Revista FUERZA NUEVA, nº 757, 11-Jul-1981
ARGENTINA: ASÍ ACTUÓ LA SUBVERSIÓN MARXISTA (Informe ECO)
(y III) También la “quinta pluma”
Fracasados los intentos de hacerse con el poder al consolidarse la Junta Militar, los jefes y agentes de la subversión, tanto argentinos como extranjeros, abandonaron el país, exceptuando aquellos que fueron detenidos en los enfrentamientos con las fuerzas del orden. Los huidos pronto encontraron un nuevo campo de acción, adscribiéndose a los numerosos “comités de ayuda” y demás asociaciones “humanitarias” que de siempre han apoyado el terrorismo, y creando otras entidades desde las que, una y otra vez, organizan impresionantes campañas de desinformación, intoxicación y desprestigio de los militares, llegando a influir en estas campañas planes para sabotear el Mundial de Fútbol de 1978.
Se inició el sabotaje con el asesinato, en agosto de 1976, del presidente del Ente autárquico del Mundial, general Omar Actis, horas antes de la señalada para organizar una rueda de prensa con los medios de comunicación extranjeros que solicitaban información sobre cómo habían de desarrollarse las competiciones. Cometido el asesinato, se acusó de incapacidad a la Argentina, y más tarde, intentaron por todos los medios que el Mundial no se celebrara, presidiendo en Roma, una conferencia de prensa, el conocido jefe de la resistencia Fernando Vaca Narvaja, que prometió la intensificación de las acciones militares, y coaccionando a los periodistas italianos para que no concurrieran a los mundiales.
Nada produjo el efecto deseado, pero se mantuvieron los planes terroristas “in situ” según un documento de los montoneros firmado por el comandante Perdías, con el título de “Orden general para el Mundial 78”, y según el cual había que hacer fracasar los planes del enemigo, demostrando la vigencia de nuestra resistencia armada”, y anunciando que llevarían a cabo “dos ejecuciones de personas importantes por cada ciudad en la que se habían de celebrar los partidos de fútbol”. El coordinador de la campaña, Carlos Valcárcel, fue descubierto por la policía en Uruguay y se suicidó, ingiriendo una cápsula de cianuro en el vestíbulo central del aeropuerto de Carrasco.
Respaldo internacional
Todos los grupos y asociaciones actuaban y continúan actuando , en una supuesta defensa de los Derechos Humanos, cuando lo que pretenden es ofrecer al mundo una visión terrorífica de la actual (1981) Argentina.
Para ello cuentan con una estructura centralizada de material, que se reelabora de acuerdo con el público al que se dirigen; es decir, modificando sutilmente el enfoque según convenga. Así, los ataques a las unidades de la policía se presentan en Europa como “un acto de resistencia de demócratas antifascistas”, haciendo hincapié en su carácter político; mientras que, para los africanos, se ofrece como un triunfo del ejército guerrillero, poniendo el acento en la metodología militar.
Y cuando las circunstancias lo exigen, desmienten sus propias informaciones, como en el caso del asesinato del francés André Gasparoux, directivo de la Peugeot en la Argentina. El crimen, reivindicado por los montoneros en la Argentina, fue desmentido en Francia por el representante de aquéllos, Juan Gelman.
Pero no sólo se hacen reelaboraciones y se “orientan” las noticias; los terroristas argentinos disponen de una red de distribución que utilizan alternativamente o en conjunto. Una noticia puede ser distribuida a distintos medios o pasársela en exclusiva a un corresponsal, citándose en este caso la conferencia de prensa de Ana María González sobre el asesinato del general Cardozo que, según el seminario argentino, le fue entregada al ya fallecido periodista Cuco Cerecedo, de “Cambio 16” (España).
Otro método es aparecer en el órgano de un movimiento de solidaridad, como en el caso de Argentina Information”, del “Argentina Support Movement”, de Londres (cuyos datos fueron publicados a través de un contacto en “Latin American Newsletters” y publicado por el “New York Times”) con información parcial y tendenciosa, o con “reportajes” en un órgano de prensa neutral por medio de periodistas conectados con los terroristas. Y otra forma, más conocida, es el uso de firmas solicitadas a personalidades o intelectuales con los que ha tomado contacto un “movimiento de denuncias”, o las obligadas a publicar a la empresa Burge y Born como parte del rescate de los ejecutivos secuestrados.
Los montoneros, depende de quién se trate, mantienen relaciones como organización armada, como ejército, como partido, como “movimiento montonero”, como “Comisión Argentina por Derechos Humanos” o como algún organismo extranjero de solidaridad.
Cine y diplomacia
Actúan a través de muchos otros canales, que sería muy laborioso reseñar, pero no olvidemos el cine o distribución de películas comerciales al estilo de “Estado de Sitio”, financiada por los tupamaros y dirigida por Costa Gavras, que precisamente ahora (1981), según reciente información publicada en “El País” retoma el camino del cine político, que cultivó con tanto éxito como “Z”, “La confesión” y “Estado de sitio”. El famoso director griego, dice el citado periódico, ha instalado sus cámaras en Méjico para rodar el caso real de un escritor norteamericano “que en los días siguientes al pinochetazo desaparece en las calles de Santiago de Chile, sin que jamás vuelvas a saberse de él”. Costa Gavras considera indispensable que “el cine político atraiga al mayor número de público, y para ello está dispuesto a emplear los medios que necesite”.
Junto a las películas figuran también cortos de televisión, distribuidos por canales europeos, de los que es ejemplo un programa presentado en Ginebra, pese a que en él no se identifican como montoneros.
Todas estas actividades se complementan con viajes, que realizan los responsables de los distintos movimientos y organismos por diferentes países, y con los contactos y relaciones que mantienen con la socialdemocracia europea, a la que informan sobre reuniones mantenidas con miembros del Partido Socialista Obrero Español y, en tiempos, con el PSP. A través del socialista Mitterrand, establecieron contactos en París con los representantes del Departamento de Estado de Norteamérica, y Juan Gelman y Vaca Narvaja asistieron a una cena con el alemán Willy Brandt, quien durante la reunión de la Internacional Socialista presidida por él, a fines de 1976 en Madrid, no trató de la Argentina, pese a los esfuerzos de los voceros y agentes de la subversión.
Organismos de denuncia
Los organismos “de denuncia” creados por los terroristas argentinos para acusar al Gobierno, sea cual fuere, de violar los derechos humanos son muy numerosos, pasando del ámbito local al internacional, por considerarlos piezas clave de la propaganda y como centros difusores de “noticias”.
En un informe de los propios montoneros, se señala que en 1977 utilizaron la sigla CADHU o Comisión Argentina de los Derechos Humanos para presentar una moción en la ONU.
Estos organismos funcionaban, y funcionan (1981), en distintas naciones europeas, entre ellas España, con la COSPA o Comisión de Solidaridad del Pueblo Argentino y el IEPALA o Instituto de Estudios Políticos para América Latina y África.
En Francia, y con ello terminamos este informe, son muchos de ellos, el más importante, el CAIS o Comité Argentino de Información y Solidaridad, del que junto a otras personas formaba parte un español: el cantante Paco Ibáñez.
Los otros organismos son el CISAL o Comité de Información y solidaridad con la Argentina en lucha, COSOFAM, CIMADE y CADHU, habiéndose creado especialmente para el Mundial 78 el COBA o Comité para el Boicot de la Organización por Argentina de la Copa del Mundo de Fútbol.
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