para análisis previo de los terribles procesos que se dieron a posteriori? ¿Por qué tenemos que escuchar sólo una voz, desde los jesuitas a los oligarcas criollos que mezclaban la escolástica con Rousseau?


    Por otra parte, no todos los independentistas fueron doctrinarios liberales o masones (En todo caso, de eso también hubo en el otro bando), pero ciertamente, las independencias americanas fueron el absoluto campo de experimentación de estas “corrientes”. De hecho las logias masónicas celebran este acontecimiento como si fuera suyo. De derecha a izquierda también se justifica al único bando loado por propios y extraños. Por eso mismo, tampoco disculpamos a aquellos que ejercen demasiado el refrán del que no se consuela es porque no quiere, diciendo que la rebelión no fue contra España y que Simón Bolívar y José de San Martín fueron perseguidos por los liberales…. Creemos que ni el integrismo, que evolucionará lógicamente a la democracia “cristiana”/política de sacristía, llegó a semejantes exabruptos. Ese mismo integrismo que se decía “accidentalista” (En España las secuelas llegarán hasta la CEDA en la II República) en cuanto a la forma de gobierno y resaltaba a Gabriel García Moreno, obviando interesadamente que el gran ecuatoriano era monárquico. Sea como fuere, ya puestos, también habrá quien diga que Cánovas fue perseguido por los liberales, al igual que Robespierre terminó perseguido por los revolucionarios y Trotsky por los comunistas… Total, puestos a decir…. No obstante, le reconocemos el humor al pseudo-argumento. Hace falta humor, mucho humor, para justificar a Bolívar y San Martín desde una perspectiva “nacionalista de derecha” diciendo que, claro, que fueron perseguidos por los liberales y, ojo, sobre todo en sus últimos días. Que conste que todavía no sabemos qué pretenden con esto…. Nos olemos que alguno poco más o menos viene a decir que San Martín y Bolívar fueron “verdaderos tradicionalistas” o algo así…. Y es que en verdad, si uno se pone a estirar, San Martín y Bolívar serán…. De todo menos de verdad. Porque por más que al oligarca mantuano Hugo Chávez lo reivindique desde su pseudo-marxismo, lo cierto es que Karl Marx lo puso como mil trapos. Ya Marcos Pérez Jiménez lo había reivindicado desde el nacionalismo, y es una pesada losa que tiene Venezuela, pues, con esa religión paralela bolivariana que todo el mundo asume, la cortedad de miras se hace más que evidente. En la “oficialidad colombiana” también ha sido así, no obstante, siempre ha habido historiadores críticos para con el proceso independentista, desde el mismísimo presidente Alfonso López Michelsen hasta Luis Corsi Otálora en nuestros días. El problema es que ya se mire desde la perspectiva que se mire, parece que el tema de las “independencias” americanas es como Zapata: Si no gana, empata.


    Con todo, lo cierto es que estos “próceres” apenas llegaron a “conservadores”. Tan cierto como que sabemos que Bolívar murió arrepentido, diciendo que América era ingobernable y que lo único que se podía hacer era emigrar. A su vez, prócer máximo de las “independencias”, el “Precursor” Francisco de Miranda, revolucionario en Francia y agente de Inglaterra, y que fue traicionado descaradamente por un Bolívar que a su vez quiso traicionar su causa ofreciéndose voluntario a Wellington para combatir a Napoleón en la Península (Después de ayudar con su actitud a una estrepitosa derrota militar), también murió profundamente arrepentido y desde la gaditana cárcel se ofreció voluntario para ayudar en la reunión de Venezuela con su Madre Patria.


    En España contamos con una figura relativamente parecida: Francisco de Paula de Borbón, quien fue un furibundo masón mas murió bastante piadoso. Vidas relativamente parecidas, al menos en cuanto a camaleonismo y a radical militancia masónica se refiere. Pero mucho daño dejaron hecho. Y aun así, no he visto que nadie reivindique a D. Francisco de Paula. Al final es lo de siempre: La Historia como la oferta que más conviene de un supermercado…Y no en vano, recomendamos a esos ciertos nacionalistas que sepan que los “libertadores” siempre fueron muy alabados por los liberales españoles. Miguel de Unamuno por ejemplo tenía especial fijación por Bolívar, según él, constructor de una ¿Máxima Hispania?, aunque nunca explicó semejante “boutade”.


    Nos siempre reconoceremos los errores cometidos por la política dirigida por la Casa de Borbón. No obstante, no dejamos de “denunciar” esa suerte de “leyenda rosa austracista” que parece darse en los nacionalismos secesionistas de todo el mundo hispánico, esto es, de la Península a las Indias. No sólo, ciertamente, pero concretamente en esta rama se da bastante. “Leyenda rosa austracista” directamente proporcional al “antiborbonismo”. En cambio, vemos que esta postura no es histórica propiamente dicha, sino que es moldeada en base al interés partidista. Y decimos esto, porque, por ejemplo, los secesionistas “vascos” jamás resaltan el gran apoyo que el Reino de Navarra y las Provincias Vascongadas dieron a Felipe V; sin ir más lejos, el mismo Blas de Lezo, de guipuzcoana cuna, que a los años infringiría –en Cartagena de Indias- a Inglaterra y sus colonias la derrota más humillante de su historia. Parece que tuvo que llegar el insigne colombiano Pablo Victoria con su excelente libro para que por fin supiéramos de este héroe de la Hispanidad. (*)


    Claro que no vemos como buena política los Decretos de Nueva Planta; empero, nadie dice que Felipe de Anjou no sólo no es que no tocara los fueros vascongados y navarros, sino que los potenció. Asimismo, fue un Borbón, esto es, Carlos VII de España el que al cabo de más de siglo y medio devolvió a los pueblos de la Corona de Aragón la integridad de su “política propia”, así como fueron los Borbones los que acabaron con el monopolio andaluz-americano y abrieron bastantes puertos para América, entre ellos el de Barcelona y los Alfaques de Tortosa.


    Esta “leyenda rosa austracista” olvida que muchas políticas practicadas por la Casa de Austria, políticas bien señaladas por José Antonio Ullate en el libro “Españoles que no pudieron serlo” (Ed. Libros Libres), por ejemplo. Los Decretos de Nueva Planta ya fueron anunciados por el conde-duque de Olivares.


    “Leyenda rosa austracista” que olvida la irresponsabilidad de un usurpador archiduque que entró en la Península a principios de la dieciochesca centuria rodeado de una indeseable cohorte de jansenistas y protestantes de toda clase. Una fracción de ellos, holandeses para más señas, se dedicó a violar monjas en El Puerto de Santamaría, como bien recordó José María Pemán en “La Historia de España contada con sencillez”. Y aún nos queda (Y Dios sabrá hasta cuándo) la infamia de Gibraltar como recordatorio hiriente, perenne.


