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El Regimiento Fijo de Puerto Rico vuelvea las calles de San Juan dos siglos después
Desfilando por las calles
En La Rogativa
Por Antonio Rodríguez
Fotografías cedidas por José Torres, Luis Iriarte y Héctor Díaz
La ciudad de San Juan, durante los días 3,4 y 5 de junio, retrocedió en el tiempo hasta el año de 1797 para revivir escenas que forman parte íntima de la historia de Puerto Rico y que están siendo rescatadas gracias a la acción de un grupo de puertorriqueños que de forma voluntaria y con gran ilusión se están encargando de recuperar del olvido el episodio épico más importante de la isla caribeña en tiempos de soberanía española.
De esta manera, durante este fin de semana se desarrolló una interesante actividad del grupo de recreación histórica del Regimiento Fijo de Puerto Rico que en apenas unos meses de vida ha conseguido reunir a un buen número de voluntarios dispuestos a honrar la memoria de los puertorriqueños defensores de la isla ante el ataque inglés de 1797. Esta idea nació en octubre de 2004 y tuvo en José Torres, natural de Cabo Rojo y abogado en Cleveland (Estados Unidos), su primer impulsor al que pronto se unieron Miguel Hernández y Enrique Delgado de la "Puerto Rican/Hispanic Genealogical Society" con sede en Nueva York, Héctor Díaz del "Regimiento Fixo de Luisiana" y Luis Iriarte y Denise Quiñones de "1898 Sociedad de Amigos de la Historia de Puerto Rico".
La iniciativa ha ido cobrando fuerza y a la misma se han ido sumando hasta unas 80 personas interesadas en participar en la recreación histórica de la batalla de 1797. Fruto del ánimo y la ilusión de este grupo que está haciendo un gran esfuerzo personal para desarrollar esta actividad, se han llevado a cabo ya los primeros eventos públicos entre los que ha destacado el desarrollado durante el fin de semana del 3 al 5 de junio en San Juan.
Desde el viernes se montó un campamento en el interior del Castillo de San Cristóbal, recreando fielmente la vida de los miembros del Regimiento Fijo de Puerto Rico durante el siglo XVIII. Desde el primer momento, el grupo captó la atención de numerosos turistas y puertorriqueños, atraídos por los uniformes y desfiles que sin duda resultaban cuanto menos llamativos y despertaron la curiosidad de muchas personas que pudieron así conocer de mano de los participantes un importante capítulo de la historia.
Además de las prácticas de la instrucción militar de la época, hubo una serie de actos al público que resultó un gran éxito. Los más importantes tuvieron lugar el domingo 5 cuando el grupo de soldados del Regimiento junto al Sargento Mayor don Héctor Díaz y al comandante don José Torres, este último a caballo, se desplazaron hasta la estatua de La Rogativa donde se depositaron unas flores en recuerdo a los pobladores y defensores de la ciudad de San Juan en el año 1797, escena que representa dicho monumento. Allí estuvo también presente el Honorable Gobernador de Puerto Rico, don Aníbal Acevedo Vilá, al que se le rindieron los honores por parte del Regimiento y que se interesó por los detalles del proyecto. No hay que olvidar la presencia de las tres damas que vestidas a la moda de la época acompañaron en todo momento a la comitiva y tuvieron también un papel fundamental en la escenificación.
Acto seguido se marchó desfilando hasta el Castillo del Morro en donde se volvió a departir con el público presente que disfrutó de las demostraciones de instrucción del Regimiento y de las explicaciones que se les daba sobre los sucesos de 1797. Tras el almuerzo se reanudaron las actividades con nuevas prácticas de marchas y uso del fusil en la Plaza del Quinto Centenario frente al Cuartel de Ballajá. Desde aquí se desplazó el grupo nuevamente hasta el Castillo de San Cristóbal donde se dio por finalizada la actividad, procediéndose al levantamiento del campamento.
Así terminaba esta actividad, que fue recogida por los fotógrafos de la revista "Qué Pasa" que realizaron un reportaje especial, y que no hubiera sido posible sin la ayuda y colaboración de los directivos y empleados del "San Juan National Historic Site" así como de los gobiernos estatal y municipal y de la Policía.Con el Gobernador
Haciendo guardia
En los participantes quedaba una gran satisfacción por haber podido ser partícipes de un evento que no es más que uno de los primeros pasos hacia la gran recreación histórica de la batalla de 1797 que se va a realizar en el verano del año 2006. Después de esta jornada, el cansancio que la instrucción y el calor tropical dejaron en el Regimiento no importaba ante el cúmulo de sensaciones que tuvieron los participantes en este evento. “Un placer y un honor”, así expresaba uno de los componentes del grupo qué había significado para él estar presente en estas prácticas.
