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Tema: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

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  1. #1
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Ayer echaron por enésima vez la película "El patriota" de Mel Gibson. Como película es muy buena. Como "historia"... Y es que Gibson es especialista en hacer buenas películas pero también es especialista en pegarle patadas a la historia. De todas formas, no es culpa exclusiva de él. El mundo del cine siempre ha tenido eso.

    Sea como fuere, reflexionando sobre la Guerra de Independencia Norteamericana, así a bote pronto, podríamos decir que:

    -George Washington en absoluto fue un buen estratega. Había sido derrotado clamorosamente en seis ocasiones, y de hecho el congreso angloamericano estaba pensando en destituirle. La ayuda de España fue fundamental para que se mantuviera.

    Y aun conseguida la independencia, los británicos arrasaron el territorio estadounidense en varias ocasiones.


    No se olvide, asimismo, que Washington no desdeñaba el tráfico de esclavos; curiosamente, igual que la familia de Simón Bolívar.

    -Normalmente, se alude la ayuda francesa (tal y como lo hace la película "El patriota") para la consecución de la independencia de los Estados Unidos, que si bien no fue desdeñable, en absoluto fue como la española, mucho más determinante, tal y como defiende el historiador colombiano Pablo Victoria en su muy buen libro "España contraataca". Fue Bernardo de Gálvez el que cortó el camino a los británicos tanto por el Caribe como por la Florida y la Lusiana. El valiente malagueño los asfixió de tal forma que no llegaran los suministros, así como los hostigó y los derrotó militarmente. Lo trágico del asunto es que si bien los angloamericanos le han agradecido en demasía a los franceses su ayuda, salvándole el culo en dos guerras mundiales, a España, lejos de agradecérselo, no han podido joderla más. Y no sólo es una cuestión de 1898: La política norteamericana para con España, sobre todo desde mediados del siglo XX, ha sido canallesca a más no poder.

    -Sin desmerecer el talento y el heroísmo de Gálvez, cuya divisa era "Yo solo", fue un error que España se metiera en aquel berenjenal. Yo sé que esto es hablar a toro pasado, y que hay que entender la política inglesa de "a España hay que vencerla en América y no en Europa"; el pacto de familia borbónico; el rearme español y la vuelta a la potencialidad especialmente con Fernando VI y Carlos III... En fin, todo eso era la geopolítica de la época, y los ilustrados tenían claro que el enemigo era el inglés. Con todo, mucho nos costó ayudar a los secesionistas angloamericanos y ningún beneficio nos reportó. De esto se dio cuenta el conde de Aranda, proponiéndole a Carlos III una independencia gradual de la América Española, enviando príncipes españoles para cada virreinato, para así formar un modelo que hubiera precedido a la Commonwealth. Lamentablemente esto no se hizo y las predicciones del conde de Aranda (que no es santo de mi devoción, pero bueno) sobre la expansión de los Estados Unidos y su papel en el continente se cumplieron más de la cuenta.

    -Con todo, es injusto tildar a los norteamericanos de ignorantes. Gracias a las sociedades históricas, en Estados Unidos se valora mucho más la presencia histórica española que en la propia España. Y cada vez se van viendo más pasos en cuanto al reconocimiento de España, desde su papel fundador en Florida a su papel en la Guerra de Independencia.

    -Y al final es como todo: La historia no es ni blanca ni negra, sino llena de grises, y apasionante en cuanto a su complejidad; así como infinita en su proceso de revisión y enriquecimiento.



    _______________________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/permalink.p...13868212144988

    https://www.facebook.com/pacodomingo...type=3&theater

  2. #2
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Hugo O´Donnell. Académico de la Historia

    ´España contribuyó más que Francia a la independencia de los EE UU´


    Acaba de impartir una conferencia en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento de Málaga, en la que analiza el papel que jugó España en la independencia de los Estados Unidos, así como la figura del general de Macharaviaya Bernardo de Gálvez





    El académico de la Historia Hugo O´Donnell, esta semana en Málaga.


    Hugo O´Donnell (Madrid, 1948) es descendiente de Leopoldo O´Donnell, el general y presidente del Gobierno que en la España de Isabel II encabezó la Unión Liberal. Conserva el título de Duque de Tetuán que su antepasado obtuvo en la Guerra de África. Militar retirado, hace cuatro años se convirtió en el miembro más joven de la Real Academia de la Historia. El pasado miércoles, invitado por la Asociación Bernardo de Gálvez, impartió en el Ayuntamiento una conferencia sobre el papel de España en la Guerra de la Independencia de Estados Unidos, con especial referencia a Bernardo de Gálvez. Hijo de malagueño y nieto de malagueña, desborda conocimientos históricos y simpatía a raudales.



    ¿Qué vocación llegó antes, la de militar o la de historiador?.

    Son dos cosas que van bastante parejas, aunque parezca que no. Yo tengo sangre militar porque salvo la generación de mi padre hay militares desde que llegaron los O´Donnell de Irlanda a comienzos del siglo XVIII y hay veintitantos generales y cuatro ministros de la Guerra (risas).



    Usted ha tocado muchos palos de la historia naval como la Armada Invencible, ¿fue realmente ´vencida´ por los elementos atmosféricos?

    La mal llamada Armada Invencible no pudo ser pero pudo haber sido. Dado el momento de la época, los riesgos fueron asumidos porque Felipe II sabía a lo que se arriesgaba y había un 30 por ciento de posibilidades de que saliera bien, lo asumió, salió mal pero demostró que España era la primera potencia naval y militar de la época, lo que nadie, ni siquiera Napoleón, consiguió varios siglos después.



    Además, el historiador español tiene que luchar contra la leyenda negra.

    Es un instrumento que de una forma tan destacada sólo se ha esgrimido contra España en su historia. Si vemos la leyenda negra, está basada no en la pura ficción sino en algún dato que responde a la verdad. Y las verdades a medias, históricamente, son peligrosísimas. Hay que ver todo en un marco mucho más amplio que nos habla de una civilización española, en muchos sentidos mucho más ética y humana que otras generaciones que le han precedido y que le han seguido.



    ¿Se teme que con el bicentenario de la independencia la América española resurja esta leyenda?

    Sin duda se aprovechará. Por desgracia, en la América española la política general ha utilizado la Historia como un mito de unificación nacional. Esto podría ser válido en un momento determinado pero hoy día, cuando se reconoce la Historia como una ciencia, lo que hay que buscar es la verdad, nos guste o no.



    Usted ha investigado la batalla de Trafalgar a fondo. Desde el punto de vista histórico, ¿le gusta más la narración de Trafalgar de Pérez Galdós o la de Pérez Reverte?

    Me quedo con Galdós porque es un novelista y un magnífico historiador. Él ha conocido a supervivientes de la batalla y se ha sabido identificar con los personajes de Trafalgar, hasta el punto de que hace un marco histórico perfecto aunque luego los personajes sean de ficción.



    Parece que nos hemos olvidado del papel de España en la Guerra de Independencia de Estados Unidos.

    La verdad es que a mí me gustaría decir que contribuimos porque nos gustaban los ideales americanos. Desgraciadamente no fue así, eran los intereses españoles los que nos jugábamos en América y las circunstancias nos hicieron aliados ocasionales de los americanos, que se convirtieron en enemigos al día siguiente de terminar la guerra.



    ¿A cuánto ascendió la ayuda española?

    Ahora se está descubriendo que cuantitativamente España contribuyó en hombres y material militar más que Francia. Yo lo sostengo. ¿Por qué no se valora? En primer lugar, porque el francés Lafayette luchó en territorio norteamericano y nosotros en territorio español de entonces. Otro factor fue que, como se trataba de súbditos rebeldes a un rey, Carlos III no quiso llegar a un acuerdo de tú a tú con el Congreso de EEUU, lo que no significa que no les ayudara. Les ayudó cuanto pudo.



    ¿La contribución de España fue decisiva?

    Fue absolutamente decisiva para la independencia americana, no sólo por la cuantía sino por el momento: Cuando España entra en guerra Francia lleva ya un año y está bastante agotada. Y no digamos el ejército americano, que no tiene uniformes. España les proporciona 10.000 uniformes y otros tantos fusiles de fabricación española que eran excelentes, en un momento en el que George Washington sólo tiene 5.000 hombres, cosa que se sabe ahora.



    _______________________________________

    Fuente:

    ´España contribuyó más que Francia a la independencia de los EE UU´ - La Opinión de Málaga

  3. #3
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    El factor olvidado: la Armada española en la independencia de los Estados Unidos.

    Publicado por José María Lancho el ene 21, 2015

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    De entre los muchos aspectos que siguen entre brumas en torno a las relaciones de España y el origen de los Estados Unidos destaca, especialmente, el papel de nuestra Armada. Para comprender la importancia y dimensión de la intervención marítima de nuestro país en favor de la independencia norteamericana bastaba un cálculo, que no se había hecho, y que demuestra el grado de implicación y sacrificio humano y material en una causa que los dirigentes españoles sabían que cambiaría para siempre la historia de América y su propia historia.





    El Santisima Trinidad, el mayor buque de su época. Fue el buque insignia español en el Canal de la Mancha en 1779




    Probablemente el aporte más significativo –y decisivo- español a la independencia de los Estados Unidos, junto con el financiero, fue… la propia Armada. A pesar de la relevante e incansable actividad de los Gálvez (Bernardo y Matías) por su entidad, desde el primer día, 22 de junio de 1779, en que España declara la guerra a Inglaterra, la Armada marca la diferencia del conflicto y desactiva el principal recurso militar británico: su propia marina. En los primeros meses del conflicto Luis de Córdova con una escuadra mayoritariamente española aunque comandada por el francés Orvilliers limpió el canal de la Mancha de buques ingleses y creó las mejores condiciones de invasión de la Gran Bretaña desde los tiempos de Felipe II, algo que no lograrían ni siquiera los alemanes en la II Guerra Mundial. La invasión finalmente no se realizó por razones meteorológicas y después por una epidemia que diezmó las dotaciones suponiendo casi 15.000 muertos.





    Navíos destrozados en el Gran Sitio de Gibraltar




    Me ha parecido que carecía nuestra historiografía del listado de buques españoles destruidos, naufragados y capturados durante la guerra sostenida contra Inglaterra en favor de las colonias insurgentes inglesas en Norteamérica.

    Procedo a la enumeración por año, nombre y número de cañones caidos por destrucción, naufragio o capturados (un mayor detalle queda para una futura publicación en ciernes):


    Año 1779:

    El Poderoso de 64 cañones
    Santa Mónica de 32cañones
    Santa Margarita 32 cañones


    Año 1780

    Santa Marta de 38 cañones
    San José de 70 cañones
    El Fénix de 80 cañones
    Monarca de 70 cañones
    El Diligente de 70 cañones
    Princesa de 70 cañones
    Guipúzcoa 70 cañones
    Santo Domingo 70 cañones
    San Julian 70 cañones
    San Carlos 50 cañones
    San Juan Bautista (bergantín)


    Año 1781

    Santa Leocadia 34 cañones
    La Grana 26 cañones
    Santa Catalina 32 cañones
    Tallapiedra 21 cañones
    Pastora 21cañones
    San Cristóbal 17 cañones
    Paula Primera 21cañones
    Príncipe Carlos 7 cañones
    San Juan 9 cañones
    Paula Segunda 9 cañones
    Santa Ana 9 cañones
    Dolores 7 cañones


    Año 1782

    San Miguel 74 cañones
    Perpetua(fragata)
    Begoña (brulote)
    Natalia
    Santa Catalina 30 cañones


    Año 1783

    El Dragón de 60 cañones
    Las dos Cathalinas (fragata)








    33 buques destruidos, naufragados o apresados y miles de vidas de españoles europeos y españoles americanos caídas en una guerra que para los norteamericanos supuso unos 8000 muertos en combate. Desde luego que no hubo menos militares españoles que murieron en esa guerra. Manifiesto, asimismo, mi preocupación por la desprotección de algunos de estos buques, yacimientos arqueológicos que representan un auténtico legado común de las dos Américas y España. Creo que sería un magnífico desafío conmemorativo intentar la excavación de uno de estos navíos bien en cabo de San Vicente, Azores, Brest o Gibraltar, un proyecto que rivalizaría en valor histórico, con éxito, la recreación hecha por Francia de la fragata Hermione que trasladó a La Fayette a Boston.

    En el cómputo, por supuesto no he incluido los daños de la marina mercante ni corsarios.





    El que iba a ser decisivo convoy inglés de 63 buques y que por su dimensión iba a determinar a favor de Inglaterra el curso de la guerra con las 13 Colonias, capturado por la Armada española



    Lo que no sabemos de la participación española se lo debemos a los falsos mitos. Tradicionalmente y hasta entrado el siglo XX se había venido negando la ayuda española a la independencia de Estados Unidos, especialmente por la propia historiografía americana, y quedó como grabado en el bronce impostado de la Historia que la ayuda francesa fue la que decidió la independencia americana. Sin cuestionar aquí, la importancia de la ayuda francesa resulta una fantasía política ignorar que ni siquiera esta ayuda se hubiera producido en una dimensión crítica sin la implicación y ayuda española. La ayuda francesa no habría sido nunca suficiente ni financiera ni marítimamente, por no hablar de su imposibilidad política. Estados Unidos necesitó que el mayor imperio global en ese momento, España, apoyara su independencia, y esa independencia necesitó una guerra mundial para que Estados Unidos tuviera un sitio en la Historia.





    La batalla de Chesapeake enteramente financiada por España



    Sin la intervención española la independencia norteamericana habría sido diferente y la nación que hubiera nacido –con toda seguridad mucho más tarde- habría sido muy distinta.
    Debe saberse que las independencias hispanoamericanas jamás contaron con el respaldo similar de ninguna nación europea, la suya fue una independencia más larga, más dura y sin apoyos, más allá de la interesada cirugía británica(entre otras) en la que no entraré aquí. Las independencias hispanoamericanas no contaron jamás con una involucración de la dimensión y desinterés como la española en favor de Estados Unidos. Eso explica mucha historia en el devenir de los pueblos hispánicos en América y en Europa.

    Desde la distancia y en un intento por comprender y hacer justicia a aquella nación hispanoamericana que era España en ese momento, con su apuesta por los nacientes Estados Unidos creó uno de los más extraños vínculos entre civilizaciones, un proceso que aún no hemos comprendido y que no ha terminado y… que continúa demasiadas veces –y esto es lo más incomprensible- sobre bases de desconocimiento y de interesado desencuentro. Porque esa identidad: desconocimiento/desencuentro de persistir ha de posponer y dificultar el verdadero momento del continente americano.

    Aquí sólo quería destacar que hay una deuda moral pendiente y manifiesta en favor de esa Armada, protagonista invisible, aun a través de los ojos de los siglos, de la independencia de los Estados Unidos.