    “Leyenda rosa austracista” que olvida que el josefismo austriaco fue igual de negativo y asfixiante –por no decir más- que el regalismo borbónico. También olvida que Austria se repartió como botín junto con Rusia y Prusia a la muy católica Polonia, a los no muchos años después que el bravo y determinante Juan Sobieski derrotara a los otomanos que ya se echaban sobre Viena.


    “Leyenda rosa austracista” que ha llegado a calar hasta en el tradicionalismo, pues; y que olvida que, por encima de ciertas “fijaciones”, a lo que asistimos es a la consumación de la crisis de la “política de la Cristiandad” y el correspondiente advenimiento de una “gran era revolucionaria” que hasta hoy padecemos. Y otro olvido que tiene es el papel de la Casa de Austria en la consumación de la muy corrupta España liberal, en especial desde los tiempos de un Alfonso al que llamaron el XII que se decía “católico como sus antepasados y liberal como sus tiempos” (Con un cinismo bastante parejo al que usó Bolívar), y a posteriori, con ese bravo caballero de la Legitimidad que fue D. Jaime de Borbón, Jaime III de España, a quien se le negó el ingreso en el ejército austrohúngaro, amén de que se le vetaron matrimonios por buena parte de Europa gracias a las gestiones habsbúrgicas contra el que llegó a ser brillante oficial de la Rusia zarista y uno de los más sacrificados patriotas españoles de los últimos tiempos.


    Y es que, en eso del “antiborbonismo”, que curiosamente se ve tanto en la influencia de la literatura republicana como en buena parte de la dialéctica falangista, jamás vi a ningún nacionalista argentino quejarse de cómo los Borbones crearon el Virreinato del Río de la Plata, en verdad para perjuicio de la extensión territorial del Perú, que por cierto, teniendo quizá este “motivo antiborbónico”, sin embargo fue un bastión realista. Los Austrias tuvieron que lidiar con “guerras civiles” entre conquistadores/encomenderos, los Borbones con “guerras sociales”, y todo en una España cada vez más cercada de enemigos y siempre falta de posibles precisamente por eso mismo, o al menos en parte… Son tantas cosas…. Y son procesos históricos complejos, pero siempre es cómodo buscar una culpa fácil….


    Para remachar esta temática, me gustaría transcribir cierta correspondencia con el mentado Francisco Núñez Proaño. Yo le indiqué que el historiador Antonio Domínguez Ortiz, cuya enciclopedia me guió bastante en la carrera, ya se "atrevió a preferir” a los Borbones sobre los Austrias, claro que él lo hacía desde una óptica “liberal-ilustrada” como quien dice. No obstante, ejerciendo ese "atrevimiento", ¿podemos colegir que en verdad los Borbones, ya liberados del "yugo europeo" que tanto nos desangró, miraron en verdad más por los intereses de las Españas que la mitificada casa de Habsburgo? El colega quiteño me indica que la política borbónica en lo comercial fue desastrosa para Quito, es claro que no todo fue perfecto. Sin embargo, y como ya lo explicó en algún artículo, el crecimiento demográfico de la Audiencia fue sostenido durante todo el siglo XVIII, lo que refleja que la situación no era nada, absolutamente nada grave, comparada con lo que se vino después de la “independencia”.


    Además era evidente que se necesitaban reformas de índole administrativa, no se podía seguir con políticos de hacia tres siglos, con una población mayor y por tanto más compleja que los dos primeros siglos de imperio en América. El barón de Humboldt cuando estuvo de visita en Quito a comienzos del siglo XIX, reportó en sus escritos que la ciudad en general y más los aristócratas (sus haciendas no tenían nada que envidiar a las casas de la aristocracia europea) tenían un nivel de vida admirable, mejor que en muchos lugares del Viejo Continente.

    Y es que la política de prohibir a las flotas comerciales que dejaran pasar por Portobelo en la actual Panamá, impidió que los textiles quiteños salieran al mercado que tenían antes, causando el cierre de muchos talleres. Así también se dificultó el ingreso de mercaderías de Europa, y así, política y comercialmente pasó a depender del sur, de Lima (Virreinato y Consulado), a pesar de que pertenecía a Nueva Granada. Por otro lado la política de cierto comercio libre que se abrió en América tampoco benefició a la industria quiteña, que se fue reduciendo de a poco.


    Obviamente eso afectó a la economía local. No es coincidencia que en el acta de la junta de Quito del 10 de agosto de 1809 se nombre a Panamá como parte del territorio jurisdiccional que se atribuía esa misma junta. Tampoco se niega, y menos en el campo de los principios, que es verdad que haya habido algún monarca malo o políticas negativas, pero eso pasa, el rey muere y viene otro; el principio jerárquico no deja de ser principio. Claro, ahora la realidad contunde de otras formas, pues si a los Borbones se les critica por su actuación, sobre todo en el ámbito económico-administrativo en América, y aún más, se justifica así la independencia debido a esta razón, y aceptando la tesis oficial y nacionalista (leyenda rosa) que hubieran sido desastrosos y un "fracaso" para las Españas, motivo por lo que merecen el rechazo… ¿Por qué no rechazar entonces las repúblicas americanas y sus gobernantes, que han causado mucho, muchísimo más daño que cualquier rey Borbón a nuestro continente? ¿Por qué seguir dándole oportunidades a un sistema que ha demostrado dos siglos de inutilidad? ¿Por qué a los monarcas hispanos no se les dio otra oportunidad?

    Vuelvo a pensar en el tema: Algunos achacan el excesivo peso de Francia conforme al Pacto de Familia. Bueno, no es moco de pavo. No obstante, cuando Carlos III pudo, luchó para recuperar el Rosellón y la Cerdaña que tontamente habíamos perdido con los Austrias, al igual que sufrimos la separación de Portugal con los mismos. Este rey, con todos sus defectos (Como ser el único en fundar una compañía negrera para España, algo ciertamente repugnante), siempre miró por nuestros intereses. Fue el rey que más luchó por recuperar Gibraltar, el que de hecho recuperó Menorca y puso contra las cuerdas a los británicos en el Nuevo Mundo varias veces. La España y la Francia borbónicas tenían en mente que el enemigo era Gran Bretaña, la misma que había dicho que a España había que vencerla en América y no en Europa. El problema para con Francia es como decía Juan Vázquez de Mella, si bien nos podíamos entender en algunos aspectos y no deja de ser un país con una tradición y unas influencias en verdad más similares de lo que podemos pensar a priori, es una nación epiléptica y condenada a grandes escarmientos, y realmente nos influenció para mal y nos usó… En fin, en ese difícil equilibrio de potencias jugó la España del XVIII, que no dejó de ser considerada eso, una potencia, venida a menos pero potencia, hasta que se confirmó la Revolución…. Casualidades de la vida….Y tanto como se achaca también la masonería a los Borbones, en cambio en el sur de Italia, donde son recordados con veneración, fue la masonería comandada por el genocida Garibaldi la que luchó a muerte contra ellos y esquilmó al próspero pueblo al que por entonces gobernaban con estabilidad.


