Diez españolas de armas tomar en la conquista de América
Con la ayuda del libro «Españolas del Nuevo Mundo», de Eloísa Gómez-Lucena, repasamos la vida de estas heroínas
Beatriz Bermúdez de Velasco
ABC
Ilustración de Tenochtitlan
Beatriz Bermúdez de Velasco. Española en la conquista de México. La Bermuda se hizo famosa durante el asedio de los españoles a Tenochtitlan. Los mexicas, acorralados por las tropas de Cortés, contraatacaron ferozmente, y muchos de los nuestros se batieron en retirada. Al verlos huir, la Bermuda les lanzó una terrible soflama que relata el cronista Cervantes de Salazar: «...viendo así españoles como indios amigos todos revueltos, que venían huyendo, saliendo a ellos en medio de la calzada con una rodela de indios e una espada española e con una celada en la cabeza, les dixo: "¡Vergüenza, vergüenza, españoles, empacho, empacho. ¿Qué es esto que vengáis huyendo de una gente tan vil, a quien tantas veces habéis vencido? Volved, volved a ayudar y socorrer a vuestros compañeros que quedan peleando, haciendo lo que deben; y si no, por Dios os prometo de no dexar pasar a hombre de vosotros que no le mate; que los que de tan ruin gente vienen huyendo, merecen que mueran a manos de una flaca mujer como yo"». Los españoles volvieron al combate, y tras cruenta lucha, vencieron a la coalición mexica.
María de Escobar
ABC
Españoles e incas en Perú
María de Escobar. La primera española que sembró trigo en Perú. Explica Eloísa Gómez-Lucena que «tan de vital importancia era preservar las semillas que la Corona española premiaba con 600 ducados al primero que en cada ciudad del Nuevo Mundo obtuviera una cosecha de cebada, trigo, aceite, vino y cualquier otro producto de España». Una de estas personas pudo ser María de Escobar, según cuenta el Inca Garcilaso: «Es de saber, que el primero que llevó trigo a mi patria (yo llamo así a todo el imperio que fue de los Incas) fue una señora noble llamada María de Escobar. Esta señora, digna de un gran estado, llevó el trigo al Perú a la ciudad de Rímac (Lima)».
Beatriz González
ABC
Hernán Cortés, conquistador de México
Beatriz González. Enfermera española en la conquista de México. Como relata Gómez-Lucena, todas las mujeres, sin distinción de raza y condición social, que integraron los ejércitos de Cortés y Narváez, debieron trabajar como enfermeras y boticarias. Curaban a los heridos con aceite, y cuando este faltaba con grasa caliente de animal, y si no había usaban la de los indios que mataban. Beatriz González fue una de estas mujeres que como cuentan las crónicas ayudaban en las tareas de curación de nuestros hombres... «cuando la noche nos departía, curábamos nuestros heridos con aceite, e un soldado que se decía Juan Catalán, que nos las santiguaba y ensalmaba (las heridas), y de presto sanaban...».
Beatriz Hernández
ABC
Monumento a Beatriz Hernández en la ciudad mexicana de Guadalajara
Beatriz Hernández. Heroína en la batalla de Guadalajara. Sus prodigios guerreros los relata el jesuita Mariano Cuevas en «Historia de la nación mexicana», tal como refiere Eloísa Gómez-Lucena. «Dieron por dos semanas un pavoroso espectáculo. Señalose por varonil y esforzada Doña Beatriz Hernández. Sacó de la iglesia a todas las mujeres que ahí estaban llorando: se encara con ellas y les dice: “Ahora no es tiempo de desmayos”. Traía Beatriz un gorguz o lanza en la mano y andaba vestida con unas coracinas, ayudando a recoger toda la gente y animándoles y diciéndoles que fuesen hombres, que entonces vería quién era cada uno y luego se encerró con todas las mujeres y las capitaneó y las tomó a su cargo, puestas sus coracinas, su gorguz y un terciario colgado en la cinta».
Ana López
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La llegada de Colón a América llevaría pocos años después a muchas españolas a América
Ana López. Costurera. En América no solo hubo virreinas, gobernadoras, soldados, hubo mujeres muy normales y muy corrientes cuyos trabajos eran los habituales como el caso de esta mujer, Ana López, finísima costurera de origen sevillano, que escribió una carta pidiendo ayuda al virrey de México, tras conocer la muerte de su marido en el Perú. Ella misma se define, como recoge el cronista Icaza, según el libro de Eloísa Gómez-Lucena. «la primera muger que industrió y mostró a labrar (bordar) a las indias y ha vivido siempre del trabajo de sus manos, con el aguja honradamente, y tiene en su casa cinco huérfanas que ha criado e industriado (enseñado el oficio) para casar...».
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