    (Me permito dedicar este artículo al Museo Naval, al Instituto de Cultura e Historia Naval y a la Redacción de Cultura del Diario ABC).



    _______________________________________

    Fuente:

    El factor olvidado: la Armada española en la independencia de los Estados Unidos. | Espejo de navegantes

  4. #4
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Doug Bradburn: «El papel de España fue crucial para la independencia de EE.UU.»

    Horas antes de la visita de los Reyes a tierras americanas, ABC charla con el director de la Biblioteca Nacional Fred W. Smith, uno de los mayores defensores de la herencia hispana




    MANUEL ERICE - manuelerice - Corresponsal En Washington - 14/09/2015 a las 00:00:01h. - Act. a las 10:09:26h.

    Guardado en: Cultura - Temas: ABC , San Agustín , España (País) , Gálvez , Barack Obama , Imperio , George Washington



    España se reencuentra con la historia de EE.UU. a marchas forzadas. Siempre ha estado en ella, desde que en 1513 Juan Ponce de León se convirtiera en el primer europeo en pisar la península hoy conocida como Florida. Y, más acentuadamente, desde la fundación de la primera ciudad, San Agustín, a cargo de Pedro Menéndez de Avilés, hace 450 años. Pero su prolongada ausencia del relato de los libros de texto ha hecho más mella en la desmemoria de los acontecimientos que forjaron la nación, los que se han aprendido los norteamericanos de manera tan incompleta como orgullosa: los de la Revolución Americana y la Guerra de la Independencia.

    En su privilegiado espacio para la lectura y la investigación sobre la figura de George Washington, el director de la Biblioteca Nacional Fred W. Smith hace justicia a nuestro país al reconocer su decisivo papel en la victoria francesa frente a Inglaterra, salvoconducto para la declaración de independencia de los Estados Unidos de América. Doug Bradburn está profundamente agradecido a los Reyes de España por haber elegido Mount Vernon, la antigua casa del primer presidente de la nación, como destino de su visita a la capital y a Florida. Rodeado del entorno natural del que disfrutaba el fundador de la patria, en Virginia, el remozado edificio inaugurado en 2013 abre las puertas a ABC a cinco días del acto oficial.



    –¿Cómo describiría el papel de España en el proceso de independencia de Estados Unidos?

    –La importancia de España en la Revolución Americana no es comprendida por los ciudadanos de este país. Seguramente porque no fue un aliado formal de EE.UU. El papel de España fue crucial en el logro de la independencia. Desde el punto de vista militar, hubo hechos clave que llevaron al éxito de EE.UU. Uno de los principales actores fue Bernardo de Gálvez, que ayudó decisivamente a favorecer el contrabando de suministros a través del Misisipi, controlado por los ingleses, en la batalla de Baton-Rouge, en Mobile, en Pensacola… Dejó sin puerto a los ingleses en el Golfo de México, en favor de las colonias rebeldes. También favoreció el trabajo de la inteligencia de las tropas rebeldes. El otro elemento crucial fue la Armada española, que, combinada con la francesa, lograron ser tan fuertes o más que la todopoderosa flota inglesa. Así pudo vencer Francia en la decisiva batalla de Yorktown, en 1791, una vez bloqueada la británica en Gibraltar, lo que le dio una superioridad en el Atlántico. Esa victoria fue el paso previo a la independencia de Estados Unidos. Por último, la cuestión financiera, porque con dinero español se financió parte de las operaciones de las tropas francesas en varios frentes.



    –Algún interés movería también a España…

    –Por supuesto, España estaba interesada en el acceso y control de la navegación por el Misisipi, y en la recuperación de Luisiana y Florida. Ambos objetivos los logró en sendos tratados firmados a raíz de la derrota inglesa. Aunque después, bajo la Administración de Thomas Jefferson, España vendería Luisiana a Napoleón en 1803.



    –Pero, ¿existía algún tipo de relación política formal, diplomática? ¿Cómo fue la vinculación entre el Rey de España y el presidente Washington?

    –Originalmente no había una relación diplomática formal entre España y las colonias cuando estas se rebelan; de hecho, hubo cierta resistencia a reconocerlas por parte de Carlos III por temor a una rebelión en sus propias colonias. Cuando España declara la guerra a los ingleses en 1779 no existe ese reconocimiento de la independencia de las colonias, ni se ha producido ninguna visita del Rey a Washington ni a las instituciones de EE.UU. Después de la independencia y cuando España la reconoce, ya en los años 80, la relación es muy estrecha, y se produce por la vía política y diplomática, a través del primer embajador español, Diego de Gardoqui. El embajador español mantiene una relación estrecha con Washington y con el joven país de Estados Unidos. Pero Washington ya está algo mayor entonces… Pero hubo otra conexión diplomática con la Corona española. Washington, experto agricultor y ganadero interesado en la cría de ganado, había oído hablar de los burros mamut españoles, pero sabía de la dificultad de hacerse con alguno porque eran caros y escasos. El Rey de España le envío dos a través de Boston. Uno de ellos murió en el viaje y el otro fue criado en Mount Vernon con el nombre de Regalo Real. Es un hecho que su cría y posterior mezcla influyó en la conformación del actual burro americano.



    –Hablando de Bernardo de Gálvez, ¿hasta qué punto fue una figura determinante en el curso de la guerra y la independencia?

    –Fue crucial en varias batallas. Sin él, que controlaba el suroeste del continente, habría sido mucho más difícil la victoria frente a los ingleses. Al mismo tiempo, los Estados Unidos habrían quedado divididos y sin la incorporación de esos estados. Es difícil valorar globalmente hasta qué punto fue decisivo, pero sí lo fue en esa parte del país.



    –Y su reconocimiento por el Congreso de los Estados Unidos, ¿qué cree que supone hoy y en el futuro?

    –Yo creo que es una nueva oportunidad para recuperar y dar a conocer la figura y el papel de España. Aquí estamos muy interesados y no todo el mundo lo estaba hasta ahora en EE.UU. Para nosotros, es un gran honor que los Reyes de España vayan a visitarnos.



    –¿Y por qué es tan desconocido hoy en Estados Unidos, y también en el estudio de la Historia, el importante papel de España en la independencia?

    –Francia fue un aliado formal, con la figura de Lafayatte luchando al lado de las colonias, mientras que Gálvez operaba sin el respaldo formal de España. Por otro lado, España en el siglo XIX entra en crisis y en el XX consolida una lejanía de EE.UU. al no estar presente en ninguna de las grandes guerras, al contrario que Francia, estrecho aliado de Estados Unidos.


    _______________________________________

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    Doug Bradburn: «El papel de España fue crucial para la independencia de EE.UU.»

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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    «Sin Gálvez EE.UU. habría sido independiente 20 años más tarde»

    EMILI J. BLASCO / CORRESPONSAL EN WASHINGTON

    Día 06/12/2014 - 10.41h


    El embajador español en Washington, Ramón Gil-Casares, cree que «por fin se le ha puesto una cara a la participación de España en la independencia de Estados Unidos» con la ciudadanía de honor dada al héroe español




    La concesión de la ciudadanía de honor a Bernardo de Gálvez (1746-1786) por parte del Congreso estadounidense supone un paso de gigante en la mejora de la imagen de España en Estados Unidos, según el embajador español en Washington, Ramón Gil-Casares.

    «Siempre nos hemos planteando cómo mejorar la imagen de España aquí, pero necesitábamos un nombre. Los franceses han tenido a Lafayette y su contribución a la Guerra de la Independencia», explica un exultante Gil-Casares, tras la votación final realizada en el Congreso, que supone importante reconocimiento de Bernardo de Gálvez. El malagueño, gobernador de Luisiana y más tarde Virrey de México, tuvo un papel decisivo en la independencia estadounidense. Pero aunque fue reconocido por sus contemporáneos, su fama no pasó a generaciones posteriores.

    Gil-Casares está convencido de que sin su ayuda, «Estados Unidos habría sido independiente 20 años más tarde», pues las tropas del militar español ganaron destacadas victorias en Florida y el sur del Misisipi contra los británicos. «Por fin se le ha puesto una cara a la participación de España en la independencia de Estados Unidos. Muchas tesis doctorales y académicos ya la han subrayado, pero hacía falta algo como esto, que pueda llegar a los libros de texto y lo estudien los niños de Oklahoma o Montana», añadió el embajador. «España no tenía visibilidad y ahora la ha conseguido».

    España seguirá construyendo sobre la figura de Gálvez. El martes se presentará un retrato suyo que permanecerá colgado en el Senado estadounidense, y la Embajada está preparando un congreso y una exposición sobre Gálvez. También ha encargado un documental para ser emitido en televisiones de Estados Unidos.

  6. #6
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    INDEPENDENCIA EEUULa participación española junto a los colonos de George Washington

    La expedición olvidada de Gálvez





    Captura de Pensacola, batalla librada en 1781 entre españoles e ingleses, recreada en este lienzo por Augusto Ferrer-Dalmau para la exposición sobre Gálvez en la Casa de América (Madrid)


    Muchos norteamericanos saben que Francia ayudó a las Trece Colonias a alcanzar la independencia de Gran Bretaña, pero pocos que España apoyó con hombres, armas y dinero esa misma causa



    • JOSÉ MANUEL GUERRERO ACOSTA




    • Instituto de Historia y Cultura Militar





    23/02/2016 12:23


    España salió muy debilitada de su intervención como aliada de Francia en la Guerra de los Siete Años (1756-63). Por esa razón, en Madrid se recibió con precaución la declaración de guerra de Francia a Gran Bretaña y su reconocimiento de la independencia de las Trece Colonias norteamericanas en febrero de 1778. Carlos III y sus directos colaboradores, Grimaldi y Floridablanca, en contra de opiniones más agresivas como las del conde de Aranda, embajador en París, o de José de Gálvez, ministro de Indias, no deseaban otra guerra, sino aprovechar la situación para recuperar las posesiones perdidas: Menorca, Gibraltar y Florida.También se temía el contagio de las ideas revolucionarias a nuestras posesiones de ultramar. Carlos III, de carácter flemático y poco dado a variar cualquier clase de statu quo, quiso mantener una posición independiente, incluso ofreciendo la mediación a Londres en el conflicto con las colonias a cambio de algunas concesiones territoriales.

    Sin embargo, como arma oculta para debilitar a Inglaterra, y desde la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América en 1776, España venía contribuyendo secretamente con Francia a los envíos de dinero y material militar desde Europa o desde La Habana y Nueva Orleans, donde Bernardo de Gálvez era el gobernador, río Misisipí arriba. Cuando quedó claro que los esfuerzos diplomáticos no prosperarían, y que Inglaterra amenazaba Manila y las costas centroamericanas, el rey decidió unirse a la suerte de Francia de nuevo. Entonces,
    Carlos III ordenó actuar con todos los medios disponibles. El tratado de alianza defensiva y ofensiva entre las coronas de España y Francia contra la de Inglaterra, firmado en Aranjuez el 12 de abril de 1779, sentó las bases para la cooperación militar entre las dos monarquías borbónicas.

    Entre sus cláusulas figuraban los objetivos estratégicos que se fijaban en Europa y América ambas potencias. En primer lugar figuraba el intento conjunto de invasión de Inglaterra, que se inició en mayo de 1779, y no se pudo llevar a cabo por la descoordinación entre las dos escuadras -la española llegó tarde al punto de reunión frente a las costas de Santander y la francesa sufrió una epidemia en sus tripulaciones-. Francia, además, quería recuperar Senegal, asegurar el comercio con las Indias Orientales, ocupar Terranova y asegurar Dominica.
    España, por su parte, pretendía recuperar Gibraltar, Menorca, Mobila, Panzacola (Pensacola) y Florida, y expulsar a los ingleses de Jamaica y Honduras.

    A finales de 1779, la situación militar y económica de las colonias rebeldes era muy precaria. A la depreciación de la moneda y la inflación galopante, se unieron la falta de suministros para el Continental Army de George Washington y la ofensiva que los británicos lanzaron hacia los Estados del sur. Aunque ningún autor lo cite y no hayamos localizado constancia documental, parece claro que en algún momento del invierno de 1779-80 se acordó en conversaciones secretas en París o en Madrid que
    cada país enviase un cuerpo de ejército de 10.000 hombres a América.

    A su regreso a Europa aquel año, Lafayette había transmitido a la corte de París la petición directa del general Washington de que los franceses enviaran tropas a la costa septentrional de Norteamérica para reforzar a su ejército. Por parte española, el
    conde de Ricla (secretario de Guerra) y Alejandro O'Reilly (por entonces inspector de Infantería) diseñaron un plan secreto siguiendo instrucciones del ministro de Indias, José de Gálvez. Las tropas españolas se enviarían al golfo de México.



    Olvido interesado

    La realidad fue que entre los años 1780 y 1781 franceses y norteamericanos combatieron codo con codo en los Estados del norte, mientras que
    los españoles lo hicieron en solitario contra los británicos en el golfo de México; esta es una de las razones por las que la contribución española, decisiva en el plano logístico y estratégico, e importante en el táctico, haya sido sistemáticamente menospreciada u olvidada en los estudios especializados y libros de texto. Como ejemplo, la mera entrada de España en guerra provocó que Henry Clinton, general en jefe de las tropas británicas en América, se viera obligado a enviar, en septiembre de 1779, una expedición desde Nueva York con el objetivo de reforzar la isla de Jamaica y las Floridas, e intentar atacar Nueva Orleans. Ello impidió, además, reforzar la guarnición inglesa en Carolina del Sur.

    Pero además
    hay también otras razones para este olvido, como las importantes diferencias que surgieron entre España y EE UU tras la independencia por la posesión de Luisiana y Florida, o la enemistad permanente por la cuestión de Cuba, que desembocó en la guerra de 1898, así como el antihispanismo de sectores de la cultura y la política norteamericanas en favor de lo anglosajón. Y, por qué no decirlo, la falta de interés por parte española.


    Resulta paradójico que, habiendo enviado España más del doble de hombres que Francia, sea la ayuda gala la única que se reconoce


    Por suerte, gracias al esfuerzo de particulares e instituciones, las cosas están cambiando en los últimos años. Como muestra, la existencia de un monumento a Gálvez en Washington inaugurado por don Juan Carlos en 1976 y la concesión al héroe español de la
    "Ciudadanía de honor a título póstumo", refrendada por el presidente Obama en diciembre de 2014.
    El mayor ejército en América

    Una Real Orden fechada el día 2 de febrero de 1780 estipulaba que debía organizarse en Cádiz una expedición de 10.000 hombres, que formarían el denominado Ejército de Operaciones, y
    más de noventa buques de guerra y transportes de todas clases -que llevaban a bordo al menos otros dos mil efectivos de las dotaciones-. Su misión era contribuir, junto a las tropas veteranas y milicias locales, a las ofensivas previstas que debía dirigir Bernardo de Gálvez, gobernador de Luisiana, en el golfo de México para alcanzar los objetivos marcados en el Tratado de Aranjuez y reforzar La Habana y Guatemala ante una posible invasión inglesa.