    No confundan mi postura: Para mí Felipe II es un ejemplo fúlgido de monarca y que conste que este debate es historiográfico y general, y en todo caso, de “historia política”, pues lo que tenemos hoy es harina de otro costal… No metan a Juan Carlos y compañía en este debate, por favor… Pero vean que al tratar este tema, muchas veces nos topamos ante ideología y/o nacionalismo; nada que ver con la Historia.



    (*) “El día que España derrotó a Inglaterra”, Pablo Victoria Wilches. Ed. Áltera, 2005.
    Última edición por Ordóñez; 08/10/2012 a las 05:03

  10. #30
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Estimado Ordóñez, hay mucho para comentar sobre tus asertos, que en parte comparto y en parte no tanto.
    No es que "repita" que San Martín fue perseguido, calumniado, intentado poner preso e incluso eliminado y finalmente obligado al destierro por los liberales, y logistas esto es un HECHO histórico.
    Por tanto solo señalo una realidad histórica.
    La cuestión del San Martín imbuido de las ideas de "Cadiz" no la he negado, y ello se desprende de mis comentarios en este hilo.
    Una Aclaración no pertenezco al "nacionalismo de derecha", por tanto no me cuadra ese nuevo "etiquetamiento".
    Sin perjuicio de ello creo que cuando hablas con ese desprecio y desconocimiento -que resulta irritante- de nuestro nacionalismo, que nació Católico e Hispánico, te confundes, porque estas pensando en los nacionalismos separatistas Españoles que obviamente no tienen nada que ver.
    Eso de que "nacionalismo e historia no cuajan" (?) no se comprende.
    O acaso la historia es lo que uno piensas o deviene de un mero voluntarismo, o de "lo que a mi me parece que debe o debió ser"?
    Ademas hay algo que se llama matización o distinción, porque los movimientos nacionalistas que NATURALMENTE nacen en Europa contra la Revolución Bolchevique fueron la salvación de que esta no cayera bajo el comunismo.
    Con su derrota, si se apoderaron de ella o al menos de gran parte de ella.
    Y no olvides que esos nacionalismos ayudaron enormemente al triunfo de los "Nacionales" en la guerra civil.
    Las tajantes y dogmáticas generalizaciones no se condicen con la realidad histórica del hombre concreto y deben ser examinados en los contextos históricos en que ocurrieron.
    "Repito" lo de la independencia de Estados Unidos no como un reproche!
    Sino como un hecho histórico, que no se lo debe soslayar. (que suele no ser ni siquiera mencionado)
    Otro hecho histórico que es de vital significación es la Alianza Militar y Política entre España e Inglaterra!
    Aclaro,(nuevamente!), que no soy "antiborbonico".
    Tampoco se ha que te refieres con la "leyendas rosa austricista", por las dudas vuelvo a aclarar! que no creo en ninguna leyenda rosa, venga de donde venga!
    Te sorprenderías si te digo que del conde Aranda tengo mi opinión que suele no concordar con los que lo "crucifican", sin más.
    En cuanto a Carlos III, devoto de la santísima Virgen, perseguidor de la masonería, nos dio el Virreinato, por lo que a mi toca, le estoy muy agradecido.
    Lo que no significa que haya cometido errores.
    La cuestión de los jesuitas creo que coincidimos, ellos trabajaron con venganza hacia España por la expulsión.
    Bueno debo irme, Dios mediante seguiremos charlando en otra oportunidad.
    Cordiales saludos.

  11. #31
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Juan, por último.... Explícame por favor cómo un liberal puede ser perseguido por liberales.... ¿Qué "ideas de Cádiz"? Liberal, como él se definía. Como en España se mataron los de Espartero y los de Narváez, y Narváez no era menos liberal por eso ni fue perseguido por los liberales. Es un hecho histórico que a Cánovas lo mataron ciertos liberales pero eso a él no le hace menos liberal. Pero en fin, al final siempre es lo mismo.... No tiene sentido, de verdad.

    No digo que tú seas un nacionalista de derecha. Ni iba por ti el artículo. Lo que digo que el nacionalismo, sea del tinte que sea, es un producto de la Revolución y por tanto tiene taras importantes. Y esos argumentos contra los que rebato son los propios del nacionalismo de allá, con los que me ha tocado debatir no pocas veces. Pero veo que erre que erre. Sobre el nacionalismo sería mejor debatir en otro hilo, de todas formas.

    Y para dogmatismo y voluntarismo, tenemos dos siglos de culto bolivariano-sanmartiniano de izquierda a derecha. Marxistas, liberales y nacionalistas defendiendo a los mismos, estirando según el criterio ideológico de turno, por supuesto. "Lo que nos gustaría"..... Los contextos salen a relucir según lo que interesa, que en este debate ya se está viendo, como en tantos otros que he tenido por el estilo, comenzando por repetir determinados hechos y omitir otros. Y no digo que sea tu caso personal, que conste, lo digo en general.

