Re: Chávez mata a Santa Claus
No os dejeis engañar, Chávez no es un "converso", no le importa nada manipular los símbolos religiosos de los católicos con tal de lograr sus apoyos. La cuestión, por tanto, no es la dicotomía "belén-árbol" y "reyes magos- santa claus", sino que se trata de atacar los símbolos de una sociedad mayoritariamente protestante (la norteamericana) que es el gran enemigo ideológico del chavismo, con la simbología católica porque le conviene a sus fines. Cuando comenzó la invasión de la URSS por parte del Ejército alemán en la IIGM, Stalin no dudó en recurrir a los símbolos zaristas, autorizando incluso el uso del medallero militar de los tiempos del Zar Nicolás II. Y no olvidemos, tampoco, que esa misma guerra fue denominada por Stalin y sus rojos como "La Gran Guerra Patriótica".
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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