    Para el mando de las tropas del ejército se designó al teniente general
    Francisco de Navia, mientras que la escuadra estaba al mando del almirante José Solano y Bote. Al igual que para los franceses, las órdenes urgían partir antes de finales de marzo o primeros de abril, aunque la magnitud de la empresa no permitió hacerlo hasta finales de abril, lo que motivó que la arribada a América se diera en agosto, en la estación más rigurosa de las enfermedades tropicales. Es evidente que el objetivo prioritario era lanzar un ataque a Pensacola en los meses de agosto y septiembre de 1780.

    Hombres de ocho regimientos de infantería, que provenían de diferentes lugares de España, fueron concentrándose en las proximidades de Cádiz a finales de marzo. Para sustituir estas unidades en el asedio a Menorca, el de Gibraltar y en otros puntos, hubo de llevarse a cabo una complicada reorganización que implicó mudar varios regimientos de guarnición para evitar dejar desguarnecidas plazas costeras estratégicas ante hipotéticos ataques británicos. Conviene resaltar que se hizo un enorme esfuerzo para formar lo que
    acabó siendo el mayor contingente militar enviado a América hasta ese momento por cualquier potencia europea, y, por supuesto, durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.

    Por su parte, en abril de 1780 partía la expedición francesa, la denominada Expedition particulière, al mando del competente general conde de Rochambeau. A pesar de que estaba previsto enviar también 10.000 hombres, la falta de barcos de transporte y el bloqueo inglés de Brest obligaron a Rochambeau a dejar en Francia casi la mitad de los efectivos y mucho material.


    La limitada ayuda francesa


    Durante la travesía,
    el contingente francés sufrió casi un millar de bajas por enfermedad y, al llegar, apenas alcazaba los 4.000 hombres. Un porcentaje importante de tropas eran extranjeros, la Legión de Lauzun, compuesta por mercenarios alemanes, polacos e irlandeses. Tras desembarcar en Newport (Rhode Island) el 11 de julio, Washington esperaba poder iniciar una ofensiva combinada contra Nueva York con el refuerzo francés, pero los movimientos de los ingleses y las derrotas sufridas por los norteamericanos los meses previos lo hicieron imposible hasta el año siguiente.

    Resulta paradójico que, habiendo enviado España más del doble de hombres que Francia, y todos españoles, sea la ayuda Francesa la única considerada por numerosos autores galos y anglosajones. Otro tanto sucede con la decisiva contribución económica aportada de forma paralela a la francesa por la Corona española en favor de los norteamericanos entre 1776 y 1782. Pero esa es otra historia. Baste decir que
    la ayuda francesa ha sido estimada en trece billones de dólares, mientras la española en tres billones. Pero hay que considerar que en la suma de fondos entregados por Francia se ha incluido un porcentaje muy importante, pero difícil de evaluar por su secretismo, proveniente de las arcas españolas, desde 1776.





    Retrato de Bernardo de Gálvez



    En Cádiz se prepararon 16 buques de guerra y 74 transportes, en los que se embarcaron material de fortificación, víveres, municiones, y un tren completo de artillería de campaña y otro de asedio. Tuvieron que solucionarse urgentemente muchos problemas de orgánica y de logística.
    Gran parte del material de artillería, municiones y accesorios para los cañones, se pidió a la Fábrica de Sevilla, y se transportó en barcos bajando el río Guadalquivir. Las unidades fueron equipadas con dotaciones extra de zapatos, medias y fusiles, así como con uniformes de lienzo para el clima tropical, confeccionados en talleres gaditanos. El vestuario se llevó empacado en fardos, y para la travesía, los hombres vestían casacón y calzones de estopón, llevando sus pertenencias en un petate de estera.

    También fue necesario transferir oficiales y soldados de otros regimientos para completar los efectivos de los que partían. Algunos oficiales se presentaron voluntarios y la tropa precisa para completar cada regimiento hasta los 1.376 hombres reglamentarios, se sacó de las unidades de Cádiz y San Roque -como el Flandes, que recibió gran número de efectivos del Regimiento de Nápoles, o el 2º de Cataluña, que los recibió del 1º del mismo nombre-. Atrás quedaban unas familias que en el mejor de los casos no volverían a reencontrase con sus seres queridos hasta tres años más tarde.
    Algunos oficiales solicitaron un adelanto de las pagas para poder dejar dinero a sus familiares, ante la perspectiva de no poder volver con ellos; aunque no siempre se concedía. Debido a la falta de suficientes barcos de mercancías -y a la costumbre de sus capitanes de cargar productos de más para aumentar sus beneficios-, las tropas iban apiñadas a bordo de los transportes.

    Finalmente, tras semanas de esfuerzos y de vientos desfavorables, la expedición partió el 28 de abril de 1780. La larga travesía produjo múltiples incidencias en la navegación y se cobró su precio:
    cuando la flota llegó a América en agosto, cerca de 1.200 oficiales y soldados habían muerto víctimas de diversas enfermedades. La Habana se trasformó en un gran cuartel, y varias iglesias y edificios se habilitaron como improvisados hospitales. Los oficiales se alojaron en casas particulares, donde en palabras de Navia "fueron recibidos como nuevos vecinos más que como incómodos invitados".

    Los enfermos tardaron meses en recuperarse. Como en el caso francés, no llegaron a tiempo para participar en las conquistas de Baton Rouge o La Mobila (Mobile), ni para el primer intento de ataque a Florida que realizó Gálvez en 1780. Pero sí para guarnecer Cuba, Luisiana o Guatemala. Finalmente, en marzo de 1781, todos los disponibles, unos 3.600 hombres excluyendo enfermos y convalecientes, participaron en el asedio de Pensacola, reforzados por milicias de Luisiana y Cuba y un pequeño contingente francés. También para combatir en la campaña en Guatemala, Honduras y las Bahamas.
    La conquista de Pensacola el 8 de mayo de 1781 fue uno de los golpes más graves al poder británico en América y una contribución decisiva a la independencia de los Estados Unidos.

    *Publicado en el Nº207 de La Aventura de la Historia




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    Fuente:La expedición olvidada de Gálvez | La Aventura de la Historia | EL MUNDO

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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    GALVEZ DAY EN PENSACOLA, LA FLORIDA. USA.


    En el Galvez Day, los habitantes de Pensacola rememoran la Batalla de Pensacola de 1781, donde las fuerzas españolas de Bernardo de Galvez derrotaron a las británicas de John Campbell. Es significativo las banderas de España que se ven entre el público presente en el acto, y sobre todo teniendo en cuenta que muchos de ellos son de cultura anglosajona, casi como aquí, que te dan una paliza en plena calle por montar un puesto de apoyo a la Selección.



















    _______________________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/permalink.p...98066183767764

  8. #8
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Gálvez: el militar español que se aventuró «solo» contra las defensas inglesas de Florida


    ESTEBAN VILLAREJO/MANUEL P. VILLATORO

    abc_es / MADRID

    Día 01/02/2015 - 16.48h



    En una batalla clave para la independencia de EE.UU., el malagueño entró con 4 navíos en una bahía repleta de navíos británicos: «El que tenga honor y valor que me siga», dijo




    US ARMY CENTER FOR MILITARY HISTORY


    Tropas españolas cargan contra los ingleses en el fuerte del «Rey Jorge»


    El país que estos días dirime entre Obama o Romney vivió en Pensacola una batalla decisiva para su independencia. Y, fíjense por donde, aquella lid de 1781 fue librada y ganada por la Infantería de Marina de la siempre olvidadiza España. Una vez más las casacas rojas de la Pérfida Albión se cruzaban en el rumbo de nuestra Historia. Esa vez, al inglés le tocó perder.

    El de Pensacola, en tierras de la Florida occidental, fue un desembarco audaz y osado dada la dificultad de acceder a su bahía. Una empresa temeraria que, exitosa finalmente, alumbraría para siempre el arrojo (cojones, que se dice ahora) de uno de los personajes más influyentes y desconocidos de la Historia común de España y de EE.UU: Bernardo de Gálvez Gallardo Madrid, vizconde de Galvestón y conde de Gálvez, oficial y luego general del Real Ejército, y virrey de Nueva España.

    Tras aquel fuego de Pensacola su escudo de armas siempre luciría el lema de «Yo Solo», porque así fue cómo entró en el bastión inglés de la Florida: «El que tenga honor y valor que me siga».

    «Para entender el desembarco de Pensacola, antes debemos remontarnos a la Guerra de los Siete Años (1756-1763), ganada por el Reino Unido a una coalición de naciones entre las que se encontraba Francia y España», relata José María Moreno Martín, jefe de la sección de Cartografía del Museo Naval, que este mes exhibe como «pieza destacada» un mapa en ocho viñetas sobre la batalla de Pensacola.

    Tras esa guerra, la España de Carlos III y la Francia de Luis XV, y después Luis XVI, aguardaban avizor una primera oportunidad para devolver el golpe a Inglaterra. Y esa vino con la sublevación de las Trece Colonias (1775) que para sufragar las guerras de la metrópli veían cómo sus cargas impositivas aumentaban sin cesar. La gota que colmó el vaso fue el nuevo impuesto del té, que originó un motín en Boston.



    España ayudó con dinero a los rebeldes norteamericanos desde el inicio



    España desde el primer momento ayudó económicamente a los rebeldes norteamericanos llegando a pertrechar a 30.000 rebeldes con sus uniformes, fusiles y 216 cañones, pero... ¿debía intervenir militarmente como hizo posteriormente la Francia de Luis XVI tras la insistencia de Benjamin Franklin? He ahí el dilema del Rey Carlos III. «España se encontraba en una posición más delicada. Por un lado nos encontramos con las tesis del Conde de Floridablanca, que abogaba por mantenerse neutral so pena de desencadenar un efecto dominó de independencias en las colonias españolas americanas. Por otro lado, el Conde de Aranda, embajador de España en París, veía en el apoyo a las Trece Colonias una oportunidad idónea para recuperar Gibraltar», explica Moreno Martín.

    Definitivamente se impusieron las tesis del Conde de Aranda y en 1779 España declaró la guerra a Gran Bretaña. Ya nada sería igual en la Guerra de Independencia de las Trece Colonias: Inglaterra se vería obligada a dividir esfuerzos en el Canal de la Mancha (contra Francia), el Mediterráneo (contra España) y el Golfo de México, donde Inglaterra había arrebatado años antes a España algunas plazas marítimas como era el caso de Pensacola, también conocida como San Carlos de Panzacola. Conclusión: las fuerzas de la guerra por la Independencia de las Trece Colonias se niveló. Por un lado, Reino Unido (120 navíos y 100 fragatas) y, por el otro, Francia (60 navíos y 60 fragatas) y España (60 navíos y 30 fragatas).

    Es aquí donde saldrá a relucir el ingenio del entonces gobernador de la Luisiana, el militar malagueño Bernardo de Gálvez (Macharaviaya, 1746 - Tacubaya, en Ciudad de México,1786) quien comenzó a forjar su leyenda militar como capitán en tierras de Nueva España, llevando a cabo una campaña contra los indios Apaches. Con 24 añitos y heridas a doquier, el futuro «Yo Solo», ameritaba ya el galón de comandante de armas de Nueva Vizcaya y Sonora (aproximadamente el actual estado de Nuevo México). El héroe militar español en tierras del ahora EE.UU. forjaba su leyenda, aunque antes regresaría a España para participar en la fallida expedición de Argel (1775), foco central de la piratería en el Mediterráneo.

    En su vuelta a América en 1776 Bernardo de Gálvez es destinado a la plaza de Luisiana. Y es por eso que cuando España decide librar batalla a Inglaterra en el Golfo de México todas las venturas se dirigen hacia él. Fijó como objetivo recuperar Pensacola; antes caerían las posesiones británicas de Manchac y Baton Rouge -en la desembocadura del río Mississipi- o Mobila (1779). El círculo se estrechaba así en torno a la capital de la Florida. Sin embargo, su disposición geográfica y su estrecho con escasa profundidad impedía acometer la empresa.
    «Se trataba de una operación bastante complicada, por no decir inverosímil», destaca el jefe de cartógrafos. Un 28 de febrero de 1781 partía desde La Habana la expedición española con 36 buques de guerra con José Calvo Irazábal como de jefe de la escuadra. En sus tripas los ansiosos infantes de Marina aguardaban el desembarco. Por tierras otras tropas españolas y después francesas esperaban el desembarco para envolver la plaza de Pensacola.

    En este momento nos dirigimos de nuevo al Museo Naval de Madrid. En el mapa de 8 viñetas que se exhibirá durante dos meses más como «la pieza detallada» (encargado a raíz del informe de la toma de Pensacola «con la clara intención de narrar la historia de una batalla») observamos en su parte central a los navíos españoles frente al escenario de la batalla. La ciudad de Pensacola en su bahía y la isla de Santa Rosa en la bocana de acceso, formando un estrecho con la posición fortificada de Barrancas Coloradas, desde donde provenía el principal riesgo de la empresa.



    La toma de la isla de Santa Rosa

    El trabajo se auguraba duro, ya que, para llegar hasta su objetivo, la escuadra tenía que pasar a través de un estrecho flanqueado por dos baterías de cañones. Una sentencia de muerte sin duda. Por ello, Bernardo de Gálvez se decidió a tomar el fuerte de la isla de Santa Rosa para así evitar ser aniquilados por un fuego cruzado.

    Con valentía, las tropas del malagueño desembarcan en el terreno dispuestas a derramar sangre inglesa pero, para su sorpresa, la fortaleza estaba desmantelada. «Consiguieron tomar la isla sin ninguna baja y sin ningún disparo», sentencia Moreno Martín. La moral aumentó pues, para entrar hacia la bahía de Pensacola, ya sólo tenían que pasar a través de la batería de las Barrancas Coloradas.



    «Yo solo»


    «Una vez conseguido esto, lo que pretendía Bernardo de Gálvez es pasar con toda la escuadra, eso sí, lo más cerca posible de la isla (ya española) para evitar el fuego de las Barrancas Coloradas», afirma el jefe de la sección de Cartografía. La empresa comenzaba a tomar forma, pero, al aventurarse por el estrecho, el fondo del casco del navío en el que viajaban el malagueño y Calvo (el San Genaro), tocó en el suelo: tenía demasiado calado para pasar. Por ello, fue necesario salir a aguas más profundas para no quedar encallados.
    En ese momento comenzaron las discrepancias pues, mientras Gálvez quería entrar en la bahía y tomar Pensacola, José Calvo (al mando de la escuadra), se negaba en rotundo a atravesar el estrecho. Y es que argumentaban, no sin razón, que no se conocía bien el terreno y que una peligrosa tormenta tropical se aproximaba hacia el lugar. Además, la batería situada en el fuerte de las Barrancas Coloradas seguía activa y, en el caso de que un navío quedara encallado, toda la escuadra podría sufrir su fuego y ser seriamente dañada.