    Saludos en Cristo Rey.
    Última edición por Ordóñez; 09/10/2012 a las 04:33

  12. #32
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Amigo Ordóñez, no hay que encasillar a San Martín como un liberal "a ultranza", ni mucho menos.
    Por ello que no me parecen adecuadas las comparaciones con otros personajes.
    Ninguno de los que menciones hubiera dispuesto como religión del estado Peruano la Católica Apostólica Romana, imponiendo a dicho Estado: "como uno de sus primeros deberes para mantenerla y conservarla por todos los medios que estén al alcance de la prudencia humana; y cualquier ataque público o privado a sus dogmas y principios, será castigado con severidad, en proporción al escándalo que hubiese dado. nadie podrá ser funcionario público sino profesa la religión del Estado"
    No voy a repetir acá las obligaciones que en materia religiosa impuso a su tropa, ni la declaración de Patrona y Generala del Ejército de los Andes a la Virgen del Carmen; etc, pues los doy por sabidos.
    Es más que evidente que esto no lo iba a hacer un liberal o masón.
    Me preguntas porqué San Martín fue perseguido por los liberales, tanto desde Hispanoamérica como de la Madre Patria, y esto ya lo respondí con anterioridad. Vuelvo a recordarlo: San Martín fue quizás el único que propuso y centró toda su acción política en obtener la independencia por medios pacíficos proponiendo incluso a De la Serna la posibilidad de asumir el gobierno del Virreinato a constituirse; cesar todo tipo de persecuciones; devolverse las propiedades de ambos lados, considerar que no había ni vencedores ni vencidos, etc, etc.
    Vuelvo a insistir en un punto que creo que se debe entender: la independencia venía indefectiblemente, con o sin San Martín. La cuestión entonces estaba en lograrla en forma hermanada, y con una Monarquía que abarcase desde el Alto Perú hasta Tierra del Fuego, excluyendo obviamente a Brasil.
    En mi biblioteca poseo un abundantísimo archivo documental sobre Mayo, y lo que vino posteriormente, incluida la correspondencia de San Martín y demás documentos, que hacen a su actuación política.
    Me preguntas sobre lo de Cadiz.
    Pues bien, este es otro tema clave en la cuestión de la Independencia, el cual merece ser examinado en forma particular, dado la injerencia que tuvo en España e Hispanoamérica, sobre todo por la Constitución de 1812.
    En los intentos pacificadores de San Martín, se encuentran las propuestas secretas tratadas con el Virrey del Perú Jose de la Serna y Martinez de Hinojosa.
    En uno de los conciliabulos nos relata el General Tomás Guido que San Martín se dirige al Virrey en los siguientes términos: "He venido al Perú desde los márgenes del Plata, no a derramar sangre, sino a fundar la libertad y los derechos de que la misma España ha hecho alarde al proclamar la Constitución del Año 1812 que V.E. y sus Generales defendieron. Los comisarios de V.E. entendiéndose lealmente con los míos han arribado a convenir en que la independencia del Perú no es inconcebible con los grandes intereses de España y que al ceder a la opinión declarada de los pueblos de América contra toda dominación extraña harán a su Patria un señalado servicio si fraternizando evitan una guerra inútil y abren las puertas a una reconciliación decorosa. Pasó ya el tiempo en que el sistema Colonial pueda ser sostenido por la España; sus ejércitos se batirán con la bravura tradicional de su brillante historia militar, pero los bravos que V.E. manda comprenden que, aunque pudiera prolongarse la contienda, el éxito no puede ser dudoso para los millones de hombres resueltos a ser independientes, y que servirán mejora la humanidad y a su país, si en vez de ventajas efímeras puedan ofrecérsele emporios de comercio, relaciones fecundas, y la concordia permanente entre hombres de la misma raza que hablan la misma lengua y sostienen con igual entusiasmo el generoso deseo de ser libres. Si V.E. presta a la cesación de una lucha estéril y enlaza sus pabellones con los nuestros podrá proclamar la independencia del Perú, se constituirá un Gobierno Provisional presidido por V.E., compuesto de dos miembros más, de los cuales V.E. nombrará a uno y yo al otro; los ejército se abrazarán sobre el campo; V.E. responderá de su honor y de su disciplina y yo marcharé a la península si necesario fuere, a manifestar el alcance de esta alta resolución, dejando a salvo en todo caso hasta los últimos ápices de la honra militar y demostrando los beneficios para la misma España de un sistema que en armonía con los intereses dinásticos de la casa reinante, fuese conciliable con el voto fundamental de la América independiente".
    Lamentablemente, Londres se opuso con toda dureza a este posible acuerdo.
    También los liberales, sobre todo los más jacobinos, tanto del lado español como el americano también se opusieron.
    Obviamente, las logias hicieron lo suyo.
    A ello debemos sumar a todos aquellos que por los motivos que fueran, se tornaron en intransigentes y no supieron, o no quisieron darse cuenta a qué nos llevaría el continuar con esa guerra fratricida.
    Ante estas tratativas de Punchauca y Miraflores dirá San Martín en 1821:
    "Prefiero la gloria de la Paz, a los honores de la victoria"
    Ese mismo año escribirá al General O´Higgins: "Espero los resultados de una negociación secreta que he entablado. Si ella se verifica, la guerra del Perú es concluida... todo se puede dar por bien empleado para dar paz a estos pueblos".
    También hay que meritar la incondicional adhesión de San Martín al Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas cuando nuestra Patria fue atacada en forma conjunta por Francia e Inglaterra.
    En la misiva en que brinda sus servicios y se refiere a la agresión francesa, resalta la traidora actitud de los unitarios, y de aquellos que le prestaban ayuda arguyendo que tal actitud suponía una: "felonía que ni el sepulcro puede hacer desaparecer"
    A su vez se ha de tener en cuenta que legará en su testamento su sable al Brigadier General don Juan Manuel de Rosas por haber defendido la soberanía de nuestra Patria contra la agresión Anglo-Francesa.
    De más está decir que Rosas no puede ser tachado de liberal, logista, sino de dictador y contrario a tales ideas y personajes.
    Asimismo San Martín prestó importantes servicios en este conflicto al gobierno argentino.
    Cuando me refiero a "voluntarismo", "ideologismo", "angelismos", "dogmatismo", etc, lo hago sin distinguir del lado que provenga, sea del nacionalismo, liberalismo, marxismo, carlismo, izquierda, derecha o centro, en fin que hay que tratar de no caer en ello, porque es un serio error, a mas de ser infecundo, y no llevar a ningún lado.
    Es factible que sin querer o sin darnos cuenta caigamos en ello.
    El nacionalismo no necesariamente es hijo de la Revolución Francesa.
    El que se dio en Europa en el siglo XX, fue una reacción natural, instintiva, y necesaria, contra la Revolución Bolchevique.
    Y gracias a ello Italia, Alemania, Rumanía, etc, no cayeron en poder del comunismo.
    Lo que si ocurrió con su derrota, con Alemania, Checoslovaquia, Albania, Rumanía, Polonia, Hungría, Letonia, Estonia, Yugoslavia, etc.
    Y las consecuencias de todo ello están a la vista, por lo que no necesitan demostración.
    En fin que aquí hay mucho que matizar, insisto atenti con la ideologización.
    Al menos por los millones de muertos, mutilados, heridos de guerra, perseguidos a sangre y fuego ( y en serio!), hasta hoy día.
    Y tambien por no ser desagradecidos con los "Voluntarios", que fueron cientos de miles y muchos murieron o quedaron seriamente inválidos o afectados de por vida, en la guerra civil española, peleando, sufriendo y padeciendo como un Español más.
    Ni que decir el cuantioso apoyo logístico de todo tipo y orden.
    Tengo en mi poder escritos y publicaciones de esa época donde España agradece esa ayuda "Inestimable", "Gloriosa", "heroica", en "comunidad", y "hermandad de ideales", etc, etc.
    Allí, no se trataba de "discutir", "teorizar", "filosofar", sino de decisión, coraje, valor, y al frente.
    A batallar con el enemigo de verdad, no el libresco, y que enemigo caro Ordóñez!
    Si bien esto puede tratarse en otro hilo, es bueno aclararlo, porque tiene que ver con tu planteo de -condenar al fuego eterno del infierno- a todos los nacionalistas.
    Por otra parte esta condena se iguala a la prodigada por los liberales, socialdemócratas, demócratas cristianos, demócratas en general, partidocráticos, globalistas, mundialistas, anarquistas, sinárquicos, plutocratas, oligarcas, obviamente los comunistas, ni que decir los tres puntos...etc.
    Va de suyo que no te imputo en absoluto que integres ninguna de esas categorías.
    Solo se trata de una reflexión, para que medites que si los enemigos son de tal calibre y pelaje, no ha de ser tan condenable, y execrable, sin derecho a replica ni a apelación.
    Bueno me extendí en demasía, mis disculpas.
    Cordiales saludos.