Ahora, el Regimiento Fijo de Puerto Rico sigue trabajando en completar su preparación para la recreación del próximo verano, así como en seguir captando voluntarios que participen en este acto que serán preparados y orientados en materia de uniformidad, prácticas militares y uso del fusil.
El objetivo fundamental de estas personas es poner en valor tal como se merece uno de los capítulos más importantes de la historia de Puerto Rico y para ello ponen todo su empeño y máxima ilusión. Este capítulo es la batalla de 1797 que se desarrolló ante los ingleses y que tiene una importancia crucial ya que el intento de las tropas británicas era apoderarse de la isla tal como habían hecho días antes con Trinidad.
Haciendo una breve descripción de los sucesos históricos hay que señalar que, después de que Inglaterra perdiera los Estados Unidos que se independizan en 1781 y al entrar en guerra con la alianza hispano-francesa, el objetivo fundamental de este país para conservar su supremacía naval y comercial era hacerse con el control de los principales puntos estratégicos del Caribe. Así pues, en 1797 se forma una formidable escuadra al mando del Almirante Henry Harvey y del General Ralph Abercromby que se hicieron con facilidad con la isla de Trinidad. De ahí se dirigieron hacia Puerto Rico con la intención de apoderarse de estas tierras, pero se encontraron con una memorable derrota gracias a la actuación de las tropas españolas que en realidad estaban formada en su mayor parte por puertorriqueños que defendieron su isla con una heroicidad que originó grandes reconocimientos por parte de la Corona de España al expulsar al invasor inglés. Entre esos honores estaría el de conceder a San Juan el incorporar a su escudo el lema de “por su constancia, amor y fidelidad, es muy noble y muy leal esta ciudad”.Pasando revista
En San Cristóbal
Los ingleses se presentaron en Puerto Rico con más de 14.000 hombres lo que suponía el doble del número de puertorriqueños que lucharon en la defensa, congregándose 68 navíos británicos en San Juan. La victoria ante el invasor impidió un giro en la historia de esta tierra que hoy habla español y conserva su cultura hispana gracias a estos héroes de 1797, ya que las intenciones de Inglaterra eran claras y el volumen de las tropas desplazadas así lo demuestra.
Tiene todavía más valor esta victoria si se tiene en cuenta que, por ejemplo, en la batalla de Trafalgar, la más famosa de la historia naval de Inglaterra, este país contaba con 27 navíos. Todo el mundo se acuerda de la batalla de Trafalgar, mientras que la de San Juan con el doble de barcos agresores y a pesar de que aquí sí se produjo una victoria española, no es recordada como se merece por parte de la historia de España y de Puerto Rico. Es el mismo olvido al que se ha desterrado a otro gran episodio épico como fue la defensa de Cartagena de Indias (Colombia) donde se presentó una flota inglesa de 186 barcos, la mayor flota de guerra que ha surcado los mares después de la del desembarco de Normandía. También allí, en inferioridad de número de tropas, vencieron los españoles. Debe ser una mala costumbre de España acordarse más de las derrotas que de las victorias a pesar de que éstas han sido tan memorables que cualquier nación se sentiría orgullosa de contar con estos episodios en su historia.
Pero, a pesar de todo, hay puertorriqueños empeñados en que la historia no se olvide y con esta recreación hacen honor a la memoria de los españoles, criollos y “morenos” que hicieron defensa de la isla, así como de los héroes anónimos y los más conocidos como José Díaz que inspiró la copla popular “mataron en el puente de Martín de Peña a Pepe Díaz, que era el mejor soldado que el rey de España tenía”, al igual que recuerdan el mérito que tuvo el gobernador Ramón de Castro o el mariscal O´Reilly que pocos años antes estableció las bases de la defensa militar de San Juan para convertirla en una plaza prácticamente inexpugnable.
No vamos a detallar toda la batalla de San Juan del año 1797 pues sería muy extenso contar los múltiples actos heroicos que tuvieron lugar, pero sí hay que señalar cómo los puertorriqueños que combatieron frente a los ingleses que desembarcaron en la zona de Cangrejos y que tuvieron que retirarse ante la acometida de las milicias y del Regimiento Fijo de Puerto Rico, se convirtieron en máximos protagonistas de la historia de este país. Y gracias al empeño de este animoso grupo, su recuerdo permanecerá imborrable y el honor a su memoria será el mejor homenaje que se les pueda rendir a estos héroes de la Patria puertorriqueña.
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