    Gálvez entró en la bahía al grito de «El que tenga honor y valor que me siga»




    Para Gálvez, en cambio, no había opción. El marino subió a bordo de un bergantín llamado «Gálveztown» (un barco con menor calado que el «San Genaro») y se dispuso a llevar a cabo una de las mayores heroicidades de la Historia española: entrar sólo en la bahía pasando a través del fuego enemigo. Sus últimas palabras quedarían grabadas en la historia: «Una bala de a treinta y dos recogida en el campamento, que conduzco y presento, es de las que reparte el Fuerte de la entrada. El que tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante con el Galvez-town para quitarle el miedo».

    No había vuelta atrás, Gálvez enarboló la bandera de Comandante y entró en el puerto junto dos pequeñas cañoneras y un buque de transporte. En contra de lo que se puede pensar, no sufrió serios daños por parte de las baterías enemigas y, además, atrajo el fuego sobre sus barcos.

    «De aquí es donde viene la leyenda que se puede leer en su escudo de armas: ‘Yo Solo’, porque pasó sin que le siguiera en principio ningún comandante», explica Moreno. «Después pasó toda la escuadra, ya que había buques que hacían frente al fuego de las Barrancas Coloradas y podían atravesar la zona con seguridad» determina el experto.



    La marcha de Calvo y la llegada de refuerzos


    Tras la entrada en la bahía de Gálvez, el resto de buques se decidieron a seguirle. ¿Todos? No. Hubo uno que se retiró, y es, según fuentes históricas, el navío en el que se encontraba José Calvo. Al parecer, el oficial decidió volver a La Habana tras ver el éxito del malagueño. Definitivamente, su misión había acabado, como más tarde le haría saber Gálvez mediante una misiva.

    Antes de llegar a su destino, sin embargo, se detuvo en Matanzas (Cuba) donde preparó minuciosamente su defensa ante las posibles acusaciones que sufriera al llegar a territorio español. ¿Se apoderó la vergüenza de él?, probablemente, pero nunca se supo a ciencia cierta. Lo que es cierto es que, al partir, dejó a la flota española sin su navío, un gran activo en la contienda.



    Una nueva escuadra llegó para reforzar a los españoles




    Tras el ataque inicial, y como estaba planeado, una fuerza terrestre española tomó posiciones para ayudar a asediar Pensacola. Pero esos no serían los únicos refuerzos que recibiría Gálvez. «Ese mes llegó una nueva escuadra de navíos, en un principio se pensaban que era enemiga y que venía a ayudar a los sitiados en Pensacola, pero descubrieron que eran españoles comandados por José Solano y Bote que acudían a socorrer a Gálvez», destaca Moreno. Con esta flota eran ya casi 8.000 los hombres preparados para iniciar el asedio en contra de los 3.000 ingleses.

    Además, a los asaltantes también se les unieron cuatro fragatas francesas con casi 800 soldados. Y es que, Francia quería aportar también en esta batalla su pequeño granito de arena (o de pólvora), para favorecer la expulsión de Florida de los ingleses y, por lo tanto, luchar a favor de la independencia de los colonos.



    La caída de Pensacola

    Tras la entrada en la bahía, todo dependía ahora de las fuerzas terrestres, comandadas por José de Ezpeleta. Este, tenía órdenes de tomar los tres fuertes que defendían Pensacola: el de la «Media Luna», el del «Sombrero» y el del «Rey Jorge». «El siguiente episodio se produjo cuando las fuerzas españolas consiguieron tomar la fortaleza de la Media Luna, donde murieron 52 británicos», explica el jefe de Cartografía.

    «A partir de ahí consiguieron pasar a la del Sombrero, luego a la del Rey Jorge y asaltar por detrás la ciudad», finaliza Moreno. La misión tocó a su fin, pues en menos de diez días Pensacola se rindió a los españoles. Las Barrancas Coloradas fueron las siguientes en abandonar la defensa, y es que, tras la caída de la ciudad, poco tenían que hacer ante el arrojo de Gálvez.



    Una tormenta imperfecta

    Una vez finalizada la contienda un nuevo enemigo se asomó entre las nubes: un huracán que causó grandes problemas a los españoles entre el 5 y el 6 de mayo de 1781, como bien puede apreciarse en una de las últimas viñetas del mapa. «Se puede ver como el autor dibuja una mar rizada y los barcos inclinados con sensación de movimiento», sentencia el experto. Sin embargo, no hubo que lamentar grandes daños, ya que los buques se retiraron de la costa y acudieron a proteger la entrada de la bahía frente a posibles refuerzos ingleses.
    A pesar de las pocas bajas que sufrieron los dos bandos durante esta contienda (74 españolas por 145 inglesas), sin duda la de Pensacola fue una de las batallas que favoreció la independencia de los EE.UU. Y es que, gracias a la toma de la ciudad, se abrió otro frente para los ingleses, que se vieron obligados a destinar soldados a las inmediaciones de la zona descuidando en cierta manera la lucha contra los colonos.

    La hazaña le valdría a José Solano y Bote el título de «Marqués del Socorro» por la ayuda prestada. A su vez, Gálvez recibiría gracias a la toma de Pensacola el nombramiento de mariscal de campo, además de un título que no le abandonaría jamás… «Yo solo».

    En la España descafeinada de hoy, apenas nadie recuerda aquellos avatares acaecidos en la Florida a fines del siglo XVIII. Si preguntáramos en un instituto, Universidad o redacción de periódico (sí, también) qué es Pensacola nos sorprenderíamos con la respuesta. Eso será en España, porque en EE.UU. aún tienen claro que sin el arrojo de Bernardo de Gálvez quizás todo habría sido diferente.

    PD- No se pierdan las conferencias sobre el Mapa de la Batalla de Pensacola los próximos 25 de noviembre y 30 de diciembre en el Museo Naval de la Armada, en Madrid.






    4 preguntas al Comandante General de la Infantería de Marina, Pablo Bermudo y de Espinosa (General de División)


    E.V./M.P.VMADRID

    1. ¿Qué importancia tiene la Batalla de Pensacola?

    Lo más destacable es, sin duda alguna, la trascendencia de haber participado de una manera directa y decisiva en el proceso de independencia de los Estados Unidos de América. Este vínculo histórico continúa presente hoy en día y se pone de manifiesto en las excelentes relaciones existentes entre la Fuerzas Armadas de ambos países, y en particular de la Infantería de Marina y el Cuerpo de Marines estadounidense.


    2.¿Por qué cree que es tan desconocida en España esta batalla, por otra parte vital para la independencia nada menos que de EE.UU.?

    A diferencia de lo que ocurre en EE.UU y en otros países de nuestro entorno, la atención prestada hacia la historia militar en España constituye todavía una asignatura pendiente en todos los ámbitos del sistema educativo. Nuestro pasado está repleto de hechos gloriosos de los que debemos sentirnos orgullosos, ya no solo como militares, sino como españoles y que deben ser rescatados del «baúl de los recuerdos» dado que constituyen un excelente ejemplo de valores tan importantes y necesarios hoy en día como son el honor, el valor, la disciplina y la lealtad.


    3. ¿Cómo eran aquellos infantes de Marina del último tercio de siglo XVIII?

    Me atrevo a decir que el lema actual del Cuerpo de Infantería de Marina define perfectamente cómo eran aquellos infantes de finales del Siglo de las Luces, unos «valientes por tierra y por mar».


    4.¿Cómo definiría la personalidad y visión militar de Bernardo de Gálvez?

    El carácter expedicionario que ha caracterizado a la Armada y, en particular a la Infantería de Marina prácticamente desde su creación en 1537 (recordemos que es la más antigua del mundo) ha marcado la personalidad de todos sus miembros desde siempre. Bernardo de Gálvez fue un militar destacó por su extraordinario valor y honor, virtudes humanas que han movido muchas veces la rueda de nuestra historia.





    _______________________________________

    Fuente:

    Gálvez: el militar español que se aventuró «solo» contra las defensas inglesas de Florida - ABC.es
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española




    Macharaviaya recrea la gesta de Bernardo de Gálvez que entregó la Independencia a los EEUU


    30.06.2016 - 17:56h • EUROPA PRESS



    • El municipio malagueño de Macharaviaya celebra por octavo año consecutivo la festividad de la Independencia de los Estados Unidos de América del '4 de julio' para conmemorar la victoria de su célebre paisano, el militar Bernardo de Gálvez, durante la popular batalla en la bahía de Pensacola contra los ingleses.



    El alcalde del municipio, Antonio Campos, ha mostrado su satisfacción por el impulso y reconocimiento público que la figura de Bernardo de Gálvez ha alcanzado en estos últimos años por parte del país estadounidense "colocando su retrato en el Capitolio, tras nombrarlo Ciudadano Honorario por el Congreso y Senado; y a través del pueblo español donde se suceden publicaciones, charlas y exposiciones que promocionan su trayectoria".

    En este sentido, Campos ha explicado, a través de un comunicado, que "siglos después nuestro vecino macharatungo nos sirve de puente para estrechar las relaciones entre España y Estados Unidos".

    Así, como cada edición, la festividad del 4 de julio, declarada Fiesta Singular de la provincia de Málaga, se celebrará en fin de semana para facilitar la afluencia de visitantes.

    En concreto, este sábado, día 2 de julio, comenzaran los actos a las 21.30 horas el desfile de tropas de Gálvez formadas por las asociaciones de Granaderos y Damas de Gálvez, Torrijos 1831,y este año por primera vez, el colectivo Málaga Recrea y el alumnado del centro educativo Custodio Puga de Torre del Mar, que recientemente ha protagonizado un recreación similar con gran éxito en su localidad.

    El desfile recorrerá las principales calles de Macharaviaya para concluir en la plaza Bernardo de Gálvez donde tendrá lugar una recreación de los hechos que dieron lugar a la independencia del país americano y la batalla de Pensacola.

    Además, este año como novedad, el Ayuntamiento ha ampliado el aforo de localidades a más de 200 para presenciar los principales actos de izada de banderas, y entrega de distinciones. También el público asistente puede disfrutar de un mercadillo de gastronomía americana y española, artesanía local y verbena.

    A la festividad se espera, según previsiones, la llegada de unas 3.000 personas. De igual modo, durante la jornada podrá visitarse el mausoleo de los Galvez localizado debajo de la Iglesia de San Jacinto donde se encuentra los restos de José de Gálvez -Marques de Sonora- y de su esposa, así como de otros miembros de la familia.

    Por otro lado, este viernes la localidad protagonizará un desfile de las tropas de Gálvez a cargo de una unidad de Granaderos de Gálvez, una británica, damas de Gálvez, los alumnos del CEIP Custodio Puga y una banda de música por el centro urbano de Málaga con el objetivo de promocionar la festividad e invitar a residentes y turistas a asistir al evento.

    Este año el recorrido terminará en el Teatro Romano donde se realizará un pequeño acto homenaje a Ángeles Rubio Arguelles, condesa de Berlanga y esposa de Edgar Neville, en reconocimiento a su labor promocional de Macharaviaya y la familia Gálvez.

    Bernardo de Gálvez, que nació en 1746 en Macharaviaya, formó parte del apoyo español a favor de los americanos en la Guerra de la Independencia de EEUU y, entre otras acciones destacables, tomó en 1781 Pensacola (Florida), movimiento que se considera decisivo para el triunfo final de las tropas americanas sobre el ejército inglés.



    _______________________________________

    Fuente:

    Macharaviaya recrea la gesta de Bernardo de Gálvez que entregó la Independencia a los EEUU - 20minutos.es
    Vainilla dio el Víctor.

  10. #10
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Bernardo de Gálvez y EEUU; Héroe español que hizo posible la independencia de EEUU


    Bernardo de Gálvez fue un magnífico militar y político español clave para la independencia de EEUU. Sin sus acciones Inglaterra hubiese mantenido sus colonias y la historia sería muy diferente a la que conocemos..






    https://www.youtube.com/watch?v=dF1p...ature=youtu.be

  11. #11
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    ARANJUEZ Y LA INDEPENDENCIA DE LOS EEUU.

    11 abril, 2016

    blogGloria




    ARANJUEZ Y EL DOMINIO AMERICANO DE CARLOS III.


    12 de abril de 1779, Tratado de Aranjuez. Tras meses de intentos de negociaciones la guerra se hizo inevitable e Inglaterra comete el error de subestimar la España de Carlos III. Cuatro años mas tarde la pérfida Albión perderá sus posesiones americanas mas valiosas y España se consolidará como la principal potencia del escenario americano.

    Existe una anécdota curiosa, Inglaterra ofrecía a España el Peñón de Gibraltar seis meses después de la firma de este pacto si se abstiene de apoyar a los rebeldes americanos. Pero la oferta no fue suficiente para las expectativas que tanto Francia como España tenían para Inglaterra, tan altas como su invasión, y, aunque tal objetivo no pudo ser alcanzado, los EEUU siempre estarán en deuda con las consecuencias de este pacto secreto sellado en Aranjuez el 12 de Abril de 1779 por el diplomático francés Charles Gravier, Conde de Vergennes y el Secretario de Estado español José Moñino y Redondo, I Conde de Floridablanca.Estos son algunos de los puntos del tratado franco-español firmado en Aranjuez que fueron posibles tras su firma:


    SUPREMACÍA ESPAÑOLA EN AMÉRICA. Mas de un 90% de España era territorio americano.

    RECUPERACIÓN DE MENORCA. Uno de los mejores fondeaderos del Mediterraneo.

    RECUPERACIÓN DE LA FLORIDA. Arrebatada por los ingleses en la Guerra de los Siete Años.

    INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS. Para vencer a Inglaterra apoyamos la independencia de sus colonias.

    Hacemos sonar los tambores de guerra y entramos en materia:RECUPERACIÓN DE MENORCA.

    LLUVIA DE PROYECTILES SOBRE MAHÓN Y EL INICIO DE LA PASCUA MILITAR.






    Planta del castillo de San Felipe, 1780. La estrecha entrada al puerto estaba bien defendida por la fortificación principal y las dos periféricas, San Carlos (Norte) y Marlborough (Sur).


    Menorca fue disputada por España e Inglaterra durante todo el siglo XVIII por seruno de los mejores fondeaderos de aguas profundas del Mediterráneo. España recuperó Menorca, 6 de enero de 1782. Toda la isla tembló tras la lluvia de mas de 83.000 proyectiles hispano franceses sobre la guarnición británica que no tuvo mas que rendirse. A raíz de este importante hecho, Carlos III condecorará anualmente los méritos en las distintas acciones militares, lo que derivó con el tiempo en la conocida como Pascua Militar. Tras este hecho se intentará recuperar Gibraltar de forma fallida (por tercera vez tras su pérdida). Posteriormente esta isla aún tendría mas batallas que librar. Mas datos pinchando la imagen superior.Gibraltar no fue recuperada, pero su bloqueo marítimo resultó un éxito al hacer que el inglés mermara esfuerzos en las américas por proteger el peñón. Juan Antonio Cebrián dice que si la flota empleada en Gibraltar hubiera marchado a puertos americanos hubiera sido mucho mas larga la contienda en el escenario americano.