  13. #33
    Avatar de Ordóñez
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Otra vez Juan....

    Y las Cortes de Cádiz decían lo mismo con respecto a la religión católica.... Sin embargo, para el nacionalismo éstas eran una cueva de masones a las que combatía San Martín. Cualquier conservador español, o incluso liberal moderado, hubiera repetido lo mismo que San Martín. Lo mismo que el "Francisco de Paula de Borbón tardío" (Acuñando una célebre adjetivación nacionalista).

    En cuanto al liberalismo de San Martín no lo digo yo, lo dice él, NOSOTROS LOS LIBERALES SOMOS HERMANOS EN TODAS PARTES DEL MUNDO. Dios mío, ¿qué no se entiende de aquí, si él mismo así se define, y así pacta con los liberales españoles?

    ¿Qué no se entiende de su simbología del gorro frigio defendida desde la Argentina al Perú y presente en todo el proceso secesionista?

    ¿Que había liberales más radicales que él? Y sí, pero esto sería entrar en el debate que si Narváez era menos liberal que Espartero.... Si éste es el argumento, por ahí mal vamos, porque el mismo San Martín fue muy claro al definirse liberal. Y al actuar como tal, obvio.

    En lo del Perú se te olvida, como se suele olvidar en estos casos, el sueldo de 30.000 pesitos anuales por ser flamante Protector. Como dije en otra ocasión, la libertad tiene un precio... Y más cuando una importantísima parte del pueblo peruano demostró con su sangre no querer esa pseudo-independencia. Sin duda tenían razón.

    Pero bueno, ya con esta terquedad en no ver lo que el mismo San Martín dice me convenciste, querido amigo, de cómo ideologizar a un personaje al margen de él. Y no lo digo por ti como persona, lo digo en en general, aclaro.

    Es muy interesante el documento que expones, donde el mismo San Martín se da cuenta de cómo se ha ido la cosa de las manos, y aun así, con quienes pacta es con los liberales españoles. El mismo Bolívar en su lecho de muerte también acabó así. Y Miranda, sin ir más lejos. Acaso sea la expresión más clara del fracaso que digo.

    Y yo no condeno al fuego eterno a nadie, y que conste que creo que lo del nacionalismo es otro debate. A quienes se ha condenado al fuego eterno del vilipendio y la desmemoria ha sido a quienes lucharon por España sin más recursos que sus cojones y su fidelidad en dos siglos de mentiras, ideologizaciones e idealizaciones de izquierda a derecha que al final todas dicen lo mismo, lo buenos que fueron unos y lo malos que fueron otros. Y todo, por supuesto, es culpa de España, desde el absolutismo al liberalismo. Y tras dos siglos, el culpable es el mismo... Sin duda algo falló (Aquí y allí), otra cosa es no querer reconocerlo. Pero si seguimos desdiciendo a los propios personajes con nuestras propias piruetas, entonces ya entramos en otro terreno, como me temía y como me ha pasado siempre en este tipo de debates.

    Saludos en Cristo Rey.
    Última edición por Ordóñez; 10/10/2012 a las 06:05

  14. #34
    Avatar de juan vergara
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Amigo Ordóñez, comparto parte de tus acertos y otros los matizo.
    Lo que no debes creer es que todo es blanco o negro, sin otros colores, otras luces, otras sombras, otras complejidades, otras tensiones, otras vivencias, otras perspectivas, otras alternativas, etc.
    Ello sin desmerecer muchas de tus afirmaciones que tienen su basamento.
    Por ejemplo, no todos han condenado al infierno a los que lucharon por España y San Martín es un claro ejemplo de ello.
    Hay hombres insospechados como el Bebe Goyeneche, Ignacio Anzoátegui, Antonio Caponetto, Federico Ibarguren, Ernesto Palacios Marcelo Sanchez Sorondo, el Padre Julio Meinvielle, el Padre Castellani, Leopoldo Marechal, El Padre Antonio Vallejo, J. Díaz Vieyra, Ricardo Curuchet, El Padre Ignacio Ezcurra, Juan Olmedo, Orlando Gallo, Ponferrada, Bernardez, Hugo Wast, Manuel Galvez, Alberto Buela, El Padre Saenz, y un interminable etcétera que no encuadran en tu "etiquetamiento".
    No solo somos defensores de la Hispanidad, sino que lo somos con más ímpetu que algunos Españoles, proclamados Tradicionalistas.
    Y esto no solo esta comprobado atravez de los escritos, sino que tuve una experiencia personal en mis viajes a España, en los cual hable con muchos Carlistas.
    La linea de nombres que di -a mero título de ejemplo- como te dije, no encuadran en tu encastillamiento.
    Y no ven una leyenda rosa, ni de uno ni de otro lado, porque esa leyenda es pura fantasía.
    Tampoco "lo bueno que fueron unos y los malo que fueron otros".
    Esto es así porque saben matizar, porque en esa dolorosa guerra entre hermanos, no hay al modo maniqueo de un lado, los puros e inmaculados, valientes y cojonudos, sin un cobre, actuando como si fueran la madre Teresa de Calcuta y del otro uno miserables felones, ladrones, cobardes, violadores, asesinos, degenerados , mal paridos, con todo el oro del mundo, etc, etc.
    Eso puede ser para las novelas de Corin Tellado, pero no es real.
    A propósito del dinero de San martín, los cobro cuando estuvo en Perú?
    Es un hecho cierto que puso plata de su peculio personal para apoyar las campañas militares.
    Tambien que dono parte de sus emolumentos.
    Pacífico Otero, Ricardo Rojas y los autores que siguen esa linea, han hecho del hombre de carne y hueso una estatua de bronce inmortal, o la mistificación del "santo de la espada", por eso su lectura debe ser tomada con mucho cuidado.
    El ejercito del norte se hizo a "ponchazos", y Buenos Aires le quito su apoyo, pues lo quería para pelear contra los caudillos.
    Hay cartas entre San Martín y Pueyrredón, que demuestran lo patético y angustiante de la situación.
    Inglaterra aliada de España en principio se oponía a la Independencia, solo buscaban el libre comercio, que España le concedía.
    San Martin quería pactar con los liberales Españoles porque pensaba que ellos le podían dar la independencia y así evitar la guerra entre hermanos.
    Pero tambien hubiera pactado con los absolutistas o quien fuera por el mismo motivo.
    Esto es lógico.
    Lo que puede discutirse es la cuestión de la independencia.
    Por otra parte no veamos en San Martin a un tradicionalista porque no lo fue, como no lo fueron las cortes Europeas, ni la Española, ni en general la clase gobernante de esa época, ni lo que se enseñaba en los colegios o universidades ni lo que solía leerse en los ambientes "cultos", ni las ideas de determinados Sacerdotes, ni que decir las andanzas de determinados y muy influyentes jesuitas, que "calentaban la cabeza de los educandos".
    Luego esta la Independencia de Norteamérica.
    Y tantos otras cosas, ya comentadas.
    Tampoco se trata de "echar culpas" de un solo lado, pues otra vez estaríamos como los cátaros.
    Reconozco que ese es un feo defecto y mea culpa si caigo en el.
    Pero no se puede ignorar que hubo un excesivo absolutismo y miopía política, de la cual se pueden dar cientos de ejemplos, vgr, la creación de una parroquia podía tardar diez años de trámites burocráticos para venir con una respuesta negativa...
    Bueno como siempre me extiendo en demacia.
    Por fin acabo de conseguir el libro de Ullate, "Españoles que no Pudieron serlo", espero poder leerlo pronto.
    Aquí he leído el de mi distinguido amigo Julio Gonzalez, "La Involución Hispanoamericana", lo conoces?
    Reconozco que es un libro que se las trae, y hay cosas que no comparto, y otras que si.
    Salio hace dos años y que yo sepa aún nadie salio a replicar.
    Bueno estimado Ordóñez sera hasta otro momento Dios mediante.
    Un abrazo.

