El inglés como colonizador invisible | La Hojarasca (Alianza de escritores y periodistas)
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EL INGLÉS COMO COLONIZADOR INVISIBLE
En Latinoamérica hay preocupación por enseñar y aprender inglés como lenguaje universal.
¿Por qué debemos aprender inglés?.
Muchos académicos, teóricos y gente del común procuran dar respuesta centrándose en los ingresos económicos y la aceptación social.
En principio,
aprender inglés se ha visto como un requisito universitario y laboral. Sin embargo, esta exigencia ha permeado las prácticas sociales que constituyen nuestra cultura y por ello no solo interesa a estudiantes universitarios sino que involucra a los jardines infantiles y escuelas primarias.
Este fenómeno está estrechamente ligado a la vida cotidiana. En Colombia, los estándares de la educación básica y superior evalúan el conocimiento y el manejo del inglés como segunda lengua. Este tipo de evaluación es en relación al mundo y no solamente al país, de ahí que los puntajes se categoricen entre A1 y C2.
Un estudio del Ministerio de Eduación Nacional de Colombia publicó que en 2.009 tan solo el 7,2% de los universitarios podían estar en la categoría de bilingües. Para ingresar a un centro de educación superior se debe tener conocimientos básicos en el manejo de esta lengua y en algunas universidades, como La Sabana, exigen pasar exámenes internacionales para obtener el título de profesional.
Sin embargo, visto desde las perspectivas del Universalismo y la Teoría Crítica de la Cultura, este fenómeno es un proceso de colonización que ha venido haciendo, en principio Gran Bretaña, Estados Unidos desde la segunda mitad del Siglo XX con la intención de hegemonizar.
A continuación esta problemática será analizada desde el significado que le da la Teoría Crítica, expuesta en el texto `Teoría Tradicional y Teoría Crítica de la cultura´por Santiago Castro, a la cultura: “un entramado de relaciones de poder que produce valores, creencias y formas de conocimiento”.
Estrategia de colonización
Desde la perspectiva de Castro en la cual la forma de colonizar en el mundo moderno es a través de un capital invisibilizado,
Estados Unidos ha usado el lenguaje para hacer las veces de colonizador.
Esto se evidencia en las prácticas sociales comunes como las conferencias y ferias empresariales internacionales, que sin importar el país organizador, asumen que todos los asistentes tienen mínimos conocimientos de inglés y es normal leer y escuchar en este idioma.
En este nuevo siglo, el inglés es visto como el idioma universal, por un lado es el tercero con mayor número de hablantes oficiales en el mundo y por el otro es el idioma de los negocios. “El universalismo sirve para legitimar la superioridad de los colonizadores o de los grupos hegemónicos a nivel nacional”, escribió Castro en su obra. Al ser el inglés el idioma universal es legitimada su superioridad en relación a los demás, aún cuando el lenguaje autóctono de un lugar contenga mayor contenido tradicional y representativo para la población.
Entendido que los países de habla inglesa son vistos como los pueblos más `adelantados´ pueden, en consecuencia, “ocupar legítimamente el territorio de los más `atrasados´y llevarles, sin reparos de conciencia, los beneficios de la civilización”, iniciando negocios, tratados y enlaces de cooperación que los empodera en territorios ajenos.
Símbolo de hegemonía
El autor que ha sido referencia durante todo el ensayo, afirma la idea que es el espacio donde la `colonialidad del poder´ ha sido legitimada o impugnada desde diversas perspectivas sociales.
En la Teoría crítica, aparte de lo señalado anteriormente,
la cultura es vista como el campo de lucha por el acceso a la hegemonía. Entonces, si se ve a Estados Unidos como un poder hegemónico, lo que permite evidenciar la teoría crítica es que
el inglés más que una verdad que debemos aceptar, porque quizá el alemán o el mandarín podrían ser también lenguajes universales,
se presenta como un modelo generado con el fin de cambiar el mundo de los negocios y la comunicación global de acuerdo a sus intereses. Así más países van involucrando el inglés como segunda lengua con la pretensión de entrar a ese mundo de relaciones.
No obstante, así como lo resalta el autor, se puede ver la imposición del inglés en el ámbito académico y en el social como un “entramado de relaciones de poder”, que no solo produce poder sino un modelo de conocimiento como los programas que se han desarrollado en Latinoamérica con el propósito de ser naciones bilingües.
Un ejemplo claro de esto es la evaluación del bilingüismo en los países de América Latina. Colombia se ha posicionado en los últimos lugares sobre el dominio del inglés en los estudios internacionales como lo afirma el EF EPI. Se ubica en el último lugar a nivel de Latinoamérica. Con este estudio queda en evidencia que pese a la imposición del idioma, los colombianos no reflejan óptimos resultados.
Según Santiago Castro, “lo verdadero, lo bueno y lo bello, es decir, el conjunto de objetivaciones históricas de la acción humana que denominamos “cultura”… Se encuentra anclado en relaciones de poder socialmente construidas que han adquirido un carácter mundial”.
Hablar inglés en un país latinoamericano resulta ser tan importante, puesto que de acuerdo a ese carácter mundial que ha adquirido el idioma, se cataloga con objetivaciones culturales tales como ´bueno´ y ´necesario´.
Es imperativo analizar este fenómeno desde varios puntos de vista, puesto que al asociarlo con las expresiones de la Teoría Tradicional, Estados Unidos se interesa por imponer el cambio y la cultura pero no se involucra. Es entonces cuando Estados Unidos vendría siendo el espectador, aunque su lengua se ha convertido en un lenguaje global, se presenta desinteresado.
Basta con escuchar para notar que el inglés americano es muy diferente al británico, “cuna” de este idioma. Por ejemplo, en lugar de decir because dicen cause, reduciendo poco a poco las palabras y la diferencia en la pronunciación. Bien lo dijo la historiadora Diana Uribe en una entrevista realizada por ´Punto Colombia Bicentenario´: “Lo que se perdió, los rasgos diferenciadores y aquellos elementos que forman la “cultura” de cada país por el desconocimiento y poco interés de las personas”.
Ante esta situación de enfrentarse a un conocimiento nuevo que se encuentra fuera del contexto natal,
el inglés ha pasado de ser una herramienta de conocimiento a ser una necesidad para trascender como profesional y elemento vinculante en la sociedad.
No obstante, el lenguaje autóctono, que es un ejemplo claro de nuestras raíces, se ha convertido en una preocupación menor.
Al aceptar esa hegemonía, consciente o inconscientemente, como lo menciona el antropólogo Arturo Escobar en su libro ´La Invención del Tercer Mundo´: “se está jugando con la autonomía, la personalidad y la cultura, las bases productivas y la visión del mundo que nos han dado el hálito de vida como seres humanos y pueblos dignos de respeto y de un mejor futuro”.
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