    BERNARDO DE GÁLVEZ RECUPERA LA FLORIDA.


    APOYO A LA INDEPENDENCIA DE LOS EEUU.

    La firma del pacto de Aranjuez reconoce internacionalmente la independencia de los EEUU. Hasta el momento tan sólo Francia había reconocido abiertamente al nuevo estado a través de un tratado de Amistad y Comercio el 6 de febrero de 1778.El 4 de febrero de 1777 Carlos III daba a conocer la decisión de no reconocer abiertamente a los estados unidos, pero apoyar en lo posible a los colonos. El Conde de Floridablanca, primer secretario de estado, escribió en marzo de 1777, “el destino de los intereses de las colonias nos importa mucho, y vamos a hacer por ellos todo lo que las circunstancias lo permitan”.España recuperó la Florida en el 1783 (perdida en la Guerra de los Siete Años) bajo las ordenes de Bernardo de Gálvez, abriendo un segundo frente (sur) a los británicos en sus colonias y apoyando abiertamente al “Ejercito Continental” de George Washington. Ya desde la decisiva batalla de Saratoga el 17 de octubre de 1777 será el brazo del general español Bernardo de Gálvez quien suministre en la sombra armamento y equipe a los rebeldes ingleses.Es por ello que el 9 de Mayo de 1783 los “Padres Fundadores” acuerdan homenajear al héroe con su retrato en el Congreso, junto con otros personajes ilustres como Thomas Jefferson o George Washington. También obtuvo la ciudadanía honoraria de los Estados Unidos, honor a la altura de personalidades como la Madre Teresa de Calcuta o el Marqués de Lafalette.Igualmente, Bernardo de Gálvez es el único español que tiene un retrato suyo en el Senado de los Estados Unidos como reconocimiento honorífico a la participación de España en su independencia.






    Augusto Ferrer-Dalmau Título «Por España y por el Rey, Gálvez en América» Escena inspirada en la batalla de Pensacola, la batalla mas importante librada por España contra su enemigo inglés.


    ¿Sabías que durante esta guerra y bajo el auspicio de la familia Gálvez se traen las primeras pacanas y el plátano occidental al Jardín del Príncipe?











    El arte español entre Roma y Paris P. 383


    Las miras de la España ilustrada de Carlos III no fueron apoyar a la independencia de los actuales EEUU, fue mantener una España fuerte a todos los niveles en América y Europa protegiendo desde el comercio de la sempiterna piratería inglesa a importantes expediciones científicas como la de Martín Sessé (patrocinada por Gálvez) de la que los jardines de Aranjuez fueron receptores y notables testigos del avance ilustrado del momento bajo la coordinación de importantes figuras como Casimiro Gómez Ortega, director y catedrático del Real Jardín Botánico madrileño y principal encargado de la aclimatación de estas plantas.Además, dicha Expedición a Nueva España (México), sigue la obra comenzada por Francisco Hernández, en época de Felipe II, distinguido botánico y enamorado de Aranjuez, donde enraizaron numerosos ejemplares de las primeras investigaciones científicas americanas. En un futuro post ampliaremos información de estos ilustres personajes y sus logros.En Aranjuez rendimos honores al territorio de La Florida con el nombre de una de las calles principales del Real Sitio. El 21 de noviembre de 1801 el Gobernador de Aranjuez, Miguel Andrade propone al Primer Ministro Pedro Cevallos el nombre de La Florida para una de las avenidas principales de Aranjuez por el que hasta hace poco pasaba la antigua Carretera de Andalucía en dirección sur, actualmente sigue manteniendo ese nombre.Aunque las comparaciones son odiosas… ¿Sabías que la ciudad de Florida celebra Galvez Day todos los 8 de mayo? Todos los años rememoran y escenifican la victoria de la Batalla de Pensacola (Florida).La familia Gálvez es protagonista en las acciones americanas del momento: Bernardo de Gálvez, Gobernador de la Louisiana, su padre: Matías de Gálvez, Capitán General de Guatemala, centro américa y, su tío, José de Gálvez, Marques de Sonora, Gobernador del Consejo de Indias.Aranjuez también será el triste protagonista de la muerte de este último, José de Gálvez, el 17 de Junio de 1787 a la edad de 67 años. Él, junto con Floridablanca, fueron los personajes que mas incitaron a Carlos III para la firma de este histórico acuerdo.



    SE RECUPERA EL PODER EN CENTRO AMÉRICA POR PARTE DEL PADRE DE BERNARDO DE GÁLVEZ.


    ESTANDARTES Y BANDERAS DE GUERRA EN EL REAL CONVENTO DE SAN PASCUAL





    Imágen de bandera británica conquistada por Bernardo de Gálvez en la Batalla de Pensacola (Florida) Está en el museo del ejército en Toledo. No es la instalada en San Pascual. Actualmente nosotros desconocemos la ubicación de las banderas traídas a Aranjuez.




    1782, tras la Batalla de Roatán se recupera la Honduras británica, centro América, a las ordenes de Matías de Gálvez, padre de Bernardo de Gálvez y presidente de la Audiencia de Guatemala. Esto hace caer los centros de piratería ingleses y recuperar importantes rutas comerciales tras el sitio de Yorktown, batalla que finaliza la independencia americana.

    Curiosidad: El bloqueo naval de Yorktown (última batalla de la guerra de la independencia) del almirante francés Grasse impide cualquier operación británica de reavituallamiento por mar a los ingleses, mientras que tropas terrestres francesas y patriotas rodeaban la ciudad y vencen al inglés. Los ingleses solicitan la paz tras su derrota en Yorktown. Esta acción es posible gracias a que España paga 1200,000 libras tornesas al conde de Grasse, importante pago realizado en la isla de Cuba, pues Francia y EEUU se había quedado a sin dinero estas alturas . Bernardo de Gálvez podía haber mandado a esta flota a conquistar Jamaica, pues tenía poder y los planes trazados para tomarla, pero prefirió bloquear Yorktown.

    os cubanos aún bromean diciendo que gracias a ellos se independizaron los Estados Unidos. El préstamo fue solicitado por el almirante Grasse a la isla de Cuba y como se puede leer en el diario del propio Grasse: “Debe decirse, en honor de los vecinos de la colonia que todos estuvieron dispuestos a hacerlo; y que hubo hasta señoras que ofrecieron sus diamantes”.

    Volviendo a centro América, la batalla de Roatán (1782) haría caer la Honduras británica y las banderas tomadas al enemigo inglés en aquellas batallas (Roatan, Que-Priba y Criba o Phithe) fueron enviadas a España como trofeo de guerra el 21 de Abril de 1782. Parte de estos trofeos de guerra son destinados en 1783 a Aranjuez a la iglesia de San Pascual. Banderas y estandartes que, según detalla este link, fueron instalados en la iglesia en el 1786. Aunque actualmente no se encuentran si se puede ver una bandera inglesa en el Alcázar de Toledo (Museo Militar) tomada por Bernardo de Gálvez en Pensacola. Una segunda fuente sobre el tema de las banderas: ABC / Sevilla


    CONTINENTE AMERICANO, 1794.





    América 1794, tras las acciones de Carlos III y la recién independizada EEU
    U.


    Para vencer al inglés en el mar era vital la unión de las armadas francesa y española de la que este pacto es protagonista y objetivos como la toma de Gibraltar o Jamaica no fueron posibles por la retirada de los franceses del pacto pues, pese a los intentos españoles, estos no podían seguir aguantando económicamente el peso de la guerra como bien se ejemplifica en el préstamo cubano.También hay que hacer notar que este tratado fue una decisión complicada para Carlos III. Aunque fue un acierto aplicar el “divide y vencerás” de Julio Cesar, apoyar a los EEUU era apoyar una revolución contra la metrópoli y esto era un arma de doble filo. Años mas tarde los aires revolucionarios se extenderían en la Francia de Luis XVI (Revolución Francesa 1789) dando comienzo a la Edad Contemporánea.Tratado de Aranjuez, 12 de abril de 1779. Año de Carlos III.




    Ciencia de cámara: Casimiro Gómez Ortega (1745-1818): el científico cortesano. CSIC.


    El arte español entre Roma y París (siglos XVIII y XIX): Intercambios artisticos y circulación de modelos. Editado por Luis Sazatornil Ruiz,Frédéric Jiméno. Casa de Velázquez.


    Instituto Schiller- articulos en Español


    Yorktown, «La Batalla que Cambio el Curso de la Historia»


    Mapas américanos de finales del siglo XVIII: Asentamientos español y portugués en América, final del siglo XVIII


    Aranjuez, sitio, pueblo. Aranjuez, 1750 – 1841. Autor: Ángel Ortíz Córdoba.


    El gobierno español frente a la independencia de Estados Unidos. Juan Hernandez Franco. Universidad de Murcia. PDF


    Noticias y papeles de la Expedición científica mejicana, dirigida por Sessé por ENRIQUE ALVAREZ LÓPEZ. PDF







    _______________________________________

    Fuente:

    Aranjuez Y La Independencia De Los EEUU | VisitAranjuez
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Cultura / DEUDA DE GUERRA


    EE.UU. y su corazón de plata española


    Un estudio jurídico cuantifica por primera vez la contribución, que nunca fue devuelta, de la Corona española a la guerra de Independencia



    JESÚS GARCÍA CALERO

    Día 29/11/2010

    3 Comentarios







    Capitulación de Cornwallis en Yorktown (John Trumbull, 1820)


    A veces la verdadera historia se halla oculta dentro de la misma historia, en pequeños trazos, datos dispersos, papeles nimios... hasta que alguien los encuentra y todo cobra otro sentido. Esto ocurre con el apoyo, bastante conocido y estudiado, que la Corona española ofreció a las colonias rebeladas contra Gran Bretaña en América durante la guerra de Independencia (1776 a 1783) que dio origen a EE.UU. Nuevos documentos invitan a una relectura de esta historia que indica que la primera potencia mundial no habría salido adelante sin la ayuda de España, porque la deuda fue astronómica y además porque no devolverla salvó de la quiebra al naciente Estado.

    Todo parte de un estudio jurídico presentado por el abogado José María Lancho la pasada semana en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Tras años de investigación en archivos de España y América, ha reunido correspondencia, documentos mercantiles y diplomáticos que le permiten cuantificar esa deuda, por primera vez sin utilizar estimaciones, en más de 3 billones de dólares al cambio actual —con interés compuesto pactado del 5%— (o en más de medio billón de dólares con interés simple). Cifra no definitiva, calculada por Lancho y el auditor Antonio Granero, muy moderada por no incluir pagos directos desde La Habana y tener en cuenta algunas compensaciones.

    No está en la intención del investigador que sus hallazgos supongan un ajuste de cuentas entre gobiernos que nos sacaría de la crisis, pero sí que sirva para que EE.UU. valore con nuevos ojos «la aportación hispana a su cultura desde el minuto cero de su historia» y para «derribar leyendas negras que aún se alimentan contra lo hispano allí». Así lo ha comprobado Lancho, por ejemplo, en el juicio contra los cazatesoros de Odyssey, que dio un vuelco gracias a su investigación de las indemnizaciones españolas del XIX.

    España no se expuso tanto como Francia en su ayuda a la rebelión americana. El rey francés estaba resuelto a debilitar al inglés hasta la aniquilación, pero España se movió con más cautela ante un problema que podía venírsele en contra en sus propias colonias. Aun así, los nombres de Benjamin Franklin, Baumarchais, John Jay, Jefferson, Carlos III, Floridablanca, Gálvez... permiten entrever un tablero donde jugaban las mejores mentes del siglo.

    Franklin llegó a París con la intención de financiar la rebelion. Reunió voluntades y el Tesoro francés acabó sufriendo tal mella que la ayuda contribuyó no poco a extenuar la Hacienda (y por tanto a convocar los Estados Generales). Esto es conocido, pero no lo son tanto los pasos en España de su sucesor, el plenipotenciario John Jay, joven abogado de Nueva York. Con dificultades trató de conseguir lo mismo de la Corte española. Apoyado por el embajador de Francia construyó su propia red de intereses desde Madrid, ciudad en la que nunca se encontró cómodo. Aquí murió una de sus hijas y no consiguió el éxito en la Corte que Franklin lograba en París. Aún así trató con el secretario de Estado, el conde de Floridablanca, otro abogado murciano con el que pudo entenderse, convencido de que había que fortalecer la posición española contra Londres.



    Por la puerta de servicio


    Pero España trata con él por puertas de servicio, para no ofender a Inglaterra ni provocar el enfrentamiento directo. Jay emite letras y recaba fondos sin dejar rastro. Por eso ha sido hasta ahora tan difícil cuantificar el monto total de una ayuda «sin la que no habría tenido éxito la empresa colectiva cuya consecución ha transformado la historia en los últimos siglos: el nacimiento de EE.UU», según Lancho.

    Repasando la importantísima historiografía, a la que debe mucho, y sumando sus aportaciones documentales, el abogado ha rastreado el devenir de la deuda que, en el primer tercio del siglo XX, se daba por pagada, aunque sin remitir a documento alguno. Desde el siglo XVIII los tratadistas afirman que no cabe la prescripción extintiva. Y en su estudio Lancho analiza el devenir del asunto en derecho internacional hasta nuestros días. EE.UU. no la otorga efectividad entre Estados. Por ello mantiene «la posiblidad jurídica de la vigencia de esta deuda».



    Materiales


    Lancho ha manejado los listados de materiales enviados por barco desde Bilbao y Cádiz, y desde alguna ciudad europea, a cargo del Real Tesoro. Barcos cargados de uniformes, armas, pertrechos o medicinas que partieron igualmente desde Nueva Orleans y La Habana, y el dinero contante que fue entregado según las pruebas en París, Bilbao, Nueva Orleans así como fuertes sumas a John Jay por letras que emitía él o por encargo del Congreso.

    El rastro, meticulosamente perseguido, ha permitido a este abogado demostrar la existencia de algunas partidas, cuantificar cabalmente otras o computar entregas que no eran consideradas ayuda. Documentalmente sostiene que se minimizó la ayuda (España no podía protestar en alto por la discreción con la que camufló este empeño antibritánico). «Los plenipotenciarios americanos en París deliberadamente alteraron las cifras que habían pasado por sus propias manos», afirma. Lancho.