  15. #35
    Avatar de Rodrigo
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Ordoñez, una preguntilla: Está claro que Bolívar y San Martín eran liberales, ¿pero en el caso de Iturbide, el "libertador" de México, podría afirmarse que él sí era el defensor de la Tradición frente al gobierno liberal y masón del coronel Riego? Aunque de todas maneras, en México no parece que haya muchos nacionalistas católicos hispanistas, como parece que hay en Argentina. Personalmente, creo que son un mal menor y mirando más hacia el futuro que hacia el pasado, no parece que vaya a haber un rey legítimo de España y de las Indias al que podamos guardar fidelidad, a uno y otro lado del Océano, con lo que esta conversación no tendrá más relevancia que la de una discusión meramente histórica.

  16. #36
    Avatar de Ordóñez
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Estimado Rodrigo:

    Naturalmente, se trata de una "discusión histórica", y muy difícil, pues durante dos siglos sólo se ha escuchado una voz. Creo que Iturbide daría para otro debate, no obstante el caso de él fue distinto, pues él sí que combatió en las filas realistas y fue acusado injustamente. No fue el caso de San Martín, quien traicionando su deber contraído, no sólo escupió en el plato que le dio de comer sino que ayudó a que América se partiera en un desastre mil pedazos. Admito que San Martín tenía un plan político que, de haber funcionado, no hubiera sido tan traumático ni por asomo. Pero con esos compañeros de viaje era previsible que pasara lo que desgraciadamente pasó, contra el criterio de muchos americanos y de muchos españoles injustamente masacrados. No obstante, como bien señalas, el golpista Trienio Liberal en efecto fue la causa de la ruina del realismo americano, cuando en muy buena parte del continente la pacificación reunificadora prometía, tras contados fracasos secesionistas que siempre se estrellaban en lo mismo: La falta de apoyo popular, algo reconocido por las huestes bolivarianas. El mismo Morillo deshizo toda la obra bélica de Boves y Morales en Venezuela, y desperdició el mejor ejército de América, que se lo supo llevar Páez, otro desertor de la causa realista, hijo de un isleño y ciertamente sin muchos escrúpulos. Fíjate que para lograr arrinconar a Bolívar....

    Estimado Juan:

    Si voy a "las culpas", es porque siempre son las mismas: España es la culpable de todo, hasta de que saliera mal la independencia. En este contexto digo, en este tipo de debates. No lo digo por ti como persona. Todo lo que dices del absolutismo y de la miopía burocrática es cierto. Pero eso no lo arregló ninguna república, al contrario, cualquiera sabe que la burocracia en Hispanoamérica es para echarse a temblar. Si no se le dio esa oportunidad al "siglo borbónico", ¿por qué a las otras sí? Te digo porque es la misma vaina que en España.... Y bueno, es que no es tampoco para olvidar el muy cómodo papel de las oligarquías criollas con este sistema, hasta que cobardemente aprovecharon la invasión napoleónica para acaparar todo el poder, que era lo que querían, cuando ya en verdad tenían bastante. Todos los regímenes que han venido tras las independencias han sido infinitamente peores que la monarquía hispánica en todo. Y lo mismo se puede decir de la España peninsular e islas adyacentes. Ahora acaso estamos en el ocaso del ocaso, y este proceso revolucionario parece que nos está devorando por igual.


    Me consta la gran defensa de la Hispanidad hecha por esos excelentes autores, a quienes tengo en mi modesta biblioteca y ya quisiera yo llegarles siquiera la suela de los zapatos. Pero flaco favor se hace a la Hispanidad si en este proceso clave se "mitologiza" a un personaje que ayudó a rematarla. (No digo que todos esos autores lo hayan hecho por igual) No es el San Martín que a muchos hubiera gustado que fuera, es el San Martín real, el que se definía liberal y le pide en el testamento a su hija "respeto a todas las religiones"; el oficial español que después de servir en armas al despotismo ilustrado que por cierto le dio el virreinato al Río de la Plata, se dio de baja en el ejército (O algo muy parecido a desertar) cuando su patria era invadida, se fue a Inglaterra y a partir de ahí montó un tinglado trincón mezclando una vaga simbología incaica con el gorro frigio que salió como el orto, valga el argentinismo.

    Por cierto que no tengo el libro de D. Julio, a ver si lo consigo. Recuerdo el revuelo y las muy injustas críticas hacia el de Manolo González, mi gran amigo y maestro QEPD. (Aclaro: Digo las injustas críticas en este mundillo).