    Kentucky


    En resumidas cuentas, gracias a la ayuda española los colonos pudieron mantener su lucha hasta la decisiva batalla de Yorktown en 1781, donde aún eran pagados y pertrechados los combatientes franceses (había más que americanos) con pecunio extranjero. Lafayette había escrito a su ministro Vergennes en 1780: «El ejército americano, señor conde, es poco numeroso, está mal vestido, medianamente artillado, y todos estos inconvenientes son debidos a la depreciación del papel».

    La plata española valía más: 3,5 millones de pesos. América estaba en quiebra y no podía pagar si pretendía salir adelante, tanto que Kentucky, que entonces englobaba mucho territorio, se planteó abandonar la Unión y —dato poco conocido— incorporarse a la Corona española. Por demás, pagar la deuda significaba alentar a los partidarios del Rey Luis XVI, pronto apresado y con España tratando de rescatarlo por todos los medios, incluso el soborno.




    _______________________________________

    Fuente:

    EE.UU. y su corazón de plata española - ABC.es
    Última edición por Mexispano; 13/08/2016 a las 04:34
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    LOS ESTADOS UNIDOS SE FUNDARON CON PLATA Y PERSONA HISPANOAMERICANA. SIN EL DINERO HISPANOAMERICANO LOS ESTADOS UNIDOS NO EXISTIRÍAN. FUE EL DINERO SALIDO DE CUBA, NUEVA ESPAÑA Y SANTO DOMINGO EL QUE FINANCIÓ EL TRIUNFO FINAL DE WASHINGTON Y FUERON LAS TROPAS DE CUBA, MÉXICO, PUERTO RICO, SANTO DOMINGO, VENEZUELA Y LA LUISIANA ESPAÑOLA, ENTRE OTRAS, LAS QUE SELLARON LA FUNDACIÓN DEL GIGANTE DEL NORTE


    Bueno, bueno, con tanta bronca con lo de Trump y como hispanoamericano que soy, ahí les va esto, aunque no se lo merecen.

    La ayuda financiera y militar de las provincias españolas americanas a la Revolución Americana, la revolución independentista de las Trece Colonias británicas en América del Norte, fue fundamental para que consiguieran su independencia.

    La Monarquía Hispánica aportó con cantidades ingentes de recursos para la independencia de los Estados Unidos. Al gobierno revolucionario la Monarquía, nuestra Monarquía, le regaló 216 cañones de bronce, 209 cureñas de cañón, 27 morteros, 29 locomotoras acopladas, 12.826 bombas, 51.134 balas, 300.000 cajas de pólvora, 30.000 escopetas y bayonetas, 4.000 tiendas de campaña y 30.000 trajes militares. Un millón de libras tornesas para comenzar y durante el trascurso de la revolución estadounidense, una verdadera fortuna.

    La contribución financiera total de la Monarquía Hispánica, incluyendo sus provincias americanas es difícil de determinar, puesto que, al principio, la ayuda era secreta y no se registraban las cuantías; el aporte económico llegaba de diferentes partes de Hispanoamérica como Luisiana, California, México, Cuba y Santo Domingo. Sólo desde la Península fueron enviados 7.944.806 reales y 17 millones de maravedíes durante 1776, 1777 y 1778.

    Los gobernadores de Luisiana, Luis de Unzaga y Bernardo de Gálvez, le dieron frazadas, pólvora, armas, alimentos, medicinas, incluyendo la quinina, y otras provisiones vitales al general Charles Lee, segundo al mando del general Washington, y al general George Rogers Clark. La ayuda de la Luisiana resultó de mucha importancia para el Ejército Continental en Virginia y para la campaña del general Clark en el valle de Ohio.

    Las provincias españolas americanas también aportaron considerable ayuda financiera a las Trece Colonias.

    En California, el presidente y fundador de las primeras misiones franciscanas, Fray Junípero Serra, pidió que cada español contribuyera con dos pesos y cada indio con uno. La cantidad recaudada fue enviada al general francés, el Conde de Rochambeau, quien con sus 6,000 soldados luchaba con las tropas del general Washington en la última campaña de la guerra en el área de la bahía de Chesapeake en Virginia.

    En la primavera de 1781 tanto el general Washington como el general Rochambeau estaban desesperados. Ambos comandantes necesitaban dinero para comprar alimentos, armas, ropas y provisiones, así como para pagar los sueldos de sus soldados que estaban muy atrasados. El general francés Rochambeau escribió una serie de cartas al almirante de Grasse, cuya flota acababa de llegar a Santo Domingo. El general Rochambeau le informó al almirante francés que a su ejército y al del general Washington se les estaban agotando los recursos y necesitaban urgentemente un millón de libras tornesas para expulsar a los británicos de Norteamérica.

    La situación penosa y deplorable de las tropas norteamericanas fue descrita en una carta del general Nathanael Greene del 7 de diciembre de 1780 donde expresó lo siguiente: “Nada puede ser más miserable y penoso que las condiciones de los soldados, famélicos con frío y hambre, sin tiendas ni equipo de campamento. Los contingentes de Virginia están, literalmente, desnudos; y en gran parte completamente incapaces de cualquier clase de servicio.” El Congreso Continental en Filadelfia estaba literalmente en bancarrota.

    Carmen de Reparaz, en su libro "Yo solo: Bernardo de Gálvez y la toma de Panzacola en 1781" (1986), explicó que el enviado especial del rey Carlos III, Francisco de Saavedra, escribió en su Diario (inédito) como se obtuvieron los socorros para el sitio de Yorktown. Reparaz explicó que el almirante de Grasse no pudo recaudar esa considerable suma en la colonia francesa de Santo Domingo, por eso envió a La Habana a tres de sus mejores fragatas, entre ellas la Aigrette, bajo el mando de Saint-Simon.

    Saavedra escribió lo siguiente en su Diario: “Llegamos a La Habana el 15 de julio de 1781; fui a ver a los generales y después al intendente y tesorero… Manifestaron que en la Tesorería no había dinero… Así que hacendados como comerciantes habían prestado muchos caudales al rey… Echose la voz entre los vecinos y se dijo por medio de esquelas a los pudientes que el que gustase contribuir con su dinero para socorrer la escuadra francesa que se iba hacer una expedición de que acaso dependía la prontitud de una paz ventajosa, lo hiciese inmediatamente enviándole a la Tesorería… En seis horas se juntó el dinero necesario, se embarcó y a las ocho de la noche se hizo la fragata la vela.” El dinero fue dado por comerciantes, tabacaleros y por una mujer, la Marquesa de Cárdenas.

    Con este dinero se financió la última campaña de la guerra, la cual terminó con la rendición de las tropas británicas el 31 de octubre de 1781 en Yorktown. Esta importante ayuda traída desde La Habana fue crucial. El historiador estadounidense Stephen Bonsal afirmó que “el millón que fue dado a Saint-Simon por las damas de la Habana para pagar a las tropas, en verdad se puede considerar como la base en dólares sobre la cual fue erigido el edificio de la independencia norteamericana.”

    Además de la ayuda financiera, militar y naval, Cuba, La Habana, específicamente, ayudó a los independentistas de las Trece Colonias en otra forma significativa. Durante el conflicto, los barcos norteamericanos hallaron una bahía segura y fueron reparados y provistos de todo lo necesario en los astilleros de La Habana. En 1779 el gobernador de Cuba y capitán general, Diego José Navarro, expidió patentes de corso a los mercantes que lo solicitaron con barcos armados y dispuestos a pelear contra barcos ingleses. Muchos barcos de Cuba atacaron y capturaron barcos mercantes británicos causando pérdidas a Gran Bretaña.

    Sin la ayuda financiera, militar y naval tan significativa de las provincias americanas de la Monarquía Hispánica al ejército de los Estados Unidos, hubiera sido imposible que George Washington derrotara al ejército británico. La ayuda financiera, por supuesto, nunca fue pagada a ninguna de las provincias españolas americanas que contribuyeron con tal. Y la militar y naval fue retribuida de otras formas, entiéndase la ironía.

    La participación militar española americana también fue importante para sellar la independencia. Juan de Miralles, Jorge Ferragut, y sobre todo Bernando de Gálvez con su campaña en el valle del río Mississippi, en el territorio de la Luisiana y la captura de Mobile y Panzacola (Pensacola) en la Florida, acabaron de cercar y preparar la expulsión final de los británicos de América del Norte. La expedición final para la toma de Penzacola zarpó de La Habana el 28 de febrero de 1781. El ejército de Gálvez, con refuerzos adicionales, llegó a tener 7.677 soldados y marinos nacidos en la Península y en las provincias españolas americanas como Luisiana, México, Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, entre otras.

    El historiador Orwin Rush se ha referido a la batalla de Panzacola como “un factor decisivo en el resultado de la revolución y una de las batallas de la guerra ejecutadas más brillantemente”. Las tropas de Gálvez tuvieron 74 muertos y 198 heridos. La Armada perdió 21 marineros y sostuvo cuatro heridos. Gálvez marchó junto a Washington en la marcha triunfal de celebración tras la derrota británica.

    Esta fue también la única batalla de la Revolución Americana sobre la cual un relato contemporáneo fue escrito por el oficial al mando. El Diario de Campaña de las operaciones de la expedición contra la plaza de Panzacola del general Gálvez es una narración notable, día a día, de esta batalla. El Diario fue publicado en la Gaceta de Madrid el 10 de agosto de 1781. Gálvez fue el único general que peleó en la guerra de independencia de los Estados Unidos y que escribió un diario tan detallado de una campaña que duró dos meses.

    El 31 de octubre de 1781 los ejércitos del general Washington y del general Rochambeau derrotaron al ejército inglés de Lord Cornwallis en la batalla de Yorktown poniendo así fin a la guerra de independencia. Dos años después se firmó el Tratado de Versalles y las Trece Colonias obtuvieron su independencia y España recuperó La Florida.

    El general Bernardo de Gálvez ha sido honrado en los Estados Unidos con un sello de 15 centavos que fue emitido el 23 de julio de 1980. El sello conmemora la batalla de Mobile de 1780. También existen dos estatuas ecuestres de Bernardo de Gálvez hechas por el escultor Juan de Ávalos. Una de ellas fue presentada por el gobierno de España al pueblo estadounidense durante la celebración del bicentenario en 1976. Esta estatua está situada muy cerca del Departamento de Estado en Washington, D.C. La otra se encuentra en Nueva Orleans frente al río Mississippi. La misma no representa solamente al mismo Gálvez, sino a todos los hispanoeuropeos e hispanoamericanos que sirvieron y aportaron con "plata y persona" para la independencia de los Estados Unidos.

    Los soldados y marineros hispanoeuropeos e hispanoamericanos desempeñaron un papel significativo y decisivo en la guerra de independencia norteamericana. Es una historia que necesita ser conocida.

    Todos debemos conocer que españoles e hispanoamericanos, no sólo exploraron y colonizaron grandes partes de los actuales Estados Unidos, sino que también lucharon por y consiguieron su independencia.



    (La imagen es una caricatura británica de 1778 que satiriza el pedido de ayuda de los independentistas anglosajones a la América Hispana.)






    ______________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/francisco.n...16411651942286
    Última edición por Mexispano; 10/02/2017 a las 06:12
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    LA HUELLA DE ESPAÑA EN EE.UU.

    La ayuda española e hispana al nacimiento de Estados Unidos

    A pesar de la difícil situación económica de España, Carlos III decidió prestar un apoyo a las fuerzas rebeldes que resultó decisivo para su victoria





    Estatua de Carlos III en el Presidio de Santa Bárbara, California - ABC


    BORJA CARDELÚS - @abc_cultura

    06/02/2017 01:04h - Actualizado: 07/02/2017 10:06h.

    Guardado en: Cultura


    George Washington, comandante en jefe de las fuerzas de las Trece Colonias de América del Norte, que luchan por emanciparse de Inglaterra, recibe un despacho urgente: la España de Su Majestad Carlos IIIha declarado la guerra a Inglaterra, en apoyo de la causa emancipadora. Y a Washington le invade la emoción, porque sabe lo que eso significa: que ahora va a ganar la guerra y la Independencia.

    Las Colonias habían decidido emanciparse del yugo británico, que no veía en ellas otra cosa que una ubre de donde obtener utilidades. Pero su improvisada tropa de granjeros, que dejaban por unas horas la recogida de heno para incorporarse a la milicia, era incapaz de vencer a la poderosa maquinaria bélica británica. Y por ello enviaron a Europa una comisión, encabezada por Benjamin Franklin, para procurar la ayuda de las dos potencias europeas enemigas de Inglaterra: Francia y España. Y ambas dinastías borbónicas aceptan apoyar la causa rebelde, coordinando sus ayudas y comprometiéndose a no actuar por separado.

    Pero la ayuda española ha de hacerse secretamente, porque Carlos III necesita tiempo para reorganizar las depauperadas administración y economía españolas, y enfrentarse ahora abiertamente a Inglaterra sería un suicidio militar y político. Por de pronto, los barcos corsarios de los rebeldes norteamericanos que hostigan a las embarcaciones inglesas son autorizados a recalar y aprovisionarse en los puertos del Misisipi, hecho que protesta Inglaterra y que España esquiva con sutiles evasivas.


    Grandes remesas

    Tras las entrevistas de Franklin con el embajador en París, conde de Aranda, y de Arthur Lee en Burgos y Vitoria con el ministro Grimaldi, España eleva el nivel de sus contribuciones. A través de La Habana y sus puertos en el Misisipi, comienza a remitir grandes remesas de lo que se halla tan escaso el ejército de Washington: armas, munición, pólvora. Envía también abundancia de tiendas de campaña, mantas, ropa militar, alimentos, medicinas… avituallando con suficiencia a las tropas rebeldes.

    Y España envía, además, dinero, grandes sumas de dinero en forma de empréstitos a favor del gobierno provisional de las Trece Colonias. La primera entrega, un millón de libras tornesas, a las que seguirán otros muchos envíos que financian la campaña de Washington, fondos que son canalizados a través del banquero bilbaíno Diego Gardoqui.

    Para una España en profunda crisis económica, esta ayuda supone un gigantesco esfuerzo, y recurre a sus posesiones americanas. Toda la América hispana se moviliza entonces, en una suerte de llamada a rebato: en México se aprueban impuestos especiales; en California Junípero Serra recauda dos pesos de cada español y un peso de cada indio; los gobernadores de Nuevo México y Luisiana demandan esfuerzos adicionales a sus súbditos; las damas de Cuba entregan sus joyas para ayudar a la causa rebelde contra Inglaterra. España, sus provincias y sus súbditos, con la proverbial y apasionada generosidad hispana, se vuelcan a favor de las Trece Colonias. Y ahora que Norteamérica parece estar dando la espalda a México y los hispanos, conviene no olvidar que el mundo hispano contribuyó, de una manera decisiva, a la causa de la Independencia y al nacimiento de los Estados Unidos.