    En nada achico las culpas venidas de la Península. De hecho nuestra América fue el campo de experimentación de muchos revolucionarios españoles que llenaron las filas secesionistas.

    Sí es cierto que en este tipo de debates me enciendo porque en los que he estado al final siempre es lo mismo, y creo que lo he "pagado contigo". Disculpa en ese sentido.

    En lo de los jesuitas pues qué decir amigo.... Que a lo mejor parece una exageración, pero con el tiempo, comprendo y hasta aplaudo su expulsión. Claro que este es otro debate.


    Un abrazo en Cristo.
    Última edición por Ordóñez; 11/10/2012 a las 18:04

  17. #37
    Avatar de CriolloArgentino
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    Re: Biografía masónica de San Martín

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    (Por Antonio Caponnetto)

    Es común leer dos afirmaciones referidas al General José de San Martín: que integró la masonería, y que fue liberal. Con motivo de celebrarse, el 25 de este mes, el 230º aniversario del nacimiento del prócer máximo de la Argentina, nos parece conveniente enfatizar, categóricamente, que San Martín no tuvo jamás ningún vínculo con la masonería, ni profesó la ideología liberal.

    Como las autoridades masónicas efectuaron, en plena Catedral de Buenos Aires (“por primera vez en la historia”), un homenaje a quien denominan “el Más Ilustre Iniciado”, es oportuno recordar que la masonería argentina adoptó una actitud desdeñosa hacia San Martín, hasta 30 años después de su muerte. Cuando llegan a Buenos Aires los restos mortales del Libertador, la masonería no participa en los homenajes, pues no lo consideraba uno de los suyos.
    La primera ocasión en que se sostiene que el general era masón y no católico, fue el 22-6-1883, con motivo del debate por la enseñanza primaria, por boca del diputado Emilio Civit. A partir de entonces, comenzará la leyenda urdida por la masonería argentina, sosteniendo, también, que la Logia Lautaro era una sociedad masónica, contradiciendo a dos Grandes Maestres: Mitre y Sarmiento, que afirmaron lo contrario.

    Consideramos que no se ha destacado suficientemente el aporte extraordinario que realizó Patricio Maguire para terminar, definitivamente, con las dudas sobre este tema
    . Dicho investigador consultó directamente a las autoridades de las Grandes Logias de Inglaterra, Irlanda y Escocia. Recibió respuesta por escrito de las tres, que coincidieron en que la logia Lautaro nunca estuvo registrada en dichas instituciones, y que San Martín no figura en los archivos como miembro. Maguire recibió las comunicaciones respectivas en 1979 y 1980, publicándolas de inmediato.
    Curiosamente, el Dr. Terragno también conoció esa información, en la misma época, por una nota del Bibliotecario y Curador de la Gran Logia Unida de Inglaterra, que afirma poseer, agregando, “que si alguien no figura en esos registros es porque nunca fue miembro de la masonería inglesa”. Lamentablemente, dió a conocer ese valioso dato, 19 años después de haberlo obtenido.

    Es preciso difundir estas pruebas documentales de que el Libertador no fue masón, pues no se trata de una cuestión baladí, dado que la religiosidad del prócer ha sido demostrada, y que es incompatible la pertenencia a la masonería con el catolicismo; de lo contrario, como alertaba Aragón hubiera sido “infiel al uno o a la otra”, quedando en duda su honorabilidad.


    Ideología liberal

    Como también se afirma a menudo que San Martín era liberal, es necesario esclarecer este otro infundio. Según parece, el vocablo liberalismo, fue usado por primera vez en lengua castellana hacia l8l0 y fue adoptado en España por los partidarios de la Constitución de Cádiz, adversos al absolutismo de Fernando VII, sin ninguna manifestación de oposición al cristianismo.
    Explica el P. Castellani:
    “Lo que había de bueno en el liberalismo de antaño, de l820 a l860, consistía en una especie de ímpetu juvenil contra un montón de cosas que tenían que morir; a saber, el absolutismo de los reyes, inventado por los reyes protestantes; el despotismo demasiado cerrado de los Gremios y Corporaciones medievales y una decadencia de la Religión, que originó en Inglaterra el deísmo y en Francia el filosofismo. Así que toda la juventud europea a principios del siglo pasado [XIX] se conmovía con ese grito de Libertad, y sabía lo que significaba esa palabra ambigua, que no lo era para ellos; lo que no sabían era lo que estaba detrás. Se sentían apretados, estrechos y cansados y al decir ¡Libertad! decían queremos salir de esto.”
    Esto, eran las miserias de la Corte borbónica, que Napoleón resumía así: la madre era adúltera, el padre consentido, el hijo traidor.

    Incluso el vocablo liberal, según el diccionario de la Real Academia Española, define a quien obra con liberalidad, virtud moral que consiste en distribuir uno generosamente sus bienes sin esperar recompensa. En cambio, el mismo diccionario, define al liberalismo como “sistema político-religioso que proclama la absoluta independencia del Estado, en sus organizaciones y funciones, de todas las religiones positivas”.
    Estas acotaciones semánticas, sirven para distinguir entre aquella persona que, por distintos motivos, reivindica el nombre de liberal, simplemente, de quien adhiere explícitamente a la ideología liberal, con conocimiento pleno de su contenido. Nada en la actuación pública de San Martín, ni en su vida privada, permite sostener que profesara la ideología liberal; por el contrario, se expresó negativamente sobre ella, en varias de sus cartas.

    La ideología liberal, tal como ha sido definida por sus autores principales - Locke, Montesquieu, Rousseau, Stuart Mill- es incompatible con el cristianismo. Así lo aclara el Papa Pablo VI, en la Octogesima adveniens:
    “Tampoco apoya el cristiano la ideología liberal, que cree exaltar la libertad individual sustrayéndola a toda limitación, estimulándola con la búsqueda exclusiva del interés y del poder....” (26).
    Esta posición se mantiene invariable en la Iglesia, desde hace dos siglos.

    El Papa León XIII (Enc. Libertas, l888) analizó tres grados posibles de liberalismo, y los consideró igualmente condenables. Explica el Prof. Caturelli: “Tanto el liberalismo extremo (ateo), como el liberalismo moderado (deísta), como el liberalismo muy moderado (“cristiano”), admiten una zona (el orden temporal) de autosuficiencia del hombre: el primero porque niega la existencia de un orden trascendente al temporal: el segundo porque lo ignora y el tercero porque lo separa. En el orden práctico, viene a resultar lo mismo.”

    Esta aclaración es necesaria, porque algunos autores sostienen que San Martín fue un católico liberal; así lo hace el Dr. Cuccorese, académico sanmartiniano, quien considera que no incurrió en contradicción, pues el liberalismo recién fue condenado por la Enc. Quanta Cura, en l864, l4 años después de la muerte del Libertador.

    Debemos discrepar, puesto que los Papas comenzaron a cuestionar las ideas liberales, incluso antes de la Revolución Francesa. Por ejemplo, en la Alocución de Pío VI, el 9 de marzo de l789, y en la Carta del mismo Papa, de l79l, a los obispos de la Asamblea Nacional. Pero con respecto al liberalismo católico, recordemos que esta actitud ya se advierte cuando Talleyrand, Obispo de Autun, celebra misa en el campo de Marte, con trescientos sacerdotes adornados con la escarapela tricolor.
    La primera expresión teórica respectiva, aparece cuarenta años después con Lamennais -sacerdote apóstata- y su periódico L Avenir, que defienden precisamente el liberalismo católico, siendo esta posición condenada por Gregorio XVI, en la Enc. Mirari vos, promulgada en l832, mientras San Martín vivía en París, y l8 años antes de su fallecimiento.
    No está demás recordar, que el Papa Pío IX, aquel que conoció a San Martín, afirmó que “los llamados católicos liberales...son más peligrosos y funestos que los enemigos declarados...”.

    En conclusión, puede afirmarse, con seguridad, que San Martín no fue masón ni liberal.

    Febrero 11 de 2008.-

    Mario Meneghini

    Fuentes:

    -Aragón, Raúl Roque. “La Política de San Martín”; Córdoba, Universidad Nacional de Entre Rios, 1982, pág. 19.
    -Bruno, P. Cayetano. “La religiosidad del General San Martín”; Buenos Aires, Ediciones Don Bosco, 1978, p32 págs.
    -Castellani, Leonardo. “Esencia del liberalismo”; Buenos Aires, Huemul, 1971, pgs. 24/25.
    -Caturelli, Alberto. “Examen critico del liberalismo como concepción del mundo”; Gladius, Nº 2, l985, pg. 38
    -Cuccorese, Horacio Juan. “San Martín; catolicismo y masonería”; Buenos Aires, Instituto Nacional Sanmartiniano-Fundación Mater Dei; l993, pg. l45
    -Episcopado Argentino. “Declaración”; 20-2-1959.
    -Revista SIMBOLO net, publicación de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, Nº 69, diciembre de 2007, versión digital.
    -Revista “Masonería y otras sociedades secretas”; Buenos Aires, Nº 2, noviembre de 1981, págs. 20/25; Nº 3, diciembre de 1981, págs. 15/20; Nº 5, febrero de 1982, págs. 30/35.
    -Terragno, Rodolfo. “San Martín & Maitland”; Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes, 1999, pág. 181: Librarian and Curator, United Gran Lodge of England, comunicación personal, 14-11-1980.
    -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


    Esteban dio el Víctor.

  18. #38
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    Y volvemos con el San Martín que nos hubiera gustado que fuera, no el que fue. O sea, enmendamos la plana al que se definió como liberal y al que pactó con los liberales españoles. Pero claro, es que "liberal" y el gorro frigio (Muy ilustrativa esa bandera, signo de la imposible mezcolanza del secesionismo) en América significaba otra cosa, y seguramente sea un infundio del absolutismo borbónico español. En fin.... Volvamos al mismo:Los liberales del mundo somos hermanos en todas partes y queremos preparar en este hemisferio un asilo seguro para nuestros compañeros de creencias.” –José de San Martín, 1821.

    Una cosa es la ideología y otra la verdad histórica. Podemos estirar lo que queramos, pero el mismo San Martín desmentirá con su vida y obra.
    Última edición por Ordóñez; 23/10/2012 a las 17:58

  19. #39
    Avatar de Michael
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    Re: Biografía masónica de San Martín

    - Borbones malos y Austrias buenos


    Los autores nacionalistas están muy apegados a esta contraposición. Claro que, al referirse a la Casa de Austria, se quedan en el emperador Carlos, en Felipe II y el Siglo de Oro, olvidando rotundamente a sus sucesores, los llamados “Austrias menores”, el Conde-Duque de Olivares y un largo etcétera. Por otro lado, dejando en el tintero también el hecho de que el archiduque Carlos, que hubiese sido Carlos III de triunfar en la Guerra de Sucesión, había pactado con Gran Bretaña, a la que entregó Gibraltar y quién sabe que otros territorios de haber tenido éxito. La mala memoria también les impide recordar a José II, cuya política religiosa fue acaso más “masónica” que la del Borbón Carlos III, o a María Teresa, la protectora de los Enciclopedistas y también perseguidora de los jesuitas.
    Si bien es cierto que los Austrias menores no fueron muy buenos en su política europea, la política americana de los Austrias menores fue buena y aquí no dejaron un mal sabor. Desde un punto de vista americano, pienso que los Austrias no fueron malos con nosotros como sí fueron los Borbones, estos sí nos oprimieron y realmente nos explotaron
    Esteban dio el Víctor.

  20. #40
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    Re: Biografía masónica de San Martín

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    Independientemente de que las medidas del rey Carlos III fueran o no masónicas y/o ilustradas, lo que corresponde analizar es si dichas medidas se correspondieron con la realidad. No es el lugar éste para enjuiciar la actuación de los jesuitas en América en general y de su “reino” teocrático guaraní en particular; sólo dejaremos sentado que desde un principio generó quejas entre los vecinos, gobernantes, regidores, visitadores, etc., tanto peninsulares como criollos, y no siempre —como afirma cierta leyenda— porque éstos quisiesen esclavizar a los guaraníes. Pero sí nos fijaremos en la actuación de la Compañía de Jesús tras la supresión de la misma. Sabemos de las relaciones ciertas del agente británico Miranda con muchos ex jesuitas, lo que lo llevó a afirmar que el cuartel general de la Revolución estaba en los Estados Pontificios. Tampoco se puede negar la influencia de los ex jesuitas revolucionarios Vizcardo, Godoy y otros menos conocidos, algunos de los cuales luego tendrán actuación en las Cortes de Cádiz. Entre las líneas de investigación historiográfica actual, se han descubierto interesantes vínculos de la Compañía de Jesús con la corona británica, no sólo después de la supresión sino incluso antes —tema éste sobre el que, D. m., profundizaremos próximamente—.


    Quejas de gobernadores envidiosos ansiosos por tener control sobre las posesiones de la Iglesia. Las medidas de Carlos III eran pro masónicas y a favor de la masonería de su gabinete, la expulsión de los jesuitas fue una medida regalista más del monarca, quien deseaba sujetar la Iglesia al estado, no tenía nada que ver con un vínculo de los jesuitas con la corona británica, la realidad es que Carlos III emprendió un regalismo asfixiante que oprimió a la iglesia

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