    Resulta increíble que la inmensa contribución española a la Independencia haya quedado silenciada en la historia. Se halla establecido que fue Francia, con su general Lafayette al frente, quien ayudó a los Estados Unidos en su emancipación, ignorando la decisiva aportación de España. Secuelas del magnífico marketing francés y del nulo español de todos los tiempos.


    Pieza fundamental

    La victoria de Washington en Saratoga anima a Francia a declarar unilateralmente la guerra a Inglaterra, rompiendo el acuerdo de actuación coordinada con España. Pero Carlos III continúa con lo pactado y prosigue su ayuda en la sombra. Mas el resultado de la guerra sigue siendo incierto. Washington comprende, y así lo declara, que sin la intervención directa de España será imposible obtener la victoria sobre los ingleses. Y es que España era una pieza fundamental en el escenario del conflicto. Controlaba la ribera occidental del Misisipi, el puerto de Nueva Orleans, la Luisiana, el virreinato mexicano de Nueva España, Cuba y el Golfo de México.

    Pese al secretismo, Inglaterra no es ajena a las ayudas españolas y las relaciones con España se enrarecen progresivamente. Pero, al mismo tiempo, el gobierno de Carlos III logra que España enderece su economía y recupere su peso político. Solo es cuestión de tiempo que España declare oficialmente la guerra a Inglaterra. Y cuando Washington recibe el despacho que anunciaba el hecho, supo que la victoria final era cierta.

    Había llegado la hora del apoyo militar español a la causa rebelde y de la irrupción en escena de alguien que llevaba tiempo preparándose para la lucha armada. Se trata del joven gobernador de Luisiana Bernardo de Gálvez, a quien tocará escribir la más brillante página de la ayuda de España a la Independencia de los Estados Unidos.




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    La ayuda española e hispana al nacimiento de Estados Unidos
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Fernando de Leyba y Córdoba.

    December 26, 2016 Confederación Hispanica

    Por Máximo González-Palacios Franco



    Los españoles somos los peores divulgadores y propagandistas de nuestros propios logros históricos” en comparación con otros países.


    Existe un buen número de personas que llevaron a cabo actos que merecen un enorme reconocimiento, pero a los que hemos ignorado sistemáticamente

    Cuando Henry Kamen presentó su obra Poder y Gloria. Los héroes de la España Imperial (Ed. Espasa) se quejó de que en este país, por culpa de la falta de consenso a la hora de interpretar la Historia, se le ha negado a los héroes “un papel reconocible”

    Otro más de los innumerables héroes olvidados por la Historia de España.

    Don Fernando de Leyba y Córdoba.Teniente Coronel del Regimiento Fijo de la Luisiana Española.Gobernador de la Luisiana.







    Nacio en la ciudad de Ceuta, España en 1734 y fallecio en San Luis de los Illunueses, provincia de la Luisiana española en 1780, actuales EEUU.

    Era el quinto de siete hijos nacidos de capitán Gerónimo de Leyba y Córdova y Josefa Vizcaigaña. En su infancia vivio en diferentes lugares de España, Fernando firmó como cadete a la edad de 16 con el regimiento de Infantería España.

    Fernando de Leyba perteneció a la familia Leyba y Córdova de la localidad malagueña de Antequera, cuyas raíces se remontan a la reconquista hispana de la Península Ibérica.

    En el siglo XV, sus antepasados ​​se asentaron en Andalucía sobre la tierra concedida por el Rey de Castilla en recompensa por sus servicios en la conquista a los moros del Reino de Granada.Con el tiempo, los caballeros y nobles del línaje de Leyba y Córdova se convirtieron en ciudadanos prominentes en Antequera, una pequeña ciudad en la provincia de Málaga donde poseía varias casas y granjas.

    Casado con Maria Concepción de Cesar en la ciudad de Cartagena,tuvo dos hijas, Maria Josefa y Rita.

    Desarrolló su carrera militar en Andalucia, norte de Africa, Cuba (donde cayó prisionero por los britanicos en la defensa de la Fortaleza del Morro ) y EEUU.

    El 14 de Julio de 1778, cuando es nombrado tercer gobernador adjunto de la Luisiana, por entonces española, para ayudar al gobernador don Bernardo de Gálvez. Este lo destinó a San Luis (Missouri), una villa fundada por los franceses en 1764 que controlaba el río Missisipi desde su margen occidental antes de la unión con el río Ohio y después de la del Missouri. Se trataba de un pueblo que no llegaba al millar de habitantes que carecía por supuesto de fortificación. Asimismo tenía también a su cargo un pequeño poblado 30 millas al sur llamado Santa Genoveva. La rebelión de las colonias inglesas en norteamérica harán que San Luis cobre relevancia geoestratégica.







    Aunque España no estaba oficialmente en guerra con Inglaterra, desde Nueva Orleans llevaba tiempo Bernardo de Galvez enviando ayuda a los rebeldes subiendo el río Missisipi, por ello Leyba es destinado para proteger a San Luis tanto el libre acceso a las colonias, como de mercancías.

    Era de los jalones más importantes del dominio español en el alto Valle del Misissipi, fue la consolidación del asentamiento de Paincourt, más conocido como San Luis de Ilinueses. En 1767 una expedición española al mando del Capitán Francisco Rui, establece dos fuertes en la confluencia del Misissipi y el Missouri, 30 km al norte de San Luis.

    La política indiana de los españoles, a diferencia de los ingleses, no permitía esclavos indios en su territorio, ni siquiera a las tribus hostiles. O’Reilly, en nombre del Rey de España, dio instrucciones para que a los indios se les proporcionara pan y arroz, cuando visitaran San Luis y Sta. Genoveva y que se mantuviera con ellos un trato exquisito.





    Figura 1 – Localización de San Luis en los actuales EEUU.



    Con una población propia de frontera que en su mayoría no era española sino francesa, y que apenas tenía costumbres agrícolas, Leyba debía crear una milicia y entrenarla para el conflicto armado que estaba por venir. Aunque su autoridad real no era tal en un lugar tan alejado de los centros de gobierno y a pesar de que Gálvez no pudo satisfacer su petición de 200 soldados, las gentes de San Luis reaccionaron favorablemente ante la peligrosa situación prebélica originada por los ingleses.

    Así que manteniendo una apariencia de neutralidad comenzó la construcción de un fuerte y a finales de julio de 1778 se encontró con George Rogers Clark oficial norteamericano que hostigaba a los ingleses en la frontera oeste. Intercambiaron información y se le facilitaron suministros llegados de Nueva Orleans, pero además tras los ataques rebeldes por el Missisipi, don Fernando de Leyba facilitó de su propio bolsillo nuevos suministros para Clark. El oficial español había empeñado su fortuna con los habitantes de San Luis: “la llegada de los norteamericanos a este distrito me ha arruinado por completo“. Como las desgracias nunca vienen solas su mujer “vio frustradas todas sus esperanzas en el laberinto de deudas en el que me vio metido y le invadió una melancolía tal que, después de sólo dos días de estar enferma en cama murió“.





    Figura 2 – Mapa de San Luis y sus planes de fortificación




    Todo esto para enfrentarse las fuerzas del coronel británico Henry Hamilton, un rival que no tomaba ninguna precaución para decir que “los españoles son débiles y los franceses los odian, los franceses son veleidosos y no tienen un hombre con capacidad para aconsejarles o liderarles“. Afortunadamente el tiempo pone a cada uno en su sitio y el 24 de febrero de 1779 la milicia franco-canadiense de Hamilton, lo abandonó rindiéndose sin pegar un sólo tiro ante las fuerzas de Clark que eran la mitad, quedando el oficial británico prisionero. El sacrificio daba sus frutos, la zona quedaba por el momento asegurada.





    Recreación Histórica Regimiento Fijo de la Luisiana Española.



    Pero poco a poco la atención norteamericana fue desplazándose a otros frentes dejando la zona desprotegida cuando el 21 de Junio de 1779 España declaraba formalmente la guerra a Gran Bretaña. Para comienzos 1780 se empezaron a recibir informes de planes de ataque británico sobre San Luis, interrumpiendo de esa manera el transporte de ayuda y dejando el flanco oeste de los rebeldes y el norte de los españoles muy vulnerables. Los británicos una vez consiguieran su objetivo seguirían hacia el Sur para recuperar las posiciones perdidas ante el genio militar de Bernardo de Gálvez. Para ello desde febrero del mismo año se había ido reclutando en Canada una fuerza compuesta en su mayoría por “indios menominees, siux, sacs y fox que se uniría al regimiento británico en la desembocadura del río Wisconsin” además de a una pequeña milicia de comerciantes y criados. En total sumaban unos 750 hombres bajo el mando de Emanuel Hesse, que avanzaban hacia el Sur sumando cada vez más combatientes pero perdiendo el factor sorpresa, algo que parece que nunca existió pues ya antes de la ruptura de hostilidades Leyba sabía que más que a soldados ingleses se iba a enfrentar sus aliados indios. Y es que los exploradores y espías españoles eran fundamentales para Gálvez y Leyba.






    Figura 3 – San Luis y sus defensas.



    Aunque el militar español se había prevenido levantando, con su propio dinero y el de una colecta, una pequeña fortificación bautizada como Fuerte de San Carlos, esta distaba mucho de estar acabada no contando con sus cuatro torres completamente acabadas y mucho menos la muralla. Para colmo de males la salud de don Fernando empezó a degradarse alarmantemente pero ante lo apremiante de la situación hizo de tripas corazón y ordenó excavar dos trincheras que unieran las cuatro torres. Sin ayuda de Nueva Orleans los americanos le propusieron un contraataque para ayudarle, pero ya era tarde, el enemigo se aproximaba con 1200 hombres.
    300 soldados ingleses

    200 siux

    250 sacs

    450 indios de otras tribus


    Para enfrentarlos Leyba contaba con un total de 210 personas:

    2 barcos

    5 cañones (3 de 4 libras y 2 de 6 libras)

    21 soldados regulares

    39 milicianos

    150 milicianos de Santa Genoveva

    Estas últimas tropas llamadas de la vecina Santa Genoveva con alrededor de 150 hombres, todos ellos buenos tiradores serían muy importantes para los acontecimientos posteriores. Con el enemigo ya próximo don Fernando dispuso 20 combatientes al mando de Silvio Francisco Cartabona para proteger a mujeres y niños, distribuyó a sus hombres por las trincheras, ordenó colocar un cañón en una de las torres y en otra se dispuso a dirigir muy enfermo la defensa del pueblo. Tan calamitoso era su estado de salud que “no podía ni escribir una carta” pero encontró fuerzas para defender el pueblo tomando el mando de sus tropas.





    Figura 4 – Primer ataque sorpresa a San Luis.




    Finalmente el ataque tuvo lugar el 26 de mayo de 1780 en el que inicialmente el enemigo tomo por sorpresa a algunos colonos y esclavos en los campos de cultivo adyacentes, que intentaron ponerse a salvo, mientras la maestra de escuela Maria Josefa Rigauche armada con una pistola y un cuchillo hacia salidas para rescatarlos. Muy confiados por el éxito inicial, los indios e ingleses se lanzaron hacia el pueblo pero allí encontraron a 210 hombres en dos trincheras haciendo fuego muy vivo junto con los cañones. Con esa desagradable sorpresa los indios, ya muy asustados por la artillería, y los milicianos ingleses no estando acostumbrados al asalto de fortificaciones y terminaron cediendo en pocas horas ante la decisión y firmeza de los defensores gracias al buen mando de don Fernando de Leyba que dejaba ante todos sus últimas fuerzas dirigiendo a sus hombres.






    Figura 5 – Una de las torres y las trincheras.




    La derrota frustró de tal manera a los indios aliados ingleses que comenzaron a realizar sanguinarios ataques sorpresa aislados sin ningún tipo de beneficio militar, simplemente pura venganza destripando y desmembrando a los infelices que estaban a su alcance. Tal barbarie lleva a Leyba a “armar a toda la población, incluidas las mujeres“. Aunque se temía un segundo ataque los británicos optaron por retirarse ya que no podían contar con unos aliados que se hallaban fuera de control. El balance final para los atacantes se desconoce no así para los defensores cuyas bajas fueron casi todas civiles:

    22 muertos (7 esclavos)

    7 heridos (1 esclavo)

    70 prisioneros (13 esclavos)

    Dos semanas más tarde Leyba organizó una expedición de 100 hombres junto a 200 norteamericanos para perseguir a los atacantes, pero no encontraron rastro de un enemigo que había puesto pies en polvorosa. Ya moribundo don Fernando pudo enviarle el 20 de junio de 1780 su última carta a Gálvez en la que informaba de persecución conjunta y de la enfermedad que acababa con él. Dejaba a Cartabona a cargo de San Luis mientras su vida se extinguía sin remedio. Unos días más tarde, el 28 de junio de 1780, don Fernando de Leyba fallecía, siendo enterrado “el mismo día, frente al altar de la iglesia parroquial de la ciudad que había defendido de manera tan brillante“. Y gracias a ello el río Missisipi vía de aprovisionamiento de las colonias se mantendría seguro, al igual que los flancos españoles y norteamericanos, lo que sería en conjunto fundamental para el devenir de la independencia de los Estados Unidos de América. Al conocer la noticia de su muerte Gálvez le concedió a título póstumo el grado de teniente coronel, pues quedó profundamente impresionado por la fortaleza demostrada por Leyba hasta sus últimos momentos, en los que cumplió más allá de lo exigible lo encomendado por él. Perdió todo lo que tenía, perdió a su mujer y finalmente su propia vida.

    En el año 1780, el 28 de junio, yo F. Bernad monje capuchino y misionero apostólico, cura de San Luis, condado de Ilinueses, provincia de Luisiana, obispado de Cuba, he enterrado en esta iglesia, inmediatamente opuesto a la balaustrada de la derecha, el cuerpo de don Fernando de Leiba, capitán de infantería del batallón de la Luisiana, y comandante de este puesto, habiendo recibido todos los sacramentos de nuestra Madre, la Santa Iglesia.







    Dedicado a mi queridísima Fina Berenguel González.





    Fuentes:


    Kristine L. Sjostrom investigadora independiente del NSDAR-España.Autora de una biografía de Fernando de Leyba y Córdoba.

    Archivo General de Indias, Archivo General de Simancas, Archivo Histórico Municipal de Antequera, Archivo Histórico Diocesano de Málaga, Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios (Ceuta), Iglesia de Santa Maria de Gracia (Cartagena), Gazeta de Madrid.

    Indiana Historical Society, Missouri Historical Society, y New Orleans Archivo Notarial .

    Fernando de Leyba y Luis de Unzaga y Amezaga, 6 de junio de 1771, legajo 107 F. 247, Papeles de Cuba, Archivo General de Indias,Sevilla, España.




    ______________________

    Fuente:

    https://confederacinhispanica.wordpr...yba-y-cordoba/
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  16. #16
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    #TeMostramos El retrato de Juan Manuel González de Cossío, conde de la Torre de Cossío, uno de los personajes más importantes de la Nueva España; fue el encargado de realizar el cobro de la ayuda prestada por la Corona española a las recién independizadas “trece colonias”, que dieron origen a los Estados Unidos de América, quienes admitieron su deuda, alegando que el pago se haría en especie, lo cual no fue aceptado por España que requería el pago en oro.

    Ante este hecho, la Corona decidió que los novohispanos solventaran este gasto a través del cobro de un impuesto extraordinario. Fue así como González de Cossío consiguió el dinero requerido; consciente por la injusticia cometida al virreinato, más tarde fue promotor de la Guerra de Independencia.

    Descubre más secretos de la #colecciónMNH en tu siguiente visita.

    Foto: Omar Dumaine







    https://www.facebook.com/museodehist...type=3&theater
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  17. #17
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    JUAN DE MIRALLES: BIOGRAFÍA DE UN PADRE FUNDADOR DE LOS ESTADOS UNIDOS

    Como anticipo de lo que será su próximo libro, tenemos el privilegio de publicar hoy un artículo de nuestro admirado amigo, el Dr. Salvador Larrúa-Guedes, que gentilmente nos ha remitido, y en el que glosa la figura histórica de Juan de Miralles, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos de América; y la vital contribución española a la causa de esa independencia..





    "Nadie desconoce que la independencia de los Estados Unidos se logró con ayuda extranjera. Realmente parecía imposible que los rebeldes de las Trece Colonias pudieran vencer a la poderosa máquina de guerra de Gran Bretaña. En un enfrentamiento los ingleses tenían una ventaja enorme, porque Inglaterra era una de las potencias mundiales más fuertes, y la población del reino alcanzaba los once millones, frente a los dos millones y medio de colonos de Estados Unidos, un quinto de los cuales eran esclavos negros. La armada británica o Royal Navy era la mayor del mundo y casi la mitad de sus buques participaron inicialmente en el conflicto con los nacientes Estados Unidos. El ejército era una fuerza profesional bien equipada y entrenada; hacia el año 1778, llegó a tener cerca de cincuenta mil soldados estacionados sólo en Norteamérica, a los cuales se añadieron 30.000 mercenarios alemanes en el transcurso de la guerra.

    En cambio, los rebeldes tenían que empezar de cero. El Ejército Continental contaba con menos de cinco mil efectivos permanentes, apoyados por unidades de las milicias estatales de diferentes tamaños. En la mayoría de los casos estaban mandados por oficiales inexpertos y no profesionales. George Washington, el comandante en jefe, sólo había sido coronel de un regimiento en la frontera de Virginia y carecía de experiencia en combate. No sabía nada de mover grandes masas de soldados y nunca había dirigido un asedio a una posición fortificada. Muchos de sus oficiales habían salido de las capas medias de la sociedad: había posaderos convertidos en capitanes y zapateros en coroneles, como exclamó, asombrado, un oficial francés. Es más, “sucede con frecuencia que los colonos preguntan a los oficiales franceses qué oficio tienen en Francia”. No es de extrañar, pues, que los británicos pensaran que el ejército insurgente no era “más que una banda despreciable de vagabundos, desertores y ladrones” incapaces de rivalizar con los casacas rojas de Su Majestad. Tan grande parecía la diferencia entre ambos ejércitos, que un general británico llegó a decir que con mil granaderos podía “ir de un extremo a otro de Norteamérica y castrar a todos los hombres, en parte por la fuerza y en parte con un poco de persuasión”.

    Esto significa que los rebeldes norteamericanos dependían del apoyo que pudieran recibir del exterior para conquistar la independencia de las Trece Colonias, y con esta victoria echar a andar la hermosa Constitución que ha servido de garantía para que nunca desaparezca de la faz de la tierra y se mantenga, en este país, el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

    El apoyo vino de Francia y de España. Francia aportó todo un ejército que llegó a sumar 10.000 hombres, el apoyo de su Armada y grandes financiamientos. España hizo lo mismo, y en realidad mucho más, pero no se habla de la ayuda española. Parece como si Washington y sus tropas mal armadas y desentrenadas sólo hubieran contado con el apoyo de los franceses.





    El apoyo de España fue enorme. Los dominios españoles de América compartían una larga frontera con los Estados Unidos. A través de Nueva España y Luisiana, se podía enviar socorros directos a Washington. La isla de Cuba, situada apenas a 90 millas de la Florida, era una inmensa base de operaciones desde donde se podían lanzar grandes ataques a los territorios británicos de Norteamérica, y La Habana contaba con un astillero donde se reparaban y artillaban los barcos de la recién nacida escuadra norteamericana. De Cuba iban a salir, además, docenas de corsarios que

    iban a dañar definitivamente el comercio inglés con norte y sur América. Por otra parte, las colonias españolas tenían grandes agrupaciones de tropas, sobre todo en Nueva España, en Cuba y en Luisiana, que podían intervenir y efectivamente intervinieron en la guerra.

    Sin embargo, no se habla de la colaboración española. En los textos escolares no se menciona. Los textos oficiales de historia la minimizan, si es que la mencionan…

    Imaginemos que España no hubiera dado su aporte a la independencia de los Estados Unidos. Supongamos una España neutral porque Carlos III decidiera no intervenir y no declarara la guerra a Gran Bretaña en 1779. ¿Qué hubiera sucedido entonces? ¿Qué habría pasado sin las iniciativas de Bernardo de Gálvez? ¿Sin la ayuda que dio el Conde de Aranda en forma de suministros y armamentos? ¿Sin participación de Francisco de Saavedra, que ayudó a obtener en La Habana los financiamientos que hicieron posible la victoria de Yorktown? ¿Si el rey Carlos III no hubiera nombrado a Juan de Miralles como su delegado y agente diplomático extraordinario y plenipotenciario ante el Congreso Continental?

    ¿Si el Almirante español Luis de Córdova no hubiera apresado dos grandes escuadras inglesas en aguas europeas, una de 75 y otra de 26 embarcaciones, que suman 101 en total? ¿Si los españoles no hubieran retenido miles de soldados ingleses en Gibraltar y Centroamérica, que no podían lanzarse contra Washington?

    ¿Si una corriente ininterrumpida de armamentos, artillería, bayonetas, pólvora, municiones, tiendas de campaña, uniformes, medicinas y provisiones de boca y de guerra no hubieran nutrido y pertrechado a los voluntarios de Washington a través de La Habana y Nueva Orleans? ¿Si los agentes españoles no hubieran alzado a los indios aliados lanzándolos contra la retaguardia de los destacamentos ingleses o emboscando los convoyes de armas y municiones? ¿Si toda la extensión del imperio español en América no hubiera asegurado por tierra las fronteras de Norteamérica impidiendo cualquier maniobra de los ingleses?

    ¿Si la retaguardia de los rebeldes no hubiera quedado protegida por la costa del golfo al sur y por el Mississippi al oeste, que fueron tomadas por Bernardo de Gálvez, que conquistó los fuertes ingleses de Manchac, Panmure, Natchez, Fort Bute, Mobila y Pensacola movilizando 7,000 soldados de los regimientos de España y de Cuba? ¿Si el Mar de las Antillas hubiera sido controlado por los ingleses, y las grandes islas españolas de Cuba y Puerto Rico, alejadas de la contienda, no hubieran colaborado con los rebeldes norteamericanos? ¿Si España no hubiera tomado Manchac, Natchez, Panmure, Fort Bute, New Richmond, Baton Rouge, Mobila y Pensacola? ¿Si el Mariscal de Campo Cajigal no hubiera tomado las Bahamas y ocupado New Providence? ¿Si los corsarios españoles y cubanos no hubieran destruido el comercio y los suministros apoderándose de miles de barcos mercantes británicos, más de 3500 mercantes ingleses apresados durante la contienda? ¿Si el reino de España y sus colonias de la isla de Cuba, la Luisiana y Puerto Rico no hubieran puesto en acción miles y miles de combatientes, y sus escuadras para luchar contra Inglaterra por tierra y por mar?





    Las respuestas son tajantes y no admiten réplica. Definitivamente, Francia y Estados Unidos no hubieran ganado la guerra. George Washington, sus congresistas y sus generales, sólo con el apoyo de los franceses Lafayette, Rochambeau, el caballero de Luzerne y y el Conde De Grasse, el
    alemán Von Steuben y el polaco Tadeusz Kosciuszko; no hubieran obtenido la victoria final. Hacía falta el coraje de los Mariscales de Campo Bernardo de Gálvez y de Juan Manuel Cajigal, los barcos de la Armada Real al mando de los Almirantes Luis de Córdova y José Solano, los trabajos de retaguardia realizados por Francisco Rendón y Francisco Bouligny, y no podía faltar la red de agentes de Juan de Miralles y sus gestiones personales, o la astucia de Fray Antonio de Sedella y el apoyo de Diego Gardoqui, ni la solidaridad de los comerciantes de La Habana que en seis horas completaron más de un millón de libras tornesas para que se pudieran pagar tropas y suministros y vencer en la batalla de Yorktown, con una suma de dinero que bastaba para sostener durante cuatro meses un ejército de 5.000 hombres, ni el flujo constante de material de guerra y de dinero que España hizo llegar a los voluntarios y las milicias de Washington.

    En este libro se ha utilizado una copiosa bibliografía pero su mayor valor histórico reside en la base documental, además de documentos procedentes de Archivos españoles y cubanos, además de documentos inéditos, desconocidos hasta el presente, que aclaran muchos aspectos y desecan lagunas que han quedado como interrogantes o como afirmaciones escasamente fundadas en historias anteriores, además de ofrecer nuevas informaciones.





    El resultado es el relato de la vida de un hombre que puso todo el poder de su inteligencia, toda la energía de su espíritu, la fuerza de su cuerpo e incluso su vida y su fortuna personal, para que los rebeldes norteamericanos pudieran alcanzar la victoria, y las grandes razones que tuvo para ello: la lealtad a su Patria, España, el afecto a sus grandes amigos norteamericanos, a los que entregó incluso su fortuna, y el deseo de derrotar al sempiterno enemigo inglés, al que combatió siguiendo el ejemplo de sus padres y abuelos.

    Esta obra presenta, sobre todo, una verdad incontrovertible: la ayuda de España y sus colonias fue imprescindible para que las Trece Colonias conquistaran su independencia. Y en gran parte, esa ayuda dependió de un solo hombre: Juan de Miralles Traillon, el valioso agente del rey Carlos III ante el Congreso Continental y el propio George Washington, quien fue un personaje fascinante, un hombre clave que supo crear condiciones, coordinar acciones, y que por sus esfuerzos, sacrificios, disponibilidad y servicios más que extraordinarios, debe tener un sitio propio entre los Padres Fundadores de esta gran nación.

    Sin embargo, en los Estados Unidos sólo existió un hombre capaz de valorar la dimensión completa de Juan de Miralles, y este hombre fue un ser humano de talla excepcional llamado George Washington, su gran amigo, quien en todo momento dio pruebas indiscutibles de su agradecimiento y de su inmensa amistad.

    Sea este libro un acto de justicia, para Juan de Miralles y su amadas Patrias, España y Cuba, que sus páginas den cuenta de la verdad histórica y ayuden a conservar el recuerdo de sus hechos heroicos en este país que en gran medida fue libre por su esfuerzo, para futura memoria."



    Dr. Salvador Larrúa-Guedes

    En Miami, Florida, 9 de junio de 20





    ______________________

    Fuente:

    http://salondeltrono.blogspot.mx/201...n-padre.html16
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  18. #18
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Bernardo de Gálvez, homenajeado con una estatua en Washington

    Por

    ecuba

    30 junio, 2019






    Y ni una palabra en la prensa española ni en los noticieros de la TVE

    El general español Bernardo de Gálvez (1746-1786) será homenajeado de forma permanente en Washington con una estatua erigida hoy frente a la entrada de la embajada de España.

    La figura es una creación de 2015 del artista Salvador Amaya y formó parte el año pasado de la exposición «Recovered Memories», celebrada en Nueva Orleans y Washington, que fue inaugurada por los reyes de España, informó la legación diplomática en un comunicado.

    Precisamente, durante ese viaje, el rey Felipe VI hizo un llamamiento para trabajar juntos con el fin de que el legado histórico de España en Estados Unidos sea «más ampliamente conocido».

    De Gálvez, nacido en Macharaviaya (Málaga) en 1746, es considerado héroe de la independencia estadounidense por sus decisivas victorias sobre las tropas británicas en apoyo a los rebeldes americanos.

    El español, que ejerció como gobernador de la Luisiana y virrey de Nueva España, tomó en 1781 la ciudad de Pensacola y esta acción militar se consideró tan crucial para la independencia que en el desfile de los vencedores de Filadelfia marchó junto a George Washington.

    En 2014, se le concedió la ciudadanía honoraria estadounidense por una resolución conjunta del Congreso.

    La inauguración de la estatua fue llevada a cabo este viernes por el embajador de España, Santiago Cabanas, y Jim Torgerson, consejero delegado de AVANGRID, la empresa a través de la que Iberdrola opera en Estados Unidos y que donó la estatua.

    Durante el acto, Cabanas subrayó que De Gálvez fue una figura de primer orden de la historia española y americana, que consiguió victorias bélicas esenciales para lograr la independencia de EE.UU.

    Asimismo recordó que el general involucró en sus hazañas no solo a españoles de origen, sino también a otras muchas personas que provenían de Nueva España, Cuba y Luisiana, por lo que sus proezas tuvieron una resonancia y ámbito más amplio que el meramente español.

    De Gálvez ya formaba parte del paisaje cotidiano de Washington con la estatua ecuestre del general que preside un pequeño parque en la avenida Virginia, a escasos metros del Departamento de Estado, indicó la embajada.

    Dicha figura es obra de Juan de Ávalos y fue donada por el rey Juan Carlos I al pueblo estadounidense en 1976.




    _______________________________________

    Fuente:

    https://espanolesdecuba.info/bernard...H__iFlIvB_Ndvc

  19. #19
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Ayer se cumplieron 225 años del inicio de la construcción de la Casa Blanca...y aunque parezca mentira, fue un español, el navarro Pedro Casanave, posteriormente conocido como Peter Casanave, en aquel entonces alcalde de Georgetown, quien puso la primera piedra. La ayuda que prestó a los rebeldes en la Independencia y el apoyo de su tío Juan de Miralles, otro ilustre español íntimo amigo de Washington, hicieron que éste hombre fuera una de las figuras mαs influyentes y poderosas de la ciudad. By Emilio de la Vega





    https://www.facebook.com/emilio.dela...?__tn__=-UCH-R
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    Re: La independencia de los Estados Unidos y la contribución española

    Lo malo es que luego la casa "blanca" fue construida por esclavos negros, valga la paradoja. La mano de obra les salió gratis a esos protestantes racistas.
    Mexispano dio el Víctor.

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